Capítulo 30: El Laberinto de Piedra - En busca de la Reliquia Guardada


Abril

No me gustaba nada la idea de adentrarnos en el triángulo del dragón. Sólo una nación tan loca y antisocial como los Camaleónicos se le hubiera ocurrido esconderse allí. Por una parte, me alegraba, de que mi misión fuese otra dado que no era muy amiga del mar. Kaliska me había encomendado otra misión y tenía que buscar el momento idóneo para tomarme la píldora y comenzar mi tarea.

Miré hacia el cielo con fastidio. La lluvia me calaba por el cuerpo haciendo que mi piel se estremeciera. El barco se movía tan violentamente que parecía que debajo del agua habitaba un gigante y lo estaba agitando a su antojo. La tormenta se acercaba más y más, haciendo que el cielo se volviese negro, tan negro que parecía humo.

Algo o alguien golpeó la embarcación y todos caímos al suelo. Eloy y yo cogimos las armas para atacar a la mínima que viéramos un peligro. En cambio, Zeth se había alejado, en busca de los salvavidas o eso pensé. El cielo rugió y un relámpago pasó por el cielo. La lluvia empezó apretar y las olas a subir por el barco. Me agarré a la barandilla y observé el mar. Vi cómo una sirena nadaba cerca del barco.

—¡Ya están aquí! —Chilló la Camaleónica.

Entonces algo me cogió del brazo y me lanzó hacia el mar. Noté como me ahogaba porque no me había tomado la píldora para respirar debajo del agua. Observé con horror como una especie de serpiente gigante rodeaba el barco y unas cuantas sirenas le honraban. La criatura me observó por un momento y supe que no era una serpiente sino un dragón de un color azulado. Éste comenzó a dar golpes con su cola para destruir la embarcación. Me dispuse ayudar, pero una voz en mi cabeza me detuvo.

Es la hora—sonó la voz de Kaliska en mi mente — tómate la píldora y ve al bosque de piedra.

Nadé hasta la superficie y observé con horror como el barco se hundía. Zeth estaba colgado de una barandilla a punto de caer. De pronto el dragón azulado se alzó hasta dónde estaba Zeth.

No te preocupes estarán bien — insistió Kaliska — ¡tómate la píldora!

No sabía qué hacer. Ver a mis amigos en peligro y tener que abandonarlos a su suerte me hacía sentirme como una traidora. Pero la Sabia comenzó a repetirme una y otra vez que me tomara la píldora haciendo que me doliese la cabeza. Vi a lo lejos cómo Eloy nadaba hacia mí. Era mi única oportunidad de tomármela, aunque ya me había visto. Lo de pasar desapercibida no es mi fuerte lo reconozco. Ya le explicaría mis motivos del porqué les abandonaba más adelante. Así que saqué como pude la píldora y me la puse en la boca. Eloy se quedó quieto observándome. Vi a lo lejos cómo Zeth se resbalaba e iba a caer. Se lo señalé al Gift y comencé a nadar cuando sin querer me tragué la píldora y todo se volvió extrañamente seco.

Aparecí en un terreno rocoso y muy caluroso todo lo contrario de donde venía que era húmedo, lluvioso y frío. Miré a mi alrededor, a pesar del calor era hermoso. Las rocas se alzaban y los árboles hacían que predominaran el color verde. Más allá de mi vista se alzaban las rocas haciendo un gran laberinto. Esta misión iba a ser muy complicada. Encontrar a la señora esa, con nombre de reptil en un bosque de piedra, era como buscar una aguja en un pajar. Pero no me desanimé y comencé a andar. Al estar mojada me proporcionaba fresco ante el sol abrasador.

Pero cuando llevaba ya más de una hora andando y mi sudor caía por mi frente, me saqué la sudadera y me la situé en la cintura. Estaba seca completamente. Bufé fuerte por el fastidio. Estaba sedienta muy sedienta. Me senté en una roca, cansada, desanimada y preocupada por saber que les ha pasado a mis compañeros en el barco. Espero que no les haya pasado nada.

