14. Alas de Fuego
Tanto el capitán Benner como Kenneth se pusieron en alerta, ambos miraban por todos lados preparados por si alguien los llegara a atacar, además en ese lugar no había ningún árbol, era más fácil ser vistos por algún enemigo.
—Atento Kenneth...siento que alguien se acerca —dijo el capitán Arthur mirando a todos los lados creando un rayo de su mano derecha—. O más bien ya está aquí.
De forma repentina ambos escucharon un estruendo que hizo que se levantara un poco el polvo del suelo, al disiparse el polvo se pudo notar la sombra de una persona que no estaba tan lejos de ellos, esa persona era un hombre de tez blanca casi llegando a ser pálido, un poco alto, con una camisa mangas largas blanca y un pantalón negro que le quedaba algo grande, al ver al hombre desconocido el capitán Arthur desvaneció el rayo de su mano para evitar peleas.
—¿Quiénes son ustedes? —les preguntó con total seriedad el hombre que no aparentaba tener más de veinte años.
Los miró de pies a cabeza con una expresión extraña, parecía como si los juzgara a pesar de que no los conociera.
Arthur caminó hacia adelante de forma lenta.
—Yo soy el capitán Benner y él es Kenneth Cooper —respondió Arthur pausadamente para evitar un combate entre los tres.
—Vaya, ¿qué tenemos aquí? —preguntó mirándolos de pies a cabeza una y otra vez— Ustedes parecen ser elementales.
El frunció el ceño mientras no dejaba de observar sus movimientos.
—Sí, lo somos y hemos venido aqu.... —respondió el capitán Benner pero fue interrumpido por el muchacho de ciudad Espectra.
—Así que si son elementales... —enunció él espectra interrumpiendo al capitán Benner mientras se acercaba a ellos de forma sigilosa claramente con la intención de pelear, después de todo los elementales y los espectras no se llevaban muy bien debido a viejas rencillas del pasado, su rivalidad tenía una amplia trayectoria—. ¡Entonces tendrán que morir!
El espectra empezó a atacar primero, Kenneth fue su primer objetivo, intentó darle varios puñetazos, pero no eran simples puñetazos a lo loco en varias ocasiones sus movimientos parecían coordinados y muy bien ensayados tanto así que para Kenneth eran muy difíciles esquivarlos porque su enemigo resultó ser muy ágil.
—¡Kenneth no peles con él! —exclamó Arthur con tono fuerte.
—¡Cállate viejo! —gritó el espectra mirándolo fugazmente, sacó una especie de bomba pequeña de uno de los bolsillos de su pantalón que luego lanzó directo al capitán Benner.
Arthur se tele transportó a otro lado pero la bomba que tenía forma triangular lo seguía a todos lados, no tuvo más remedio que continuar tele transportándose por varias zonas de la cima de la montaña.
El joven espectra continuó atacando con sus puñetazos a Kenneth, que ya no podía simplemente esquivarlos así que decidió contrarrestar con lo mismo, sus puños chocaban a cada momento, ni uno ni otro dejaba golpearse otra parte del cuerpo que no sean sus puños.
El espectra aprovechó un punto ciego en donde Kenneth no se protegió adecuadamente y por ende le dio una patada que lo lanzó hacia una gran roca y por lo tanto Kenneth se golpeó muy fuerte la espalda, tan fuerte que empezó a sangrar.
El capitán Benner se tele transportó atrás de la bomba para luego encerrarla en una especie de jaula eléctrica circular, con movimientos de sus manos encogió la jaula hasta que la bomba explotó sin causar daño a alguien.
Una vez que derrotó a Kenneth el joven de cabello largo corrió hacia Arthur para atacarlo también, el capitán Benner tan solo se limitaba a esquivar los golpes de su atacante porque sabía que sería peor si lo atacaba, su plan no iba a funcionar.
—¿Por qué esquivas mis golpes y no peleas? —preguntó el espectra al ver como no se defendía el capitán Arthur—. ¿O es qué ya sabes que vas a perder contra mí?
El trataba de incitarlo a luchar, no quería derrotarlo sin que su oponente no diera algo de pelea, quería que el capitán combatiera para poder ver sus movimientos y ganarle limpiamente.
—¡No! —dijo Arthur de forma tajante—. No caeré en tus jueguitos niño.
El capitán se apartó un poco de él, solo eso le tocaba hacer, mientras menos peleara mejor sería para él formar la alianza con los espectras.
—¡Yo creo que sí! —dijo el espectra mofándose de él. Usó sus piernas para intentar golpear con fuertes patadas.
—Ya sé...mejor te noquearé... —dijo en voz baja el capitán Arthur mientras que de a poco empezaba a defenderse aunque en vez de esquivar más bien recibía los puñetazos con sus palmas de las manos y al mismo tiempo apretaba las manos del espectra hasta que logró hacerlo girar para luego empujarlo no tan fuerte hacia el frente sin embargo el espectra no desistió así que por lo tanto Arthur no tuvo más opción que tener noquearlo de verdad.
