2. Los 7 cazadores
En ese momento Jack desvió la arma con su elemento, la hacha estuvo a tan poco de matar a Kenneth pero el joven de apellido Pietro lo salvó en el momento preciso, después tumbó a Ax con el mismo hielo que había desviado el hacha.
—¡Gra... gracias Jack! —le agradecí Kenneth por haberle salvado la vida.
—Te dije que fueras con cuidado y que no se separen...ellos no son simples personas —dijo Jack casi regañándolo al mismo tiempo que congelaba el arma de Ax.
—Pero tú sabes que yo puedo defenderme solo —contestó Kenneth mientras miraba como el hacha quedaba totalmente congelada.
—Casi mueres...pero bueno espero no tener que salvar tu vida de nuevo —dijo Jack algo molesto.
—Tranquilo Jack, eso no sucederá de nuevo —Kenneth se mostró decidido.
Jack se marchó para seguir peleando con los demás cazadores.
Ax se levantó una vez que se quitaba los restos de hielo que estaban sobre su cuerpo.
—¡Ven hacía mí hacha Ax! —dijo el pelirrojo alzando su mano en dirección a su hacha congelada.
Su arma comenzó a moverse, el hielo que la cubría temblaba y poco a poco se iba rompiendo, hasta que finalmente el hacha se escapó del hielo y regresó a la mano de Ax, su dueño.
—¿Cómo hiciste eso, usas magia? —Kenneth quedó sorprendido.
—No, tonto niño turista, esta arma es pura tecnología —habló Ax levantando su hacha—.Y con esto que tengo acá en mi oído puedo hacer que me obedezca cómo si fuera mi mascota pero lo mejor es que solo responde a mi voz.
Mientras Ax explicaba el señalaba un pequeño artefacto de forma esférica que tenía en su oído derecho. Apretó un botón de los dos que tenía el hacha en su agarradera.
La parte más grande del hacha se abrió en dos una vez que apretó el primer botón y de ahí salieron pequeñas rocas que volaron directo hacia Kenneth, las rocas aumentaban su tamaño considerablemente conforme salían del hacha.
Creando grandes látigos de agua Kenneth partía las rocas.
—Eso sí es nuevo...pero no te servirá de nada —dijo Kenneth esperando que su enemigo dejara de lanzarle rocas—. No tengo tiempo para seguir peleando contigo, debo derrotarte ya para ayudar a las demás personas de tus compañeros.
Una vez más Ax lanzó rocas, cada vez más aumentaba el número. Kenneth las rompía con poderosos látigos de agua.
El muchacho se distrajo al escuchar el grito de un niño, dejó de usar sus látigos, decidió ir a salvarlo porque si no moriría aplastado por las rocas.
—Aquí estoy, no te preocupes... yo te protegeré... —le dijo al niño para que se tranquilizara, aunque no sirvió mucho porque el pequeño continuaba llorando.
—¿Ahora ya no quieres pelear por salvar a un mocoso? —Ax lanzó muchas más rocas.
Kenneth agarró al niño para protegerlo con sus brazos, una de las rocas golpeó su espalda haciendo que caiga arrodillado, a pesar de eso él no dejó caer al niño.
—¡Te mataré a ti y al niño! —Ax estaba provocando a Kenneth para vaya y pelee con él.
Kenneth creó un muro de hielo para protegerse al niño y a él de las rocas.
—¿Hielo? —preguntó Ax muy asombrado—. ¿Cómo es posible?
—¡Quédate aquí! Yo acabaré con él... —miró al niño antes de dejarlo detrás del muro, usó su elemento para crear muros de hielo a la izquierda y a la derecha del pequeño para que no se lastimara.
El niño asintió mientras se limpiaba sus lágrimas.
—Ahora sí ha llegado tú momento —exclamó Kenneth chocando sus puños—. Atacarme cuándo estaba con un niño...eso no te lo puedo perdonar.
—¿Sí y qué? —contestó Ax—. Soy un cazador, no voy a cambiar mi naturaleza solo porque tú me lo dices, sí tengo que matar a cualquier persona lo haré.
Al terminar de hablar el pelirrojo sonrió malignamente, algo que hizo enojar mucho a Kenneth.
—¡Pagarás! —exclamó el muchacho con furia. Lanzó un chorro de agua muy potente que rompió todas las rocas que Ax le lanzó.
Al verse precipitado y en apuros el pelirrojo apretó el segundo botón, cuándo lo hizo surgió un muro de tierra con el cuál pensaba protegerse, pero el chorro de agua fue mucho más potente lo que provocó que se rompa el muro en muchos pedazos.
El impacto del chorro de agua hizo que Ax también saliera volando.
Kenneth se acercó lo suficiente a Ax para dañar el hacha porque en ningún momento la soltó. Se la quitó a la fuerza y usando el elemento fuego terminó dañando por completo su arma.
