24. Confrontados una vez más

Como si fuera algo mágico ocurrió un evento totalmente raro en el momento en que Kenneth cayó dormido por los dardos tranquilizantes, empezó a llover con gran fuerza y a su vez los truenos resonaron por toda la ciudad de Tierra, cosa que no era muy común en dicho lugar, incluso para los más incrédulos habitantes de la ciudad los acontecimientos que se suscitaron de un momento a otro no eran cosas normales.

Raven junto con su novia y también con un hombre de complexión delgada se marcharon llevándose el cuerpo de Kenneth que aún seguía dormido, con sigilo y precaución avanzaron hacia su destino para no llamar la atención de los habitantes, la rubia fue la unica de los tres que no se colocó una máscara debido a que no era muy conocida, podía pasar por desapercibida a diferencia de Raven que era muy famoso y a la vez mal visto en su ciudad natal por ser un hombre de confianza de Marck Reim, además de haber cometido o incumplido algunas reglas de ciudad Terra, si alguien llegase a descubrirlo sería inmediatamente atacado.

A Kenneth lo llevaron envuelto en una gran funda de plástico de color negro, Raven lo llevaba en el hombro como si cargara basura.

Los tres aliados de Reim eran esperados por dos hombres que vigilaban un gran camión que llevaba amarrado en su parte trasera a cuatro caballos.

Al momento de llegar Raven quitó la funda que envolvía el cuerpo de Kenneth para dejarlo en una de las jaulas. Al cerrar la jaula el exiliado de ciudad Terra colocó un pequeño dispositivo metálico sobre la parte superior de la jaula, el artefacto que parecía una pequeña estrella plateada contenía un botón en el centro que fue presionado por Raven unos segundos después, este objeto cumplía una función específica, que era volver invisible el objeto o persona que estuviera dentro de la jaula, así ellos se librarían de ser sospechosos antes de partir por completo a ciudad Capital.

Las personas solo observarían el gran camión con los cuatro caballos arrastrando las jaulas.

Todos se subieron al camión de una vez por todas después de asegurarse que no se observaba nada dentro de las jaulas.

Los caballos empezaron a trotar con buen ritmo mientras eran vigilados por un hombre enmascarado, el hombre robusto no solo se encargaba de vigilar que los cuatro caballos no bajaran su ritmo de trote sino también de los dos hombres que estaban en las dos jaulas rodantes que cada par de caballo transportaba, en donde uno de esos hombres era Kenneth mientras que el otro era un total desconocido.

En la jaula que llevaban los caballos de la izquierda estaba Kenneth que aún no lograba despertarse hasta que el hombre que llevaba los caballos de la derecha decidió despertarlo.

—¡Oye! —repetía una y otra vez en voz baja el hombre de la jaula de la derecha. Su tono de voz había sido disminuido para que el vigilante no lograra escucharlo—. ¡Despierta!

Estuvo así por unos cuantos minutos intentando despertar a Kenneth mas no pudo conseguirlo.

No se rindió, trató de hacer ruido con los grilletes que sujetaban sus muñecas, en esa ocasión el trató de llamar la atención de su vigilante robusto.

«Esto no me detendrá», dijo en su mente observando sus grilletes con furia, muy dispuesto a despertar a Kenneth.

Juntó sus grilletes para unir sus manos palma con palma como si fuera a rezar.

Observó detenidamente las esposas metálicas y haciendo fuerza, y a la vez usando sus poderes espectras logró dañar con cierta ligereza los grilletes, aunque no pudo librarse de estos logró separarlos por unos pocos centímetros.

—¡Sí! —exclamó muy contento.

Su manifestación de alegría hizo que su vigilante robusto se alertara.

El hombre que los vigilaba agarró sus gafas especiales para colocárselas y así observar si sus dos rehenes permanecían en sus jaulas. Primero observó cómo Kenneth seguía aun sin despertar y luego observó a su otro rehén que estaba despierto y al darse cuenta que lo estaban mirando el hombre enjaulado le manifestó una gran sonrisa nerviosa.

