Capítulo 28: El triángulo del Dragón - En busca de los Camaleónicos
Zeth
El barco se balanceaba suavemente dirigiéndose a un destino incierto. El cielo azul intenso con algunas tímidas nubes blancas, flotaban por al aire con suavidad. Observé a quién estaba en el timón. Abril, la que estaba al mando, hablaba alegremente con la Camaleónica y apostaban donde podría estar el asentamiento de las Sirenas. Abril aseguraba que estaban en una isla perdida en medio del triángulo del dragón, mientras que la Camaleónica decía que estaba en el fondo del mar, estilo como Atlántica. Me aparté de ellas poco a poco hacia al lado opuesto, hasta Popa. Cuando llegué me encontré a Eloy echando hasta la primera papilla* por la borda. Me fui lentamente para no molestar y ofrecerle intimidad hasta babor. Allí contemplé la inmensidad del océano.
Pensé en la sensación que tuve en el momento que me despedí de Zoey. No quise decirle nada, pero sentí que iba a ser la última vez que le iba a ver. Cerré los ojos y tragué saliva intensamente. Deseé de corazón que no fuera cierto y fueran imaginaciones mías. Entonces levanté mi mano y me toqué mi Sign. Le envié un mensaje por medio de éste. A modo de respuesta mi tatuaje brilló y comencé a tener una sensación de calidez. Sonreí y sentí que mi fuerza y mi determinación volvía a mi ser. Ahora tenía más valor para ésta misión. Ella está bien y todo irá bien. Tenemos un buen plan ¿Qué podría pasar?
—¿Nadie le está dando importancia sobre las historias que dicen que suceden aquí? —preguntó Eloy limpiándose la boca, despistando mis pensamientos y caminando despacio dado que el barco se movía delicadamente.
—Son sólo leyendas—dije volviendo la espalda al hermoso mar.
—Dicen que en éstas aguas vive un enorme dragón azulado que le gusta comer carne fresca—dijo de una manera tenebrosa Abril que acababa de llegar.
—También dicen que hay una ciudad sumergida en el mar y que el tiempo se detuvo para ellos—dijo Eloy mirando a la Gift retándole en información.
Les miré, me estaba divirtiendo en su competición de a ver quién la dice más gorda*. Pero todas éstas historias son habladurías, no hechos, así que quise contribuir con un golpe de realidad.
—Lo que sí es verdad—dije elevando la voz para llamar su atención— que había muchos barcos que desaparecían en estos mares. El gobierno Japonés invirtió en investigaciones científicas, enviando así, un buque con científicos para estudiar éste fenómeno. El buque fue llamado "Kaiyo Maru nº 5", pero éste también desapareció.
Nos quedamos en silencio pensando en ésta información. Casi no me di cuenta que el barco había disminuido de velocidad quedando a merced de la marea, hasta que vi que la Camaleónica se acercaba a nuestra posición.
—Estamos cerca del triángulo de Dragón—dijo la Sirena— cerca de la isla Miyake.
—¿Es cierto que aquí desaparecen barcos? —preguntó Eloy.
—Así es, yo creo que mis compatriotas los hacen naufragar. A lo largo de los años, los humanos y los Camaleónicos hemos tenido nuestros roces. Algunos nos temen, otros nos odian y otros ven dinero fácil aprovechándose de nuestro don. Yo decidí vivir en el mar, ajena a la vida humana, pero éstos quisieron vivir haciendo daño y si es necesario matar algunos — relató la Camaleónica.
—¿Cómo se puede curar el odio que ha reinado tantos años? —preguntó al aire Abril.
—¿Querrán ayudarnos? es más ¿Querrán pelear contra Adón a favor nuestro? —Contestó en forma de pregunta Eloy.
—Hay un refrán que dice: Los enemigos de mis enemigos, son mis amigos—dije observando cómo un nubarrón con muy mala pinta se acercaba a nuestra situación—y creo que el interés y la seguridad de mantener su libertad es más importante que el odio que nos pueden tener.
El barco empezó a moverse con más violencia y la tormenta se acercaba más rápidamente. Abril y Eloy cogieron sus armas, listos para atacar. La Camaleónica se asomaba por la borda para ver si podía ver a su nación. Mientras, yo buscaba los salvavidas con la mirada. Estaban relativamente cerca. Me dirigí decidido a éstos para repartirlos cuando algo o alguien golpeó el barco y me caí de bruces* contra el suelo.
El cielo rugió y se vio un gran relámpago. Empezó a llover con intensidad y las aguas se movían y parecían que se quejaban por éste hecho. Me levanté como pude y me dirigí a proa. Cuando llegué pude observar a unos metros de mí una cola enorme que asomaba tímidamente por el mar.
