13. Cerca pero no tan cerca
Martín no podía creer que efectivamente había golpeado a Marck Reim tanto así que no dejaba de mirarlo mientras yacía en el suelo levemente estropeado, y al verlo así en su rostro se veía esperanza, sabía que su plan no había sido en vano porque aunque sea había logrado asestarle un golpe cosa que muy pocas personas habían hecho.
Martin junto con Kalania y Antonio sabían que eso no sería suficiente para alguien como él, no cómo Marck Reim.
—Chicos prepárense que esto apenas comienza —les anunció Martín a sus compañeros al ver que Marck Reim ya estaba intentando levantarse.
Antonio fue por su bastón y Kalania nuevamente hizo crecer sus uñas.
—¡Malditos! —gritó muy fuerte Marck Reim haciendo que de su boca salgan fuertes ráfagas de viento.
Los tres revolucionarios cubrieron sus ojos con sus antebrazos y por el viento fuerte apenas podían ver lo que sucedía y fue ahí cuando los tres recibieron patadas de Marck Reim, que en la mayoría de sus ataques utilizaba el viento y en las patadas hacía lo mismo, por tal motivo los tres salieron volando de la gran casa rompiendo las ventanas hasta caer en el patio que tenía césped sintético y una gran piscina.
—Fue muy mala idea tapar sus ojos sí venían a derrotarme y también venir solo ustedes tres —les decía Marck Reim mientras iba llegando hacía ellos volando lentamente—. Cualquiera sabe que tres personas y más cómo ustedes no bastan para derrotarme
—¡Solo son un trio de patéticos! —exclamó Marck sonriendo. Estaba confiado que ellos tres no podían derrotarlo pero detrás de su sonrisa de superioridad se escondía algo y ese algo era el temor de perder ante ellos, no lo podía aceptar, aquel miedo surgió cuando fue golpeado por Martin, para el líder de la revolución era algo bueno aunque él ni se daba cuenta puesto que Marck Reim sabia como ocultar sus temores.
—¡Con nosotros será suficiente! —Martin se colocó de pie y a la vez hacía brotar tierra del suelo para luego lanzarlas como bolas a Reim.
—¡Eso es inútil! —manifestó Marck antes de repeler el ataque de Martín con una fuerte ráfaga de aire creada al abrir sus manos, antes de que las rocas impactaran a los tres revolucionarios Martín las deshacía poco a poco, después de todo el líder revolucionario no podían ser golpeado con su propio ataque, nunca había sucedido y con Marck Reim no sería la excepción.
El gobernador de ciudad Capital creó un remolino y lo envió directo hacía ellos.
Martin un gran muro de madera para cubrirse a él y sus compañeros.
Marck quedó sorprendido al ver que Martín podía usar otro elemento además de la tierra.
—Ya entiendo porque vinieron a atacarme —comentó mientras aumentaba la fuerza del remolino con el movimiento de sus manos, al saber que Martin era un bi elemental no pensaba perder y tampoco pensaba dejarlo escapar.
—Un humano normal, una mujer espectra y un dúo elemental que quieren matarme —dijo antes de que el remolino destrozara el muro de madera rápidamente y a la vez atrapara a los revolucionarios en el hasta llevarlos al suelo para que se golpeen—. No podrán conmigo y tampoco pienso dejarlos vivir, no a los espectros, no a los bi elementales y mucho menos a la gente que se alía con ellos —les decía Marck mientras que en las últimas frases alzaba su tono de voz para sentirse poderoso.
Martín yacía en el suelo cerca de un árbol, Kalania estaba en el filo exterior de la piscina y Antonio estaba dentro de la piscina.
—¡Cállate! —exclamó Martín muy fuerte—. Tú no tienes derecho a decidir quién vive o quién no, eso lo decide Dios no un ser tan simple como tú que se cree superior solo por ser el gobernador de un ciudad.
—¡No me hagas callar! —gritó Marck muy molesto—. Tú eres despreciable, odio a los de tu clase. No vengas a destrozar mi casa porque no te lo permitiré y tampoco a que decirme que no soy superior a ti cuando yo gobierno esta ciudad así que eso me hace muy superior a ti y no pienso cambiar mi manera de ser debido a alguien que tiene más de un elemento, no de alguien como tú, tú y los de tu clase son despreciables, ustedes son las verdaderas bestias que se creen superiores.
