15. El gran cambio de Karl
El pelirrojo movía sus manos para extraer la arena del suelo de la playa y elevarla para así atacar a su rival envolviéndolo con esta, sin embargo, no lograba su cometido debido a que el líder de los Rez lanzaba rayos de su lanza a la arena que llegaba hacia él.
Al ver eso Karl tuvo que extraer más arena, pensó que si juntaba más arena lograría atraparlo, algo que tampoco funcionó porque el líder de los Rez lanzaba rayos aún más fuertes de la lanza como medida contra la arena que aumentaba su cantidad.
Karl no se rindió así que decidió crear grandes manos de arena que aparecían debajo de su rival, el líder de los Rez no era alguien tan fácil de golpear o atrapar por su gran velocidad que era considerable y era levemente superior a un humano normal.
Más y más manos de arena emergían del suelo para atraparlo, pero las esquivaba fácilmente, hasta que por un momento las manos de arena desaparecieron y con eso el líder de los Rez se detuvo.
—¿Qué pasó niño te cansaste? —preguntó elevando una de sus cejas mientras no dejaba de apuntarlo con su lanza.
—No feo, al contrario esto recién comienza —Karl sonrió levemente.
—Deja de decirme feo, no me llamo feo, ni soy feo, me llamo Nachs —exclamó el líder de los Rez.
—¿Y por qué me dices tú nombre que está tan feo como tú? —respondió Karl con una pregunta.
—Yo acostumbro decirle mi nombre a todo aquel que pienso matar para que sepa quién lo mató y no se le olvide mi nombre aun después de su muerte—contestó Nachs.
—¡Pues creo que no pasará lo mismo esta vez! —comentó Karl antes de que la arena sobre la que estaba parado Nachs empezara a moverse basta que desde ese mismo sitio dos manos de arena de gran tamaño emergieron para atraparlo.
Nachs lanzó un fuerte rayo al suelo para impulsarse hacia arriba librándose así de las grandes manos de arena, no obstante Karl no se rindió y creó más manos de arenas de las manos de arenas ya creadas y solo así finalmente con cuatro de sus manos pudo atrapar a Nachs, y una vez que lo tenía unió sus cuatro manos para dejar solamente dos con más capacidad de retener a su enemigo.
Nachs se zafó rápidamente lanzando un fuerte y veloz rayo de su bastón cortando las manos de arena en dos mitades, los grandes dedos de las manos cayeron al suelo y se desplomaron rápidamente.
—¿Creíste que me retendrías con eso? —preguntó Nachs quien permanecía de pie con una pose que lo hacía ver alguien rudo sobre el pilar de arena que habían dejado las manos de arena.
—Eso no me detendrá niño tonto —exclamó Nachs antes de lanzarle un rayo desde su posición.
Karl reaccionó a tiempo y creó un clon suyo de arena, el rayo impactó directo al clon, el joven de cabello rojo emergió de la arena unos metros más atrás.
—Eres rápido para no morir —dijo Nachs al ver que no pudo acabar con su contrincante. Cuando terminó de hablar se percató que Asoka estaba empezando a moverse.
—Si no puedo matarte primero, entonces mataré a tu amiga —gritó Nachs con vos fuerte antes de lanzar un rayo en dirección a la herida Asoka.
—¡No! —comentó Karl en secó, mientras su rostro denotó preocupación y por unos segundos se quedó en blanco, hasta que decidió actuar porque sabía que Asoka no soportaría otro impacto más.
El pelirrojo salvó a su amiga casi dos segundos antes de que el rayo la impactara y todo gracias a que al estar en una isla con mucha arena Karl tenía la ventaja de controlar prácticamente toda la isla y fue así como salvó a su amiga, haciendo que la arena sobre la cual estaba Asoka la tragara completamente para luego hacerla aparecer cerca de él.
Sin duda alguna ese acto era uno de los más nobles que había logrado hacer en su vida. sabía que tenía que vivir para contarlo porque antes de conocer a sus amigos a él no le importaba nadie más que así mismo y con su acto se notó que un gran cambio ocurrió en él, un cambio no físico sino un cambio de mentalidad.
Nachs creído y confiado de que había achicharrado a su rival con el rayo y con la ayuda del humo que había causado por el mismo rayo, no se tomó la molestia de revisar y confirmar si realmente había acabado con Asoka.
Mientras tanto Karl se había movilizado junto con una Asoka aún muy herida a otro lado de la isla.
—¿Puedes distraerlo por un momento? —dijo ella intentando levantarse, con su estado eso se le dificultó.
—No intentes moverte mucho, ese rayo aun te tiene adolorida —enunció Karl notablemente preocupado por su amiga. Ella se sintió rara al escuchar aquellas palabras.
