7. Solo una condición

El frío helado de la noche inundaba los cuerpos de todos los habitantes de la isla, un frío que hacía estremecer a propios y a extraños, los nativos de la isla sabían con certeza que cuando esto pasaba era la hora de ir dormir, puesto que las temperaturas disminuían siempre a altas horas de la noche aunque como era de esperarse no todos se iban a dormir en ese momento, había personas que se desvelaban o realizaban otras actividades.

—Bueno parece que ya es tarde —Malena miró el gran reloj de madera que estaba colocado encima de la gran puerta de su hogar—. Es hora de dormir.

—¿Ya son las once de la noche? —exclamó Drake mirando también el reloj y darse cuenta que su hora de dormir ya se estaba pasando—. El tiempo se pasa volando.

—Y que lo digas —mencionó Mauro.

—¡Además hace mucho frío aquí! —Nate cruzó sus brazos para sobarse y mantenerse caliente.

—¡Si! —exclamó Kate haciendo énfasis en la "i" —, y no tengo quien me abrace esta noche.

Su hermano tan solo la miró con el ceño fruncido después de emitir su comentario.

—Bueno nosotras nos vamos a nuestra casa —dijo Sara mirando a todos los presentes—. Necesito saber si Lorna se encuentra bien, tuvo que irse porque se sintió un poco mal, mencionó que le dolía el estómago, quise acompañarla pero me dijo que no era nada grave. ¡Hasta mañana, que descansen chicos!

Norma también se despidió de todos.

Cuando se cerró la puerta, dos mujeres caucásicas de traje beige llegaron con varias sábanas en sus manos del mismo color de su atuendo.

—Ellas son Clara y Keyla —Malena dirigió su mano derecha hacia ellas para presentarlas—. Ellas les indicarán sus habitaciones, además les van a entregar sábanas extras para el frío que hace.

—¡Gracias! —dijeron al unísono los invitados.

De repente muy cerca de ahí un fuerte estruendo se escuchó.

¡Boom!

Sonó otra vez, luego se escuchó a muchas personas gritar.

—¿Qué está pasando? —preguntó Drake con un poco de miedo.

Malena salió inmediatamente de su casa para observar qué era lo que estaba sucediendo, Kate y los demás hicieron lo mismo.

A pocos metros de la casa de Malena y Kerson se divisaba a un hombre de cuatro metros, de cabello largo, descalzo y a pesar de usar una gabardina café se notaba que poseía una gran musculatura siendo el protagonista del caos que se estaba formando.

El extraño hombre alzaba grandes rocas y demás objetos pesados como si fueran simples almohadas.

—¡Oh no, ese sujeto otra vez! —mencionó Malena algo preocupada pero no sorprendida ante la situación.

—No se preocupen yo me encargaré —Sin pensarlo Nate se montó en su tabla de surf tecnológica y salió volando.

—¡Nate, espera! —Kate se mostró preocupada por su hermano así que corrió hacia la misma dirección que Nate.

Mauro miró a Drake, ambos asintieron y al igual que sus amigos también corrieron para detener al extraño hombre que estaba destrozando todo.

—¡Hola grandote! —Nate llamó su atención cuando ya estaba más cerca.

El hombre musculado gruñó, arrancó una palmera para golpear al pelilargo que esquivó el primer ataque al agacharse con su tabla de surf, posterior a eso voló alrededor del hombre de gabardina para distraerlo.

Nate esquivó todos los puñetazos.

Unas cuantas partes de la tabla se desprendieron para luego unirse a sus manos hasta formar unos guantes, esperando poder golpearlo y que el impacto de sus puñetazos sean más efectivos pero el gran hombre no se inmutó, recibió los puñetazos del pelinegro con sus grandes palmas de sus manos, atrapó los dos puños para luego apretarlos.

Nate gritó por el dolor que sentía.

—¡Hermano! —gritó Kate al observar la escena.

Movió sus manos para extraer el metal de dos tachos de basuras que estaban cerca, moldeó el metal hasta dejarlo hecho una bola que luego lanzó directo al abdomen de su enemigo. A pesar de que Kate se esforzó, la velocidad y fuerza ejercida en ese ataque no fue suficiente para herir al sujeto, tan solo lo hizo retroceder además de que llamó su atención.

