34. Familiares

A pesar de estar sumamente herido el odiado gobernador de ciudad Capital estaba contento con lo sucedido, finalmente había ganado, en definitiva había matado a su enemigo, sentía su cuerpo pesado sin embargo eso no lo detuvo para levantarse.

Las heridas que tenía por todo su cuerpo no le importaron en lo más mínimo, para él, eso era algo menor, algo sin gran relevancia, lo que verdaderamente imperaba era la muerte de Kenneth.

Empezó a recordar el día en que lo comenzó a odiar, una sonrisa se dibujó en su rostro al saber que también recordaría el día en que lo mató.

Sus ojos brillaron de emoción, era comprensible puesto que para él sería un problema menos en su vida, ya tenía problemas tales como sus detractores, como los grupos revolucionarios en su contra, como la otra candidata a gobernadora de la ciudad, entre otros problemas más.

De manera lenta se levantó debido a que sentía todo su cuerpo molido pero entendía que para tener una victoria asegurada debía de cerciorarse si Kenneth en realidad estaba muerto o no, no quería cantar victoria antes de tiempo, quedaría como alguien tonto si lo hacía, sabía que muchos se le reirían y eso no lo iba a permitir.

—Esto sin lugar a dudas me hará más reconocido en el mundo —comentó Marck alzando su voz de forma progresiva—. Matar a Kenneth es solo uno de mis grandes logros, es tan solo el inicio, ya veré la forma de matar a mi otro rival...a mi más grande rival.

Giró su cabeza para varias direcciones con el único objetivo de divisar a Kenneth, no bastó mucho tiempo para que lograra localizarlo.

Al divisarlo emprendió su caminar, un caminar lento similar al de una tortuga. Aceleró el paso cuando a lo lejos notó como su rival se movió, a pesar de que fue un movimiento ligero se preocupó.

—Lamento...decirte q-que no estoy.....m-muerto...no aún... —dijo Kenneth igual de adolorido que su enemigo, ambos estaban agotados por la tremenda pelea que tuvieron entre ellos pero aun así entre tanta similitudes algo los diferenciaba y eso era la sonrisa que Kenneth proyectaba que a pesar de tener manchas de sangre cerca de su boca eso no opacaba la sonrisa que mostraba el joven nativo de ciudad Cristal.

—¡Maldición! —gritó con todas sus fuerzas Marck, se enojó una vez más, en sus ojos se podía ver nuevamente odio aunque esta vez el odio estaba mezclado con preocupación—. ¿Qué acaso eres inmortal o qué? ¿Por qué no te mueres de una puta vez?

Kenneth también se colocó de pie con lentitud, una fuerte ráfaga de viento pasó por donde ellos dos estaban, sintió frio en especial en su torso, giró su cabeza hacia abajo y notó como ya no portaba ni su chaqueta ni su camisa, su torso estaba descubierto, sus abdominales estaban sucios y manchados de sangre, además observó cómo sus zapatos y su pantalón azul llevaban varios huecos.

—Nadie es inmortal —respondió Kenneth, se limpió el hilo de sangre que estaba por sus labios y en su barbilla—. ¿Me puedes contar que pasó? ¿Qué sucedió con mi camisa y mi chaqueta, acaso quieres ver mis abdominales...? No recuerdo bien, lo último que recuerdo es...

No terminó de decir su frase puesto que rápidamente a su mente le llegaron recuerdos de lo que ultimo que vio antes de despertar y fue el despiadado maltrato que Esmeralda recibió por parte de Marck Reim.

—¡Maldito pagarás lo que le hiciste a Esmeralda! —exclamó Kenneth enojado.

Con las pocas fuerzas que aún le quedaban empezó a correr hacia su rival.

Movió sus manos para formar una espada de hielo más no obtuvo resultado alguno.

—¿Pero qué? —preguntó para sí mismo Kenneth—, No importa te derrotaré sin ningún elemento, esta es mi prueba para demostrar que no es necesario depender de un elemento para una pelea.

