24. Los aliados de Marck Reim
Gracias a la técnica de tele transportación del capitán Arthur Benner, pudieron llegar muy rápido a ciudad Espectra.
—Hasta aquí llego yo —dijo el capitán Arthur antes de irse—. ¡Me voy!
—¿Qué? —preguntó Kenneth se sorprendió—. ¿No se quedará aquí en Espectra?
—No, lamentablemente no puedo quedarme —respondió el capitán.
—¿Pero por qué? —Kenneth continuó interrogándolo.
El capitán miró hacia arriba y luego lo miró a los ojos.
—Reim podría sospechar acerca de mí —dijo Arthur—. Ya regresaré cuando pueda y espero que sea lo más rápido posible.
Kenneth tuvo que aceptarlo, si el gobernador los llegara a descubrir tendrían grandes problemas, pero la razón por la cual quería que se quedara, era porque Arthur le prometió que lo iba a entrenar.
—¿Cuándo regrese me va a entrenar? —realizó una última pregunta antes de que se marchara por completo.
—La verdad lo había olvidado —Arthur se sobaba su cabeza lentamente—. No te preocupes, ya le dije a alguien que te estrenará aquí, de hecho ya debe estar esperándote. ¡Hasta la próxima!
Se despidió moviendo su mano derecha y acto seguido se tele transportó.
«¡Mierda, olvidé preguntarle quien era la persona que me iba a entrenar para los desafíos que se vienen en tres semanas!», dijo en su mente.
Decidió caminar para poder encontrarse con su misterioso maestro y también porque aún tenía pendiente la reunión con Lionel.
El calor de la tarde ya estaba invadiendo los rincones de ciudad Capital, el gobernador se encontraba en su gran cuarto, estaba recostado sobre su cama. Se levantó, caminó hasta la puerta de vidrio del balcón, mientras avanzaba la puerta se hizo a un lado al detectar su peso.
Arrimó parte de su cuerpo sobre la estructura del balcón.
El intercomunicador que tenía en su oreja izquierda momentáneamente empezó a vibrar, lo estaban llamando, presionó un botón para contestar la llamada.
—¡Hola Marck, soy Ray! —se escuchó la voz de un hombre—. El infiltrado ya está en ciudad Espectra, él nos informará de todo lo que pase allá.
—¡Perfecto! —contestó el gobernador con una ligera sonrisa—¿Y los pergaminos? , ¿Cómo daremos con ellos?
—¡No te preocupes Reim! —le dijo otra voz masculina—. En eso estamos todos, seguiremos investigado acerca de las coordenadas. Aunque "El Bendecido" los haya escondido muy bien, nosotros los encontraremos.
—¡Trátame con más respeto Dan! —Arthur se exaltó un poco.
—Tú sabes que nosotros no pertenecemos a ninguna de las quince ciudades, por lo tanto no recibimos tus órdenes —esta vez respondió Ray alzando un poco su tono de voz—. Solo estamos juntos para alcanzar el mismo objetivo, nada más.
—Bueno no importa, con tal de obtener los pergaminos algunas cosas las dejaré pasar —fue lo último que el gobernador Reim le contestó a los dos hermanos que lo habían llamado.
«Aquellos sujetos no son muy confiables, no puedo bajar la guardia con ellos», dijo mentalmente.
—Aún recuerdo cuando los conocí... —mencionó en voz baja mirando al cielo.
Recordó que en el año 2027, en una tarde normal se dirigía a las instalaciones generales, al llegar fue hacia a su cuarto, se quedó solo sin guardias ni con su secretaria debido a que a Marck Reim no le gusta que alguien entrara sin su consentimiento a su cuarto.
Fue hacia el balcón de su cuarto, tenía una vista panorámica, todo estaba normal hasta que de repente observó que a unos cuantos metros, en el aire estaba una especie de masa de un tono muy oscuro que rápidamente lo cubrió por completo.
—¿Qué es esto? —fue lo primero que dijo Marck. La masa negra hizo que todo dentro de ella se quedara a oscuras.
El gobernador sintió como si se hubiera metido en un cuarto muy oscuro donde no entraba la luz por ningún lado, al intentar escapar creó un remolino de viento muy grande que hizo que algunas partes de la capa se desvanecieron cuando el remolino las tocaba.
Optó por crear un remolino más potente y gracias a eso, la capa negra se desvaneció por completo.
—¡Vaya qué bien! —dijo una voz misteriosa—. De verdad eres fuerte, si es cierto lo que dicen.