Una vez que soltó a Nate fue directo hacia Kate, por su parte el mayor de los hermanos Norris se quitó sus guantes tecnológicos, miró sus manos, estaban rojas y le dolían.

—¡Kate, abajo! —dijo Mauro, ella actuó de inmediato y acto seguido Drake llevó sus manos hacia al frente para lanzar una poderosa ráfaga de aire.

El elemental de viento fue el primero en lanzar a gran distancia al sujeto de gran musculatura, tanto que provocó que se golpeara su espalda con unos cuantos árboles.

—¡Muy bien Drake! —lo felicitó Kate, ella se acercó a su hermano para corroborar que estuviera bien.

—¡No te preocupes Kate todo está bien! —Nate tronó sus dedos e hizo una mueca leve de dolor.

La felicidad de ellos no duró tanto, el gran hombre se levantó totalmente furioso, gruñó y apretó sus puños, con su gabardina un poco rota se notaba como las venas de sus grandes brazos se marcaban cada vez más.

Mauro cruzó las palmas de sus manos para que de su espalda emergieran sus manos negras, en total creó seis, con todas atacó a su enemigo pero no eran suficiente para la gran fuerza que su enemigo poseía, no tuvo más opción que unir sus seis manos, dejando solo dos las cuales eran mucho más grandes y gruesas.

Con su nuevo accionar logró casi equiparar la fuerza de su contrincante hasta que recibió un ataque de rayos de energía provenientes de las palmas de las manos del gran hombre. Mauro esquivó el ataque saltando hacia la izquierda, por otro lado Drake lo atacó con su viento cortante mientras que el hombre colocó sus brazos en "x" para protegerse pero a pesar de eso obtuvo unas cuantas heridas abiertas de pocos centímetros.

Nate que ya se encontraba mejor se acercó para ayudarlos al igual que Kate. Los cuatro lo rodearon, Mauro sacó más brazos negros, Nate creó una lanza tecnológica con partes de su tabla de surf, Kate creó unos guantes además de unos zapatos con metal y Drake estaba creando torbellinos con las manos de sus manos.

El gran hombre gruñó, de a poco sus ojos se estaban tornando de color rojo hasta que lanzó rayos cargados de energías, además de lanzar rayos de sus manos, el hombre a pesar de que no parecía alguien muy listo giró sobre su propio eje con una velocidad superior a la de un humano normal, lanzando los rayos de energía en varias direcciones al mismo tiempo.

Los cuatro visitantes no tuvieron más opción que protegerse con cada una de sus técnicas, el hombre dejó de atacar con sus rayos de energía, alzó sus brazos para luego golpear el suelo con gran fuerza generando una onda expansiva que lanzó a sus cuatro contrincantes a diferentes direcciones.

Gruñó vigoroso y feliz de haber ganado pero no pasó mucho tiempo hasta que su sonrisa se desvaneció, recibió una potente patada que lo mandó a volar por varios metros. El autor del poderoso ataque era Kerson, el líder de la isla, que acababa de llegar.

—¿Están bien? —Kerson elevó su tono de voz para que sus cuatro invitados los escucharan y además para comprobar que no estuvieran heridos.

—Sí, esto no es nada —mencionó Kate levantándose al mismo tiempo que sacudía su ropa por el polvo y la arena que tenía.

El gran hombre parecía no rendirse, una vez más se levantó y gruñó con rabia.

Usando una impresionante velocidad Kerson saltó por los techos de las casas hasta llegar hacia su contrincante, le estaba lanzando rayos de energía pero el líder de la isla los esquivaba, su velocidad era increíble.

—¡Que rápido! —exclamó Mauro mirando atentamente el enfrentamiento—. Nunca había visto a alguien tan veloz, ¿acaso también es un espectra?

Kerson saltó, se agachó y se movió en varias direcciones esquivando todos los ataques de su rival, demostrando ser un fuerte adversario y sin duda quien tenía la ventaja en todo el combate.

El gran hombre intentó asestar dos puñetazos pero Kerson soportó el ataque con las palmas de sus manos, demostrando que también poseía una fuerza igual o superior que su contrincante, luego procedió a asestar una patada giratoria directo en el abdomen provocando que nuevamente el hombre de la gabardina saliera despedido en el aire, voló por varios metros.