Martín en ese momento se puso de pie y se acercó a Kalania.
—¿Estás bien Kalania? —le preguntó mientras no dejaba de mirarla.
—Sí no te preocupes por mí, ve y dale una buena paliza al maldito de Reim —le dijo Kalania mientras ella se levantaba para ir por Antonio.
—¡Está bien así lo haré! —dijo Martín sonriendo al ver la confianza que su compañera le tenía, eso le daba más esperanzas a él y lo llenaba de positivismo.
El bi elemental hizo brotar muchas rocas de diversos tamaños del suelo dañando el césped sintético y demás objetos que en el patio se encontraban, las rocas fueron lanzadas hacia Marck pero como era costumbre el repelía cualquier ataque con sus ráfagas de aire y una vez que lo hizo las rocas se hicieron más pequeñas mientras que otras se destrozaron.
Marck Reim al ver que quedaban varias rocas usó su elemento para re direccionarlas hacia Martin, el líder del escuadrón revolucionario no tuvo más opción que cubrirse creando un gran muro de tierra.
Las rocas impactaron el muro, algunas se destrozaron cuando lo hicieron mientras que otras lograron atravesarlo, pero para la suerte de Martin ninguna lo golpeó. El disminuyó levemente la altura del muro de tierra para que Marck viera como se creaba una armadura de tierra.
—Eso no te servirá, es inútil al igual que tu —Marck Reim disparó sus balas de aire.
Martin nuevamente aumentó la altura del muro y su vez aumentó su grosor, hasta que Marck dejó de lanzar sus balas de aire, el bi elemental aprovechó para desvanecer su muro de tierra para ir contra su gran rival con su armadura de tierra, dispuesto a derrotarlo.
Cuando se dirigía hacia el gobernador hacia brotar grandes pedazos de rocas en forma de tubos del suelo, pero Marck Reim las cortaba al lanzar un viento tan extraño y peligroso que cortaba todo material sólido, eso eran sus cuchillas de aire.
De repente Marck voló hacia Martin y con una gran además de fuerte esfera de aire golpeó a la armadura de tierra de Martin en el pecho. Con solo ese golpe logró destrozar la armadura partiéndola en miles de pedazos de tierra pequeña.
Kalania no podía creer lo que estaba sucediendo, que su líder Martin haya sido asesinado por Marck Reim, ella se llenó de ira y pensó en ir por él, sin embargo algo sucedió y por lo tanto se detuvo.
El gobernador al ver que había derrotado a uno de sus enemigos se reía a carcajadas mientras miraba los pedazos de tierra que quedaban esparcidos en el suelo y un segundo después, sintió un fuerte remezón debajo de la tierra de sus pies hasta que de repente el suelo se empezó a agrietar y lo primero que salió del hoyo que se estaba formando fue un gran puño de tierra que lo impactó de un solo y no le dio tiempo para usar su intangibilidad o defenderse usando sus otras técnicas, al recibir tremendo golpe su cuerpo no aguantó y quedó herido, sentía como todo su cuerpo le dolía.
—Pe...pero ¿Cómo es posible? —preguntó sin salir del asombro, no podía creer que había sido golpeado por una misma persona dos veces—. Es imperdonable.
Martin caminó hacia él y una vez que llegó lo quedó mirando por unos cuantos segundos, Kalania que ya había ayudado a Antonio a salir de la piscina no dejaba de mirar la escena.
—¿Cómo es posible que me hayas golpeado nuevamente? —preguntó Marck Reim mirando fijamente a los ojos de Martin—. Odio ver esa cara de felicidad que tienes cuando... —dijo Marck pero fue interrumpido por el líder del escuadrón revolucionario.
—Ya que insistes te lo explicaré... —comenzó Martin interrumpiendo a su rival que yacía en el suelo—. Cuando me cubrí el cuerpo con la armadura de tierra me escondí con el muro de tierra, pero no para protegerme de tus múltiples ataques sino más bien para salir de la armadura y así dejar una armadura sin un portador por dentro, yo me escondí bajo el suelo y mientras la armadura avanzaba hacia ti mientras te atacaba yo seguía avanzado también hacia por debajo del suelo hasta poder golpearte.
