2. ¿Próximo destino?

—Bueno debo marcharme —exclamó con tono triste Amanda mirando a su antiguo jefe, que estaba encerrado en una celda de máxima seguridad.

Ella se encontraba de pie a menos de un metro de unos barrotes eléctricos que rodeaban la pared transparente de la celda de avanzada tecnología.

—Realmente espero que nuestra conversación haya servido de algo y puedas cambiar para bien —Lo miró a los ojos—. Esa es mi meta al venir aquí todos los días a visitarte y no pienso desistir, no contigo.

Marck se quedó en silencio, tan solo la miraba a los ojos, ambos se miraban a los ojos, ella esperando encontrar bondad en el corazón del reo mientras que él esperando que Amanda se fuera de la prisión lo más pronto posible.

—¡Chao! —contestó con cierto tono frío Marck Reim—. La próxima vez trata de aburrirme menos con tus sermones, eres tan irritan...

Amanda no llegó a escuchar las últimas palabras porque el micrófono de la celda de Marck ya había quedado desactivado.

Al ver aquello Marck se recostó boca arriba sobre el piso blanco, usó su brazo derecho como almohada y colocó su pierna derecha sobre la izquierda para luego mirar hacia el techo oscuro y metálico de la celda.

La mujer movió sus manos para despedirse aunque el prisionero ya ni la miraba, ella volteó para salir de la celda número cincuenta y tres, caminó hasta por cinco metros hasta que miró hacia una cámara de seguridad que se encontraba en la esquina derecha del lugar, segundos después la puerta metálica se abrió, pasó a través de ella y esperó a que una plataforma de tamaño mediano llegara hasta donde ella, caminó hasta la plataforma que la iba a transportar hacia otra puerta metálica mucho más grande que la anterior.

Después de diez minutos Amanda llegó su hogar, luego de entrar por la puerta principal subió los escasos escalones de la mansión pintada de color caqui.

—Lamento mi tardanza. —Se disculpó ella mientras atravesaba la puerta de la sala de su mansión—. ¡Buenos días caballeros!

—¡Buenos días! —saludaron al mismo tiempo Idate y Arthur. Ambos se levantaron de sus asientos y procedieron a saludarla con un beso en la mejilla.

Ella sonrió, estaba feliz de volverlos a ver.

—¡Siéntense a gusto caballeros! —exclamó Amanda haciendo una seña con una de sus manos. Ella también se sentó al mismo tiempo que los dos hombres lo hicieron.

—¡Pues verán! —empezó a hablar—.Las campañas están por finalizar, existen dos listas, en la mía yo estoy postulada para Alcaldesa de la ciudad y está otra lista liderada por Cecilia Cahu, en dos días son las elecciones pero últimamente en mis campañas ocurren accidentes, gente se lastima y sale herida.

—¿Y quieres que nosotros investiguemos si te está boicoteando Cecilia? —interrumpió Idate con una pregunta.

—¡Exacto! —afirmó Amanda—, Pero estoy segura de que es ella, creo que trabaja con cierta organización llamada Vuka, si no me equivoco ustedes tratan de buscar y detener a ese grupo de poderosos criminales.

Los dos hombres mostraron una cara de asombro, no esperaban recibir noticias de Vuka y menos después de tanto tiempo, Vuka había pasado en las sombras por bastante tiempo.

—Tendremos que investigar bien para cerciorarnos de que así sea —comentó Idate mirando a su compañero.

—Pero ¿cómo sabemos que no es una trampa para eliminar a la competencia y quedarte cómo unica postulante y así ganar? —agregó Arthur mirándola fijamente a los ojos.

—Yo no soy así —alegó en su defensa la pelinegra—, Sé que muchos piensan que sí pero solo es por mi pasado como secretaria de Marck Reim.

Amanda al terminar de hablar bajó su mirada.

