Capítulo 38: No nos queda tiempo.

Capítulo 38: No nos queda tiempo.

DAYAN

La noche iba pesando en el cuerpo de todos nosotros. Kai se había empeñado en conducir él, pero a las cuatro horas de viaje, su concentración dejó mucho que desear y le obligamos a cambiarnos.

En esas cuatro horas Isaura había caído en un profundo sueño, al principio la agitación de la batalla le había hecho mantener los ojos abiertos, pero el cansancio también llegó a ella y dormía profundamente. Adalia era un caso aparte, también había estado con la agitación de la batalla, pero al comprobar que ya no corríamos ningún peligro, en lugar de dormirse, fingía hacerlo. Al principio ni me había dado cuenta de la diferencia, tenía la cabeza recostada y todo su cuerpo apuntaba hacia la puerta, pero desde la posición en la que estaba, su rostro se reflejaba en el espejo retrovisor y pude verlo cubierto de lágrimas. Ella era la que dejaba algo atrás, Kai iba en busca de Eve y yo llevaba a Isa a mi lado, pero ella… ella dejaba el corazón en aquella comunidad. 

No creía que Matt no nos fuera a seguir, pero confiaba que no lo consiguiera, que no supiese por dónde empezar o que para cuando lo hiciera, ya fuese lo suficientemente tarde como para que su vida corriese peligro. Era Eve la que realmente me preocupaba, en el caso de que la encontremos y la rescatemos, ¿cómo íbamos a decirla que debía marcharse sin Kai? Después de todo lo que había tenido que pasar, no me parecía un final justo, pero claro, tampoco lo era para nosotros.

Isaura y yo habíamos discutido sobre si llamar a nuestros padres o no, ella había rechazado la propuesta con un no rotundo, decía que si escuchaba la voz de sus padres, no se atrevería a hacer lo que debíamos hacer. Pero yo no podía evitar tener la necesidad de decir un último adiós, dejarles claro que pase lo que pase, no fue culpa suya. Pero decir todo eso sin dejar una duda de que era lo que pretendíamos, era totalmente imposible. Quizás la idea de Isa sea mejor…

Conducía por carreteras secundarias, con la única iluminación de los faros del impresionante Jeep, aunque el cielo empezaba a coger tonalidades azules, demasiado oscuro aún para poder iluminar algo, pero señal de que amanecía. Habíamos entrado en el estado de Washington, aún quedaba mucho camino pero se podía notar el frescor de las montañas, casi me sentía como en casa.

Miré por el espejo interior para ver a Isaura, la cual seguía dormida justo detrás de mí, solo que ahora se había unido a ella Kai, ya solo quedábamos Adalia y yo.

- Se han dormido los dos, – dije en susurros, cosa que sorprendió a Adalia ya que ella debía pensar que me creía que dormía. – al menos ellos estarán descansados.

- La verdad es que Kai lo necesitaba, casi nos mata por la carretera y antes por el bosque y antes en la comunidad. – me reí de sus “y antes” y ella me sonrió con algo de pesar. - ¿Qué crees que pasará, Dayan? Me refiero con la destrucción de la cueva. ¿De verdad crees que eso nos matará?

- Creo que sí. En realidad creo que nacimos para hacer esto, - dije sinceramente. – creo que los años en los que hemos vivido como personas normales solo han sido un regalo, algo que la magia nos ha concedido por nuestro futuro sacrificio.

- Tendríamos que haber estado informados, habría hecho cosas diferentes, me habría portado mejor con mis padres, habría disfrutado más de la vida, habría cometido locuras…

- Lo sé. Yo no hubiese malgastado mi vida negando lo que tenía delante. – dije con pesar.

No hubiese salido con la arpía de Caroline, hubiese pasado todo mi tiempo conociendo a Isaura en todos los aspectos posibles, le hubiese dedicado mi vida al completo, me habría escapado con ella al fin del mundo si hubiese hecho falta. Pero ahora ambos estábamos condenados a esto y ya no quedaba tiempo.

Ambos volvimos a quedarnos callados unos kilómetros más, inversos en nuestros dañinos pensamientos. Casi podía notar el miedo que emanaba de nuestros cuerpos, miedo a lo desconocido, a lo que pasará una vez destruyamos la cueva, y en mi caso, miedo a si dolerá morir. Ese miedo era lo que me oprimía el estomago y me mantenía despierto, obviamente no quería sufrir, pero menos quería que sufriera Isaura, al menos podrían concedernos una muerte sin dolor.

