17. Los traidores salen a la luz
—Said crea una capa de metal para protegerlos —dijo Jack en voz alta señalando el área en donde quería que creara la capa metálica—, Yo los distraeré por un momento.
—¿Pero podrás con los robots? —preguntó Said preocupado por su amigo al igual que todos.
—No se preocupen ustedes protejan a nuestra amiga —dijo Jack antes de correr hacia los robots.
El elemental de hielo lanzó de las palmas de sus manos muchos pedazos de hielo de forma triangular hacia el gran grupo de robots que se acercaba a ellos, mientras Drake sostenía entre sus brazos a Aria con ayuda de Esmeralda y en ese mismo instante Said los cubrió.
Una vez dentro del escudo de metal ellos escucharon como muchas balas rebotaban por todo la capa de metal creada por Said.
—¿Estará bien? —preguntó Aria quien se encontraba acostada en el suelo tocándose sus heridas con su brazo sano, ella ya tenía sus dedos manchados de sangre debido al estar tocando sus heridas todo el tiempo para evitar desangrarse.
—No te preocupes por él —dijo Esmeralda acercándose a ella para ayudarla en algo—, Sabe defenderse además de que es inteligente, más bien preocúpate por ti, tu estas más grave
—Esmeralda tiene razón, debemos hacer algo para quitarte las balas de tu cuerpo —comentó Drake mirándola.
Mientras hablaban de repente Jack apareció dentro de la capa de metal con ellos.
—¿Pero cómo llegué aquí? —preguntó Jack sorprendido llamando la atención del resto del equipo de rescate de Kenneth.
—Tan solo estaba tocando el metal para sentir tu presencia cerca y traerte con nosotros para que estés a salvo —contestó Said sonriendo, demostrando que no tan solo era un chico callado y apartado sino que también alguien que se preocupara por sus amigos—. Ya estoy aprendiendo a controlar mi elemento y todo gracias a su apoyo chicos.
Said había proyectado una mano de metal por afuera de la capa creada del mismo material por el para así poder ayudar a Jack y en el momento en que lo tenía agarrado hizo que la densidad de su capa metálica cambiara por un momento haciendo más fácil el traspaso de su amigo.
—¡Me sorprendes Said! —comentó Drake mirándolo con el ceño fruncido.
—No solo a ti Drake también a todos —comentó Aria, quien a pesar de estar adolorida aún seguía sonriendo, al ver como Jack ya estaba seguro dentro de la capa de metal.
—¿Qué haremos para tratar a Aria? —preguntó Esmeralda mientras detenía la sangre que salía de las heridas de su amiga con un trozo de tela de su blusa con mangas largas.
—¿Acaso también sabes algo de primeros auxilios Said? —le preguntó Jack a Said y luego todos rieron.
—No para nada —contestó Said—, Ahí sí de eso no sé, si apenas hoy pude aprender a usar mi elemento de otra manera diferente.
—Ya sé, porque no detienes la hemorragia congelando sus heridas mientras tanto —comentó Esmeralda mirando a Jack, después de todo él era el más indicado para dicha tarea.
—¿Detener el sangrado? —preguntó Jack—. Ah claro es verdad.
Jack actuó de inmediato y con delicadeza para no herir aún más a su amiga. Una vez que terminaron de auxiliar aunque sea ligeramente a Aria, se pusieron a pensar en cómo detener a los robots e ir por Kenneth.
Los robots se acercaban a la capa de metal cada vez más y no dejaban de disparar, mientras pasaban los segundos, la capa de metal se hacía más débil y no estaba resistiendo tantas balas como cuando recién la había creado Said.
—Chicos hagan silencio por un momento —dijo Jack en voz baja.
Todos le hicieron caso.
—¿Qué pasó? —preguntó Drake en voz baja.
—No entiendo —comentó Said de igual manera con voz baja.
—Mientras conversábamos me pude dar cuenta que los robots atacan solo cuando...