—¡No te preocupes nosotros vamos a investigar! —Idate se levantó e hizo una seña para que Arthur lo siguiera—, Nuestra investigación comienza desde ahora, luego nos contactaremos contigo.

—¡Se los agradezco! —Amanda sonrió.

Ya en las calles de ciudad Capital Idate estaba sermoneando a Arthur.

—¡Pendejo! —exclamó Idate molesto con su amigo y compañero—. Casi haces que nuestra visita a la ciudad fuera en vano, si es verdad que los Vuka están involucrados en esto será mejor de lo que pensamos, podríamos obtener más información sobre los pergaminos.

Arthur no respondió tan solo asintió con su cabeza pero de repente su mirada se fijó en un hombre que actuaba de manera misteriosa, el hombre de cabello calvo miraba para atrás de forma constante como esperando que nadie lo estuviera vigilando.

Arthur optó por perseguirlo, Idate hizo lo mismo al ver el comportamiento de su compañero, ya sabía cómo actuaba cuándo encontraba una pista de algo anormal.

El hombre calvo caminó hasta desviarse e ir por un pasillo más angosto, que daba a uno de los parques de la ciudad. Él notó que Arthur lo perseguía por lo tanto apresuró su paso hasta intentar escabullirse en un grupo de gente que transitaba por el lugar.

El hombre misterioso se había escapado, ni Arthur ni Idate pudieron alcanzarlo, se les había escapado entre tanta gente.

De repente un gran cartel en dónde se mostraba a Amanda y a la lista que representa, el cual estaba suspendido en unos pilares del parque se prendió en llamas causando susto y alarmando a las personas.

—¡Allá! —dijo Idate señalando una mujer de cabello muy largo que corría a toda prisa.

—¡No escaparas! —Arthur se tele transportó frente a ella para sorprenderla pero la mujer no se amilanó, todo lo contrario le propinó una patada giratoria en el abdomen a su perseguidor.

Arthur no se esperaba el ataque, de la nada la mano izquierda de la mujer se transformó en un cuchillo con el cuál intentó cortarle el cuello.

Arthur se tele transportó hacia atrás para esquivar su ataque, estaba sangrando, ella había convertido su pie en un cuchillo también.

—¡Alto ahí! —Idate llegó a pelear con sus dagas en mano.

La mujer se giró para pelear con su nuevo atacante.

Las dagas de Idate chochaban contra las manos cuchillas de la mujer. Los ataques de la fémina eran más letales, realmente quería matarlo, todo lo contrario a Idate que solo peleaba para protegerse y no salir herido.

Arthur apareció para ayudar a su amigo, en ese momento la mujer estuvo a punto de recibir el impacto de un rayo del ex capitán en su pecho pero un extraño muro de un material raro se formó de la nada protegiendo a la mujer, el rayo rápidamente se desvaneció.

—¿Qué fue eso? —preguntó Arthur asombrado por el muro compuesto por el extraño material denso que también era algo pegajoso. Sabía que había visto o al menos escuchado sobre algo similar.

—No puede ser dos hombre contra una mujer —habló un hombre de un determinado lugar.

—¡Gracias! —agradeció sonriendo la mujer que no dejaba de mirar al muro pegajoso.

Idate y Arthur miraban por todos lados hasta que descubrieron de dónde provenía la voz, además las dudas de Arthur fueron resueltas en ese instante.

—Ya veo —empezó Arthur mirando como el muro pasaba a cambiar de forma, estaba adoptando una forma más humana, la forma de un hombre—. Son miembros de Vuka.

—Sí, es Selver aunque la mujer parece ser nueva —agregó Idate sin dejar de mirar al integrante de la temible organización.

Selver ya estaba en su forma humana, mostró unos cambios en su vestimenta, ya que su camisa constaba de mangas cortas y su pantalón poseía el mismo color que su camisa, color caqui.

—No es justo que ella pelee sola contra ustedes dos —mencionó Selver más seguro de sí mismo.

