Capítulo 22: ¿Samaelita o Camaleónica?
Zoey
Cerré los párpados e intenté mantener la mente en blanco. Estamos en la sala principal de la organización, la enorme sala. Todos los componentes de la ODDSI, conocidos y no conocidos, concentrados en la misma estancia.
Parecíamos hormigas desperdigadas y perdidas sin saber cómo actuar, esperando a la Reina madre. Queríamos luchar y mantener el mundo a salvo, pero para mientras aquí estábamos.
Cada uno estaba en sus quehaceres: Blanca discutía con la Camaleónica, Abril hablaba con entusiasmo con Kaliska, mientras que Zeth y yo estábamos sentados en silencio.
En toda la sala había un ruido atroz, nadie entendía porque el jefe nos había reunido. Yo sabía que era para entrar en acción de una vez por todas, aunque no sabía cómo.
A consecuencia de la reunión, en mi cabeza hablan miles de mentes a la vez. Si esto fuera poco se ha añadido una nueva compañera: la otra Zoey. Ya no era alucinaciones, ahora la escucho dentro de mi cabeza todo el tiempo. Todo esto me produce un tremendo dolor.
A pesar de que mi alrededor reina el barullo*, yo me mantengo ausente en mis pensamientos. Era consciente que a mi lado está sentado Zeth, pero ambos estamos callados analizando la situación actual. Agradezco a mi alma gemela, éste silencio nada incómodo entre nosotros. En estos momentos siento que nuestra relación crece al dar espacio al otro.
Aprovechando el momento comencé analizar mis pensamientos, aquellos que me atormentan. El primero de todos es Adón. No tenemos ni idea de sus planes ¿Cómo lo vamos a detener? ¿Cómo sacarle ventaja si vamos súper perdidos? Lo único que sabemos que ha inventado la "Dynami" y éste otorga poderes a los humanos. Yo sospecho que ha usado el gen de los dones, ese que me robó en la batalla de las arenas. Pero la pregunta es ¿Por qué ha inventado Dynami? ¿Por qué darle dones a los humanos?
Kaliska dijo que Adón quiere crear un ejército pero ¿Por qué quiere un ejército si su objetivo es volver a Naélium? ¿Qué necesita para volver a ese mundo? ¿Es necesario una guerra para dicho objetivo? ¿Qué o quién le impide volver al otro mundo?
Naélium... el mundo de Zeth y mío. Ha pasado de ser algo íntimo, individualizado a ser un mundo que le pertenece a toda la organización ¿Cuántas almas gemelas han podido volver al juntar sus Signs? ¿Nadie ha sabido que de verdad era nuestro mundo y la tierra es un sitio que lo suplanta?
Me dejé llevar por éste hilo de pensamientos. Acabé analizando las cuatro naciones: Camaleónicos, Samaelitas, Gifts y Curasangres. No se parecen en nada, pero se necesitaban para subsistir ¿Qué pasó para que hicieran guerras? Nos dijo Kaliska que hacían tratos entre ellos, entonces, ¿Qué causó las batallas?
—Una traición—contestó Kaliska que estaba situada a mi lado. No le había escuchado venir: ni sus pasos ni su mente.
—¿Quién traicionó a quién? —pregunté intentando no parecer interesada por la respuesta.
—A veces la traición no viene de tus enemigos, si no, de tus seres queridos. Esa traición duele muchísimo más y puede destruir toda esperanza.
Me concentré en escuchar los pensamientos de la Sabia, pero éstos apenas los podía escuchar. Parecía que me estan prohibidos, dado que escucho frases sin sentido o al menos lo es para mí ¿Qué está ocultando Kaliska?
—Tu... —comencé pero algo en sus pensamientos me distrajo.
"Se está despertando, sólo le falta un empujón" —pensó Kaliska.
—... viviste la guerra en Naélium? — pregunté aunque verdaderamente quería hacer otra pregunta.
—Ya sabes la respuesta, Zoey, pero sí la viví y yo hice posible que llegáramos a éste mundo.
