27. El secreto de los hermanos Norris
Al sentir alguien detrás de él reaccionó con rapidez y lanzó un puñetazo que fue esquivado.
—¡Kenneth, soy yo! —dijo Kate revelándose como la persona que estaba atrás de él.
—Perdón, chica espectra —contestó Kenneth debido a que no recordaba su nombre.
—¿Cómo me dijiste? —preguntó algo exaltada Kate—. ¿Acaso ya te olvidaste de mí?
Ella arrugó su frente.
—Ok suficiente, ya no puedo más —exclamó Kenneth a punto de reírse a carcajadas mientras sostenía su abdomen con las dos manos debido a que en realidad era una broma que le estaba haciendo—. ¡Perdón Kate! Fue lo primero que se me ocurrió.
—¡Ya decía yo! —dijo Kate con el ceño fruncido—. Primero me atacaste y luego te olvidaste de mi nombre.
Se arrimó al balcón al igual que Kenneth.
—Perdón por el ataque, simplemente reaccioné y lo del nombre eso si fue una simple broma —confesó Kenneth antes de reír en un grado menor al anterior—. ¿Cómo crees que voy a olvidar de ti?
Kate se sonrojó de manera ligera.
—Eh bue...bueno está bien te creo —la menor de la familia Norris tartamudeo.
—Cómo olvidarme de la chica que peleó conmigo sobre el agua y que luego me curó —dijo Kenneth mostrando una gran sonrisa en su rostro.
—Cómo olvidar ese día —agregó Kate.
—Sí, y también es imposible olvidar esa linda sonrisa tuya —comentó el muchacho tratando de ser amable con ella.
Las palabras emitidas por Kenneth provocaron que ella se sonrojara aún más, después de todo ella sentía algo por él.
—¡No te creo! —Kate rio nerviosamente—. ¿Bonita sonrisa?
—Sí —confirmó el ojiazul—. Digo la verdad, tienes una linda sonrisa.
Kenneth rascó la parte posterior de su cabello, de la nada se sintió nervioso cuando le dijo aquellas palabras debido a que él era todo un principiante en cuanto a esas cosas.
La muchacha lo miró fijamente a los ojos, él esquivó la mirada nerviosamente, el silencio se apoderó del lugar, el viento sopló alrededor de ellos, luego él también la miró.
—¿Kate, donde estás? —preguntó alguien a lo lejos.
—¡Acá estás! —dijo Nate cuando llegó al balcón—. ¿Dónde te has metido? Ven, ya tenemos que irnos y no te preocupes papá ya está mejor.
El hermano mayor de ella ignoró por completo a Kenneth.
—¿Ya? —preguntó Kate sin ganas de irse—. ¡Bueno está bien!
Se mostró un poco triste, se despidió de Kenneth moviendo su mano derecha de un lado a otro.
Kate y Nate partieron pero segundos antes de que se fueran por completo, Nate quedó mirando a Kenneth muy seriamente ya que a diferencia de su hermana, lo detestaba.
—Definitivamente no le caigo nada bien —dijo para sí mismo Kenneth cuando los dos hermanos se marcharon.
Al día siguiente Kenneth se encontraba con Gin en el mismo bosque en el que peleó con Lionel.
Fueron a una zona en donde no había muchos árboles, tan solo pasto y se podía observar a cualquier persona a gran distancia.
—Comencemos con el entrenamiento —dijo Gin.
Kenneth asintió y empezó a crear una bola de fuego de la palma de su mano derecha y de la izquierda creó una esfera de agua, tal y como su maestro Gin le indicó.
—Ahora mezcla ambas esferas para crear una nueva técnica —le comunicó Gin que estaba a tan solo un metro de él, solo que a un extremo.
Siguiendo las indicaciones de su maestro, Kenneth de forma lenta estaba uniendo poco a poco las esferas de diferente elemento pero cuando se acercaban lo suficiente el elemento fuego se extinguía en un santiamén al contacto con el agua.
—No funcionó —Kenneth se mostró molesto.
—Hazlo cómo ayer —le aconsejó Gin—. Recuerda tu pelea con Lionel.