Por su parte Marck Reim se mantuvo quieto en su posición inicial como si esperaba recibir un ataque directo de su rival, movió sus manos para lanzarle ráfagas de aire pero al igual que Kenneth no pudo hacerlo.

El elemento hielo tanto como el elemento aire se habían esfumado de sus dos usuarios, nuevos recuerdos llegaron al cerebro de Kenneth, recordó cuando sus elementos agua y fuego se esfumaron, fue algo muy similar.

Fue como un trago amargo pasar por ese momento una vez más, tenía que encontrar una pronta solución pero antes vencería a su enemigo.

—¡Vamos Reim! —dijo Kenneth totalmente decidido—, Acabemos con esto, una última disputa cuerpo a cuerpo, solo así sabremos quién es el mejor de los dos.

El gobernador no se negó y aun con dudas sobre so pelear cuerpo a cuerpo corrió hacia Kenneth para matarlo.

Al estar más cerca ambos empezaron a mover sus brazos dominantes para dar un puñetazo, sus puños chocaron entre sí muy fuerte, a ambos les salió sangre de sus nudillos y no era de menos puesto que usaron mucha fuerza en sus puñetazos.

Marck trató de asestarle una patada en su abdomen sin embargo los reflejos de Kenneth le sirvieron para protegerse con su rodilla derecha.

El gobernador intentó darle una patada giratoria pero Kenneth llevó su cuerpo para atrás para no verse afectado más de lo que ya estaba, nuevamente Marck intentó golpearlo con sus piernas, primero elevó su pierna derecha para patear la cabeza de su rival que se agachó rápidamente.

Kenneth dio un giro para realizar la misma patada, así consiguió golpear y a la vez hacer retroceder a su enemigo. El nativo de ciudad Cristal intentó asestarle un puñetazo en la cara de su enemigo sin embargo este lo esquivó agachándose para luego elevar tan solo un poco su pierna, girarla y así golpear el lado derecho de Kenneth, Marck se agachó para darle una patada a los tobillos que rápidamente hizo caer a Kenneth levantando polvo del suelo y unas cuantas piedras pequeñas también.

Al quedar Kenneth acostado en el suelo, Marck aprovechó para levantar su pierna derecha para aplastarle la cabeza más no pudo puesto que el muchacho giró en el suelo y con un movimiento rápido se levantó para proporcionarle una patada giratoria que lo mandó a volar.

El gobernador se levantó inmediatamente, dio un salto hacia delante para pegarle una patada desde el aire pero Kenneth sostuvo su pierna con sus dos brazos y lo lanzó a otro lado.

Marck se levantó nuevamente aunque esta vez lo hizo con más lentitud, parecía ser un zombi que se levantaba una y otra vez sin cesar, no se dio cuenta de que Kenneth dio también un salto y desde el aire le asestó una buena tanda de patadas que a lo mucho el gobernador solo pudo esquivar dos.

Al darse cuenta de que estaba perdiendo Marck notó la presencia de un fierro que estaba muy cerca de donde se encontraba, lo agarró, pensaba defenderse con ese objeto metálico. Kenneth observó toda la situación, caminó hacia atrás, dio un salto para atrás, giró su cabeza hacia varios rincones del lugar y buscó otro fierro que resultó ser un poco más pequeño que el de su enemigo.

Una vez que estuvieron frente a frente Marck estiró su brazo para golpear la cabeza de Kenneth con el fierro sin embargo el elemental de hielo lo esquivó, dio un salto a la derecha y dio una estocada al igual que Reim, los fierros chocaron el uno al otro produciendo un ruido estrepitoso además de que salieron varias chispas.

Marck aprovechó y le dio una patada en el tobillo izquierdo a Kenneth.

