Capítulo 32: Soy el elemento.
DAYAN
- No llegaremos a tiempo. – dije desesperado y de manera negativa.
Era al menos la décima vez que lo decía. Lo bueno es que Gadreel parecía tener más paciencia que un santo y no se había quejado ni una sola vez. Es más, ni siquiera había abierto la boca desde que habíamos salido de casa, parecía estar igual de ansioso que yo por encontrarles aunque no estuviese diciéndolo todo el rato.
Nos habíamos adentrado al bosque con unas mini-linternas que había encontrado en la cocina de casa. Sabía que debía de haberlas más grandes y que debían de estar en algún lugar del garaje, pero con el estrés, no las he encontrado.
Después de revolver rápidamente toda la casa, había conducido como un loco hasta la entrada del bosque, el cual ya no me parecía lo mismo que antes.
Cuando venía aquí era para relajarme, pasar un rato con Isaura y disfrutar de la naturaleza y el aire libre. Pero desde que Dana apareció en nuestras vidas y desde que nuestros poderes se activaron, este sitio solo es el recuerdo de la vida que una vez tuvimos pero que ya nunca recuperaremos. Por no mencionar que fue aquí donde perdimos a nuestra protectora, la que nos había enseñado lo poco que sabíamos de este mundo.
Y para colmo, ahora era también el lugar donde Isaura debía de estar pasando el peor rato de su vida y no estaba con ella. ¿Y si la había herido? ¿Y si estaba muerta? Me detuve en seco solo por pensarlo, no podía respirar, era como si las paredes de mis pulmones se hubiesen pegado y no dejaran entrar el aire. No podía desesperarme de esta manera.
- Dayan, ¡Eh Dayan! – me decía Gadreel por primera vez desde que salimos de casa mientras me zarandeaba para que saliera del trance en el que había entrado. – No puedes venirte abajo ¿me oyes? Debes de estar al cien por cien para poder salvarla.
Eso último fue lo que hizo que mis pulmones se abrieran un poco y dejaran pasar el aire. Sabía que era algo más psicológico que físico, ya que era imposible que los pulmones se pegaran, pero esa era la sensación que tenia.
- Vale, ya estoy. – dije entre jadeos. – Pero, ¿cómo vamos a encontrarlos a tiempo? No recuerdo bien el camino y mucho menos de noche.
- Ella es más que tu novia o tu amiga para ti. Debes intentar sentirla, conectar con ella a través de la tierra. Debe de estar haciendo magia y si no ella, Malak seguro que sí. Conéctate a tu elemento.
- No sé si sabré hacerlo.
Me descalcé recordando como la chica fuego me dijo que el contacto con la tierra ayuda a conectar. Y la verdad, la vez que lo intenté me salió bien, aunque después de ese momento, nunca lo he necesitado.
- Tienes que poder, por Isaura. Su vida depende de ti.
- Genial, eres de mucha ayuda. – dije de forma irónica.
Hice lo que mi cuerpo me pedía que hiciera, simplemente me dejé llevar por la magia y por la energía que había en mi interior.
La conexión fue inmediata y fue una sensación indescriptible. Podía sentir los latidos de vida de la tierra, las ramas creciendo e incluso los insectos que vivían bajo ella. Lo podía sentir todo a kilómetros a la redonda.
La sensación era tan abrumadora que me costaba concentrarme en mi objetivo. Pero no muy lejos de nosotros, a tan solo seiscientos metros, una energía que no cuadraba con la tierra apareció dejándome algo exhausto. La energía era fuerte, tan fuerte como la mía, pero estaba fuera de lugar en este sitio, como si no perteneciera a este elemento.
- Isaura – dije en un suspiro, solo que no sé si lo dije en voz alta o en mi cabeza.
Tracé un mapa en mi cabeza a través de los árboles y arbustos que había por el camino y me desconecté de la tierra, pero no del todo, ya nunca estaría del todo desconectado.
- Sé donde están. – dije volviendo a jadear por el esfuerzo.
Entonces lo peor que podía pasar, para lo que no estaba preparado y dudo que lo estuviera alguna vez, pasó:
- ¡¡¡¡AAAAAAHHHHHH….!!!! – era un grito de dolor y la dueña de ese grito era alguien a quien amaba, alguien de quien no podría vivir si no está. Era de Isaura.
Miré a Gadreel y este miraba con desesperación el lugar donde había venido el grito. No estaban lejos, como había dicho antes, lo cual lo hacía todo más espantoso porque lo habíamos escuchado muy fuerte.
Seguía descalzo y con las zapatillas en la mano y aunque no estaba conectado a la tierra noté como la extraña energía que antes había sentido como fuera de lugar, ya no estaba. Lo que quería decir es que Isaura ya no estaba haciendo magia.
