33. ¡Amor vs Odio! Las bestias emergen


El fuerte ruido que producían las diversas explosiones de los misiles que explotaban sin cesar logró despertar a la hermosa muchacha de cabello verde que había quedado inconsciente debido a su batalla contra la capitana Ibeth y Log.

Poco a poco abrió sus ojos de manera delicada, al comienzo veía borroso luego sus ojos se adaptaron a la luz que los rayos del sol emanaban. Sintió un leve dolor de cabeza, tocó sus sienes para tratar de calmar su dolor.

Movió sus piernas y sus brazos para poder levantarse, sentía sus piernas un poco pesadas así que primero se sentó, giró su cabeza a la derecha y se percató de que no estaba sola.

—¿Quién eres? —preguntó Esmeralda observando detenidamente a Maia. La bi elemental estaba sentada dándole la espalda a Esmeralda, Maia giró su cuerpo con delicadez por sus heridas para hablar frente a frente con su acompañante y explicarle mejor las cosas.

—Tranquila estoy del lado de Kenneth —contestó Maia, trató de sonreír sin embargo la sonrisa que se dibujó en su rostro rápidamente se esfumó por una mueca de dolor, seguía con los dolores que le provocaban las heridas que el capitán Lang le propinó con sus espadas.

—Sí, te recuerdo un poco... —mencionó Esmeralda tocándose la frente, miró a un lado y de manera veloz unas imágenes acerca de Maia se ilustraron en su mente, recordó haberla visto cuando ella llegó junto con Jack y los demás—. ¿En dónde estamos? ¿Qué ese este extraño lugar?

Esmeralda observó toda la estructura que la rodeaba, se trataba de un campo de fuerza de rayos que había creado Maia para ambas protegerse.

—Estamos alejadas por varios metros de dónde está Kenneth peleando con el estúpido de Reim... —contestó Maia, al hablar del gobernador de ciudad Capital sus ojos empezaban a brillar pero el brillo de sus ojos se tornó de un intenso color morado que brotaba de una pequeña pizca de su desbordante poder que aún no se llegaba a revelar por completo.

El campo de fuerza empezó a temblar, los rayos del campo aumentaron y se disparaban por doquier haciendo que los escombros se rompan en más pedazos pequeños.

—¡Kenneth! —mencionó Esmeralda casi inmediatamente al escuchar ese nombre.

—¿Qué te está pasando? —preguntó la joven nativa de ciudad Diamante.

Empezó a preocuparse aunque luego dejó de hacerlo cuando Maia entró en razón y se calmó. Los rayos intensos del campo de fuerza cesaron y el color de ojos de Maia volvió a su normalidad.

—Necesito ir por Kenneth —exclamó Esmeralda alzando su tono de voz, estaba preocupada por él— Ya regreso.

Esmeralda se colocó de pie, Maia intentó hacer lo mismo más no pudo.

—Espera...y-yo voy contigo... —comentó Maia haciendo que Esmeralda detuviese su caminar.

—No puedes —respondió Esmeralda al ver que le dolían sus heridas—. Será mejor que te quedes aquí...puede ser un poco peligroso, no tardo —Juntó las palmas de sus manos, unos segundos después emergieron del suelo tres clones de ella, todos estaban relucientes debido a que estaban hechos de diamante—. Mis clones te protegerán, por si algo malo pasa.

Maia esbozó una sonrisa y asintió.

—Gracias —agradeció la bi elemental—, Cuídate, Reim es muy peligroso.

—¡Eso haré! —mencionó Esmeralda.

Maia creó una abertura en el campo de fuerza y por ahí pasó Esmeralda corriendo como si sus dolencias en su cuerpo se hubieran esfumado.

Kenneth estaba por marcharse del campo de arena destruido sin embargo quería cerciorarse de que su enemigo estaba totalmente derrotado, no quería ser tan confiando, no quería que Marck Reim lo atacara una vez más de manera imprevista.

Empezó con pasos lentos, aumentó la velocidad de su caminar y observó un zapato negro algo roto, sabía que era de su enemigo, con sus manos trató de quitar todos los escombros que estaban cubriendo gran parte de Reim.