—Te estaré vigilando "pelos parados" —anunció el vigilante mirando con gran seriedad al rehén que marcó una sonrisa de oreja a oreja—, Ni siquiera intentes escapar.

—Tranquilo regordete...no lo haré —contestó el rehén aun sin borrar la sonrisa de su rostro.

Una vez que terminó de hablar el rehén le hizo un guiño con sus ojos tratando de enojar aún más a su vigilante como un plan para poder escapar.

Aunque al final el vigilante fue más listo y decidió no seguirle el juego.

Después de media hora las jaulas fueron llevadas a un avión de mediano tamaño. Resultando muy favorable para el otro rehén puesto que a las jaulas, los caballos y el camión se encontraban en una zona del avión en donde ninguna otra persona podría vigilar sus acciones.

Así que nuevamente trató de despertar a su compañero que estaba también de rehén.

—¡Kenneth despierta! —repitió el rehén tres veces sin lograr despertarlo—. ¡Despierta de una puta vez! —gritó muy fuerte, estaba muy enojado porque Kenneth no reaccionaba.

Y sin esperarlo gracias a su último grito logró despertar finalmente a Kenneth.

El joven Cooper despertó algo confundido tanto así que gritó muy fuerte.

—¡Silencio! —dijo el otro rehén llevando su dedo a su boca.

—¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú?—preguntó aun confundido Kenneth observando a su alrededor. El solo recordaba que había estado hablando con Raven—. ¿Dónde estás maldito Raven? ¡Me las vas a pagar!

—¡Kenneth cálmate! —dijo normalizando su voz el otro rehén mirando fijamente a Kenneth—, Yo sé que quizás es algo confuso todo esto pero ya te lo explicaré, pero solo debes calmarte ¿Entendido?

—¡No sé! —dijo Kenneth aun sin escapar de su confusión—, Son muchas cosas que estoy tratando de procesar en mi mente como para poder calmarme ahora.

—¡Lo sé Kenneth! —contestó el otro rehén—, Trata de tranquilizarte porque si no, no podremos escapar de aquí, confía en mí.

Kenneth asintió.

—Me llamo Emmanuel y bueno...te explicaré lo que sé —empezó Emmanuel—, Estamos en un avión directo a ciudad Capital porque Reim quiere a doce personas sin importar si son hombres y mujeres, lo que aún no sé es acerca del propósito que tenemos que cumplir nosotros dos y otras diez personas más. Algunos somos desconocidos como yo mientras que otros son muy conocidos como lo eres tú, aunque lo más probable es que nos quiera matar o nos quiera usar para sus espectáculos que normalmente realiza cada año.

—¡Maldito Reim! —exclamó Kenneth enojado con lo que le decía Emmanuel—, No va a parar hasta matarme.

Intentó levantarse mas no pudo porque también tenía grilletes en sus tobillos lo que dificultaba su caminar.

—Exacto lo más probable es que busque formas de matarnos aunque no tengo ni más minina idea del porqué, bueno de ti sí pero de mí no sé —comentó Emmanuel mirando a los caballos por un fugaz instante—, Pero por eso te desperté, podemos escapar de aquí si trabajamos juntos, bueno no tan juntos, tú me entiendes...

—¿Para qué quiero escapar si puedo llegar allá y pelear contra el de una vez por todas? —se cuestionó Kenneth pensando seriamente si escapar o no del avión.

—¿Qué acaso estás loco muchachito inmaduro? —preguntó Emmanuel sorprendido con la pregunta de Kenneth—. Definitivamente no esperaba esa respuesta, ¿podrás vencerlo tú solo?

—Si eso creo... —contestó Kenneth dudando un poco de sí mismo—, O si no me ayudaras tú.

—¿Qué? —exclamó Emmanuel más sorprendido aun—. ¡Claro que no te ayudaré! Ese sujeto es muy poderoso.

—No era una pregunta sabes —contestó Kenneth riéndose en ese instante.

—No muchacho inmaduro debemos escapar pero ya —exclamó Emmanuel intentando levantarse de su jaula y a diferencia de Kenneth pudo lograrlo.

—Si lo sé, solamente estaba bromeando, no creo que pueda derrotarlo con mi nivel actual.