—¿Quién fue ese salvador que hizo el conjuro? —pregunté sin rodeos.
—¿De verdad quieres saberlo? — hizo una pequeña carcajada aunque noté que estaba nostálgica—.
—¿Lo conozco? ¿Logró salvarse del hechizo? ¿Está... aquí?
No sabía cuánto me importaba "El Salvador" hasta que hice esas preguntas. Todo alrededor de él era un misterio. Se le atribuía toda la fama de héroe pero nadie sabía su auténtica identidad ¿Por qué? ¿Había algún fin para mantenerlo en el anonimato?
—Todas esas preguntas —contestó la Sabia— tendrán sus respuestas en el momento idóneo. No estás lista todavía para ello.
Me quedé pensativa y no voy a negar que un poco enfadada. Parecía que Kaliska sabía todo, desde el pasado hasta el futuro. Era como un juego para ella, eso me producía frustración.
—Ya sabes cómo acabará todo ¿Verdad? —pregunté.
"Sí, aunque a veces cambia de rumbo depende de las decisiones que se tome" —pensó la Sabia.
—¿De quién depende esa decisión? —pregunté con temor
"De mí, siempre ha dependido de mí" —contestó la otra Zoey en mi cabeza— "tengo vuestro futuro en mis manos".
—De las dos depende— corrigió Kaliska— ambas tenéis la fuerza suficiente para salvar a Naélium y éste mundo. La pregunta es: ¿Estáis listas para ello?
Ignorando su pregunta, la cogí de las manos con urgencia. Noté como Zeth se levantaba del asiento y se posicionaba a escasos centímetros de mí. Él sabía que algo iba mal, pero no dijo nada y se limitó a escuchar.
—¿También la escuchas? —Pregunté tirándole de las manos con desesperación— No estoy loca, ¿verdad?
—La Locura está muy infravalorada—me dijo Kaliska despacio y muy lento.
—No entiendo nada, ¿Qué pasa? —preguntó Zeth cogiéndome de la mano y poniéndosela en el cuello.
Miré el rostro de mi alma gemela cuando mis ojos dieron paso a la luz. Vi preocupación en ellos y temor. Yo en cambio veía reflejados en ellos la locura. Giré la cabeza y de nuevo me dirigí a la Sabia.
—¡Contéstame! —dije chillándole y mirando directamente a sus ojos marrones— ¿Puedes oírla? ¿Ella es real?
Blanca, la camaleónica y Abril se quedaron calladas y atentas a la escena que se le presentaba delante de ellas. Sabía lo que estaban viendo: a una loca tocando el cuello de su novio y chillándole a una anciana.
Kaliska me miró con preocupación y me acunó la cara entre sus manos. Esa caricia me transmitió algo de serenidad y a la vez paz. Una parte de mi cerebro reconoció éste gesto e intentó recordar. Ese gesto me lo ha hecho alguna que otra vez, pero la pregunta era: ¿Cuándo?
—Me duele verte así, Zoey, pero se lo prometí. Confía en mí, todo irá bien.
—¿A quién se lo prometiste? —le pregunté con urgencia.
—A ella—dijo sin más explicaciones.
Esas palabras retumbaron en mi cerebro, de una manera ensordecedora. El dolor de cabeza comenzó a intensificarse más y más. Me agaché al suelo poniendo mis dos manos en la cabeza con la esperanza de que así se fuera el dolor.
—Zoey ¿Estás bien? —preguntó Zeth y rápidamente me cogió la mano para compartir el dolor de cabeza.
Al ser almas gemelas podíamos compartir las emociones y con ello el dolor. Zeth siempre estaba dispuesto a compartirlo conmigo, no era la primera vez. Lo único que tenía que hacer era tocarme y desearlo, así lo hizo. Le escuché gemir al mismo tiempo que bajaba la intensidad del dolor. Gracias a ello pude hacer la última pregunta.
—¿Te he visto antes? —Pregunté a la Sabia— hay gestos y palabras que me hacen recordar, como si fuera un dejavu.