—Pero..., ¿qué? —dijo Ax adolorido por el golpe que recibió—. ¿Otro elemento?, ¿cómo es posible que puedas usar tres elementos?
Estaba más asombrado al ver que el muchacho de apellido Cooper podía usar tres elementos que en ver su arma toda dañada y quemada.
—¡Señor! —dijo Ax varias veces.
Estaba llamando a su líder mientras tocaba su intercomunicador.
—¿Y ahora qué?, no me digas... ¿qué pedirás refuerzos? —Kenneth miró como el pelirrojo estaba siendo insistente.
—¡Ax! ¿Qué pasa? —contestó su líder, Ax dejó el altavoz encendido por error y por lo tanto Kenneth pudo escuchar lo que su jefe hablaba.
—Señor Gladio encontré a un elemental muy fuerte...es tan fuerte que logró derrotarme con sus... —le explicaba Ax pero fue interrumpido.
—¿Qué te derrotó?, no te dije que cazaras junto con Shaila...en duo no uno por uno, sino como siempre en pareja —gritó su líder, llamado Gladio.
—¡Escúcheme señor!, el elemental que me derrotó no usa un solo elemento, usa tres: agua, hielo y fuego, es muy poderoso —terminó de explicar el pelirrojo.
—¡Genial! —fue lo único que respondió Gladio y luego cortó la conversación.
Kenneth caminaba hacia el muro de hielo que construyó para el niño.
Desde el otro lado Ax reía muy fuerte aunque luego dejó de hacerlo porque empezó a toser.
Pasaron pocos minutos hasta que en el cielo se escuchó un estruendo, de repente seis personas aparecieron y entre ellos estaba Shaila que se veía algo cansada.
Kenneth al sentir sus presencias le dijo al niño que huyera rápido.
—Me imagino que tú eres el asombroso elemental que puede controlar tres elementos o me equivoco... —dijo un hombre musculoso con barba, portador de una asombrosa espada.
—Sí y ¿qué? —Kenneth estaba de brazos cruzados.
—¡Perfecto! —exclamó Gladio sonriendo y luego les hizo señas a sus secuaces.
Cinco cazadores saltaron y rápido rodearon a Kenenth, que se colocó en posición de ataque. Los cazadores colocaron en la tierra unos artefactos tecnológicos de aspecto cuadrado pero con puntas en su parte inferior.
Ellos se le acercaron aún más y luego al mismo tiempo apretaron un botón amarillo que tenían cada uno en sus brazaletes metálicos.
Rayos amarillos salieron de los artefactos y estos se conectaron dejando a Kenneth dentro de una cúpula junto con todos los cazadores excepto Ax, que se encontraba herido.
—Ahora que estamos aquí...comencemos con la cacería... —dijo Gladio sonriendo mientras empuñaba su espada con fuerza dispuesto a atacar a Kenneth.
El muchacho tenía que pensar en escapar de la cúpula porque sería muy difícil pelear contra todos ellos en un lugar tan pequeño y estrecho, no tenía ningún plan en mente, su único plan era atacar.
Seis de los siete cazadores que lo rodeaban preparaban sus armas tecnológicas para atacarlo, el muchacho no sabía si lo iban a matar o simplemente dejarlo muy mal herido para luego experimentar con él.
Kenneth pudo notar que Jack y Arthur acababan de llegar pero no podían hacer nada.
Arthur lanzó sus dagas muchas veces pero estás no tuvieron efecto alguno contra las paredes de la cúpula.
Jack con su hielo intentó dañar la cúpula pero las paredes lanzaban rayos a todos lados por lo que era muy difícil acercarse, además de que su espada de hielo era dañada constantemente por los rayos.
Usando su tercer elemento Kenneth congeló el suelo que de por sí ya estaba congelado, además de congelar la parte inferior de sus zapatos.
—No nos resbalaremos con eso —comentó un hombre con poco cabello, de complexión musculosa al igual que sus demás compañeros y con patillas gruesas.
—No era para eso —contestó Kenneth sonriendo con seguridad. Estiró su brazo derecho hacía un lado y su brazo izquierdo para el otro lado mientras preparaba su boca para escupir fuego.
Kenneth giró con facilidad debido al estado del suelo que pisaba, de su mano derecha salía un potente chorro de agua, con su mano izquierda trataba de congelarlos y por su boca escupía mucho fuego.
Gran parte de los cazadores quedaron sorprendidos al ver sus habilidades pero inmediatamente se protegieron con el elemento que tenían sus hachas haciendo uso de su botón de defensa elemental.
—No se rindan, somos cazadores y este elemental será cazado si o si —gritaba Gladio para que sus secuaces no desistan.
—¡Al...to! —se escuchó un gritó muy fuerte desde la terraza de un iglú muy grande.
Todos voltearon inmediatamente, podía ver cómo los habitantes de Glaciem se alegraban y emocionaban solo de ver a un hombre de tez muy pálida, delgado, de cabello blanco gracias a las canas que cubrían gran parte de su corta cabellera.
