Capítulo 10: La suerte en el lado del mal.
Capítulo 10: La suerte en el lado del mal.
ALEXA
Ya llevábamos horas en este país, habíamos aterrizado y pasado el control de pasaportes sin llamar la atención. Pero una vez fuera del aeropuerto, hemos dejado a un hombre trajeado sin sentido en medio del aparcamiento. Su error había sido tener un todo terreno negro y con un buen motor.
El plan era sencillo, pero requería una enorme paciencia que parecíamos no tener. Teníamos que ir pueblo por pueblo en busca de algún rastro que nos llamara la atención, ya sea de nuestro bando como del de ellos. Si nos encontrábamos con algún brujo de la luz, le torturaríamos hasta que confesara el paradero de los elementos. Y si nos encontrábamos a alguien de los nuestros, expondríamos nuestros conocimientos a cambio de la unión en su grupo.
Sabía que eso último era lo que más nos iba a costar, en el caso de ponerse fea la situación, Billie estaba dispuesto a reclamar el liderazgo del grupo al jefe del mismo, cosa que solo se podía hacer matando al antiguo jefe.
- Deberías ser tú la líder del grupo. – me dijo Billie una vez le expuse el plan.
- No quiero liderar el grupo, pero quiero que esté bajo nuestros dominios. – dije con desgana.
Tenía mis propios planes y el estar preocupándome de sombras inexpertos, no era uno de ellos. Sabía que los elementos tenían que tramar algo, una guerra no era suficiente para acabar con nosotros, puesto que no todos participarían… ¿Pero que podía ser? ¿Qué podía acabar con todos los sombras del planeta sin afectar a los de la luz? No tenía respuestas y las necesitaba, pero quería tener seguidores y ahí era donde entraba Billie, él se encargaría de manejar a mi ejército para cuando yo diese la orden de atacar.
Pero lo primero de todo era encontrar algún rastro de magia. Si se suponía que los elementos estaban en este estado, no entiendo porque nos está costando tanto encontrar rastro de algún brujo. Tuvimos que inspeccionar al menos cinco pueblos para encontrar un ligero rastro de un brujo. Casi podía decir que era uno de la luz, pero el rastro era demasiado débil y para colmo, se adentraba hacia el bosque.
- ¿Estás bien para una excursión forestal? – me dijo Billie con una media sonrisa.
Los puntos aún me tiraban un poco, pero ya estaba casi cicatrizado al cien por cien, en nada estaría totalmente recuperada. Pero para un paseo entre árboles, estaba en perfectas condiciones.
- Sígueme si puedes. – le desafié. Él se rió de mi comentario y ambos nos adentramos en el bosque.
Cada vez estaba más claro que el rastro era de un brujo de la luz, era demasiado empalagoso y hacía que tuviera ganas de vomitar. Pero a pesar de eso, aceleramos el paso para intentar pillarle. Sabía que la información que nos facilitara, aunque nos costase sacársela, sería muy beneficiosa para saber hacia dónde dirigirnos.
- ¿No crees que es algo raro que un luz se adentre en el bosque de esta manera? ¿y solo? – dije en voz alta, pero Billie no contestó al no saber qué decir, él pensaba exactamente igual que yo.
Llevábamos andando más de dos horas, el rastro era cada vez más fuerte y más extraño. Un brujo no se adentra en el bosque a no ser que…
- Una comunidad. – dijimos Billie y yo a la vez con voces excitadas por la emoción.
Encontrar una comunidad de brujos era algo muy extraño, implicaba una clara desventaja hacia los brujos de la luz ya que ellos ocultaban todo ahí dentro, ellos siempre tenían la confianza de estar seguros en ese lugar. Pero si los sombras las descubren, puede ser el fin para todos ellos.
- ¿Sabes lo que significa esto, verdad? – me dijo Billie mientras yo seguía con mi sonrisa en la cara. – Esto te dará tu ejército. - Ahora sonreí incluso más.
Había muchas posibilidades de que esta fuera la comunidad donde se ocultaban los elementos. No hay muchas comunidades por zonas, ya que si no sería muy fácil dar con una por casualidad. Siempre buscaban lugares muy ocultos, sitios que no se encontraran dando un paseo o buscando en un mapa.
