31. Protocolo ADPA
El fuerte sonido dejó de escucharse llenando de paz los oídos de todos los presentes que sin lugar a dudar no soportaban el dolor que dicho sonido les generaba.
El capitán Lang reía sin parar al ver como la sangre brotaba del abdomen de su rival, disfrutaba ver a sus rivales sufrir.
—Definitivamente no esperaba que esto sucediera —comentó Lang mirando fijamente el cuerpo de Maia—. Pero aun así me gusta lo que veo.
La mujer bi elemental empezó a toser un poco de sangre, el líquido rojo nuevamente cayó sobre el rostro de su rival, el poderoso Lang.
—¡Eso es asqueroso! —exclamó antes de lanzar a Maia a unos escombros que estaban a tres metros de ellos.
Kenneth estaba pasmado, no podía creer que Maia se haya sacrificado por él, sabia a la perfección que no merecía tal cosa y menos de Maia, una chica que recién empezaba a conocer.
El capitán Lang limpiaba sus mejillas llenas de sangre, escupió y luego realizó una mueca expresando el asco que había sentido.
—¿Sabes? —preguntó Lang mirando esta vez a Kenneth—. Que la sangre de mis enemigos caía en mi cuerpo en especial en mi cara me produce asco, es tan detestable para mí.
Kenneth no emitía ninguna palabra, solamente estaba sentado en el suelo, pasaron pocos segundos hasta que decidió colocarse de pie e ir rápidamente hacia el lugar en donde se encontraba Maia para asistirla ignorando por completo las palabras de su rival, claramente eso solo logró enojar al capitán Lang mucho más.
—¡Maia! ¡Maia! ¡Maia! —repetía una y otra vez Kenneth esperando que realmente ella no estuviera muerta.
El sentimiento de alivio invadió el cuerpo de Kenneth cuando al acercarse observó como Maia se encontraba viva, ella aun respiraba pero se encontraba muy mal herida, estaba desangrándose.
Rápido Kenneth supo que hacer, utilizando su elemento hielo congeló la herida profunda de Maia para evitar que se siga desangrando.
—Espero que mejores —comentó Kenneth al terminar de congelar toda la herida—. Gracias por haberme salvado...descansa yo me encargaré de Lang.
—¡Maldito! —exclamó el capitán Lang corriendo a donde Kenneth y Maia se encontraban—. ¡También detesto que me ignoren!
Actuando de manera rápida Kenneth creó un muro de hielo a sus espaldas para protegerse, en menos de dos segundos el muro se desmoronó en muchos pedazos pequeños de hielo con tan solo entrar en contacto con las dos espadas de Lang.
A pesar de que el muro de hielo no fue de mucha ayuda, a Kenneth le bastó y así aprovechó para llevarse a Maia entre sus brazos hasta dejarla en un lugar alejado y seguro para que no resulte más herida de lo que ya estaba ella.
El capitán Lang se detuvo al no ver rastro alguno de sus dos objetivos, movió su cabeza para todas direcciones para encontrarlos mas no lo logró.
De repente escuchó algo acercársele a lo lejos.
En un movimiento rápido Lang logró averiguar lo que se le acercaba.
Kenneth le había lanzado hielo en formas de agujas aunque fueron completamente inútiles debido a que tan solo al estar a menos de dos metros de Lang el hielo se desmoronó en muchos pedazos hasta chocar con el suelo.
—Eso es inútil —vociferó el capitán Lang feliz de no haber recibido un daño en todo el transcurso de su pelea.
—¡Ya lo sé! —contestó Kenneth dando ligeros pasos hacia delante—. ¿Te podrías callar de una vez por todas?
Mientras Kenneth daba pequeños pasos congelaba el suelo por completo para finalmente atacar de una vez por todas, además formó un brazo gigante de hielo con el único objetivo de golpear a su rival aunque al final el brazo también fue desmoronado de la misma manera que había sucedido con los ataques anteriores de Kenneth.
—¡No puede ser! —susurró Kenneth exasperado.
