Capítulo 35: Ya estamos todos (1º Parte)

ISAURA

La casa era simplemente espectacular. No era tan grande como la de los padres de Dayan pero si era bastante grande. Tiene tres plantas aunque visiblemente solo tenga dos, la tercera es el sótano. En la planta baja está la cocina, un lavabo y un salón casi como mi casa de grande.

El salón estaba dividido en varias zonas separadas con unos grandes arcos de madera que simulaban una puerta. En la zona pegada al gran ventanal de la izquierda, se encontraba la zona de juegos, hay una mesa de billar, una diana para jugar a los dardos, una pantalla de televisión enorme, consolas, un par de sofás enfrente de la televisión... Vamos, todo lo que un estudiante universitario desearía tener en su casa.

La zona de juegos ocupaba como tres cuartas partes del salón, pero en la zona de la derecha, tras subir un pequeño escalón que había justo debajo del arco de madera, está la zona del comedor donde lo único que hay es una larga mesa de madera oscura para doce asientos.

Subimos unas escaleras que había en la zona de la entrada y fuimos a dar a la zona de las habitaciones. Tanto Dayan como Malak miraban la casa con la boca abierta de puro asombro.

- Malak, ¿no conocías la casa? – le pregunté al ver su expresión, al fin y al cabo él nos había traído aquí.

- No. Se sabe de ellas por lo que estudiamos de la comunidad. Esta es la cuarta casa que se fabrico. La primera la tiene Gadreel tres más arriba. La segunda la tiene el jefe de los ancianos. La tercera es la del jefe de los sabios, es decir, mi antiguo jefe. – hizo una pequeña pausa como si se acabara de acordar de algo. – Esta casa debería pertenecer a Oliver, es el jefe de los luchadores, el que los entrena y decide en que grupo unirles y todo eso. Pero él es todo un personaje, ya le conoceréis. Vive en un pequeño apartamento en la calle principal.

Habíamos llegado a las habitaciones y Malak había dejado de seguir explicándonos cosas para poder admirar esta casa como se merece. Las habitaciones eran de grandes como mi antiguo salón. Todas eran del mismo tamaño y casi idénticas en decoración. Una grandísima cama en el centro, mesillas a los lados, un ventanal enorme que daba mucha luz a la habitación y un par de cómodas apoyadas en la pared.

En seguida Dayan y yo elegimos la que daba al patio trasero, aun no lo habíamos visto pero, ya desde aquí, os digo que tiene una gran piscina.

Las vistas eran geniales, detrás de la casa no había nada más que bosque y bosque. Era extraño que para que esto lo consideraran la zona centro, no hubiese construido por todos los lados. La comunidad era como si el edificio principal o la sede, como lo había llamado Malak, fuera el cuerpo de un hombre y estas casa coloniales fuesen sus brazos que abrazaban al resto de la comunidad.

El sótano era cosa aparte, parecía recién salido de una película de ciencia ficción. Todas las paredes, excepto una, estaban llenas de librerías con libros de aspecto antiguo. Una mesa en el centro repleta de mapas y lapiceros. Pero lo que más impresionaba era esa pared que no tenía libros, estaba repleta de cuchillos y armas de todas clases. Hasta aquí todo me había parecido un cuento de hadas pero con esta pared, me recordaba realmente para lo que habíamos venido. No estábamos aquí para disfrutar de una grandiosa casa y hacer nuevos amigos, estábamos aquí para aprender a luchar y ser capaces de ganar una guerra que traerá la paz.

Después de ver toda la casa y meter nuestra ropa en los armarios, necesitaba una gran y relajante ducha, sin falta. Malak nos dejó una media hora mientras nosotros nos poníamos cómodos, al parecer se iba a su casa a por algo de ropa para quedarse al menos un par de días, hasta que todos estuviéramos juntos. Me gustaba la idea porque la casa era tan grande que era muy fácil sentirse sola.

La ducha no fue nada relajante, más bien todo lo contrario. Según me aclaraba el pelo la puerta del baño se abrió y apareció Dayan vestido únicamente con una pequeña toalla que le cubría solo lo necesario.

- Es que yo también quiero una ducha. – dijo mientras tiraba la toalla al suelo y me dejaba con la boca abierta y apoyada contra la pared más alejada a él.

Lo que he dicho, relajante no fue pero si fue … interesante.