Emmanuel quería preguntarle acerca de sus últimas palabras emitidas pero se contuvo, sabía que no era momento para aquello, debían escapar de una vez por todas antes de que el avión llegara a su destino final.

—¿Cómo saldremos de aquí si estas esposas bloquean nuestras habilidades? —preguntó Kenneth una vez que pudo ponerse de pie dentro de la jaula.

—No te preocupes de eso me encargo yo... —Emmanuel esbozó una sonrisa de seguridad. Por la expresión de su rostro se notaba que sabía lo que hacía—, Antes de que me capturaran pude darme cuenta de que estas cosas bloquearían mis poderes así que usé mis poderes en ellas para poder zafarme luego.

Nuevamente Emmanuel juntó las palmas de sus manos y cerró sus ojos por unos breves segundos puesto que después los grilletes que estaban en sus muñecas se rompieron de dos partes, cayeron sobre el suelo de su jaula haciendo un ruido fuerte que se escuchó por toda el lugar en donde estaban.

—¡Debes ser más sigiloso! —comentó en voz baja Kenneth esperando que Emmanuel lo liberara también.

—Ya lo sé —contestó Emmanuel con cierto tono de molestia. Unos segundos después libero los grilletes que estaban en sus pies y con sigilo como le había indicado Kenneth los colocó con sumo cuidado en el suelo de su jaula y una vez que terminó le realizó una pregunta sarcástica a Kenneth—. ¿Así de sigiloso?

—¡Ahora sí! —exclamó Emmanuel mirándose las palmas de sus manos.

Sus ojos estaban brillando, se notaba en su mirada que estaba emocionado, empezó a mover todos los dedos de sus manos, elevó su mano derecha y acto seguido unas luces de color plateado emergieron de su palma hasta unirse y moldearse en una esfera transparente que cubrió las dos jaulas y también los dos caballos.

Y haciendo un chasquido con sus dedos de su mano dominante logró teletransportar a Kenneth y a si mismo encima de los dos caballos.

—¡Eso fue sorprendente! —exclamó Kenneth emocionado y sorprendido a la vez con la forma en que Emmanuel lo ayudó a salir de la jaula—. ¡Ahora ya sé porque te eligieron!

—¡Ja! Quizás sea por eso —comentó Emmanuel sonriendo mientras rascaba su nuca.

El nuevo amigo de Kenneth le quitó sus grilletes de forma similar como lo liberó de la jaula.

Kenneth estaba muy fascinado con las habilidades de Emmanuel, tanto así que pretendió por un momento que le enseñara más trucos pero lo dejó para cuando ya hayan escapado del avión.

Ambos se preparaban para escapar caminando de forma sigilosa para buscar una salida lo más pronto posible, en caso de que no encontrar salida alguna como una puerta o una ventana ellos optarían por salir del avión haciendo un enorme agujero en su parte trasera.

Sin embargo no se percataron de que el tirador de dardos había llegado junto con Raven para impedir que escaparan. Los dos rehenes intentaron pelear para luego escapar pero no pudieron debido a que el tirador ya se les había adelantado lanzándoles dardos en sus espaldas, no bastó mucho tiempo hasta que cayeron dormidos una vez más.

Pasaron exactamente quince minutos más hasta que Kenneth pudo despertar solo que ya no estaba en el avión, se encontraba en un cuarto de paredes totalmente blancas, en la esquina superior derecha de la parte de atrás del cuarto estaba una cámara que grababa todos sus movimientos segundo a segundo, mientras que al frente se encontraba unos barrotes que a diferencia de los convencionales estos no eran de metal sino más bien eran hechos a base de energía puesto que estos brotaban muchas chispas al sentir el calor humano.

Gritó muchas veces y a la vez maldijo a Marck Reim, intentó usar su elemento hielo a pesar de tener nuevamente grilletes en sus muñecas y tobillos, al darse cuenta que era completamente inútil optó por dar muchos golpes con sus puños y pies a las paredes exceptuando la de los barrotes eléctricos.