El capitán poseedor de dos espadas sonrió.
—Si puede ser —respondió Lang con un claro tono de burla.
Kenneth quedó sorprendido puesto que no esperaba que su rival lo escuchara ante tal distancia.
—¿Cómo haces para salir ileso de todos mis ataques? —preguntó Kenneth de manera directa a la vez que lanzaba múltiples espadas de hielo que cayeron desmoronadas en un santiamén.
—¡Tonto! —dijo el capitán Lang—, ¿Crees que voy a decirte los secretos de mis habilidades?
Rotundamente Lang negó confesarle a Kenneth sobre el origen de sus habilidades, pues sabía que su joven contendiente era tan hábil como él y eso podría traerle problemas perdiendo la ventaja que ya había ganado en el combate.
—Bueno...no me queda otra más que averiguarlo por mi cuenta —mencionó Kenneth esbozando una sonrisa que llegó a inquietar por un momento a Lang—. Y puedo asegurarte que ya estoy casi seguro.
Moviendo sus manos Kenneth formó una cuerda de hielo que emergió del suelo congelado lo que Lang pisaba, enredó la cuerda en su tobillo y dando un fuerte jalón logró elevarlo lo suficiente como para hacerlo impactar contra el suelo.
Kenneth estaba feliz de finalmente haber golpeado a su rival que se creía intocable.
—Pero ¿Cómo es...es...posi...ble? —preguntó sumido en el dolor que le había provocado la táctica de Kenneth.
Sin perder más tiempo Kenneth corrió para llegar hasta donde él estaba y así congelarlo de una vez por todas pero a mitad de la congelación el capitán Lang desmoronó de manera misteriosa el hielo que cubría la mitad de su cuerpo.
Kenneth dio un salto hacia atrás cuando Lang se posicionó de pie velozmente con varios movimientos de sus espadas el capitán lanzó múltiples ráfagas de un elemento desconocido por el mismo Kenneth.
Las fuertes ráfagas impactaron de lleno el cuerpo de Kenneth dejándolo tirado en el suelo bocarriba, el suelo alrededor de Kenneth tenía la apariencia de un cráter, eso dejaba en evidencia la fuerza de las extrañas ráfagas que Lang lanzaba.
—¡Toma! —exclamó el capitán Lang antes de lanzar directo a Kenneth una de sus dos espadas.
El joven Cooper aún muy herido y acostado evitó que la espada llegara hacia él, al contrarrestar con una espada de hielo, la espada de Lang quedó congelada al entrar en contacto con la espada de hielo.
Kenneth tomó la espada de su rival y adolorido se levantó para seguir peleando.
Ambas espadas chocaban sin cesar provocando ruidos y unas cuantas chispas, Kenneth ya tenía planeado utilizar una de las dos espadas de su enemigo puesto que sus espadas de hielo no eran muy útiles en aquella contienda.
La espada que Kenneth robó de su rival no se desmoronaba al chocar contra la otra, todo lo contario resistía los extraños ataques de Lang, ambas espadas al chocar una con otra empezaban a vibrar de manera misteriosa, aquel misterio Kenneth estaba por desentrañarlo, todo lo que estaba haciendo al pelear con el capitán Lang era una manera de descifrar el misterio de sus habilidades.
Cuando el choque de espadas llevaba más de seis minutos Kenneth se cansó y optó por atrapar a su enemigo al hacer emerger de su tobillo izquierdo un delgado y alargado brazo de hielo sin embargo Lang previó sus ataques y así pudo evitar que lo atraparan, lo que hizo fue saltar lo más alto que podía que sin lugar a dudas fueron cuatro metros y medio.
Kenneth no se rindió y de su frente hizo emerger otro brazo de hielo de iguales características que el anterior, este segundo brazo estuvo muy cerca de atrapar a Lang pero el capitán nuevamente utilizó sus extraños poderes para desmoronar el brazo de hielo.
Lentamente el capitán Lang caía al suelo como si algo invisible debajo de sus pies lo amortiguara, en el momento en que pisó el suelo de manera imprevista lanzó su espada hacia otro lugar diferente al que Kenneth estaba.