Me paré de repente y acto seguido lo hizo Billie, le habíamos encontrado o mejor dicho, la habíamos encontrado. Era una bruja de la luz, oculta en unos matorrales y a unos cien metros delante de nosotros. No nos había visto, estaba más preocupada por lo que tenía delante como para preocuparse de lo de detrás. Billie y yo nos ocultamos detrás de unos árboles y observamos el espectáculo.
No sabíamos muy bien que pasaba, por la pinta, la bruja parecía estar ocultándose de alguien y por un momento pensé que serían de los nuestros, que por fin había encontrado mi ejército. Entonces ella sacó un objeto plateado del bolsillo y encendió una pequeña llama para acabar mandando una bola de fuego hacía lo que tuviese delante.
La llama se apagó como si de una vela se tratase, ni siquiera llegó a alcanzar el objetivo cuando esta desapareció. Fue un control del aire muy bueno, de un brujo de nivel diez. De repente una gran ventisca de aire envolvió a la bruja oculta y a esta no le quedó más remedio que quedarse completamente paralizada. Nunca había visto nada así, parecía tener un torbellino de aire en forma de jaula. Billie y yo nos miramos asombrados y mi mente ya parecía estar dando saltos de alegría. ¿Es posible que hubiésemos encontrado un elemento?
Una pareja apareció en la zona donde la chica había quedado encerrada en su jaula. Era dos brujos, chico y chica. El chico parecía ser el más mayor, alto, castaño, musculoso y con mirada severa. Pero también era el que mantenía la distancia con el torbellino, así que supuse que lo estaba haciendo la chica, la cual apenas parecía ser mayor de edad por lo bajita que era y su pelo castaño y cara redondita, la hacían parecer mucho más joven.
Pero no importaba el aspecto, acabábamos de conocer a Aire, no había dudas de que ella era uno de los elementos que andábamos buscando. Su dulzura la hacía vulnerable, había soltado la jaula de la chica en contra de la voluntad de su compañero. Hubo un momento de tensión entre el chico y la nueva, pero Aire los detuvo a ambos demostrando una gran destreza en su campo, les mandó una ráfaga de aire a cada uno, lo suficientemente potente como para no dejarles avanzar, pero sin llegar a mandarles volando por los aires. Toda una maestra en su materia.
Aunque estaba realmente impresionada, no podía dejar de pensar que era una rival, que ella sería una de las causantes de nuestra destrucción y que no debía sentir admiración. Pero era buena y había que reconocerlo. Mejor conocer a tu enemigo a que este te pille desprevenido.
Los tres se perdieron entre los árboles y Billie y yo nos acercamos sigilosamente hacia ellos. Desde lejos pudimos ver las primeras casas de la comunidad, estaba claro que lo habíamos encontrado y nos pusimos a celebrarlo demasiado alto.
Un crujido a nuestra espalda fue lo primero que nos llamó la atención, un chico joven y moreno apareció de la nada con una bola de fuego en la mano. Era demasiado joven para mí y venía solo, cosa que él pareció notar en seguida. Aún así sabía que no se rendiría, era un brujo de la luz destinado a proteger las “murallas” de la comunidad y más sabiendo que tenían a su arma más preciada dentro.
El chico lanzó la bola de fuego con todas sus fuerzas, pero en vez de apartarla, dejé que cayera a una zona de hojas secas. Estas prendieron enseguida y ahí tuve mi arma.
Billie se escabulló entre los arbustos y los árboles para aparecer justo detrás del chico. Este estaba tan asustado que ni siquiera era capaz de pensar con claridad y mucho menos conseguir ver a tiempo el movimiento y agarre de Billie, en dos segundos lo tenía inmovilizado.
De haber sido un brujo experimentado hubiésemos tenido más problemas, pero dudaba que este llegara a los veinte.
- ¿Qué edad tienes, chico? – dije para solventar mi curiosidad.
- Dieciocho. – contestó él con furia mientras intentaba soltarse del agarre de Billie.
No obtuvo ningún éxito y yo casi estaba decepcionada por la facilidad con la que iba acabar con él. Casi esperaba un reto, pero parecía que hoy la suerte estaba del lado del mal.
