Capítulo 7: Necesito ayuda.
EVE
¿Cómo iba a lidiar con el problema que tenía delante? Estaba claro que necesitaba ayuda. Pero pedirla era como dar a entender mi inferioridad. Además ¿qué diría? ¿qué un chico, que me saca de quicio, es en realidad uno de los futuros brujos más poderosos que jamás he visto? ¿cómo planteárselo a Ralph sin que suene a chiste?
Pero era mi obligación. Ya bastante estaba faltando a ella con el hecho de separarme de él y de no contarle la verdad.
Corrí hacia la zona en que hicimos la hoguera ayer, estaba apartado y la gente no llegaba hasta allí. Me senté en la arena y enterré mis dedos en ella, el contacto directo con la tierra era primordial para la comunicación, aunque la tierra estuviera casi ardiendo y el sol pegara en mi cabeza de manera abrasadora.
“- Con Gabriel – dije mentalmente”
Gabriel era el sabio de nuestra comunidad. Apenas le conocía, era un hombre de unos cincuenta años, había decidido esa forma de vida cuando perdió a un compañero por una imprudencia suya. Nadie le culpó de lo sucedido, pero él no quiso volver a salir a batallar. Ralph le colocó ahí con la esperanza de que sintiera esa chispa de volver a la acción, pero eso no parecía que fuera a pasar.
“- Identifíquese – ordenó Gabriel”
“- Mi nombre es Eve Marie Murray. Quisiera solicitar audiencia con Ralph. Dígale que es de suma importancia. – dije en mi cabeza de manera seria y seca.”
Todas la “conversación” se hacía mentalmente. Te conectas a la tierra y solicitas la comunicación, esta une las mentes y permite una conversación e incluso una trasmisión de imágenes o sensaciones. Lo malo es que debes de tener cuidado con tus pensamientos, los que están al otro lado pueden oírlos igual que tu puedes oír los suyos.
“- Y si me pregunta que quieres, ¿qué le digo? – dijo para sonsacar información”
“- Que si quiere averiguarlo tendrá que mover su preciado trasero.”
“- ¿Quiere que se lo comunique textualmente? – dijo con cierto sarcasmo.”
“- Por supuesto”
“-Espere, voy a llamarlo. Sea paciente”
Y la conexión se perdió. Yo debía de seguir concentrada y conectada a la tierra para cuando Ralph solicitara hablar conmigo. No es que no me fiara de Gabriel, es que quería hablar primero con Ralph, no sabía que era este nuevo brujo pero era algo poderoso.
Esperé durante más tiempo de lo que se considera ser paciente, pero lo fui. Las tripas empezaban a sonarme debido a que se debía acercar la hora de comer, al menos debía llevar unas dos horas conectada.
“- Con Eve Marie Murray... ¿Sigues ahí? – oí la voz de Ralph dentro de mi cabeza.”
“- ¿Te das cuenta que casi hubiese tardado menos yendo en taxi a la comunidad? ¿Qué es lo que estabas haciendo? Está a punto de darme una insolación por tu culpa. – le acusé.”
“- En realidad te ponía a prueba. – Vio la incomprensión en mi mente sin necesidad de que le dijera nada, así que se explicó – Pensé que solo llamabas para decirme que te deje volver o para contarme lo horrorosos que eran tus tíos. Pero como has esperado dos horas, quiere decir que realmente es urgente.”
Me ahorré el insultarle, simplemente pensé toda clase de improperios y de situaciones en las que le acuchillaba o le cortaba la cabeza.
“- Eres una sádica – dijo entre risas – Bueno dime, ¿qué es tan importante? Apenas llevas un día ahí, ¿qué ha podido pasar para que tengas tantas ganas de hablar conmigo?”
Sería mucho más fácil de explicar si se lo mostraba. Volví a recordar ese aroma, indeciso pero potente, muy potente. Le mostré la cara de William pero sin recrearme mucho, por alguna extraña razón no quería que lo viese a través de mis ojos.
“- ¿Estas exagerando, Eve? – preguntó pensativo mientras él volvía a recordar el aroma que yo le había mostrado”
“- Quizás me esté quedando corta. Pero hay más. – noté como Ralph se tensaba por dentro – Aun no tiene dieciocho, sus poderes no han sido activados. Los cumple en una semana, justo el sábado que viene.”
“- Increíble. ¿Hay sombras? – eso me asustó, no había caído en que podía haberlas – Debes descubrirlo. – dijo leyéndome la mente – Registra el pueblo, no le pierdas de vista ni un segundo. Es importante que se quede en nuestro bando”
“- ¿Qué, yo? No…no puedo. No nos llevamos bien, debes mandar a alguien. Prometo vigilarlo hasta que lleguen, pero no me dejes sola con él.”