Estuvo golpeando las paredes durante unos minutos tanto así que sus nudillos empezaron a sangrar, al notar que su intento por escapar era infructuoso se detuvo y fue cayendo al suelo de forma lenta como pareciendo rendirse pero en ese momento varios guardias de ciudad Capital entraron a su cuarto para sacarlo de su jaula.

El no opuso resistencia alguna ante los hombres de Reim debido a que podía intentar escapar de ahí luego de vencer a su enemigo de una vez por todas.

Entró solo a la habitación en donde estaba Marck.

—¡Hola Kenneth! —exclamó Marck Reim cuando lo vio entrar a su cuarto como si estuviera feliz de volver a verlo después de tanto tiempo—, Diría que es un gusto volverte a veR pero realmente no es así, lo que sí es un gusto es saber que tus días están contados.

—¡Maldito Reim! Eso es lo que crees tú —fue lo primero que dijo Kenneth cuando lo vio sentado en un gran sillón muy acolchonado—, Si quieres matarme hazlo de una vez, es ahora, es aquí el momento.

Al escuchar las palabras de su rival Reim simplemente soltó una gran carcajada, burlándose.

—¡Si eso es lo que quieres! —el gobernador sacó un control de uno de sus bolsillos de su pantalón negro. Elevó su control y presionó un botón color azul—. ¡Ahora sí!

Kenneth observó sus grilletes y acto seguido los congeló para romperlos en un santiamén y así empezar a pelear de una vez por todas contra Reim quien también se preparaba para pelear.

El gobernador de ciudad Capital se quedó estupefacto por varios segundos al darse cuenta de que su eterno rival controlaba un nuevo elemento además de los ya conocidos por él, por unos instantes llegó a creer que se trataba de algún truco de Kenneth para lograr distraerlo y así ser atacado, y a su vez derrotado con una gran técnica venciendo una vez más a su poderosa intangibilidad que lo había hecho acreedor de varios sobrenombres o títulos como "El Intangible" o "El Hombre Sin Rasguños" o incluso "El Intocable!", el ultimo era el que más le gustaba a Marck, aunque finalmente unos segundos después de que comenzó la batalla comprendió lo real y peligroso que era el elemento hielo de Kenneth.

El joven Cooper velozmente lanzó hielo en forma de agujas de gran calibre de sus manos directo al gobernador de ciudad Capital. Las agujas de hielo fueron hacia Marck Reim con una rapidez impresionante que el no pudo esquivarlas todas por completo ni con sus ráfagas de aire ni volviéndose intangible, la razón de que algunas agujas de hielo hayan impactado el hombro izquierdo de Reim se debía a que él seguía totalmente sorprendido con el nuevo elemento de Kenneth.

Lo único que lo salvó de una muerte instantánea fueron sus movimientos agiles y que entró en razón además de que dejó de sentir miedo ante la nueva habilidad de Kenneth, algo muy extraño para él puesto que muy pocas veces sentía miedo frente a sus contrincantes, aunque no detestaba del todo esos sentimientos, reconocía a Kenneth como su rival definitivo.

—¿Cómo es posible que ahora tengas el elemento hielo? —preguntó molesto y ligeramente confundido Reim mientras se alejaba poco a poco de Kenneth volviendo su cuerpo intangible para prevenir que otro ataque de su rival lo vuelva a herir.

—Sinceramente ni yo lo sé —contestó Kenneth con total honestidad—, Pero eso no importa ahora, yo dejé que me trajeran hasta aquí solo para derrotarte, ahora no importa más que eso.

—Ya veo —comentó Reim arrugando su frente, la expresión de seguridad de su rostro demostró que ya tenía en mente un plan para derrotar a Kenneth—, Veamos si es que puedes derrotarme.

Una vez que terminó de hablar, con su mano derecha extrajo de un solo tirón las agujas de hielo que estaban incrustadas en su hombro izquierdo. Las extrajo de golpe para demostrar que no se doblegaba frente a un rival que lograra causarle un daño físico.

Tras extraer todas las agujas de hielo las envolvió en una esfera de aire que lanzó en dirección a Kenneth.