Ahora que todo estaba tranquilo me permití un tiempo para reflexionar. Saqué el collar que me había dado Kaliska. El atrapasueños parecía hecho con un cordel bastante duro de color marrón. Las plumas que se posicionaban debajo del círculo, parecían de águila. El collar hecho de cuero, le daba una apariencia bastante antigua. Lo toqué suavemente y pensé por un momento ponérmelo. Kaliska me había avisado que no lo hiciera dado que era muy poderoso y podía matarme, pero era bastante curiosa y en varias ocasiones no hacía casos a las advertencias. Eso me había llevado a muchos problemas, pero qué le voy hacer, es mi personalidad.

Cogí el collar y lo alcé hacia arriba. El sol traspasaba por la bisutería y hacía brillar las pequeñas gemas azuladas del centro. Era bastante hermoso y cautivador. De pronto tuve unas ganas inmensas de ponérmelo, de ver cómo quedaba en mi cuello. Sentía como si el collar me llamase. Justo cuando lo iba hacer, escuché un ruido en el árbol, que estaba en mi lado derecho. Levanté la vista y vi un lémur con la cabeza negra, ojos azules y una mancha de lo que parecía un corazón en el pecho. Era el animal que me describió la Sabia y el que me llevaría a la cueva de la Señora esa.

—Hola pequeño — le dije con cariño.

El animalillo, bajó del árbol con mucha agilidad y gracia. Se fue acercando poco a poco hacia mi situación. Bajé mis brazos dejando el collar en mis piernas y me lo quedé mirando esperando un movimiento suyo. El lémur se subió por mis piernas y me tocó la mano. Noté una calidez inigualable. Mi Sign, situado detrás de la oreja comenzó a arderme. Me llevé la mano hacia él y dejé escapar un gemido de dolor. En ese momento el animalillo aprovechó la ocasión para cogerme el collar y salir corriendo. Me levanté con urgencia y lo perseguí entre las rocas. Se notaba que estaba acostumbrado a saltar por ese terreno, su agilidad era notoria, en cambio yo parecía un pez fuera del agua. No paraba de caerme, tropezarme y chocarme con los árboles, piedras y más cosas.

—¡Devuélveme el collar! condenado mono — chillé alto para que me escuchara.

Entonces llegamos a una cueva. Me quedé en la entrada mientras que el mamífero se adentró en ella. Recordé que Ranavalona vivía en una y que el lémur me llevaría hasta ella, pero no pensé que fuera de ésta manera. Miré con escepticismo, dado que la Sabia se mostró muy cautelosa en no decirme todo lo que pasaba. Algo peligroso iba a pasar, eso lo tenía seguro.

Respiré hondo y entré en la cueva misteriosa. Andaba despacio, dado que apenas había luz. En un momento estaba todo negro, la oscuridad me invadía.

—¿Quién eres y porqué llevabas éste collar? — preguntó una voz áspera y un poco tenebrosa.

—Soy Abril — dije quedándome quieta para no caerme — me envía Kaliska, quería que viniese a buscar la reliquia.

—Y ¿Por qué no viene ella a buscarla? — preguntó molesta.

—Buena pregunta — contesté más para mí que para ella — El mundo y Naélium corren peligro ¡Necesitamos ayuda! Kaliska confió en ti para guardar la reliquia, ahora confía en ti para hacerla resurgir.

De pronto la cueva comenzó a temblar. Mi Sign comenzó a arderme. Mi piel se erizaba y mi cuerpo comenzó a estremecerse. Se avecinaba un peligro, mi cuerpo lo sentía, aunque mi mente no sabía que pasaba. Me tumbé al suelo dado que comenzó una ventisca bien grande, casi salgo por los aires si no fuera gracias a una piedra. La agarré con fuerza y me hice un ovillo esperando que todo pasara. Estuve un buen tiempo en ésta posición y al cabo de unos minutos, que parecieron interminables, el viento cesó. La cueva, por obra de magia se iluminó lo bastante para ver más allá de mis narices. Era una luz tenue, pero lo bastante para poder ver. Me incorporé dándome con algo en la cabeza. Era una tela, delicada, pero a la vez asquerosa. Pegué un respingo cuando supe qué era en realidad.