- Bien chico, cuéntanos que se está cociendo en esta comunidad y te dejaremos con vida. – esperaba que fuese tan tonto como para creérselo.
- Puedes matarme porque no diré nada. – era demasiada suerte.
Pero aún me quedaban unos cuantos trucos sobre la manga. Él aire no era uno de mis elementos fuertes, pero mis conocimientos valían de sobra para esto.
- Billie, ábrele la boca al niño, ya que no va a hablar, que al menos la use para algo. – dije con mirada diabólica.
Vi el terror en su cara cuando comprendió lo que le iba hacer, le iba a hinchar como a un globo, iba a meter tanto aire en sus pulmones que estos se colapsarían y acabaría ahogándose. En mi punto de vista, el dolor y la asfixia eran las torturas más efectivas, si con ello no conseguías la información, ya podías matar al sujeto y dejar de perder el tiempo.
Pero este sujeto en concreto era un niño recién activado, seguro que apenas hace dos meses que salió de la academia con todos sus poderes. No tenía experiencia y mucho menos conocía la maldad, eso podía decidir en cualquier decisión.
Aguanté un minuto inyectando el aire a la fuerza en sus pulmones, sus ojos empezaban a voltearse en señal de desmayo y las fuerzas de su cuerpo empezaban a fallar. Al final le solté y esperé otro minuto para decir:
- Te lo volveré a preguntar chico. ¿Qué es lo que se está cociendo en la comunidad? Sabemos que hay elementos, dinos que traman. – le susurré al oído, a veces el susurro era más terrorífico que el grito. Y tampoco quería que me oyeran más brujos.
- No lo sé. – dijo él sin fuerzas.
- Respuesta equivocada. – dije mientras Billie volvía a abrirle la boca.
Esta vez aguanté menos, sabía que sus fuerzas estaban flojeando y muerto o desmayado no me servía de nada.
- No lo sé, de verdad que no sé nada. – dijo mientras tosía e intentaba expulsar el aire extra de sus pulmones.
- Algo sabrás. – dije yo animándole a que nos contara cualquier cosa.
Empezaba a pensar que un estúpido niño no sabría nada de las decisiones de los jefes, que quizás dijera la verdad. Pero esperaba que fuese un niño perfectivo y me pudiese contar como estaba viendo él la situación.
- Yo…yo… - empezó a tartamudear y mi paciencia se agotó. Cogí una bola de fuego de las pequeñas llamas que él mismo había generado y se la acerqué al ojo. Su piel empezaba a ponerse al rojo vivo y Billie le tapó la boca para que no chillara. – No, no, no…por favor.
- Cualquier información puede salvarte la vida, niño.
- Los jefes… - dijo casi chillando. – Los jefes de todas las comunidades del país están aquí. Ayer tuvieron una reunión y acordaron el número de luchadores que iba a aportar cada uno.
Lo dijo todo de carrerilla y con voz aguda. Esto era mucha más información de la que esperaba, estaba claro que era un chico curioso y casi me daba pena tener que matarlo. Pero era mejor así.
- No diré nada, lo juro. – empezó a rogar el chico una vez tomé la decisión de como matarlo. – Nadie sabrá que tenéis esta información en vuestro poder.
Él chico sabía jugar a esto, sabía que esa era la única promesa con la que yo me pudiese apiadar de él. Pero olvidaba una cosa, yo soy una sombra y no siento pena por nadie y mucho menos tengo piedad con mis enemigos.
- Billie, ábrele la boca. – dije mientras sonreía al chico de manera dulce y amenazante.
- NO NO NO… dijo que me salvaría. – empezó a patalear y a revolverse en los brazos de Billie, pero este era mucho más fuerte que el niño y apenas se movió un centímetro.
- Esta será tu última lección chico, no te fíes de un sombra.
Y tras decir eso, Billie le abrió la boca y mi bola de fuego le entró por ella hasta el estomago. Olía la carne quemada en el momento que se la introduje, su cuerpo empezó a convulsionar en cuestión de segundos y en unos dos minutos, se quedó inmóvil en el suelo.
Los dos miramos el cuerpo y comprobamos que efectivamente estaba muerto, quise enterrarlo y ocultarlo todo lo que fuese posible, pero fue Billie quien me dio una idea mejor sin ni siquiera saberlo.
