Capítulo 35: Una guerra por la que batallar
Blanca
Estaba en la sala de entrenamientos de la organización del padre de Zoey. Intentaba extender mi don más allá de mi cuerpo y poder así visualizar la energía que salía de mí. En un momento, de pronto, se abrió la puerta y apareció Isaac de la nada. Paré en seco justo al momento que la corriente iba a llegar a su cara.
— ¡Ups! Cuidado, Blanca — Sonrió Isaac — Casi me fríes.
— Perdona, es que has aparecido de pronto.
Él se acercó dando zancadas enormes y me recibió con un caluroso abrazo. Hundí mi cabeza en su pecho respirando su perfume que tanto me gustaba.
— Menos mal que todo fue bien en la ODDSI — dijo Isaac sacándome de mis pensamientos.
— Sí, pensé que perderíamos. Todo se complicó en el último momento y Zoey...
— Ya está, Blanca, ella está bien ¿sí? No te preocupes más.
Respiré hondo. Desde el incidente de las Arenas tenía pesadillas. Pensé, sólo unas horas, que Zoey había muerto. Escapamos de milagro gracias a Abel. Pero no sabíamos nada de Zoey y Abril durante un periodo de tiempo. Esas horas se me hicieron insufribles. Durante ese tiempo nadie pudo acercarse a mí, no paraba de proyectar electricidad por todo mi cuerpo. Era un acto involuntario. Sentía tanta rabia, ira y una absoluta tristeza. Perder a mi mejor amiga era un dolor que no pude expresar con palabras. Menos mal que ellas seguían vivas.
Isaac me apretó aún más. Todavía estábamos presos de nuestro abrazo. Me fui alejando poco a poco de sus brazos y le sonreí.
— Es verdad, necesito un poco de descanso — dije al fin.
— No, tú necesitas ir a nuestro mundo especial. A Snowdream.
Le miré con ternura. Le besé apasionadamente mientras acercaba mi muñeca, donde estaba mi Sign, a su espalda donde estaba el suyo. El beso fue duradero y apasionado. Cuando me ordené a mí misma dejar de besarlo, abrí los ojos y allí estaba nuestro mundo. Nos encontrábamos en las montañas, donde siempre estaba nevado, pero nunca hacía frío. Parecía que el tiempo allí se había parado porque permanecía una cuesta de sol que bañaba el ambiente con colores pastel: de rosa, de amarillo, de rojo... todo parecía sacado de un cuento.
Ambos nos sentamos en la nieve para contemplar la puesta de sol.
— Nunca me cansaré de contemplar esto — dije llena de nostalgia.
— Yo nunca me cansaré de mirarte a ti — dijo Isaac dulcemente.
Le miré y me levanté rápidamente. Tenía ganas de correr y así quitarme el estrés de todo lo que habíamos vivido con la ODDSI.
— ¿Hacemos una carrera? A ver si no te cansas — dije mordiéndome el labio.
— Yo nunca me canso, Blanca, soy un Curasangre.
De pronto empezó a correr. Sólo llegué a ver una mancha borrosa. Parecía un dibujo animado veloz.
— ¡Muy gracioso Curasangre! — chillé.
Me puse a correr lo más rápido que pude para alcanzarlo. Siempre que podíamos jugábamos a esto, la meta era llegar a una mini casa que se situaba en un valle. La casa estaba deshabitada ya la habíamos investigado anteriormente. Siempre nos preguntamos quién habría vivido allí, pero al no encontrar ninguna pista desistimos.
Después de estar corriendo unos dos minutos llegué al valle. Ahí, me esperaba Isaac de espaldas. Me dispuse a correr más rápido para llegar antes con tan mala suerte que tropecé con una piedra y caí produciendo una bola con la nieve. Llegué al valle y escuché a Isaac riéndose a carcajadas y acercándose a mí.
— ¿Estás bien, Blanca? — dijo intentando reprimir la risa.
— Sí, aunque creo que me he hecho daño en el brazo.
Él me lo cogió dulcemente, pero tan pronto como lo vio se quedó blanco.
— ¿Qué pasa?— pregunté alarmada.
— Te has cortado con algo, tienes sangre.
Giré el brazo despacio para mirármelo. Tenía razón tenía una pequeña herida y salía bastante sangre. Me la tapé con la mano, me dolía. Me alejé poco a poco, sabía lo que le costaba controlarse a mi novio. Miré a Isaac y pude ver su deseo en su cara. No soportaba ver como luchaba contra su otro yo Curasangre. Parecía que sufría cada milésima de segundo.