“- Basta Eve. Eres la mejor luchadora que tengo aunque no hayas entrado en combate. No se me ocurre nadie mejor que tú. – vi en su mente un plan que pasó demasiado rápido para que pudiese entenderlo - Te mandaré a Steeve para que te ayude si así lo deseas.”
Steeve, no podía haber elegido a otro. Steeve era un más que fiel seguidor mío, nunca le he hecho mucho caso, más bien ninguno, pero por alguna razón él estaba obsesionado conmigo.
Pero claro, quizás sea eso lo que Ralph quería, me dice Steeve porque sabe que diré que no. Quiere que lleve esta misión yo sola, que me enfrente a Will y supere lo que sea que tengo con él. Te pillé Ralph.
“- De acuerdo, Steeve es bastante bueno. – a pesar de todo, eso era verdad”
“- Eres demasiado calculadora. Das miedo. – dijo haciéndome ver que mis razonamientos acerca de su maléfico plan de Steeve, eran correctos. – Pero aun así, creo que no hay nadie mejor que tú”
“- Conseguirás que me sonroje – dije irónicamente, eso no pasa tan fácilmente y él lo sabía. - ¿Alguna idea de que es este chico? Su aroma es demasiado fuerte, demasiado poderoso. Y aun no está activado.”
“- No hay nada que tenga tanto poder. Nada excepto algo que aun no conocemos, algo que está pronosticado que pase en breve. No hay otro razonamiento.”
“- No, no, no…me niego a pensarlo. Es imposible. De ser así, estamos perdidos. No le conoces Ralph, es inmaduro e irresponsable. Actúa como si todo girase alrededor de él. Y lo peor es que en este pueblo, es así. Simplemente, no puede ser un elemento.”
“- No pierdas la fe en la magia, Eve. Si ella le ha elegido es por algo.”
“- Sí, porque se fue de copas con un sombra. – humor negro no ayudaba mucho, pero divertía.”
“- Eve, eso es blasfemar. – me riñó, pero no estaba dispuesta a disculparme, él no le conocía. - ¿Y tú sí? No llevas ni un día ahí y te crees con el derecho de juzgar a un chico por su aspecto.”
¡Uff! Otra riña y para esta no tenía respuesta alguna. Es cierto que mi obsesión con Will era algo extraña, pero solo porque odiaba a los tíos como él, se creen superiores al resto y con derecho a manejarles a su antojo. Le daría su merecido, eso seguro.
“- Vaya, no me había dado cuenta. – dijo Ralph de repente, aunque creo que lo pensó, no tenía ninguna intención de decirlo”
“- ¿Qué? ¿de qué no te habías dado cuenta? – dije confusa”
“- Nada, olvídalo. Mañana Steeve saldrá para allá, espérale en la plaza del pueblo a las once de la noche. Es imposible mandarle antes. ¿Habrá algún problema?”
“- Me las apañaré”
Hubo una pequeña pausa en la que pensé acerca de lo que había dicho, de que no se había dado cuenta de algo, pero ¿de qué?
“- Eve, una cosa más. – hizo una pausa en la que pude ver en su mente como reorganizaba ciertas ideas que no conseguía aclarar. – Lo que tienes entre manos es el futuro de la humanidad, espero que comprendas la seriedad de este asunto y lo importante que es que él esté de nuestro lado.”
“- Lo entiendo Ralph. Por eso pido ayuda, no sé si sabré manejarlo yo sola. Parece que estoy implicada emocionalmente de alguna manera, solo tengo ganas de partirle la cara cuando estoy cerca de él y así no puedo trabajar. – dije sinceramente, necesitaba desahogarme con alguien y normalmente siempre era él.”
“- Abre un poco tu mente y tu corazón, Eve. Quizás estés equivocada en más cosas de las que crees. Cuídate. – y se cortó”
¿Qué habrá querido decir con eso último? ¿acaso necesito abrir mi corazón a Will? Alguien a quien soporto menos que a las arañas, cosa que me dan verdadero pánico.
Pero Ralph llevaba razón en muchas cosas, no había actuado como debería, tendría que haber comprobado si había presencia de sombras o haber aceptado que fuera un elemento. Tengo que intentar ser más amable con él, tengo que guiarle de alguna manera. Solo me quedaba descubrir cómo.
Hoy en la playa ha habido un momento en el que creí que podríamos tener una conversación normal, antes de que esa mujer llamase a Will a gritos, cuando yo estaba a punto de mostrarle mi magia, ahí me he sentido a gusto en su presencia por primera vez desde que le conozco.
Ahora todo eso había que dejarlo a un lado, ¿qué más da lo que yo sintiera? Había en juego algo mucho más importante que todo esto.