—Cuando escuchan algún ruido ¿Verdad Jack? —dijo Esmeralda completando lo que Jack estaba diciendo, puesto que ella también se había dado cuenta de lo mismo.
—¡Exacto! —Jack mostró una sonrisa sincera—. Entonces así mismo debe ser con su visión.
—¿Cómo con su visión? —preguntó Aria quien se encontraba aun acostada con su brazo ya congelado e inmovilizado.
—Si atacan cuando escuchan algún ruido entonces también deben de atacar cuando ven algo —habló Jack, en su rostro podía notarse que tenía un plan en mente.
—Déjame adivinar ¿Tienes un plan verdad? —le preguntó Esmeralda.
—Exacto Esmeralda, al parecer no solo eres belleza sino también inteligencia —comentó Jack mirando fijamente a Esmeralda—. Kenneth no sabe la chica que se está perdiendo
Cuando ella escuchó lo último, se sonrojó con facilidad, sonrió por un momento y luego su cara entristeció debido a que aún no habían rescatado a Kenneth.
Ella bajó la mirada.
—No te preocupes Esmeralda lo salvaremos, tenlo por seguro —dijo Jack alentando a su amiga tocando su hombro con delicadeza.
Esmeralda simplemente levantó su mirada, sonrió para luego asentir con su cabeza y de paso limpiar las lágrimas que de sus ojos tan interesantes y cautivadores caían.
Drake agarró con delicadeza entre sus brazos a Aria y todos los demás adoptaron una pose de combate.
—A la cuenta de tres deshaz el metal así como lo planeamos —dijo Jack en voz baja—. En uno, dos, tres ahora.
La capa de metal se iba desasiendo lentamente y cuando finalmente lo hizo por completo Jack empezó a esparcir humo aplastando el hielo que creaba de las palmas de sus manos, el humo estaba escapando por el enorme hoyo que habían dejado los proyectiles así que el mismo decidió tapar esa parte creando una capa de hielo gruesa.
En su trayecto de cubrir el hueco destrozó muchos robots con su espada de hielo, después de todo el si podía ver en todo el humo, debido a que era creación suya, para nada se le dificultaba algo así, ya tenía cierta experiencia en dicha técnica.
Jack destrozaba a todos los robots usando su espada de hielo, congelándolos y rompiéndolos con enormes martillos de hielo que creaba de sus manos, era el único que estaba peleando contra los robots, los demás estaban quietos y en silencio.
Cuando finalmente logró destrozar a todos los robots, el mismo disipó el humo.
—¡Miren allá están los cazadores! —exclamó Esmeralda mientras señalaba la pared transparente que dividía la zona de entrenamientos con la cabina de manejo de la misma zona.
Inmediatamente ella lanzó varios diamantes puntiagudos hacia la pared, dejándola destrozada en gran medida.
—¡Ya nos vieron! —dijo Shaila—. Ustedes entreténganlos, yo avisaré al jefe y al resto.
Ella a toda prisa salió del cuarto de manejo, mientras que Caleb presionaba unos botones que hacían encender nuevamente las luces pero esta vez las luces tenían algo distinto, ya no brillaban de color azul sino rojo, lo que obviamente significaba para el equipo de rescate más problemas.
Cuando las luces rojas dejaron de prenderse y apagarse tres grandes robots aparecieron, los robots estaban más armados y tenían múltiples piezas más resistentes.
—No puede ser, esto es para entretenernos como dijo la cazadora —comentó algo molesta Esmeralda mientras no dejaba de mirar hacia la cabina de manejo.
—Drake y Said quédense aquí y protejan a Aria, yo sé que ustedes pueden contra esos robots —dijo Jack en tono serio—, Esmeralda y yo iremos avanzando.
—¿Pero si nos derrotan? —preguntó Drake algo atemorizado.