- Ya están organizando sus tropas. Si esperamos mucho más, empezarán a llegar luchadores de cualquier parte del mundo. – dijo mientras me miraba preocupado.
Así que debíamos hacernos notar, meterles el miedo en el cuerpo y obligarles a actuar cuanto antes. Las prisas llevan a cometer errores y dado que lo tenían todo a su favor, un error nos vendría muy bien en estos momentos.
Busqué un árbol que tuviese las ramas bajitas, tenía una idea bastante grotesca para hacernos ver sin ser vistos. Encontré el tronco de un árbol viejo donde le salían dos ramas a cada lado en forma de cruz. Mandé a Billie que me trajera el cuerpo del chico y le atamos a modo de crucifixión en el árbol. Pero aún me quedaba algo, una marca en la que supieran que era yo, que seguía viva.
- Billie, la navaja. – le pedí mientras extendía la mano para que me la diera.
Él obedeció sin rechistar, aunque no sin antes echarme una mirada de incomprensión. No le presté atención, cogí la navaja que habíamos encontrado en el coche robado y le rajé la camiseta para dejar el pecho descubierto y poder grabar mi mensaje en él.
“Will, la siguiente será tu putita. A”
La sangre empezó a salir tímidamente, era solo la superficial que bordeaba la piel, puesto que las venas ya no bombeaban sangre. Apenas se entendía el mensaje, pero sabía que acabarían viéndolo.
- Vámonos de aquí. Ahora necesito mi ejército. – dije mientras le devolvía la navaja a Billie y emprendía la marcha de regreso al coche robado.
KAI
Los entrenamientos de esta mañana me habían servido para ver mis déficits, aún tenía mucho que mejorar en el aire e Isa se había comprometido a ayudarme con ello. La parte de manejar algo que no veo era lo que más me costaba, pero Isa no dejaba de decirme que el aire siempre estaba ahí, que lo imaginara de algún color si eso me ayudaba. Pero no lo hacía.
Habíamos vuelto a la casa a la hora de comer, aún no había conseguido encontrar ni un segundo a solas con Adalia, había tanto de lo que debíamos hablar… Pero lo peor es que nuestra relación se había enfriado, ella estaba borde conmigo (más de lo normal), me evitaba y cada vez que yo decía algo, me miraba como si tuviese la culpa. ¿Acaso cree que no me siento mal por mentir a Eve de esta manera? La amaba tanto que me dolía.
Pero tenía que solucionarlo, sí o sí. Así que cuando entramos en la casa y todos se fueron hacia la cocina, donde Maura nos esperaba sentada en la mesa para comer, yo dije:
- Adalia, necesito tu ayuda arriba. – y sin darla tiempo a responder o a asesinarme con la mirada, la cogí de la mano y la subí a la habitación.
Noté las miradas de Isa y Dayan en nuestra espalda, esperaba que ni Eve ni Matt se pensaran nada que no era, pero esto no podía quedarse así.
- ¿Te has vuelto imbécil? – dijo en un tono hostil nada más cerrar yo la puerta.
- Tenemos que hablar, así será mucho peor para todos. – le dije en el mismo tono que estaba usando ella conmigo.
Yo era el rey de ese tono, había crecido con él, era el tono habitual que usaba con mi padre, me salía automático y si ella quería jugar a esto, así sería.
- ¿De qué quieres hablar? ¿De algo que no sabemos? ¿de lo incomprensible del mensaje de esa mujer? – solo le faltaba empujarme para crear más hostilidad. – Tú y yo nunca seremos Isa y Dayan.
- Eso ya lo sé. – dije ahora muy tranquilamente, había comprendido el motivo de su hostilidad y ahora hasta me hacía gracia.
¿Creía que yo quería algo más que nuestra relación de hermanos? ¿Qué la miraba con los mismos ojos con los que mira a Eve? Parecía confusa con mis cuatro cortas palabras, como si después de eso no comprendiera el motivo de esta mini reunión entre los dos.
- Sé que no seremos como ellos, pero debemos hacer posible esa conexión. – dije sin saber muy bien lo que decía. – Estoy seguro que para ellos les resultará fácil saber de qué se trata, pero para nosotros no y esta hostilidad no nos ayudará en nada.
