Capítulo 57: Verdades como Puños
Zeth
Miré con orgullo todos los objetos que habíamos conseguido. El libro de conjuros, el colgante de Ranavalona, la piedra de la maldad absolita, el frasco raro, la Katana con la sangre de Aini y a Kaliska la encargada de hacer el hechizo. Estaba muy nervioso y quería acabar con esto pronto. Quería ir a Naélium, quería volver a ver a Zoey. Me toqué el Sign del cuello y sentí el relieve, pero estaba como muerto. Hacía tiempo que no sentía nada, como si mi alma gemela hubiera desaparecido. Recordé los ánimos que le di a Abril en el desierto en el tema de Akin. Estamos en la misma situación. Akin podría estar en coma o algo así y Zoey su alma podría estar dormida. Una cosa estaba segura, la encontraría y le volvería a la vida.
Con esto en mente, observé la sala de conferencias. Estábamos alrededor de la mesa, la cual era muy grande, observando los objetos en silencio. Estaba Abel, Noa, Abril, Egan, Sora, Kimberly, Kaliska y yo. En la sala gobernaba el completo silencio y nadie se atrevía a decir nada. Sabíamos que todo dependería de lo que hiciéramos en este momento.
—¿Qué tenemos que hacer ahora? — preguntó Noa interrumpiendo el silencio.
—Hacer el conjuro — dijo Kaliska con la mirada en el colgante de la Unidad.
—y ¿A qué esperas? — dije con impaciencia.
Ella levantó la mirada y me miró con dureza. Había sido muy borde, pero es que no aguantaba estar lejos de mi amada, ni un minuto más.
—Hay algo más ¿no? — preguntó Abril cansada.
—Será una Diosa y todo lo que quieras, pero lo cansina y lo insoportable no te lo quita nadie — soltó Egan.
De repente vimos cómo su boca se transformaba en una cremallera. Él intentó chillar y no pudo. Nadie le hicimos caso. Kaliska le había callado y todos estábamos decuerdo de que a veces, era difícil aguantarlo.
—¿Necesitas algo más? — preguntó Kimberly lo más amable que pudo, dado que no quería acabar como Egan.
Kaliska negó con la cabeza pero se le notaba muy triste. Abel se acercó lentamente a la Sabia y le miró con preocupación. Noa lo imitó y vi cómo se daban la mano. Poco a poco la relación de ellos dos iban resurgiendo.
—Haremos lo que sea por nuestra hija — dijo Noa con lágrimas en los ojos.
—Tenemos todo — dijo con seguridad levantando la vista para vernos a todos — pero en cuanto haga el conjuro vuestro futuro será incierto.
Todos nos quedamos callados, esperando que se explicase. Ella se alejó de la mesa y se recostó en la pared.
—Hace mucho tiempo, Yutai me confió una misión. Ella había visto el futuro y los corazones de mis hermanos. Sabía que querían el poder y la oscuridad. Me pidió que le ayudase. A lo largo de los siglos, todo lo que ha pasado ha ido pasando porque lo habíamos planeando. Cada decisión — miró a Noa y Abel —, cada muerte — me miró a mi — cada amor — miró a Abril y a Egan — cada traición — miró al suelo, pero todos sabíamos que se refería al triángulo amoroso que tuvieron Noa, Abel y Adón.
—¿Hemos sido como títeres para vosotros? — preguntó Abril con dureza.
Kaliska negó con lentitud.
—Habeís sido los instrumentos. Todo ha salido como Yutai y yo lo planeamos, pero hasta aquí.
—¿Por qué? — preguntó Abel.
—Porque hay infinitas posibilidades, depende de las decisiones que hagáis en individual, del amor que os tengaís, del odio que os engulla, de la venganza que hayais jurado ... No puedo cambiar el futuro cada vez que vosotros cambiéis de decisión. Para lo otro he tenido años en prepararlo, para este presente ... he decidido confiar en vosotros.
Nos miramos entre todos. Yo no entendía nada. Si ella ha manejado todo desde el principio, ¿Por qué se niega hacerlo ahora?
—Por que quiero que los Gifts y humanos que queden de ahora en adelante, sean personas de luz. Que amen su mundo, que den su vida por los demás, que no tengan que depender de que los Dioses le saquen las castañas del fuego... que determinen su destino y no nosotros. Depende de lo que decidaís, así se verá reflejado el mundo.
Mientras los demás cuchicheaban en susurros, pensando en lo que había hecho. Una idea me vino a la mente. No pude controlar la rábia que estaba sumergiendo de dentro de mí y tuve que soltarlo.
—¿Tú planeaste que mi familia muriese? — pregunté con rábia — Pudiste haber evitado sus muertes.
Me acerqué con ella cogiendo la Katana de encima de la mesa. Todos se pusieron en alerta y sentí como Abril me cogía de la espalda con cariño y diciéndome cosas del oído.
—Tú hiciste que Adón traicionase a Esmeralda, que ésta muriera, después se encarnara — conforme iba diciendo me iba poniendo rojo de rabia — hiciste que Abel la modificara, le jodiste la vida dejándola ciega, la usaste como recipiente para tu adorada Esmeralda y ahora ella está perdida.
