Capítulo 21: La misión de la feria
Zoey
Íbamos en el coche de paisano de la ODDSI. Dicha organización tenía muchos transportes a su disposición, incluso tenían un autobús. Cada uno era asignado a una misión y algunos Gifts. El que nos había sido asignado era un Seat Leon.
En cuanto a mí, me hubiera gustado poder algún día conducir una moto e ir a la misiones con ella, sería una pasada. Aparte de los transportes también nos proporcionaban armas (yo tenía dos dagas con mi Sign, escondidas debajo de las mangas) y nos facilitaban el vestuario. Por eso los tres llevábamos una chaqueta de cuero. Según Adón para pasar desapercibidos aunque creo que hacíamos el efecto contrario.
Durante el camino, Blanca y yo íbamos cantado una canción de Christina Aguilera, "Fighter" a todo pulmón. Nos gustaba porque nos describía perfectamente a ambas. Mientras, mi chico conducía callado y dejando que el ambiente de relajación siguiera su curso.
La feria del Gallo se celebraba todos los años en el mes de diciembre antes de las festividades de navidad, situado en un parking público. Era una ocasión para que todos los ganaderos pudieran exponer sus verduras como: patatas, pepinos, zanahorias etc y sus animales. Habían caballos, ponis pero lo más destacado era el gallo de pata azul. La raza autóctona del Prat. Hacían concursos para ver cuál era el más hermoso.
Aparte también estaba un lugar donde estaban las organizaciones. Allí podías encontrar desde las tiendas de juguetes, panaderías, gimnasios, teterías... Hasta las organizaciones como "la casa Andalucía, Extremeña, etc. Podías encontrar los diferentes deportes que se hacían en el Prat: Atletismo, patinaje e incluso las bandas de música.
Por último a las afueras se situaban las mini tiendas donde vendian: collares, bolsos, sudaderas, carcasas de móviles etc. Personalmente me gustaban en esta sección de la churrería y la tienda donde vendía las mejores patatas bravas. Y una caseta donde hacían cualquier tipo de pan, mi favorito: El pan de cebolla.
Llegamos ya a la feria y Zeth se dispuso a aparcar.
— Esto es genial vamos por una misión muy importante, para así salvar vidas y no encontramos aparcamiento para el Ferrari — dijo Blanca de broma, sobre todo porque el coche estaba muy lejos de ser un ferrari.
Ella y yo rompimos a reír a carcajadas. El ambiente era más como si fuéramos de fiesta y no por motivos de trabajo, además por algo tan serio como proteger vidas.
Zeth estaba ausente mirando alrededor para encontrar aparcamiento. Veinte minutos más tarde estábamos en la entrada de la feria.
— Vale chicas, miremos los mapas en el móvil.
Cogí el móvil y me metí con la mente en el sistema, de pronto la imagen del mapa apareció en ella.
— Entonces hay tres tiendas dos de ellas conectadas entre sí. Blanca dirígete a la tienda de animales.
— Vale jefe— contestó Blanca con intención de provocarle.
Zeth ignorando a Blanca siguió con las órdenes. Se ponía muy misterioso y atractivo cuando trabajaba. Me introduje en un periodo corto de tiempo en la mente de Blanca para poder observarle a pesar de que seguía viéndole difuminado.
— Zoey dirígete al módulo a la tienda de organizaciones. Allí habrá más gente guíate por las mentes, te será más fácil.
— ¿Y que busco? — pregunté.
— Bueno, según Adón, este chico esta incontrolable. Sólo pensará en sangre obsesivamente.
— Vale... —dije confusa y con una sensación de náuseas.
— Y yo estaré por aquí, fuera de los módulos ¿alguna duda?
— Sí, ¿qué hacemos cuando lo encontremos? — preguntó Blanca bastante nerviosa.
— Avisar a los demás por el móvil y retenerlo hasta que lleguemos.
— Bueno vamos al rollo — dije, estaba impaciente por moverme.