—No te preocupes pelirrojo yo soy una nativa de ciudad Aqua no moriré tan fácil —dijo Asoka con normalidad y sin quejarse sobre sus heridas para que Karl se diera cuenta que ya no estaba tan grave.
—Está bien te creo.
—¡Qué bueno! —Asoka disminuyó su tono de voz—. Ahora espérame aquí y cuando te descubra distráelo que ya regresó.
—¿A dónde vas? —preguntó intrigado Karl mientras no la dejaba de mirar.
—No sé si sepas esto que te voy a decir pero para los Aquarianos el agua es esencial en muchos sentidos... —contestó Asoka mientras se marchaba ante la mirada de Karl que la seguía hasta cuando ella se lanzó al mar.
—¿Esencial? —preguntó Karl frunciendo el ceño.
—¿Pero y los tiburones? —gritó Karl preocupado. Su grito llamó la atención de Nachs que rápido corrió hacia la orilla. Desde ahí miraba el mar, pero no se lanzaba porque no sabía nadar.
Se asustó cuando de la nada un tiburón saltó del mar hasta caer en la arena. Del susto Karl quedó sentado sobre la arena y desde su posición pudo observar que el tiburón ya estaba muerto y en una parte de aleta estaba escrita una "A" con sangre.
Sonrió porque entendió que Asoka podía acabar con los tiburones y no tenía que preocuparse.
Mientras tanto Nachs por el grito de Karl y por el tiburón que salió del mar se alertó, fue inmediatamente a revisar si había matado a su rival, se llevó una mala sorpresa al ver que el cuerpo de Asoka no estaba y decidió ir por Karl a toda velocidad.
—¿Qué hiciste niño? —gritó enfurecido Nachs mientras se dirigía hacia Karl.
Al mismo instante en que gritó le lanzó un gran rayo de su bastón.
Karl esquivó el rayo movilizándose con su arena a otro sitio de la isla.
—¿En dónde está tu amiga? —preguntó Nachs antes de lanzarle más y más rayos de su bastón cuando se dio cuenta a donde se había movilizado.
—¡Yo que sé, por ahí ha de estar! —Karl controló la arena para convertirla en un gran martillo que velozmente le lanzó al líder de los Rez, este destrozó en un santiamén el martillo de arena.
—No te hagas el chistoso niño, ríndete de una vez y dime donde está tu amiga para matarlos a los dos inmediatamente —Nachs movió su bastón de un lado a otro mientras hablaba.
El pelirrojo no sabía qué hacer, se estaba quedando sin ideas, sabía que sus manos y sus armas creadas por arena no serían suficientes ante tal enemigo, la unica opción viable que le quedaba era crear el gigante de arena pero sabía que eso lo haría cansar rápidamente al usar mucho energía, además que sería algo riesgoso para él cuando no había pasado mucho tiempo del anterior. Pensaba usar una nueva habilidad que podía hacer aprovechando la isla repleta de arena sin embargo, estaba indeciso debido a que al ser una nueva técnica aún no había practicado y no sabía cómo resultaría así que desistió y solo intentaba esquivar los múltiples ataques de Nachs.
—No lo diré una vez más —anunció Nachs—. Dime ¿Dónde está tu amiga?
Una vez más Nachs lanzó un rayo que indudablemente Karl esquivó como hizo con los anteriores, luego el líder de los Rez lanzó un rayo hacia atrás para impulsarse y llegar más rápido hacia su rival de pelo rojizo.
Karl no sabía cómo actuar al tener a Nachs tan cerca repentinamente, el líder de los Rez estaba apuntando hacia el cuello del pelirrojo para matarlo de un solo, al estar casi cerca de hacerlo algo lo tomó de la cintura y lo arrastró hacia atrás hasta hacerlo golpearse con una roca y varias palmeras.
—Pero... —fue lo único que alcanzó a decir Nachs antes de golpearse.
—Hey pelirrojo mi deuda hacia ti ya está pagada —exclamó Asoka llena de energía y fuerza tan repentinamente.
Se notaba renovaba y como si nunca le hubiera pasado nada debido a que sus heridas habían sido sanadas.
Asoka se acercó a su amigo que aún no salía del asombro y lo ayudo a levantarse.
—¿Cómo? —preguntó Karl corto de palabras por el espectacular regreso de su amiga.
—Te dije que el agua es esencial para nosotros los Aquarianos y parte de esa esencia o esa función radica en que nos volvemos más fuertes, imponentes y poderosos al tener contacto directo con el agua y más si con el agua salada —contestó Asoka sonriente—, Ya no soy la misma de hace cuatro meses, en todo este tiempo no solo Kenneth y tú se encargaron de aumentar sus habilidades sino yo también y te aseguro que el resto también hizo lo mismo, así que vamos, la pelea aún no termina y demostremos nuestra superación.
