20. Lionel, el líder de ciudad Espectra

—¡Si! —gritaron en coro muy felices todos los presentes. Alzaron sus brazos en victoria, habían derrotado a la mayoría de sus enemigos, a pesar de que dejaron ir a los sobrevivientes de ciudad Capital era una gran victoria para que demostraba el gran poder que ciudad Espectra poseía.

Algunos se abrazaron entre sí al ver aquello el hombre que estaba levitando en el aire se fue volando velozmente.

—¡Gracias! —unos cuantos espectras se acercaron a Kenneth para estrecharle la mano y felicitarlo a pesar que para ellos él era un completo desconocido además de que aún no se quitaba la tela que cubría su rostro.

—¡No es nada! —era lo único que les respondía. Kenneth se mostraba con nerviosismo. A él no le gustaba tener la atención de todos, de hecho nunca le gustó ese tipo de cosas, aunque era algo que no lo podía evitar. Los eventos llamativos siempre lo encontraban a pesar de que trataba de evitarlos.

Se quitó la tela y se la guardó en uno de los bolsillos de su pantalón.

—¿Cómo es posible que un elemental nos haya salvado a nosotros los espectras? —preguntó un señor de una edad avanzada con un rastrillo en su mano, que pensaba usarlo contra los guerreros capitalinos para defender su amada ciudad.

—No todos los elementales somos malos —dijo Kenneth defendiendo a los elementales buenos.

—¡Es verdad! —agregó Mauro sonriente golpeando levemente el hombro derecho de Kenneth demostrando que confiaba en él—. No todos son así y lo vimos con nuestros propios ojos.

Los espectras se alarmaron cuando vieron que el capitán Arthur Benner se estaba moviendo, aunque todo era actuado, él disimuló de una manera convincente que fue derrotado por Mauro, cuando en realidad solo era para hacerle creer a Marck Reim.

Unos cuantos espectras prepararon sus armas y apuntaron hacia el capitán capitalino pero Kenneth corrió hacia allá.

—¡Tranquilos él está de nuestro lado! —Kenneth movió sus manos de un lado para dejaran de apuntar sus filosas armas—. Tan solo le hacía creer a Reim que está de su lado pero no.

—Si es verdad —Arthur se levantó y asintió—. Solo simulo ser aliado de Reim pero en realidad he venido con el propósito de hablar con el líder de Espectra sobre una propuesta.

La joven muchacha de nombre Kate fue hacia los dos elementales.

—¿Quieren hablar con mi padre? —interrogó la joven de cabello castaño—. Los puedo llevar hasta donde él.

—Si con él —contestó Kenneth—. El capitán me dijo que es el hombre más fuerte de la ciudad.

—¡No! —gritó Nate que estaba a unos cuantos metros alejado de ellos, arrugaba su frente mientras miraba fijamente a los dos elementales pero su molestia se notaba cuando miraba más a Kenneth—. Mi padre está muy ocupado ahora como para atender a unos simples forasteros.

Los demás escuchaban atentamente la conversa de los cuatro.

—¡No le hagan caso! —Kate le dio la espalda a su hermano mayor y caminó hacia adelante—. Vengan los dos, yo seré su guía.

Con lo sucedido Nate tan solo se fue a una dirección contraria a la de Kenneth, Kate y el capitán Benner, Mauro también los acompañó debido a que él es la mano derecha del líder de la ciudad, considerado como el segundo hombre más fuerte de Espectra.



Kate llamó a un taxi de color rojo, segundos después de que se subieron Mauro le dijo la dirección al chofer. Al estar en una de las ventanas Kenneth observaba la ciudad, quedó maravillado al ver sus altos edificios y sus casas de buen diseño. En sus diecisiete años había viajado por casi todo el planeta tierra que ciudad Espectra tenía algo diferente, algo que las demás ciudades no poseían, era algo mágico, solo así lo pudo describir Kenneth.

