Capítulo 44: "Una misión muy extraña"

Zeth

Entré en el despacho de Adón con el corazón en el pecho. Después de la reunión tan extraña, de esas normas tan severas, me esperaba cualquier cosa de Adón. Estaba completamente desquiciado.

Nunca vi a esa tal Noa y tampoco pude ver el amor que dicen que se tenían entre ellos. Pero seguro que ella ha salido ganando al irse con Abel. Adón es un completo asesino. Se merece todo el dolor que está experimentando.

No puedo negar que, al verlo así, enfadado y traicionado, me ha alegrado la noche. Pero me ha sorprendido grandemente que me haya llamado a su despacho. Dice que tiene una misión especial para mí ¿Qué será? ¿Por qué no se lo encomienda a Akin?

Cuando entré, ya el Jefe estaba sentado en su gran sillón de cuero. Su despacho era lujoso con grandes alfombras y estátuas decoradas. En algunas paredes se podía ver cuadros con pinturas de arte: dalí, Picasso entre otros. Enfrente de su mesa había un gran ventanal dónde podía ver la sala de entretenimiento. En esa sala pasábamos nuestra mayor parte del tiempo, cuando no teníamos alguna misión.

La llamamos así, porque era el antiguo salón recreativo del centro comercial. Nosotros también hemos traido tragaperras, billar y demás cosas. Aquí es donde actuamos como somos en realidad. Por eso Adón nos vigila en ese estado. Ve lo que somos sin presiones, sin misiones... somos solamente unos chicos con dones pasando un buen rato.

—Zeth, ¿Sabes para qué te he llamado? — preguntó despistándome de mis pensamientos.

Negué con la cabeza y me erguí mostrando respeto. Adón se pensaba que formaba un ejército y teníamos que actuar como tal. Valiente imbécil.

—No, Señor — dije mirándole a los ojos — pero parece una misión importante.

—Así es.

Se levantó del sillón y caminó lentamente hacia mí. Su sola presencia me asqueaba, y ver que se acercaba a mí, ya podía sentir el ardor en mi garganta intentando llegar a la boca y seguidamente salir precipitadamente.

—Hace tiempo que estas con nosotros — dijo haciendo un círculo alrededor mío — y has demostrado ser un Leal intachable.

Claro que lo era, estaba buscando sus puntos débiles para derrotarle. Si no podía matarle, dado que era inmortal, podía destrozarle emocionalmente. A veces es peor el dolor piscológico que el físico. Desgraciadamente yo lo sabía muy bien.

—Me he dado cuenta que no has sido recompensado por ello —acabó estando delante de mí con una sonrisa.

Eso me puso en estado de alarma ¿Desde cuando Adón premiaba a sus soldados? Aquí había gato encerrado ¿Porqué me iba a compensar, sabiendo que mató a mi familia y yo tarde o temprano me iba a vengar? ¿Por qué a mí?

Estás preguntas pasaron por mi cabeza a una velocidad increíble. No sabía qué decir ni que hacer. Así que reaccioné con una simple mirada.

—He pensado que desde la marcha de tu esposa — dijo y se giró al mismo tiempo que le dediqué una mirada de inmenso odio —no has amado a otra mujer. Tener a Dalila como Lover creo que te ha hecho bien, así que, he pensando de dártela como exclusiva. Sólo será para ti, ningún otro Gift podrá estar con ella. Sera tu Lover permanente.

Mi cara fue un poema y seguro que tenía cara de imbécil. Abrí mi boca en forma de "o" y estuve a punto de irme dándo un buen portazo. Pero ¿qué se ha creído éste? ¿Piensa que puede sustituir el asesinato de mi amada con otra? Nunca podré amar a otra mujer. Dalila era hermosa y me ayudaba en desconectar del dolor, pero se alejaba de mi idea del amor. Con ella sólo era sexo y no quería nada más.

Además Adón hacía poco que había prohibido relaciones amorosas, ¿Por qué me está dando la sensación de que me da carta blanca en tenerla con Dalila? Aquí hay algo extraño y no me gusta.