El joven Cooper no se inmutó ni siquiera dio dos pasos para adelante o para atrás, lo único que hizo fue levantar su brazo derecho y apretar la mano del mismo lado con fuerza, esta acción hizo que las agujas de hielo desaparecieran de la esfera de aire que las contenía.

La esfera de aire también se desvaneció debido a que estaba creada para cumplir la misión de transporte de las agujas de hielo.

—¡No me derrotaras si usas mis propios ataques contra mí! —exclamó Kenneth muy seguro en la batalla.

A pesar de haber declarado con mucha honestidad frente a Emmanuel que no se sentía capaz de derrotarlo con su nivel actual la actitud que demostraba en la batalla expresaba todo lo contrario.

En un solo movimiento de sus pies Kenneth pudo congelar todo el suelo de la habitación.

—¡No creas que me atraparas con tu hielito! —exclamó Marck Reim elevándose en el aire para que el hielo no aprisionara sus pies—. ¡Antes de que me logres golpear de nuevo tú ya estarás muerto!

Al estar flotando en el aire Marck creaba remolinos de ambas palmas de sus manos. Los remolinos crecían cada segundo que pasaba pero antes de que estos fueran lanzados Kenneth creó muchos brazos de hielo que se formaban del suelo, paredes y del techo del cuarto en que se llevaba a cabo la batalla.

Marck no logró crear los grandes remolinos, puesto a que tenía que escapar de un sinfín de brazos de hielo que esperaban atraparlo y aplastarlo a toda costa. El gobernador de ciudad Capital voló por toda la habitación y aun así no pudo evitar que los brazos de hielo lo persiguieran ya que la habitación completa estaba congelada a sus alrededores.

No tuvo más opción que detener su escapatoria para quedarse en el centro de la habitación y esperar que los brazos de hielo impactaran unos contra otros al traspasar su cuerpo cuando utilizó una vez más su intangibilidad.

El choque de brazos creó una cortina de polvo de hielo que envolvió todo el ambiente de la habitación, en ese momento los ojos de Kenneth se dilataron de emoción, se le había ocurrido un nuevo plan.

Kenneth chocó su palma izquierda con su palma derecha con la finalidad de crear una cortina de polvo de hielo aún más potente que lograra cortar la visibilidad de su enemigo. Después de eso creó muchas lanzas de hielo de distintos tamaños que fueron lanzadas hacia todas las direcciones de la habitación con el único objetivo de herir a Reim, sin embargo no ocurrió como lo planeó.

—Ese polvo de hielo es completamente inútil ante mí —exclamó Marck Reim desde un rincón de la habitación muy feliz por no ser herido nuevamente—, ¿Acaso no te das cuenta de que aunque no pueda usar el sentido de la visión puedo usar el de la audición o mejor aún puedo quedarme de pie o levitando de brazos cruzados en un solo lugar de aquí esperando a que todas tus creaciones de hielo lleguen ante mí? Algo que es totalmente inútil puesto a que no me golpearan por mi intangibilidad.

Tras terminar de hablar, en un solo movimiento desvaneció la cortina con una potente ráfaga de aire.

—¡No importa! —contestó Kenneth sin rendirse todavía—, Ya encontraré la forma de lograr una vez más causarte un daño físico.

El gobernador Marck Reim empezó a crear nuevamente remolinos de sus manos al despejarse la cortina de polvo de hielo que a su vez también fue extinguida por el mismo Kenneth que había creado cuatro clones de hielo para causar una nueva distracción a su enemigo.

—¡Inténtalo si puedes pequeño bastardo! —Marck Reim lanzó de una vez por todas los dos grandes remolinos de aire en dirección a Kenneth.

Los cinco Kenneth corriendo con todas sus fuerzas de manera vertical hasta llegar a Marck consiguieron esquivar los remolinos de aire con normalidad no obstante al dejar a los remolinos atrás se descuidaron sin esperar que estos regresarían y seguirían su camino hasta impactar sus cuerpos de hielo.

El clon de hielo que estaba más atrás de los otros fue el primero en quedar destrozado por los remolinos de aire, que se rompiera en miles de pedazos solamente hizo alertar a los cuatro restantes que al instante en que se dieron cuenta crearon considerables muros de hielo para protegerse.

