Capítulo 17: La realidad supera a la ficción.
ISAURA
Los siguientes dos días pasaron tan rápidos que casi daban vértigo. Por las mañanas Dayan me venía a buscar e íbamos al instituto, como ya las clases no servían para nada nos tirábamos las horas tomando el sol en el patio, jugando a diversos juegos con Saray y Chris o simplemente tirados en una manta besándonos y acariciándonos.
Era como estar en una de mis fantasías de tiempo atrás en las que siempre me imaginaba como sería mi relación con Dayan si fuéramos más que amigos. Y por una vez, la realidad ha superado la ficción, estaba tan feliz que contagiaba, a Saray se le habían pasado todas las dudas que tenía de mi relación con Dayan, por fin tenía lo que quería.
Y además nunca me imaginé que Dayan fuese tan dulce y atento, estaba siempre pendiente de que tuviese todo lo que quería, lo cual era muy fácil ya que solo le quería a él.
Otra de las cosas por la que todo era tan feliz y perfecto es porque no había visto a Alan en estos dos días, desde el momento que le deje en el aparcamiento y él se largo diciéndome que me quería, no le he vuelto a ver. No había aparecido por el instituto, pero estaba segura que eso hoy iba a cambiar.
Hoy era viernes, día de la graduación y fiesta por la noche. Por primera vez en mi vida tenía muchas ganas de esa fiesta, de que él me viera con mi precioso vestido negro. Aunque también tenía ganas de que me viera con él vestido de mi cumpleaños, ese vestido rojo, ajustado y sobretodo sexy.
Las tardes eran diferentes, Dana se había empeñado en que debíamos conocer todo lo posible de nuestro nuevo mundo. Nos llevaba al bosque y nos enseñaba técnicas para controlar los elementos pero cada vez que Dayan y yo lo intentábamos no salía nada.
- ¿Cómo puedo ser capaz de formar ventiscas sin ni siquiera proponérmelo y cuando quiero hacer algo no me sale ni un triste soplido? – dije ayer mientras intentábamos practicar.
- Vuestra magia no se ha activado aun, solo os salen cosas cuando estáis sometidos a mucha presión o vuestros sentimientos están alterados. – me dijo Dana como respuesta.
Dana también nos había estado contando cosas acerca de su comunidad, hoy se suponía que iba a conectarse mediante la tierra para recibir nuevos informes respecto a nuestro traslado, nos había pedido que participáramos para conocer a un tal Gadreel que se suponía que era el jefe. Así que habíamos quedado a eso de las seis en la entrada del bosque.
Con lo que quedaba la agenda del día algo apretada. A las once de la mañana teníamos la graduación, entrega de diplomas y demás. Me habían dicho que había sido la segunda con mejor calificación lo cual me libraba de hablar en la ceremonia, toda una suerte. Luego teníamos sesión de fotos y felicitaciones para acabar comiendo con los padres de Dayan en el Willy´s, el restaurante favorito de Dayan y mío.
A las seis habíamos quedado con Dana y ya hasta las diez y media no teníamos la entrada de la fiesta, pero se suponía que yo había quedado con Saray a las nueve para que me maquillara y a las diez venían Chris y Dayan a recogernos para ir a la fiesta.
Recuerdo como hace tan solo una semana estaba tumbada en esta misma cama pensando que iría sola al baile y desde entonces habían pasado muchas cosas: La relación entre Dayan y yo había pasado por su peor momento, he tenido una especie de relación con Alan, una chica misteriosa nos ha dicho que somos brujos y para colmo cada vez estaba más segura de que tenía razón, Dayan me había dicho que me amaba e iba a ir con él al baile más esperado por todos los adolescentes. Se puede decir que ha sido la semana más movida de la historia.
Y para hacer este día más largo, eran las ocho de la mañana y a pesar de que no tenía que madrugar, ya no conseguía volver a dormirme. Hice lo único que sabía que me despejaría, salí a correr.
