1. ¡Vamos a ciudad Glaciem!

Cuatro meses han pasado de la batalla que se llevó a cabo en ciudad Capital y desde ese momento muchas cosas han cambiado, los habitantes de dicha ciudad ya no confían en el gobernador Marck Reim como antes solían hacerlo puesto que muchos han decidido salir de ahí para ir a sus ciudades de origen, otros han decidido ir a ciudad Cristal ya que es conocida como la urbe que acoge a cualquier persona sin importar quién sea y por ende es la más poblada que existe en el mundo.

El gobernador Marck Reim ha implementado nuevas leyes y esa es una de las razones principales por la que tantos habitantes han huido de Capital, también ha implementado una ley anti bielementales que consiste en cazar a cualquier persona que controle más de un elemento ya sea niño, mujer, hombres y ancianos, no importa la edad que tengan. Una vez capturados son torturados de una forma muy cruel y así los mantienen en condiciones deplorables en calabozos hasta después de cuatro días que los matan cortando su cabeza con una guillotina de avanzada tecnología frente a los demás habitantes y también la escena de la ejecución la transmiten en televisión.

El capitán Arthur Benner es el único que se infiltra en ciudad Capital para obtener más información útil, para él no es complicado porque conoce a la perfección cada rincón de la ciudad y se le facilita infiltrarse gracias a su técnica de tele transportación.

Kenneth se ha quedado en ciudad Espectra entrenando para poder controlar su nuevo elemento, el hielo, nunca se imaginó que controlar un tercer elemento fuera tan complicado pero aun así no piensa rendirse, sabe que algún día lo dominará por completo.

Un grupo numerosos de clones de hielo perseguían a Kenneth, su creador, lo buscaban por todo el bosque, el muchacho se detuvo para enfrentarlos, ellos se detuvieron también.

Él estaba dispuesto a atacarlos con sus puños de hielo pero no salió como esperaba, sus puños pasaron a ser de hielo a ser de fuego, los clones se derritieron con mucha facilidad.

—¡No puede ser! —gritó muy molesto a la vez que miraba sus manos de un lado a otro—. ¡Otra vez!

—¿Qué pasó, Kenneth? —preguntó Arthur, cada vez que podía estaba presente en cada uno de los entrenamientos puesto que le daba pautas para controlar el hielo.

—No sé capitán Be... —contestó Kenneth desanimado pero no terminó de hablar porque él había avisado a todos que no lo llamarán más capitán porque ya no lo era y esa palabra le traía muy malos recuerdos de cosas que hizo en el pasado por órdenes de Marck Reim.

—Perdón, digo maestro Arthur, no sé la verdad porque no puedo controlar el hielo de manera correcta —Kenneth se sentó sobre una roca.

Al estar completamente sentado bajó su cabeza apoyando su frente sobre sus brazos que estos a su vez se apoyaban de sus muslos.

—La única opción que nos queda es ir a Glaciem —mencionó Arthur mirándolo—. La ciudad de origen de Jack y decirle a alguien que te ayude a controlar el elemento hielo o le podemos pedir a él mismo.

Al escuchar esas palabras el ánimo de Kenneth cambió y por lo tanto levantó su cabeza con gran fuerza y rapidez, lo que le causó un leve dolor de cabeza.

—Es verdad, tiene toda la razón debemos ir inmediatamente —dijo Kenneth ignorando el dolor de cabeza, estaba muy emocionado con la idea de visitar a su amigo Jack.

Se colocó de pie manera inmediata.

—Espera muchacho, relájate un poco —Benner agarró su hombro con fuerza deteniéndolo al instante.

—¿Qué pasó cap... maestro Arthur, algo malo? —Kenneth volteó a verlo.

—Nos vamos después del almuerzo —contestó Arthur esbozando una sonrisa.

El muchacho de apellido Cooper sonrió de igual manera y después regresaron a la entrada del bosque en donde los estaban esperando Drake, Karl, Ramiro y su novia, Kate.

La menor de los hermanos Norris al ver a lo lejos a su novio, corrió hacia el para darle un achuchón,

Kate al ver que iba dónde ella decidió correr hacía a mí para darme un achuchón, él la abrazó y ambos se besaron.

—¡Hey tortolitos! —Ramiro llamó la atención de los dos—. Cuándo él señor Lionel se entere de esto estarán en serios problemas y más tú, Kenneth.