El miembro de Vuka levantó sus brazos y acto seguido estos se deformaron hasta convertirse en el extraño material que de a poco rodaba por el suelo aumentando su volumen cada vez más.

Arthur creó dos rayos de sus manos, se tele transportó hacia unos cuatro metros hacia arriba y desde lanzó los rayos que no tuvieron tanto efecto en el poder de Selver, el miembro de Vuka creó un muro que se endureció y posterior a eso lanzó varias dagas creadas con el extraño material de color marrón.

El elemental de rayo esquivaba las dagas con su poder de tele transportación, luego creó un campo de fuerza de su elemento para quemar cada daga que su enemigo le lanzaba.

Por otro lado la mujer estaba peleando con Idate, quien llevaba la ventaja era la mujer que poseía una increíble agilidad, además de que al transformar sus manos y pies en dagas filosas había provocado varias heridas en diferentes zonas del cuerpo del ex capitán.

La pelea se vio interrumpida cuando a unos cuantos metros ocurrió una nueva explosión que conmocionó a las personas del lugar, Arthur se tele transportó hacia el lugar de donde provenía la explosión pero solo se encontró con el extraño hombre calvo que actuaba errático y con movimientos toscos.

Arthur le lanzó un rayo pero el hombre tan solo desvió el ataque con su mano, el ex capitán quedó sorprendido ante el movimiento de su enemigo, se tele transportó detrás de el para golpear sus tobillos esperando hacerlo caer, cosa que no funcionó porque su enemigo ni siquiera se inmutó, Arthur retrocedió.

El ex capitán hizo un gesto de dolor, no pensó que su rival tenía un cuerpo tan duro.

—¿Qué eres? —dijo casi en voz baja.

El hombre calvo no respondió, tan solo se movió tan rápido que en pocos segundos apareció frente a Arthur, acto seguido le dio un fuerte manotazo que lo lanzó un poco lejos. Ni siquiera tuvo tiempo de recuperarse porque su enemigo apareció de nuevo frente a él con una rapidez asombrosa, lo único que Arthur pudo hacer fue tele transportarse a otro lugar sin embargo a pesar de usar su poder era perseguido por su formidable enemigo.

—¡Ya basta! —gritó Arthur antes de rodear todo su brazo derecho con rayos de color azul y morado.

En su desesperación le propinó un fuerte puñetazo que le dobló el cuello al hombre calvo que cayó al suelo provocando un fuerte ruido.

Arthur suspiró pero no pudo tranquilizarse porque su enemigo no estaba muerto, el hombre calvo se levantó y su cuello volvió a la normalidad.

—¡Qué diablos! —exclamó Arthur intentando levantarse, estaba cansado, pelear contra su formidable enemigo lo había agotado bastante.

El hombre calvo miró hacia la izquierda y con agilidad atrapó una daga que estaba dirigía hacia él, estaba por aplastarla con su mano pero en pocos segundos la daga explotó generando bastante humo.

Antes de que el humo se disipara otra daga se clavó en su frente y explotó, despojando al hombre de su cabeza, cuando su cabeza explotó quedó un orificio grande en su cuello, de él sobresalían varios cables, el resto del cuerpo del villano cayó al suelo para posteriormente explotar por completo.

—Era un robot —dijo Idate llegando hasta donde se encontraba su amigo, le extendió su mano para ayudarle a levantarse—. Lo bueno es que Nate me creó unas dagas mucho más poderosas que tienen un virus informático que desactiva casi cualquier cosa tecnológica.

—¡Que útil! —Sonrió Arthur—. Pero al fin entiendo porque nunca mostraba un gesto, llegué a sentir escalofríos por un momento al ver su extraño comportamiento.

—¿Tu sentir miedo? —preguntó Idate tratando de molestar a su amigo—. Se nota que ya no estás tan joven como antes, ahora te cansas más rápido, te dan miedos tus miedos y no eres tan veloz como antes.