—¿Y eso? —preguntó Kenneth desconcertando—, Yo estoy acá... ¿acaso te has quedado ciego o qué?
La pregunta de Kenneth solo le causó gracia a Lang.
Unas risas se escuchaban no muy a lo lejos de donde ellos dos estaban peleando, inmediatamente Kenneth giró su cabeza para observar quien o quienes eran, para su sorpresa las risas provenían de Jack, Emmanuel y Drake que caminaban hacia ellos, en eso momento Kenneth comprendió que la espada estaba dirigida para ellos ya que observó cómo Jack la llevaba en sus manos.
—¡Amigos! —exclamó felizmente Kenneth dibujándose una gran sonrisa en su rostro—. ¿Y el resto de los chicos?
Al verlos solo a los tres no pudo evitar preguntar por Martin, Sagit, Shaila, Cesar y por supuesto por Esmeralda.
Jack le comunicó que ellos se encontraban bien, que Martin estaba cuidando de Cesar y de Esmeralda mientras que los ex cazadores se habían marchado a realizar lo que querían desde un inicio.
Al escuchar aquello Kenneth se sintió más calmado pero su amena conversación cambió cuando el capitán Lang realizó una de sus más mortales y peligrosas técnicas, su famosa "Severidad Auditiva", ese era el nombre de su técnica, la que consistía en provocar fuertes e intensos dolores en los oídos a tal grado de hacer sangrar a toda persona expuesta a ella.
Los cuatro muchachos al escuchar el particular sonido cayeron al suelo casi coreográficamente, intentaban tapar sus oídos para tratar de disminuir el dolor severo que sentían.
El capitán Lang se acercó primero a Kenneth para tomar de vuelta su espada.
—Como me gustaría clavar esta espada en tu cabeza —Lang le mencionó al acercarse lo más que pudo—. Pero lastimosamente eso no lo tengo permitido, sin embargo nada me impide hacerle eso a tus amigos.
El último secuaz vivo que tenía Marck Reim caminó hacia donde se encontraba Jack para tomar de vuelta su segunda y última espada.
Se acuclilló para tomar su espada y antes de pretender clavarla sobre la frente de Jack le dijo unas últimas palabras.
—Comenzaré contigo —dijo Lang mirando con frialdad a Jack—. Me han comentado mucho de ti, en especial de que eres un arrogante, engreído y que eres el hijo de uno de los enemigos principales de mí gobernador, una persona como tú no puede seguir viviendo...ya no.
—¡No! —exclamó Kenneth muy fuerte intentando levantarse con cierta dificultad.
En ese mismo instante clavó doce espinas de agujas sobre la espalda de Lang, sin duda era algo que no se esperaba y como si fuera poco Kenneth realizaba movimientos breves de sus manos para incrustar más las espinas de hielo al cuerpo de su enemigo.
El capitán emitió un fuerte grito de dolor, mientras sufría sentía impotencia y enojo al haberse confiado, girando su cabeza notó como Kenneth tenía en sus dos orejas capas gruesas de hielo, logrando así disminuir el dolor del fuerte sonido de la feroz técnica de Lang.
La Severidad Auditiva cesó con el accionar de Kenneth, inclusive Emmanuel ya un poco recuperado atrapó a su enemigo en un campo de fuerza generado por el mismo, Drake ayudó mandándolo a volar con sus ráfagas de viento.
Ligeramente recuperados Kenneth les comentó a todos sobre lo que dedujo acerca de las habilidades de Lang que con su último ataque quedaba comprobado cuales eran, sus habilidades se basaban en el sonido puesto que su enemigo poseía un gran sentido de la audición, algo comprobado cuando Lang escuchó el "No puede ser" de Kenneth.
Las otras veces que Kenneth notó eso fue cuando Lang creaba un campo de defensa de dos metros con los cuales generaba ondas sonoras para desmoronar todo lo que se estuviera dentro de los dos metros, además de que con sus espadas generaba ondas sonoras que convertía luego en potentes ráfagas y era por eso que sus creaciones de hielo se desmoronaban con facilidad.
