EPÍLOGO

Dedicado a HugoGServin por sus ganas de que esta bruja malvada viviera para la próxima parte...te quiero mi rey

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ALEXA

La oscuridad envolvía toda mi visión, estaba tan oscuro que resultaba agobiante. No se oía nada, intentaba moverme pero mi cuerpo no respondía.

La respiración se me aceleró, la cabeza me daba vueltas por la entrada de tanto oxigeno al cerebro. Pero había algo mucho peor, había un dolor agudo en la parte de mi costado que hacía que cada respiración me doliese tanto como si me clavaran diez mil cuchillos.

Intenté gritar pero de mi boca no salía ningún ruido. Eso me desquició aún más, ¿y si estaba sorda y por eso no me oía gritar? O ¿y si estaba afónica y a mis oídos no les pasaba nada? Pero mi concentración duró poco, cada vez que me alteraba un poco, los diez mil cuchillos se apretaban contra mí haciéndome chillar de verdad.

El tiempo era algo que había dejado de tener sentido. Sabía que no debía llevar mucho así, pero para mí era como meses o años. Ni siquiera dormía, solo entraba en un estado de inconsciencia debido a la cantidad de dolor.

Y un buen día, el demonio vino a verme. Noté como una mano acariciaba suavemente mi brazo y lo que pensaba que era dolor, se convirtió en uno mucho más real, si era posible. Ahora si podía moverme y gritar, de hecho, los gritos estaban haciendo polvo mis tímpanos.

- Ponla algo para el dolor. – oí una voz autoritaria que hizo que el corazón me latiera más deprisa.

Era Billie, no había duda de que era él. Pero, ¿por qué hacia esto? ¿por qué me torturaba de esta manera? No le había hecho nada, es más, si me hubiese dejado morir, se hubiese quedado con mi puesto y ya…no hacía falta nada de esto.

De repente, lo que eran diez mil cuchilladas en mi costado, se convirtieron en diez mil una. Noté como un líquido pasaba a mi interior y lo describí como el líquido de los dioses, el dolor disminuyó hasta ser una molestia y mi consciencia se sumó en un profundo sueño sin sueños.

La luz me cegaba, ni siquiera había abierto los ojos y ya sabía que no debía hacerlo. Seguía notando el dolor de la cuchillada, pero ahora era algo más soportable, creo que es a causa de las drogas.

Notaba una presencia en la sala, una respiración regular que indicaba que quien fura, estaba dormido.

Eso me dio la fuerza necesaria para abrir los ojos. Tras unos minutos de ceguera iluminada, conseguí empezar a enfocar objetos, como el fluorescente del techo, una barra metálica que salía de detrás del cabecero de la cama, de ella colgaba una bolsa de suero que iba inyectada a mi antebrazo.

Era una habitación pequeña, las paredes estaban pintadas de un horroroso azul cielo que se suponía que relajaba pero que solo conseguía ponerme de mal humor.

También había un sillón, o al menos en algún tiempo lo fue, ahora solo parecía que había pasado por debajo una apisonadora y lo habían intentado arreglar poniendo una funda de un azul más claro que el de la pared.

Pero lo más importante de ese sillón no era su aspecto, sino la persona que dormía encima de él. Era Billie y sus ojeras llegaban hasta la mitad de la mejilla, señal de que ha pasado muchas horas despierto.

No entendía nada, ¿qué hacia el aquí? Y sobretodo, ¿por qué no estoy muerta? Recuerdo a la puta rubia clavándome un cuchillo a traición. Ya la tenía, su cuello era mío y solo me faltó unos segundos más para partírselo. Pero entonces su estúpido novio la lanzó un cuchillo y ella me lo clavo sin más miramientos.

La odiaba y le odiaba a él por ayudarla y desear mi muerte. Creí que conectábamos, él fue quien se lanzó a mi aquella noche en la puerta del hotel, la atracción física era más que obvia. En cambio, prefirió irse con la mojigata. Una protectora que no es capaz de matarme sin ayuda de su novio.

Pero esto no iba a quedar así, no sabía cómo no estaba muerta, pero juro que dedicaré los restos de mis días a idear la manera de acabar con ellos. No descansaré hasta colocar sus cabezas en las puntas de dos lanzas.

Mi agitación mental había hecho mella en mi corazón, el cual estaba conectada a una maquina que detectaba las pulsaciones. Esta se volvió algo histérica y provocó que Billie se despertara.

- Hola – me dijo en un dulce susurro. Era muy mono recién levantado.