Ésta se agachó y me abrazó. Era un abrazo maternal con gran sentimiento. Sin duda ésta mujer me conocía de antes, porque nadie excepto mi madre, me había abrazado de esa manera.
—No tantas como desearía—terminó diciendo.
En ese momento Abel hizo acto de presencia. Lo noté porque muchas voces se apagaron y algunas mentes les observaba. Me alejé de Kaliska y de Zeth, caminé un poco para situarme al lado de Blanca. La toqué suavemente para pedirle permiso en utilizar sus ojos.
"Puedes hacerlo—me contestó en mi mente mi mejor amiga— pero no me leas el pensamiento, no estoy en mi mejor momento".
Asentí con la cabeza y me metí en sus ojos para poder ver a través de ellos. Hice caso a su petición y respeté su privacidad. Igualmente no quería escuchar más voces en mi cabeza. Ahora mismo daría cualquier cosa para ser una persona normal.
Abel se dirigió a la sala como dueño del mundo, con una seguridad claramente marcada. Sus pensamientos estaban llenos de poder, con muchas esperanzas en la organización y en sí mismo.
Todos los Gifts nos acercamos a las sillas distribuidas por la ocasión en el centro de la sala para sentarnos. Delante de éstas, estaba una tarima donde el Jefe se subió para comenzar la reunión.
—Como ya sabéis estamos en una situación muy complicada—comenzó el jefe de la organización — Adón está preparando un gran ejército...
—¿Cómo lo paramos? —preguntó Eloy que estaba entre la multitud.
—Tenemos un plan —soltó de golpe Kaliska —pero requiere que todos nos sumemos y luchemos juntos. No hay que decir que será muy peligroso y puede que algunos no volváis....
—Como jefe vuestro que soy— interrumpió mi padre— tengo la autoridad de mandaros que vayáis a la guerra. Pero no quiero errar como hizo Adón, así que os dejo elegir entre marcharos o quedaros y ayudar a que los Alfas no dominen éste mundo ¿Qué decís?
Se produjo un gran silencio. Podía escuchar todas sus mentes en mi cabeza, que luchaban por tomar la decisión correcta. Sonreí cuando tomaron la decisión. Poco a poco se fueron levantando de su asiento, demostrando que estaban a favor y seguirían a Abel hasta el fin del mundo.
—Gracias por confiar en mí y sobre todo en la organización. Explicaremos lo que haremos a continuación, pero si alguno no quiere seguir adelante puede irse cuando quiera...—dijo lentamente Abel.
—¿Qué hay que hacer? —solté ya harta de tanta amabilidad, quería acción y sobre todo hacer algo para quitarme a la Zoey de mi cabeza. Necesitaba paz.
Kaliska se levantó y se posicionó al lado de mi padre. Desde los ojos de Blanca, la anciana parecía que había rejuvenecido y sus ojos brillaban con orgullo. Claramente estaba esperando éste momento desde hacía mucho tiempo.
—Sabemos que Isaac—comenzó a decir Kaliska, pero en ese momento se calló y miró a Blanca con tristeza y rectificó— Aini se ha aliado con Adón. Sospechamos que quieren ir a buscar el cuerpo del Samaelita, su auténtico cuerpo.
—¿Su cuerpo sigue intacto? —Preguntó la Camaleónica— pensaba que se había apropiado del cuerpo de Isaac porque no tenía otra opción.
Blanca miró a la recién llegada y sintió un sentimiento de rabia. Claramente estaba celosa pero me preguntaba por qué, si ella es la alma gemela de Isaac no la Camaleónica. Me moría de ganas por leer su mente y saber que se le estaba pasando por la cabeza, pero le prometí no hacerlo y lo voy a cumplir.
—Así es—contestó Abel — no sabemos cómo lo hizo, pero su cuerpo llegó a éste mundo, escondido esperando el alma de Aini para renacer.
—Claramente no es bueno para nosotros, ¿Sabemos dónde se encuentra? —preguntó Zeth.