- No me lo perdonará nunca. – dijo Adalia con la voz rota por el dolor. – Lo sé porque yo no se lo perdonaría, yo preferiría morir a su lado a vivir sin él.

No supe que decirla, tan solo pude agarrarle la mano e intentar calmarla. Ella llevaba razón, Matt no se quedaría esperando, estaba seguro que ahora nos intentaba encontrar de alguna manera.

- Debes confiar en que él hará lo mejor para sí mismo. – dije de repente, creyendo haber encontrado una manera de consolarla. – Te buscará durante años, quizás hasta llegue a encontrarte de alguna manera, sabrá que has muerto y entonces…

- Entonces se matará. – terminó ella mi frase.

No era eso lo que quería decir exactamente, más bien quería decir que él tomará el mejor camino que crea posible, pero seguramente sí, acabará buscando estar con ella de alguna manera, solo quedaba confiar en que hubiese algo que le retuviera aquí.

- Piensa en lo que harías tú. Piensa en la vida que tendrías sin él, sabiendo que ha muerto y que nunca estarás con él.

Sabía que la estaba pidiendo demasiado y que si ahora expulsaba más lágrimas de sus ojos, en parte era por mi culpa. Pero la única manera de que tuviese la mente clara, era ponerla en la situación de Matt, que vea por ella misma que puede haber otras opciones que él seguro barajará en un futuro.

- Eso no sería una vida, pero aguantaría por las personas que me quieren, por mis padres, familiares, amigos… de alguna manera aguantaría por ellos.

- Pues entonces confía en que él piense igual. Matt no dejaría que su madre sufriera de esa manera.

- Es cierto. – dijo con algo de esperanza en el fondo de su pecho. – Nunca se perdonaría el sufrimiento de su madre.

No hubo más conversación. Pude ver como su cuerpo se iba relajando poco a poco en el asiento, esta vez de verdad, su rostro parecía ir serenándose y todo su cuerpo acabó cayendo en un profundo sueño, tardó alrededor de media hora en convencerse del todo, pero el cansancio debió ayudarla.

Al final me quedé solo con mi única compañía que la carretera y un hermoso amanecer, el sol salía a nuestras espaldas, pero llenaba el cielo de muchas tonalidades, trasformaba los negros árboles de la noche por diferentes tonos verdosos, llenando toda la vista de vida. Un hermoso despertar para un día con un esperado trágico final.

ALEXA

No había dormido en toda la noche, la emoción y la espera me había mantenido en vela y ahora la naturaleza me recompensaba con un hermoso amanecer. Hoy el cielo estaba completamente despejado y se podían distinguir múltiples de tonalidades azules, todo parecía despertar a cada segundo, dándome los buenos días a lo que sin duda será un gran día.

No sabía cuando iban a hacer su gran aparición los elementos, pero si sabía que no tardarían mucho, Kai no era precisamente paciente cuando se trataba de su chica y casi podía sentir como se iban acercando poco a poco.

Me quedé hipnotizada con el paisaje y ni siquiera fui consciente de que el cielo ya estaba completamente azul claro y que Billie estaba sentado a mi lado, observándome.

- ¿Has dormido algo? – dijo con tono de preocupación.

- No. Pero no importa, me siento mejor que nunca. – y era verdad, aún sentía ese cosquilleo en el estomago por lo que va a pasar.

- Iré a preparar café. – dijo levantándose y yendo hacia la hoguera que habíamos encendido anoche y de la cual aún quedaban las brasas.

Saqué de la mochila una barrita energética, era mi única comida desde que habíamos llegado y ya pensaba en el chuletón que me iba a comer para celebrar mi futura victoria.

Y entre risas, bromas sobre los elementos o sobre la brujita y alguna conversación profunda con Billie, pasamos la mañana. El ambiente olía a una victoria inmediata y mi sensación de que cada vez estaban más cerca, incrementaba conforme pasaba el tiempo.    

Ya tenía mi estrategia para cuando llegaran, la rubita los esperaría amordazada en la entrada de la cueva, justo al límite y atada con una cuerda por la cintura. Cuando los elementos apareciesen, la atraería hacia mi posición tirando de la cuerda, lo suficientemente dentro como para que nos vieran desde fuera, pero también para que el efecto de la cueva no acabara con la brujita. Billie tendrá el otro extremo de la cuerda para atraer a la rubita hacia el interior de la cueva, por si los elementos se revelaban. Mi intención era conseguir que Kai entrase en la cueva, si a una simple bruja de la luz había estado a punto de asfixiarla, ¿qué hará con un elemento? Sentía curiosidad. Mi mente ya fantaseaba con un Kai esparcido entre las paredes o evaporado o derretido como si fuese una vela.