El joven contendiente cayó a unos pocos metros, dio un salto al frente y colocó sus manos en el suelo y sus pies en el aire, empezó a caminar con sus brazos hasta acercarse a su enemigo y así empezar a darle patadas, Marck se protegía con su antebrazo y con el fierro.

Kenneth movía sus manos en el suelo de manera giratoria y le dio una patada con su pie izquierdo para luego darle con su pie derecho mandándolo a volar.

—¡No puede ser! —gritó molesto Marck, lanzó el fierro para otro lado, ya se estaba rindiendo, sabía que ya no le quedaban muchas opciones para pelear pero algo pasó cuando lanzó el objeto metálico.

Sintió un palpitar en la palma de sus manos, sentía un extraño hormigueo, alzó sus manos ligeramente y con sus palmas abiertas golpeó la tierra, el polvo de la tierra que golpeó se elevó más de lo normal, comprendió de manera rápida que su elemento aire estaba volviendo.

El gobernador sonrió feliz al saber que tenía otra oportunidad de ganar la batalla.

—¡Ven niño tonto! —exclamó Marck sonriendo ligeramente.

Movió sus manos de forma giratoria para crear ráfagas de aire que las lanzó tan pronto como pudo.

Las ráfagas de aire no eran tan potentes como las veces anteriores sin embargo pudieron derrumbar el muro de tamaño medio que Kenneth había creado, su elemento ya estaba de regreso también pero al igual que Reim sus diversas técnicas con sus elementos no tenían la misma potencia que antes debido a que apenas estaban reapareciendo.

Con esfuerzo Marck pudo crear una esfera de aire para atrapar a Kenneth dentro de ella.

—No lo entiendes niño, tú no eres el favorito de esta historia —mencionó el gobernador seguro de sí mismo—. Yo si lo soy, por eso no perderé, te mataré, te aniquilaré maldito bi elemental.

El muchacho se deshizo de la esfera que lo rodeaba lanzando cubos de hielo en todas direcciones.

—No solo tu elemento volvió —comentó Kenneth llevando sus manos al frente, lanzó agujas de hielo.

Marck esquivó algunas mientras que otras las devolvió con sus ráfagas.

—Ha llegado el momento de acabar esto —pronunció Kenneth alzando su voz para que su enemigo lo escuchara—, Sabes te confieso algo, ya estoy al borde de desplomarme...no creo que aguante mucho más...no sé si tu estarás igual pero yo seré el ganador de este combate.

Juntó sus manos y las llevó al suelo para posteriormente congelarlo.

Marck trataba de evitar entrar en contacto con el hielo, caminó hacia atrás pero cuando regresó a mirar al lugar en donde estaba su rival no lo observó.

—¿Dónde estás? —gritó empezándose a desesperar.

Pocas veces mostraba temor y menos en una batalla pero eso se debía a que como su elemento estaba volviendo poco a poco aún no podía usar su intangibilidad, se sentía indefenso, desprotegido.

A su derecha se escuchó hielo romperse inmediatamente Marck lanzó ráfagas a ese lugar pero no se esperó que Kenneth emergiera detrás de él para congelar sus pies y evitar que escape, llevó su mano derecha a la parte posterior del cuello de su enemigo.

Su mano derecha vibró por escasos segundos, el cuerpo de Marck Reim hizo lo mismo.

—¡Bastardo déjame! —gritó Marck intentando girarse mas no pudo por sus pies congelados.

Intentó lanzar ráfagas de aire a sus pies para romper el hielo pero para su sorpresa no pudo.

—¿Qué está pasando? —preguntó anonadado Reim. Intentaba usar otras de sus técnicas de aire más ninguna pudo hacer, el aire nuevamente se había esfumado—. ¿Qué me hiciste maldito niño?

Kenneth movió sus manos para que el hielo de sus pies se expandiera por todo el cuerpo de su enemigo, la unica parte que el hielo no cubrió fue la cabeza de Marck Reim.