Con todo lo que Kenneth pudo comentarles bastó para que entre los cuatro realizaran un plan para derrotarlo de una vez por todas y dado al buen oído de su enemigo decidieron entrar a un campo de fuerza de gran calibre para que no los escuchara.
Como si fuera un zombi el capitán Lang regresó y caminó hacia ellos, usó su severidad auditiva una vez más sin embargo no funcionó del todo debido a que Emmanuel había envuelto las cabezas de sus amigos con sus campos de fuerza para soportar lo más que se podía el dolor.
—¡Es tu fin! —exclamó Jack antes de lanzarle cientos de espadas de hielo.
Lang llevando sus brazos al frente logró desmoronar un tercio de las espadas más no pudo con el resto puesto que ya estaba cansando, con los restos de hielo que quedaban en su espalda Kenneth aprovechó para hacerlos crecer y así controlarlos desde el interior del cuerpo de su rival, al tener el control del hielo dentro de Lang aprovechó para elevarlo a este y finalmente Drake le asestó el golpe final al volar frente a él para lanzarle múltiples ráfagas de viento cortante que terminaron hiriendo de gravedad a tal punto de dejarlo inconsciente a solo esperar la pronta muerte del último de los secuaces de Marck Reim.
Con dicha victoria de Kenneth y sus amigos, Feminar quien lo había estado observando todo con sus micro cámaras decidió llamar a su jefe, a Marck Reim.
—¡Gobernador Marck! —empezó la inteligencia artificial—, Todos sus hombres han caído, al parecer no cumplieron con su objetivo de asesinar a todos los sujetos dentro de la arena de batalla, con excepción de Kenneth.
Marck quien se encontraba preparándose para su pelea se enojó al enterarse de que sus planes no estaban realizándose como lo esperaba, dando un fuerte golpe a la pared más cercana movió su cuello de izquierda a derecha y se elevó en el aire para ir finalmente a pelear contra Kenneth y sus amigos.
La batalla final estaba cada vez más cerca y todos lo podían sentir.
Los cuatro jóvenes combatientes estaban contentos de haber derrotado a todos los secuaces que Marck Reim tenía a su cargo sin embargo no tomaron en cuenta que faltaba una guerrera más, ella era Feminar la inteligencia artificial creada por los científicos de ciudad Capital.
Al enterarse del estado de Maia, Emmanuel fue corriendo con todas sus fuerzas al lugar en donde Kenneth la había dejado, la protegió al envolverá en un campo de fuerza que se adaptó perfectamente con el cuerpo de la mujer elemental.
Una vez que la tenía por indicaciones de Kenneth, el espectra se llevó a Maia a donde estaban Martin, Cesar y Esmeralda.
Los que estaban heridos debían salir lo más rápido posible del lugar debido a que no sabían en que momento Marck Reim podría llegar a atacarlos sin piedad.
—¿Escucharon eso? —consultó Jack con sus amigos, los miró esperando una respuesta de parte de ellos.
—¡No! —negó Drake—, ¿Qué cosa?
Kenneth caminó hacia ellos.
—Yo también escuché —mencionó Kenneth mirando al cielo tratando de descifrar que era la sombra que se disipaba a lo lejos en el aire—. Al parecer proviene desde allá.
Drake quien fue el único en no escuchar nada siguió con su mirada el dedo índice de Kenneth que apuntaba a una sola dirección el cielo.
—No puede ser... —exclamó Drake empezando a sentir nervios—. Es el...
—Sí, es Reim quien viene allá —dijo Kenneth cambiando la expresión de su rostro, se mostró con seriedad puesto que su enemigo más poderoso hasta el momento estaba por llegar.
—Creo que es hora de pelear —expuso Jack.
Dio dos pasos hacia adelante y luego creó un gran muro de hielo al llevar sus manos al piso, una vez que el enorme muro de hielo se formó empezó a lanzarle millones de agujas de hielo.
