11. Tiro al blanco


—¡Estoy tan emocionada! —exclamó de forma entusiasta la siempre alegre Esmeralda—. ¡Hoy nos evaluarán!

Ella estaba caminando al compás que el resto de los aspirantes lo hacían, todos se dirigían a la casa de armas.

No tardaron tanto en llegar, al llevar varios días yendo hacia la casa de armas ya sabían los atajos para llegar más rápido, unos iban en escaleras eléctricas mientras que otros usaban los diversos pasillos para llegar puntuales o en su defecto llegar más tarde de lo normal.

—Aquí vamos a esperar a que lleguen el gobernador Reim, el Capitán Benner y quizás otro juez más para así comenzar a evaluarlos individualmente —les decía el capitán Graff a todos los aspirantes que se encontraban sentados en las gradas de la casa de armas.

Los aspirantes escuchaban atentos todo lo que él les decía.

—Ya no será necesario que esperen ya estamos aquí —dijo el gobernador Reim cuando entró a la casa de armas en compañía con el capitán Benner.

—¡Bien! —mencionó Reim echando una mirada fugaz a todos los quince aspirantes—. No perdamos tiempo, comencemos ya.

A lo que el gobernador terminó de hablar a todos los aspirantes los llevaron en un camerino de color beige en donde lo único que había eran muebles alrededor de las cuatro paredes, en aquel lugar los hicieron esperar porque la evaluación iba a ser individual.

Los aspirantes pasaron uno por uno, hasta que finalmente le tocó su turno a Kenneth, el cual evidentemente se encontraba nervioso, enfrentarse en duelos teniendo de juez solo a Graff era una cosa pero tener de jueces al mismísimo gobernador y al famoso capitán Benner era otra cosa totalmente diferente, a como diera lugar tenía que impresionarlos para poder continuar en las siguientes etapas del entrenamiento.

—¡Kenneth Cooper! —lo nombró el capitán Graff para evaluarlo.

Kenneth se levantó de su asiento, salió del camerino en un caminar algo acelerado, al entrar de vuelta a la casa de armas se sintió más nervios aún, llegó y se dio cuenta que no solo estaban el gobernador Marck Reim, el capitán Benner y el capitán Graff, sino dos personas más, eso lo hizo estar aún más nervioso, su frente empezaba a sudar.

De las personas que estaban ahí como jueces, una era un mujer de tez blanca, de cabello oscuro que le llegaba un poco más abajo de los hombros, vestía con una blusa negra de tiras, usaba un buzo abierto de color beige y andaba con un pantalón ajustado, mientras que el otro juez, era un hombre de cabello también oscuro, de tez blanca, vestía un buzo verde, con un pantalón negro.

—Él es Kenneth Cooper, tiene 17 años —le decía el capitán Graff a los demás alzando su tono de voz para que lo escucharan con claridad.

—¡Saludos Kenneth! —dijeron al mismo tiempo los cinco jueces y acto seguido se sentaron en sus respectivos asientos.

—¡Bien Kenneth, elige tu arma! —le dijo el capitán Idate, que de todos los jueces fue el único que no sentó.

Kenneth asintió y se dirigió hacía una vitrina en donde se encontraban muchas armas, en ese momento recién llegó a sentarse el capitán Graff.

El joven de apellido Cooper abrió la vitrina y escogió obviamente la cuchilla ninja, cuando sostuvo la cuchilla, en la esquina del cuarto de evaluación salió por debajo un "blanco de tiro" o también llamado "tiro al blanco", de ésos que se usan con dardos, pero obviamente Kenneth lo iba a hacer con la cuchilla ninja, esa era su prueba.

—¡Vaya! —exclamó la unica mujer que estaba evaluando a los aspirantes— Usará un Kunai, vamos a ver cómo le va.

Kenneth cerró la vitrina con lentitud, luego se colocó unos cuatro metros y medio al frente del tiro al blanco.

—¡Bien!, cuando quieras Kenneth —dijo el capitán Benner dándole su total apoyo a Kenneth.

El muchacho no dijo nada por los nervios, solo movía la cabeza.

Respiro y lanzo el Kunai al tiro al blanco, en el primer intento falló, no pudo darle al punto de impacto sino que la cuchilla ninja se incrustó en la pared que estaba atrás de su objetivo.

—Recuerda, que solo tienes dos oportunidades más para hacerlo bien así que cálmate —le decía el capitán Graff en voz baja alentándolo también.

—¡Ya lo sé! —contestó Kenneth por lo bajo—. No me hagan poner más nervioso de lo que ya estoy.

Kenneth intento nuevamente y lanzo otro kunai una vez que el capitán Graff le había colocado dos más, la segunda cuchilla ninja si llegó al tiro al blanco, pero no al punto de impacto, estaba cerca, pero a la vez no tan cerca.

—¿Eso es lo mejor que puede hacer? —preguntaba el gobernador Reim al capitán Benner en tono burlón y con voz fuerte porque quería que Kenneth lo escuchara también.

Kenneth al escuchar a Reim se llenó de coraje, se puso muy molesto, pero luego se calmó, respiró y se quedó unos segundos en silencio hasta que finalmente lanzo la última cuchilla ninja, esta si llegó al punto de impacto, pero no solo eso sino que atravesó el tiro al blanco destrozándolo en el instante, además de que la cuchilla ninja impactó la pared de atrás dejando unas grietas a su alrededor.

