Capítulo 54: Memoria
Adón
Miraba con rabia a Akin. Había sido uno de los mejores soldados que había tenido. Había sido un Leal fiel, considerado y consagrado en la causa. Pensaba que íbamos en la misma dirección, pero en las últimas horas, todo había cambiado.
Cuando los pillé amándose en la sala de los tatuajes me hirvió la sangre. No podía soportar la imagen de amor en otros, cuando yo hacía poco había sufrido la mayor traición por parte de Noa. En ese momento quise torturarlos.
Pero cuando me di cuenta que sus Signs coincidían y sus almas estaban conectas... la rabia pasó al odio más absoluto. La muerte era demasiado placentera, sin contar que tendría que averiguar cómo matar a un inmortal. Cornelius y Kylian mis investigadores privados, están investigando ese asunto.
Así que la idea de matarle se había quedado descartada. Ante la idea de no saber qué hacer, les di una paliza y los separé. Akin lo traje para mi laboratorio secreto. Era el que más me había defraudado, pero también el que podía sustituir fácilmente. En cambio, a Abril, la necesitaba, dado que era la única que podía hacer los tatuajes y era muy importante para mi misión. Decidí tomar la decisión del destino de la pareja. Los separé para pensar con claridad.
Y aquí estoy, contemplando al bello durmiente cómo descansa ajeno a las decisiones que estaba intentando elegir ¿Cuál era el castigo más idóneo para ellos? No quería que sufrieran momentáneamente, quería que su dolor se prolongase durante años y si puede ser, durante siglos.
—¿Y si le arrancamos los miembros, le dejamos que se regenere y volvemos a arrancárselos? — preguntó Marc con los ojos salidos de las cuencas. Sin duda disfrutaba de esto.
Pensé en ello. Me tentaba la idea, pero no me convencía del todo.
—Sufrirá eternamente como Prometeo* — dijo extasiado por la idea — el águila seríamos nosotros ...
Negué con la cabeza.
—Pero siempre habrá un Heracles, para joder nuestra venganza.
Contemplé cómo Akin susurraba el nombre de Abril. Apreté los puños. Hiciese lo que hiciese él lucharía por volver con ella. Me quedé pensativo y entonces me di cuenta que apenas sabía algo de sus dones. Sabía que era un Camaleónico, pero ignoraba si tenía algún don más.
—Marc — dije mirándole más de cerca el Sign del chico — ¿Qué dones posee Akin?
Mi secretario se fue al ordenador y trasteó con mucha habilidad. Noté cómo se quedaba parado al contemplar la información.
—Su don es de buscador — dijo serio — tiene la habilidad de encontrar cualquier cosa que esté perdida.
Escuché cómo blasfemaba en voz alta. Pensaba igual que él. Da igual lo que hiciéramos, lo lejos que los separemos, Akin volvería a encontrar a su alma gemela. Mi venganza no se llevaría a cabo.
En ese momento Cornelius se acercó a nosotros, seguido de su sirviente Kylian, que hacía poco tiempo que ejercía de científico.
—Si su don es ser buscador, no hay nada que hacer — dijo lo evidente.
Lo miré con desgana y con rabia. El se encogió de hombros y prosiguió.
—Pero si conseguimos de que se olvide de quién es, que dones tiene y todo lo relacionado con los Gifts...
—... si no recuerda quién es, no podrá ser él mismo — dije sonriendo de oreja a oreja.
Marc me miró con cara de psicópata, Cornelius de satisfacción y Kylian... Kylian de horror. No me gustó su gesto, ya me ocuparía de él más tarde.
Empecé a dar paseos por la sala. Esto lo hacía cada vez que necesitaba pensar. El hecho del movimiento hacía que mis ideas fluyeran y fueran rápidas. Mi plan tendría que ser perfecto y redondo, para evitar cualquier acto inesperado que pudiese peligrar la misión. No quería que se acordarse de Abril, bajo ningún concepto. Para él, nunca ha tenido que existir.
Me acordé del pasado cuando vivía en Naélium. Algún que otra vez tuve que tratar con Camaleónicos, por orden de Aini. Era una raza que me gustaba, aunque no compartía mucho sus ideales de salvar al resto por medio de la medicina. En ese tema, estaba más deacuerdo con los Samaelitas, concretamente con los okotadi. Prefería la muerte y me fascinaba las almas.
De vuelta de mis pensamientos, miré a los científicos y sonreí con malicia. Marc y Cornelius me imitaron. Kylian desvió la mirada a Akin, con una mirada de compasión.
—Se convierte en una Garza — dije lentamente — ¿pero tiene alguna otra forma?
—No — me contestó Marc — él es del estadio de los animales. Además, sólo se puede transformar en ese animal. Al menos es la información que Abril intentó ocultar en el sistema.
—¿Se podría alterar su don? — pregunté a bocajarro.
Cornelius levantó una ceja. Intentaba seguir el hilo de mis pensamientos.
—¿podemos hacer que, en vez de transformarse en ese pájaro, adopte la forma de un ser humano? Uno diferente a él.