Marck Reim atrapó todas las agujas sin excepción en una burbuja de aire, la burbuja pasó a ser un tornado potente que fue lanzado hacía Jack y compañía.
Mientras más se acercaba el tornado más lanzaba todas las agujas que en primer lugar estaban destinadas para Reim. Kenneth actuó de manera inmediata, levantó sus brazos y apretando sus manos con fuerza produjo que todas esas agujas desaparecieran.
El tornado fue detenido por Drake que lo había hecho desvanecer al usar sus ráfagas de aire.
Con mucha calma y quietud Marck Reim dejó de volar al bajar al suelo, precisamente cayó a unos cuantos metros de donde sus tres contendientes lo esperaban.
—¿Así es como me reciben? —cuestionó Marck mostrando una cara llena de decepción—. ¿Así es como reciben al gobernador de ciudad Capital y muy pronto al gobernador de todas las ciudades del planeta sin excepción alguna?
Por breves segundos por la mente del gobernador llegaron recuerdos de su infancia.
«Nunca lo olvides, algún día serás grande, algún día serás el gobernador de una de las ciudades y quien sabe...si te lo propones podrías ser el gobernador de todas las ciudades del planeta, todo queda en ti, todo queda en que tan alto quieres llegar», recordó esas palabras que alguna vez se las dijo su padre cuando apenas era un pequeño niño.
Al terminar de hablar su cara cambió a una llena de maldad.
—Estás loco si crees que te dejaremos gobernar las demás ciudades —declaró Kenneth mostrando el evidente malestar que tenía con Reim—, Mucho daño le has causado a esta ciudad, no quiero imaginar que le harás a las demás ciudades.
Marck Reim empezó a reírse por las palabras de Kenneth.
—Kenneth...Kenneth...Kenneth... —dijo Marck—, Mi querido y sumamente odiado Kenneth...debes callarte tú no entiendes estas cosas...
—¡No me hagas callar! —gritó Kenneth apretando sus puños con fuerza.
De la nada Drake empezó a correr hacia Marck con el objetivo de golpearlo con sus ráfagas de viento que disparó al llevar sus manos al frente, Marck Reim contrarrestó con sus propias ráfagas de viento que sin duda alguna fueron más potentes y lograron destruir las hechas por Drake.
—Tú también tienes el elemento aire pero nunca serás tan poderoso como lo soy yo —indicó Marck mientras direccionaba sus ráfagas de viento hacía el asustado Drake—. Observa un poco de mi poder.
Drake se paralizó al observar las potentes ráfagas de viento que le acercaban, pocos segundos pasaron para cuando puedo reaccionar dejando sus miedos a un lado así que por lo tanto uso su intangibilidad de corta duración.
—Observa el mío —Drake esbozó una sonrisa en su rostro mientras que por su cuerpo pasaban las ráfagas y el no sentía daño alguno pero sin lugar a dudas lo que más disfrutó fue ver la expresión que Marck Reim tenía.
El gobernador de ciudad Capital abrió los ojos lo más grande que pudo al ver que Drake estaba empezando a emplear uno de sus técnicas favoritas.
—¡Maldito! ¡Insolente! —increpó Marck Reim con sus ojos llenos de furia—. ¿Cómo te atreves...?
Reim sin esperar tanto le disparó cuatro balas de aire que de todas solo una le pasó rosando el abdomen a Drake.
Con la astucia que Marck Reim tenía notó que la intangibilidad de Drake se había esfumado y para asegurarse le lanzó una nueva tanda de ráfagas de viento no solo al hombre que usaba su mismo elemento sino a Kenneth y a Jack que se estaban preparando para atacarlo.
Kenneth y Jack aparecieron delante de su amigo Drake, rápidamente crearon un muro de hielo grueso entre los dos con el cual pudieron protegerlo y a protegerse ellos también de las ráfagas.