—Kaliska no confía en mí — dijo una voz que se situaba delante de mí — hicimos un trato y guardar su apreciada reliquia fue parte del trato. Pero no me dijo nunca que vendría otra persona a buscarla.

Mientras Ranavalona hablaba, yo observaba con terror la cueva. Estaba plegada de arañas de diferentes medidas. Mi nivel de aracnofobia iba en aumento por momentos. Si ya me daban asco éstas pequeñas, no quería imaginar cómo sería de grande la señora. Su voz sonaba como si fuera Enrome. ¿Existía arañas de ese tamaño en la vida real?

—Me dijo que si te enseñaba el collar me dejarías llevarme la reliquia — dije tartamudeando porque una araña del tamaño de una pelota de básquet se aceraba despacio hasta mi posición.

A éste punto Ranavalona se dejó ver. No era del todo un arácnido, di gracias por ello. Su cuerpo hasta la cintura se asemejaba bastante a un ser humano, si ignoramos los cuernos que le salían de las sienes. De cintura para abajo tenía cuerpo de araña con ocho patas. Temblé al verla y entonces ella hizo un ruido descomunal haciendo que todas sus compañeras me atacaran.


Comencé a sacudirlas de encima e hice aparecer el campo de fuerza para impedir que me atacaran. No me moví de mi situación dado que no quería que ella malinterpretara mis gestos. No quería luchar y menos contra ésta criatura.

Ella se acercó lentamente provocando temblores. Las arañas se apartaban de su camino y siseaban por el movimiento. Estaba pálida y aterrada. Lo único que me provocaba era salir corriendo y decirle a la Sabia que fuera ella a hablar con la araña gigante.

—No soy una araña — dijo Ranavalona leyéndome la mente — Soy una Drider*, aunque ésta no es mi verdadera forma.

Se situó delante de mí y se agachó para tener sus ojos en mi altura. Claramente estaba salvaguardando algo. Detrás de ella podía ver una especie de recámara. Allí se encontraría la reliquia no había duda. Tragué saliva fuertemente al notar su respiración. Esperé a que ella hiciera algún movimiento.

—¿Eres un Gift? — pregunté intentando no aparentar que estaba muerta de miedo.

—No pertenezco a ninguna raza, dado que soy hija de una Diosa — dijo con aire de superioridad — pero me siento bastante identificada con una nación en concreto.

—Con los Camaleónicos — susurré.

—¡Exacto!

Unas cuantas arañas se subieron al "lomo" de la Drider. A ella no le importó, dejó que anduvieran a sus anchas. Entonces noté como una se subía por mi brazo. Lo agité con fuerza y comencé a chillar. Ranavalona comenzó a reírse. Entonces en ese momento creé mi campo de fuerza haciendo así que ella no me viese. Intenté saltearla y adentrarme más en la cueva. Ella se giró rápidamente y con sus patas me dio un golpe bastante fuerte. Me llevó al otro lado de la recámara chocándome con un gran pilar de piedra. Mi campo de fuerza, se vino abajo y estuve a la vista de la Diosa.

—Eres demasiado impaciente, Abril. Entras a mi casa y me quieres quitar algo muy apreciado para mí ¿Sabes cuántas personas han venido para quitármela?

Señaló a los laterales de la estancia y allí reposaban miles y miles de cráneos. Sólo había eso, el resto de los huesos no estaban. Sospeché que ella se los comía, si no ¿Qué hacía con ello?

—Por favor — dije jadeando intentando levantarme — dámelo y me iré. Yo no quería venir, Kaliska me obligó hacerlo. Yo iba a ir a buscar a los Camaleónicos.

La Drider se acercó a mi posición, pero no volvió a atacarme. Sus amigas, entraron en la habitación, pero me dejaron un margen de espacio para no molestarme. Era todo un detalle.

—¿Aún están vivos? — preguntó afectada.

—Sí, mi amiga que es una Camaleónica, ha ido a buscarlos para que se unan a nosotros. Aini junto con Adón quiere destruir éste mundo.

—¿Aini? — tartamudeó — ¿Él también consiguió venir a éste mundo?