—Pero no es lo mismo —refutó el muchacho—. No siento esa adrenalina que sentía peleando con el señor Lionel.
—¡Debes de esforzarte! —dijo Gin presionándolo—. ¡Inténtalo! Yo sé que tú puedes
—Está bien lo haré —Kenneth creó las esferas de fuego y agua una vez más—. ¡No pienso desistir!
Trató de unir nuevamente ambas manos pero en su segundo intento ocurrió lo mismo que en el primero. Pasó entrenando horas y horas, a pesar de que estaba oscureciendo a él no le importó, como sea quería lograr que el fuego y el agua se unieran.
Antes de la medianoche logró mezclar la esfera de fuego con la esfera de agua, creando así una fusión de las esferas que en su pare externa estaba rodeada de agua y era totalmente cristalina mientras que en su parte interior la esfera tenía un color rojo entreverado con naranja.
—¡Lo logré! —gritó de emoción—. ¿Lo ve maestro Gin?
—Claro que lo veo, nunca me dejas de sorprender —contestó Gin también feliz con el progreso de su discípulo—. Ni tus padres lo lograron tan rápido, ni aun siendo dos personas.
—¿De veras? —Kenneth quedó asombrado—. Si, a ellos les tomó tres días conseguirlo.
La esfera fusión se desvaneció debido a que Kenneth se sentía cansado.
Usó tanta energía que cayó al suelo inconsciente.
En el segundo día de entrenamiento las cosas para Kenneth se pusieron más complicadas, Gin trató de que superara sus límites, debía volverlo más fuerte para el enfrentamiento con Marck Reim.
—Bueno ahora que ya puedes hacer la esfera fusión debes mantenerla durante cuarenta y cinco minutos cómo mínimo —le indicó Gin—. De nada nos sirve una técnica poderosa si esta se desvanece en un segundo.
—¡Bien, vamos a intentarlo! —exclamó Kenneth con emoción.
Creó la esfera fusión, al principio lo máximo que pudo mantenerla era durante cinco minutos, el maestro Gin estuvo controlando el tiempo con un cronometro.
—¡Vamos Kenneth! —Gin le daba ánimos—. ¿Eso es todo lo que puedes durar?
Una vez trató de provocarlo para que aumente su capacidad y superara sus límites.
—Voy a durar más de cuarenta y cinco minutos —mencionó Kenneth con convicción.
El muchacho tenía bastante empeño en su entrenamiento pero todo lo que pudo avanzar en su segundo día de entrenamiento fueron veinte y un minutos.
En su tercer día de entrenamiento durante toda la mañana superó los minutos previstos haciendo un total de cuarenta y siete minutos.
—¿Y ahora qué hago? —preguntó Kenneth feliz de su progreso—. ¿Qué más sigue?
—Ahora vas a crear una vez más la esfera fusión y la vas a lanzar —le dijo el maestro.
—¿Lanzarla a dónde? —preguntó el muchacho.
—¡Dónde sea! —respondió su maestro—. No importa, simplemente es para observar que tan potente es tu nueva técnica.
Kenneth asintió y procedió hacer lo que su maestro le indicó, creó la esfera fusión y la lanzó contra una gran piedra que se encontraba adelante de muchos árboles.
Cuando la esfera impactó la roca, la destrozó inmediatamente al igual que con todos los árboles que se encontraban atrás de éste y definitivamente la nueva técnica de Kenneth era muy potente.
—¡De verdad es una gran técnica! —exclamó Gin asombrado con lo que vio.
Luego de eso Gin le aconsejó que descansara sus brazos que era mejor no forzarlos y así culminó su tercer día de entrenamiento.
En el cuarto día de entrenamiento Kenneth se levantó muy temprano debido a que tendría que pelear con uno de los hermanos Norris, no sabía con cuál de los dos iba a ser el duelo pero evidentemente quería pelear con Nate.
Después de desayunar y lavarse los dientes salió a trotar por los alrededores de ciudad Espectra.