Al estar entretenido por los remolinos de aire dos clones más de hielo fueron destrozados cuando Reim los atacó por la espalda con su viento cortante lanzado de las palmas de sus manos.

—¡Eso es trampa! Atacar por la espalda no es justo —exclamaron molestos los dos últimos Kenneth de hielo que quedaban, miró a Marck de manera desafiante—. ¡Ya verás!

Los dos Kenneth crearon una vez más una gran variedad de filosas lanzas de hielo de diversos tamaños que fueron enviadas todas en dirección al gobernador de ciudad Capital, para contrarrestar tal ataque Reim levantó sus brazos para así crear poderosas ráfagas de aire.

El impacto de las ráfagas de aire no impidió que contadas lanzas de hielo terminaran su trayecto aunque ninguna quedó incrustada en el cuerpo de Marck.

Durante ese lapso los dos últimos Kenneth de hielo se posicionaron a cada extremo diferente, uno en el extremo derecho y el otro en el extremo izquierdo, lo que provocó que ambos llegaran lo más cerca posible de Marck sin ser vistos por él o sin verse afectados por las ráfagas.

—¿Quieren una pelea cuerpo a cuerpo? —preguntó Marck Reim al verlos tan cerca—, ¡Pues la tendrán!

Ambos Kenneth de hielo le asestaron una patada a la altura de los hombros de Marck, sin embargo sus pies lograron traspasar su cuerpo y chocar entre sí debido a la intangibilidad de su rival.

En ese instante ninguno de los dos Kenneth intentaron otro ataque más bien se mantuvieron en esa posición por algunos segundos hasta que Marck volvió tangible media parte de su cuerpo, específicamente desde su cintura hasta sus pies con el único objetivo de mandarlos a volar asestándoles patadas de aire a las piernas de los Kenneth de hielo que tocaban el suelo., no pudo lograr su cometido ya que sus pies al igual que sus piernas estaban firmes y sostenidas con el hielo que cubría el suelo de la habitación además de que habían unido la punta de sus pies que estaban suspendidos en el aire para evitar alejarse de Marck.

—¡Ahora! —exclamó el Kenneth de hielo de la izquierda como un aviso para que ambos volvieran a una posición cómoda nuevamente y a su vez con gran velocidad logró asestarle una fuerte patada a las rodillas de Reim mandándolo a volar hacia una de las paredes de la habitación, causando que se golpee todo el dorso de su cuerpo para que después cayera de cara contra el piso.

Evidentemente el ataque le causó mucho dolor a Marck debido a que los gestos de su rostro así lo expresaban.

—¡No hay que parar! —dijeron al unísono los dos Kenneth de hielo mirándose por un fugaz instante para luego correr en dirección a su enemigo.

Antes de que los Kenneth llegaran controlaron el hielo sobre el cual estaba tendido Reim para envolver su cuerpo, Kenneth tenía que aprovechar cada segundo que su enemigo pasaba dolorido porque era en esos instantes en los que no volvía su cuerpo intangible.

Al estar cada vez más cerca de Marck los dos Kenneth formaron una espada de hielo cada uno.

El gobernador de ciudad Capital alzó su cabeza por unos instantes y al percatarse de que Kenneth se notaba muy decidido en llegar a matarlo precipitadamente y a la vez torpemente intentaba sacar algo de su bolsillo derecho.

En ese instante sintió tanta desesperación que sus manos empezaron a sudar, no pasaron muchos segundos hasta que finalmente consiguió sacar lo que quería de su bolsillo, un control pero en vez de presionar el botón azul presionó el verde, al presionar dicho botón bloqueó todo tipo de habilidades que una persona llegara a manifestar en la habitación.

El último clon de hielo se desmoronó en un santiamén y su espada también.

Kenneth giró su cabeza a la izquierda para observar lo que ocurría con su clon y fue en ese preciso momento en que se resbaló cuando sin percatarse piso un pedazo de hielo de su propio clon.

También cayó bocabajo y su espada al tocar el suelo se rompió en muchos pedazos.