La mañana era calurosa, se notaba en el ambiente que era un día laborable y que el mundo estaba funcionando a pesar de que para mí era festivo. Llegué a la roca cubierta de sudor y con las mejillas rojas debido al esfuerzo.
Cuando subí por los escalones que Dayan me fabricó hace años me quedé parada con una gran sonrisa en la cara. Dayan giró su cara en mi dirección y al principio hubo extrañeza, no se esperaba verme aquí, pero pronto se formó una sonrisa de bienvenida y se levantó del suelo para recibirme.
Se quedó parado a un metro de distancia, yo no entendía porque no venía a besarme o a abrazarme, pero una mirada extraña se cruzó por su rostro, había…¿deseo?
Me acerqué el metro que quedaba y empecé a besarle como nunca le había besado. Mis manos se movían por sus músculos de manera necesitada y él hacía exactamente lo mismo conmigo. Su mano se deslizaba por mi espalda obligándome a estar más cerca de él y nuestras respiraciones empezaron a alterarse de manera preocupante.
Empecé a quitarle la ropa y él me quitaba la mía. Sin saber muy bien como acabamos en el suelo de lo roca que la notaba ardiendo en mi piel, o a lo mejor era yo la que ardía, no lo sé.
Sus labios rozaban cada parte de mi cuerpo, me acariciaba por lugares en los que nadie me había acariciado nunca y para mi sorpresa no quería parar, sabía dónde nos llevaría esto pero quería que sucediera, quería que fuera aquí, no podría imaginarme sitio mejor que este, nuestro lugar mágico.
Y así sucedió, notaba como la tierra se movía a nuestro alrededor y como por fin se había levantado el viento para darle algo de frescura a mi cuerpo en llamas. No me di cuenta de que quizás eso lo habíamos provocado nosotros hasta que la sensación más increíble de mi vida terminó.
Dayan me miraba y me sonreía, seguía encima de mí con sus ojos iluminados debido al esfuerzo y a la alegría.
- ¿Crees que pasará esto todas las veces? Porque no sería muy conveniente hacerlo en sitios cerrados. – me dijo mientras me besaba por el cuello y por la oreja.
Yo me reí de su comentario pero una ola de felicidad me inundó cuando él habló de nuestro futuro en común, aun seguía sorprendida porque él quisiera estar conmigo y mucho más que quisiera seguir estándolo.
- Quien sabe, quizás acabaremos controlándolo.
Por primera vez desde que habíamos terminado miré a mí alrededor, uno de los pequeños árboles que teníamos detrás estaba tumbado en el suelo y en una zona de la roca, la más pequeña y alejada, tenía una grita como de cinco centímetros de largo que antes no tenía.
- Quizás tampoco sea seguro hacerlo aquí. – dije señalando la roca.
No dijo nada al respecto pero pude ver su preocupación sobre eso mientras nos vestíamos. Volvimos a casa dando un paseo y gastándonos bromas, a pesar de que nuestra relación había cambiado de manera radical, aun seguíamos siendo como amigos. Y cuando llegamos ya íbamos apurados de tiempo.
- Te veo allí. – me dijo para despedirse mientras me daba un largo y apasionado beso.
- Claro. – contesté cuando sus labios se separaron de los míos. – Te echaré de menos mientras tanto.
- No me lo pongas más difícil. – entonces me cogió de la cintura y me arrimó más a él para volver a besarme. A este paso llegaríamos tarde seguro. Entonces me susurró en el oído. – Ha sido lo mejor que me ha pasado nunca y te amo como no he amado a nadie. Para mí tú eres la primera.
No sabía cuánto necesitaba oír esas palabras hasta que él las pronunció. Era algo con lo que mi mente me había estado amenazando durante estos dos días, con que yo no era la primera, con las comparaciones entre Carol y yo. Había intentado no pensar en eso pero en alguna ocasión había fallado en mi propósito.