Cerré los puños con fuerza. Los apreté contra mi cuerpo para así no lanzarme contra él. No era el momento, tenía que aguantar. Él tenía que sufrir y yo buscaría la forma idónea para que pasara así. Ese día yo reiría y me quedaría mirándole con una sonrisa cínica. Lo disfrutaría, pero no sólo yo, lo haría en público para que todos supieran quién era Adón y en qué se había convertido.

—Gracias — conseguí vocalizar y contenerme — pero no necesito a nadie. Sólo trabajar.

—Puedes tener ambas cosas — dijo volviendo a su sillón — necesito que te vayas de la ODDSI para que te dediques cien por cien a tu misión.

Me quedé sorprendido ¿A qué se refiere que me vaya de la organización? Esto era muy extraño. No paraba de mirar alrededor para concienciarme que no había algún matón que quisiera matarme o algo por el estilo. Adón le gustaba mucho sorprender, pero también torturar. La mente de ese hombre era muy retorcida.

—¿Qué misión se refiere? — pregunté con mucha curiosidad.

Él sonrió satisfecho e hizo sonar una pequeña campana que tenía en el escritorio. Entró Marc con Dalila. Me quedé observando a la chica. Ésta le habían curado el brazo y le habían vestido como de gala. Estaba muy hermosa. Ese vestido le exaltaba su figura.

—Necesito que busques por toda España una chica que sea única y especial — dijo con misterio — es de vital importancia que cuando la encuentres, la traigas aquí a la ODDSI. Ella sólo tiene que saber lo básico. Somos una organización que ayudamos a las personas que tienen Dones a no esconderse y ser ellos mismos.

Le miré con cara de pocos amigos. La definición que había dado de la ODDSI, no era la misma que la mía, pero no quería discutir. Ésta misión salía de lo común. Casi siempre tenía un objetivo localizado pero ésta vez iba a ciegas. Adón quería que ¿Viajara por toda España? ¿una chica única y especial? ¿Cómo narices se busca algo así?

—Perdone, Señor — dije con un tono muy artificial — pero ¿Cómo puedo buscar a una persona única y especial? Supongo que tendrá dones, pero todos los que hemos reclutado son especiales en su pecurialidad.

—Zeth ... mi querido Zeth — dijo acercándose a mí y rodeándome con uno de sus brazos ¿Ahora quería ser mi amigo? — Tú tienes un don, aparte de ver el pasado, presente y futuro ... detectas a las personas que tienen dones especiales ¿Me equivoco?

Negué con la cabeza suavemente. No funcionaba exactamente así. Se podía deducir que era así. Pero gracias a que podía ver los tres tiempos, sabía que su don era especial e inusual. Pero si Adón lo quería ver como un don aparte no le iba a quitar esa idea.

—Sabrás de sobras detectar a esa persona. Sólo te aviso que se esconderá y te evitará de alguna manera. Consciente o inconscientemente — dijo con una cara de odio absoluto — pero confío en tus facultades.

Seguidamente se fue a su sillón y se sentó. Mi cabeza daba miles de vueltas. Éste hombre seguro que se había pasado con la bebida, cosa que hacía muy amenudo.

—Podrás volver esporádicamente para informarme de las novedades. Por regla general, te presentarás aquí en la ODDSI una vez al mes. Pero seguidamente te marcharás a hacer tu misión.

—¿Y qué pinta ella? — dije señalándo a Dalila.

—Ella te ayudará en los momentos íntimos — dijo con una sonrisa pícara — ésta misión no quiero que lo pases solo. Estarás lejos de tus amigos y la soledad hace que las peronas se vuelvan... imprudentes. Dalila te dará calor y te ayudará en esos momentos.

—Y estaré vigilado — dije bajito, pero él me oyó.

—No es nada personal — soltó Adón que no pareció afectarle mi comentario — pero ya me han traicionado una vez, no pienso que se repita. Te vas ahora mismo. Marc tiene todo lo que necesitas en la puerta. Te llevas un localizador y un móvil para comunicarnos. Espero que cumplas la misión lo más pronto posible.