—Gracias a nuestro queridísimo rehén Kylian— habló Abril— sabemos que Adón estaba preparando un viaje a Japón concretamente Aokigahara.
Una parte de mi mente recordó al Alfa, al interrogatorio. Recordé el hangar de los cuerpos mutilados, de la cantidad de humanos que habían sido asesinados. Pero por otra parte volvió a mi mente a Kylian, no sabía si seguía con vida o los interrogatorios le habían matado. Me sorprendí al darme cuenta que me daba igual, su vida me era indiferente y eso me preocupó. Mi falta de humanidad era evidente, la bondad, la inocencia... la Zoey de hace un año era diferente a la de ahora. Algunos dirán que soy más fuerte, decidida o valiente. Pero yo creo que la de ahora es más vengativa, rencorosa y menos humana... La vida ya no tiene el mismo significado para mí que antes y eso tendría que ser preocupante.
"¿Tendría que ser preocupante? "— Preguntó la Zoey de mi cabeza— "Ser humana te hace débil".
""Cállate"— le ordené en mi mente— "nadie te ha preguntado".
—Aokigahara...—repitió Zeth en voz alta— ¿No es el bosque de los suicidios?
—¡Exacto!—le felicitó Kaliska— suponemos que los esbirros de Aini dejaron allí su cuerpo para que cuando su jefe despertara pudiera volver a buscarlo.
Sonreí ante la situación. Blanca me miró y torció el gesto. Abel y Kaliska le imitaron.
—¿Qué te sucede? —me preguntó Abel.
—Es un sitio inteligente para dejar el cuerpo de un demonio sacado de otro mundo. "El bosque de las mil almas".
Todos me miraron incrédulos ante mi reacción. Una parte de mí también se sorprendió ¿Estoy disfrutando con esto?
Kaliska siguió explicando el plan para desviar la atención, pero ella notó mi cambio de personalidad. Me estaba comportando como la Zoey de mi mente: igual de fría, vacía y sin sentimientos.
—Un grupo irá a esa ubicación, nuestra misión será: Localizar el cuerpo y destruirlo antes que los Alfas lo cojan—explicó la Sabia.
—Pero el cuerpo está vigilado por los pocos Samaelitas que lograron escapar a éste mundo. Así que tendremos que luchar—soltó Abel con la cabeza alta.
Todos empezaron a silbar y aplaudir en señal de aprobación. En cambio mi amiga se sentó en la silla y abrazó sus piernas. Sabía lo que estaba pensando sin necesidad de leer su mente. Seguramente allí estará Isaac y no sabemos qué ocurrirá con él cuando el cuerpo sea destruido o por lo contrario Aini consiga lo que quiera. Cualquiera de las dos opciones era inciertas para el futuro de Isaac. Entendía el miedo que se apoderaba de Blanca, yo sentiría lo mismo si en su lugar fuera Zeth.
—Por otra parte—interrumpió Kaliska los vítores— otro grupo tiene que acompañar a la Camaleónica a buscar a sus compañeros para juntarnos y luchar contra Adón y Aini. La ciudad principal de nuestros compañeros, está situada en el Triángulo del Dragón.
Todos se callaron y algunos demostraron su desagrado. No era porque le cayese mal la chica, sino porque si comparabas una misión con la otra: una de guerra y otra para charlar con aliados, claramente las preferencias era de guerra.
—Sí, ya lo sé—siguió Abel— es una misión más tranquila pero igual de importante que la otra. Ambas depende el futuro de éste mundo y de Naélium. Además el triángulo de del dragón hay muchos misterios y mitos.
Escuché las mentes de cada uno de ellos. Algunos entendían la situación y le daba la razón. Otros rezaban para que no les tocara con la camaleónica. A mí me daba absolutamente igual, sólo quería salir de aquí y hacer algo.
—Entonces — siguió mi padre— para cada misión pondremos a un grupo que lidiará y éstos elegirá quién los acompañará.
Abel cogió una libreta y comenzó a dirigir los grupos. Kaliska le imitó, poniéndose al lado opuesto de la sala.