- Necesito llegar ahí, ya. – dije desesperado.
Y mira que he sentido cosas raras en estos últimos días, pero como lo que estaba empezando a sentir ahora, nada. Era como si la tierra me succionase, como si quisiera convertirme en tierra y roca. Notaba como mi cuerpo desaparecía, pero no como en los anteriores viajes astrales, esta vez mi cuerpo viajaba conmigo, me había convertido en mi elemento, me había convertido en tierra.
Los pensamientos eran confusos en ese momento, no era capaz de pensar con normalidad ya que yo, en estos momentos, no era una persona, sino un ser que viajaba bajo tierra a una velocidad de vertido.
Cuando llegué a esa pequeña jaula natural y la tierra me expulsó, el horror se reflejo en todo mi cuerpo. La imagen era simplemente catastrófica. Todo lo que había a nuestro alrededor estaba destruido, como si un tornado hubiese pasado por encima.
Malak estaba inconsciente en el suelo, no muy lejos de mí. Estaba boca abajo lo cual no me dejaba ver si respiraba o no. El resto de los sombras estaban esparcidos por los alrededores, todos parecían igual de inconscientes que Malak, pero no eran ellos los que me preocupaban, sino ellas.
La asquerosa sombra que había matado a Dana estaba sujetando por el cuello a Isaura, un cuchillo de cazador de al menos treinta centímetros de largo estaba clavándose poco a poco en el estomago de Isaura. Ya se empezaba a ver un hilillo de sangre a través de su ropa.
- Imposible. – dijo la arpía mientras, sin darse cuenta, relajaba su postura.
ISAURA
Ya llevaba mucho así y había empezado con demasiada fuerza. Era como cuando competía corriendo con Dayan, él siempre lo daba todo al principio y cuando llegaba al final yo le ganaba porque me encontraba menos cansada que él por llevar un mejor ritmo. Bien, pues hoy me había convertido Dayan, he empezado tan fuerte al principio que mis fuerzas flaqueaban.
Notaba como el tornado se iba haciendo cada vez más pequeño y con menos fuerza. Mi cuerpo empezaba a agotarse y a venirse abajo. Y para colmo, Dayan aun no había dado señales de vida.
- Malak, me quedo sin fuerzas. – dije con un tono de voz algo desesperado.
- No pueden estar lejos, aguanta lo que puedas.
“¿Qué se creía que estaba haciendo? ¿Pintándome las uñas?” – pensé con sarcasmo.
La rabia por el comentario de Malak y por no ser capaz de aguantar, me dio las últimas fuerzas que me sirvió para un par de minutos más. Pero sabía que después de esto me quedaría exhausta. Al menos Malak está en plenas facultades.
Esos minutos empezaron a pasar y ya podía ver las caras de los sombras a través del ahora pequeño remolino. Todos parecían expectantes, con ansias, parecían perros hambrientos esperando el momento de morder mi cuello.
Tenía que seguir, tenía que poder un poco más, ya no debían de estar lejos.
Mi cuerpo cayó de rodillas al suelo pero el pequeño remolino seguía haciéndonos de fortaleza. Algo liquido y caliente salió de mi nariz. Estaba sangrando, el esfuerzo estaba pudiendo conmigo. Ya no podía más.
Pero tenía que hacer un último esfuerzo, esfuerzo que sabía que me iba a costar un terrible dolor. Y así fue:
- ¡¡¡¡AAAAAAHHHHHH….!!!! – dije mientras soltaba ese aire en dirección a los sombras.
El dolor fue como si despegasen la primera capa de piel de mi cuerpo, como si un cacho de mí su hubiese ido con esa fuerza.
Todos salieron despedidos hacia atrás, todos quedaron inconscientes en el suelo a varios metros de donde estaban originalmente. Todos menos ella, por supuesto. No podría morirse fácil, no. Ella tenía que ser la que lo hacía todo difícil y siniestro.
Consiguió esconderse tras un árbol que tenía cercano cuando vio las intenciones de mis actos y este la protegió de mi onda expansiva.
Pero lo que había hecho, aunque ella no haya quedado inconsciente como los demás, suponía una mejora de la situación. Una contra dos, teníamos ventaja.
Miré a Malak para compartir mi alegría, ahora si teníamos esperanzas de ganar. Pero el alma se me cayó a los pies, él había sido atrapado por la onda igual que los demás, ahora solo me quedaba rezar para que no le hubiera hecho daño.
Ni siquiera me di cuenta, en tres rápidas zancadas la arpía se había colocado a mi lado y me había cogido de la cintura para mandarme volando hacía el lugar del que ella había venido. Caí de costado tras volar varios metros. Me hice daño en el hombro, pero resistí las ganas de chillar.