Al terminar de sacar todos los escombros, observó el rostro de Marck Reim, su nariz sangraba ligeramente, tenía manchas de tierra en la frente, sus labios estaban ligeramente perforados, su ropa estaba en gran medida estaba manchada por gotas de sangre y por tierra.

—¿Será verdad o es solo uno de tus trucos? —preguntó Kenneth llevando su mano derecha a su mandíbula.

—¿Tú que crees? —se escuchó una voz muy cerca de donde Kenneth se encontraba.

Una fuerte explosión hizo que un escombro saliera disparado contra Kenneth, el nativo de ciudad Cristal dio varios saltos cortos hacia atrás, intentó crear su espada de hielo para cortar el escombro más no pudo hacerlo.

El escombro cayó directo en su cuerpo. Estando acostado en el suelo Kenneth cubrió sus manos de hielo para dejarlos de una forma similar a unos guantes de gran tamaño, con estos apartó el escombro lanzándolo a su lado derecho.

Se levantó rápidamente y observó como Marck Reim aparecía de la nada, le había lanzado el escombro con su control del elemento viento, lo que le extrañó a Kenneth fue observar como el supuesto Reim al que le había quitado los escombros estaba de pie también.

—¿Sabías que también puedo crear clones? —preguntó Marck Reim, sus labios se arquearon ligeramente, estaba contento de ver el rostro de sorpresa que Kenneth mostraba en ese momento—. Tú cara de asombro siempre me da risa.

Se rio muy fuerte a carcajadas.

—¿Por qué aun sigues de pie? —cuestionó Kenneth molesto consigo mismo por no ser lo suficientemente fuerte como para dejar inconsciente a su enemigo—, Con la última esfera elemental deberías estar inconsciente al menos por un par de horas.

El gobernador sonrió, dio dos pasos hacia adelante, su clon realizaba la misma acción que él.

—Sabía que esa técnica sería muy difícil de resistirla así que de manera rápida creé un clon de aire además de que protegí mi cuerpo con capas de aire que sirvieron de escudo, aunque igual salí muy lastimado... —explicó Marck Reim observando las palmas de sus manos, estaban sucias y con sangre—. Mi vestuario está arruinado pero no me quejo, en una buena pelea como esta era más que obvio.

Se quitó su chaqueta gruesa de color café, tenía muchos huecos además de hilos guindando por doquier, al sacársela por completo la lanzó al suelo.

—Ya no me sirve —dijo Marck Reim mirando su chaqueta—, Me costó mucho dinero.

Al quitarse su chaqueta se pudo observar con más detalle su vestuario, tenía un chaleco elegante de color gris con cuello en "V" que mostraba un poco de su corbata negra, debajo de su chaleco portaba una camisa blanca de mangas largas, aunque por la pelea la camisa ya no estaba tan blanca.

El clon de Marck Reim se abalanzó a Kenneth, disparó varias balas de aire luego prosiguió con bombas de aire. El joven combatiente llevó sus manos al suelo para que emergiera un muro de hielo que se destruyó en sus extremos.

De manera sorpresiva el clon de Reim se detuvo para dejar que el Marck original volara para atacar a Kenneth.

Disparó unas cuantas ráfagas de viento cortante las cuales dejaron algunos cortes en la ropa de Kenneth.

El gobernador se detuvo, se alejó, llevó su brazo derecho al frente y movió su mano derecha.

Inmediatamente Kenneth empezó a sentirse algo extraño, estaba algo mareado, sentía incomodidad al respirar, su respiración se volvía más pesada, llevó sus manos hacia su pecho no podía respirar.

—Llegó la hora de tu muerte —indicó Marck Reim mientras daba movimientos giratorios a su mano derecha sin parar—. Si mi técnica de intangibilidad no funciona siempre recurro a esta técnica de asfixia, nunca me falla.

Kenneth al no poder respirar estaba perdiendo fuerza, sentía sus piernas pesadas y por lo tanto cayó arrodillado hasta que luego cayó bocabajo contra el suelo.

—Esta vez si te fallará —anunció Esmeralda, acababa de llegar. Lanzó una aguja de diamante que se incrustó en la mano derecha de Marck Reim—. ¡No dejaré que mates a Kenneth!