—Tan solo utilicé una técnica secreta que me enseñó el señor Federico —contestó riendo levemente, tosió—. Ni siquiera se la ha enseñado a su hijo, Jack. Es una técnica que hace terriblemente poderosos a los elementales de hielo puesto que con tocar el cerebro de su rival o su cuello pueden congelar los nervios transmisores, bloqueando el elemento de sus rivales al instante o algo así...no entendí muy bien acerca de esos neurotransmisores, receptores y demás cosas pero lo importante es que pude aprender la técnica.

Los ojos de Marck se abrieron como platos al quedar tan sorprendido con esa técnica que no conocía.

—¡No! —gritó muy fuerte Marck—. No puedo perder ante un inmundo bi element...

No terminó de hablar puesto que Kenneth le congeló la boca.

—Hablas mucho —mencionó Kenneth cuando terminaba de taparla la boca con el hielo.

El gobernador se sintió desesperado e impotente a la vez que le llegaban recuerdos de cuando sus padres fueron asesinados por un bi elemental que controlaba el agua y el hielo.

—¡No Merck no lo hagas! —exclamó Madga preocupada por su esposo, ella se encontraba en el suelo con heridas en sus brazos—. Ese elemental es muy fuerte.

—¡No me pienso amilanar ante nadie! —gritó Merck antes de lanzar una poderosa ráfaga que poco o nada pudo hacer contra el bi elemental, este lo mató clavándole una estaca de hielo en el corazón.

—¡Merck no! —gritó la hermosa mujer antes de sollozar—. ¡Mi pequeño hijo huye!

Ella también murió a manos del despiadado bi elemental.

Detrás de un árbol se escondía el pequeño Marck Reim, tapando su boca para no llamar la atención del asesino, se sentía impotente, se sentía débil, no tuvo más opción que salir corriendo para salvar su vida.

«Parece que sigo siendo el mismo niño débil», dijo en su mente totalmente destrozado al recordar que no pudo salvar a sus padres y por perder contra un bi elemental.

Sus ojos se cerraron de a poco, recordó el rostro de sus padres y terminó inconsciente.

—¡Sí al fin gané! —exclamó muy contento Kenneth.

Se tiró de espaldas contra el hielo debido a que ya no podía más, sus ojos se cerraron debido al cansancio que tenía y allí se quedó tumbado en el suelo, dormido y sumamente cansando pero con una gran sonrisa en su rostro.

El crepúsculo ya se asomaba y por ende el sol poco a poco se estaba ocultando para que la luna hiciera su respectiva aparición embelleciendo así la noche como de costumbre.

Kenneth se despertó asustado al escuchar un fuerte ruido, un ruido ensordecedor que logró despertarlo a pesar de que estaba bien dormido, había estado durmiendo por alrededor de tres días, sus heridas ya estaban casi completamente curadas.

Después de abrir sus ojos, se sentó de manera rápida y empezó a mirar al frente, lo primero que observó fue una pared de color caqui, llevó su mano derecha a su cabeza porque al levantarse de manera veloz tuvo un leve mareo. Sintió algo raro en su extremidad derecha, específicamente en la parte superior de su mano de ese mismo lado, tenía un catéter en una de sus venas, eso indicaba que todo el tiempo que pasó durmiendo había estado con suero y eso lo comprobó al seguir la trayectoria del tubo del equipo de venoclisis que se conectaba con un suero de 1000 ml al 0,9%.

Intentó quitarse el catéter debido a que le molestaba un poco sin embargo no sabía cómo.

—Quédate quieto —escuchó muy cerca. Giró su cabeza a la izquierda y allí descubrió de quien provenía esa voz—. Solo vas hacer que te desangres y que las enfermeras me reten por no vigilarte de manera adecuada aun cuando les pedí que yo lo iba hacer por ellas.

—¡Jack! —mencionó Kenneth mirando a su amigo quien se encontraba de espaldas contra una de las ventanas del hospital en donde Kenneth estaba internado—. ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó con Reim? ¿Dónde están los demás?