Me dirigí al módulo de las organizaciones que estaba compuesta por dos tiendas enormes. Aún percibía en mi mente el mapa y una flecha que representaba que era yo.
Como mola, tengo integrado en el cerebro un GPS — pensé.
Al entrar, abrí mis oídos y con ello asaltaron miles de voces en mi cabeza. Caminé lentamente fijándome en cada voz que oía, aprovechando en aquellas ocasiones que la gente se fijaba en mí. Tenía una pinta bastante rara. Iba con la chaqueta de cuero, con las gafas de sol (aunque ya era de noche) y pantalones vaqueros pero con un cinturón que me facilitaba llevar armas aunque no tenía ninguna. Al menos ahí, las tenía escondidas en las manga. Me sentía muy segura con la vestimenta y era muy cómodo para luchar. Di un respingo.
Espero que no tenga que llegar a eso — pensé.
En el módulo de organizaciones donde me encontraba, estaban todas las entidades del Prat, agrupadas para promocionar sus servicios. Por eso no cesaba de escuchar publicidad a cada momento: deportes, tiendas de juguetes, panaderías, partidos políticos...
Comenzaba a impacientarme. La mayoría pensaban en dinero o cosas materiales. Algunos en sus hijos, en su familia. Resoplé alto y entré en la segunda carpa. Aunque había cambiado de lugar, las mentes pensaban lo mismo. Las mismas cosas corrientes de siempre.
De repente escuché algo que me llamó la atención:
¡Ayuda que alguien me ayude! ¡no puedo respirar!
Giré la cabeza en la dirección donde lo había oído. Miré el mapa en mi mente, me sorprendí. La dirección dónde provenía la voz, según el mapa no había nada. Tanteé la "pared" que en verdad solo era una lona, que estaba delante y descubrí que existía habitación continua. Entré despacio, pisando casi de puntillas y tanteando el aire para no caerme.
¡Por favor suéltame! ¿qué quieres de mí? — Volví a escuchar la mente.
Me fui acercando y me metí en los ojos de la chica que pedía ayuda desesperadamente. Al hacerlo vi que la habitación era pequeña y con muchas cajas. Ella, la chica, estaba sentada al fondo. Me pude ver a lo lejos y me resguardé detrás de una de las cajas.
"Sangre, necesito curar para sentirme bien ¡te curaré! — escuché la mente del Gift.
Gracias a los ojos de la chica le pude ver de espaldas. Era un chico rubio, vestía unos tejanos y una camisa a cuadros un poco desaliñada. En ese momento empezó a darse la vuelta lentamente... Me quedé de piedra al ver quién era.
— ¡Ahora estate quieta! iré rápido y será indoloro, intentaré no matarte — le escuché decir.
Salí del escondite y me quedé detrás de él.
— Isaac, ¡ detente! — dije segura y todavía con un tono de sorpresa.
— Mmmm ¿Zoey? Hola— dijo en un tono seductor — ¡Bienvenida!
Me miró de arriba abajo. Me mantuve en los ojos de la chica para tener una mejor perspectiva. Él estaba ansioso y eufórico había encontrado otra víctima y bajo su criterio era mejor que la otra pobre chica.
— Veo que has pasado por momentos difíciles. Los cortes que tienes en la barriga lo demuestran.
Me quedé perpleja. Me toqué inconscientemente la chaqueta para ver si la tenía levantada. Me extrañó cuando comprobé que no era así.
— ¿Có... cómo lo sabes? — pregunté sorprendida.
— Porque del dolor es de lo que me alimento — dijo con un tono repulsivo — no me puedo resistir a morder a alguien que lo haya pasado mal y sea un desgraciado. Mi objetivo es hacerle feliz, con el intercambio de sangre.
Me mordí el labio y di un paso al frente despacio para no provocarlo.
— Te he estado observando Zoey. Desde que apareciste, tu presencia me volvía loco. Tu tristeza y tus deseos de desaparecer... me atraían. Yo intentaba alejarme de ti y de... — cerró los ojos con fuerza como si lo que iba a decir le doliera — Blanca... le dije que no se acercara a mí, ella es mucho más apetecible que tú.
