13. Reunión
—¡Despierten! —les gritaba la guía una y otra vez después de gritarles hizo sonar las alarmas que tanto detestaban todos los aspirantes, en especial Kenneth.
Todos se levantaron de sus camas algunos con pereza, mientras que otros no tanto.
—¿Qué pasó? —preguntó Kenneth mirándola mientras se movía de izquierda a derecha sobre su propio terreno para estirar sus huesos.
—Yo pensé que hoy no íbamos a hacer nada —mencionó Kenneth bostezando tenuemente.
—Es verdad, hoy no seguirán practicando —replicó la mucama—. Hoy haremos un paseo de rutina, para su suerte es como un día libre, como un día de paseo o un día de campo mas bien.
—¿Quién nos llevará, usted...? —le preguntó Aria con un gesto de desprecio hacia la guía.
—Por suerte no "Princesita" —contestó la mujer de gran peso con tono burlón, ella no se dejaba de nadie, si alguien la trataba mal ella lo hacía aun peor.
—¿Entonces? —preguntó Esmeralda.
—Pues...los llevará el capitán Graff —respondió la mujer sin ánimo, ante los aspirantes en especial a los más jóvenes se mostraba fría e intolerante, sin razón alguna.
—Yo pensé que sería el capitán Benner quien nos llevaría —comentó Kenneth con una expresión de desilusión.
Todos lo quedaron mirando, les pareció raro que Kenneth no quisiera ir con el capitán Graff y prefiriera al capitán Benner.
—¡No! —negó la guía—. Él está ocupado en otras cosas—. La mujer mostró un poco de inseguridad y a la vez con nerviosismo, parecía como si sus palabras no eran sinceras o al menos así lo sintieron varios de los aspirantes, en especial los más pensantes como Jack e Ignul.
—Así que ya apúrense, debemos irnos ya —les gritó la mujer alzando su voz. Ella quería salir del cuarto lo más pronto posible, quería desocuparse temprano porque después de eso ella también tendría el tiempo libre para hacer lo que le plazca.
Ella estuvo esperando a que todos los aspirantes se prepararan y se reunieron en la casa de armas con el capitán Idate.
—Bueno —mencionó el capitán Graff mirando a los aspirantes—. Ya que están todos aquí, vámonos ya. Era la primera vez que todos ellos salían del cuartel de guerreros.
Ciudad Capital es muy hermosa, tanto en sus innumerables edificaciones como en sus medianas y pequeñas viviendas debido a sus diversos estilos y colores, sus paisajes encantadores porque tiene muchos centros de atracción tanto para niños como para adultos y todos tienen la más alta tecnología para brindar un buen servicio a la comunidad.
Una vez que terminaron de conocer varios lugares de la ciudad los aspirantes se dirigieron hacía el bosque más grande que tenía la ciudad.
—Bienvenidos al bosque Primario —dijo con una gran sonrisa el capitán Graff—. Aquí pasaremos la noche y nos regresamos pasado mañana en la mañana respectivamente.
—¿Dormiremos aquí al aire libre? —Aria estaba contrariada indiscutiblemente.
—Claro que sí y sin quejas —contestó el capitán con seriedad—. Bueno para no aburrirnos los dividiré en grupos.
Miró a los aspirantes que estaban atentos con sus brazos hacia cruzados hacia atrás.
—¿Grupos de cuantas personas? —indagó Jack expectante en el tema al mismo tiempo que alzó su mano derecha.
—En tres grupos cada uno integrado por cinco personas y no se preocupen en armarlos ustedes porque yo seré quien los organizare —manifestó el capitán Graff mientras estaba cruzado de brazos—. Y tampoco quiero quejas.
Todos se quedaron en silencio al escuchar que no quería quejas, inclusive Jack o Aria tuvieron que cerrar muy bien sus bocas para no hacerlo.
—Y bien el primer grupo lo integrarán: Kenneth, Esmeralda, Jack, Kin y Said —informó el capitán mirando a los aspirantes que mencionó—. Ustedes se encargarán de buscar alimentos tales como: hierbas, frutas, animales y demás cosas que sirvan de alimento, ya ustedes sabrán.
Los cinco aspirantes nombrados asintieron.
—El segundo grupo lo conformarán: Karl, Aria, Min, Trend e Ignul, ustedes se encargarán de buscar madera, mucha madera, leños, troncos y demás cosas para la fogata —dijo Idate acercándose a los cinco aspirantes que mencionó—. Y por último el tercer grupo obviamente queda conformado por ustedes: Ryck, Drake, Asoka, Jeff y Raimi, ustedes se encargarán del agua, traigan mucha pero mucha agua, aunque creo que eso se les hará fácil con Asoka así que por lo tanto está prohibido que obtengan agua por medio de Asoka, si es así no comerán hoy, aquí no se vale hacer trampa.