—Debo admitir que por un momento me llegué a preocupar de que alguien inferior como tú haya aprendido una de mis técnicas más utilizadas —confesó Marck Reim en el momento en que usó la técnica de la que tanto hablaba para atravesar por el muro de hielo y con su látigo de aire atacar a sus tres rivales sin que ellos se lo esperaran al mismo tiempo.
Marck Reim empezó a reírse muy fuerte al ver como los tres rebotaban un par de veces antes de quedar tendidos en el suelo.
—¡Zopencos!—mencionó Marck—, Que fácil fue golpearlos
Los tres trataron de levantarse mientras se tocaban la zona del cuerpo que fue golpeada por el látigo de viento.
De la nada una mano gigante de hielo emergió a unos pocos centímetros el suelo que pisaba Marck Reim, la manó intentó aplastarlo aunque no pudo debido a que el gobernador ciudad Capital se protegió envolviéndose en una esfera de aire.
Kenneth no tuvo más opción que usar su brazo de hielo para asestarle un fuerte puñetazo que le dio de lleno a la esfera de aire, esta fue lanzada bastante lejos de donde se encontraban.
El brazo de hielo se alargaba cada vez más en busca de Marck para seguir golpeándolo, con la esfera de aire sobre su palma Kenneth pensaba aplastarlo aunque no pudo debido a que Marck Reim cambió la densidad de su cuerpo hasta hacerlo intangible para cortar el brazo a la mitad con su espada de aire, Reim no se libró del todo puesto que otro brazo de hielo emergió del suelo golpeándole la espada.
El gobernador de ciudad Capital cayó bocabajo al suelo aunque no se llegó a golpear mucho debido a que usó su intangibilidad.
—¡Ya me cansaron! —exclamó muy furioso llevando sus brazos al suelo para impulsarse y colocarse de pie—. Ahora verán mi furia.
Haciendo unos ligeros movimientos con sus manos creó una bola de aire pequeña aunque mientras más movía sus manos más crecía, cinco segundos después se transformó en un gran tornado que iba dirigido hacía los tres hombres con los cuales se estaba enfrentando.
Kenneth, Jack y Drake trataron de alejarse del tornado lo más pronto posible.
Al estar alejados lo suficiente Jack y Kenneth combinaron sus poderes de hielo para crear una enorme cúpula de muchas capas de hielo, para su suerte la cúpula fue de mucha ayuda debido a que pudo frenar el gran tornado que el gobernador Reim les había lanzado.
—¡Feminar ha llegado tu momento de actuar! —dijo Marck Reim más calmado—, Activa el protocolo ADPA.
—¡Entendido señor! —contestó Feminar con su indiscutible voz robótica—, Aniquilación de Posibles Amenazas Activado.
Desde uno de los edificios en donde Reim pasaba más tiempo se abrió una compuerta enorme, de ahí una increíble serie de cajas metálicas empezaron a vibrar y a emitir fuertes sonidos.
Las cajas se abrieron de par en par para dejar escapar cientos de misiles que se dirigían por toda ciudad Capital con el único objetivo de exterminar a todo ciudadano que se una amenaza o posible amenaza para Marck Reim.
Los objetivos no solo incluían personas capaces de controlar elementos sino también personas con mentes brillantes, inventores además de tener objetivos a niños y así mismo a todos los bi elementales escondidos dentro de la ciudad.
Al deshacer la cúpula tres misiles se dirigieron hacia Kenneth, Drake y Jack.
—¡Cuidado! —aconsejó Kenneth mientras detenía el misil que se dirigía hacia él. Usando el elemento hielo logró dañar el misil lanzándole muchas agujas que solo lo hicieron explotar en el aire antes de llegar hasta él.
Drake destrozó el misil que estaba destinado para él usando sus ráfagas de viento cortante, su habilidad nueva la estaba aprovechando al máximo y por su parte Jack acabó con el misil al aplastarlo con dos manos de hielo.
—Tres misiles desperdiciados —exclamó Marck Reim deprimiendo su labio ligeramente—. Aunque eso ya me lo esperaba.
Los tres al igual que Marck miraron al cielo para ver como un sinfín de misiles se dirigían a diferentes sitios.