—Ey, tranquilo campeón —dijo Jack llevando su brazo derecho al frente mientras mostraba la palma de su mano indicándole a su amigo que se detuviera al realizar tantas preguntas—. Son muchas preguntas...pero tranquilo ya te explicaré todo lo que sucedió después de que te desmayaras y por si no lo has notado obviamente estás en un hospital de ciudad Espectra.

—Está bien —Asintió Kenneth.

—Gracias a la ayuda del grupo revolucionario que lidera Martin pudimos detener a los misiles del protocolo ADPA que tantos problemas nos dieron —empezó a explicar Jack, se sentó en una pequeña silla que estaba cerca de la camilla de Kenneth para estar más cómodo mientras hablaba—. Fue un trabajo arduo y nos tomó algo de tiempo pero cumplimos nuestro objetivo, no sin algunas bajas que se nos escaparon de nuestras manos.

Jack agachó su cabeza al terminar de decir esas últimas palabras, a pesar de ser alguien con una actitud fría se pudo apreciar un poco de tristeza por la muerte de inocentes en ciudad Capital.

Muy pocas veces se mostraba así ante los demás, quizás pasar tiempo con su amigo Kenneth le estaba ayudando a cambiar su actitud y su pensar.

—Emmanuel y yo nos alejamos del grupo para buscarte a ti —mencionaba Jack—, No sabíamos si tu pelea con Reim había terminado o no pero por el silencio eso era lo más probable, te llamamos muchas veces más nunca contestaste, eso preocupó un poco a Emmanuel y tan solo me fastidió, no me preocupó pues yo ya sabía que tu ganarías...nos separamos para realizar una mejor búsqueda y en menos de quince minutos yo te encontré inconsciente con el torso desnudo y a lado tuyo a Reim cubierto con hielo hasta su boca.

—¿Qué pasó con él? —preguntó inmediatamente Kenneth, abrió sus ojos más de lo normal, estaba ansioso de saber que sucedió con su enemigo después de la pelea—. Lamento decirte que...él está en prisión.

—Eso no es algo que lamentar —refutó Kenneth quien no había entendido en absoluto el sarcasmo de su amigo Jack.

—¡Eso ya lo sé! —dijo Jack tapándose su cara con su mano decepcionado de que Kenneth no haya entendido su sarcasmo debido a que es quien más lo usa—, Quería darle algo de suspenso a mi relato...pero en fin está en la prisión de ciudad Capital, se le incriminó muchas cosas a su cargo como homicidio, robo, tortura entre otras cosas más que terminaron hundiéndolo...muchos detractores por no decir casi toda ciudad Capital se reunieron para realizar una marcha en contra de él. Actualmente permanece en una celda de máxima seguridad con barrotes eléctricos que producen fuertes descargas además de tener grilletes tanto en su cuello, manos y pies que bloquean su poder elemental y si los usa recibirá descargas eléctricas...por lo tanto no podrá escapar en mucho tiempo, al menos de que alguien lo ayude a escapar y eso sería realmente imposible... ¿Quién en su sano juicio rescataría a ese sujeto?...si fuera por mí...yo lo hubiera matado con mis propias manos pero bueno no tengo mucha influencia en una ciudad que no es mía.

—¿Pero entonces quien se hace cargo de ciudad Capital? —interrogó Kenneth quien solo se llenaba de más y más dudas con el relato de Jack—, Reim era el gobernador ¿ahora quien lo será?

Jack se levantó, cerró la ventana puesto a que unos cuantos insectos voladores estaban entrando por ahí y no quería dejar el piso del hospital con insectos congelados. Además fue hacía el pequeño ropero, abrió una de sus puertas y sacó un pequeño control.

Presionó un botón que encendió de manera inmediata el aire acondicionado del lugar.