—¡No molestes! —respondió Arthur con un rostro serio—. Es verdad que el estúpido robot me puso en jaque pero ni siquiera provocó que utilizara todas mis técnicas, aun no llega ese alguien que me haga utilizar mi técnica secreta.

—Qué bueno que sea así, no quiero verte morir tan pronto —habló Idate riendo un poco.

—En el fondo si me quieres —Ambos estrecharon sus manos—, ¿Pero dime que pasó con esos dos?

—Selver creó una distracción con su extraño poder, básicamente aprovecharon para escapar pero algo que dijo me llamó la atención —comentaba Idate mirando con seriedad a su amigo—, Él dijo que era mejor que se vayan porque aún tenían que seguir reclutando.

—Esas no son buenas noticias —La actitud de Arthur se tornó seria—, Debemos ir rápido a ciudad Espectra a informar esto, Vuka está moviendo sus hilos sino los detenemos cuanto antes, tiempos oscuros estarán por venir.

—¡Aquí vamos de nuevo! —mencionó Hermes mirando a Kenneth, ambos estaban de frente separados por cinco metros de distancia—. Prueba de recuperación de poderes número treinta y tres.

Kenneth quería recuperar sus antiguos elementos a cómo dé lugar, no podía seguir solo con el elemento hielo, a pesar de que le gustaba usarlo extrañaba el fuego y el agua, creció con esos dos elementos, era natural querer volver a tenerlos.

—¡Bien! —dijo emocionado y a la vez confiado de que en su intento 33 podría recuperar sus elementos—. ¡Esta vez lo lograré!

Tenso los músculos de sus brazos y antebrazos, apretó sus puños, abrió sus manos, torció un poco sus dedos y canalizó su energía en las palmas de sus manos.

Arrugó su frente, miró las palmas de sus manos al sentir un cosquilleo en ellas, se alegró al ver cómo de sus manos emergía una pequeña llama.

—¡Sí! —exclamó feliz, la sonrisa de su rostro se desvaneció cuando la pequeña llama también lo hizo segundos antes—. No puede ser, estuve tan cerca.

Bajó su mirada.

—¡Has avanzado! —Su tío le daba ánimos—. Tienes que esforzarte más.

Su tío caminaba hacia él.

—Ya lo sé —contestó molesto mientras miraba las palmas de sus manos—. A pesar de que controlo el hielo, aún no puedo usar el agua y con el fuego solo logro crear pequeñas llamas que dudo que me sirvan en batalla. A veces tengo ganas de rendirme, creo que es mejor aceptar que no podré usar nunca más el fuego y el agua.

Su tío lo abrazó, él le correspondió el abrazo, al fin Kenneth tenía un familiar de sangre con quién conversar sobre sus problemas, en los últimos tiempos ya no se sentía solo pero la llegada de su tío le ayudó bastante.

El momento emotivo fue interrumpido cuándo una mujer llegó al bosque montada en una moto nave flotante de color carmesí.

—Señor nos acaban de informar que ya están llegando los líderes de Trabem y de Tonitrui —dijo la rubia al bajar de la moto.

—Está bien —contestó Hermes—, Gracias por informarme Sara.

—De nada señor —La mujer miró por escasos segundos a Kenneth y luego miró una vez más a Hermes.

Sara estaba por irse sin embargo Hermes la detuvo.

—¡Espera Sara! —exclamó Hermes alzando su tono de voz— ¿Tú eres de Isla Templada verdad?

—Si —respondió ella—, ¿Por qué la pregunta señor?

—Sara te tengo una nueva misión —Hermes miró a Kenneth muy sonriente, ya había pensado en algo que le ayudaría a su sobrino a recuperar sus elementos.

Ni Sara ni Kenneth sabían que se traía en mente el líder de ciudad Cristal.

—¿Voy a ir a Isla Templada? —preguntó Kenneth asombrado, ambos iban camino al centro de la ciudad acompañados de Sara—. ¿Con quién?