—¿A dónde van esos misiles? —preguntó Jack con el ceño fruncido.
—¿A dónde creen ustedes? —contestó con una pregunta Marck haciendo irritar a Jack.
—¡Responde! —exclamó Jack.
—Si dinos, ¿qué es eso de protocolo ADPA? —Kenneth fijó la mirada en su enemigo.
—El protocolo ADPA no es más que un proyecto pensado por mí que se encargará de aniquilar a cada ser viviente de la ciudad que es o podría ser una amenaza para mí —comenzó a hablar Marck sin ataduras—, Por eso ustedes tres fueron atacados.
—¡Eres un maldito! —Una espada de hielo se formana entre la mano derecha de Kenneth.
—¡Si lo sé! —dijo Marck Reim—, Soy un maldito genio al pensar en un protocolo que acabe con toda amenaza hacia mí sin siquiera ensuciar mis manos y cuando me refiero a amenaza eso incluye a ancianos, niños, etc.
—Eres un... —mencionó Kenneth pero no terminó de hablar puesto que estaba pensando en que hacer para salvar a todas esas personas que serían asesinadas sin previo aviso—. Jack, Drake.
Sus dos amigos lo miraron a escuchar sus nombres.
—Ustedes dos vayan con Emmanuel y los demás para que destruyan esos misiles...nosotros somos los únicos que sabemos eso, debemos informarles a todos y también a toda la ciudadanía para que nadie inocente muera, ¿entendido?
—Pero y tu Kenneth, ¿qué piensas hacer? —preguntó Drake empezando a sudar ligeramente.
—Yo me encargaré de Reim y lo venceré —contestó Kenneth con mucha convicción—, Son muchos misiles...eso se los dejo a ustedes, es solo un hombre y no es secreto para todos que a quien quiere matar es a mí, ¿o me equivoco?
Kenneth miró a su enemigo quién con un ligero movimiento de cabeza afirmó lo que él decía.
—Así que no quiero que refuten vayan y salven a todos los que puedan yo detendré a este genocida.
Drake y Jack escucharon atentamente para luego asentir.
—Está bien amigo —dijo Jack antes de marcharse con Drake—. Yo sé que tú derrotaras de una vez por todas a ese maldito que se cree invencible.
—¡Así será! —afirmó Kenneth creando otra espada de hielo pero esa apareció en su mano izquierda.
—Ya volvemos amigo —dijo Drake esbozando una sonrisa nerviosa al saber que su amigo se enfrentaría una vez más con el temible Marck Reim.
Luego ellos dos se fueron rápidamente en busca de sus demás compañeros para detener todos los misiles y mientras corrían unos cuantos empezaban a explotar. Escuchar como las explosiones solo llenaba de impotencia a Kenneth al imaginar a las personas inocentes que estaban muriendo.
—¡Al fin se fueron esos estorbos! —comentó Marck Reim riéndose muy fuerte—. ¿No crees?
—Ellos son mis amigos no son estorbos —contestó Kenneth.
Caminó hacia adelante con sigilo.
—Pero si tú mismo los barajaste de aquí...o ¿me equivoco? —cuestionó Marck.
—No confundas las cosas —respondió Kenneth empezando a mover sus espadas de un lado a otro para pelear—. Tú sabes perfectamente porque les dije que se fueran, tú lo escuchaste.
Marck Reim movió sus dos manos de un lado y acto seguido dos espadas de aire emergieron de cada una de sus palmas.
—Este es nuestro cuarto enfrentamiento ¿lo sabías Kenneth?
—Yo no los cuento —dijo Kenneth—, Pero de algo si estoy seguro, .este será el enfrentamiento final.
—¡Que así sea! —exclamó Marck Reim mientras salía volando hacía Kenneth con sus dos espadas de aire.
La pelea final entre Kenneth y Marck Reim estaba por comenzar, una pelea que sin duda marcaría el inicio de una nueva era y que por ende solo uno de los dos saldría victorioso.
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