Capítulo 3: Una nueva Amiga

Kaliska

Sus manos volaban por el cuerpo de ella, sus labios con urgencia buscaban la boca del otro. Sus cuerpos se fundían intentando camuflarse con el follaje del bosque. Los animales del bosque entero aprobaban la relación de éstos dos y les ofrecía cobijo. Incluso en ocasiones les ayudaba a esconderse cuando se acercaba algún indeseado. Ese no era mi caso.

Las criaturas revoloteaban por los alrededores se alegraban al notar la felicidad de los dos amantes. Los arboles hacían danzar sus hojas y sus ramas al compás de los cuerpos de aquellos humanos.

Los miraba con absoluta atención desde la copa de un árbol. Observaba cómo se amaban y manifestaban su cariño de una forma física. Por una parte, los envidiaba dado que yo nunca tuve ese vínculo con otra persona. Por otro lado, esperaba que la profecía que había profetizado hace tantos años se cumpliera en algún momento.

Algo llamó mi atención, entre la maleza. Dirigí mis ojos hacía ese lugar. Un muchacho contemplaba con una mirada de odio la escena de amor. En mi mente apareció el nombre de Noda. Me inquieté cuando comprendí el trío que se estaba presentando delante de mis ojos.

Me puse en estado de alerta, por si ése chico osaba atacar a esos dos. Temí por un momento que todo lo que estaba por acontecer se fuera al traste*, por culpa de un chico caprichoso. Le lancé unas imágenes de amor de Esmeralda para que se lo pensase bien, el hecho de matarlos a los dos. Funcionó, no los mató, pero tomó la decisión de vengarse, aunque todavía no era consciente. Su futuro cambió. Éste reaccionó y se fue corriendo hacia el bosque.

¡Que inoportuno! — Pensé.

Ahora tendría que salir en busca de Noda, pero a la vez tenía que mantener contacto con Esmeralda. Suspiré fuerte e hice un conjuro para materializar los dos destinos. Para que pudiera estar en dos sitios a la vez. Automáticamente apareció otra Kaliska. Ésta me sonrió y salió disparada en busca del joven.

Solucionado el tema del muchacho caprichoso me centré en mi otra misión. Cerré los ojos e intenté ver alguna premonición nueva, algún mensaje que me quiera mandar la Diosa Yutai. Pero no recibí nada, todo estaba en silencio. Necesitaba saber qué paso tendría que tomar para hacer lo correcto, para cumplir el destino.

De pronto un ruido hizo que abriera los ojos con urgencia. Los amantes se acababan de vestir y se despedían con besos sonoros. Puse los ojos en blanco, esperando que Charles se marchara del lugar. Éste, vestido de plebeyo, se fue desapareciendo por la maleza.

Esmeralda se quedó sentada sobre el lecho que habían formado con hojas. Pensaba sí era lo correcto, amarlo en secreto o sencillamente amarlo. Pensaba en el futuro de Kiau, en el futuro de Naélium. Me alegré de que la muchacha pensase en el bien común y no sólo a su ombligo*. Eso empezó a cambiar mi forma de pensar sobre ella.

Una premonición me vino de pronto y me quedé absorta por las imágenes. Ésta muchacha era mucho más importante de lo que pensaba. Yutai me sonrió con orgullo y me animó a seguir con mi objetivo. Esa era la señal que tanto había esperado. Así que suspiré y bajé a tierra a la vista de la chica.

Esmeralda

Mi piel aún estaba erizaba. Ésta tenía memoria y aún se acordaba de las caricias de Charles. En cambio, mi mente me castigaba dado que sabía que lo que hacíamos estaba mal. Mi corazón y mi mente luchaban entre sí, mientras que mi alma reposaba calmada esperando el veredicto.

¿Amar era incorrecto? ¿Mi amor por Charles era exagerado? ¿Él sólo era un capricho? Todas éstas preguntas me rondaban por la cabeza. No quería perjudicar el futuro de Kiau. Charles tenía que casarse con Navit y hacer así el pacto con Nebai. Vivir en paz, es el sueño de cada Naelita, bueno, puede ser que los Samaelitas tuviesen otro concepto. Pero si estaba en mi mano, mantener la paz en el reino, así lo iba a cumplir.