Aunque ahora, después de oír sus hermosas palabras, me sentí especial. Me sentí como yo le siento a él, único para mí.
- Yo te amo más. – le dije en un tono juguetón mientras le besaba suavemente, ya habíamos tenido demasiada pasión, por ahora.
DAYAN
Tuve que darme una buena ducha de agua fría para quitarme el calor que sentía por dentro. En mi mente no dejaban de aparecer las imágenes de la roca y eso no ayudaba para conseguir relajarme del todo.
Y para colmo, no dejaba de sonreír. Mi madre llevaba mirándome todo el camino de ida al instituto y cuando aparcamos dijo:
- Las cosas con Carol ¿te van bien? – podía ver la sospecha de mi madre en sus ojos. Debía de ser increíble ser ella, era como si tuviera un sexto sentido.
- Ya no estoy saliendo con Carol. – dije en un susurro.
No habíamos hablado sobre esto, no sabía si ella iba a querer decírselo a sus padres y estaba segura que si se lo decía a mi madre iría corriendo a contárselo a Nora.
- ¿QUÉ? – gritó dándome un buen susto. Mi madre siempre era muy exagerada. - ¿Desde cuándo? Y ¿por qué?
- Desde el martes y porque no la quiero.
- Entonces, ¿irás al baile solo? – me reí por dentro, ¿eso era todo lo que Caroline le importaba?
No es que se llevaran muy bien, pero tampoco se llevaban mal. No era lo mismo que con Isaura que siempre está hablando de ella y diciendo lo maravillosa que es, pero no sé, dos años de relación debería afectarle un poco más.
- A ti no te gustaba Caroline, ¿me equivoco? – ella negó con la cabeza y eso me enfadó. - ¿Por qué no dijiste nada?
- Bueno, no era quien para opinar y dado que tú creías quererla…
- La quería. – dije aun más enfadado. - ¿Por qué crees que no la quería?
- No importa, déjalo. – dijo saliendo del coche.
- Mamá, dilo de una vez. – dije saliendo del coche yo también.
- Solo te diré que eres algo tonto, cariño. No puedes querer a nadie cuando tu corazón le pertenece a otra persona.
Y no dijo nada más. Nora e Isaura aparecieron al fondo y fue casi corriendo a saludarlas, yo la seguí, ¿es posible que ella supiera antes que yo de que estaba enamorado de Isaura?
- Hola cariño, muchas felicidades. – dijo mi madre a Isaura. – qué pena que te hayas quedado segunda de la promoción.
- Gracias Nuria, - dijo dándola un abrazo a mi madre y guiñándome un ojo cuando nadie la miraba. – y no te creas, así no tendré que dar el discurso de cierre de graduación, odio hablar en público.
- Oye Nora, ¿sabes que mi pequeño ya no está con la rubita? – dijo como si fuese un mote entre ellas.
Isaura me miró con asombro en los ojos y yo le hice un rápido movimiento en señal de negativa, pero para mi asombro empezó a reírse. Tanto mi madre como la suya la miraron sin comprender.
- Casi puedo adivinar a donde les está llevando esta conversación. – me dijo Isaura mientras se reía de nuestras madres. Estaba claro que estaban maquinando el unirnos o algo así. – Antes de que lo intentéis si quiera, os decimos que vamos a ir juntos al baile.
Los dos pudimos ver la alegría que eso les producía, la madre de Isaura sonreía de oreja a oreja y mi madre me miraba con comprensión. Ahora solo nos quedaba decirles que éramos algo más que amigos que iban juntos al baile. Pero eso ya sería cuando estuviésemos todos o cuando Isaura quiera.
- ¿Sabes algo de nuestros maridos Nuria? – dijo Nora mientras cogía a mi madre del brazo y entraban al interior del edificio.
Las dejamos ir un par de metros hacia delante para así poder hablar tranquilos y sin que nos oyeran. Pero en cuanto la miré solo me entraron ganas de perdernos en alguna clase o en alguna sala para besarla y pude ver eso en sus ojos también.