Debía dejar de imaginar, empezaba a entusiasmarme demasiado.

Aunque la mañana pasó rápida, no pude decir lo mismo de las siguientes horas, las ganas de que llegaran y la necesidad de acción hacían que mirase al cielo cada pocos minutos, los relojes habían dejado de funcionar así que solo me quedaba el recorrido del sol.

Y justo cuando el sol dejaba de dominar el cielo para colocarse en un lateral con una tenue luz naranja, la cueva dio un temblor al notar la presencia de su rival. Ya no quedaba más tiempo, esto iba acabar aquí y ahora.

MATT

- Creo que deberíamos esperar a mañana, está a punto de anochecer. – dijo Malak mirando al cielo.

- No, es la primera vez que notamos su fragancia desde que salimos, no dejaré que se pierda entre tanto bosque. – dije con más furia de la que pretendía.

No podía creerme que me lo estuviese proponiendo de verdad, habíamos conducido demasiadas horas a ciegas, con tan solo la pista de un mail. En todas esas horas habían pasado demasiadas hipótesis por mi cabeza, ¿estaremos persiguiendo una pista falsa? ¿conduciríamos en sentido contrario? ¿y si han borrado el mail bueno y han dejado ese para despistar y así no poder seguirlos? Estaba claro que ella no quería que le siguieran, no sería tan descabellado…

Otra idea que pasa por mi cabeza es que no hubiesen conseguido salir de la comunidad, lo cual convertía en inútil a este viaje. A nosotros nos había costado sudor y lágrimas salir de allí, Malak había estado a punto de no contarlo cuando un sombra le lanzó volando contra un árbol, por suerte Leia había estado atenta para frenar el golpe. Reconozco que habíamos tenido mucha suerte, decidimos salir por el este ya que era la salida más alejada del centro de la ciudad, los sombras irían derechos a la sede y nosotros necesitábamos salir rápido, tan solo un pequeño grupo nos retrasó en nuestra salida. Pero… ¿y si ellos no habían tenido esa suerte? ¿y si habían tomado la salida equivocada y no lo habían conseguido? Podrían ser rehenes ahora mismo…

Por todo eso, en cuando hemos bajado del vehículo y he notado su fragancia, mi estomago pareció recuperar levemente su estado natural. No había duda, ella estaba más cerca cada vez y no pararé solo porque Malak tuviese miedo a la oscuridad.

Al final mi mirada enfurecida acabó convenciendo a Malak, el cual se acercó al maletero del vehículo y sacó tres linternas y una mochila con provisiones. Tenía que dar con ella, tenía que encontrarla y detenerla, no viviré en un mundo donde ella no estuviese.

Adalia, estoy muy cerca. ¡Espérame!

KAI

Llevábamos horas en este bosque, apenas quedaba luz que nos iluminase y los altos y frondosos árboles no facilitaban la visión. El GPS parecía perder señal conforme avanzábamos, hace unos kilómetros marcaba que quedaba media hora para nuestro destino, pero según andábamos ese tiempo variaba de forma inestable, pasaba de las dos horas a dos minutos en tan solo un metro.

- Daré algo luz. – dijo Adalia encendiendo sus manos en llamas.

Eso ayudó mucho, ahora no solo veíamos donde pisábamos, sino también lo que teníamos delante, y era desesperantemente igual. El paisaje era hermoso y monótono, todo eran árboles altísimos, estrechas zonas donde pasar y una tierra en ocasiones húmeda y en ocasiones seca.

- Deberíamos estar cerca, según este mapa… - dijo Dayan que era quien llevaba el GPS.

- Estar atentos, no creo que tengamos una bienvenida muy acogedora. – dije mientas activaba todos mis sentidos y cargaba todo el poder.  

Andamos unos diez minutos más sin que notásemos nada fuera de lo normal, lo único que parecía cambiar era la iluminación, ya era completamente de noche y tan solo nos iluminaban las manos de Adalia.

- Algo le pasa a este chisme. – dijo Dayan golpeando el GPS. - ¿Se habrá quedado sin pilas?

- Déjame ver. – dijo Isaura quitándole el aparato de las manos. – Parece más como un cortacircuitos.