Al finalizar su trote y cuando se disponía a regresar al edificio en donde se hospeda se dio cuenta que en medio del bosque, Nate estaba entrenando a escondidas. El mayor de los hermanos Norris sacó de sus bolsillos unos cables eléctricos recubiertos de un metal transparente, al ver aquello Kenneth se acomodó y se escondió detrás de las ramas de un árbol de manera cautelosa para no ser descubierto.
El muchacho de cabello largo estaba tan concentrado en su entrenamiento, que no se dio cuenta de su vigilante, lanzó los cables hacía arriba con mucha fuerza, en el aire se unieron entre sí dando como resultado un cable mucho más largo.
El cable levitó hasta llegar en la mano izquierda de Nate, lo agarró muy fuerte y comenzó a agitarlo rápidamente, el cable se estaba cargando con electricidad y luego del objeto salió una gran descarga eléctrica en forma de un platillo volador muy grande que fue lanzado sin ninguna dirección en específico.
Giró por varios lados hasta que fue hacia donde Kenneth estaba pero el reaccionó rápido y lo esquivó sin embargo en el trayecto Nate se dio cuenta de que estaba ahí.
—¿Qué haces tú aquí? —le preguntó Nate con desprecio—. ¿Acaso me andas espiando?
—¡Yo nada! —respondió Kenneth tratando de estar relajado—. Solo estaba trotando por aquí y me di cuenta de que estabas entrenando y quise ver cómo era tu entrenamiento.
—¡Si cómo no! —bufó Nate sin creerle.
—¿Por qué te tendría que espiar? —contestó con una pregunta Kenneth—.No tengo motivos para hacerlo.
Nate estaba por responder pero fue interrumpido por una voz un poco muy peculiar.
—Lamento interrumpiros señor Norris y señor Cooper —dijo una voz muy peculiar.
Kenneth no descubrió quien era, miró por todos lados pero no vio a nadie, el único ser viviente que estaba con ellos era un gato de color anaranjado entremezclado con amarillo, no le daba importancia al gato.
—Señor Cooper, acá abajo estoy —le dijo el gato—.
—Pero ¿qué? —preguntó asombrado Kenneth.
—Sí así es señor Cooper, no estáis tan equivocado —contestó el gato con cierto acento español.
—¡No me lo creo! —dijo Kenneth incrédulo.
—¿Qué acaso estáis ciego o qué? —le preguntó el gato español.
—Sí elemental, si es un gato que habla —dijo Nate de mala gana—. ¡Buenos días señor Ramiro!
—Lo veo y no lo creo —dijo Kenneth se acuclilló para observar más de cerca a Ramiro—. Un gato qué habla y todavía con acento español.
Kenneth reía a carcajadas.
Ramiro al ver que Kenneth se reía de él, se molestó.
—Perdóneme señor Cooper pero no me dejáis otra opción —mencionó Ramiro y luego se le lanzó encima.
Kenneth no reaccionó a tiempo y fue arañado en su mejilla derecha.
—¡Maldito gato español! —gritó Kenneth molesto—. Ya vas a ver, te freiré y luego te comeré con fideos.
—Lo siento señor Cooper a mí no me gusta que me traten mal cómo estáis haciendo ahora conmigo —dijo tajantemente Ramiro.
El gato parlanchín se quedó en silencio por un momento debido a que Lionel le había dicho que encuentre a Kenneth.
—Bueno señor Cooper no hay tiempo tenemos que irnos, el señor Lionel me mandó a buscarlo porque nadie te había visto desde ayer en la noche —dijo Ramiro antes de irse con Kenneth.
—¿Ramiro, sabes por qué Nate entrena a escondidas? —Kenneth le preguntó mientras caminaban por la calle.
—Te diré pero no debéis contaros a nadie señor Cooper —contestó Ramiro antes de lamer su pata derecha.
—¡Claro está bien! —respondió Kenneth—. Yo juráis solemnemente no contaros nada a nadie.
El muchacho imitó el acento español sarcásticamente.
—Bueno pero no se pase señor Cooper —dijo con seriedad el gato—. El entrena ahí debido a que su padre le prohibió a él y a su hermana usar sus poderes mentales.
