Capítulo 43: Refugio Oscuro
Kiara
Volaba lentamente y abaja altura. Temía que, ante cualquier gesto brusco, el bebé cayera al vacío. No tenía experiencia en criar críos. No sé porqué narices Kaliska pensó en mi para ésta tarea. Lo que sí era cierto que me había dejado una faena.
En mi cabeza se remplanteaba muchas preguntas: ¿Cómo lo cuidaré? ¿Cómo lo ocultaré? ¿Podré hacer un papel de madre? ¿Qué le diré cuando pregunte por su familia?
Después está el hecho de la locura de irme a vivir a ese lugar con Daren. Kaliska se había vuelto loca ¿Cómo va a estar a salvo ese niño en ese lugar? ¡Es absurdo!
Además estaba el tema de Esmeralda. Comencé a llorar sin remediarlo. Quería a Alda como mi hermana. Éstos días habíamos hecho buenas migas. Moriría por ella y por su bebé. Miré a Daren que me miraba atentamente. Cerró un ojito justo cuando una lágrima cayó sobre él. Entonces mi mente voló a la conversación que apenas había tenido horas atrás.
Flashback
—¿Dónde nos esconderemos? — pregunté nada más desaparecer Esmeralda en el bosque con el niño.
Kaliska estaba afuera de la casa, sentada en el tronco que había caído. Ésta la acaricio y donde recibió la caricia empezó a brotar una pequeña hierba. Por un momento quedé maravillada por la creación que había hecho, pero después me volvió la preocupación.
—¿Cómo voy a cuidar a un bebé? — dije poniéndome histérica.
La Sabia me hizo señas para que me sentara a su lado y lo hice automáticamente. Se mostraba tranquila, todo lo contrario, a cómo me sentía yo, que era un manojo de nervios.
—Daren será un hombre muy listo — dijo lentamente — casi se criará sólo. Tú le acompañaras en el trayecto y lo protegerás cuando sea necesario.
—No es suficiente — dije tajante — todo el mundo necesita una familia. El amor de una madre, las palabras de un padre... necesitará socializar, saber el porqué de su existencia...
Kaliska levantó una mano para que parara de hablar. Miró al frente y vimos delante nuestro a una mujer hermosa. Lo que más me llamó la atención fue su pelo. Lo tenía largo, liso y de color azul con tonos que brillaban. Con el viento daba la sensación que se movía como las olas del mar. Después su piel, era blanca, tanto que se podía casi ver através de ella.
Ésta mujer se acercó decidida y nos sonrió. Sus ojos eran de un color verde intenso y su cara hermosa como de porcelana. Me la quedé mirando fascinada. Kaliska se levantó y le dio un gran abrazo.
—Kiara te presento a mi hermana — dijo apartándose lentamente de ella — Ranavalona.
—¿Tu hermana? — dije con la boca abierta — pero ella es joven...
Las miré a las dos estupefacta. Kaliska tenía la apariencia de una mujer muy mayor. Tenía el pelo canoso, arrugas en la piel y caminaba lento acorde a su edad. En cambio, Ranavalona, lucía joven, hermosa y llena de vida. Las dos ante mi reacción se rieron y me sentí completamente estúpida. Era la única que no entendía el chiste.
—Cada una decide como aparentar — dijo la recién llegada — aunque yo tengo más ventajas. Puedo convertirme en lo que quiera.
Acto seguido se convirtió en algo enorme. Su cuerpo entero hasta su cintura seguía siendo el mismo, mientras que de cintura para abajo le habían salido patas. Se parecía mucho a una araña. Chillé al instante. Otra vez produje risas a las dos.
Me senté enfadada en el tronco de nuevo y Ranavalona volvió a su forma original. Ésta se acercó, se sentó en la tierra enfrente nuestro y se puso seria.
—Aquí estoy, hermana — dijo con un tono de adoración hacia Kaliska — ¿Qué necesitas de mí?
Miré a Kaliska porque ésta parte no me lo había contado ¿Le iba a contar lo del niño? La Sabia había insistido que no dijéramos nada a NADIE ¿Se lo iba a contar a su hermana? ¿Y si resulta que era como Esus y lo quiere matar?
—Quiero pedirte una favor — dijo Kaliska despistándome de mis pensmamientos.
Ranavalona asintió y esperó que le dijera la petición.
—Necesito que guardes una reliquia, con tu vida si es preciso — dijo en un tono neutro.
La joven y yo nos quedamos mirándonos sin entender qué estaba pasando ¿Una reliquia? ¿Teníamoss una reliquia y no me había dado cuenta?
—Habrá una guerra en Naélium — siguió la Sabia — por culpa de nuestros hermanos.
—Lo sé, así lo siento — dijo Ranavalona cabizbaja.