Nos habíamos parado por completo a mirar el GPS, sin él, no seríamos capaces de llegar hasta Eve. Dayan e Isaura discutían sobre si debían abrirlo o no para comprobar el cableado, a pesar de que ninguno de los dos entendían nada sobre electrónica. Adalia, en su lugar, les dejó un fuego encendido para que hicieran lo que quisieran y se fue a comprobar el perímetro, se fiaba tan poco como yo sobre todo esto.

- ¿Crees que la cueva tiene algo que ver? – me preguntó Adalia mientras comprobábamos que no hubiese nadie cerca.

Ella estaba pensando igual que yo, la cueva debía estar cerca.

- Lo que sí sé, es que no debe de estar muy lejos, pero con esta oscuridad, quizás la tengamos justo alado y no la vemos.

- Podría quemar el bosque… - dijo guiñándome un ojo.

Sonreí a su propuesta y seguimos con la comprobación. Todo parecía absolutamente tranquilo, lo cual resultaba raro ya que esto era un bosque, al menos debía haber pájaros o algo así… pero desde que hemos llegado, no habíamos visto ni una lombriz, nada.

De repente la oscuridad fue total, Adalia había apagado sus manos y el fuego de Isa y Dayan de repente, ahora solo podía ver la luz que se queda grabada en tu retina. Cerré los ojos intentando quitármela, pero nada…

- Pero… ¿qué haces? – pregunté sin comprender.

- ¡Sshhh…! – dijo ella poniéndome su mano en mi boca e indicándome donde debía mirar. 

Noté una presencia a mi espalda, Dayan e Isa habían venido para ver lo que había provocado esa actitud en Adalia. Al principio no vi nada, la mancha grabada en mi retina me dificultaba enfocar, pero al cabo de unos segundos esa mancha se convirtió en otro fuego, un fuego que estaba a unos quince metros de nuestra posición y parecía estar hecho aposta.  

Nos acercamos un poco más para ver mejor, mi corazón palpitaba de forma descontrolado, mis manos temblaban y hasta iba dejando un rastro de agua que iba cayendo de mis dedos, Eve podía estar a tan solo unos metros de mis brazos, podía volverla a ver, notar su mirada puesta en mí. Entonces, ¿por qué sentía miedo? ¿y si no estaba…viva?

Tengo que continuar, sea cual sea el resultado. – me animé a seguir.”

Había dos sombras alrededor del fuego, parecían estar asando algo, pero no me detuve en ellos, apoyada contra la pared y al lado de lo que parecía la entrada de una cueva, había una tercera figura, una chica rubia, delgada, amordazada y muy magullada, pero viva, estaba viva.

- Hija de puta. – susurré mientras de mis manos salía dos buenos chorros de agua a causa de la impotencia.

- No pasará de esta noche, esa sombra morirá, ya lo verás… - dijo Dayan golpeándome el hombro en señal de apoyo.  

Ya sabía que iba a morir, pero ahora que había visto a Eve, me entró la enorme necesidad de matarla yo mismo, matarla con mis propias manos, verla ahogarse, sentir su angustia por no poder respirar. Sé que no es la primera vez que tengo esta necesidad, pero ahora se hacía posible, quiero que Alexa sufra antes de morir.

- Ella será mía. Yo mismo la mataré. ¿Entendido? – dije apretando los dientes de la rabia.

Ninguno se negó a tal petición y los cuatro nos miramos en busca de una aprobación global de lo que íbamos hacer ahora. Y una vez estuvimos todos preparados, Adalia dijo:

- Bien, pues vamos allá.

Y tras eso, miró hacia el fuego que teníamos delante y lo hizo crecer tanto y tan rápido, que el fuego se tragó a los dos sombras sin que ellos se diesen cuenta de lo que pasaba.

Rápidamente salimos de nuestro escondite y fuimos a proteger a Eve de los siguientes ataques, pero antes de que yo pudiese lanzar un chorro de agua hacia la abertura de la cueva, algo tiró de Eve de la cintura y la llevó, como si fuese tan solo un pelele, hacia el interior de la cueva.

El fuego de Adalia nos permitía ver unos cuatro o cinco metros de cueva, lo suficiente como para ver a Eve, la cual estaba tumbada en el suelo, con gesto de dolor y mirándome con una mezcla de pena y esperanza en sus ojos. Junto a ella, Alexa nos miraba con una gran sonrisa petulante en su rostro, como si estuviésemos justo donde ella quería. ¿Y si así fuera? ¿y si todo esto es lo que ella quiere? Podría ser una trampa…

Vi como algo parecía moverse en la tierra, como si fuese la silueta de una anaconda yendo hacia la abertura de la cueva. Necesitaba pensar, necesitaba tiempo.