En ese momento introduje la mano en el bolsillo y tanteé el móvil para avisar a Blanca y a Zeth de que ya lo había encontrado. Acto seguido intenté distraerlo hasta que ellos llegaran.
— Yo pensaba que curabais a las personas. Gente que como tú tenéis este peculiar don...
Él mostró una sonrisa fría que podría congelar y dejar petrificado a cualquiera. La chica que me ofrecía sus ojos estaba muerta de miedo.
— Es cierto a medias. Si absorbo tu sangre, que créeme tiene que estar deliciosa, convertiré tu miserable vida en una llena de felicidad.
— Pero será una felicidad ficticia, los problemas seguirán ahí. Yo no quiero huir de la realidad prefiero enfrentarla — dije andando lentamente al otro lado opuesto.
Quería ponerle de espaldas de la "puerta". Así no vería a Zeth o a Blanca en su llegada.
— Así no pensabas antes ...
Recordé las veces que deseé morirme y las numerosas veces que me cortaba para huir de la realidad.
— He cambiado, ahora quiero vivir. Siempre hay un motivo para vivir y para luchar. Tú tienes un motivo para vivir, Isaac o ¿no? piensa en Blanca.
Él se quedó pensando. En su mente podía observar como aparecían imágenes de Blanca. Más hermosa de lo que era en realidad, pero de pronto esas imágenes desaparecieron y todo se volvió rojo.
— Ya me he hartado de hablar. Me muero de sed, Zoey.
Acto seguido se abalanzó sobre mí. Caímos los dos en el suelo, él encima de mí. Isaac estaba totalmente fuera de sí, daba mordiscos en el aire probando suerte. Me deseaba aunque sólo fuera probar una gota de mi sangre.
Cuando el aflojó la fuerza de los mordiscos le di un puñetazo en la nariz rompiéndosela al instante. Él se levantó del suelo, tapándose la zona dolorida con ambas manos. No le dejé tiempo para reaccionar. Así que le di una patada en el costado, cayó al suelo sonoramente. Rápidamente, como si no le hubiera echo daño, cogió algo del suelo que no pude ver. Estaba fuera del alcance de la chica. Sin poder prevenir lo que era, Isaac me clavó algo puntiagudo en el costado. Deduje que era mis dagas que se habían caído por la pelea. El dolor fue intenso y muy doloroso, caí de culo sin remediarlo. Empezó a salir sangre, me puse las manos en la zona para evitar sin éxito que me desangrara. Isaac se puso derecho y me miraba desde arriba admirando su obra.
— ¿Hueles eso? ¿ese delicioso aroma? Hueles de maravilla Zoey, no temas te quitaré todas tus tristezas.
Se lanzó encima de mí. Como la vez anterior, daba mordiscos frenéticamente. Levanté mi mano e intentaba meterle los dedos en los ojos pero era inútil tanto para mí, para quitármelo de encima, como para él morderme.
Isaac harto de no conseguir lo que quería, me giró la cabeza. Dejando al descubierto mi cuello, al mismo tiempo que me metía los dedos en la herida del costado. Chillé fuerte. Sentía tanto dolor que no me podía resistir más, estaba exhausta.
— ¡Eres mía! — dijo con la voz ronca por la excitación.
Cerré los párpados rezando para que no me doliese demasiado. En ese momento sentí que el cuerpo de Isaac se quedaba inmóvil y a la vez notaba una leve corriente.
— Nadie toca a mi amiga si yo puedo impedirlo — dijo Blanca con un tono autoritario.
Me deslicé suavemente dejando a Isaac bocabajo en el suelo. Descansé un poco para así volver a respirar normal. Entonces caí en la cuenta del peligro que corría mi amiga. Isaac deseaba demasiado a Blanca. Hasta ahora no le había hecho nada porque su amor era más fuerte que su sed. Pero ahora estaba desesperado, su lado Curasangre le estaba ganando terreno. Mi amiga corría peligro.