—Con Sara obviamente y si quieres con tres personas más a tu elección —contestó Hermes—, El barco tiene capacidad para diez personas o un poco más pero igual no es buena idea llevar mucho peso.

Los tres cruzaron la calle cuándo los medios de transporte se detuvieron, al subir a la vereda caminaron por los lugares con sombras porque el fuerte sol los obligaba a hacerlo.

Hermes se quedó en la reunión que tenía con los líderes de las otras ciudades elementales mientras que Kenneth y Sara Se marcharon para continuar hablando sobre su viaje.

En el trayecto Sara le contó varias cosas, entre ellas que nació en ciudad Espectra pero se crió desde los 3 años en Isla Templada, ahí conoció a Oliver Lance, el famoso sabio de Isla Templada y luego a la edad de 18 años viajó a Ciudad Cristal.

Además le comentó que Oliver era el único que podía ayudarlo, puesto que ya había tenido casos similares y que los resolvió, Sara era muy buena amiga de él.

Kenneth estaba contento y a la vez ansioso de conocerlo.

—¡Kenneth! —exclamó Drake a lo lejos muy feliz de verlo, él andaba caminando por las calles de la ciudad acompañado de su novia, Ibeth—. Han pasado como dos meses desde que no te vemos.

Los cuatro se saludaron.

—Estoy por ir a Isla Templada —Empezó a hablarles Kenneth inmediatamente, el motivo de su premura a contarles todo era porque no veía la hora de viajar—, ¿Les gustaría viajar conmigo?

—¡Por supuesto! —Drake confirmó su participación en el viaje.

—Yo no puedo —dijo Ibeth inmediatamente Drake mostró un rostro lleno de decepción—, Tengo obligaciones que cumplir en ciudad Capital.

—Vamos nena el viaje no será lo mismo sin ti —exclamó Drake haciendo pucheros con su boca.

Sara tan solo observaba tratando de no reírse por la actitud de Drake.

—Lo siento pero no puedo —Ibeth lo tomó de las manos—, Quizás para una próxima ocasión.

Kenneth no tenía más opción que seguir buscando a dos acompañantes más para su viaje.

De repente una explosión del otro lado de la ciudad alertó a las personas.

—¡La escuela del sur! —exclamó Kenneth preocupado, sin pensarlo salió corriendo hacía el lugar de la explosión.

Con sus manos creó una escalera de hielo que le ayudó a llegar a los techos de las casas, mientras iba corriendo creaba puentes de hielo para pasar de una casa a otra, así se mantuvo corriendo hasta que llegó al lugar de los hechos.

Desde un edificio observó varios escombros en el suelo, además de que observó a un hombre con un cabello revoltoso y con un atuendo similar al de los presos, el hombre que era alto llevaba un tatuaje de una calavera en su mejilla derecha.

Profesores y maestras corrían para auxiliar a sus pequeños estudiantes.

—¡Ya basta! —gritó Kenneth desde el edificio y acto seguido se lanzó. Mientras caía iba creando tubos de hielo para bajar, cada vez que pisaba uno el anterior se iba deshaciendo.

Rápidamente de sus palmas lanzó agujas de hielo que el ladrón esquivó.

—¿Y tú quién eres? —El preso lo miró a los ojos. Apretó sus puños y luego abrió sus manos, corrió y saltó para atacar a Kenneth con su poder espectra, el cual se basaba en generar explosiones de las palmas de sus manos.

Impulsado por las explosiones apareció frente a Kenneth velozmente pero no lo suficiente debido a que su palma explosiva no tocó el cuerpo de Kenneth sino que solo impactó un grueso muro de hielo que quedó destrozado en breve.

Kenneth posó la palma de su derecha sobre la calle que quedó congelada, para atrapar a su enemigo y así evitar que huyera, ninguna persona más a excepción del reo que escapó quedó con los pies congelados.