Yo también lo espero.

Abril

Estaba completamente asustada. Había pasado dos semanas desde la reunión extraordinaria. A Zeth le habían encomendado una misión y se había ido. Se rumoreaba que era para buscar a Noa y que no volvería pronto. Deseé con todas mis fuerzas que fuera cierto y que Adón no se hubiera enterado de nuestros planes y lo hubieran encerrado.

Éstas semanas, la ODDSI, era una completa locura. Con las figuras de las Lovers, todo había cambiado. Los Gifts parecían cabezas huecas. Obedecían órdenes sin preguntar porqué, dado que le interesaban la recompensa: pasar varias noches con esas chicas de compañía. Eso me daba mucho asco y di gracias al cielo por no ser una de esas pobres desgraciadas.

También sé que los Lovers, no decidían serlo. Eran obligadas por Adón. Sus delitos eran: Traición, deudas, una misión fracasada o simplemente porque Adón le apetecía que esa semana, esa chica en concreto fuera una Lover ¡Era horrible!

Lo peor de todo es que ¡Nadie se quejaba! Todos eran felices, hacían misiones, más que antes. Eso era lo que buscaba Adón, la productividad. Si tienes a los necios contentos, tienes mano de obra rápida y encima no hacen preguntas.

Por otra parte, gracias a que Adón había puesto la norma de que TODOS tenían que poseer un Sign, tenía mucho trabajo. Hacía alrededor de cinco Signs al día. Gracias al cielo que todos eran diferentes y no había salido ningúna alma gemela. Adón casi siempre se acercaba en las sesiones y así veía con sus propios ojos que no había ningún traidor.

Los pobres que tenían que hacérselo, sudaban y temblaban porque no sabían si iban a ser torturados por algo que ellos no podían elegir. Esto era un sin vivir, una organización que proclamaba la libertad, cuando dentro lo que se respira era represión.

Por fin acabé de hacer el último tatuaje, se marchó el último Gift. Comencé a recoger todos los utensilios y dejarlo listo para el día siguiente. Pensé en Akin, que estaba de una misión hace cuatro días. Sabía que estaba bien, mi tatuaje me lo decía, pero no por ello dejaba de estar preocupada.

En un instante sentí como mi tatuaje, que estaba situado detrás de mi oreja, me daba una sensación de calidez. Entonces en ese momento entró Akin por la puerta. Sonreí al instante. Por fin había vuelto: sano y salvo. Esperó que la puerta se cerrase y seguidamente corrió hacia mí. Me levantó por lo aires y me besó dulcemente.

—¡Ya estas aquí! — dije con alegría — has tardado mucho.

—Bueno, ha sido complicado.

Me cogió en brazos y se dirigió a la camilla donde hacía los tatuajes. Se sentó y me puso encima de sus piernas.

—Cuéntamelo — dije con curiosidad.

—Es un poco largo pero para resumirlo — dijo cogiendo aire — era un hombre con un don peculiar. Podía hacer bullir cualquier líquido hasta hacerlo vapor.

—Es un don que no se había visto hasta ahora — dije intentando recordar si había alguno parecido en la ODDSI.

—Sí, pero él lo aprovechaba para matar a las mujeres que previamente le habían rechazado — dijo mirándome serio — se había convertido en un asesino en serie.

Me quedé sorprendida ante la información.

—¿Qué has hecho con él?

—Lo he traído, sedado y ahora está en presencia de Adón.

—¿Crees que lo matará? — pregunté temiendo la respuesta.

—Conociendo al jefe, seguro que le comerá la cabeza y al final se unirá a nosotros.

—Yo no sé si me sentiría segura con un asesino entre nosotros — dije más para mí que para él.

—Has convivido muchos años con uno — me recordó.

Era cierto Adón había matado la familia de Zeth y vete a saber a quién más. Ya tendríamos a otro sádicos con nosotros ¡Genial!