Marc corrió a teclear el ordenador, Cornelius puso su mano en la barbilla y comenzó a pensar deliberadamente y Kylian... Kylian no hizo nada. Me harté de su comportamiento y le enfrenté.
—Si no tienes nada que aportar o hacer — dije con enfado — es mejor que te vayas de aquí.
Él se puso firme y cuadró los hombros. Tragó saliva y abrió la boca lentamente.
—Si comienzas en borrarle la memoria, su cerebro estará en blanco, es decir, su anatomía no recordará sus formas — paró por un momento dado que todos le mirábamos con atención — entonces en ese preciso momento puede aprovechar para implantarle la forma que quieras. El don de cambiar de forma ya lo tiene, sólo le modificarás en qué se convierte.
Nos quedamos quietos por un momento y asentí cuando vi que tenía sentido. Entonces todo se puso en movimiento. Kylian comenzó a ponerle pegatinas redondas en las sienes de Akin. Cornelius tecleaba en el odenador y veía por encima del hombro algo relacionado con el ADN y algo más. Marc se encargaba de supervisiar si las ataduras del chico estaban bien sujetas.
—Bien — dijo Cornelius haciendo que parásemos de pronto — borrando la memoria en 3,2,1 y ...
Vimos como el cuerpo de Akin empezaba a tener como espasmos. Sonreí al ver en el monitor como sus recuerdos se desvanecían. Tanto los felices como los tristes. Incluso los pocos recuerdos que tenía de pequeño. Todo se quedó en blanco. Cornelius se giró y me miró con orgullo. Le felicité dándole una palmada en el hombro.
—¿En qué forma quiere convertirle? — preguntó Marc.
—En un chico — dije sin dudar — que tenga buen físico, que su edad ronde los 26 0 27 años. Que tenga conocimiento de lucha pero que su trabajo sea una mierda.
—¿Por qué quieres que tengas conocimientos de lucha? — preguntó Kylian — si lo que quieres es alejarlo de la ODDSI.
—Pues sinceramente por si la cosa se pone difícil para la organización, él pueda volver de nuestra parte.
Asintieron todos al unísono.
—Pero hay algo que nos escapa — dijo Kylian de nuevo.
Lo miré con odio.
—Es inmortal, se dará cuenta que no envejece. Eso hará que sospeche.
Cornelius rápidamente empezó a teclear el ordenador.
—Puedo hacer que para ojos de él y lo demás envejezca, pero en realidad siga igual. Es como si fuera una imagen o un espejo.
—Pero igualmente si pasan cien años y no se ha muerto eso huele a chamusquina — volvió a soltar el joven.
Me hartaba su empeño en jodernos el invento, pero tenía que admitir que tenía razón.
—Vale, podemos hacer que se reinicie y él vuelva a pensar que es joven... así en una media de cuarenta en cuarenta años.
Me giré satisfecho por lo que se estaba haciendo. Seguramente tendrían que trabajar mucho para llevar a cabo el plan. Yo necesitaba descansar un poco. Me dirigí a la puerta y cuando estaba apunto de salir, Cornelius me paró.
—¿Quiere que le pongamos un chip localizador? — preguntó serio.
—Sí, así lo tenemos vigilado.
—Pero — volvió a interrumpir Kylian.
Me giré en redondo con una mirada de odio y con mi don lo puse firme. Este chico me estaba hartando. Era muy pesado, demasiado. A pesar de que sentía dolor, Kylian siguió hablando.
—¿Qué nombre le vamos a poner? — dijo con esfuerzo — tiene que tener un nombre. Todos tenemos nombres.
Le dejé de torturar con mi don y éste cayó al suelo. Me quedé pensativo, dado que tenía toda la razón del mundo. Me giré de vuelta a la puerta y dije en voz alta...
—Egan, se llamará Egan.
Acto seguido salí por la puerta con orgullo por haber tomado esta decisión.
Kylian
No podía creer lo que estaba haciendo Adón a esta pobre pareja. Su delito sólo había sido amarse. Que yo supiera, no habían traicionado a la organización dando información a los enemigos, no habían desafiado al jefe... Sólo habían tenido la mala pata de ser almas gemelas.
No quería ser partícipe, pero estaba obligado a serlo. No tenía familia, dado que llegué aquí siendo un niño. Mi familia había sido siempre la ODDSI. Esto es lo único que había conocido. Cornelius me acogió, cuando tenía cinco años. En una misión, resultaron mi familia muerta y por ahí rondaba la organización. Unos Gifts me encontraron durmiendo entre los cuerpos de mi padre y me trajeron aquí. El científico, me adoptó y me enseñó todo lo que sé. Incluso me ayudó a buscar mi don. No lo había encontrado, aunque tenía la sospecha de que era algo relacionado con el vidrio.
Por todo esto, me sentía en deuda con la ODDSI. Tenía que hacer todo lo que me pedían, aunque no estuviera de acuerdo. Después de borrarle la memoria a Akin, nos fuimos a hacer lo mismo a Abril.