La mano de Marck Reim comenzó a sangrar, su clon se desvaneció en un segundo.

El aire alrededor de Kenneth volvió a su normalidad, empezó a toser muy fuerte.

Esmeralda aprovechó para asestarle una patada al gobernador pero detuvo su corrida al observar como una fuerte ráfaga de aire se acercaba a ella, esta provenía de la boca de Marck.

La adolescente se protegió con cuatros muros de diamante que creó uno alado del otro. Envolvió el suelo de diamante, el suelo tenía un brillo precioso, se sentía como un paraíso, era como estar en ciudad Diamante, los escombros estaban cubiertos de una capa de diamante, los postes, absolutamente todo lo que estaba cerca de Esmeralda estaba cubierto de diamante exceptuando a Kenneth.

De repente apareció muy cerca de donde estaba Marck Reim, transformó su brazo en un brazo de diamante lo estiró lo más que pudo para tocarlo.

—¿Esa era todo? —cuestionó Reim el accionar de la joven muchacha—, Pensé que me darías un buen golpe.

Una sonrisa se dibujó en la cara de Esmeralda.

El diamante se esparció en el cuerpo de Marck Reim iniciando principalmente desde la zona en donde Esmeralda lo había tocado, su antebrazo izquierdo.

Un minuto después el gobernador de ciudad Capital quedó atrapado, su cuerpo estaba inmovilizado al estar cubierto de la densa capa de diamante, aprovechando el momento Esmeralda se dirigió velozmente a ver como se encontraba su amigo.

—¡Kenneth! ¿estás bien? —preguntó Esmeralda acercándose a él—. No te preocupes ya estoy aquí para ayudarte.

Esmeralda sonrió al ver fijamente los ojos de Kenneth. Tocaba su rostro para que despertara puesto que estaba a punto de desmayarse por el poco oxigeno que tenía su cuerpo con la poderosa técnica de su enemigo.

Un fuerte ruido se escuchó, parecían ser muchos pedazos de cristales caer, Esmeralda giró su cabeza.

—Qué bonito es el amor ¿no? —comentó Reim cambiando su tono de voz para parecerlo más burlesco.

Una fuerte ráfaga salió disparada contra los dos jóvenes. De la espalda de Esmeralda emergieron una gran variedad de espinas de diamante que con gran velocidad se unieron hasta formar un muro.

Usando su intangibilidad el ingenioso Marck Reim apareció ante los dos jóvenes, había traspasado el muro de diamante con suma facilidad. Con los movimientos de sus manos logró mandar lejos a Kenneth con el viento que salía despedido de sus palmas.

Al tenerlo apartado de Esmeralda, el gobernador atrapó a Kenneth en una esfera de aire en donde aprovechó el aire de dicha esfera para crear ráfagas dentro de ella y así lastimarlo.

La joven muchacha cambió la forma de su muro a una alabarda de gran tamaño, con su arma trató de herir al gobernador y efectivamente pudo asestarle unos cortes aunque estos fueron escasos, ella pudo cortarlo debido a que la intangibilidad de Reim había perdido su potencia por haber sido afectado con la esfera elemental de viento y hielo.

Un fuerte torbellino creó Marck Reim, la adolescente intentó escapar más no pudo hacerlo y sucumbió ante él, para hacerla sufrir mucho más movió su brazo derecho para envolver una serie de escombros que luego los envió al torbellino para que la golpearan.

Luego atrapó a Esmeralda en una esfera de aire para que chocara con la que tenía a Kenneth encerrado.

El golpe fue tan fuerte que Esmeralda cayó al suelo desmayada mientras que Kenneth ya estaba recuperándose a pesar de tener todo el cuerpo golpeado.

De manera abrupta y sin mostrar compasión alguna el gobernador de ciudad Capital empezó a dispararle balas de aire en distintas partes de su cuerpo desprotegido.

Kenneth se preocupó, estaba dispuesto a recibir las balas por Esmeralda sin embargo no pudo debido a que al intentar ir para protegerla con el solo hecho de dar un paso se cayó, su cuerpo estaba muy agotado.