—No Drake, quiero que el Drake de antes vuelva, el que se veía valiente, el que aspiraba a ser uno de los mejores en ciudad Capital —le dijo Jack mirándolo a los ojos.
—Ese Drake valiente solo era una farsa, no era yo, solo me hacia el valiente por agradarle a Ibeth nada mas —contestó con total sinceridad Drake.
—Eso no importa ahora, lo que importa ahora es defender a tu amiga que está herida y sobre todo no dejarte morir por unos estúpidos robots, demuestra de que estas hecho —fue lo último que le dijo Jack antes de marcharse finalmente con Esmeralda.
Drake asintió y se llevó consigo a Aria a una esquina para rodearla con un escudo de aire, Said se juntó a ellos y ambos se prepararon para defenderse de los grandes robots.
—¡No irán a ningún lado! —exclamó Caleb alzando su tono de voz mientras lanzaba varias cuchillas de su Katar.
Las cuchillas quedaron atrapadas en el escudo de hielo que Jack había creado, el nativo de Glaciem contratacó lanzando muchas cuchillas de hielo sin embargo Caleb usando su Katar las cortaba en varias partes, su gran agilidad y rapidez le servía bastante al momento de pelear.
—Ya te ayudo Caleb —Mace agitó su maza para luego lanzar la parte redonda con filos de la misma arma hacia Jack y Esmeralda.
Jack intentó atraparla no obstante su gran mano de hielo se rompió con la fuerza de la maza, así que Esmeralda lo protegió creando una pared de diamantes.
—¡Gracias chica diamante! —le agradeció Jack con una gran sonrisa.
—¡No hay de que! —contestó Esmeralda sonriendo de igual manera.
Caleb y Mace corrían hacia la pared de diamante para poder destrozarla con sus respectivas armas pero cuando estaban a punto de hacerlo la gran pared de diamante desapareció haciéndolos caer al instante boca bajo.
Los creadores de la treta se reían a carcajadas por lo ocurrido.
—¡Malditos niños! —Mace furioso intentó levantarse para evitar que escaparan sus rivales pero no lo consiguió porque una vez más cayó al suelo al ser empujado por una ráfaga de aire creada por Drake.
—¡Alto ahí!—dijo Drake mientras lo halaba hacia el envolviéndolo en una esfera de aire.
—Caleb tu ve por esos dos, yo me encargaré de los acá —gritó Mace mientras que con su gran rapidez y agilidad Caleb empezó a perseguirlos sin ser atrapado por las ráfagas de aire de Drake.
Jack y Esmeralda no dejaban de mirar hacia atrás debido a que no sabían en que momento él podía atacarlos con sus cuchillas.
Caleb empezó a lanzarles un sinnúmero de cuchillas de su Katar, Esmeralda y Jack cerraron las puertas de los pasillos en donde caminaban pero cada vez estas quedaban destrozadas con las cuchillas, así que Jack decidió congelarlas también, esperando que solo ahí las cuchillas perdieran su fuerza y quedarann clavadas en las puertas.
—No crean que se han librado —dijo Caleb en voz baja antes de lanzar un tipo de cuchillas especiales que atravesaban con más facilidad las puertas congeladas.
—¡Jack! —dijo Esmeralda mientras seguían corriendo.
—Dime.
—¿Y el cazador que está de nuestro lado dónde está o quién es? —le preguntó Esmeralda—. Ahora que recuerdo tu hablaste por teléfono con él hace un momento.
—Bueno, pues ya te habrás dando cuenta que no es el de la maza ni el de cuchillas —contestó Jack.
—Imagino que ella tampoco —comentó Esmeralda.
—Exacto, me dijo que estaba con Gladio, y ya sé quién es —dijo Jack antes de congelar una puerta más.
—¡Agáchate! —dijo Jack en voz alta cuando entraron al siguiente pasillo.
Esmeralda reaccionó a tiempo y se agachó como le había dicho Jack, solo así se pudo salvar de quedar decapitada por los Chakrams de Shaila, la muchacha de cabello verde decidió contratacar lanzando muchos diamantes puntiagudos hacia su enemiga.