— ¡Blanca, huye! Llama a Zeth, confía en mi.
— Yo puedo Zoey, soy fuerte. He entrenado mucho, estoy preparada para luchar.
Yo sabía que ella podía. La había visto entrenar, su técnica era impresionante. Yo lo que temía era que no fuera lo suficientemente fuerte emocionalmente. Sabía que esta situación le iba a doler de verdad. Intenté levantarme sin éxito, cuando escuché la mente del Curasangre. Estaba reaccionando.
Isaac al no sentir la corriente eléctrica se levantó despacio y se giró a cámara lenta.
— ¿Isaac? — Blanca estaba atónita — no... no puedes ser tú.
— Blanca ...— susurró Isaac — huye , no quiero hacerte daño... a ti no.
Se balanceó por la tienda, parecía que luchaba con alguien invisible. En verdad luchaba con su otro yo, el Curasangre. Después de unos segundos se quedó parado mirando a mi amiga.
— Siempre tan rica Blanca... sí he llegado a este punto es por tu culpa. Tu tristeza, tu vida me atrae como un mosquito a la luz.
Dicho esto se abalanzó sobre ella y vi como le mordía profundamente en el cuello. Mi amiga se quedó completamente en shock. Intenté levantarme pero la herida del costado era insoportable. A duras penas me mantenía despierta. Deseaba cerrar los ojos y dormir.
— ¡Blanca! — chillé — ¡reacciona, reacciona!
En un momento de lucidez, Blanca proporcionó una descarga. Isaac cayó al suelo inconsciente. En ese preciso momento apareció Zeth.
— ¿Blanca estas bien? — preguntó asustado.
Él se puso enfrente de ella para verla. Blanca estaba con la mirada ausente y con una mano en el cuello por donde salía un hilillo de sangre. Mi novio pasó su mano por delante de ella para que reaccionara.
— Zeth, saca a Isaac antes de que se despierte — dije con la voz ronca por el dolor.
— Zoey ¿Qué ha pasado?
— Una lucha entre él y yo. Si no fuera porque ella intervino — señalé a Blanca — no sé que hubiera pasado. Pero al verla Isaac se volvió loco y la atacó.
Él se aproximó a mí y miró la herida del costado. Me levantó la camisa, me sorprendió que no se alarmara por mis cicatrices pero supongo que ya había visto esa historia en mi pasado.
— Vale, la herida ya se esta curando tardará una hora o dos.
— Para mientras el dolor es insoportable.
— No seas quejica — rió con ganas.
Antes de bajarme la camisa acarició con un dedo la cicatriz más grande. Di un respingo y giré mi cabeza en otra dirección.
— Perdona, ojala pudiera borrarte las cicatrices de tu vida — dijo lleno de ternura.
— No es necesario. De ellas se aprenden y dictaminan como es la persona. Estas cicatrices me han cambiado y gracias a eso soy lo que soy ahora.
Zeth se acercó y me dio un casto beso rápido pero eso no impidió que me ruborizara. Él en ese momento se fijó en la chica que me ofrecía sus ojos.
— ¿Estás bien? — preguntó con un tono amable.
— Creo que tengo un esguince — contestó la chica hipnotizada por mi chico.
Él le tocó el pie para verificar lo que decía la chica.
— Es cierto, no podrás caminar, necesitarás ayuda...
Se levantó, sacó su móvil y marcó.
— ¿Eloy? Necesito tu ayuda, ¿puedes venir un momento? Tengo tres heridos y al Gift fuera de combate por ahora.
Escuché con atención la otra parte del teléfono, dado que tenía el oído muy fino.
— Me encantaría compañero. Pero aquí se está armando parda así que necesitaré después tu ayuda. ¡joder, tened cuidado que casi me voláis la cabeza! — chilló a alguien ajeno. Si no fuera porque parece una maldita guerra sería divertido.
— Tú siempre de fiesta, Eloy. Vale, después te ayudo, no hay problema.
Antes de que acabara la conversación apareció Eloy delante de Zeth y se puso a mirar a ambos lados.