Mauro los llevó al edificio más grande de la ciudad, conocido también como la base central del líder de ciudad Espectra, detrás del alto edificio se encontraba un rio de larga extensión.

Entraron por la puerta principal, una de vidrio y de tres metros de altura. Saludaron a dos guardias, luego se dirigieron hacia uno de los ascensores.

La oficina del líder quedaba en el último piso del edificio.

Kate estuvo a punto de abrir la puerta pero Mauro le indicó con movimientos de su cabeza que no lo haga, le dijo que se quedara ahí por unos momentos, a ella no le pareció la idea pero le obedeció.

—Pasen por favor —dijo una voz gruesa del otro lado de la puerta—. ¡Adelante por favor!

Mauro abrió la puerta y Arthur fue el primero en entrar.

—¿Cómo sabían que veníamos? —preguntó Kenneth ni bien entraba a la oficina.

El líder de ciudad Espectra solo reía ante el asombro del muchacho.

—Eso lo sé porque soy un telepata —confesó el hombre rubio cuando se colocó de pie, dejando en evidencia su gran altura y su tez sumamente blanca que se podía observar a simple vista en sus caras, manos y cuello—. Y pude sentir su presencia gracias a las neuronas cerebrales.

—¡Eso es grandioso señor Lionel! —exclamó el capitán Arthur Benner antes de estrechar su mano con él hombre de ropa negra y holgada—. Yo soy Arthur Benner y él es Kenneth Cooper.

—No me digas señor —soltó no muy contento el hombre rubio antes de estrechar su mano con Kenneth—. No me gusta que me llamen así, mi nombre se escribe Lionel, pero en realidad su pronunciación correcta es "Laionel", Lionel Norris, un gusto, pueden sentarse.

Al mismo tiempo que Lionel se sentó Kenneth y Arthur hicieron lo mismo, cosa que Mauro no, tan solo estaba de pie y de brazos cruzados.

Una vez sentados Lionel les explicó todo, inició contándoles que les dijo fue que no ayudó a sus guerreros por dos razones; la primera porque confía plenamente en sus "hijos", refiriéndose a todo habitante de su ciudad y la segunda es porque su poder telepático es tan grande que estuvo leyendo sus pensamientos.

—¿Entonces ya sabe a qué venimos? —preguntó Kenneth cuando terminó de escuchar toda la explicación que Lionel les dijo.

—Efectivamente —contestó Lionel con una gran sonrisa—. Y mi respuesta es un sí rotundo, lamento si leí sus mentes pero debía hacerlo para asegurarme de sus buenas intenciones.

—¡Genial! —exclamó Arthur antes de estrecharse las manos con Lionel por segundo vez—. Entonces el grupo revolucionario cuenta con la ayuda de ciudad Espectra.

Con la reciente reunión el capitán Arthur Benner y Kenneth se despidieron de Lionel. Arthur tan solo tuvo que usar su tele transportación. Llegaron a las seis y media de la mañana.

Uno de los guardias quedó asombrado al ver como Kenneth llevaba cargándolo del hombro a un herido Arthur.

Al capitán lo llevaron a la sala de enfermería mientras que Kenneth tuvo que ir directo a la oficina de Marck Reim, quería interrogarlo, el muchacho ya tenía una idea de porque quería interrogarlo.

No quería ir hacia la oficina de él, era lo que menos quería, lo detestaba por atacar a ciudad Espectra. Si antes lo odiaba después del ataque a Espectra su odio hacia él había aumentado.

Lo que realmente quería, era ir con sus amigos que ya lo extrañaba.

Caminó hasta a llegar a una puerta de color marrón.

Tocó dos veces la puerta.

—¡Adelante por favor! —soltó con seriedad Marck.

Kenneth estaba pensando en las posibles respuestas que podía decir pero realmente no sabía que era lo que le iba a preguntar el gobernador Marck Reim, debía ser muy ingenioso y no mostrarse nervioso porque si no lo iba a descubrir.

Una gota de sudor bajó por su espalda a abrir la puerta. 

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