—Cambiando de tema — me dijo Akin muy serio — he estado pensando. Adón deja modificar los Sign.

—Cierto — dije intentando seguir con sus pensamientos.

—Y si, ¿modificas mi Sign y lo cambias un poco para que no sean idénticos? — dijo con temor a mi reacción — sólo físicamente, interiormente no. Podemos engañar a Adón de alguna manera.

Me quedé pensando en esto. Tendría que investigarlo, dado que no sabía cómo iba a reaccionar el tatuaje ante una modificación física.

—Lo investigaré — dije seria — quiero que sea seguro para ambos.

—Estoy deacuerdo.

Akin sonrió y me besó. Me gustó mucho y le busqué de nuevo. Escuché cómo él comenzó a respirar fuerte y eso era señal de que se estaba excitando. No era el lugar perfecto, dado que nos podían pillar. Era consciente, pero mi mente, mi cuerpo no querían responder a mi razón.

—Es peligroso — dije al tiempo que Akin me quitaba la camiseta — nos puden pillar.

—Adón está con el asesino y Marc con él — me contestó quitándose él ahora la camiseta — son las dos de la madrugada todos están dormidos.

Me convenció o al menos quise que me convenciera. Me senté con las piernas ambas a los lados de su cadera. Akin se tumbó en la silla con el torso desnudo. Le besé por el cuello, por las mejillas... Mientras él me quitaba el sujetador muy rápido dejando mis pechos al descubierto.

Sus manos viajaron por mis pantalones bajándolos despacio, a la misma vez que yo le bajaba la cremallera. Notaba como mi Sign ardía, seguro que estaría rojo pero no me importaba. Lo deseaba tanto como yo. Unirme a Akin me hacía feliz y llenaba completamente mi alma.

Por fin nos unimos físicamente. Hice un largo suspiró al notar como él disfrutaba el momento. Movía mis caderas a un ritmo lento y sensual. A él le gustaba, a mí me enloquecía. Encorvé mi cabeza hacia atrás aprovechando y dejando más libertad a la entrada. Akin alargó una de sus manos y me acunó un pecho.

Nuestras respiraciones iban aceleradas. Estábamos apunto de llegar al clímax. Comencé a ir más rápido y él me ayudaba poniendo sus manos en mi cintura y empujándome delicadamente con ellas.

Por fin llegamos y pegué un chillido ahogado de placer, en el hombro de Akin en el momento justo que él también llegaba a su límite. Me desplomé encima de él exhausta pero muy satisfecha.

Estaba muy feliz, lo amaba con toda la intensidad que se podía amar. Era un amor que dolía, pero a la vez no lo podía alejar. Nuestras respiraciones se fueron calmando y comenzamos a respirar al mismo ritmo. Akin me acarició la espalda desde el cuello hasta el trasero. Eso me hacía cosquillas.

Ese momento, era el mejor de mis días. Aquí en sus brazos se me olvidaba todo lo malo que era la ODDSI. Las amenazas, las injurias, el miedo, la corrupción... con él todo parecía ser algo menor de lo que era en realidad. Era mi bálsamo para un mundo cruel y despiadado.

En ese momento de felicidad escuchamos como alguien carraspeaba. Me levanté de golpe y me alejé de Akin, sin darme cuenta que estaba completamente desnuda. Enfrente de mí, se encontraba Adón y Marc.

Miré con terror a Akin y éste se levantó para ponerse delante de mí para protegerme.

—Que tenemos aquí ... —dijo Adón con un tono que hizo que se me rizara la piel.

¡Holas mis queridos Gifts!

Un sábado más que os traigo un capítulo de Catarsis. Ya todo va tomando sentido de cómo sucedió las cosas. Cómo Adón mando a Zeth a buscar a Zoey ( aunque él no lo sabía) y dentro de poco sabremos que le pasó a la pareja de Abril y Akin.

Espero que os haya gustado y os espero el próximo sábado.

¡Nos leemos y nos escuchamos pronto!

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