— ¿Pero tíos que habéis hecho? Era sólo uno y parece que os habéis enfrentando con un ejército.
— Lleva primero a Isaac y a Zeth a la ODDSI para que Adón se encargue — le dije a Eloy.
— Pero... — comenzó a decir Zeth.
— ¡Hacedme caso! ¡ Isaac está apunto de despertar! — grité.
Eloy cogió de la mano a Zeth y se agachó para tocar a Isaac y en un abrir y cerrar de ojos desaparecieron. Aprovechando que estábamos solas, sin contar a la chica del esguince, me acerqué lentamente a Blanca sintiendo un dolor insufrible.
— Blanca, reacciona — dije susurrando.
Levanté la mano y le toqué la suya, la que descansaba en su cuello. Sentí una leve descarga pero no aparté la mano.
— Blanca se cómo te sientes pero él... estaba descontrolado.
Ella seguía sin reaccionar.
— Él te ama lo sé. En el fondo de sus pensamientos te reconoció ¿te acuerdas? Al principio cuando apareciste, pero su ansia y su sed le ganaron.
Mi amiga seguía impasible, sin mover las pestañas. Le cogí la mano fuertemente e intenté sacársela del cuello. Ella me dio una descarga más fuerte. Esa corriente llegó hasta mi herida y me retorcí de dolor.
— Sé que es difícil, pero acuérdate lo sola e incomprendida que te sentiste cuando no podías controlar tus poderes. Lo que pasó con tu hermana... es lo mismo que le ha pasado a él.
Me volví a incorporar lentamente observándola pero seguía sin responder.
— Lo siento Blanca pero no me has dado opción.
Levanté la mano y le di una bofetada tan fuerte que le giré la cara. Ella me miró y unas lágrimas incontroladas empezaron a bajar por sus mejillas.
— Zoey ¡me ha... me ha mordido! He sentido... he sentido y escuchado como me succionaba...
Dicho esto se abalanzó encima de mí y empezó a llorar de una manera desesperada que pensaba que se quedaría sin respiración. Vi en sus pensamientos la imagen de Isaac que le decía que le amaba, pero que se tenía que alejar de él... dado que era peligroso. Blanca pensó que era por la fama que tenía en el instituto de chico rebelde, el que se metía en líos. Ahora entendió a que se refería. Se sentía defraudada, engañada y muy, muy dolida.
— Lo sé, todo irá bien Blanca. Él te ama te lo puedo asegurar.
En ese momento apareció Eloy con la cara hinchada y el labio partido.
— ¿Qué narices te ha pasado? — pregunté asustada.
— Isaac se despertó nada más llegar a la ODDSI y me dio un puñetazo sin previo aviso. Zeth se quedó intentando calmarlo.
— Bueno salgamos de aquí — dijo Eloy.
— ¿y que hacemos con ella? — pregunté y señalé a la mujer que estaba tirada en el suelo.
Eloy sacó el móvil, marcó y esperó.
— Hola soy Eloy Ramos, solicito que vengan los "olvidadores" a la feria del Prat.
Esperó y escuché la otra parte del teléfono.
— Sólo hay una chica y bueno la carpa esta... llena de sangre — dijo mientras miraba alrededor — Muchas gracias.
Colgó el teléfono.
— Solucionado — dijo Eloy con un tono de triunfo.
— ¿Quién son los "olvidadores"? — dije temiendo por la chica.
— No te preocupes no le harán daño. Bueno nos vamos que hay que curar esas heridas y yo volver a la misión.
Eloy se acercó a Blanca, a mí y desaparecimos delante de los ojos de la chica y con esto volvió la oscuridad a mis ojos.
¿Podrá Isaac controlarse y adaptarse a la ODDSI?
¿Sospechabais que Isaac era un Gift?
¿Blanca perdonara a Isaac?
¿Qué pasará a partir de ahora?
Todas las respuestas en el siguiente capítulo
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¡¡Os quiero mis Gifts!!!
Nos leemos pronto!
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