No pude soportarlo más, el calor me mataba y necesitaba refrescarme en el mar antes de volver a casa. Las gélidas aguas recorrían todo mi cuerpo, mis músculos empezaron a relajarse con su contacto y mi mente se despejaba con ellos.
Ahora tenía un pequeño plan, esta tarde daría una vuelta por todo el pueblo en busca de sombras o de presencia de alguna, buscaría también la plaza del pueblo para ir mañana en busca de Steve.
Al fin decidí salir del agua. Me quedé durante un rato de pie, mirando el mar, mientras me secaba y podía ponerme la ropa. Pero ya no podía evitarlo más, ya era muy tarde y debían de estar preocupados por mí.
Entré en la casa y todo el mundo me habló a la vez, por supuesto no entendí nada.
- A ver, de uno en uno, por favor. – dije levantando las manos y alzando la voz para que me oyeran.
- ¿Dónde has estado? Estábamos muy preocupados por ti. – esa era mi tía.
- Pensamos que te habías perdido, no conoces el pueblo. – ese era mi tío.
- Has estado a punto de hacerme salir a buscarte. – esa era mi prima, mirando por su propio bienestar.
- Lo siento, salí a correr y a despejarme un poco. Me entretuve hablando con uno de los chicos que conocí anoche y se me fue el tiempo. Lo siento. – repetí.
Pero me arrepentí de mis palabras en cuanto vi la cara de Sussan. Ella me miraba pidiéndome toda clase de detalles acerca de mi encuentro con aquel chico misterioso. Pero mi tía me libró, por el momento, del interrogatorio que se estaba formando en la cabeza de mi prima.
- Bien, da igual, la próxima vez avísanos, por favor.
- Pensé hacerlo, pero me dejé el móvil en la habitación. – mentí, pero para compensar la sonreí con la sonrisa más dulce que podía poner, que he de reconocer que no era mucho, pero era lo que había.
- Está bien, pues a comer. – dijo ella mientras me empujaba hacia una de las sillas de la cocina.
Mi estomago rugió en cuanto aquel olor a comida me impregno la nariz. Había cocinado pescado a la sal, algo que siempre hacía que me chupara los dedos. Pero al parecer a mi prima no le hacía mucha gracia el pescado, supongo que por aquí se come mucho.
- No te preocupes, ya me lo como yo. – dije cuando comprobé que no se lo iba a comer, ella me cedió su plato con gusto.
Devoré todo lo que me pusieron delante, parecía que no había comido en años. Supongo que el calor y el ejercicio físico causaban este efecto en mí.
- No me extraña que hagas tanto deporte con lo que comes. – dijo mi prima que me miraba con la boca abierta.
No contesté, no merecía la pena contestar a un comentario así. Terminamos de comer y Sussan me llevó arrastras hasta su cuarto, algo que ya era la segunda vez que hacía en menos de un día.
- ¿Te das cuenta que si sé correr, también sé andar sola? no hace falta que me traigas a rastras, basta con pedirlo. – me quejé después de que me volviera a empujar a la cama.
- Dame todos los detalles, - dijo sin hacer caso a mi comentario sarcástico - ¿a quién te has encontrado?
Bien, no recordaba los nombres de ninguno de los que me había presentado, pero por esta vez la verdad era mucho mejor decir la verdad que una mentira, ella no se atrevería a ir hablar con Will sobre esto, le respetaba demasiado para ir con un chisme así.
- Con William, el imbécil de anoche. – dije con cara de asco.
- ¿ES QUÉ ERES TONTA? – me grito y yo me la quedé mirando sin comprender. – Ya te hablé de él, de lo que hacía y de lo duro que era. Y tú vas y a las primeras de cambio, le tiras al suelo dejándole en ridículo delante de todo el mundo. No solo eres tonta, sino masoquista también.
- No soy tonta ni masoquista, él se comportó como un imbécil y menciono cosas que no debía haber mencionado. Tuvo su merecido. – me crucé de brazos para zanjar el tema.
- ¿Qué tuvo su merecido? – dijo exasperada mientras lanzaba las manos en alto, como si estuviera rezando a un dios divino. – Irá a por ti, no se cansara hasta ridiculizarte delante de todos, no le conoces ni sabes las cosas que ha hecho.
- Dudo mucho que me haga nada, al menos hoy no parecía enfadado. - dije simplemente para que se tranquilizara.
- ¿Le viste a solas? Es decir, ¿estabais solo los dos?
- Sí.
- Él lo hará en público, delante de todos, igual que se lo hiciste tú a él. – parecía más preocupada de lo que era saludable.
¿Qué cosas habrá podido hacer este chico para que la gente le temiese tanto? A mí me parecía un simple niño rebelde, con demasiada gente insignificante a su alrededor que le anima a ser como es.