Shaila los desviaba con sus Chakrams hasta que uno de estas no resistió más y se rompió en muchos pedazos.
—¡Mi arma! —exclamó furiosa Shaila.
Jack congeló el piso para que se resbalara, Shaila utilizó su otro Chrakram, apretó un botón escondido que tenía haciéndolo crecer y así se subió a su arma para volar gracias a ella.
Shaila sonrió al ver como Jack había fracasado y luego su rostro se puso serio cuando miró hacia adelante ya que había visto como Caleb llegaba.
Esmeralda y Jack se preparaban para atacarla sin embargo quedaron inmóviles cuando Caleb les lanzó cuchillas en su ropa para que queden atrapados contra las paredes.
—¡Anda informales, que ya los atrapé! —dijo Caleb sonriendo por haberlos atrapado.
Shaila asintió y siguió su camino.
—Perfecto ahora que los tengo no los dejaré ir —comentó Caleb mientras se acercaba a ellos—, Es mas no los dejaré vivir.
Caleb apuntaba su Katar a sus cuellos lentamente anticipándoles su muerte.
Mientras tanto a Shaila no le tomó mucho tiempo y pudo llegar al laboratorio, tocó varias veces la puerta.
—¿Quién es que nos está interrumpiendo? —preguntó molesto Gladio—. Halberd anda abre la puerta.
El cazador acató las órdenes de su jefe y tan rápido como pudo abrió la metálica y pesada puerta.
—¡Señor, compañeros algo malo está ocurriendo! —Shaila estaba muy agitada.
—¿Qué cosa? —preguntó Gladio volteando a mirarla y dejando los tubos de vidrio en un contenedor.
—¡Los amigos de Kenneth nos han encontrado! —contestó Shaila.
—¿Qué? —preguntó Sagit sorprendido— ¿Es eso cierto?
—¡Claro que lo es! —contestó Shaila—, Mace y Caleb están peleando con ellos en este momento.
—¡No puede ser! —gritó furioso Gladio—. ¿Cómo es posible que nos hayan encontrado, si supuestamente estamos en un lugar aislado? —hizo una breve pausa—. ¡Aquí en la nave hay un traidor!
El miró a los demás cazadores que se encontraban en el lugar, eso incluía a Shaila.
—¿Díganme 1uién de ustedes es el traidor o los traido...? —preguntó Gladio mientras no dejaba de mirar con rabia a Shaila, Halberd y Sagit.
Un ruido cercano interrumpió el momento tenso.
Era el cuerpo de Kenneth que empezaba a moverse, no abrió los ojos pero empezaba a moverse como queriendo liberarse, intentaba hablar y abrir sus ojos pero no podía.
—El efecto de la droga se está desvaneciendo —comentó Halberd.
—Guarda silencio —dijo Gladio molesto—, Nadie hablará hasta que yo lo diga.
El líder de los cazadores creó un campo de fuerza que se adaptara al cuerpo de Kenneth para contenerlo, inmovilizando así su cuerpo.
—Ahora si quiero que el traidor o los traidores salgan a la luz —dijo Gladio, cada vez estaba más enojado que nunca, no dejaba de mirarlos a los tres.
Shaila, Sagit y Halberd se miraron entre sí por unos segundos.
—Ya es hora de dejar de dejar de fingir... ¿No crees Shaila? —dijo Sagit apartándose lentamente de Gladio.
—¿Qué, Shaila tu eres la traidora? —preguntó sorprendido Gladio.
—Sí señor Gladio o más bien una de los traidores... ¿No verdad Sagit? —Ella contestó sonriendo y acto seguido lanzó su Chakram directo a la cara de su líder pero este lo destruyó a tiempo con sus rayos de energía que emergieron de sus manos.