—¡Eso fue impresionante! —mencionó Drake sorprendido con las grandiosas habilidades de combate de Kerson.

Sara y Norma estaban buscando a Lorna, cuando llegaron se encontraron con la puerta de su casa abierta, revisaron y no hallaron a su hermana en ningún lado, por lo tanto corrieron hacia la dirección de donde provenían los disturbios.

Se detuvieron cuando el gran hombre cayó por una montaña de tierra que estaba cerca de donde ellas se encontraban.

—¿Qué es eso? —preguntó Sara confundida y rápido miró a su hermanastra.

—¡Significa problemas! —Fue lo único que Norma dijo—, ven vámonos de aquí, ese hombre es muy peligroso, no podremos ganar.

Sara le hizo caso, sin embargo el hombre de la gabardina se volvió a levantar, gruñó aún más molesto por la humillación que le dio Kerson.

Al observar a las dos mujeres, levantó una roca y la lanzó, ellas se dieron cuenta pocos segundos después, no tuvieron mucho tiempo de reaccionar, el impacto de la roca con el suelo las hizo rodar en diferentes direcciones.

Norma se asustó al ver que el hombre iba hacia ella, sin embargo algo extraño pasó sus ojos se tornaron de color rosado, mostraban un gran brillo rosado, ella no entendía lo que estaba pasando, sus manos se sentían calientes, las miró una vez más, estaba desesperada porque el hombre corría hacia ella.

—Si tan solo tuviera un arma cerca —dijo por lo bajo ella muy temerosa pero segundos después una daga de color rosado se generó de sus manos y rápido la lanzó directo hacia el hombre, volvió a pensar en dos dagas y estas aparecieron en las palmas de sus manos.

Empezó a lanzarle varias dagas más sin embargo eso no bastaba para detener al hombre que estaba a punto de lanzarle rayos de energía de los ojos, Sara se levantó y creó un campo de fuerza, el hombre corrió directo a destruir la barrera pero cuando observó con más detenimiento el rostro de la rubia se detuvo, su mirada de enojo cambió, retrocedió lentamente y saltó bien alto hasta que desapareció.

—¿Qué pasó con tus ojos? —preguntó Sara acercándose a su hermanastra.

—¡No lo sé! —contestó Norma pestañeando un par de veces, segundos después sus ojos volvieron a la normalidad—. Luego me preocupo de eso, lo importante ahora es encontrar a Lorna, no puedo creer que se haya desaparecido otra vez.

Decidieron avanzar en su búsqueda, mientras corrían no pudieron evitar observar la destrucción que causó el hombre de la gabardina, postes caídos, unas cuantos árboles rotos y demás cosas, caminaron hasta que se encontraron con Kate y los demás en las afueras de la casa de Kerson y Malena.

—¿Qué pasó? —preguntó Malena cuando los vio llegar—. ¿Fueron atacadas por ese hombre?

—Sí pero escapó —respondió Sara—, ¿quién es ese sujeto?

—Nadie lo sabe, apareció por primera vez la semana pasada —dijo Malena mirando a todos los presentes—. La vez anterior también atacó a las personas en la noche, nadie sabe qué o quién es, hicimos una investigación y no dimos con su paradero pero es algo extraño porque alguien de su tamaño no puede pasar tan desapercibido, hasta el momento es un misterio, sólo sabemos que es alguien peligroso.

—Pero no más poderoso que Kerson por lo que vi —Mauro miró al líder de la isla.

—¡Si! —afirmó Katherine Norris mostrando una sonrisa—. Eres un gran peleador y tus poderes son geniales, ¿acaso eres un espectra?

Nate tan solo se limitaba a escuchar y hacía muecas de fastidio puesto que quiso ser el héroe pero quien se llevó toda la atención fue Kerson.

—No para nada —negó Kerson—, yo no soy un espectra ni tampoco soy un elemental, soy humano normal que con mucho entrenamiento aprendió a usar el factor vital.

—¿El factor vital? —preguntó Drake interesado.