Las palabras de Asoka inspiraron al pelirrojo que solamente asintió, decidieron ir con todo a derrotar a Nachs, el líder de los Rez.
Kate ya había desatado por completo a su hermano además de que Nate se había quitado todo los restos de la masa pegajosa con una aspiradora que había creado usando su tecnopatía.
Ellos se dirigieron al edificio en donde se llevó acabo la reunión para hablar sobre el secuestro de Kenneth y el rescate del pergamino.
—¿Por qué hay dos tablas de surf? —Kate señaló los objetos mencionados.
—Porque yo también iré contigo —contestó rápidamente Nate.
—¿También iras? —preguntó Kate sorprendida.
—¡Claro que sí! —Nate se mostró serio—. ¿Acaso crees que te dejaré ir sola a rescatar a tu noviecito de esos cazadores?
—¡Pues si! —contestó en voz baja Kate.
—No puedo hacerlo, nuestro padre me mataría si algo te pasa —Nate arrugó el entrecejo—, Además a pesar de que a veces eres un poco detestable a fin de todo eres mi hermanita menor y si te quiero.
Kate se quedó callada.
—Espero que no le cuentes a nadie más lo que te dije —comentó Nate mirándola fijamente.
—¿Tú que crees? —contestó con una pregunta Kate sonriendo al saber que su hermano si sentía aprecio por ella.
Después de caminar por algunos minutos finalmente llegaron al cuarto y entraron de un solo al percatarse que ya no estaba nadie en él.
—¡Ahora hazlo! —exclamó Kate apurada.
—Ya espérate un momento —Nate la miró fijamente.
—Lo siento es que estoy algo angustiada por Kenneth.
Mientras estaba de pie Nate se quedó inmóvil por un momento mirando fijamente a una de las cámaras del cuarto y unos segundos después sus ojos se tornaron verdes y bastantes letras, signos y números se proyectaban en sus ojos.
Kate al ver eso se posicionó frente a él y le pasó la palma de su mano derecha abierta de arriba abajo, el espectra no dejaba de parpadear a cada segundo.
—Esto parece un exorcismo o algo así —comentó para sí misma y ella sola se rio de su chiste.
Después de unos segundos los ojos de Nate volvieron a su estado normal.
—¿Qué pasó, dijeron a donde se lo llevaron? —preguntó con rapidez Kate mientras sostenía ambos hombros de su hermano con sus brazos.
—Sí, si ya sé a dónde se lo llevaron.
—¿Qué te pasa? —preguntó Kate al ver a su hermano más serio de lo normal.
—¿Qué me pasa de qué? —preguntó con una pregunta Nate.
—No sé, te veo raro después de que volviste a la normalidad.
—Es que no solo me enteré del lugar a donde tienen a Kenneth si no de otra cosa más —contestó con seriedad Ney—. Una cosa muy importante para él.
—¿Qué cosa? —preguntó Kate cada vez más intrigada con lo que le decía su hermano.
—Ya te digo en el camino, ahora quieres ir a rescatar a tu novio ¿No?
Kate asintió decidida.
Antes de que se marcharan Nate juntó las tablas de surf, las señaló con su mano derecha y de esa misma mano un extraño rayo verde emergió hasta llegar a ambas tablas.
—¿Qué hiciste ahora? —preguntó Kate antes subirse a su tabla de surf que levitaba en el aire.
—Le pase las coordenadas del lugar a donde está Kenneth a las tablas para que nos lleven directamente allá —Nate estaba de brazos cruzados sintiéndose inteligente y todo un experto en tecnología.
Una vez que se subieron a sus respectivas tablas de surf se marcharon de inmediato.
—¡Ahora si mi Ken voy por ti! —dijo Kate ansiosa por rescatarlo mientras volaba en su tabla de surf.
En el globo aerostático el líder de los cazadores, Gladio se dirigía hacia el laboratorio, iba leyendo cada uno de sus tres libros para instruirse antes de realizar el experimento o al menos poder instruirse en cierta parte acerca de lo que iba a realizar aquella actividad que implicaba a Kenneth, Ax y otro cuerpo de una persona muy allegada a él.
Las hojas de los libros las pasaba muy rápido ya que no tenía tiempo que perder debido a que quería realizar el experimento lo más antes posible, leía con rapidez aunque no de manera detenida debido a la velocidad en que pasaban las hojas aunque para él ya era algo trivial puesto que ya había leído con anterioridad y lo único que hacia es dar un breve repaso.
