6. Ataque Doble
En la mañana del día del cumpleaños número dieciocho de Kenneth, él y Jack caminaban por las calles de ciudad Espectra.
—¿Y sí vamos a ver una película al cine? —sugirió Jack.
Los dos se detuvieron frente a uno de los tres cines de la ciudad.
—Dicen que las películas locales son muy buenas además dicen que la mayoría tratan de superhéroes y todo eso pero no son tan malas...o eso es lo que siempre he escuchado —continuó Jack mientras esperaba alguna respuesta de Kenneth.
—Ya para esto por favor Jack...tú no eres así... —exclamó Kenneth con seriedad—. Sé que la única razón por la que me has cargado todo el día paseando es porque seguramente están haciendo una fiesta sorpresa o algo parecido por mi cumpleaños ¿O me equivoco? —preguntó—. Sabes que no me gustan las fiestas de cumpleaños, solamente me gusta pasar amenamente con los demás pero nada más.
—No es una fiesta sorpresa, solo vamos a pasarla amenamente entre nosotros dos como buenos amigos... —contestó Jack mintiendo evidentemente.
Fue tan evidente que Kenneth notó su mentira con facilidad.
Kenneth lo miró de forma seria para que Jack confesara.
—A quién engaño es verdad, no sé mentir definitivamente... —dijo Jack admitiendo lo que Kenneth sospechaba.
—Sí, no sabes hacerlo —contestó Kenneth riendo sin ganas—. Sí quieres te doy unas clases.
Ambos rieron a carcajadas de manera breve.
—¿Dime quién me va a organizar una fiesta sorpresa? —inquirió Kenneth.
—Fue Kate, ella me pidió que lo hiciera y no me quedó otra que aceptar... —confesó Jack mirando el gran edifico en dónde estaban organizando la fiesta sorpresa.
Kenneth quedó sorprendido al saber aquello y continuó interrogando a su amigo.
—¿Aceptaste la petición de Kate? —preguntó Kenneth—. ¿Y no que hace unos días decías que mejor me veía con Esmeralda que con Kate y hoy de repente ya cambiaste de opinión?
—No debí haber contado el secreto —dijo Jack casi susurrando.
—Es que ella me lo pidió amablemente y aparte si ella te hace feliz está bien, por más que yo sea tu amigo no puedo decirte que no estés con alguien, eso es decisión tuya —le dijo Jack mirándolo a los ojos—. Después de todo a quién tiene que gustarte es a ti y no a los demás. Así que vamos a ver esta película mientras los demás arreglan todo.
Jack señaló el cartel de una película de superhéroes llamado "Los Legendarios: El Inicio".
—Ya sé que no te gustan las fiestas sorpresa y bueno aunque ya no es tan "sorpresa" pero vamos viejo algún día morirás y no sabes cuándo será, así que ahora debes de disfrutar la vida mientras puedas —Jack trató de animarlo—. ¿Y qué si antes pasabas las fiestas de cumpleaños en soledad?... eso ya fue, ahora tienes amigos, ahora tienes una nueva familia y mientras estén contigo no deberías pasar tu cumpleaños solo, no más.
—¡Que inspirador sonó eso! —exclamó Kenneth esbozando una sonrisa sincera—. Está bien amigo te haré caso, veamos la película.
—No sé porque dije eso, normalmente no lo hago...y espero no tener que hacerlo muy seguido —manifestó Jack mientras se dirigía a comprar las entradas.
Pero tenía que esperar en una larga cola para comprarlas y no era una cola tan corta.
—Bueno espérame aquí, ya compro las entradas.
—Anda, yo espero aquí —contestó Kenneth mirando a la gente pasar.
—Ah y por cierto aún sigo creyendo que mejor te veías con Esmeralda... —dijo por lo bajo Jack.
—¿Qué? —preguntó Kenneth debido a que no había escuchado muy bien lo que su amigo dijo—. ¡No escuché!
—Nada importante, olvídalo —contestó Jack riéndose mientras se posicionaba en la larga cola.
Mientras Kenneth esperaba a Jack sentado en el suelo a su amigo se dio cuenta de que alguien los había seguido y ese alguien era su pequeño y felino amigo, Ramiro.
—¿Qué haces por acá, Ramiro? —le preguntó Kenneth.
—¿Acaso no puedo venir acá, señor Cooper? —contestó con una pregunta Ramiro.