—¿Por qué? —preguntó Kenneth antes de cruzar la calle.
—Se los prohibió porque exactamente hace tres años el cuñado de Lionel, un hombre llamado Erick Miller, un espectra con poderes magnéticos se volvió loco y comenzó a asesinar a cualquiera que se le cruzara en su camino pero Marissa, la esposa de Lionel, trató de detenerlo con sus poderes, eso no fue suficiente y lamentablemente ella murió —le contaba Ramiro—. Los hijos del señor Lionel se enojaron mucho y decidieron atacar a su propio tío con sus poderes, Nate usando sus poderes de tecnopata y Kate usando magnetismo pero el más enojado fue el señor Lionel, desató su poder y tuvieron un enfrentamiento casi titánico. Al final el señor Lionel lo perdonó y fue ahí cuando Erick Miller se dio cuenta muy tarde de todo el daño que hizo, él decidió suicidarse atrayendo una avalancha de metales filosos hacía él.
Desde ahí entonces, el señor Lionel le prohibió usar sus poderes a sus hijos y de hecho los bloqueó con telepatía pero Nate ha comenzado a despertar nuevamente sus poderes y entrena para poder perfeccionarlos desde ese entonces.
—¡Sorprendente, definitivamente esto no sabía, ahora entiendo todo! —exclamó Kenneth con la historia que Ramiro le contó.
—Sí recordáis no debéis contaros de lo que te dije a nadie —repitió Ramiro.
—¡Sí Ramiro! Pero ahora tengo otra pregunta —dijo Kenneth—. ¿Cómo es posible que hables?
—Ay sí que eres muy preguntón señor Cooper —dijo algo reacio Ramiro—. Yo era un gato común y corriente pero una vez pasé cerca de unos de los laboratorios de aquí y cómo todo gato curioso, entré a una máquina qué aumentaba o hacía evolucionar los poderes espectras, pero a mí me hizo evolucionar y ahora no solo hablo con animales si no también con los humanos y bueno también tengo otras habilidades gracias a esa bendita máquina.
Luego de quince minutos llegaron al bosque en donde siempre entrenaban.
—¡Llegaste temprano! —dijo Gin mientras iba llegando con Kate.
—¿Voy a pelear con Kate? —Kenneth no lo podía creer, quedó más asombrado que cuando vio a Ramiro.
—¿Por qué, acaso me tienes miedo? —Kate levantó una de sus cejas.
—¡Comiencen! —dijo Gin alzando su voz.
Kate se acercó velozmente a Kenneth, empezó con puñetazos, los cuales resultaron ser más fuertes de lo que Kenneth se lo esperaba. Continuó dándole puñetazos hasta que Kenneth atrapó las manos de la joven con las suyas, ella se sonrojó por breves segundos.
Kenneth soltó sus manos y ella continuó atacando pero con patadas, Kenneth las esquivó hasta que no pudo más y la joven de apellido Norris le asestó una patada en el pectoral derecho, fue suficientemente fuerte para que el cayera al suelo, se raspó un poco las palmas de sus manos cuanto trató de no caerse.
—¿Eso es todo? —preguntó Kate con un tono provocativo—. ¡Vamos Kenneth, por favor no te contengas contra mí!
Kate intentó lanzarle una patada pero Kenneth la detuvo con su mano derecha y luego la empujó, ella intentó mantenerse de pie pero no pudo y cayó. Al caerse hizo una mueca de dolor y se levantó rápidamente, tenía ganas de vengarse y le asestó un puñetazo al muchacho que la detuvo con la palma de su mano, el puño de ella sangraba un poco al igual que la palma de Kenneth.
Katherine gritó muy fuerte y al mismo tiempo un metal muy grande se estaba formando con pedazos que estaban en el suelo¸ ella esparció los fragmentos que levitaron por todas partes, los fragmentos estaban filosos pero lo extraño era que volaban en todas las direcciones era algo similar al momento en que Lionel se descontroló.
—¿Qué está pasando? —preguntóKenneth con cierto temor.
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