Marck presionó un botón color plomo e inmediatamente entraron muchos de sus guerreros y guardias para inmovilizar a Kenneth, lo primero que hicieron fue lanzarle una descarga eléctrica, luego le colocaron grilletes en sus muñecas además de sus tobillos y al final lo amarraron con una camisa de fuerza para llevarlo a su celda.

—¡Fue una gran pelea! —comentó Reim antes de que sus hombres se llevaran a Kenneth por completo—, Se nota que has mejorado, incluso por poco estuviste cerca de matarme pero eso solo se dio por tu nuevo elemento del cual no tenía ningún tipo de conocimiento y además porque te estaba probando para lo que se viene, así que no creas que has triunfado no has visto todo mi potencial, no aun.

Además les dijo a sus hombres que mantuvieran a Kenneth de pie por un momento solo con el único objetivo de darle patadas y puñetazos en sus piernas, abdomen y en su cara.

En ese mismo instante Amanda la secretaria de Marck Reim junto con la capitana Ibeth observaba lo ocurrido desde una oficina en unos monitores que transmitían todo lo que las cámaras de todas las habitaciones grababan.

—¿Te parece espantoso lo que ves? —preguntó Ibeth mirando la expresión de desagrado que tenía Amanda mientras miraba como Marck golpeaba a Kenneth.

—¿Qué cosa? —preguntó Amanda girando su cabeza para mirar a su compañera.

—¿Te parece espantoso lo que él hace, lo que Marck, nuestro gobernador hace? —contestó reformulando su pregunta la capitana Ibeth—, ¿Te parece justo, te parece correcto? ¿Crees que hace cosas buenas?

La secretaria de Reim al escuchar tantas preguntas por parte de Ibeth no contestó de inmediato, se mantuvo en silencio por unos segundos, su frente empezó a sudar por unos instantes.

—Te soy sincera...no creo que lo que hace él sea algo tan bueno, porque matar, torturar y humillar a las personas no son cosas buenas, no son cosas justas —empezó Amanda a comentar la reflexión sobre la preguntaba que se le fue planteada—, Pero siento o creo que él puede dejar ese camino, ese pensar tan errado pero no sé de qué manera o por cual vía.

—¿Y tú que piensas al respecto? —preguntó Amanda después de comentar su opinión.

—Es muy buena pregunta —contestó Ibeth esbozando una sonrisa claramente falsa en su rostro—, Pero no te contestaré ahora...tengo cosas que hacer, tengo que seguir buscando a las personas restantes, en una próxima ocasión te comentaré mi opinión sobre nuestro gobernador.

Como si tuviera demasiada prisa Ibeth se levantó de su silla para marcharse y justo en el momento en que abre la puerta su compañera le comenta algo más.

—Sabes...creo que él puede llegar a ser una buena persona —dijo Amanda antes de que Ibeth se marchara.

—¿Qué cosa?

—Pienso que Marck puede llegar a ser alguien bueno, no sé pero mi corazón me dicta que puede haber algún método que haga cambiar su pensar, que lo haga reflexionar...aunque no sepa que método.

—¿Tú crees? —preguntó Ibeth alzando una de sus cejas—. Al juzgar por la expresión de su rostro te vez muy esperanzada en que eso suceda, aunque sabes algo...si anhelas algo con tanta fuerza y con mucha fe quizás...solo quizás puede ocurrir.

Y así sin más la capitana Ibeth Degens se marchó cerrando la puerta de la oficina con fuerza.

Amanda se colocó de pie y dio un suspiro que duró unos segundos esperando que su gobernador realmente cambiara en todos los aspectos.

¿Podría algún día volverse Marck Reim una buena persona?, esta era una de las tantas preguntas que se cuestionaban Ibeth y por sobre todo Amanda. 

—Hola, les dejo un dato que quizás algunos ya sabían o lo notaron pero si, mi personaje favorito de la historia es Marck Reim, no por gusto aparece en la primera y en la segunda parte de la saga :) :3 ;)

—Les tengo una pregunta: ¿Ustedes creen que Marck Reim puede ser bueno alguna vez en la vida? 

Dejen sus comentarios que yo los leeré con gusto :) 

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