—No Ramiro, no es eso —objetó Kenneth bajando su tono voz a medida que hablaba—. Es que se me hace raro que estés por acá, pensé que estabas en el edificio ayudando a Kate y a los demás para mi fiesta sorpresa.
—¡¿Qué?! —gritó Ramiro llamando la atención de todos los que estaban en el cine.
—¿El señor Pietro se lo dijo verdad? —indagó molesto Ramiro debido a que dedujo que Jack había arruinado la sorpresa.
—¿Cuál señor Pietro? —preguntó extrañado Kenneth.
—Me refiero a su amigo, el señor Jack.
Ramiro miró con enojo a Jack cuando lo divisó a lo lejos.
—Ah hablabas de Jack, pues sí...yo lo descubrí, no fue difícil deducirlo de hecho mi pequeño amigo —manifestó Kenneth de forma relajada.
Ramiro se aproximó más a Kenneth de forma veloz.
—Pero, pero así no era el juego, ya se dañó todo, por lo vis... —señaló Ramiro sin embargo un fuerte estruendo hizo que todos se alarmaran.
Kenneth avivadamente miró hacia afuera y pudo observar como muchas personas miraban el bello cielo azul que posaba sobre la ciudad.
Kenneth se puso de pie y salió del cine, acto seguido Ramiro lo siguió también.
—¿Qué es eso? —preguntó un niño pequeño quién no dejaba de mirar al cielo.
—¡Son visitantes! —contestó otro niño que estaba junto a él.
Cuándo Kenneth miró al cielo quedó totalmente atónito, no podía creer lo que estaba viendo, eran los cazadores que llegaban en su globo aerostático, él pudo identificarlos por la misma marca que tenía la nave en Glaciem, una marca compuesta por un hacha, una espada y un chakram cruzados entre sí.
Las personas empezaron a tomar fotos con sus cámaras, celulares y demás artefactos electrónicos.
—No, escúchenme todos deben salir de aquí, tienen que huir...la gente que viene no es nada buena —les avisaba a los espectadores señalando el globo aerostático con su dedo índice derecho.
Algunos hicieron caso mientras que a otros les pudo más la curiosidad y se quedaron.
—Ramiro dile a Jack que los cazadores están aquí en la ciudad, por favor —le pidió Kenneth un poco preocupado a Ramiro.
—¡Está bien señor Cooper! —Ramiro fue corriendo lo más rápido que pudo a avisarle a Jack.
Dentro del globo aerostático los siete cazadores ya se estaban preparando para cazar a su objetivo, Kenneth.
—Señor Gladio, ya localizamos a nuestro objetivo... —le informó Caleb, se encontraba pilotando el globo junto con Mace.
En una de las computadoras que estaba en la parte superior de la cabina de manejo tenían captado a Kenneth con las cámaras delanteras del globo.
—¡Perfecto, procedan a disparar! —ordenó Gladio.
—Bien...cañón número uno listo —comenzó Mace—. Apuntando...ya.
Al ver el cañón todas las personas salieron corriendo, excepto una niña pequeña que estaba ahí sin moverse mirando fijamente al cañón.
—¡No, niña sal de ahí! —gritaba Kenneth alertando a la niña.
La niña volteó a verlo solo para sonreírle y nuevamente miró al cañón fijamente, pero Kenneth decidió ir y salvar a la niña.
—¡Quédate atrás! —dijo la niña con seriedad.
—Pero... —refutó Kenneth.
—¡Confía en mí! —dijo nuevamente la niña.
Cuándo el cañón estaba cerca de repente se transformó en un cañón de peluche, la niña no dejó caer el juguete al suelo ya que lo atrapó con sus manos.
La niña volteó nuevamente a ver a Kenneth solo para sonreírle.
Kenneth sintió alivio al ver lo que la niña había hecho y ella se acercó a él.
—Viste te dije que confiaras en mí —le dijo la niña dándole el cañón de juguete.
—Sí, definitivamente eres grandiosa —exclamó Kenneth con alegría mirando cada zona del cañón de juguete.
Mientras seguían hablando no se dieron cuenta que tres cañones se dirigían hacia ellos pero Jack apareció de repente congelándolos en un santiamén, los dejó congelados totalmente que luego comenzaron a desmoronarse y romperse al chocar con el suelo.
—Debes ir a un lugar seguro —le aconsejó Kenneth a la niña. La pequeña se fue inmediatamente al ver a su madre que la llamaba.