—Ciudad Capital quedó a cargo de su secretaria, no recuerdo su nombre en este momento... —respondió Jack mientras volvía a sentarse una vez más—. Pero es solo temporal en unas semanas más se piensa elegir a un nuevo gobernador democráticamente y algunos políticos de esa ciudad ya se están postulando o algo así escuché, hay una mujer que hace campaña todos los días sin excepción.

—Oh ya veo —fue lo único que pudo comentar Kenneth.

La conversación de los dos se vio interrumpida cuando alguien tocó la puerta.

—¿Puedo pasar? —preguntó ella dando dos leves golpes a la puerta.

—¡Esmeralda! —dijo Kenneth alzando su voz.

Ella entró inmediatamente al escuchar la voz de Kenneth.

—Si claro que puedes —dijo Jack cuando Esmeralda ya había entrado a abrazar a Kenneth.

—¡Al fin despertaste Kenneth! —exclamó Esmeralda muy contenta—. Me alegro mucho...felicidades por haber derrotado a Marck Reim.

Kenneth al tenerla tan cerca no pudo evitar ver las vendas que tenía por casi todo su cuerpo.

—¿Cómo te encuentras tú? —preguntó Kenneth al recordar lo que Marck hizo con ella.

Recordarlo para él era muy fuerte, era una escena tenebrosa.

—No te preocupes tú y Maia me salvaron —contestó Esmeralda con una gran sonrisa en su rostro.

Nuevamente lo abrazó, los ojos de ella se llenaron de lágrimas mientras ambos se abrazaban.

—Debo agradecerte a ti, en serio gracias —agradecía Esmeralda, secaba sus lágrimas una y otra vez pero continuaba llorando—. Gracias por ser tan buena persona, nunca cambies...me alegro el haberte conocido y lamento decirte que me voy.

—¿Tan rápido? —preguntó Kenneth, anhelando que ella no se marchara todavía.

—Si. Esmeralda, Aria, Asoka y Said ya deben ir a sus ciudades natales —agregó Jack colocándose de pie—. Yo los traje hasta aquí con la ayuda de Benner y muchos de ellos salieron lastimados como ya sabrás, sus familias han de estar muy preocupadas y por eso se los llevará de regreso a sus hogares. Nosotros los trajimos nosotros los devolvemos.

—Comprendo —fue lo único que dijo Kenneth.

Esmeralda se despidió de Kenneth con un tierno beso en su frente mientras que a Jack solo le estrechó la mano, algo que no le gustó al elemental de hielo, trató de ocultar su desagrado. Minutos después llegaron Aria, Asoka y Said a despedirse también para luego irse finalmente.

—Sabes me mantengo con la idea de que te ves mejor con Esmeralda que con Kate —mencioné Jack después de que todos se despidieran de Kenneth— Esa química que hay entre ella y tú es innegable, aunque si te quedas con ella alguien más si lo hará.

—¡Cállate! —exclamó Kenneth alzando su tono de voz—. Solo somos amigos...mi novia es Kate y punto, no pienso cambiarla.

Pasaron dos semanas después y Kenneth ya estaba completamente recuperado. Vivía una vida tranquila en ciudad Capital junto con Kate, nuevamente los dos pasaban tiempo de calidad juntos aprovechando todo el tiempo que no pudieron verse.

De igual manera Jack se despidió de Kenneth para regresar a ciudad Glaciem.

—¡Nos vemos amigo! —exclamó Jack antes de tocar la mano del capitán Benner—. Tengo muchas cosas que conversar con mi padre.

Un segundo después ambos se tele transportaron a ciudad Glaciem. Federico el padre de Jack le causó asombro al ver de nuevo a su hijo en la ciudad pero lo que Jack hizo después lo dejó anonadado.

Jack le dio un fuerte abrazo a su padre, Federico estaba emocionado con lo acontecido, tanto que se le escaparon un par de lágrimas. El líder de ciudad Glaciem recibió algunas palmadas en su espalda por parte de su hijo quien le decía que estaba contento de verlo nuevamente.

