21. El regreso de Kenneth
Al entrar Kenneth observó todo el lugar de arriba abajo, pudo notar que todo estaba muy limpio, inclusive sus paredes. Prestó atención a unos cuadros que mostraban pinturas muy hermosas de seres mitológicos, además de muchas armas que a pesar de ser de utilería parecían ser muy reales por su gran trabajo artesanal, algo que le llamó la atención fue el hecho de que el cuarto era más grande por dentro de lo que parecía por fuera.
—Toma asiento, por favor —Marck estaba inexpresivo como la mayor parte del tiempo, miró a los ojos al adolescente de diecisiete años que lo obedeció sin más.
—Aquí estoy —Kenneth dejó su nerviosismo a un lado—. ¿Para qué me llamaba señor Reim?
El gobernador arrugó su frente por breves segundos.
—Pues... —dijo lamiéndose los labios disimuladamente como intento de hidratarlos y luego procedió a hablar—. Me han dicho que te habías perdido desde ayer, quiero que me cuentes—No dejaba de mirarlo a los ojos—. ¿Cómo fue que sucedió eso?
Kenneth se cruzó de brazos y como el gobernador lo hizo también lo miró a los ojos.
—Me perdí buscando alimentos para el paseo de rutina —empezó a explicar—. Estaba buscando cuando sin fijarme me caí en un barranco, mi codo rasmillado lo evidencia—alzó su codo izquierdo para que Marck lo comprobara—. Por suerte no caí hasta el fondo, lo más difícil fue subir, lo hacía con mis manos y pies, pero me caía algunas veces, hasta que me puse a pensar y utilicé una nueva técnica; alas de fuego. Solo con eso pude salir del barranco y se me complicó debido a que era una técnica que nunca antes usé.
Kenneth esperaba que su historia inventada fuera suficiente para el gobernador le creyera, quien tan solo escuchó atento la historia, luego le hizo una de preguntas más hasta que lo dejó libre.
Kenneth pensaba que no le iba a creer y que no iba salir de aquel lugar.
A pesar de que lo dejó ir el gobernador Marck Reim se quedó pensativo con la historia, sabía que algo escondía Kenneth pero no tenía como demostrarlo pero se calmó al recordar aquella frase que dice: Al final la verdad saldrá a la luz.
Al salir de la sala especial de Reim, Kenneth estaba feliz, eso se evidenció al mostrar una sonrisa de oreja a oreja, estaba feliz de volver a ver a sus amigos.
Cuándo se disponía a entrar a los cuartos escucho unos aplausos provenientes de Esmeralda, Said, Aria, Trend, Asoka y los gemelos, todos ellos se le acercaron.
Esmeralda fue la primera en llegar a abrazarlo, ella se sonrojó en ese momento, cuando vio sus mejillas rosadas también se sonrojó aunque en un menor grado, después Esmeralda lo soltó rápidamente.
Los demás los saludaron y lo abordaron con muchas preguntas:
¿Qué te pasó?
¿Dónde estabas?
¿Por qué te perdiste?
Kenneth trató de responderlas todas aunque al igual que con el gobernador tuvo que mentirles. Durante horas pasaron conversando durante todo ese día ya que lo tenían libre.
Una vez que se apagaron las luces de los cuartos, cada uno fue a su cama.
—Hasta que llegó —dijo Aria mirando de forma picarona a Esmeralda—. Ya no es necesario que llores.
—A decir verdad, lo extrañé bastante —exclamó la muchacha de cabello verde.
—Se nota que te gusta y mucho —mencionó Aria mientras que Asoka, que estaba alado de las dos chicas movió su cabeza de arriba bajo confirmado lo dicho por Aria.
—Eso es más que obvio —agregó Asoka riéndose—. Eso ya lo sabíamos.
La joven proveniente de ciudad Diamante no sabía qué hacer y tan solo agarró su almohada para golpearlas a las dos para que dejaran de molestarla pero sus amigas tan solo se reían y trataban de protegerse con sus brazos.
—¡No molesten! —Esmeralda frunció el ceño—. ¡Déjense de payasadas!
Pasaron dos días después del regreso de Kenneth a la ciudad y como era de esperarse las actividades de los aspirantes a guerreros de ciudad Capital retornaron después de tres días de descanso.
—¡Despierten! —gritó la guía que siempre llegaba en la mañana a quitarles el sueño, alzó su voz más fuerte de lo normal y como siempre hizo sonar las alarmas, tan molestas de siempre—. Ya tuvieron suficiente vacaciones.
Y como siempre todos los aspirantes se levantaron de inmediato, ya estaban acostumbrados. Todos fueron muy puntuales debido a que era la última semana de entrenamientos.
—¡Bienvenidos! —dijo el hombre de voz gruesa—. Yo soy el capitán Raven, Marcus Raven, seré quién les va a enseñar a controlar y mejorar sus elementos, acá viene lo bueno...—los miró a todos uno por uno, Kenneth miró los moretones que tenía en sus brazos productos del combate contra Mauro—. En la casa de los elementos podrán pelear en duelo usando sus respectivos elementos, pero por hoy y mañana les ayudaré a controlar sus elementos como se debe. Ya el miércoles harán una demostración de lo que pueden hacer y el jueves se enfrentarán en duelos.
Muchas cosas más les explicó a los aspirantes, como cosas básicas para aprender a usarlo, les contó sobre el elemento que el usa. Al final del día uno a uno los hizo subir al cuadrilátero para que entrenaran.
Los métodos que usó no eran tan malos, estuvieron felices de aprender algunas cosas durante los días lunes y martes.
El día miércoles llegó, el día en que tenía que demostrar individualmente sus técnicas con los elementos. No solo los iba a evaluar el capitán Raven sino también el mismísimo gobernador Marck, el capitán Graff, la capitana Degens y por supuesto el capitán Benner.
Con hoja en mano el capitán Marcus fue hacia los aspirantes, les entregó la hoja para vean con sus propios ojos el orden en que iban a salir a demostrar sus habilidades.
El orden era el siguiente:
1. Drake Doom.
2. Aria Colins.
3. Ignul Dragon.
4. Trend Mellers.
5. Asoka Hard.
6. Min Tron.
7. Ryck Ryder.
8. Karl Arin.
9. Kin Tron.
10. Jeff Gram.
11. Jack Pietro.
12. Kenneth Cooper.
13. Esmeralda Star.
14. Raimi Clen.
15. Said Cast.
Todos pensaron que en la arena de batalla iba a estar el capitán Raven pero no,
Pero lo raro fue que, todos pensamos que Raven sería quien estaría adentro de la arena pero no quien tenía el rol de evaluador era el gobernador Reim, con dicha información algunos se pusieron nerviosos, cual animales indefensos.
La arena de batalla estaba cubierta totalmente por unas rejas, por la seguridad de los espectadores y también para proteger los equipos tecnológicos que a su alrededor se encontraban.
—Bien, comencemos —gritó eufórico Reim.
Al término de sus palabras Drake fue hacia la arena de batalla.
Una nueva prueba había comenzado, Kenneth estaba ansioso de mostrarles su nueva técnica, alas de fuego, el ambiente se estaba llenando de nerviosismo y a la vez de emoción pero ninguno de los aspirantes llegó a imaginar lo que a uno de ellos le iba a ocurrir.
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