—Yo y madre tenemos un plan para salvarlo, a largo plazo.
Cada vez me costaba seguir más la conversación.
—¿Puedes ir al grano, pofavor? — pregunté angustiada.
Ranavalona se rió.
—Lo humanos tan impacientes como siempre — dijo tocándome un brazo.
—Soy un Hina — dije abriendo las alas — y supongo que sí, somos impacientes.
—Lo que decía — interrumpió Kaliska — que necesito que custodies con tu vida una reliquia. Vendrá muchas personas a robarla, pero nadie tiene que cogerla, hasta que yo lo diga.
—¿De qué se trata? — Preguntó su hermana.
—Es una chica — dijo de golpe — se llama Esmeralda. Ella es la reliquia más sagrada de éste mundo. Dentro de poco morirá y necesito que custodies su cuerpo.
—¡Espera! — chillé y me puse de pie de golpe — ¿Esmeralda va a morir?
—Es su destino, Kiara — dijo Kaliska con mucha serenidad.
—¿Vas aceptar éste hecho así por que sí? — dije sorprendida.
Miré a Ranavalona esperando que me ayudase, pero ésta no reaccióno. Kaliska hizo que me sentara y siguió con la conversación de su hermana.
—Su cuerpo, yo haré que quede intacto y su alma tendrá otro destino. En un futuro dicha alma volverá a un cuerpo, pero necesito que el original esté custodiado ¿Me harás el favor?
—Lo que sea por salvar, éste mundo — dijo la semidiosa — sólo prométeme que pase lo que pase, no me iré de éste mundo. Si tengo que morir, que sea en mi hogar. Junto con mi nación, Nebai.
Kaliska le miró con tristeza y después miró a la lejanía. No sabía que pasaba por su mente y porqué tardaba tanto en contestar. Después volvió a mirar a su hermana y dijo:
—¡Trato hecho!
Ranavalona sonrió y se levantó lista para irse. Pero justo cuando pensaba que iba a desaparecer se giró. Se quitó un collar que no me había dado cuenta que tenía antes y se lo ofreció a Kaliska.
—Cuando sea el momento de entregar la reliquia — dijo poniéndosela en la mano — dame éste collar y sabré que es el momento idóneo.
—Así se hará — justo en ese momento desapareció.
Me quedé fascinada por lo que acababa de ocurrir y después, seguidamente, me vino una furia espectacular. Kaliska me tocó ambos brazos.
—Kiara, tienes que llevar al niño a Samán
—¿Estás de broma, no? — repliqué aún enfadada — allí está Aini, lo encontrará fácilmente.
Kaliska negó rotundamente.
—Aini, está demasiado ocupado en conquistar el resto de naciones, apenas conoce su tierra. Oculta allí al niño, estará a salvo. Aini nunca se imaginará que está allí. Moverá cielo y tierra buscándolo por el resto de naciones.
—¿Qué pasará con Esmeralda? — dije con lágrimas en los ojos — ¿Volveré a verle?
—Sí — dijo con tristeza — aunque cuando la veas ya será un alma.
Me quedé petrificaba cuando me lo dijo y entonces vi a Esmeralda que volvía del bosque. Le miré con tristeza, culpabilidad, añoranza ... Quise ir abrazarla, pero Kaliska me lo impidió. Esmeralda tenía al bebé en brazos y parecía que iba a echar a correr.
Fin del Flashback
A raíz de mi confusión mental, de las lágrimas que recorrían por mi cara, volaba despistada casi sin poner atención. Lo justo para no estrellarme contra un árbol. Estábamos en la frontera de Kiau y Samán. Entonces noté como algo atravesaba mi ala derecha y nos caímos estrellándonos hacia tierra.
Caí de una manera atronadora. Cubrí a Daren con mi cuerpo y así evité que se hiciese daño. Nada más caer, lo observé con determinación. No se había hecho daño, pero sí se había asustado. Comenzó a llorar muy fuerte.
Como estábamos en la frontera, había vandidos que querían aprovecharse de dicho espacio, donde no gobernaba ni Kiau, ni Samán. Era una zona muerta, donde cualquiera podía hacer lo que quisiera. Así que estábamos expuestos y más si Daren no debaja de llorar.
Con la ala sana, cogí al bebé acunándolo. Con las manos comencé a tocar la flauta, el instrumento que me dio la Sabia. En cuanto empezó a sonar, Daren dejó de llorar. Estaba muy atento a cada nota. Poco a poco sus ojos empezaban a cerrarse.
Sin dejar de tocar, observé a mi alrededor con atención. Había caído en un lugar donde no había árboles. Estábamos muy expuestos y podían atacarnos en cualquier momento. Dirigí la mirada a Samán y pude ver la fila de Lux. Estaban lejos para escuchar si gritaba pero no lo suficiente para verme y más cuando no había naturaleza que obtaculizara la visión. Decidí correr hacia esa dirección.