—No, no creo —mencionó Kenneth después de terminar de darle un beso a Kate.

—¿Cuándo y por qué pasó esto? —preguntó muy molesto Lionel, estaba almorzando junto a Kenneth, Kate, Drake, Karl, Nate, Gin e Irina.

—¿Qué cosa? —Kenneth se hizo el desentendido.

—Tú sabes de que estoy hablando, Kenneth —contestó Lionel con total seriedad mientras mordía una pierna de pollo con furia.

—¡Papá, yo ya estoy grande! —exclamó Kate empeorando las cosas—. Ya puedo tener novio y aparte mi novio fue quién salvó tú trasero en la batalla de ciudad Capital.

Mientras ella hablaba Kenneth estuvo a punto de atorarse con un trozo de carne pero tomó un vaso de agua.

—No aún no puedes tener novio, te lo digo yo tu padre y mientras yo esté vivo harás lo que te ordene —le gritó su padre en frente de todos.

—¡No, ya no papá! —exclamó Kate gritando más fuerte que su padre y usando su poder espectra el magnetismo hizo rodar la mesa metálica con gran fuerza y velocidad.

—¡Ya basta Katherine Jess Norris Harper! —gritó Lionel levantándose de su asiento pero Kate no se detenía y seguía haciendo girar la mesa en la que estaban todos los presentes degustando los alimentos.

Kenneth no sabía qué hacer en ese momento, Drake gritaba porque se estaba mareando de igual forma que Gin.

Nate simplemente se reía y era el único que estaba comiendo mientras la mesa daba vueltas.

—¡Ya paren por favor! —Irina alzó su voz haciendo que Kate deje de girar la mesa con su magnetismo.

La menor de los hermanos Norris se fue inmediatamente dejando su plato de comida intacto.

Por lo sucedido todos se quedaron en silencio y continuaron almorzando, al terminar Kenneth se marchó en compañía de Arthur, salieron del comedor para ir hasta un balcón.

Kenneth no pudo despedirse de Kate, no quería molestarla al verla tan enojada.

—Bien, Kenneth no te sueltes —le ordenó su maestro, Arthur, mientras lo agarraba de la clavícula con fuerza.

De forma rápida se tele transportaron dentro de la ciudad de Hielo o Glaciem, el lugar al que llegaron fue a un parque, que estaba lleno de niños jugando acompañados de sus padres.

Uno de los niños se asustó cuándo ellos se tele transportaron frente a él. Se asustó tanto que lloraron y por lo tanto eso alertó a sus padres quienes llegaron con rapidez.

—Ustedes no son de aquí, ¿qué hacen aquí? —preguntó el padre con tono amenazante mientras se ponía en posición de pelea ya que había levantado su brazo derecho.

—Eh...estamos de visita simplemente —fue lo que se le ocurrió responder a Kenneth en ese momento.

—Mentira, ustedes quieren robarse a mi hijo —agregó la madre del niño abrazándolo y consolándolo.

—No señores esa no es nuestra intención, así que por favor cálmese —habló Arthur intentando bajarle el brazo lo que hizo enojar más al padre del niño.

—¿Quieren pelea? —preguntó el hombre mirándolos con total enojo—. ¡Pues pelean tendrán!

El hombre retrocedió a la vez que meneaba sus manos y sus brazos de manera coordinada. Movió su mano derecha de arriba hacía bajo en forma circular, cuándo terminó de hacer esos movimientos lanzó agujas de hielo muy gruesas y filosas.

Arthur se tele transportó hacía otro lado para esquivarlas por otro lado Kenneth se protegió creando un muro de hielo al mismo nivel de su altura.

Aquél hombre quedó sorprendido al ver que Kenneth podía usar el elemento hielo también.

Las demás personas que estaban en el parque también quedaron sorprendidos ya que dejaron de hacer sus cosas por observar la escena.

—¿También controlas el hielo? —le preguntó aún muy asombrado el hombre puesto a que su cara lo demostraba claramente.

—Por supuesto que controla el hielo —dijo una voz familiar—. El es mi amigo Kenneth, él siempre nos sorprende con ese tipo de cosas.

Jack acababa de llegar.

—Perdón, lo siento —se disculpó el hombre que rápidamente se fue con esposa y su hijo.

Los demás espectadores también continuaron en lo que estaban.