—O sea ¿Qué todo el tiempo tú...? —preguntó Reim mientras que ya tenía una idea más clara de cómo Martin lo había golpeado.
—Si todo el tiempo estuve controlando los movimientos de la armadura desde el suelo, lo hice tan perfecto que si parecía que yo tuviera la armadura —contestó Martin sonriendo.
—¡Canalla! —exclamó Marck muy molesto.
Kalnia y Martin notaron que de manera imprevista el capitán Lang acababa de llegar. Martin le lanzó múltiples rocas creadas de las palmas de sus manos, el capitán Lang detuvo su ataque al posicionar su mano izquierda hacia Martin y la derecha hacia Kalania y Antonio para atacarlos con su poder, el cual consistía en causarle dolor en sus oídos gracias a un extraño sonido que solo ellos tres escuchaban, el sonido era tan fuerte que Martin no pudo atacarlo con las rocas, las desvaneció por el dolor, tapó sus oídos y de igual manera sus dos compañeros también lo hicieron.
El capitán Lang se reía mientras veía como sufrían.
—Lang muévete y colócales las esposas antes de que intenten algo, son peligrosos —le decía Marck Reim.
—¡Ya voy señor! —contestó Giner Lang y rápidamente les colocó las esposas tecnológicas que a diferencia de las tradicionales estas cubrían toda la mano del individuo.
—¿Cómo es posible que un espectra trabaje para Reim? —se preguntaba en voz baja Martin mientras sus oídos seguían sufriendo por el sonido extraño que emitía el capitán Giner Lang.
Aria, Esmeralda, Said y Asoka estaban saludando a todos los presentes en el lugar de la reunión, incluso Esmeralda y Kate se saludaron.
—Ahora no es momento de saludarnos, eso ya lo haremos una vez traigamos a Kenneth con nosotros —dijo Jack mientras miraba a su equipo relajado.
—Jack tiene razón debemos apurarnos —comentó Benner.
—No se preocupen chicos ya tendremos de que conversar después de que rescaten a Kenneth —les dijo Graff para que no sintieran mal.
—¡Es verdad ahora la prioridad es Kenneth! —exclamó Esmeralda con seriedad.
Kate se enojó cuando la escuchó, la miraba fijamente, arrugando el entrecejo aunque disimuladamente porque sabía que Esmeralda se daría cuenta.
—Si, Esmeralda tiene razón es por eso que debemos ir ya a rescatar a mi novio y por eso yo también iré —dijo Kate.
Cuando Esmeralda escuchó lo que dijo Kate, no lo pudo creer, en su cara se notó que el comentario le afectó, ella no tenía idea de que Kenneth y Kate eran novios.
—¡No Kate no irás! —dijo Mauro, él no la pensaba dejar ir por nada del mundo.
—¡Yo quiero ir! —Kate alzó su voz. Los demás también empezaron a hablar.
—¡Ya! —gritó muy fuerte Jack haciendo que todos se quedaran en silencio—. Dejen de hablar y vámonos ya.
Todos lo quedaron mirando por unos breves segundos.
—¿Y a donde hay que ir? —le preguntó Arthur a su gran amigo el capitán Idate.
—Mi informante me dijo que estaban sobre una isla llamada "La isla de los lamentos", una que queda muy cerca de ciudad Aqua —le contestó el capitán Graff cuando se acercó a él.
—Bueno ahora agárrense de las manos unos a otros conmigo —anunció Benner y todos los que iban a rescatar a Kenneth hicieron lo que él les pidió.
Un segundo después los tele transportó a todos a una isla pequeña y una vez que todos se soltaron el nuevamente se tele transportó.
—¿Ya se fue tan rápido? —preguntó Drake mirando a Jack.
—Sí, él está en el equipo de rescate del pergamino.
—¿Y en dónde estamos? —preguntó Karl mirando a su alrededor, los demás hicieron lo mismo.
Ellos notaron que la isla no era tan grande, tenía muy pocas palmeras, lo que más abundaba en la isla eran rocas de todos los tamaños, junto con conchas y demás piedras marinas esparcidas por toda la arena, la arena tenía un color diferente al de una playa normal, pues el color de esta estaba entre el negro y el café, algo que les pareció muy raro.