Eso no sirvió de mucho debido a que el fugitivo podía usar explosiones de las plantas de sus pies, se liberó rápidamente y trató de huir.

El fugitivo se cayó al tropezar con una piedra metálica que apareció de la nada, intento levantarse sin embargo la piedra cambió de forma y se dividió, la primera mitad se transformó en una banda metálica que le juntó los tobillos haciendo que se le imposibilite escapar mientras que la otra mitad se transformó también en una banda metálica que juntó sus manos haciendo que ambas palmas de sus manos estuvieron juntas como si fuera a rezar.

—Si utilizas tu poder morirás —dijo Kate apareciendo en la escena. Ella estaba levitando hasta que logró tocar el suelo con sus zapatos—. No te conviene hacerlo.

Kenneth y Kate se miraron a los ojos, tenían dos meses sin verse, tan solo se mandaban mensajes y realizaban llamadas al igual que vídeo llamadas.

Al mirarse ambos sonrieron estaban felices de verse nuevamente.

Kenneth iba hacia ella para besarla pero un grupo de niños que eran estudiantes de la Escuela del Sur se le acercaron, para ellos él era su nuevo héroe.

El muchacho de 18 años se había vuelto famoso después de vencer a Marck Reim, sus fanáticos habían aumentado, los pequeños le pidieron autógrafos y luego Kate les tomó una foto a todos ellos con Kenneth.

—Al parecer tengo un novio famoso —mencionó Kate acercándose a Kenneth, ella lo abrazó muy fuerte, ambos se abrazaron—. ¡Te extrañé!

Se dieron un largo beso.

—¡Yo te extrañé más! —exclamó Kenneth mirando los ojos de su novia, prosiguió a darle otro beso.

Kenneth había invitado a Kate para que lo acompañara a viajar a Isla Templada, la menor de la familia Norris tenía que pedir permiso a su padre para aquello, al principio Lionel se negó de manera rotunda pero entre tanto insistir Kate obtuvo el visto bueno de su padre, con la condición de que un adulto responsable fuera con ellos, así que eligió a Mauro.

Los cuatro aventureros en la tarde de ese mismo día ya estaban listos, prepararon sus mochilas con ropa, provisiones y cosas personales.

A Mauro le tomó de sorpresa que Lionel lo llamará para una misión especial, aunque con la explicación que le dio él comprendió y aceptó con firmeza.

Kate y Kenneth llegaron juntos al muelle de la ciudad, Mauro y Sara fueron los primeros en llegar mientras que Drake fue el último, tuvieron que esperarlo alrededor de veinte minutos.

—¡Hasta luego padre! —Kate abrazó muy fuerte a su padre—, Pronto regresaremos.

—Hasta luego mi niña —dijo Lionel antes de darle un tierno beso en la frente—, Vuelve pronto, acá te espera tu padre, buen viaje.

Todos subieron al barco inmediatamente después de despedirse.

—¡Volveremos! —exclamó Kenneth desde la cubierta del barco despidiéndose con su mano.

Usando su poder Mauro sacó sus manos negras que le ayudaron a quitar el ancla del barco, alzaron las velas del navío, Sara se colocó en posición para usar el timón y comenzar a navegar.

Kenneth y sus acompañantes estaban por iniciar una nueva aventura con el único objetivo de recuperar sus elementos, pero las cosas no serían tan fáciles y menos con el nuevo grupo de villanos que se estaba formando.

En pequeño pueblo, cerca de una laguna pequeña se encontraban cuatro personas de pie hablando.

—¿Entonces a dónde vamos? —preguntó la mujer de flequillo mirando a sus tres acompañantes.

—Según el mapa debemos ir a una isla —mencionó Esther levantando el mapa con su mano izquierda y con el dedo índice de su mano derecha señaló su próximo destino.

—Vamos a ir a Isla Templada —habló Adán—, Allá está nuestro siguiente objetivo. 

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