- Sussan, relájate ¿quieres? Sé defenderme solita, confía un poco en mí. – me levanté de la cama dispuesta a salir de la habitación.
No aguantaba mucho más este drama adolescente. Pero Sussan, lejos de dejarme ir, se acercó a mí y me abrazó con lágrimas en los ojos. No supe cómo actuar, nunca antes había tenido a nadie llorando en mis brazos, ni siquiera en el entierro de mis padres abracé a nadie que llorara, lo evitaba a toda costa.
- En serio, no te preocupes por mí, se manejármelas bastante bien.
Al final me soltó y me miró con algo de furia, me estaba volviendo loca tanto cambio de humor. Pero pasé, me di la vuelta y me fui a mi cuarto.
WILL/KAI
La comida “familiar” había sido un autentico asco. Mi padre me miraba con enfado y repulsión y yo no me quedaba atrás. Pero a pesar de eso, fue la comida más silenciosa que jamás haya habido en esta casa y eso que ha habido unas cuantas…
Había subido a mi cuarto y había cerrado la puerta con cerrojo, después de las amenazas de Alexa acerca de un posible incesto entre ambos, no me iba a arriesgar a ponérselo fácil. Porque si se lo ponía fácil, era muy probable que no pudiese parar, ella era muy atractiva y sabía ser muy sexy cuando se lo proponía. Y yo…yo solo era un hombre.
Pero por encima de todo esto, estaba mi ya molesto misterio sobre la chica. No entendía nada de su comportamiento, pero mucho menos del mío. Ella siempre era impredecible, nunca sabía por dónde iba a tirar la conversación o a que actos le llevarían mis palabras. Era irritante y grosera. Pero, ¿por qué no podía dejar de pensar en ella?
“Tock, tock, tock – llaman a la puerta”
- Alexa vete, no estoy de humor. – dije bien alto para que me oyera.
- No soy Alexa, soy Samantha ¿podemos hablar?
Pensé en negarme, pero no se me ocurrió ningún razonamiento para hacerlo. Además, estaba dispuesto a tener unas palabritas con la que sería mi futura madrastra.
Abrí la puerta y ella me esperaba en una extraña postura, una que no le pondrías al hijo de tu prometido.
La miré de arriba abajo, era alta y musculada, su físico me recordaba al de mi Lara Croft. Era morena y con el pelo largo recogido en un moño. Usaba unas gafas negras de pasta y tenía todo el aspecto de una secretaria de películas X.
- ¿Puedo ayudarla en algo? – dije una vez que terminé mi chequeo y con ganas de largarme de esta casa de locos para no volver nunca.
- Me gustaría hablar contigo acerca de tus compañías. – me la quedé mirando con una ceja levantada y sin comprender a que venía todo esto. – Esa chica que estaba en la playa cuando hemos llegado, ¿es tu novia?
¿Quién se había creído que era? ¿acaso se creé que por tirarse a mi padre se puede comportar como una madre?
- Que más le da, no es de su incumbencia con quien salga o deje de salir.
- Ya, lo sé. Es solo que no se la veía de por aquí, demasiado pálida para vivir en la costa. Eso me ha llevado a pensar que podría ser un amor de verano, una chica que viene solo a pasar las vacaciones y que se irá tarde o temprano.
- Me quiere decir ¿qué le preocupa que me parta el corazón?
Pero sus palabras habían sembrado una pequeña semilla de duda en mi cabeza. ¿Acaso quería yo algo más con ella? eso ira imposible y no solo porque ella estaba aquí de vacaciones y se iría en unas semanas, sino porque ni siquiera nos soportamos, no podemos estar cerca sin discutir.
- Solo era eso. Sé lo que es un amor de verano y la huella que deja eso dentro de ti. Por mucho que esos momentos sean los mejores de tu vida, no se lo deseo a nadie. La pérdida es mucho peor, no merece la pena. – demasiado empalagosa para poder creerla, algo no olía bien en ella.
Y no lo digo solo por ese olor ácido que cada vez aguantaba menos, sino por su actitud. No era normal que alguien que llega nuevo a una familia se metiera en terrenos tan resbaladizos como es el amor del hijo de su prometido.
No me gusta ella y no me fío de su hija. Es genial para empezar ¿a qué sí?
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Como ya se empieza hacer una costumbre (costumbre que me encanta, por cierto) doy las gracias a Tamar Sanchez por dedicar un ratito de su tiempo a dibujar la historia. Os dejo otro dibujo suyo. Gracias.
Y para el resto, espero que os haya gustado el capítulo, empeizan a alcararse ciertas cosas pero se siembra la duda de muchas otras...
Como siempre, no se olviden de votar y comentar que os ha parecido. MILLONES DE GRACIAS :D :D
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