—¡No lo puedo creer, que decepción! —dijo Gladio mirando a Shaila y Sagit que acababan de juntarse en ese momento para atacar Gladio y a Halberd.
Por otro lado Gladio estaba desconcertado al saber que dos de sus más fieles cazadores eran en realidad traidores, se sentía decepcionado, además sabía que era su culpa por elegirlos como parte de su equipo de cazadores sin antes haber investigado un poco más de ellos dos pero ya era muy tarde para la lamentarse.
No tuvo más opción que decidir enfrentarse a ellos, después de todo solo le quedaban dos opciones, la primera era no hacer nada y dejar que lo mataran porque no podía causarles daño a sus cazadores mientras que su segunda opción era defenderse de su ataque pero la más viable era la segunda, por nada del mundo permitiría una traición, si no lo hizo con su esposa Tila muchos menos lo haría con Sagit y Shaila.
—¡Bastardos traicioneros! —gruñó, mientras con furia sostenía su espada. Segundo después la posiciono adelante en modo de defensa, estaba dispuesto a matarlos.
—¡No señor Gladio, no somos traicioneros! —comentó Shaila mirándolo con un rostro que mezclaba la ternura y la tristeza, evidentemente ella quería causar lastima pero con Gladio no lo iba a conseguir.
—Ya basta, no caeré en tus trucos gamberra y deja de llamarme señor —exclamó molesto Gladio antes de lanzarle un rayo de energía con la palma de su mano izquierda que era su mano que no sostenía la espada.
Shaila esquivó el rayo con facilidad agachándose.
—Tiene razón —dijo Sagit a favor de su exjefe—, No perdamos el tiempo, acabemos con estos y vámonos ya de aquí.
En el rostro de Sagit se notaba su claro fastidio por el ambiente que se estaba formando, quería dejar de hablar para empezar a realizar su verdadera misión.
—¿Cómo te atreves a decir que si soy una gamberra? —preguntó molesta Shaila—. Creí que al ser mi pareja me apoyarías.
Ella demostró su descontento con su Sagit, su pareja ya de algunos años atrás.
—No me refería a eso, me refería a que no le digamos más señor, nunca lo fue, debemos matarlo y seguir con el resto del plan —dijo Sagit con mirada seria.
El la miró de una forma en particular, primero la empezó a mirar con enojo y seriedad pero luego su rostro y sus expresiones se volvieron levemente coquetas, aunque ninguno de los presentes lo notó, la unica que si lo hizo fue su pareja Shaila después de convivir por varios años ambos se conocían muy bien.
Las miradas entre Sagit y Shaila fueron interrumpidas por Halberd, quien había lanzado su alabarda con gran fuerza hacia Sagit para matarlo.
En un rápido movimiento el arquero había usado el dorso de su arma para abalanzar hacia el techo del laboratorio la alabarda. El ruido que el arma incrustada en el techo ocasionó se escuchó por todo el laboratorio, además de que varias astillas y pedazos de madera caían al suelo.
—¡Oh Halby! Estás mal en tus decisiones —comentó Sagit mirando fijamente a los ojos de Halberd.
—¡Si Halberd únetenos! —exclamó emocionada Shaila levantando sus brazos al mismo tiempo—. Habrá galletitas, no es cierto pero únetenos.
Ella se reía pero dejó de hacerlo cuando Sagit hizo un gesto con su cabeza.
Al contrario de ellos dos, Halberd no emitía ninguna palabra, solamente se limitaba a escucharlo y observarlos.
—Halberd está de mi lado —dijo Gladio uniéndose a la conversación—. Él no me traicionaría y no se uniría a ustedes.
Halberd bajo levemente su mirada y sonrió en silencio moviendo su cabeza de izquierda a derecha.
—Tiene razón señor Gladio no me uniría a ellos —dijo Halberd presionando un botón de sus guantes hizo que su alabarda se desprendiera del techo de madera y regresara a su mano, la misma mano en que se encontraba su guante con el botón especial.