—Siempre somos así con cualquier persona que no es de aquí y cómo nuestra política es no pelear entre nosotros sino por nosotros, él se disculpó —les explicaba Jack mientras movía sus manos al hacerlo.

—¡Jack amigo! —exclamó Kenneth y luego estrecharon sus manos.

—Buenas tardes muchacho —saludó Arthur antes de estrechar su mano con él.

—Hola capitán Benner, ¿cómo está? —devolvió el saludo Jack.

Cuándo Jack le dijo "capitán Benner", Kenneth quería reírse a carcajadas pero se contuvo, el joven de apellido Pietro no dijo nada, no entendía.

—Kenneth tienes que contarme muchas cosas, ¿cómo que hacen por aquí y desde cuándo puedes usar el elemento hielo? —inquirió Jack pero un fuerte estruendo llamó la atención de todos.

—¿Qué fue eso? —Kenneth miró por todos lados.

—No puede ser, seguramente son ellos otra vez —Jack arrugó su frente.

—¿Quiénes? —preguntó Arthur.

—¡Ellos son Los Cazadores! —contestó Jack mientras señalaba la parte superior de un gran iglú en dónde salía mucho humo pero mientras se iba disipando se podía observar siete siluetas de diferentes personas y cada una parecía poseer un arma diferente. 

—¿Los cazadores? —preguntó Kenneth mirando a su amigo.

—Sí, son los siete cazadores —respondió Jack mientras volteaba a ver a Kenneth.

—¿Pero qué cazan? —de la mano derecha de Arthur crecía un rayo—. ¿Son peligrosos?

—Cazan elementales fuertes y sí...son muy peligrosos —contestó Jack poniéndose en posición de ataque.

—¿Por qué los cazan? —siguió preguntando Arthur Benner.

—No se sabe... —contestó Jack con cierta seriedad—. No sabemos sí los torturan o experimentan con ellos...pero seguramente debe ser lo segundo.

Al notar la expresión en el rostro de Jack, Kenneth pudo deducir que los cazadores no eran simples personas como aparentaban.

—Pero aquí estamos nosotros y no nos dejaremos vencer —dijo Kenneth entre risas para romper el ambiente tan tenso que se estaba creando. Sus puños se encendieron en llamas.

—¡No Kenneth! —exclamó Jack con la mirada fija en las puños de fuego—. Aquí en Glaciem no creo que sea bueno que uses tu elemento fuego, la mayoría de los habitantes siguen sintiendo odio y desprecio hacia los elementales de fuego por lo que sucedió hace algunos años entre Ignis y Glaciem, será mejor que uses el agua o el hielo.

—Pero aún no controlo bien el elemento hielo —reprochó Kenneth levantando sus dos manos.

—Entonces si vas a pelear por Glaciem hazlo con el elemento agua —dijo Jack mientras no dejaba de mirar a los cazadores que hablaban entre ellos preparándose para hacer algo importante.

Kenneth asintió.

—Y usted capitán Benner tampoco sería correcto que use el rayo, porque su modo impacto o ataque es parecido al fuego y en vez de que los demás habitantes de Glaciem lo ayuden con los cazadores estos terminarán por atacarlo —le aconsejó Jack haciendo que Arthur desvanezca el rayo de su palma por completo.

—¡Habitantes de Glaciem una vez más estamos aquí 'Los cazadores' dispuestos a cazar a los elementales más fuertes de esta ciudad así que sin más preámbulos... que comience la cacería —dijo en voz alta el líder de los cazadores levantando sus brazos.

Cuándo terminó de hablar todos los siete cazadores bajaron de un solo salto.

—Es ahora, debemos proteger a los más débiles, tengan cuidado con Gladio, el líder... —Jack alzó su voz antes de colocarse en una posición de pelea—. Ustedes encárguense del resto pero con precaución porque ellos atacan entre dos o tres...y recuerden que cada uno de los cazadores usa un arma de muy avanzada tecnología para cazar por excelencia.

Los tres caminaron hacia al frente.

—Vamos por esos ellos que están más cerca, Kenneth —Arthur señaló a dos de los cazadores, uno de ellos un hombre algo robusto, de cabello largo y rojo, portador de un hacha y la otra, una mujer alta con ojos rasgados, muy delgada, de cabello negro y corto, portador con dos chakram, uno en cada mano.

Arthur sacó cuatro dagas, lanzó dos para cada cazador.