—Desgraciadamente sí — dije agachando la cabeza — poseyó a mi amigo que es un Curasangre.

La Driver se fue a un lateral de la sala. Allí se encontraba el lémur con el collar que me había quitado. El animal se lo dio, no mostraba ningún signo de temor. Estaba acostumbrado a la presencia de Ranavalona.

—Si están así las cosas no hay tiempo que perder — dijo corriendo yendo al pilar que estaba en el centro y lo golpeó con el dedo tres veces.

Me acerqué al pilar, pero siempre con precaución para no pisar ninguna araña y no infundir confusión. No quería ponerme a pelear contra un ejército de arañas mutantes. Al golpear el pilar éste se abrió y dejó ver un cuerpo. Éste estaba en perfecto estado. Era una chica muy bella, con el pelo largo y negro. Llevaba puesto un vestido azulado turquesa. Su piel era morena y sus labios rojos carnosos.

—¿Quién es? — pregunté absorta por la belleza de la chica.

—Es la reliquia que has venido a buscar — me contestó mientras le echaba polvos y recitaba conjuros.

Observé detenidamente a la Drider. Parecía también una Sabia, como Kaliska. Poseía magia y estaban igual de locas ¿Eran amigas, pero a la vez enemigas? Después contemplé el cuerpo. Kaliska me dijo que la reliquia no era ni oro, diamantes ni piedras preciosas, pero yo pensé que era un pergamino o un ingrediente mágico poderoso. Nunca pensé que iba a ser una humana y encima una humana muerta.

—No está muerta — me dijo ahora con un tono más amigable — está durmiendo o eso me dijo Kaliska. Yo creo que está congelada y que su alma está en otro lado esperando a que le devuelvan el cuerpo.

—¿Qué podemos hacer para despertarla? — pregunté preocupada.

Ésta chica seguro que era muy poderosa. La Sabia insistía mucho en venir a buscarla. Seguro que su magia puede contra Aini. Lo que no entiendo es cómo llegó a éste estado.

—Todas esas preguntas serán contestadas a su debido tiempo — contestó recordándome a alguien — pero no hay tiempo. Hay que despertarla y rápido.

Entonces cogió el collar y se lo puso en el cuello. De pronto ella abrió los ojos, eran de un precioso verde. El collar volvió a mis manos, como si se hubiera teletransportado. La mujer me miró con ternura y asintió. Ella me envió a mi mente una imagen conforme lo que tenía que hacer con él, más adelante. Absorta con esas imágenes, la desconocida nos cogió de los brazos, tanto a mí como a Ranavalona y entonces todo se volvió oscuro.



—¿Quién es esa mujer?

—¿Por qué estaba dormida?

—¿Quién es en verdad Ranavalona?

—¿Qué relación tiene la Drider con Kaliska?

—¿Qué pasará a continuación?

¿Cómo estáis mis queridos Gifts? Espero que bien, que seáis buenos y no salgáis en la cuarentena. Aquí ésta la última misión realizada por Abril de las tres que podíais elegir el orden.

¿Cuál de las tres os ha gustado más?

El sábado que viene empezaré a subir el desenlace de ésta historia. Espero que os guste y que comentéis para saber vuestras opiniones.

Recordad que cómo éste mes es el mes del libro varios días a la semana iré subiendo cositas. Lunes y miércoles os espero en mi Instagram con nuevas Covers y Banners. Los sábados nuevos capítulos.

¡Nos leemos pronto!

Palabras del texto con *:

Drider: Un drider es un engendro proveniente de un drow que ha sido repudiado por su diosa. En la sociedad drow existe una gran veneración a la diosa araña, Lolth. Cuando un drow llega a un cierto grado de desarrollo, ya sea como guerrero, mago, etc., es sometido a una prueba especial encomendada por Lolth. Info sacada de la página: seresmitologicos.net. Hay que tener en cuenta que, en la Saga Dones, siempre le pongo una variante.

Encabezado:

Como es el mes del libro, pondré en el encabezado vídeos relacionado con ello. Hoy toca un video sobre los futuros libros que serán publicados. Espero que os guste

Canal: Clau Reads Books

Título del video: Libros más Esperados del 2020

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