—Zeth, Eloy, Abril y la Camaleónica venid conmigo por favor—soltó Abel lentamente y con una sonrisa.
— Zoey, Blanca, Sora y Álan conmigo—dijó Kaliska con una gran sonrisa.
Me volví hacía Zeth. Nos habían separado en las misiones, las cuales eran peligrosas y puede que no salgamos con vida ¿Podía ser la última vez que viera a mi alma gemela? No sabía la respuesta, pero tampoco quería saberlo. Le abracé bien fuerte mientras escuchaba como las personas se movían y Blanca se alejaba con ella sus ojos. Me quedé en mi oscuridad pero me gustó, sentía que tenía más intimidad de éste modo.
—Confía en los demás—me dijo Zeth— los enemigos pueden confundirte pero los amigos siempre te dirán la verdad.
Levanté la mano y acerqué mi Sign a su cuello. Sentí calor y serenidad. Nunca sabría describir bien la sensación que me producía acercar nuestros tatuajes, pero era algo parecido al Climax más conocido para el ser humano.
—Esto es raro—dijo de repente mi alma gemela.
—¿Qué ocurre? —pregunté con poco interés dado que estaba tan metida en esa calma que no quería despertar.
—Tu Sign apenas brilla—dijo tocándome suavemente la mano— está como apagado como si algo estuviera encima e impidiera que brillase.
Dejé que mi mano tocara su cuello para que se abriera mis ojos. Seguidamente contemplé lo que Zeth me estaba diciendo. Tenía todo la razón, ambos Signs no brillaban con la misma intensidad, algo estaba pasando. Miré con horror y abrí la boca en forma de "o".
—Nuestra luz se estaba apagando...—susurré con el alma a los pies.
"Es porque él no es tu verdadera alma gemela" — me dijo la Zoey en mi cabeza.
Zeth me cogió la cabeza con ambas manos y me sonrió. Sus ojos, uno de cada color, se les veía cristalinos y completamente sinceros.
—Nuestro amor nunca estuvo ligado a la tinta de nuestro cuerpo, si no a la conexión de nuestra alma. No me importa con qué intensidad brillen, lo que importa es con qué intensidad me logre llevar tus besos— dijo susurrando para que esas palabras me llegarán hasta lo más profundo de la mente.
La otra Zoey en aquel momento se durmió y sentí una tremenda paz. Él la había callado y con él, mi alegría volvía, mi verdadero ser emergía.
—Gracias, Zeth, te amo — dije y seguidamente le besé mordiéndole los labios con intensidad— no dejes que te maten, porque donde quiera que vayas a parar iré a buscarte. No te escaparás de mí.
Zeth comenzó a reírse a carcajadas y me abrazó.
—Nunca se me ocurriría— me dijo en el oído.
Y ahí en sus brazos comprendí que no había otro lugar donde me sentía más segura de mí misma. Con él era Zoey al cien por cien y nadie podía dominar mi mente. Lucharía por mantenerme cuerda, lucharía como hizo Isaac contra Aini. La otra Zoey no me ganaría, al menos... sin luchar.
—¿Quién es el salvador de Naélium?
—¿Zoey conoce a Kaliska desde hace tiempo?
—¿Por qué os Sign de nuestra pareja de protagonistas se está marchitando?
—¿A cuál misión te gustaría asistir?
—¿Por qué la otra Zoey martiliza tanto a la verdadera?
—¿Por qué Kaliska puede escucharla?
Si buscas las respuestas sigue leyendo y adentrándote en Naélium
Quería agradecer a todas aquellas personas que se han enamorado de la Saga Dones y que lo disfrutan capítulo tras capítulo. Como dice el título, la historia está en pausa dado que por temas de salud y personales no tengo tiempo a escribir. Iré escribiendo cuando pueda. Gracias por la espera y os quiero mis Gifts!
Palabras del texo con *:
Barullo: Donde hay mucho ruido, pero un ruido muy molesto.
PD: EL VIDEO DEL ENLACE: RESEÑA DE LIBROS DE MI YOTUBER FAVORITA
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