—¡Lo hice! —grito Kenneth a todo a pulmón—. ¡Sí!

Todos al ver la escena quedaron sorprendidos y el cuarto se quedó en total silencio hasta que el capitán Benner comenzó a aplaudir, y el resto también lo siguió.

—Vaya, vaya —comentaba el quinto juez—. Este chico dio un buen espectáculo.

—¡Bien! Eso es todo por hoy, me tengo que ir —dijo el gobernador Reim algo molesto para luego marcharse a toda prisa.

Los demás jueces lo quedaron mirando mientras salía de la casa de armas. El capitán Benner aprovechó para levantarse e ir a felicitar a Kenneth!

—¡Que genial! —exclamó contento el capitán Benner acercándose a Kenneth—. ¡Felicitaciones!

—¡Gracias capitán Benner! —agradeció Kenneth con una gran sonrisa.

Como Kenneth fue el último aspirante en ser evaluado se quedó esperando a los demás, los cuales no tardaron en regresar a la casa de armas,

Una vez que todos estaban dentro, se formaron y se quedaron en silencio.

—Bien, eso es todo en la casa de armas hicieron un buen trabajo —mencionó el capitán Graff—.  ¡Felicitaciones todos ustedes obtuvieron buenos resultados!, aunque claro a unos les fue mejor que a otro, sigan así que tienen mucho potencial, hasta luego.

—¡Gracias capitán Graff! —todos los aspirantes le agradecieron en coro.

Los jueces se levantaron y se marcharon a sus respectivas labores. De ahí todos los aspirantes se fueron a sus cuartos mientras que el capitán Graff salía más atrás de ellos, pero Kenneth lo esperó por unos breves segundos.

—¡Gracias muchas gracias capitán Graff, sus enseñanzas me sirvieron de mucho! —fue lo que le digo Kenneth.

—¡No gracias a ti muchacho! —le respondió el capitán Graff—. Sigue así tienes mucho potencial serás un gran guerrero, tengo confianza en ti.

Luego él se despidió y Kenneth se dirigió hacia los cuartos.




En la mañana del siguiente llegó la guía y como era costumbre despertó a todos los aspirantes.

—¡Para su suerte hoy no entrenarán! —les decía la mucama seria como siempre.

—¿Qué? —preguntaron la mayoría de los aspirantes sorprendidos.

—Sí, hoy domingo tendrán el día libre, podrán hacer lo que quieran o bueno casi lo que quieran, así que disfruten —terminó de hablarles la guía y acto seguido se marchó.

La mayoría de los aspirantes gritaron de emoción por la noticia y de ahí realizaron muchas actividades como jugar, conversar, pasear por los rincones del lugar y muchas otras cosas más.

En un momento Karl se desmayó, todos se alarmaron y rápidamente se acercaron a él.

—¡Yo lo llevaré con los médicos! —mencionó Kenneth de forma solidaria a pesar de no tener una buena comunicación con el pelirrojo.

—¡No Kenneth! —exclamó Raimi con un tono de voz alto que a todos les pareció fuera de lugar—. Tu no le caes bien, mejor no lo lleves, se sentiría peor si el que le ganó en los duelos del día viernes lo lleva, yo lo llevaré mejor.

Kenneth no tuvo más opción que aceptar y fue Raimi quien lo llevó, pero fue raro para el resto de los aspirantes que Raimi lo quisiera llevar ya que Raimi era cómo Karl no hablaba mucho con los demás.



Al final del día el resto de los aspirantes se continuaron conversando en su día libre y así se integraron un poco más.

Cuándo estaban hablando a Ryck se le cayó algo del bolsillo izquierdo de su pantalón y Kenneth al estar cerca lo recogió y así se pudo dar cuenta que era el dibujo de una calavera roja.

—Ryck mira se te cayó éste dibujo —le dijo Kenneth mientras estiraba levemente su mano para que Ryck sostuviera el dibujo con sus manos.

—Gracias Kenneth, esto vale mucho para mí —le agradeció Ryck con seriedad.

—¿En serio, por qué o qué? —le preguntó Kenneth siendo algo imprudente.

—Pues porque ésa calavera la tiene la persona que mató a mi hija y a mi esposa, la tiene tatuada en su brazo derecho —contestó Ryck apretando con fuerza el dibujo.

—¿Entonces eso quiere decir que no descansarás hasta vengarte? —preguntó Kenneth intrigado.

—Por supuesto que no, me vengaré porque esa persona me quitó lo más preciado que tenía, así que no descansaré hasta que eso pase y si no lo puedo conseguir, será porque morí antes de vengarme o morí en el intento —manifestó Ryck y acto seguido guardó el dibujo devuelta en su pantalón.

Kenneth no era el único que tenía objetivos diferentes al der ser un guerrero de ciudad Capital, Rcyk y muchos de los aspirantes tenían otras ideas en mente, pero la venganza a Ryck de a poco lo iba consumiendo, sin imaginar que el asesino de su familia estaba más cerca de lo que pensaba. 

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