—¡Ya estamos aquí señor Cooper! —dijo Ramiro.
—Bien, debemos vencerlos...no debemos dejar que causen desastres ni mucho menos que cacen a alguien —Kenneth adoptó una pose de combate.
Del globo aerostático bajaron cinco de los siete cazadores entre ellos estaba su líder, Gladio.
— ¿Qué quieren? —preguntó Kenneth molesto.
—No dejaremos que capturen a alguien de aquí —los amenazó Jack—. Los defenderemos a todos así como en Glaciem.
—¡Te queremos a ti! —Gladio miró a Kenneth y luego miró a Jack—. Y tienes razón hijo de Federico, nosotros no capturaremos a los demás, nuestro único objetivo es Kenneth y vamos por él.
—¿Y por qué me quieren a mí? —espetó Kenneth alzando una de sus cejas.
—Eh...se podría decir que tú eres esencial para lograr nuestro planes... —respondió Gladio mientras caminaba lentamente hacía Kenneth al igual que los demás cazadores.
—¿Esencial? —preguntó Kenneth aun sin entender realmente lo que Gladio le decía.
—Sí, Kenneth Cooper eres esencial para nuestros planes, eres esencial para nuestros objetivos, eres esencial para alguien más también... —dijo Gladio. Sacó a paso lento la espada que llevaba en una tela amarrada a su espalda.
—¿Esencial para alguien más? —Kenneth no entendía nada.
—Ya basta de palabras, vamos a cazarlo de una vez señor —comentó Ax en voz alta.
Ax sacó su nueva hacha al instante.
—Tienes razón Ax basta de mucha palabrería, no tenemos tiempo, debemos seguir con nuestra investigación —Gladio llevó la espada hacia al frente.
Los cinco cazadores corrieron hacía los dos elementales sacando sus armas de caza.
—Corre, no dejes que te alcancen sus rayos —le decía Drake a Karl mientras escapaban de Raimi y Katrina.
Drake llevaba a Karl flotando dentro de una esfera de aire creada por él mismo.
Raimi no dejaba de lanzarles rayos a la vez que Katrina no dejaba de arrojarles rocas y demás objetos pesados del museo.
—¿Crees que tengamos oportunidad de ganarles? —le preguntó Drake al pequeño pelirrojo.
—Quizás tengamos posibilidades, recuerda que hemos mejorado mucho... —contestó Karl con positivismo—. Además solo son dos y nosotros también somos dos.
Un fuerte estruendo como un trueno se escuchó de repente, ellos miraron para todos lados para ver que ocurría pero cuándo pudieron observar que había sido se desilusionaron debido a que no era nada bueno para ellos.
Eran Caín y Terra quiénes habían llegado junto con el Raimi real, después de un segundo Raimi se tele transportó nuevamente.
—¡Tenías que hablar Karl! —exclamó entre molesto y desanimado Drake al ver a sus nuevos contrincantes.
—¡Ya llegaron tus refuerzos novata! —dijo Terra sonriendo emocionada por su nueva misión.
Su emoción se debía a que tenía un buen tiempo que no realizaba una misión y más una en conjunto con sus nuevos compañeros.
—¿Contra ellos tenemos que pelear? —preguntó Caín mirando con decepción a Drake y Karl—. Pensé que nos esperaría un reto más grande, al parecer esto será sumamente fácil.
—¡No nos subestimes! —exclamó Drake.
—Drake tengo un plan —le dijo Karl en voz baja a Drake.
El pelirrojo se le acercó para decirle algo al oído, Drake asintió y sonrió al escuchar el plan de Karl.
—¡No está nada mal tu plan! —manifestó Drake llenándose de ánimos nuevamente.
Drake les lanzó múltiples ráfagas de aire, salió del museo volando a gran velocidad mientras se llevaba a Karl en la esfera de aire.
—¿Y ahora que planean estos estúpidos? —preguntó Terra.
—No los persigamos, ahora que podemos vamos por el pergamino —aconsejó Katrina.
—No novata nuestra tarea es servir de distracción mientras el resto va por el pergamino —le denegó su plan Caín—. Así que vamos a perseguirlos.
Katrina, Caín, Terra y el clon de Raimi salieron del museo a buscarlos, cuándo finalmente salieron por completo quedaron asombrados al ver un enorme hombre de arena.
— ¿Querías un reto más grande? Pues aquí está —dijo Drake sonriendo mientras flotaba muy cerca del cuello del gran hombre de arena.
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