—Este lugar se me hace conocido —comentó Asoka mirando hacia el cielo con su mano derecha agarrando su mentón.
—Tengo una pregunta —dijo Said alzando su mano. Todos lo miraron y al sentir eso él se puso nervioso y eso se evidenció en su rostro.
—¿Qué cosa? —preguntó Jack rompiendo el silencio que se formó, aquel silencio que le pareció muy incómodo para Said, aún no estaba acostumbrado a tratar más personas y aunque ya los conocía se seguía sintiendo así.
—¿No dijeron que los que tienen a Kenneth están en el aire o algo así? —fue lo que respondió Said señalando con su mano izquierda el cielo.
—Sí, ellos se movilizan en un globo aerostático —respondió Jack.
—¿Cómo llegaremos al globo? —preguntó Esmeralda—.¿Además específicamente en qué parte está?
—Si el capitán Benner nos dejó aquí eso solo indica una cosa...
—Que su poder de tele transportación no es tan eficaz como pensábamos —dijo Drake interrumpiendo a Jack.
—No Drake eso significa que el globo está allá —dijo Jack señalando en línea recta al cielo.
—Pero para asegurarnos de que sea así, alguien debe ir primero a revisar —manifestó Esmeralda alzando unos cuantos mechones de su cabello que estaban en su frente para luego llevarlos hacia los laterales.
—¿Quién lo hará? —preguntó Drake mirando fijamente a los ojos a Esmeralda.
—Pues tú ya que puedes volar —contestó Esmeralda riendo levemente y señalándolo con su dedo índice.
—¿Qué yo? —exclamó sorprendido Drake abriendo sus ojos, alzando sus cejas y abriendo su boca levemente—. ¿Por qué puedo volar? ¿¿Y si me atrapan qué hago?
—Vienes volando hacia acá y nosotros te ayudamos —comentó Karl de brazos cruzados riéndosele a su mentor.
—¡Claro eso es fácil decirlo! —dijo Drake deprimiendo su labio inferior y frunciendo el ceño a la vez.
Aria al ver ese dilema decidió dar su opinión también.
—Tranquilos mejor voy yo, yo también puedo volar —comentó Aria alzando sus dos brazos para que la vieran.
—Está bien anda tú, pero sé sigilosa no dejes que te descubran —le aconsejó Jack seriamente tocándole el hombro derecho, ella se dio cuenta de eso y miró hacia su hombro y fue ahí cuando Jack quitó su mano de inmediato—. ¡Perdón! —se disculpó Jack juntando sus manos como si fuera rezar.
—No se preocupe Jefe, ya vuelvo —dijo Aria coquetamente guiñándole el ojo antes de empezar a volar.
Jack evidentemente se puso nervioso con el coqueteo de Aria.
—Que arena tan extraña —comentó Karl acuclillado tocando la arena con sus propias manos.
De repente un estruendo hizo que todos se pusieran alerta cuando el suelo de la isla se remeció por unos cuantos segundos hasta que aparecieron unos seres extraños de color azul oscuro con grandes orejas, enormes colmillos en sus dientes y con branquias en sus cuellos.
—¿Qué son esas cosas? —preguntó algo asustado Drake mirando a todos lados.
—Oh, ya recuerdo porque se me hacía muy familiar esta isla —exclamó Asoka sorprendida y abriendo sus ojos por lo que había recordado mientras se juntaba con sus demás amigos preparados para defenderse.
—¿Por qué? —preguntó Said mirando a Asoka.
—Porque mis padres me decían tanto a mi como a mi hermano mayor que nunca viniéramos acá porque los seres de aquí no se llevan con nadie que no sea de su misma especie, porque los mataban de forma muy macabras cuando los atrapaban y si es posible se los comían vivos o muertos —le explicó la elemental de agua—. Es por eso que a esta isla la llaman la "La isla de los lamentos" porque si te atrapan no sales vivo y de verdad lamentaras haber venido.
Al escuchar todo eso Drake se asustó, empezó a sudar frio y a tragar saliva mientras no dejaba de mirar como los extraños seres que se acercaban hacia todos ellos con sus armas de madera dispuestos a atacarlos.
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