Levanté la Katana y se la puse en el cuello. Dejé que le cortara un poco, pero evité que llegara a más. Kaliska no reaccionó, sólo miró al suelo sin decir nada más.
—¡Zeth, déjala! lo pasado, pasado está — intentó tranquilizarme Abril.
—¡NO! — chillé — ella hizo que Adón cogiera a Akin, que le hiciera cualquiera cosa, que te borraran la memoria...
Mi amiga se quedó de piedra.
—Ella hizo que Aini se metiera dentro de Isaac y sufriera todo lo que sufrió — dije mirando a Kimberly — ¿no lo entendeís? ¡ELLA HA SIDO LA CULPABLE DE TODO!
Mis manos temblaban mientras rompí a llorar. Nunca había llorado en público, pero no me importaba. Sentía dolor, pérdida, traición e impotencia. Kaliska me miró con tristeza. Apartó la Katana y me abrazó. Todos hicieron un grito de sorpresa. La Sabia nunca había mostrado estos gestos tan íntimos. Que ahora lo hiciera era algo inaudito.
—Sí, yo he hecho todo lo que has dicho — dijo en voz monótoma en mi hombro — pero tambén he sufrido. Esmeralda es como mi hija y le he tenido que mentir y ocultar cosas para salvar dos mundos. He tenido que viajar en los tiempos, jugar con los sentimientos, indagar en los pensamientos, hacer cosas que no quería hacer ... — dejó de abrazarme y noté como sus ojos estaban bañados de lágrimas — Alejar a un ser inocente de su madre ... Yo no soy de piedra y he sufrido con vosotros. Os conozco a cada uno de vosotros, vuestros pensamientos, sentimientos ... Os he observado durante años y os amo como mis hijos.
Tiré la Katana al suelo y me enfrenté a Kaliska con rábia.
—¡No más secretos! — chillé a escasos centímetros de su cara — ¡No más misterios! De ahora en adelante nos dirás todo lo necesario, porque depende de tus palabras será nuestras decisiones.
—Me parece justo — dijo asintiendo.
—Vale — dijo Egan ahora que Kaliska le había librado de su cremallera — ¿quién es el hijo de Esmeralda y Charles?
Le miramos con determinación. El chico parecía que no se enteraba de nada, pero en verdad está atento a todo. Había hecho una pregunta clave. Según Ranavalona, cuando volviéramos a Naélium, tendríamos que buscar el alma del hijo de ellos para llevar a cabo todo el hechizo.
—Se llama Daren — dijo con añoranza.
—¿Por qué no hay nada escrito de él en los manoscritos? — preguntó Noa.
—Por que nació y creció en el anonimato — dijo volviendo a la mesa — Tuvimos que esconderlo porque Esus quería matarlo.
—¿En quién se rencarnó? — preguntó Abel de pronto.
Nos quedamos todos mirándolo ¿Cómo había llegado a esa conclusión? Él nos miró y se encogió de hombros.
—Si Esmeralda se rencarnó en Zoey, eso significa que muchas almas de Naélium, en el hechizo, hicieron lo mismo ¿No?
Kaliska asintió.
—Esmeralda y Charles es un tema que viene más atrás de su linaje. Que otro día que tengamos más tiempo os lo explicaré, pero sí, todos han sido rencarnados o sus almas se han escondidos durante generaciones.
—Entonces, ¿En quién se rencarnó? — volvió a preguntar Sora.
Kaliska se acercó a Abril, levantó su brazo y le carició la cara.
—En Akin — dijo y noté como mi amiga se quedaba pálida.
—Hay que hacer el conjuro. Iremos todos a Naélium — dijo dejando a mi amiga fuera de K.O — allí está Blanca, Isaac, Kiara, Esmeralda y a Zoey. Ellos han conseguido las reliquias de Naélium y nosotros los de aquí. Todo está listo, sólo tenemos que despertar a Akin y se acabará esta pesadilla.
Una parte de mi mente pensó ¿Quién era Kiara? Pero pasó de largo dado que tenía prisa de ver a Zoey. Si la había nombrado, es que estaba viva.
—Algo así — me contestó a mis pensamientos.
La Sabia cogió el libro y lo abrió. Pasó las paginas. Se puso el colgante y metió la piedra de la maldad absoluta dentro de éste. Nos miró con deterdimiento y cerró los ojos.
Me acerqué a Abril para animarla, pero Egan me pidió con la mirada que le dejara a él. No sé porqué, pero le hice caso. Egan se acercó a Abril, le besó la mejilla, le dijo algo en el oído y le abrazó. Supuse que era algo lindo, porque ella no le rechazó. Kaliska empezó a hablar en un idioma que no entendía y toda la sala empezó a temblar. De repente se alzó un viento atroz. La Sabia alzó más la voz y sentí como si algo me intentara llevar a alguna parte. Al principio puse resistencia, pero después me dejé llevar. Notaba como toda la sala daba vueltas y me estaba mareando. De pronto la oscuridad llegó a mis ojos y perdí la consciencia.
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