Levanté la mirada para verla, quería estar preparada para el siguiente golpe, pero otra vez fue demasiado rápida. Con otras rápidas zancadas ella se colocó detrás de mí y me obligó a levantarme. Su brazo izquierdo me apretaba el cuello con todas sus fuerzas y su mano derecha sujetaba un cuchillo que empezaba a clavarse en mi estomago.
¿Cómo he pasado de pensar que íbamos a ganar, a estar a punto de morir? Aunque solo me quedaba la esperanza (aunque no sé si llamarlo así) de que decidiera matarme poco a poco, quizás así a Dayan le diese tiempo a llegar.
La tierra empezó a temblar de repente, tanto ella como yo nos quedamos inmóviles para comprobar que pasaba. Ella se había dejado el cuchillo clavado unos milímetros en mi piel y ya empezaba a notar como unas gotas de sangre salían de la herida.
El temblor iba a más y parecía preceder del lugar en el que me encontraba yo antes, justo al lado de Malak. Las piedras del suelo empezaban a moverse e incluso el cuerpo inconsciente de este temblaba ante tal vibración.
Al final, la tierra pareció abrirse y de él parecía salir algo incorpóreo, algo extraño pero que por alguna razón mi cuerpo lo recibía con entusiasmo y alegría.
Según iba saliendo esa cosa de la tierra se iba convirtiendo en un chico. Y ese chico se iba convirtiendo en Dayan. En todo este proceso no había pasado más de diez segundos y ahora ya estaba mirando lo que más deseaba ver en estos momentos. Dayan estaba aquí.
- Imposible. – dijo la arpía en mi oreja.
Su brazo estrangulador empezó a relajarse y su cuchillo ya no apretaba mi piel. Tenía que actuar rápido, no podía dejar que se centrara de nuevo en mí y perdiera esta ventaja.
Lo primero era librarse del brazo estrangulador. Del cuchillo, ya improvisaría sobre la marcha, intentaría poner el brazo para protegerme, pero la verdad es que no tenía esperanzas de salir de aquí sin ningún arañazo.
Miré a Dayan y le hice un rápido gesto con la mirada. Ni siquiera esperé a que este aceptara o me cerciorara de que lo había entendido. Con un fuerte codazo en el tórax izquierdo conseguí que soltara la presa de mi garganta.
Di unos pasos rápidos hacia delante y conseguí librarme de ella. Pero la cosa no iba a ser tan fácil. Cuando ella dejó de quejarse por el golpe que le había dado, empezó a lanzar el brazo que tenía el cuchillo contra mí, hacía rápidos movimientos que me costaba esquivar, parecía sostener una espada en vez de un cuchillo de caza.
Mientras retrocedía y huía de ese cuchillo ella se acercaba más y con más ganas de clavármelo. Hasta que tropecé con una pequeña roca y caí de culo, entonces los ojos de esta sombra se iluminaron como si se le acabara de aparecer el mismísimo Dios.
No esperó mucho, levantó el cuchillo y noté la decisión de clavármelo en su expresión, me iba a matar sin remordimientos, sin ni siquiera saber nada de mí, ni saber si me lo merecía.
No iba a cerrar los ojos, no iba a darle ese gusto. La miraría a la cara hasta que mi cuerpo se quedase sin vida y me encargaría en la otra vida de que jamás fuese feliz. Me encargaría de hacerla todo el daño que una persona como ella se merece, la dejaré vivir para que contrajera una horrorosa enfermedad y sus últimos días fueran todo un infierno. Pero sobretodo, me encargaría de que no volviera a matar a nadie más, estaría ahí para impedírselo con todos los medios de los que disponga.
Ella sonrió y el cuchillo empezó a descender de manera rápida y precisa. El cuchillo iba directo a mí corazón.
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Ya sé que tenéis unas ganas enormes de hacerme pedacitos, pero pensar que la que escribe soy yo y que si me mataís no sabréis nunca como termina la historia. ¡TENGO EL PODER! jajjajaja!!!! :D :D :D
Prometo mañana subir otro, sé que he sido muy mala dejándolo así, pero era necesario. Sorry.
Otra cosa, he pensado subir la historia de FUEGO a Amazon, pero para eso necesito una portada que sea original (las que uso ahora son de internet) La idea es que sean parecidas a las que hay ahora. Si alguno de vosotros/as sabe dibujar y quiere hacerlo, podríais mandármela a [email protected] Sería de gran ayuda. Gracias.
Y como siempre, espero que les haya gustado y no se olviden de votar y comentar. GRACIASSS
P.D. Soledad ha llegado a las 100.000 visitas. GRACIASSSSS
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