Una vez duchados y vestidos, Dayan se quedó dormido encima de la gran cama y yo con la cantidad de horas que había dormido ya, no tenía ningunas ganas.

Baje y me encontré a Malak justo entrando por la puerta con una bolsa en la mano.

- Me quedaré en el sofá. Esto es solo provisional.

- No seas tonto. Hay tres habitaciones vacías. Espera hasta que llegue Agua y que elija la suya y luego tu coge la que quieras de las dos que sobran. – él aceptó con la cabeza y se me quedó mirando algo asombrado. - ¿Qué?

- Que si tuviera que votar quien sería el líder de los elementos, te votaría a ti. – eso me sonrojo.

- Gracias, pero yo votaría a Adalia. Por alguna razón siento que debe de ser ella. – el hizo un gesto con los hombros en señal de que “para gustos, colores” y a mí se me ocurrió la manera de matar el tiempo mientras todo empezaba. - ¿Qué libro es el primero que debería leer para empezar a enterarme de algo de mi nueva vida?

- Acompáñame.

DAYAN

Me desperté relajado y como si hubiese dormido diez horas. La casa estaba silenciosa y no veía a Isaura por ningún lado. Baje al salón y me encontré a un Malak aburrido en el sofá viendo la televisión sin sonido. Él me oyó bajar y su cara se ilumino como si fuese su salvación.

- Menos mal, algo de compañía. – dijo apagando la pantalla y levantándose de un salto. – Tú novia es un autentico muermo con un libro delante. – dijo mirando a la zona del comedor.

Y ahí estaba, mi Isaura de siempre, perdida entre las palabras de algún libro. Se concentraba tanto que se olvidaba de que fuera de ese libro existía todo un mundo. A veces incluso había que recordarla los horarios de las comidas.

Pero no hizo falta mucho más. Se empezó a oír un ruido fuera de la casa, un ruido que sin duda yo conocía muy bien. Era el motor de mi precioso Jaguar.

- ISA, ya están aquí. – dije su nombre gritando para conseguir sacarla del trance.

Y lo conseguí, marco el libro por donde se había quedado y salimos a recibirles.

Excepto por lo sucio, mi coche parecía estar en perfecto estado. Gadreel y Kai iban sentados delante y la tal Eve iba detrás. Salieron y se acercaron hasta la puerta de la casa.

Gadreel me lanzó las llaves haciéndome una señal con la cabeza de que todo había ido bien, no supe hasta este momento lo nervioso que estaba por mi coche, fue como si el saber que estaba bien me quitaran un gran peso de mis hombros.

Kai me dio un gran apretón de manos con una cara de agradecimiento por lo que había hecho en Londres. Pero cuando Kai vio a Isaura por primera vez una sonrisa se posó en sus labios.

- Hola hermanita. – dijo este con ese tono de chulo que le caracterizaba.

Pero para mi asombro, Isaura se lanzó a abrazarlo como si le conociera de toda la vida. Entonces yo miré a Eve y la dije:

- Te debo un gancho en la mandíbula.

Ella se puso colorada al principio, pero en seguida le salió una vena competidora:

- Eso será si lo consigues.

- Bueno, ya solo queda la pelirroja. ¿Se sabe algo de ella? – dijo Kai que parecía algo preocupado.

Los días fueron pasando y Adalia seguía sin aparecer. Según Gadreel, ella iba a esperar hasta el sábado para venir hasta aquí, lo cual hacía que hasta el domingo no apareciera. Justo una semana después de que nosotros tres hubiésemos aparecido.

La comunidad nos dio varias tareas para hacer, una de ellas era equiparnos para la batalla, así que un día decidimos ir de compras al centro. Era como si fuésemos famosos, todo el mundo se giraba para mirarnos y señalarnos con el dedo, pero nadie se atrevió a decirnos nada, ni siquiera los dependientes de las tiendas.

 Compramos la ropa de combate, la de entrenamiento, botas de montaña con refuerzos en las puntas…y para terminar, bañadores. Ya, sé que eso no es para la lucha, pero teníamos una maravillosa piscina en la casa y no podíamos probarla porque ninguno teníamos bañadores.

Y así pasamos la semana. Isaura no salía de la zona del comedor, leía y leía hasta quedarse dormida encima de los tomos. De vez en cuando la obligábamos a bañarse o a dar un paseo para conocer la zona.