—Bien —dijeron los cinco últimos aspirantes en coro.
El primer grupo ya estaba en su búsqueda de alimentos, pero Kenneth no estaba tan interesado en esa actividad sino en la reunión con el capitán Benner, eso era evidente debido a que de forma constante revisaba el reloj que se había robado de la casa de armas mientras nadie se daba cuenta, aparte que lo hacía disimuladamente.
Mientras hacía creer a los demás que buscaba ramas y demás cosas que se le pidió cuando nadie lo veía revisaba su reloj.
Caminó por los alrededores para ver si se encontraba con el capitán Arthur separándose de su grupo.
Entretanto Esmeralda estaba ansiosa por buscar alimentos.
«Si voy sola, esto sería muy aburrido", pensó ella.
Decidió buscar a alguien que le ayudara a encontrar los alimentos, pero no veía a nadie por donde ella caminaba, todos ya se habían marchado a hacer sus cosas y los demás integrantes de su grupo no estaban cerca, pero ella solo quería tener a alguien cerca suyo, solo a una persona que era nada más y nada menos que Kenneth.
Durante su búsqueda logró divisar a lo lejos a una persona que en realidad era Kenneth que se encontraba mirando a los alrededores, ella creyó que estaba buscando los alimentos aunque pudo notar que su búsqueda era un tanto extraña debido a que paso muy cerca de un gran árbol de manzanas, pero él no le dio tanta importancia, ella pensó que no se dio cuenta de aquel árbol, así que fue con él para ayudarlo, pero Kenneth no se detuvo más bien continuó caminando.
—¡Kenneth, espera Kenneth! —gritaba Esmeralda pero luego lo perdió de vista.
—¡Rayos se fue! —exclamo Esmeralda algo desilusionada—. Ya lo perdí, tendré que seguir buscando los alimentos yo sola.
Su cara entristeció cuando ya no lo alcanzó, pero aun así en su búsqueda no desistió, y al ir por Kenneth una vez su paso apresuró, aunque se contradijo en el instante.
Mientras tanto Kenneth por otro lado del gran bosque primario observaba el reloj que marcaba las diez de la mañana con veinte y nueve minutos, no sabía qué hacer porque no veía ni un mínimo rastro del capitán Benner, miró por todos lados sin éxito, no tuvo más opción que subirse a un árbol de un tamaño considerable para poder divisarlo desde ahí.
Pasaron dos minutos y solo vio a los demás aspirantes buscando las cosas que el capitán Graff les pidió y así sin más se bajó del gran árbol algo desganado.
En el momento en llegó al suelo un destello como un rayo apareció frente a él.
—¡Capitán Benner! —exclamó sorprendido y entusiasmado a la vez—. ¿Se tele-transportó?. ¿cómo puede hacer eso?
—Luego te explico Kenneth —contestó Arthur mirando velozmente a la izquierda y a la derecha—Vamos a otro lado.
El capitán Benner tocó el hombro derecho de Kenneth y de prisa se tele transportaron a otro lugar en pocos segundos.
—¡Bien llegamos! —comentó el capitán con una gran sonrisa entretanto Kenneth miraba a los alrededores, pero se notaba que estaba algo mareado.
—¿Acabamos de tele transportarnos? —preguntó al darse cuenta que estaba en un lugar completamente diferente—. Se sintió raro, es la primera vez que lo hago, ¿dónde estamos?
Al terminar de preguntar se giró y empezó a vomitar.
—En una montaña que queda cerca se ciudad Espectra —Arthur dio unos pasos hacia atrás al ver que estaba vomitando—. Y con respecto a la tele transportación ya te acostumbraras a todos les pasa, se sienten un poco mareados y luego vomitan, es algo normal.
Kenneth se limpió los restos de vomito con su muñeca izquierda.
—¿Tan lejos estamos y por qué? —le preguntaba Kenneth porque no entendía nada, para él era muy raro que el capitán Benner lo tele transportara a un lugar tan lejos de ciudad Capital.
—Ya te explico todo —expresó el capitán Benner sentándose en una roca que estaba atrás de él y Kenneth imitó su acción, pero con una roca que estaba un poco más apartada, solamente la llevó más cerca de su acompañante y la puso en un lugar en donde ambos estuvieran de frente conversando.— Puedes hacer todas las preguntas que quieras, adelante.