El capitán Benner movió su mano derecha de arriba abajo, con cada segundo que pasaba se podía observar un destello azul en su mano hasta que trató de tocarle la cabeza con su mano, pero su contrincante no se dejaba.
El espectra agarró la mano derecha del capitán con la misma mano y con la izquierda le dio una palmada en el pecho del capitán Benner la cual hizo que retrocediera un poco debido a ese movimiento que fue un tanto extraño.
Arthur vio fugazmente como una extraña figura en la palma del joven espectra había aparecido y desaparecido en un santiamén.
El capitán cayó al suelo bocarriba.
—¿Qué? —preguntó el capitán Benner mientras no dejaba de mirar su cuerpo, sabía que algo raro le pasaba se sentía diferente en cierto modo—. ¿Qué me hiciste?
—Te despojé de tus habilidades o más bien de tu elemento —contestó alegre el espectra mirándolo con una sonrisa de victoria. Su basto entrenamiento le había ayudado a ganar experiencia, sus técnicas lo volvían alguien fuerte en un combate cuerpo a cuerpo.
—¿Cómo me quitaste mi elemento? —lo interrogó el capitán Benner muy desconcertado.
—Sí, pero no te preocupes que no es para siempre —mencionó el espectra de cabello largo—. Eso es lo malo de mi poder.
El joven espectra creía haber ganado sus dos combates pero Kenneth se levantó un poco dolorido y velozmente se dirigía al espectra mientras creaba bolas de agua de las palmas de sus manos.
—Controlar el agua no te servirá para ganarme —anunciaba el espectra seguro de sí mismo.
—¡Eso es lo que tú crees! —respondió Kenneth antes de lanzarle las esferas de agua, de las cuales el espectra solo alcanzó a esquivar una porque con la otra no pudo y esa lo impactó tumbándolo al suelo.
—¡No me subestimes, no soy tan débil como aparento! —exclamó Kenneth mirándolo a su rival que yacía en el suelo. Pensó que lo había derrotado, pero no fue así debido a que le agarró el pie izquierdo con fuerza, Kenneth rápidamente sintió un impacto algo extraño en esa zona.
El espectra aprovechó el momento para ponerse de pie nuevamente.
—Te acabo de despojar de tu elemento también —manifestó el muchacho de tez blanca contento con lo que había logrado. Cuando terminó de hablar se escucharon varias pisadas muy cerca del lugar en donde estaba.
Kenneth pudo notar que eran muchos guerreros de ciudad Espectra, los pudo distinguir porque todos usaban armaduras de color rojo vinoso y portaban como armas una especie de lanzas electrificadas.
—¡Ya estamos aquí como nos ordenó, señor Nate! —dijo uno de los guerreros quitándose el casco y luego rápidamente se lo colocó de nuevo.
—¡Ahora si ya les ganamos, será mejor que se rindan de una vez por todas! —anunció el espectra que bloqueaba poderes.
Uno de los guerreros sostuvo su arma y acto seguido apuntó a Kenneth. .
—¡Kenneth agáchate! —gritó el capitán Benner algo desesperado una vez que se sentó.
—¡No tan rápido! —el espectra llamado Nate se acercó al capitán Benner para darle una fuerte patada en la cabeza—. No te dejaré usar esa pistola que tienes escondida atrás de tu pantalón.
—¿Cómo sabes que tengo una pistola? —preguntó el capitán Benner muy asombrado, el espectra sabia como sorprender definitivamente con sus habilidades, le encantaba que lo vieran como un rival difícil de vencer, le gustaba sentirse poderoso.
—¡Fácil! —sonrió victorioso—. Ese es otro de mis poderes, puedo ver a través de las cosas, se podría decir que es similar a los rayos equis. Le explicó el espectra, el respondía con sinceridad como si sabía lo que le iban a preguntar, era como si ya tenía ensayado o preparado lo que iba a responder, pero era porque ya había pasado por eso tantas veces.
—¡De aquí no saldrán vivos! —les dijo el espectra con mirada desafiante—. Tuvieron la mala suerte de enfrentarse a mí, tengo que admitir que soy el segundo más fuerte de la ciudad, desde un principio no tuvieron oportunidad alguna.
—¡Eso es lo que tú crees! —refutó Kenneth—. ¡No perderemos contra ti charlatán!
Kenneth ya se estaba cansado de la actitud de su rival.
Los guerreros de ciudad Espectra se iban acercando de a poco.
—¡Bueno basta de pláticas, maten al de buzo anaranjado —ordenó Nate a los guerreros que se habían detenido por unos instantes.