—¡Oh pero si es el señor Federico! —dijo Gladio quién también había volteado al igual que todos.
Los habitantes de Glaciem lo ovacionaban.
—¡Basta! —dijo nuevamente aquél hombre pero esta vez decidió lanzarse del gran Iglú como si nada.
— ¿Vendrás a salvar a este muchacho que usa el elemento fuego? —Gladio le preguntó señalando a Kenneth con su espada.
—El muchacho no solo usa el elemento fuego, también usa el elemento agua... y claro el hielo también —contestó el hombre con una seriedad increíble, mientras no dejaba de mirar a Gladio.
—¡Ya me cansé! —gritó Federico alzando su tono de voz para intimidar a los cazadores—. Cuándo comenzaron a atacarnos yo no me encontraba aquí en Glaciem pero ahora que he regresado yo defenderé a mi ciudad y no dejaré que ni tú ni tus secuaces causen más estragos de los que ya hay.
Una vez que terminó de hablar Federico alzó sus brazos de forma lenta, luego procedió a chocar ambas manos de forma similar a un aplauso, pero la fuerza que le propinó al aplauso junto con su elemento hielo hizo que la cúpula dejará de funcionar correctamente.
Los rayos láser desaparecieron y todos los que estaban dentro de la cúpula cayeran por la fuerza de la ráfaga de hielo que había utilizado. Gladio se levantó de forma inmediata y aprovechó para llamar a su nave aérea gracias a que presionó uno de los botones que tenía su guante metálico.
Los demás cazadores se levantaron y rápido huyeron.
—¡No escaparan! —exclamó molesto Federico.
En un movimiento rápido lanzó ráfagas de hielo pero Gladio levantando su mano derecha creó un campo de fuerza de gran magnitud que impidió que las ráfagas de hielo lo golpearan a él y al resto de su equipo.
En eso uno de los cazadores portador de un arco y flecha fue por Ax.
—Nos vemos pronto muchacho —dijo Gladio mirando fijamente a Kenneth y con una sorprendente velocidad subió a la nave.
Los demás habitantes de Glaciem trataron de impedir que la nave no despegue pero el gran campo de fuerza que había creado Gladio no los dejó cumplir con su cometido.
El famoso hombre levantó su mano derecha y con aquél gesto hizo que se detuvieran todos.
—Déjenlos...ahora que saben que estoy de vuelta aquí en Glaciem no creo que regresen en un buen tiempo —dijo Federico pero con un tono de voz más relajado y tranquilo.
Kenneth se levantó adolorido sobando la parte posterior de su cabeza, Jack y Arthur fueron a ayudarlo
—¿Estás bien, Kenneth? —le preguntó Arthur mientras lo observaba de pies a cabeza para asegurarse de que no estuviera herido.
—Tranquilo cap... maestro, tranquilos...estoy bien —contestó Kenneth esbozando una sonrisa para que se tranquilizaran—. Ellos no lograron hacerme gran daño y lo único que si me dolió fue la asombrosa ráfaga del señor de allá.
Procedió a sacudir su ropa para sacar el poco hielo que tenía.
Jack se retiró al ver que no se encontraba herido y con apuro fue dónde se encontraba el hombre que acaba de llegar.
—Fue muy asombroso lo que hizo Federico —exclamó Arthur Benner mirando al recién nombrado.
—¿Federico? —interrogó Kenneth debido a que notó que su maestro lo había dicho con normalidad, intuyó que ya lo conocía.
—Sí, Federico, ¿por qué preguntas muchacho?
—¿Usted lo conoce? —continuó interrogándolo.
—Claro que lo conozco y no solo porque sea el líder de ciudad Glaciem sino más bien porque lo conozco desde pequeño y aparte tenía tiempo que no lo veía y ahora está más fuerte que nunca...por lo que pude darme cuenta —Arthur guardó uno de sus dagas en sus bolsillos.
—¿Es el líder de Glaciem? —Kenneth abrió sus ojos con sorpresa mientras Arthur asintió—. No parece...no se ve tan fuerte.
—Silencio Kenneth que ahí viene —anunció el capitán Benner luego Kenneth giraba sutilmente su cabeza para que corroborara que Federico se acercaba acompañado de Jack.
—Hola Arthur, a los años que te veo —exclamó el líder de Glaciem dándole un fuerte apretón de manos y luego un gran abrazo a Arthur.
—A veces así es mejor Federico —contestó Arthur algo reacio—.
Esa actitud sorprendió al mismo Federico ya que su expresión lo delataba.
—¡Es broma amigo! —Arthur sonrió y una vez más se abrazaron.
—¿Y tú qué no me vas a presentar a tu mejor amigo, Jack? —Federico miró a Jack que estaba muy callado.
—¡Perdón Papá! —se disculpó el joven—. Él es Kenneth Cooper de ciudad Cristal.
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