Capítulo 60: La esperanza tiene alas

Dalila/Kiara

Miraba con admiración al hombre que había aparecido delante de mí. Hacía apenas unos minutos, era un tiburón, el cuál, me había salvado del Kraken. Tenía una forma física muy dejada. Su barba era muy poblaba y larga, casi le llegaba al pecho. Parecía bastante viejo, pero me dio la sensación que era por su dejadez.

—Has desafiado al Kraken — dijo con una voz áspera.

—Tenía un propósito — dije cogiendo la corona.

El hombre me miró con desconfianza.

—¿Qué quieres hacer con esto? —preguntó señalándola.

—Salvar Naélium y la tierra. Aini y Adón quiere gobernarla, para que reine la oscuridad.

Éste asintió.

—¿Quién es Adón?

—Mmmm ... aquí creo que se hacía llamar Noda.

Su cara reflejaba confusión.

—Amigo de Esmeralda.

Seguía sin reaccionar.

—El alma gemela del Rey Charles.

Ahora sí que reaccionó.

—Charles estaba casado con la princesa de Nebai.

Asentí, a la misma vez que Rocks se posaba en mi hombro. Extendí mis alas y suspiré de placer al notarlas de nuevo. Ahora volvía a ser yo misma, sólo me faltaba mis armas.

—¿Dónde están? — preguntó de pronto quitando mi momento íntimo.

—Charles y Navit murieron en la guerra de los dos bandos. Los Curasangres y Samaelitas entraron al castillo — dije atando la barca. No tenía intención de volver con ella. Ahora me iría volando.

Noté como el hombre cayó de rodillas y comenzó a llorar fuertemente. No entendía porqué se ponía así. Tampoco entendía porqué estaba despierto. La mayoría de personas estaban congelas ¿Él ha estado, siglos y siglos en forma de tiburón? Si es así ¿estará enterado de esto?

Miré alrededor y supe que no tenía nada. Estaba sólo y sentí compasión por él. Decidí llevármelo, al menos estaría acompañado.

—Vente conmigo — dije tajante — te llevaré a Kiau. Kaliska nos ayudará a salvar este mundo.

Él negó con la cabeza, llorando.

—Mi hija, ha muerto — creo que dijo, porque casi no se le entendía — no tengo motivos para seguir viviendo.

Intenté atar cabos. Rocks fue más rápido y me interrumpió.

—¿Eres el Rey de Nebai? ¿El padre de Navit?

Él asintió. Entonces me postré en señal de respeto.

—Siento mucho su pérdida — dije en susurros — No puedo imaginar el dolor de perder una hija, pero aún puede salvar a su pueblo. En la tierra, viven Camaleónicos y sus guardianes. Están en peligro y necesitan un rey que los gobierne.

Dichas estas palabras salió una luz brillante y resplandeciente. Esa luz, hizo que recordase algo que había olvidado, algo muy importante. La reconocí al instante y mi corazón se paralizó por un segundo. Detrás de esa luz, apareció Sasha en forma de varón. Sonreí como una tonta y me levanté.

El Arconte se acercó y tocó el hombro al Rey Irat. Le susurró algo en el oído y él dejó de llorar. Asintió levemente.

—Tu pueblo te necesita — dijo Sasha con autoridad — tu hija te necesita.

Ante esta confirmación ambos, Irat y yo nos quedamos perplejos.

—¿Mi hija sigue viva? — preguntó levantando la cabeza.

Él asintió. Entonces Irat corrió a la zona rocosa. Comenzó a rascar y de allí cogió un bulto. Vino corriendo y me lo puso en las manos. Le miré extrañada.

—¿Qué es? — pregunté con curiosidad.

—Ábrelo — recibí por contestación.

Obedecí su orden y comprobé con alegría que era el tridente, la última reliquia de Nebai. Ya tenía las dos, podía volver. Abracé al Rey con ímpetu, seguidamente me arrepentí. Me aparté y el Rey comenzó a reír.

Después me acerqué a Sasha y el Rey al ver la intensidad de nuestras miradas, cogió a Rocks con dulzura y se alejaron un poco.

—Hace mucho tiempo que ... — solté casi sin pensar.

—No tienes que excusarte, formaba parte del plan.

—No me acordé de ti — dije con vergüenza — ahora me di cuenta que intenté substituirte. Pensé que amaba a Adón, pero al que estaba buscando era a ti.

No dijo nada y esperó a que acabase. Siempre había sido muy caballeroso, siempre tan "angelical", siempre tan correcto.

—He hecho cosas que me avergüenzo y me arrepiento ... perdí la memoria, la razón, la cordura ... pero ahora me di cuenta que una parte de mí luchaba por buscarte.

Alcé mis alas y le rodeé el cuerpo. Hice que mis alas tocasen las suyas. El tacto era muy agradable. Su perfume tan característico y su presencia, de serenidad y tranquilidad, tan familiar. Le toqué las mejillas con ambas manos y le pasé el dedo por los labios. Sasha se quedó imparable, quieto, casi no respiraba. Me acerqué lentamente y le besé. Lo hice con timidez, con dulzura, saboreando cada recoveco de su boca. Él, como de costumbre, no me correspondió. Eso lejos de hacerme daño, como me lo hacía antaño, hizo que me viniera la añoranza.

El Arconte se separó un poco y sonrió. Le notaba feliz, muy feliz.

—Yo también te he echado de menos — dijo confuso — aunque supongo que es eso, dado que nunca había experimentado ese sentimiento.

Asentí. Sabía que había sido creado para proteger a Daren, no para amar. Pero estaba cambiando.

—No sé que hacer para hacerte feliz — dijo dejándose abrazar — no sé cómo actuar, no sé ser ... humano.

—Con sólo que no te apartes de mí nunca más, para mí es suficiente. Ya he estado siglos condenada a estar sin ti. Ya no quiero vivir así.

Sasha enterró su rostro en mis hombros. Su pelo largo cayó por mi espalda y mis hombros.

—Ahora mi prioridad y mi misión, es hacerte feliz — prometió — y lo cumpliré, como lo cumplí en mi última misión.

Alguien carraspeó y era Irat con una sonrisa. Me até el tridente y la corona en mi espalda. Cogí al Rey por un brazo y Sasha por el otro. Entonces alzamos el vuelo. Sentí tanta libertad y alegría. Por fin volvía a ser Kiara y no Dalila. Volvía a estar con el ser que más amaba y había cumplido mi misión. Sólo faltaba salvar Naélium. Quedaba lo más difícil, pero no lo imposible.

¡Hola mis queridos Gifts!

Perdonad por tardar en subir capítulos, pero como dije en el capítulo anterior ahora los estoy escribiendo sobre la marcha.

Últimamente tengo que ocuparme de muchas cosas personales y no me puedo sentar a escribir con tranquilidad. Os pido paciencia. Prefiero tardar en subir capítulos pero que sean buenos, que no escribir muchos y estén vacíos.

Ya casi estamos empezando el final, pero tengo una pregunta para vosotros:

¿Queréis que acabe aquí la saga o que deje historia para otro libro?

Gracias por vuestra paciencia y espero que estéis disfrutando de vuestras vacaciones.

¡Nos leemos y nos escuchamos pronto!

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