—¡Maldición! —exclamó enojado Kenneth—, No puede ser.

Sentía mucha impotencia de no poder hacer nada para salvarla.

El despiadado Marck Reim continuó llenando de balas de aire el cuerpo de la joven muchacha.

—¡Detente! —gritó con todas sus fuerza Kenneth mientras una lagrima caía de su ojo derecho—. ¿Por qué lo haces?

Reim solo reía muy fuerte.

—Lo hago para demostrarte que el odio que yo siento por ti es mucho más fuerte que el amor que ella tiene por ti —explicó Marck Reim dejando de disparar sus balas de aire.

—¡Eres un malnacido! —gritó fuerte Kenneth, su cuerpo temblaba quería levantarse pero no podía.

El gobernador prosiguió con una nueva tanda de balas de aire.

Kenneth se sentía sumamente impotente, estaba con mucho enojo, el odio que sentía por Marck Reim había incrementado con creces.

De manera inesperada toda la piel de Kenneth había cambiado a un color blanco reluciente, inclusive su cabello había quedado blanco, el elemento hielo que emergía de la nada poco a poco envolvió su cuerpo y en menos de un minuto su apariencia había cambiado radicalmente.

Kenneth dejó de tener una apariencia humana a tener la apariencia de un lobo hecho completamente de hielo, con poderosas garras, enormes colmillos y con una cola de larga distancia que en la parte final tenía una especie de púas.

El imponente lobo de hielo emitió un fuerte aullido que con su aliento lanzó una potente ráfaga de agujas de hielo, parecía que con el nuevo poder sorpresa de Kenneth ganaría sin embargo su forma bestial estaba empezando a perder el control.

El escenario de combate por todos los rincones posibles se llenó de aullidos que emitía Kenneth transformado en un feroz lobo, de la trompa del lobo salían disparadas por doquier un sinnúmero de bolas de hielo diminutas que congelaban el ambiente de a poco.

A pesar de estar ganando el gobernador más despreciado y odiado por muchas personas estaba sintiendo miedo.

—¿Cómo es posible que pueda usar esta técnica también? —cuestionó Marck Reim, su rostro expresaba sorpresa y preocupación al mismo tiempo. Sabía de antemano que la pelea contra Kenneth no sería fácil pero presenciar el modo bestia de su rival sí que le complicaba todo—. Es imposible que en tan poco tiempo haya aprendido el modo bestial...eso no se aprende tan fácilmente.

Apretó sus puños con molestia.

—¿Por qué eres tan prodigioso Kenneth? —Se preguntó Marck.

«Habrán personas que parecerán ser mejores que tú pero eres tu quien puede cambiar eso, no te rindas, demuestra de lo que estás hecho», recordó las palabras que alguna vez le dijo su padre.

Sacudió su cabeza para evitar esos recuerdos, recordar a sus padres le provocaba dolor pero también ira.

—Tiene que haber una razón lógica para esto...a veces siento algo de celos al verlo como sus habilidades aumentan en tan poco tiempo —dijo el gobernador todo serio.

—¿Hasta cuándo vas aprender? —recordó aquellos gritos de su padre.

—Es que no soy tan fuerte —respondió el pequeño Marck asustado.

—Eso si me doy cuenta pero si eres débil tienes que esforzarte para ser alguien fuerte e imponente o sino cualquier escuincle llegará a barrer el suelo contigo —gritó el hombre de bigote tupido y prolijo.

—¡Ya basta Merck! —gritó una hermosa mujer de cabello rojizo, la madre de Marck—, Es solo un niño, apenas tiene 7 años, tan rápido no aprenderá a controlar su elemento.

—¡No me interrumpas Madga! —alzó su voz Merck mirando fijamente a su esposa—, A su edad yo ya sabía lanzar ráfagas de aire pero él no sabe ni siquiera crear una puta esfera de aire, ¿Cómo no quieres que me enoje?

El pequeño Marck empezó a llorar muy fuerte, su madre lo abrazó y le dio un tierno beso en la mejilla para que se calmara.