- ¿Desde cuándo eres tú el maduro? – dijo ella con una sonrisa burlona y con una ceja levantada.
- Desde que me crucé en el camino de una chica que es más tozuda que yo. – contesté poniendo la misma sonrisa de burla.
No hacía falta nada más, nuestra relación no era de abrazos y cariños, más bien de insultos y burlas. Y como eso ya lo teníamos, significaba que todo estaba bien y que habíamos vuelto a la normalidad de antes de aquella mujer, aunque eso sí, con más dudas.
Mientras bajábamos las escaleras para comer, sonó el timbre de la puerta. Llegamos justo para ver a un Derek con la cara descompuesta por el temor. Un nudo se posó en mi estomago y ni siquiera me importó no comer, solo quería saber porque no hacía otra cosa que mirarme a mí.
- Tienes que ver algo. – me dijo con la voz rota. – Podéis venir todos, pero no será agradable.
Todos menos Maura salimos de la casa y nos adentramos en el bosque. Andamos bordeando la comunidad hasta que llegamos a una zona donde la imagen era de lo más desoladora, no daba señales de buenas noticias por ningún lado. Había un gran grupo de unas diez personas bordeando un árbol. Una mujer lloraba en los brazos de Gadreel mientras este intentaba consolarla. Todo estaba en silencio a excepción de los llantos y gritos incomprensibles de aquella mujer.
- Kai, creo que el mensaje es para ti. – me dijo Derek mientras nos guiaba hacia lo que miraban esas diez personas en un árbol.
Oí un grito de Isaura en cuanto lo vio e incluso Adalia giró la cabeza hacia el hombro de Matt para no verlo. Pero ni Eve ni yo pudimos apartar los ojos de aquella horrorosa imagen. Un chico, no más mayor que nosotros, torturado hasta la muerte y colgado de un árbol como si fuese un trofeo que enseñar.
Pero lo peor de esa imagen estaba por llegar, uno de los observadores pasó una esponja húmeda sobre el pecho descubierto del chico y tanto Eve como yo entendimos porque no podíamos dejar de mirarlo, el cadáver era para nosotros o más bien para mí. Alguien que conocíamos muy bien había grabado el pecho del chico con las palabras: “Will, la siguiente será tu putita. A”
- Yo la maté. – dijo Eve casi en un suspiro. – La clavé una espada en el costado. Ella murió.
- Su cuerpo desapareció. – dije para que recordara. – Quizás no estaba muerta del todo y alguien la salvó.
Notaba todas las miradas en nosotros, incluso la mujer que lloraba, que debía ser la madre del chico, había dejado su llanto para escucharnos. No iba a saber cómo lidiar con esto, era nuestra culpa que ese chico hubiese muerto, ¿cómo se lo iba a explicar a su madre?
- Derek, llévate a Sonia a su casa. – dijo Gadreel refiriéndose a aquella mujer que me miraba con más odio del que pudiera soportar. Derek obedeció y una vez que ambos desaparecieron, me dijo: - ¿Sabes quién es?
- Sí. Es Alexa, la sombra que estaba detrás de la banda que intentó matarnos en Londres. Pensamos que había muerto en el aeropuerto, pero se ve que no. – dije mientras miraba a Eve y la abrazaba. Aunque sabía que no le importaba, era una amenaza directa hacia ella.
- ¿Quién es “tu putita”? – dijo Malak usando las palabras textuales de la nota.
- Eve.
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Capítulo dedicado a mi amiga YosoyMagic, o más conocida últimamente como... Bruja Mareada...jajajaja!! y ahora que ya has leído, te diré que la parte de la tortura de Alexa fue en la que decidí que este capi era tuyo...no querías muerte y sangre...pues ala...jajajajaja!! Espero que te guste :D :D (mi mente diabólica trabajando de nuevo...hahaha!!)
Y bueno, como me he vuelto loca y celebrando mis más de 900 FANS y mis más de 10.000 VOTOS (¡¡guau!!) deciros que empecé una nueva historia, En Busca de la felicidad, espero que os guste...
http://www.wattpad.com/story/2412602-en-busca-de-la-felicidad
Mil gracias por todo vuestro apoyo y espero sus votos y comentarios respecto a este capítulo... ¡¡BESOS!!
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