—¡Ya están aquí! —Chilló la Camaleónica.
Me giré para avisarles que había visto algo enorme en el agua, pero sólo vi a Eloy que luchaba por ponerse en pie y a la Camaleónica que acaba de coger los salvavidas. ¿Dónde estaba Abril? ¿Se había caído por la borda?
Entonces se escuchó un horrendo chillido, que destruían los oídos y te producía involuntariamente cerrar los ojos del dolor. La embarcación empezó a moverse con violencia. Me cogí a la barandilla con mucho esfuerzo dado que con la lluvia y las olas que nos atacaban estaba mojada. Noté como el barco se inclinaba y se quedaba de una manera casi vertical. La Popa se estaba hundiendo y desgraciadamente me encontraba en la proa colgado y sólo agarrado a la barandilla.
Observé abajo dónde el mar devoraba sin piedad la embarcación. Un rayo pasó por el cielo y entonces vi una cabeza enorme de un dragón resurgir del agua. Eran tan grande que sus dimensiones seguro que era de un campo de fútbol. Se alzó muy ligeramente casi quedándose a mi altura. Sus ojos eran rojos brillantes. Sus escamas eran azules, pero de un color hermoso que se podía camuflar con las aguas. Sus dientes muy bien alienados y afiliados eran enormes. Tragué saliva y le mantuve la mirada.
—¿Qué dientes más blancos tienes? —le dije con una sonrisa mostrando los míos— seguro que te los limpias varias veces al día.
La criatura se acercó un poco más y justo en ese momento le ataqué con mi daga, sin hacerle mucho daño, dado que su piel era dura como una armadura. Por causa de éste movimiento me resbalé y me precipité hacía al vacío. Me dirigía justo hacía un hierro sin poder hacer nada. De pronto Eloy me cogió y seguidamente noté que estaba en el mar. El Gift había usado su don y nos había teletransportado al mar a unos metros del barco que seguía hundiéndose.
—¿Dónde está la Camaleónica? —grité por encima del sonido de los rayos y la lluvia.
—Yo que sé, estará nadando por ahí—contestó Eloy mirando al dragón que con sus patas partía en trozos lo que quedaba de la embarcación.
—¿Has visto a Abril? —le volví a preguntar.
—He visto cómo se tragaba una píldora y seguidamente desaparecía—contestó confundido— ¿A dónde habrá ido?
Me quedé pensativo, intentando saber por qué Abril había abandonado la misión. El dragón arrancó otro trozo del barco, lanzándolo pocos metros de nuestra ubicación. Esto hizo que volviese toda mi atención a la criatura.
—No sabía que existía los dragones—susurré en voz baja.
De repente Eloy fue engullido sin previo aviso hacia el fondo. Miré alrededor intentando flotar y no ahogarme dado que las olas eran bastante grandes. Busqué la píldora, aquella que nos proporcionaba poder respirar debajo del agua y me la tragué. Seguidamente me sumergí y me quedé helado. Mi compañero iba directo al fondo empujado por una sirena, con una cola negra. Pero eso no fue lo que me sorprendió, si no, la cantidad de barcos que yacían en el fondo. Alrededor nadaban con alegría varias sirenas y algún que otro dragón. Conté cuatro dragones y diez sirenas. Nos superaban en número. Nadé hacia la dirección donde había visto Eloy, pero éste desapareció. Seguí nadando para esconderme detrás de un barco que tenía pinta de haber sido de la segunda guerra mundial. Una sirena pasó a escasos metros de mí y por desgracia me vio. Se abalanzó sobre mí enseñando los dientes e intentando morderme.
¡Espera! —pensé a sabiendas que ella me podía leer la mente e intentado eludir sus ataques— no quiero hacerte daño ¡Queremos ser vuestros aliados!
Ella ignoró mis palabras y siguió atacándome. Entonces detrás de ella apareció un dragón, era diferente al otro que había atacado el barco. Éste, sus escamas eran de color rojo y sus ojos de color amarillo. La Camaleónica notó su presencia dejó de atacarme y me dejó a la intemperie.
Observé la escena con terror. Esa criatura estaba escasos metros de mí, a su derecha se encontraba los otros tres dragones restantes y a su izquierda las demás sirenas listas para atacar. No tenía ninguna posibilidad, había fallado la misión.
El dragón abrió su boca y en mi mente pude ver la imagen de Zoey.
Te amo— dije tocándome el Sign— y siempre te amaré.
La criatura, por fin, atacó.
No llegó hacerme daño porque algo le agarró del cuello y lo lanzó a varios metros. Me quedé quieto y bastante pálido. Lo que tenía delante de mí, no podía ser real, pero si he visto dragones y sirenas... ¿Qué no podría existir más?