Padre e hijo se fueron juntos con sus hombros entrelazados.

Antes de irse el capitán Benner notó que Federico tenía en su espalda un papel pegado que decía "Soy un auténtico perdedor". Arthur no pudo evitar reírse con eso.

Por otro lado Drake estaba feliz porque al fin Ibeth aceptó ser su novia y por lo tanto ella se mudó a ciudad Espectra, durante varios días tuvieron citas dobles con Kenneth y Kate aunque no resultan tan bien debido a la torpeza de Drake.

Un día cualquiera a ciudad Espectra llegó el líder de ciudad Cristal.

Los soldados de ciudad Espectra buscaban a Kenneth por toda la ciudad, no lo encontraban en ningún lado, ni tampoco sabían en donde estaba Kate, Lionel se enojó al enterarse de que los dos estaban desaparecidos por lo tanto no tuvo más opción que usar su telepatía para encontrarlos.

Kenneth y Kate se encontraban en las afueras de ciudad Espectra recostados sobre el pasto uno al lado del otro observando el cielo mientras conversaban de diversos temas.

—¡Mira esa nube parece un león! —exclamó Kenneth señalando la nube con su dedo índice.

Kate de forma extraña se levantó y miró a Kenneth.

—Kenneth te estaba buscando —dijo Kate con una actitud fría.

—¿Qué dices? —preguntó Kenneth desentendido.

—Soy Lionel hablando a través de mi hija y quiero decirte que no te sobrepases con ella... —exclamó Kate con su tono de voz un poco cambiado—. Y que alguien te busca.

Kenneth y Kate se dirigieron a la ciudad a toda prisa.

Al entrar Kenneth observó a Lionel sentado junto con el líder de ciudad Cristal, Hermes Varz.

—Buenas tardes aquí estoy —dijo Kenneth algo cansando al llegar, unas cuantas gotas de sudor caían de su frente—. ¿Para qué me llamaba señor Lionel? No me he sobrepasado con su hija —comentó Kenneth de manera apresurada, se reía nerviosamente—. Aún no llegamos a esa fase...así que no tiene por qué preocuparse.

—Yo no soy quien quería hablar contigo —contestó Lionel totalmente serio—, Es Hermes el líder de ciudad Espectra y gracias por decirme lo tuyo con mi hija...espero que realmente sea así.

—¿Usted quería hablar conmigo? —cuestionó Kenneth fijando su vista en Hermes, lo observó de pies a cabeza, tenía el cabello ligeramente con canas, además de que tenía una barba muy bien cuidada y vestía con un traje formal de color azul marino—. Esto es algo irónico en mis días vividos en ciudad Cristal nunca lo vi en persona y ahora que vivo en otra ciudad quiere hablar conmigo.

Kenneth recordó haberlo visto en videos publicitarios usando sus poderes espectras para detener a criminales.

—Lo sé —empezó a hablar Hermes, se levantó—. Sé que debe ser algo raro que venga hasta aquí para hablar contigo pero fui realmente tonto todo este tiempo y no me di cuenta hasta que hace unos meses atrás pero ahora estoy completamente seguro.

—¿Seguro de qué? —preguntó Kenneth, no entendía nada de lo que pasaba.

Kate quien también había entrado estaba atenta escuchando todo.

—De que tú y yo somos familia —respondió Hermes con una gran sonrisa en su rostro, caminó hacia adelante—. ¡Kenneth yo soy tu tío!

—¿Qué? —gritó Kenneth sorprendido abriendo sus ojos del asombro—. ¿Yo soy sobrino suyo?, ¿cómo es eso posible?, pero usted tiene poderes espectra y si así fuera el caso de que usted es mi tío eso indicaría que yo también...

—Efectivamente Kenneth —dijo Hermes acercándose más y más a Kenneth—. Tú además de tener sangre elemental también llevas sangre espectra.

FIN

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