—Claro sigue consintiéndolo, eso solo lo hace más débil —Merck miraba con repudio la acción de su esposa—, Marck, si sigues así tu vida estará llena de sufrimiento y eso no lo voy a permitir.

El gobernador volvió a la realidad, rápido creó muchos torbellinos, todos iban dirigidos hacía Kenneth Lobo, por todo el tiempo que ya llevaba combatiendo sus torbellinos no eran tan fuertes a diferencia del inicio de la batalla, Kenneth Lobo pudo esquivar unos cuantos dando increíbles saltos de un lado a otro, de manera sorprendente con su aliento congeló dos torbellinos y aunque no pareciera ser muy inteligente consiguió que el resto de los torbellinos chocaran entre sí hasta desvanecerse.

—Es tan brutal —comentó Marck Reim envolviéndose en una esfera de aire con varias capas del mismo elemento—. Pero hay algo raro en él...tengo que descubrirlo para sacar provecho de eso, no pienso perder, no puedo perder, ya no soy alguien débil y lo demostraré.

La mente de Reim empezó a maquinar para poder contraatacar, entrelazó sus manos, las llevó al frente para lanzar una potente ráfaga de aire luego la ráfaga se dispersó de manera horizontal y cuando el viento se esfumó diez clones suyos aparecieron.

Lo que él quería era crear una distracción para luego encontrar sus puntos débiles, se alejó lo más que pudo mientras sus clones se dirigían a la peligrosa bestia, el poder de Kenneth Lobo era tanto que con solo empujones, con golpes de sus enormes garras y con aplastadas acabó con la mitad de los clones.

Los restantes lo rodearon para lanzarle bombas de aire, la piel de hielo de Kenneth Lobo era bastante gruesa y por lo tanto resistente, laas explosiones y por supuesto su molestoso ruido provocó que la bestia elemental se enojara aun más.

Con su aliento helado pudo acabar con los clones que quedaban. A pesar de que los clones hayan sido vencidos fácilmente a Reim no le importó debido a que ya había encontrado la debilidad de Kenneth Lobo.

—¡Eso es! —exclamó el gobernador contento con su descubrimiento—, Por lo que puedo analizar esta técnica nunca fue aprendida por Kenneth tan solo la desarrolló con el enojo de ver a su amiga sufrir, ese enojo provocó una ira incontrolable en él y se manifestó con su modo bestial.

Al hablar en voz alta llamó la atención de Kenneth Lobo que corrió rápidamente para atacarlo con sus garras.

Marck desvaneció la esfera de aire que lo protegía para utilizar su intangibilidad, la bestia trataba de golpearlo más no lo conseguía eso solo enfurecía más y más al lobo.

—Kenneth nunca dejas de sorprenderme, es por eso que te odio tanto —mencionó Marck sin inmutarse dejando que las patas de Kenneth Lobo atravesaran su cuerpo intangible—. Llegar hasta el modo bestia es un logro impresionante pero ya sé cómo contrarrestar ese poder...tú suerte está a punto de acabarse.

¡Modo Bestial Elemental! —gritó Marck con todas sus fuerzas. El color de sus ojos se volvió de color avellana luego un fuerte torbellino lo rodeó, el torbellino fue tan fuerte que disparó a Kenneth Lobo hacía atrás por lo menos seis metros.

Cuando el torbellino cesó la apariencia de Marck Reim cambió drásticamente de manera muy similar a como lo hizo Kenneth. Ahora tenía apariencia de un blanco águila, además de que sus alas eran enormes al igual que su pico.

Inmediatamente Marck Águila emitió un chillido propio de la especie animal en la que estaba transformado.

—Me gustaría ver tu cara de sorpresa al ver mi técnica de respaldo aunque lástima que no será así, eso me da una gran ventaja... —comentó Marck Águila, tenía una diferencia muy notable con Kenneth Lobo y era su capacidad de raciocinio.

Reim podía pensar con claridad en su modo bestial.

«Llegar a ese estado se necesita suma concentración y entrega al entrenamiento...inclusive uno debe familiarizarse con el animal que está en su interior», era lo que Reim pensaba al no dejar de observar en lo que Kenneth se había convertido.