El pelirrojo con su hacha las esquivó de igual manera la asiática con una de sus chakram las desvió para otros lados.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó la mujer mirándolos de pies a cabeza—. Por lo visto no son de aquí ¿o me equivocó?

—Sí, se nota que no son de aquí, ¿de dónde son sabandijas? —agregó el pelirrojo apuntándolos con su hacha.

—Eso no les interesa a ustedes dos, no porque sean mujeres vamos a ser dóciles —mencionó Kenneth tratando de provocar al pelirrojo.

—¡Me la vas a pagar niño turista! —dijo en tono amenazante el pelirrojo.

-—¡Kenneth! —exclamó Arthur mirándolo con el ceño fruncido como gesto para que dejara de provocar al enemigo.

—¿Qué clase de insulto es "niño turista"? —preguntó el muchacho haciendo que su enemigo se enojara aún más—. Por si no lo sabes, tú también eres turista.

—Shaila encárgate del otro sujeto que yo me encargaré del niño turista —el pelirrojo movió su hacha dispuesto a matar.

—Está bien Ax, pero no lo mates tan rápido haz que sufra —contestó Shaila sonriendo maléficamente.

—¡Eso haré! —Ax sonrió con seguridad.

El pelirrojo llamado Ax, corrió con rapidez hacia Kenneth, cuando estaba más cerca lanzó su hacha, Kenneth la esquivó sin embargo el arma no quedó clavada en ningún lugar, estaba perseguí un objetivo claro y este era Kenneth.

El muchacho la desvió con un potente chorro de agua.

—¿Agua eh? —preguntó mientras nuevamente tenía su hacha en sus manos.

Una vez más el pelirrojo corrió en dirección al muchacho pero para matarlo a hachazos, Kenneth lanzó bolas de aguas para que retrocediera pero era inútil porque Ax las destruía con su hacha.

—Parece que no eres tan fuerte, que lastima, entonces no te llevaremos solo te mataré... —dijo Ax tratando de asestar hachazos que Kenneth esquivaba al ser más ágil que su enemigo.

—¡No estés tan seguro! —contestó Kenneth saltando hacia atrás.

Mientras pensaba en una ataque para derrotarlo, Kenneth estuvo a punto de ser cortado pero gracias al entrenamiento que le dio Arthur pudo reaccionar a tiempo, pero sabía que sí pasaba de nuevo quizá no lograría zafarse tan fácil.

Lo alejó con un gran chorro de agua que lo hizo volar varios metros para finalmente caer al suelo helado.

Muy cerca de ahí Arthur se tele transportaba a su alrededor todo el tiempo para poder cortar con sus dagas a Shaila pero ella se defendía con sus chakram. Se tele transportaba al frente, detrás, a la izquierda y a la derecha de Shaila para asestarle un golpe pero ella era rápida y sabía defenderse muy bien.

—¡Eres muy bueno! —comentó Shaila mientras Arthur se tomaba un descanso ya que había dejado de tele transportarse alrededor de ella.

—Gracias, todas las mujeres me lo dicen siempre —respondió Arthur sonriendole coquetamente.

—No... no me refería a eso —contestó Shaila ligeramente sonrojada.

—¿En serio? —preguntó Arthur que no dejaba de mirarla fijamente a los ojos.

—Eso ya no importa —Shaila lanzó uno de sus chakram.

Arthur lo esquivó con su tele transportación.

—¿Sólo te tele transportarás? —preguntó Shaila mostrándose algo decepcionada—.. Si eso es lo único que sabes hacer no podrás contra mí.

Ella le lanzó sus dos chakram.

Él se tele transportó detrás de ella, Shaila se dio cuenta muy tarde ya que Benner le asestó una patada en la parte posterior de las rodillas haciéndola caer.

Kenneth por breves segundos pudo ver la pelea entre su maestro y la cazadora, estaba por ir a pelear con los demás cazadores pero una voz llamó su atención.

—Hey niño turista, tu pelea es conmigo, ¿a dónde vas? —dijo Ax casi gritando.

Kenneth giró su cabeza pero al voltear por completo se dio cuenta que el hacha iba en dirección a su cabeza, estaba tan cerca que no sabía qué hacer.

No tenía la rapidez necesaria para poder esquivarla, creyó que iba a morir, se asustó al sentir la muerte tan cerca que no pensó en transformar su cuerpo en agua, se le olvidó por completo. 

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