Sabía que hace unos meses él me había mordido o al menos Isaac me lo contó. Yo no me acuerdo dado que pedí a Zeth que me borrase el suceso. Decía él que no podía vivir con el miedo de que me volviese a morder. En verdad como me borró el suceso no sé exactamente como me afectó. Pero el dolor que puedo percibir en los ojos de Isaac, es superior a mí. Le propuse varias veces que me mordiera pero él se negaba rotundamente. Decía que ya había cometido un error en el pasado, ahora no lo volvería hacer. Pero estaba dispuesta a pedirle una vez más porque lleva bastante tiempo sin probar la sangre. Estaba más pálido que de costumbre. Suspiré y le puse el brazo delante de su boca.
— Bebe si quieres — dije de una forma que pareciese despreocupada — de todas formas se está desperdiciando.
Me sorprendió su reacción. Isaac sin pensarlo dos veces acercó mi brazo a su boca y sentí como su lengua rozaba dulcemente la herida. Verdaderamente estaba sediento. La sensación del contacto de su lengua con mi herida era muy rara. Supuestamente tendría que sentir rechazo. Nunca había dejado que Isaac probara mi sangre, pero no sé porque hoy sentía una ligera atracción. Después de repasar varias veces su lengua en la herida sentí como daba pequeños mordiscos para así producir que el líquido saliera.
De pronto me vino a la mente como una especie de visión. Vi con horror a miles de Curasangres y otros seres, vagar por las calles de Barcelona y nosotros los Gifts intentando derrotarlos. Saltaban tan alto que llegaban hasta un quinto piso. Uno de ellos consiguió llegar a mi situación tumbándome en el suelo. Abrió la boca para mostrarme los colmillos. Sus ojos no eran azules cielo como los ojos de Isaac, si no, más claros casi llegando hasta el color blanco como los ojos de Zoey. Su apariencia era bastante siniestra.
El Curasangre empezó a dar mordiscos al aire mientras yo, como podía, intentaba que no llegase a mi cuello. Cuando él se cansó aproveché para dar una gran sacudida de electricidad y le dejé K.O.
Cuando me erguí vi una panorámica de la calle bastante horrible. Muchos Gifts y humanos muertos en el suelo mientras esos monstruos se alimentaban de su sangre. Los escaparates estaban destrozados, los coches abandonados. No alcanzaba ver nada que no estuviera manchado de sangre. Barcelona estaba pintada de rojo y ellos, los Curasangre, estaban ganando. Ahí reinaba la muerte, ya no quedaba nada.
La visión acabó y volví al mundo de ensueño. Isaac, con un poco de sangre en los labios, se me quedó mirando intensamente. Su cara igual como la mía, reflejaba el terror más absoluto.
— ¿Qué es esto? ¿Tú también lo has visto? — pregunté temblando.
— Ojalá no lo hubiera visto. Blanca, sentía sus ganas de beber sangre. Ellos no eran unos Curasangres normales. Ellos no pensaban en curar, ellos deseaban solo matar.
— ¿Qué hacemos?
— Hay que hablar con Zoey y Zeth, me temo que hay una guerra por la que batallar.
Continuará...
Mis queridos Gifts tengo que informar que este es el último capítulo de "Dones".
Pondré un apartado de personajes y otra de agradecimientos. Pero el libro en sí esta acabado.
¿Os gustaría saber que trama Adón y cómo lo llevará acabo?
¿Qué relación tiene Zoey y Zeth con el mito de los tatuajes?
Si queréis saber más os espero en el siguiente libro.
Os quiero!! Gracias por seguir fielmente este libro y de expresaros por comentarios y votos!!
¡Nos leeremos pronto!
NADA MÁS ACABAR DE LEER ÉSTE LIBRO ENTRAR EN EL SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA DONES: "NAÉLIUM"
ALLÍ SIGUE LAS AVENTURAS DE NUESTRA PAREJA FAVORITA
SI TAMBIÉN QUEREÍS SABER MÁS DE LA HISTORIA DE CHARLES Y ESMERALDA ENTRAR EN EL LIBRO:
"EL ULTIMO ALIENTO" DONDE SE CUENTA LOS ÚLTIMOS MINUTOS DE ESMERALDA CON VIDA.
OS DEJARÉ LOS ENLACES EN LOS COMENTARIOS:
¡OS QUIERO!
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