- ¿Qué hago aquí, Bille? – dije sin rodeos, por mucho que me gustase que cuidaran de mí, me criaron para mostrar desconfianza y estaba claro que esto olía a chamusquina.

- Pues… curarte. Estás en un hospital. – dijo él juntando las cejas en señal de incomprensión.

Eso me desesperaba más, el que se hiciera el ingenuo conmigo, me ponía enferma. El pitido empezó a sonar más deprisa y Billie me cogió una mano para tranquilizarme.

- Déjate de esto, Billie. – dije mientras me quitaba su mano de un tirón, cosa que me provocó un tremendo dolor en la zona donde debía tener unos ocho mil puntos de sutura. – Dime porque narices no estoy muerta.

- Porque te saqué del aeropuerto sin que me vieran y te traje al hospital. – él empezaba a exasperarse también.

Y no me extraña, él me había salvado la vida, se había quedado a dormir en un mugriento sofá de un improvisado hospital y yo no hacía otra cosa que gritarle y acusarle.

- Y… ¿cómo conseguiste sacarme del aeropuerto sin que te vieran? – pregunté ahora más calmada, me moría de la curiosidad por la respuesta aparte de que quería tratar mejor al hombre que me había salvado.

Él me siguió mirando con desconfianza, mis cambios de humor le estaban volviendo loco y no sabía que pensar. Pero al final y tras mucho pensárselo, contestó.

- Llegué justo a tiempo para ver como aquel chico le pasaba un cuchillo a la rubia y esta te lo clavaba. – tenía mis dudas, pero estaba claro, William tenía que morir por su traición. – La rubia te empujó con aire y volaste varios metros hacia atrás hasta acabar chocando contra una pared. Recuerdo que pensé que si no te mataba la navaja, te mataría el golpe.

- No recuerdo el golpe. – dije con sinceridad. – Creo que perdí el conocimiento en el momento en que el cuchillo se clavó dentro de mí.

- Pues tienes un buen bulto en la cabeza para recordártelo. – dijo mientras que con una mano, me tocaba el bulto. – Pero entonces pasó algo, uno de los muertos volvió a la vida y todos los brujos de la luz fueron a su encuentro. Nadie te prestó atención y tuve que ser muy rápido para que no me viesen.

- ¿Te jugaste la vida por salvarme a mí? – le dije sin comprender el motivo.

- Bueno, no exactamente. Lo que no querían era que te quemaran, pensaba que estabas muerta ya que no te movías. – hizo una pausa y me miró con suplica, estaba claro que lo siguiente no me iba a gustar. – Te dejé en uno de los servicios de caballeros y cerré la puerta para que nadie te encontrara. Entonces los seguí por el aeropuerto, no me fue difícil rastrear su fragancia.

- ¡¿ME DEJASTE EN LOS BAÑOS ABANDONADA?! – no podía creerlo, estaba muy indignada y muy furiosa.

El pitido empezó a sonar de manera estridente y alertó a un médico que pasaba por la zona. Me miró y empezó a hacer las preguntas de rigor, ¿cómo te encuentras? ¿Qué síntomas tiene? ¿te duele algo? … Por supuesto, no contesté a ninguna, simplemente le miré con cara de “o te largas o mueres” y el médico fue listo y se largó.

Mientras se iba, yo le miraba y pensaba en las últimas palabras de Billie, algo en ellas debía decirme algo, sabía que mi enfado había nublado el significado de su historia.

- Un momento. – dije mientras me incorporaba y acercaba mi rostro al suyo. - ¿Sabes donde se fue el elemento? – dije mientras una enorme sonrisa se posaba en mis labios.

Apenas estábamos a centímetros el uno del otro, su sonrisa se ensanchó e inclinó su labio mostrando la maldad de sus actos y de los que estaban por llegar.

- Viajaron a Montana. – dijo él mientras levantaba una de sus cejas.

Me estaba poniendo a mil por hora. Mi mente era incapaz de imaginar otra cosa que no fuera  él y yo, revolcándonos entre mugrientas sabanas de hospital e ideando las mil maneras de matar a un elemento y a su puta.

- ¿Conoces a alguien en Montana? – dije mientras le cogía del cuello de la camisa y le acercaba más a mi hasta dejarle sin respiración.

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Y con esto...ahora sí, terminó AGUA... Espero que les haya gustado y no les haya decepcionado...

No se olviden de leer la nota de autor y agradecimientos.

Besos y ya saben...espero vuestros comentarios :D

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