—Si ven se los di... —comentó Gladio feliz de creer que al menos Halberd le era fiel, pero su alegría se desvaneció cuando la alabarda le fue lanzada por el mismo Halberd.
El arma le cortó varios mechones de su pelo, el rostro de Gladio lo decía todo, era una mezcla de sorpresa y enojo a la vez.
—Pero contigo tampoco —dijo Halberd al final de su último movimiento.
Drake junto con Said estaban peleando contra los tres grandes robots.
El elemental de aire les lanzaba muchas ráfagas de aire para empujarlos o destrozar varias de sus partes pero los robots nuevamente se volvían a armar. Cuando con sus ráfagas lograba quitar un brazo o una pierna, estas extremidades robóticas se elevaban en el aire y se dirigían a sus lugares correspondientes y se ensamblaban con rapidez mientras que Said los empujaba ayudándose con su control del metal, no podía hacer más porque no sabía muy bien cómo usar todo el potencial de su poder elemental.
Los robots entre tantos empujones ya sean por Said o por las ráfagas de aire de Drake decidieron dejar de atacar con sus extremidades superiores e inferiores, más bien decidieron atacar disparándoles.
Said se asustó por un momento y rápidamente pensó en cubrirse creando una capa de metal, adicional a eso creó otra capa para proteger a Drake.
—No creo resistir mucho, sus balas son más fuertes que las de los robots pequeños —exclamó Said un poco angustiado.
—No sé si debo decir esto porque no soy el más indicado, pero no debemos dejar que nuestros miedos nos ganen —dijo Drake tratando de animar a Said.
—Pero es que no sé —gritó Said con furia—, No puedo, ellos son más fuertes.
—Tengo una idea —Drake se acercó a Said—. Apártate un poco y controla desde lejos la capa.
—¿Para qué?
—Solo hazlo —sentenció Drake.
Said al ver la seriedad de su amigo Drake decidió hacerle caso y se apartó un poco de la capa de metal, se hizo para atrás mientras que con un poco de esfuerzo la mantenía antes de que quedara destrozada por completo.
Una vez que Said se apartó lo suficiente, Drake se colocó en el centro de la capa, juntó las palmas de sus manos para concentrar una gran cantidad de aire y así poder lanzar una súper ráfaga de aire.
Estuvo concentrando aire durante cuarenta y tres segundos hasta que decidió finalmente lanzar su súper ráfaga hacia la capa metálica logrando empujar y enviar a grandes metros atrás a los tres robots.
Para su suerte Drake había logrado destrozar uno de los tres grandes robots debido a que los otros dos cayeron sobre él, dejándolo completamente hecho añicos.
—¡Bien logramos acabar con uno! —exclamó de alegría Drake saltando levemente y con su brazo izquierdo elevado.
—No cantes victoria aun —anunció Mace antes de lanzarle su maza a Drake.
Said logró detenerla en el aire al estar ya muy cerca del rostro de su amigo luego la regresó hacia Mace pero el cazador contraatacó con otra maza muy similar.
—¡No me dejaré vencer por ustedes! —Mace apretó un botón de cada uno de sus guantes para que las mazas regresen con él.
Luego apretó un botón que tenía en el pecho de su ropa, en la región del tórax.
Inmediatamente todo su cuerpo se estaba cubriendo de metal y poco a poco iba adoptando la forma de una armadura.
—¡Oh no! —exclamó asustado Drake.
Los dos robots restantes se levantaron y se unieron a Mace.
—¿Qué haremos? —preguntó Aria mientras seguía protegida con el circulo de aire que Drake había hecho.
Ella se acomodó y se sentó de forma correcta para poder defenderse si en algún momento le tocaba o también para defender a sus amigos si se encontraban en problemas, aun estando herida quería hacerlo después de todo no pensaba dejar morir a sus amigos.
—No te preocupes Aria nosotros nos encargaremos —Said trató de levantar todos los pedazos de los primeros robots que había derrotado Jack.