Marck Águila dio unos cuantos pasos hacia el frente y luego lanzó una potente ráfaga de aire. Sus técnicas con su elemento aire estaban potenciadas por su modo bestial al igual que pasó con Kenneth Lobo.

La bestia de hielo no se dejó y atacó con su aliento gélido, eso no bastó así que de su trompa lanzó una gran cantidad de hielo en forma de rocas puntiagudas.

El choque de las rocas con las ráfagas hacía temblar muy fuerte el suelo. Además de que los pocos escombros cercanos quedaban hechos polvo. Cuando todo el desorden de los dos elementos terminó las dos bestias empezaron a pelear utilizando sus patas, Kenneth Lobo trataba de herir a su rival con sus filosas garras mientras que Marck Águila atacaba con sus garras de viento que eran mucho más filosas.

Al estar en su modo bestial el gobernador no podía usar su intangibilidad por lo tanto ese era un punto débil para él.

Marck Águila abrió su pico para lanzar bombas de aire, Kenneth Lobo esquivaba todas las bombas que podía usando sus fuertes patas para aumentar su velocidad.

Kenneth Lobo corrió alrededor de su enemigo, aumentaba más y más su velocidad hasta el punto de hacerlo suficientemente rápido para atraparlo en un torbellino que el mismo estaba creando.

Al verse acorralado Marck Águila lanzaba bombas de aire aunque por la velocidad de Kenneth Lobo ninguna fue de mucha ayuda, Marck no tuvo más opción que mover sus alas de arriba abajo para elevarse en el aire y comenzar a volar.

Una vez que se encontraba en el aire desde ahí lanzó muchas bombas de aire, varias de ellas le dieron de lleno a la espalda y a la cabeza de Kenneth Lobo aunque luego las partes destrozadas se regeneraban con facilidad.

Kenneth Lobo daba grande saltos para alcanzar a su enemigo, sin embargo eso no era tan competente como para alcanzarlo. No tuvo más opción que usar su aliento helado que de igual manera no le fue de mucha ayuda.

—Si ves tonta bestia —comentó Marck Águila desde el cielo—, Eso es inútil, no eres capaz de derrotarme, si tan solo fueras un poco más pensante pero lástima que no es así.

Sus palabras fueron su castigo debido a que extrañamente el lobo pensó por un momento y con su aliento helado creó montañas de hielo de tamaño mediano con las cuales se empezaba a impulsar poco a poco hasta que creó una montaña de hielo un poco más grande con la cual pudo impulsarse y dar un salto para luego morder una de las alas de Marck Águila.

De manera inminente Marck cayó al suelo sin poder hacer nada debido a que Kenneth Lobo no dejaba de morder una de sus alas. Marck Águila observó un bulto en el suelo que no se distinguía con exactitud debido al polvo, sopló un poco para desvanecer el polvo, sus ojos se iluminaron al observar que se trataba de Esmeralda que estaba en muy mal estado por sus propias balas de aire.

«Sé que no puedes pensar y razonar en este estado así que haré todo lo posible para que tú mismo te encargues de darle el golpe final a la joven Esmeralda con una aplastada o mordida será más que suficiente y así al disolverse tu modo bestial y entrar en razón te hieras emocionalmente, ese será una de los golpes más duros que yo te puedo dar...no puedo esperar para verlo», decía en su mente Marck Águila mientras Kenneth Lobo no dejaba de morder su ala izquierda.

—Comencemos con el plan —mencionó el gobernador antes abrir su pico, girar su cuello hasta direccionarlo a su rival y así lanzarle ráfagas de viento cortante.

El lobo salió disparado no sin antes llevarse en su gran hocico un trozo del ala izquierda de su enemigo.

A propósito Reim lanzó al lobo al lugar en donde Esmeralda estaba acostada.

—Estaba casi cerca —exclamó furioso Marck—. Solo faltó un poco para que la aplastaras pero ya viene otra ráfaga de aire que te hará aplastarla de manera accidental.

Sin esperarlo Marck recibió un fuerte choque de rayos en la parte posterior de su cuerpo animal que no lo dejó actuar.