- Estás muy guapo. – dijo con una sonrisa de burla.
Ambos llevábamos puestos los estúpidos ponchos de graduación y el birrete (los “sombreros” que se usan en las graduaciones) en la cabeza. La obligué a parar un segundo para colocarle su birrete y mientras lo hacía mi mano rozó su cara y ella se mordió el labio inferior. Me incliné ligeramente para besarla sin importarme que nuestras madres estuvieran a tan solo cinco metros de distancia, pero la mirada de Isaura cambió de felicidad a tristeza en cuestión de segundos y se separó de mí tan rápido que me provocó ese vacío que hacía varios días que no sentía.
La miré sin comprender pero ella no me miraba a mí sino a algo o alguien que estaba justo detrás de mí. Me giré y era Alan, este miraba a Isaura con la misma pena que Isaura le miraba a él. Hacía varios días que no pasaba por el instituto, desde el día de la casi pelea en el aparcamiento nadie le había vuelto a ver, pero claro, hoy era su graduación y no se la perdería.
Alan nos saludo con un movimiento de cabeza pero se dio la vuelta y se fue por otro camino. Isaura pareció volver a respirar cuando le vio alejarse. Su mirada estaba cambiando poco a poco pero seguía habiendo tristeza en sus ojos cuando dijo:
- Menos mal que mañana nos vamos de aquí. – eso me puso ansioso.
¿Mañana? Mañana empezaría nuestra nueva vida, una vida para la que ninguno de los dos estábamos preparados pero que al parecer no importaba, debíamos irnos.
- Ya tengo la maleta hecha. - me dijo y yo la miré con extrañeza. – No me mires así, la hice anoche sabiendo que hoy iba a ser un día complicado. Además, se supone que me tengo que ir a tu casa mañana por la mañana.
Llegamos al gimnasio, que era donde se iba a celebrar la graduación y nos fuimos colocando en fila y por orden alfabético. Yo era la G e Isaura era la H lo cual yo quedaba por delante de ella pero estábamos juntos.
A los pocos minutos vimos aparecer a nuestros padres que habían conseguido escaparse del trabajo. Mi padre llevaba una videocámara para no perderse detalle e Isaura los saludó con una gran sonrisa de nervios. Entonces recordé la conversación que tuvimos el mismo día que me dijo que quería salir con Alan.
- ¿No se supone que deberías estar deseosa de que esto acabe? ¿cómo lo llamaste? A sí, infierno. – me reí un poco de su cara de nervios y le dije - ¿Por qué estas nerviosa?
- ¿Te das cuenta de todo lo que va a cambiara después de hoy? Lo cambiará todo, mañana cumpliremos dieciocho años y ya sabes lo que pasará.
La abracé sin importarme las miradas atentas de nuestros padres, la bese en la parte superior de la cabeza y la acuné con mis brazos. Por curiosidad les eché una mirada a nuestros padres y las madres estaban dando saltitos de alegría mientras que los padres nos miraban algo atónitos.
- Sabes que habrá que contárselo. – ella me miró primero a mí y luego al lugar donde yo estaba mirando.
- ¿En la comida de hoy? – preguntó como si no le gustase la idea.
- Vale, pero después del postre. Que comemos en el Willy´s y no me gustaría tener que salir huyendo antes de la tarta de queso.
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Bueno, una dedicación MUY ESPECIAL para mi ya amigo-fan HugoGServin, que lleva apoyándome incondicionalmente desde los primeros capítulos de SOLEDAD (mi primera historia) y que siempre tiene palabras hermosas que ofrecerme. "Haces que me levante con una sonrisa por las mañanas"
Y para él resto, un capítulo algo caluroso...¿a qué sí? jejeje...!!!! Bueno, decirme que os parece que soy adicta a todos vuestros comentarios. OS QUIERO.
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