- Dayan, ¡detente! – dije en susurros para que Alexa no me oyera. – Esto no me gusta.

- ¿A qué te refieres? – dijo Isa.

- Estamos donde ella quiere, Eve está donde ella quiere. Pero… ¿qué es lo que quiere?

Entonces volví a mirar a Eve, ahora ya no solo había pena en su rostro, estaba sufriendo, algo parecía estar matándola desde dentro. Miré a Alexa y ella estaba a medio metro de Eve, no la estaba haciendo nada, tampoco tenía a nadie detrás.

- Es la cueva. – dijo Adalia, la cual parecía haber visto lo mismo que yo. – La cueva está matando a Eve.

Oírlo en voz alta provocó que me hirviera la sangre, pero eso solo lo hacía más real de lo que ya era. Di un paso hacia delante con las manos levantadas en señal de rendición, no iba a permitir que Eve muriese, me daba igual nuestro destino, me daban igual los sombras, me daba igual la magia, ella no iba a morir aquí, no así.

- Kai, ¿qué haces? – preguntó Isa asustada.

Pude ver de reojo como Dayan se lanzaba hacia mí para frenarme y no me quedó más remedio que levantar un muro de agua entre mi posición y la de mis hermanos. Dayan cayó de espaldas en cuanto impactó contra mi muro y pude ver su incomprensión en sus ojos, como si él no hiciese lo mismo estando en mi posición… Isa tenía la misma mirada que Dayan, pero Adalia, ella tenía otra mirada muy distinta, ella me apoyaba y me animaba a algo…

- No descartes una oportunidad. – fue lo único que dijo.

Afirmé con la cabeza en señal de comprensión. Me estaba pidiendo que salvara a Eve, pero que también matara a la zorra que la tenía secuestrada, que no desaprovechara ninguna ocasión de acabar con su vida.

Me acerqué más a la entrada de la cueva, mis ojos no podían apartarse de Eve, la cual estaba roja como un tomate y parecía no poder respirar bien.

- Entraré si la sueltas. – dije bien alto para que Alexa me oyera.

- Entra y la soltaré. – replicó ella.

Su sonrisa no se borraba de su rostro, aunque ahora había algo más, había victoria, como si esto ya hubiese terminado.

“Zorra, esto no ha hecho más que empezar – pensé fríamente.”

Dudé unos segundos en la línea que separaba el bosque con la cueva, sabía que no iba a ser agradable una vez dentro. En esos segundos también quité el muro que frenaba a mis hermanos, aunque dudaba que una vez dentro, ese muro se fuese a mantener el solo. Y tras tener todo hecho, respiré hondo y di un paso hacia delante.

Al principio no noté nada, pero entonces el pecho empezaba a quemarme con cada bocanada de aire, era como si hubiese tragado fuego. Me llevé las manos a la garganta e intenté mantener el tipo, al menos hasta que soltara a Eve.

- Ya…me tienes… dentro. – el quemazón no me dejaba hablar deprisa, por no mencionar la voz ronca que me salió. - ¡Suéltala!

- ¿Verdad que es curiosa esta cueva? – dijo haciendo gestos teatrales con las manos. – Yo no siento nada aquí dentro, pero aquí la rubita murió el otro día por pasar mucho tiempo aquí. – eso me hizo tensarme, ¿qué quería decir? Ella estaba aquí. – Tranquilo William, suerte que uno de los nuestros supo hacer un masaje cardiaco.

Mis hombros volvieron a la tensión original, nada comparado con la que me había creado la mención de la muerte de Eve.

El dolor que había tenido que soportar Eve era mucho más del que me imaginaba, apenas podía comprender como aún seguía con vida. Pero todo esto solo me ayudaba en mi venganza, Alexa era una mujer muerta.

- Pagaras… lo que has hecho. – conseguí amenazarla.

- ¿Tú crees? Echa un vistazo a tu alrededor William, ya he ganado.

- Me llamo Kai. – tres palabras que consiguieron salir de mí con rabia. - ¡SUÉLTALA! 