Los lanzó hacia sus enemigos que cada vez estaban más cerca de ellos dispuestos a matarlos.
El intento de Said fue inútil puesto que los dos robots se defendieron con grandes espadas que sacaron de los compartimientos de sus extremidades inferiores.
—¿De dónde sacan tantas cosas? —preguntó Drake al ver que el ataque de su amigo Said había sido completamente inútil, incluso él pensó que lo lograría, pero no contó con las espadas de los robots.
—¡Mejor ríndanse y acepten su destino que es morir! —dijo Mace mientras ya portaba su armadura, su voz se escuchaba un poco distorsionada por la misma—. No los queremos a ustedes, solo a Kenneth.
—¡No tendrán a Kenneth malditos! —gritó Drake lanzando una ráfaga de aire tan fuerte que hizo que todo los presentes salieran volando y con ello golpeados contra la pared o con los diversos objetos que en el cuarto de entrenamiento se encontraban, a excepción de Aria que no quedó tan golpeada debido a que estaba protegida en el centro de la esfera de aire además de que ella con su propio esfuerzo logró crear otra esfera de aire sobre la ya creada con anterioridad.
—¡Eso fue sorprendente! —pronunció Said al ver lo increíble que había hecho su amigo—. Pero debemos hacer algo rápido, ellos regresaran una vez más.
—Eso me dejó un poco agotado —dijo Drake con su voz entrecortada mientras sus piernas temblaron por un momento hasta que cayó arrodillado.
Said fue a ayudarlo al verlo así.
—¿Estas bien? —preguntó Said preocupado por su amigo.
—Si no te preocupes por mí —contestó Drake—, Lo que debe preocuparte son ellos, debes hacer algo para detenerlos, yo ya estoy cansado.
—¿Pero qué puedo hacer? —preguntó con miedo Said—. No se me ocurre nada.
Said estaba más angustiado que nunca.
—¡Tú sabrás que hacer! —fue lo último que dijo Drake antes de quedarse desmayado.
—¡Drake! —repetía una y otra vez Said—. ¡Despierta no sé qué hacer!
—¡Usa tu elemento! —gritó desde un rincón Aria.
—Usar mi elemento, eso es lo que casi no sé —dijo Said antes de levantarse después de dejar a su amigo tirado en el suelo.
Said se dirigió hacia los robots que estaban en suelo desplomados.
—Usar mi elemento, usar mi elemento, usar mi elemento —el repetía una y otra vez mientras se acercaba cada vez más a los robots.
—¡Ya sé! —dijo Said, en su rostro se notaba que tenía una idea en mente.
Estiró sus brazos y los posicionó hacia el frente para luego empezar a atraer hacia el a los robots, tuvo que usar mucha fuerza para conseguirlo puesto que mientras atraía cada parte robótica las iba moldeando hasta formar una esfera de metal.
Said sudaba, sus manos le temblaban mientras extraía todas las partes de los robots y las unía a la esfera de metal que estaba creando, luego de mucho esfuerzo de su parte finalmente logró, dejando una gran esfera de metal.
—¿Y el sujeto de la maza? —preguntó Aria desde su rincón mientras se agarraba su hombro y observaba todo el cuarto porque no lograba encontrar a Mace en ningún lado.
—¡Ni idea! —contestó Said antes de dejar caer la esfera de metal al suelo.
Cuando por fin cayó la esfera se pudo dar cuenta que de ella salía mucha sangre, él se acercó a la esfera y fue ahí cuando descubrió lo que pasó con Mace, al ver como un dedo todo roto y ensangrentado caía de la esfera.
Al estar atrayendo todo el metal para formar la esfera no se dio cuenta que había atraído a Mace por su armadura y lo había matado aplastándolo.
—Creo que ya sé que pasó con el... —fue lo que dijo Said cuando cogió el dedo su contrincante caído.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top