El viernes Kai organizó una fiesta. La comunidad nos había dado portátiles a todos y él se tiró todo el día buscando música para descargar. Eve e Isaura fueron a comprar comida y bebida a un supermercado del centro y Kai y yo lo organizamos todo. Billar, alcohol, dardos, peli,…invitamos también a Malak el cual se había tirado toda la semana en su antiguo puesto de trabajo intentando saber algo de Adalia y nos dijo que llegaría tarde, pero que vendría.

Así que la noche empezó y no parábamos de bailar y reír, beber y jugar. Vimos una película a eso de las diez, una de miedo que obligó a Isaura estar escondida en mi hombro casi la hora y media que duraba la película.

Eran como las doce y media o la una, no estoy muy seguro ya que me empezaba a costar enfocar debido al alcohol. Era el que más había bebido aunque sorprendentemente, Eve me pisaba los talones. Jugábamos a un juego de adivinar películas mediante gestos, le tocaba a Kai hacer los gestos cuando sucedió. No sabía muy bien que hacía con las manos pero sus ojos se pusieron en blanco y su cuerpo perdió la consciencia y empezó a caer.

Le sujete antes de que su cabeza chocara contra el pico de la mesa y entre los tres le tumbamos en el sofá. Intentamos despertarle de todas las maneras posibles pero nada. Isaura le miraba con una extraña cara, era la única que no había hecho nada para intentar despertarle.

- ¡Dejarle! – dijo al fin. Eve y yo la miramos sin comprender. – Está en un viaje astral, no despertará y además, si está así es porque Adalia necesita su ayuda. Por eso, no le despertéis.

No nos dio tiempo a rebatir su diagnostico porque alguien entró en la casa casi derribando la puerta. Era Malak y parecía alterado.

- Están atacando a Adalia, venían de camino y se han visto obligados a parar. Son demasiados. – parecía que le costaba respirar.

- Ha pedido refuerzos. – dijo Isaura señalando al inconsciente Kai.

- ¿Otro viaje astral? – preguntó Malak mirando a Isaura. Esta aceptó con la cabeza. – Bien, pues solo queda esperar a que se despierte y nos de las noticias.

Fue la hora más larga de nuestra vida. Kai parecía sin vida en el sofá, no mostraba ningún síntoma de estar luchando ni de estar haciendo nada, en realidad.

Eve no se había separado de él ni un segundo. Le acariciaba la cabeza y le cogía de la mano, parecía realmente preocupada por él. Entonces fue como si su imagen se borrara y en vez de ella apareciera Isaura y en vez de Kai, estuviera yo. Ella debió de estar igual cuando yo hice el viaje.

Pero entonces el cuerpo de Kai empezó a revolverse y parecía no querer irse de donde estaba.

- No, no, tengo que volver. – dijo nada más despertar y darse cuenta de donde estaba.

- ¿Qué ha pasado? – dijo Malak agarrándole de los hombros para que estuviese quieto.

- Está herida. A ella la han herido. – dijo casi con lágrimas en los ojos. – Vienen hacia aquí.

- Prepararé a los médicos para que estén listos. – dijo Malak mientras se levantaba. Pero cuando estaba justo en la puerta dijo - ¿Ha pasado algo más?

- Sí. Una de las protectoras ha muerto.

Isaura se echó las manos a la cabeza y yo fui a abrazarla para consolarla. Sabía a qué le recordaba porque a mí me recordaba a lo mismo. E imagino que a Malak también pero intentó ocultarlo. Sacó un pequeño teléfono de su bolsillo, tecleó demasiado rápido y tuvo que hacer dos intentos más.

- Gadreel. Sí, Kai ha despertado. Fuego está herida, que preparen el quirófano ya vienen. – esperó – No, Shina no conduce, supongo que lo hará Derek. – Esperó – Gadreel, para, Shina está muerta, por eso no conduce. – Esperó – Lo sé, de acuerdo.

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Ya, lo sé, me he vuelto loca escribiendo y me ha salido el capítulo más largo de la historia por eso he decidido partirlo en dos.

Lo malo, es que no tengo muy claro conseguir terminar el primero de Agua hoy, por eso he partido el capi para daros un poco para leer. 

Intentaré subir esta noche el final y el principio de Agua, que como saben, quiero subirlos juntos, pero no prometo nada. TENGO DÍAS LOCOS.

Bueno, como siempre, espero que les haya gustado y no se elviden de votar y comentar. Besos.

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