Alexa retrocedió unos centímetros y me miró con curiosidad. El pecho me ardía y creía que acabaría echando fuego por la boca, pero no me dolía tanto como la cara de crueldad de la sombra, algo maquinaba su oscuro cerebro y no me gustaba…

- Aun recuerdo todo lo que esta puta ha hecho por mí. – dijo levantando a Eve del cuello de la camiseta y manejándola como si fuese un muñeco. – Mataste a Samantha, aunque en parte te agradezco que lo hicieras, me llevaste a liderar mi grupo, pero jugaste sucio con William, era mío, yo le besé primero.

- Que…que… - Eve intentaba decir algo, pero apenas se la oía.

- ¿Dices algo, putita? – preguntó Alexa acercándola a su oído.

- ¡Que... que te jodan, zorra! – fue apenas un suspiro, pero me hizo sentirme orgulloso de ella.

Muy diferente fue el sentimiento de Alexa, la cual se puso roja de ira, la agarró del cuello y la presionó contra la pared.

Era la peor visión de toda mi vida, una cosa era imaginar la tortura que había recibido y otra muy distinta verla. Corrí y llegué a ellas en dos zancadas rápidas. Frené mi carrera contra el cuerpo de Alexa, lo que hizo que ambos cayéramos hacia el interior de la cueva. Empecé a sentir el peso de esta en mi pecho, cada vez era peor y más duro de soportar, apenas entraba aire dentro de mí y lo poco que entraba, ardía.

- ¡CORRE EVE! – grité para que al menos ella saliera de la cueva.

Pero en cuanto grité, Alexa agarró algo del suelo y tiró con todas sus fuerzas. Eve seguía atada con una cuerda y le era imposible soltarse. Llegó hasta nosotros casi volando y una vez llegó, pasó algo que ni siquiera comprendí en un primer momento. Alexa sacó un objeto plateado de un bolsillo y se lo clavó en el costado.

- Esto por lo de Londres. – dijo Alexa con toda su rabia.

Tardé unos segundos en comprender lo que estaba pasando a tan solo unos centímetros de mí, pero cuando lo comprendí, solo pude hacer una cosa:

- NOOOOOOOO – grité. - No, no, no, no, no…no pude ser. Eve, amor mío…

Me incorporé a besarla y casi pude sentir su dolor, su cara transformó en la peor mueca que había visto nunca y de su boca salió un grito ahogado que apenas se oyó pero que consiguió erizar los pelos de mis brazos. Teníamos que curarla, sacarla de la cueva y curarla entre los cuatro.

- Aguanta cariño, te curaremos. – dije mientras intentaba levantarme para sacarla de aquí.

- ¿Dónde te crees que vas? – preguntó Alexa mientras me cogía del tobillo para que no me fuera.

Tenía a Eve cogida en brazos y ella seguía atada con esa estúpida cuerda. El cuchillo seguía en su costado y Adalia, Isa y Dayan me esperaban justo en la linde de la cueva.

- Eve cariño, lo siento pero te va a doler. – le avisé.

Ya tenía mi plan formado en mi cabeza, pero sabía que no iba a ser agradable. De un solo tirón saqué el cuchillo del cuerpo de mi chica y corté la cuerda justo en el momento en que alguien tiraba de ella. Una vez eso, no miré atrás para ver quien había tirado de esa cuerda, pateé la cara de Alexa para que me soltara y corrí todo lo rápido que pude.

En mis brazos iba notando como el cuerpo de Eve se relajaba cada vez más, la mancha roja que había en su cuerpo aumentaba más de lo que me atrevía a mirar y apenas oía su respiración. “Aguanta cariño, por fin te tengo en mis brazos.”

- ¡BLOQUEA LA PUERTA! – le grité a Adalia una vez salimos de la cueva.  

Noté un calor a mi espalda y supe que un muro de fuego impedía la salida de los sombras. Pero ahora eso no importaba, primero salvar a Eve, luego matar a la sombra… 

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Y aquí otro capi, ya quedan muy muy muy pocos....tan pocos, que no sé si quiero escribir el siguiente por miedo a que termine... me sentiré sola sin mis elementos...ainnss!! Pero como suelen decir, "toda buena historia ha de tener un final"

Este capítulo se lo dedico a vero_1998, llevas apoyandome desde hace mucho, espero que te guste. :D 

Empiezo mi jornada de verano la semana que viene, por lo que mi tiempo libre será un poco mejor... espero tener el siguiente capi para esa semana. 

Y ya saben, pulsen a la estrellita si les ha gustado y comenten lo que les ha parecido. Un abrazo bien grande y buen fin de semana... muakss!!

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