—¿Cómo conoce al señor Gin? —preguntó Kenneth vertiginosamente.
—Lo conozco porque él fue mi maestro, el me enseñó muchas cosas, me entrenó desde que tenía más o menos tu edad o parece que un poco antes —confesó el capitán llamado Arthur con una breve mirada al cielo como si recordara esos momentos que vivió en compañía de su maestro.
—¿Es en serio? —preguntó Kenneth asombrado.
—Sí, el me habló de ti —Arthur dijo con confianza—. Me comentó que puedes controlar dos elementos y que tienes un gran potencial, vaya que es verdad, ya quedó demostrado que tienes mucho potencial, al menos yo pude corroborarlo.
—¡Gracias! —agradeció el muchacho—. Aunque me falta mucho todavía.
—También te traje aquí porque además de mí y de Gin otras personas más estamos formando un grupo revolucionario en contra de Marck Reim y quiero que tú también te unas —explicó el capitán Arthur dejando estupefacto a Kenneth.
—¿Una revolución? —dijo casi gritando—. Por supuesto que me uno a su grupo, después de todo yo no quiero ser un guerrero, solo soy aspirante de los guerreros porque quiero detener a Reim—. Expuso Kenneth después de unos segundos cuando asimiló lo que el capitán le había dicho.
—¿Cómo pensabas detenerlo? —curioseó el capitán Benner—. Él es muy fuerte y tiene a muchos guerreros a su favor.
—¡Eh! No lo sé, solo pensaba ir por él y atacarlo —confesó con total sinceridad Kenneth riéndose al final por su respuesta.
—¡Vaya que chico! —exclamó el capitán Benner—. Definitivamente estás loco.
El capitán Arthur se reía a carcajadas con la conversación que estaba teniendo con Kenneth.
—¿Y qué está aquí? —continuó con sus interrogantes Kenneth—. No entiendo ¿por qué en este momento?
—Porque Reim quiere destruir a ciudad Espectra sea como sea, ha organizado un batallón para atacarla y ahora él junto con Degens, Raven y demás guerreros están atacando a los ciudadanos de dicha ciudad y yo también debería hacer lo mismo. Bueno eso es lo que creen ellos, pero yo no...yo quiero hablar con el líder de ciudad de Espectra para que se una a la revolución pero sé que no será nada fácil, pero lo haré.
—¿Quién más apoya la revolución? —realizó otra pregunta Kenneth.
—Pues hay varias personas de ciudad Cristal, también Gin, yo, ahora tú y otros más —manifestó Arthur— De a poco el grupo revolucionario va creciendo.
—¡Que bien! —Kenneth estaba feliz al darse cuenta de que no era el único que pensaba hacer algo en contra de Marck Reim, al hacer huérfano la mayor parte del tiempo se sintió solo pero al escuchar sobre la revolución ya no se sentía así, ya no más—. Con ustedes dos el grupo revolucionario está muy fuerte, con fe que logramos nuestro cometido.
—No te alegres mucho que no es tan fuerte —dijo Arthur Benner bajando un poco la alegría que Kenneth desbordaba—. El ejercito de guerreros de Reim nos supera mucho, por eso necesitamos más personas, somos pocos y claro que somos fuertes, pero ellos nos ganan en mayoría, por eso he venido aquí para que la gente de ciudad Espectra se una a nosotros, con ellos podemos detener a Reim, en esta ciudad hay gente con habilidades impresionantes que servirían de mucha ayuda.
—Bueno entonces solo necesitamos convencerlos —mencionó Kenneth aun sin entender la complejidad del suceso.
—No es tan fácil como crees porque ellos nos odian...recuerda que Reim fomentó su odio hacia los elementales atacando varias veces esta ciudad y de hecho esta sería la octava vez que quiere destruir esta ciudad, pero tiene personas muy fuertes por eso no es tan fácil derrotarlos y por ese mismo motivo necesitamos su ayuda más que nunca —enunció el capitán Arthur seriamente pero luego se detuvo ya que escuchó el ruido de unas piedras caerse muy cerca de ellos.
No sabía si alguien los estaba espiando, él se preocupó porque cabía la posibilidad de que la persona que los espiaba podría ser un guerrero de ciudad Capital y por ende corría el riesgo de echar a perder el plan o aun peor que le contaran todo al gobernador, Marck Reim nunca ha perdonado una traición, las personas que lo traicionaban siempre terminaban muertas.
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