—Ya vi tus intenciones —comentó Maia quien a pesar de estar herida había llegado al campo de batalla para ayudar a Esmeralda—. No dejaré que lo hagas.

Otro potente choque de rayos recibió Marck Águila hasta que movió su ala derecha para lanzar una ráfaga. La bi elemental se protegió con un muro de rayos y acto seguido saltó muy alto creando chispas en sus zapatos.

Su salto se debía a que Kenneth Lobo corrió y saltó para morder tanto a Maia como a Reim.

Marck Águila por girar su cabeza no notó cuando su rival se acercó.

Como algo repetitivo Kenneth Lobo empezó a morderle el cuello a su enemigo, ese momento fue aprovechado por Maia quien ya estaba con los pies en el suelo nuevamente y para su suerte no tuvo que caminar mucho debido a que Esmeralda estaba cerca.

Maia agarró a Esmeralda con todas sus fuerzas a pesar de que la joven nativa de ciudad Diamante no pesaba mucho pero en el estado que se encontraba tenía que hacer todo lo posible para no dejar que Esmeralda reciba otro golpe ya que se encontraba mal herida.

—Aquí estoy amiga —comentó en voz baja mirando a Esmeralda mientras la cargaba en sus brazos—. Sabía que algo malo te pasó cuando tus clones se desvanecieron de repente, por eso vine por ti y también vine a ayudar a Kenneth.

Mientras se alejaba del campo de batalla no dejaba de mirar cada diez segundos como Kenneth Lobo mordía el cuello de Marck Águila.

—Es increíble como Kenneth llegó a transformarse en eso —decía Maia alejándose del lugar—. Si no estuviera aquí en ese momento definitivamente no lo llegaría a creer.

Le tomó algunos minutos alejarse lo suficiente, sabía que con sus heridas no estaba apta para usar su tele transportación a pesar de haberla usado cuando los clones de Esmeralda se desvanecieron y menos podía usar dicha técnica con Esmeralda en sus brazos.

—Necesito un milagro —exclamó mirando al cielo—. ¡Aquí voy!

A pesar de todo las circunstancias intentó tele transportarse a un hospital cercano, ella ya lo había visto anteriormente y recordándolo pudo llegar.

Maia quedó sumamente agotada al aparecer rápidamente en el hospital que tenía algunas estructuras colapsadas por los misiles del proyecto ADPA.

—¡Ayúdenme! ¡Mi amiga está muy mal! —exclamó Maia con las pocas fuerzas que le quedaban, acto seguido se desmayó.

Dos enfermeras fueron con ella al verlas como habían llegado de repente. Con ayuda de auxiliares y demás personal salud a ambas las colocaron en camillas para luego llevarlas a un lugar en donde las pudieran atender correctamente, mientras las llevaban más ciudadanos de Capital llegaban con heridas en diferentes partes de su cuerpo, muchos niños y madres lloraban, muchas personas sufrían y todo por culpa de su propio gobernador, Marck Reim.

Al liberarse Marck Águila se alejó para reconstruir su ala rota.

—¡Maldición! —gritó furioso Reim—, Mi plan falló. No puedo perder más tiempo debo matarlo ahora mismo.

Se elevó en el aire, abrió su pico para absorber todo el aire que podía para lanzar su más potente bomba de aire, estuvo más de un minuto acumulando aire y aprovechando que Kenneth lobo se encontraba extrañamente mareado.

—¡Muere Kenneth! —dijo tajantemente antes de disparar su bomba de aire más poderosa.

Kenneth Lobo al ver ese ataque se defendió con su aliento helado que estaba cargado con trozos de hielo puntiagudo.

La bomba de aire explotó causando una onda expansiva muy fuerte que despidió a las dos bestias a diferentes lugares.

Segundos después de que la bomba explotó tanto Kenneth como Marck habían vuelto a su estado normal.

Ambos yacían en el suelo sin nada que cubriera su torso.

Uno de los dos contendientes movió sus dedos, abrió sus ojos poco a poco y esbozó una sonrisa como solo él lo sabe hacer.

—A-al fin t-te maté...K-Kenneth —dijo Marck Reim con las pocas fuerzas que le quedaban. 

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