A escasos metros vi a cinco cabezas de serpientes, pero con un cuerpo parecido al dragón. Era más grande que los dragones y éstos en vez de atacar se postraban ante él. Las sirenas, muertas de miedo, se escondían detrás de éstos. El dragón rojo, enfadado por la intromisión se enfrentó ante éste ser. Comenzó una lucha bastante épica. El dragón le atacaba con su cola y con las garras le arrancó una cabeza. El otro ser le mordía y se le regeneraba dos cabezas, teniendo ahora siete cabezas. Entonces me acordé de las clases de mitología griega del instituto. Éste era un ser mitológico llamado Hidra*, el cual cada vez que le cortabas o arrancabas una cabeza se le regeneraba otra. El dragón rojo no podría vencerle de éste modo.
La Hidra consiguió movilizar al dragón rojo y lo tenía bajo su merced. Estaba entre un barco y el cuerpo del ser mitológico. Las siete cabezas se acercaron a escasos milímetros a los ojos del dragón.
—No queremos mataros—siseó una de las cabezas de la Hidra—hemos venido hablar con vosotros.
Esa voz me era muy familiar. Entonces algo me tocó el hombro. Ataqué con la daga muerto de miedo, Eloy me esquivó y me dio un abrazo.
Tranquilo soy yo—sonó en mi cabeza—la Camaleónica me salvó—dijo señalando al ser mitológico.
¿Esa Hidra es nuestra Camaleónica? —pregunté bastante sorprendido— ¿no decía que los Camaleónicos sólo pueden transformarse en una sola forma?
—Es la salvadora—dijo por primera vez el dragón azul que nos hundió el barco.
—La Camaleónica "De las mil formas" que puede transformarse en cualquier criatura con sólo desearlo—dijo el otro dragón, que sus escamas eran de color verde.
—La que con sus poderes nos liberará de nuestro cautiverio y nos dará libertad para vivir en paz con los humanos—soltó el último dragón con las escamas de color amarillo.
La Hidra soltó al dragón rojo y se apartó suavemente. Eloy se situó a su lado yo a regañadientes le imité. Las sirenas se quedaron absortas viendo a la criatura mientras que los dragones ya lo habían tomado como normal.
—Decidme—dijo el dragón Azul— ¿Quiénes sois?
Somos Gifts que venimos a pediros ayuda—contesté todavía absorto por la situación— nos manda Kaliska.
—Si es así, sois nuestros amigos ¡Acompañarnos! — nos invitó el dragón verde.
Seguidamente las sirenas, ahora más amistosas nos cogieron suavemente del brazo y nos dirigieron por una cueva. Nadábamos más deprisa gracias a ella. Eloy iba delante con una sirena con cola de color púrpura. Daba la sensación que bailaba suavemente, mientras que la que me guiaba a mí tenía la cola del color de la plata. La Hidra la sentía nadar detrás de nosotros.
Por fin salimos de la cueva y se encontró una ciudad hermosa, en forma de cuevas donde había como farolillos de luz que iluminaban toda la estancia. Parecía cosa de magia, aunque ya después de todo lo que había visto hoy, ya nada me tendría que sorprender. En el centro de la ciudad se encontraba una enorme plaza con una estatua que se alzaba en medio de ésta. La estatua era una sirena con el pelo largo, pero con una corona en la cabeza. Había algo escrito en el pedestal, pero en un idioma que desconocía.
A nuestra llegada aparecieron más sirenas, hombres, mujeres, ancianos y niños. Se juntaron alrededor de la plaza mientras que los dragones se fueron en el centro, al lado de la estatua. Nosotros nos quedamos enfrente de ellos. Eloy se mostraba nervioso, sabía lo que sentía. Pensaba que era una trampa, había sido muy fácil convencerles. En cambio, la Hidra parecía tranquila. Se sentó detrás nuestro y bajo las cabezas a nuestra posición.
—Bienvenidos a la Ciudad Hajime*—dijo el dragón amarillo— nosotros somos los cuatro dragones guardianes de la nación de Nebai.
Kaliska no mencionó nada de que existía guardianes en Nebai— dije intentando recordar.
—A la destrucción de Naélium, muchos pensaron que los guardianes perecieron junto nuestro mundo. Nosotros conseguimos venir aquí. Hace miles de años que nos escondemos en éstas aguas—dijo apenado el dragón verde.
—Nos refugiamos en la profecía escrita por nuestra SemiDiosa —siguió hablando el otro dragón rojo— decía que una Camaleónica que se podría transformar a su antojo, nos liberaría y ayudaría a reconstruir Naélium.