Poco a poco Kenneth abrió sus ojos, sentía un fuerte dolor en su nuca, además sentía que no podía moverse bajo ningún concepto, abrió los ojos de un solo por la desesperación, bajó la mirada y observó que todo su cuerpo a excepción de su cabeza estaba atrapada por rocas.

—¡Eso es jugar sucio! —gritó Kenneth mirando al frente pero no observó a nadie.

Giró a la izquierda y a la derecha pero tampoco estaba Bristan.

—¡Que patético perder así, niño! —dijo Bristan, se encontraba detrás de él a unos cuantos metros, sentado con una botella de cerveza en sus manos.

—¿Sabes que eso no me detendrá, verdad? —mencionó Kenneth sonriendo.

Las rocas que apresaban su cuerpo se fueron congelando de a poco hasta que se rompieron.

—¡Qué fácil! —Kenneth rió.

—Niño, te la dejé fácil porque sé que no eres una amenaza —manifestó Bristan arrugando su frente, procedió a tomar de la botella de cerveza—. Lo noté cuando estuvimos peleando, si venías con la intención de matarme lo hubiera sentido en la breve y patética pelea que tuvimos pero no, no noté nada hostil en ti, así que habla...¿a qué viniste?

—¡Quiero pedirle un favor! —Fue lo primero que se le ocurrió a Kenneth, juntó sus manos para ser más convincente—. Quiero que me ayude a recuperar mis elementos, antes yo controlaba el elemento fuego y el elemento agua pero los perdí por alguna extraña razón.

—¡Interesante! —habló Bristan, dejó la botella en el suelo—. Cuéntame, ¿cómo los perdiste?

—Estaba entrenando, el entrenamiento consistía en secar mi mano derecha con otro método que no sea prender mi mano en llamas, así que intenté evaporarla o eliminar el agua pero lo único que hice fue congelar mi mano —explicó el muchacho mirando hacia el cielo estrellado recordando aquel momento.

—¡Ya veo! —Bristan se tocó su barbilla—. Tuviste un pésimo entrenador, ¿pero estás seguro que yo te puedo ayudar con eso?

Kenneth caminó para estar más cerca del gran sabio de la isla.

—Mi tío Hermes me recomendó venir, además Sara me dijo que usted ya había tenido casos similares, así que no mientas —Kenneth se mostró serio.

—Pues sí, es algo común en bi-elementales o tri-elementales —mencionó Bristan, miró su botella y notó que estaba vacía así que la dejó en el suelo—. Parece que mi nombre y mis proezas aún son tema de conversación en otros lugares del mundo y no, no miento solo quería saber porque un muchacho virgen, que no ha de tener ni veinte años viene a pedir mi ayuda.

Las mejillas de Kenneth se tornaron rojas.

—¡Ey, virgen no soy! —Kenneth se molestó con el comentario del hombre de cabello gris.

—Tu sexualidad no es de incumbencia —Bristan alzó su voz—. ¿Viniste a recuperar tus poderes o hablar de tu sexualidad?

—Pero si usted comenz...

—¡Ya, ya, ya! —El gran sabio interrumpió a Kenneth—. Te voy a ayudar pero con una condición.

El muchacho se alegró pero miró atento a Bristan, esperando la condición.

—Te ayudaré con tu problema solo si nos enfrentamos a un duelo... —Bristan se puso de pie.

—¿Si le ganó me entrenará? —Esta vez Kenneth fue quien lo interrumpió.

—Déjame hablar niño, sí que hablas —Lo regañó Bristan, arrugó el entrecejo—. Te ayudaré a recuperar tus dos elementos solo si consigues que yo utilicé mi segundo elemento, el metal, en un duelo contra mí, porque si te digo que si me ganas en un duelo te voy a ayudar es imposible, con tu nivel no podrías ganarme, así que...¿aceptas o no?

—¡Claro que acepto! —Kenneth se mostró entusiasmado—, haré que uses tu segundo elemento a toda costa o me dejo de llamar Kenneth Cooper.

El muchacho tronó los dedos de sus manos, sonrió, estaba feliz y con la convicción de poder lograr la condición impuesta por Bristan.

—¡Ya veremos! —El gran sabio sonrió confiado de su poder. 

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