Ésta estaba inconsciente también, pero su cara estaba magullada y llena de lagrimones. A pesar de estar dormida, se podía entrever en sus facciones el dolor que sentía. Seguro que notaba que su alma gemela ya no le recordaba.
Miré a Cornelius. Éste estaba con el ordenador haciendo cálculos y demás. Marc se había ido con Adón, algo que agradecía. La presencia de los dos, me daba repelús. En cambio, Cornelius era como mi padre. No lo temía, aunque lo respetaba.
—¿Vamos hacerle lo mismo a Abril? — pregunté curioso — ¿También es una Camaleónica?
Negó con la cabeza y siguió enfrascado con el ordenador.
—A ella sólo le modificaremos la memoria. No recordará a Akin, sólo recordará lo que nosotros queramos... incluso podemos inventarle nuevos recuerdos.
Le miré con pena. Era muy hermosa y con un futuro entero por delante. Tenía derecho ser feliz.
—¿Podemos fabricarle un recuerdo feliz? — le pregunté con súplica.
Cornelius se giró a mirarme atentamente. Suspiró fuerte y se acercó a mí.
—Tienes demasiada bondad — dijo como si fuera malo — esta mujer le ha traicionado al jefe. Él quiere que sufra... ¿no crees que lo que pides va en contra de sus deseos?
Negué con la cabeza frenéticamente.
—Lo que Adón quiere, es que Abril no recuerde a Akin y así será. Pero que tenga algún recuerdo feliz, no lo impide. Además... tener bondad no es malo — dije mirándole a los ojos — tu la tuviste conmigo.
Él hizo una sonrisa de lado y se giró derrotado, dado que había dado en el clavo.
—¿Qué recuerdo quieres que ponga? — me preguntó.
Me encogí de hombros y no supe que decir. En ese preciso momento todo comenzó a temblar. Un sonido muy fuerte se escuchó y caímos todos al suelo.
—¿Qué está pasando? — pregunté asustado.
—No lo sé — dijo Cornelius nervioso — voy a buscar a Adón. ¡Quédate con Abril! Y no te muevas.
Acto seguido desapareció por la puerta con dificultad porque no dejaba de temblar las paredes y el suelo. Miré a la chica y luego al ordenador. Era mi oportunidad para ayudarla, pero ¿sería capaz de traicionar a mi familia?
Me acerqué y comencé a teclear. Sonreí al venirme una idea. Ella no recordará a Akin, pero puedo hacer que inconscientemente vaya recordando en algún momento. Escribí y miré con satisfacción cómo el cuerpo de Abril se agitaba al ponerle ese recuerdo. Había hecho que cuando viese, que los Signs coincidían y había otra alma gemela, ella recordaría a Akin. Conforme más Signs gemelos saliesen, ella volvería a recordar.
Para asegurarme que eso pasaría, puse el recuerdo de que ella conocía a Noa y Abel y había visto sus Signs. Vi por el monitor como una parte de su celebro se encendía e intentaba conectar ese recuerdo con algo. Buscaba la fuente. Mi plan funcionaba.
Justo cuando le iba a borrar el recuerdo de Noa y Abel, Sora apareció por la puerta.
—¿Qué haces aquí? — preguntó chillando — ¡Nos están atacando!
Entonces se dio cuenta del estado de Abril y me miró con los ojos inyectados en sangre. Temblé ante su semblante.
—¿Qué le estás haciendo?
Levanté la mano y me aparté.
—Le intento ayudar, Adón se la tiene jurada.
Sora me dio una patada y salí volando hacia el otro lado del laboratorio. Sora desató a su amiga y se la llevó como pudo.
—Te aconsejo que busques un refugio, la ODDSI está apunto de derrumbarse.
Me levanté como pude. Me dolía todo el cuerpo a parte de que todo se movía por las bombas (o eso supuse) que estaban tirando. Salí tras ella y le cogí del hombro.
—y yo te aconsejo que no digas nada de lo que ha pasado aquí, Adón en verdad tiene algo en contra de Abril. ¡No menciones esto! ¡A NADIE!
—¿Qué le han hecho?
Negué con la cabeza.
—Sólo te diré que he intentado remediar lo que Adón ha hecho. Con esto te tiene que bastar.
Entonces nos dispusimos huir del derrumbamiento de la ODDSI.
Palabras del texto con *:
Mito de Prometeo: Zeus todavía guardaba una tortura para Prometeo, que era un Titán. Volvió a llamar a Hefesto para que encadenase al titán en lo alto de una montaña, donde habitaba un águila (símbolo de Zeus). El águila se comió el hígado de Prometeo que, al ser inmortal, regeneró el órgano. Así estuvo durante mucho tiempo, hasta que Heracles le liberó matando al pájaro. (Información sacadao de la página: )
¡Hola mis queridos Gifts!
Por fin se sabe la verdadera identidad de Egan, aunque ya se veía venir ¿no?
Gracias por leerme cada semana y ser tan fieles a la Saga Dones.
¡Nos vemos el próximo sábado!
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