—Esa eres tu—señaló el dragón Azul— nuestra salvadora.
La Hidra se acercó a ellos y volvió a convertirse quedándose en una sirena, tal y como la conocimos por primera vez. Nosotros ignorábamos que tenía ese poder, se le olvidó decirnos ese pequeño detalle. Cuando todo volviera a la normalidad se lo preguntaría del porqué nos ocultó su poder.
—Necesitamos vuestra ayuda—dijo nuestra Camaleónica—Adón, un Gift despiadado, junto Aini el príncipe de los Samaelitas amenaza con destruir éste mundo y acabar por completo con Naélium ¡Quiere gobernar ambos mundos!
Se escucharon gritos de decepción, gruñidos y blasfemias. Eloy y yo nos juntamos más. Las sirenas parecían cabreadas, aunque afortunadamente no era contra nosotros, sino contra nuestros enemigos.
Pedimos que nuestras naciones: Gifts y los Camaleónicos se junten como antaño—soné en sus mentes— unir fuerzas contra un mismo enemigo.
El dragón rojo no se mostraba muy convencido. Su gesto y su poca atención reflejaba que no le interesaba éste acuerdo. En cambio, los otros dragones se miraban y parecían que mantenían una conversación entre ellos. Las sirenas se mantenían en silencio esperando el veredicto. Por fin el dragón azul, que parecía que era el que mandaba más de todos los dragones, se acercó a nuestra aliada sirena.
—Seguiremos a la Salvadora y te serviremos. Lucharemos con vosotros contra cualquier persona, ser o ente que ose amenazar nuestra libertad—sentenció.
Entonces las sirenas comenzaron a cantar en unísono, señal de su aprobación. Los guardianes empezaron a rugir, menos el rojo que apenas podía levantar la cabeza por la resignación. Agradecí enormemente que la Camaleónica estuviera de nuestra parte y que gracias a ella teníamos a nuevos aliados con nosotros.
Entonces—siguió Eloy— cogeros todos de las manos y preparados para cambiar de forma.
Hicimos lo que nos pidió. Yo sabía lo que iba hacer, era una parte de nuestro plan. Aunque no sabía si los dragones tenían otra forma que podría respirar fuera del agua. Sinceramente la anatomía de un dragón no lo dominaba. Eloy me apretó la mano, haciéndome la señal de que estaba listo.
Vamos a por ellos, a impedir que destruyan nuestro mundo—concluí.
Entonces Eloy usó su don y nos teletransportó a nuestra siguiente misión, la más peligrosa e importante. Aquella que nos sentenciaría a decidir si morir o vivir.
—¿Os esperabais a los cuatro guardianes de los Camaleónicos?
—¿Por qué no dijo la Camaleónica que tenía ese poder?
—¿Creéis que tienen una mínima de posibilidad contra Aini?
—¿De dónde salió la profecía de la salvadora?
—¿Quién es esa SemiDiosa que ha mencionado el dragón?
—¿Os ha gustado el capítulo?
¡Hola mis queridos Gifts! Éste es uno de los tres capítulos prometidos. El siguiente es el capítulo: "El Bosque de los Suicidios". Os animo a leerlo a no ser que hayáis elegido leerlo como último. Os aviso que los siguientes capítulos son muy locos y puede que os sorprenda bastante. Recomiendo tener la mente abierta J
Espero que os esté gustando ésta historia y...
¡Nos leemos en el próximo capítulo!
Palabras del texto con * en el texto :
—Echar la primera papilla: Vomitar
—La dice más gorda: Significa a ver quién de los personajes dice la locura más grande.
—Caerse de bruces: Indica que alguien se cae de cara con algo o con alguien
—Hidra: En la , la Hidra de Lerna (en Λερναία Ὕδρα) era un antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente (cuyo número de cabezas va desde tres, cinco o nueve hasta cien, e incluso diez mil según la fuente) y aliento venenoso a la que mató en el segundo de sus . La Hidra poseía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía o le era amputada, y su guarida era el lago de en el golfo de la (cerca de ), si bien los arqueólogos han confirmado que este lugar sagrado es anterior incluso a la ciudad micénica de , pues Lerna fue el lugar del mito de las . Bajo sus aguas había una entrada al que la Hidra guardaba.(Información sacado de Wikipedia)
—Hajime: Significa "inicio", "el principio de algo".
Encabezado:
Os dejo el video de una de mis youtubers favoritas, que dan consejos de cómo escribir a cuatro manos. Yo personalmente siempre he escrito sola, pero por si alguna persona lo necesita, aquí dejo el video.
Título: Escribir a Cuatro Manos — Consejos para escritores
Canal de youtube: MartitaraBookVlogs
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