Cuando me moví, sentí un dolor muy intenso. Mi ala izquierda estaba rota, resquebrajada y casi sin plumas. Sangraba demasiado dado que también me habían dado en el hombro.
Observé al bebé que ya se había dormido y dejé de tocar. Guardé el instrumento y me toqué la herida del hombro primero y luego el ala. Pintaba muy mal, tragué saliva cuando comprendí que había muy pocas posibilidades de que volvería a volar. Los Hinas nos curábamos muy rápido, pero yo no era un Hina normal: Era mitad Curasangre y mitad Samaelita. Eso significaba que necesitaba "sangre" para curarme. Sangre humana y el único humano que tenía cerca era Daren y por nada en el mundo me alimentaría de él.
Intenté ignorar el dolor y comencé a caminar a paso lento hacia Samán. Cerca de allí, había una hilera de rocas. Sería un buen lugar para descansar y así recobrar fuerzas. Decidida caminé hasta ellas.
No había ni andado ni un kilómetro cuando vi una red que nos apresaraba. Era una trampa que la habían camuflado con las hojas del terreno. Escondí al bebé en mi espalda tapándole con el ala buena cuando vi que un grupo de Curasangres salían detrás de las rocas que pensaba que sería un refugio para mí. Tendría que haber pensando que era un buen refujio, para cualquier criatura, no sólo para mí.
Tragué saliva cuando el grupo de cinco Curasangres me miraban con deseo. Intenté dehacerme de mi cautiverio, pero estaba demasiada herida para poder romper la red. De pronto uno de los Curasangres, que parecía el líder, se acercó lo más cerca posible.
—Un ejemplar de Lux, precioso — dijo mirándome con admiración — lástima que te hayamos partido el ala.
—¿Qué quereís? — pregunté zaradeando la red e intentando ocultar lo máximo posible a Daren.
—¿Sabes cuánto pagan hoy en dia, por esa ala? — dijo señalándola — Los ricos más locos les encanta coleccionarlas y yo, soy un mercenario.
Todos comenzaron aplaudir como si fueran zastes sin cerebros. Me senté como pude y comprobé que era más alta que el líder, aún estando sentada.
—¿Comercializas con alas? — pregunté extrañada.
—Con todo lo que quieran mis clientes — dijo con orgullo — espadas de fuego, alas de Lux, Okotadi, manos de Camaleónicos, Colmillos de algún que otro Curasangre traidor... — esto último lo dijo con rabia — Lo que sea para conseguir dinero.
—¡Eso es Horrible! — chillé.
—Es supervivencia — dijo con una sonrisa.
Seguidamente me sentía muy débil. Había perdido mucha sangre y me sentía muy mareada. Si me cogían, podían encontrar a Daren. Estaba segura que no entenderían la importancia de éste niño, pero al ser mercionarios, seguro que lo matarían.
—Soy un cazarecompensas y seré conseguiré esa ala. Cueste lo que cueste — dijo con un tono amenazante.
Seguidamente se acercó y rompió las redes. Estaba muy débil para pelear, pero no podía permitir que me rompiera la otra ala. No sólo porque era mi transporte y parte de mi anatomía, si no porque era el refujio del bebé. Así que, por falta de fuerzas y recursos, hice lo único que podía hacer.
Miré al líder con rabia y le gruñí con todas mis fuerzas. Saqué mis colmillos. Eran enormes porque estaba sedienta, pero ahora me era beneficioso así daba más miedo. Los cuatro Curasangres de atrás, los cortos de miras, se fueron corriendo aterrorizados. En cambio, el líder se quedó con la boca abierta sin mover ningún músculo.
Dejé de rugir, pero no escondí los colmillos. Lucharía por Daren, por Esmeralda, no dejaría que le hicieran daño nadie. Se quedó un silencio muy incómodo. El Curasangre cerró la boca y dejó pasar una mirada de ¿Admiración? Yo en cambio sentí que estaba perdiendo la conciencia. Cuando mis ojos estaban a punto de cerrarse, escuché como él comenzaba a llorar.
¿Quién es éste mercenario?
¿Podrá Kiara proteger a Daren?
¿Cómo va a cuidar la Hina al niño en Samán?
¿Tiene un as bajo la manga Kaliska?
¡Hola mis queridos Gifts!
¿Cómo estáis?
Un sábado más os traigo un capítulo nuevo. Cada vez me gusta más Kiara y ya era hora de hacer justica a la pobre Dalila XD ¿Habéis cambiado de parecer, o os sigue cayendo mal?
¡Os espero el próximo sábado!
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