Y una vez que terminó de hablar todos comenzaron a apuntar a Kenneth con sus lanzas electrificantes, el elemental decidió correr y fue ahí cuando empezaron a dispararle, no tuvo más remedio que esconderse detrás de una roca más grande que el mismo.
Los guerreros empezaron a perseguirlo pero Kenneth no podía usar sus elementos porque Nate se los había bloqueado, si salía a pelear no daría batalla puesto que le dolía la espalda debido al fuerte golpe que había recibido unos minutos antes.
Kenneth estaba molesto, apretaba sus puños en muestra de furia e impotencia pero algo bueno ocurrió, se dio cuenta que al momento en que apretaba sus puños salían llamas. Así que intentó usar el elemento agua, pero no pudo aunque con el fuego si podía, entonces llegó a la conclusión que a los que controlan más de un elemento como él, solo le pueden bloquear uno de los dos y por lo tanto con eso podían ganar.
Inmediatamente salió a enfrentarse a ellos.
—¡No Kenneth!, ¿qué haces? —exclamó consternado Arthur mientras tenía el pie de Nate sobre su tórax—. Te matarán, estás herido y tampoco puedes usar tus elementos.
—Sí, mejor ríndete...hasta tu maestro te lo dice —comentaba el espectra mofándose de Kenneth—. Pensé que eran más fuertes pero me equivoqué.
—¡No se preocupe capitán Benner yo los derrotaré! —dijo Kenneth sin impórtale lo que le había dicho el espectra.
Kenneth caminó y acto seguido lanzó fuego con las palmas de sus manos logrando quemar a algunos de los guerreros espectras, a otros les quemó el mango de sus lanzas.
Abrió su boca lo más que pudo y luego lanzó una potente bola de fuego de su boca con la cual derrotó a los guerreros espectras que intentaron quitarse sus armaduras para no quemarse.
—¿Cómo es posible?, si yo... —refutaba molesto Nate mientras no dejaba de estar asombrado por Kenneth.
—Interesante —dijo el capitán Benner intentando alzar su cabeza al ver como los guerreros espectras estaban en el suelo derrotados—. Al parecer ese poder de bloquear las habilidades tiene una falla.
Arthur se había dado cuenta también.
—¡Es imposible! —decía su enemigo todo furioso—. No lo creo.
—¿Qué hacen? —preguntó molesto Nate mirando a dos guerreros más que acababan de llegar—. ¡Disparen!
Cuando terminó de hablar empezaron a dispararle pero Kenneth corría y rápidamente se dirigió donde el capitán Benner y su enemigo estaban.
Lanzó dos bolas de fuego con el objetivo de que su enemigo se alejara de Arthur y lo consiguió.
—Venga capitán debemos irnos por ahora —le dijo Kenneth halándolo con fuerza del codo-
—¿A dónde? —preguntó el capitán Benner quién ya se encontraba de pie— Si saltamos moriremos, ¿no ves que está muy alto?
Arthur estaba algo preocupado.
—No se preocupe, ya tengo un plan —comentó Kenneth esbozando una sonrisa.
—Bueno confiaré en ti Kenneth —Arthur sonrió también, sabía el gran potencial que Kenneth tenía.
De ahí se lanzaron al barranco sin esperar más tiempo.
En el momento en que iban cayendo Kenneth hizo que de su espalda emergieran unas alas de fuego las cuáles le hicieron arder más la espalda por el golpe que había recibido antes, pero gracias a sus alas de fuego pudieron escapar para así alejarse lo más que puedan de Nate y sus guerreros.
—¡Kenneth nunca dejas de sorprenderme! —mencionó Arthur asombrado y muy alegre a la vez—. De verdad que eres sorprendente, sin duda no me equivoqué al confiar en ti.
Los dos escaparon pero no pudieron hacerlo muy lejos porque Kenneth ya no aguantaba el ardor en su espalda.
—¡No puede ser! —exclamó furioso el espectra—. Los perdimos, pero los seguiremos buscando porque para la próxima vez no será así, es mejor retirarse por ahora.
Ellos se marcharon molestos por no poder atraparlos.
Mientras tanto en el bosque Primario Esmeralda ya se encontraba con sus demás compañeros.
—Bien ya llegué y parece que todos también —mencionó Esmeralda un poco cansada mientras se sentaba en una roca que divisó muy cerca de un árbol.
Ella miró alrededor para ver si estaban todos pero faltaba alguien y ese alguien era Kenneth.
—¿Kenneth? —preguntó ella alzando su voz poniéndose de pie mientras todos la quedaban mirando—. ¿Han visto a Kenneth?
Los catorce aspirantes a guerreros la quedaron miraron y luego se miraron entre sí para corroborar que efectivamente era el aspirante faltante, una gran duda se sembró en todos.
¿Dónde está Kenneth?
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