Marck trataba de descubrir de dónde provenía la voz, giró su cabeza y se encontró no con una persona sino con siete en total, por una extraña razón todos volaban o más bien estaban levitando.
Eran 7 personas y por una extraña razón todos volaban o más bien levitaban. Cinco de ellos eran hombres y dos mujeres.
Notó que de los siete estaba un hombre alto de cabello negro que en su mano izquierda tenía una especie de material negro, dedujo que quizás fue el quien lo atrapó con la extraña capa negra.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó arrugando su frente—. ¿Por qué osan venir hasta aquí y atacar al gobernador de esta ciudad?
Marck estaba moviendo ligeramente sus manos, estaba precavido por si tenía que pelear con todos ellos.
—Relájate, no venimos aquí para atacarte —mencionó un hombre de cabello castaño, notó que tenía cierto porte de líder—. Lo que pasó hace unos segundos, solo era para comprobar si de verdad eres fuerte y vaya que sí.
—Ya te explicaremos todo, solo venimos para hacer un trato —comentó el que tenía sus manos manchadas de un material oscuro—. Yo soy Ray y él es mi hermano Dan, los siete formamos este equipo llamado "Vuka". Mi hermano y yo creamos este grupo con el único objetivo de encontrar los tres pergaminos que escribió "El bendecido" hace bastante tiempo, estos contienen todas las técnicas y secretos acerca de los elementos, por eso decidimos reclutar personas excepcionales que quieran conocer todos los trucos habidos y por saber para ser más poderosos.
—¿Vuka? ¿Pergaminos? —preguntó Marck antes de reír a carcajadas—.No me hagan reír, esas cosas no existen, en lo único que creo es en la leyenda del bendecido, en nada más, el resto son puras patrañas.
—¿No nos crees? —agregó una mujer de mirada sexy—. ¡Pues ya lo harás!
Luego el hombre de cabello castaño sacó de su bolsillo un pergamino muy brillante de un color dorado intenso.
—¡Aquí está! —mencionó el líder de Vuka llamado Ray—. Este es uno de los tres pergaminos.
—¿Es real? —Marck estaba asombrado, de por si el color del pergamino era muy llamativo y bastante mágico.
—Toma, verifícalo por ti mismo —dijo el más grande y corpulento de los siete miembros. Le entregó el pergamino mientras Marck estiraba sus brazos para sostenerlo.
Rápidamente y sin pensarlo más tiempo abrió el pergamino dorado.
—¡Es sorprendente! —dijo Marck Reim observando los detalles del pergamino.
—Conseguirlo fue difícil nos tomó alrededor de cuatro años, por eso hemos venido hasta aquí para pedir tu ayuda, con tu tecnología todo sería más fácil —mencionó el miembro más sonriente del equipo.
—¿Pero si accedo, que gano yo? —les preguntó Marck sin soltar el pergamino de sus manos.
—Nosotros solo queremos hacernos más fuertes al leer todos los secretos que el pergamino tiene y cuándo logremos eso, te daremos los pergaminos a ti, y así podrás hacer lo que te plazca con ellos —explicó Ray—. Tiene muchos secretos y técnicas para que obtengas más poder y así seas más fuerte, yo que sé, eso queda en ti.
Marck Reim terminó aceptando.
Mientras caminaba Kenneth saludaba a cualquier persona que se encontrara en su paso, él era conocido y querido en la ciudad por ser el elemental que los salvó.
El muchacho solo sonreía y movía sus manos de un lado a otro.
De la nada un remolino se formó en frente de Kenneth.
—Hasta que por fin llegaste muchacho —dijo una voz muy familiar.
Cuando el remolino de aire cesó, se dio cuenta que era Gin, el hombre que conoció hace un tiempo atrás, no se encontraba solo, estaba acompañando por Lionel.
Kenneth estaba sorprendido, no se imaginó encontrarlo en ciudad Espectra.
Sin duda era un gusto verlo de nuevo, comprendió que si aquel hombre que era tan fuerte con el elemento aire estaba del lado de los revolucionarios, sería un gran aporte.
Además de que les podría dar consejos sobre cómo contrarrestar el aire, después de todo era el elemento que Marck Reim usaba, solo que sus técnicas estaban a otro nivel pero con Gin Barren, las cosas serían diferentes.
Sus oportunidades de ganar aumentaron sin embargo ellos no sabían que su enemigo tenía aliados con un poder sorprendente.
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