Cuando finalmente llegó al laboratorio pudo percatarse que Sagit guardaba de manera rápida y muy precavida un celular en uno de sus bolsillos traseros de su pantalón.
—¿Un celular? —preguntó Gladio deteniéndose en la puerta del laboratorio mirando fijamente a Sagit, sus movimientos le parecieron extraños y misteriosos.
—Sí, es mío señor —contestó Sagit con total seriedad con su mano derecha hacia atrás introduciendo por completo su celular en el bolsillo de su pantalón—. ¿Qué tiene?
—No sé, dímelo tu —Gladio se acercó hacia él de forma lenta, se estaba poniendo molesto al pensar que uno de sus hombres, uno de sus cazadores podría ser un traidor.
Además que odiaba profundamente a los traidores, cada persona que lo llegaba a traicionar, los mataba de las formas más crueles posibles. Debido a una serie de acontecimientos del pasado Gladio se había vuelto más frio de corazón, esa era una de las razones por las que no soportaba la traición, aunque el claramente aún no había contado la historia verdadera a su equipo, solamente habían sido mencionadas ciertas palabras fugazmente.
Sagit frunció el ceño, no entendía que trataba de decirle su líder.
Se quedó en silencio por un momento.
—¿Acaso está desconfiando de mí? —Sagit se mostró muy serio mientras ambos estaban de frente.
—Lo siento Sagit pero al verte guardar tu celular de forma extraña, como guardando antes de que alguien te observara, me hace dudar si realmente me eres fiel como lo dices o como pareces serlo —dijo Gladio dejando sus libros en la gran mesa plateada cerca de los zapatos algo desgastados de Kenneth.
—Si me imagino que así de ser señor, lo entiendo —comentó Sagit manteniendo su seriedad todo el tiempo, al notarse seguro demostraba que no mentía o al menos eso quería hacerle creer a Gladio—, Pero si quiere puede revisar mi celular, no tengo ningún problema en que lo haga, el único miedo que puedo tener al que revise mi celular es que lea mi historial completo de internet.
A Gladio no le causó nada de gracia el chiste que Sagit le había dicho, su rostro no cambió de expresión en lo absoluto.
—Perfecto déjame... —dijo Gladio secamente no obstante en ese momento su conversación con Sagit fue interrumpida por Halberd que acaba de llegar al laboratorio.
—Perdón por el retraso pero ya traje todos los materiales que faltaban —comentó Halberd, rapido se percató que el ambiente estaba un poco extraño.
—¿Qué pasó? —preguntó intrigado Halberd mirando rápidamente al cuerpo de Kenneth—. ¿Se murió Kenneth?
Al mirar el pecho del joven muchacho notó que aun respiraba.
—No —negó Sagit—. ¿Cómo crees Halby?
Gladio se apartó un poco de Sagit para acercarse más a Kenneth y a Halberd.
—No Halberd, Kenneth no se puede morir aun —Gladio miró a Kenneth de pies a cabeza—, Además los golpes que le hicieron pudieron afectarle gravemente pero me he dado cuenta que su resistencia es un tanto extraña al parecer resiste más que una persona normal. De hecho podría afirmar que él no es una persona normal, el control de sus tres elementos lo confirman porque no siempre se encuentran personas con tales habilidades.
—Tiene razón, quizás él sea un alienígena o algo parecido.
—No Halberd no creo eso —contestó Gladio riéndose esta vez.
—¿O quizás es un espectra? —preguntó Sagit haciendo que Halberd y Gladio se quedaran en silencio por un momento.
—No creo, sería un sujeto con mucha suerte de serlo pero es imposible podría ser más un alienígena que un espectra —contestó Gladio.
—Tiene razón señor Gladio yo no creo que sea eso —Halberd dejó todos los materiales sobre una gran mesa plateada—, Sería aún más fuerte de ser así el caso pero por lo visto cuando me enfrenté a él, parecía fuerte y me dio batalla, aunque no lo suficiente, me hubiera pulverizado de ser así y yo no estaría hablando aquí con ustedes.
—Ya esta conversación se desvió mucho, es hora de que el experimento comience —anunció Gladio cogiendo dos de los materiales y luego se acercó al otro cuerpo para quitarle el trapo que lo cubría.
Gladio se quedó mirando con gran tristeza a la persona que yacía ahí sin moverse, Sagit y Halberd se miraron desentendidos al ver lo que estaba pasando con su lider y decidieron no decir nada por el momento.
—No te preocupes hijo mío, hoy te devolveré a la vida —le decía Gladio al oído de su hijo que estaba en coma mientras unas cuantas lagrimas caían de sus ojos hasta su cuello—. Demostraré que puedo sanarte y todos gracias a Kenneth.
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