De pronto un ruido sordo sonó a mi derecha. Me levanté, saqué el arco (con mi don) y me encaré contra aquello que había hecho el ruido. Una anciana caminaba lentamente hacia mi posición. Su ropa era de plebeya, pero su presencia era de Reina. Rápidamente noté que tenía algo especial. No era una humana normal, era como yo, tenía dones. Por una extraña razón me sentía segura con su presencia, así que, bajé el arma y esperé a que llegase a mi situación.

—Así que tú eres Esmeralda — dijo bajito dando vueltas al mi alrededor.

—Sí y tú eres...

—Kaliska, la Sabia del bosque — contestó parando y poniéndose enfrente de mí.

—¿Eres una bruja? —pregunté sin darme cuenta.

Ella sonrió ante tal pregunta. Se acercó al árbol donde en su base habíamos hecho un lecho improvisado Charles y yo. Tocó suavemente el tronco y el árbol para mi sorpresa bajó sus ramas haciendo unos asientos. La Sabia se sentó en uno y me hizo una señal para que hiciera lo mismo.

—Tú sabes la respuesta a esa pregunta, Alda — dijo con total confianza.

Tenía razón, yo sabía que las brujas no existían. En verdad eran humanos como yo o Charles que tenían dones. Entonces me di cuenta de una cosa. Me extrañé que dijera ese mote, dado que sólo Noda me llamaba así ¿Conocía a mi amigo? Ella negó con la cabeza suavemente.

—Lo estoy conociendo ahora mismo — dijo con misterio.

Seguidamente se rió. Ésta mujer no estaba muy cuerda. Por mi sorpresa, eso no me importaba, me caía bien. Ella me era familiar ¿Le había visto antes?

—Así es — dijo dando golpecitos en la rama para que me sentara — la primera vez que te vi eras muy pequeña.

Hice lo que me pedía y me senté en el asiento que había hecho el árbol. Era bastante cómodo para estar hecho de ramas y hojas. Intenté buscar en mi memoria para recordar a la mujer. No encontré nada, mi mente se quedaba en blanco cuando llegaba a un determinado momento de mi infancia. Me empezó a doler la cabeza.

—No te esfuerces, yo me encargué de que no te acordaras de mí. Te borré ese primer contacto conmigo —dijo tranquila.

Le miré con enfado. No me gustó nada que alguien jugara con mis recuerdos. Esto me hizo cuestionar si todos los recuerdos que aún tenía eran míos.

—Sólo he modificado ése recuerdo, no te he vuelto a ver desde ése día — me dijo con calma y con una mirada sincera.

—Entonces, ¿Cuándo te vi por primera vez? — pregunté harta de tanto misterio.

¿Iba a ser siempre así con ella? ¿Tendría que adivinar cada palabra que pronunciara? ¿Ese misterio será permanente? Deseé con mi don poder leer sus pensamientos, pero noté como un muro. Por primera vez mis dones no me iban ayudar ¿Quién era ésta mujer, que mi don no le afecta?

—Poco a poco Esmeralda, cada pregunta con su respuesta — dijo mirando el bosque con adoración —.

Algunos animales se acercaron a Kaliska y se sentaron en su regazo. He vivido toda mi vida en éste bosque y nunca había visto éste comportamiento de los animales. Una pequeña pero hermosa ardilla se acercó lentamente. Se subió por mi brazo y se quedó en mi hombro mirándome con mucha atención. Le sonreí con dulzura, verdaderamente era muy hermosa.

—La primera vez que te vi, no parabas de hacer parecer cosas en la falda de tu madre — dijo ya sin rodeos.

Entonces caí en la cuenta. Mi madre me lo contó una vez que llegué a mi edad adulta. Le miré ahora detenidamente y poco a poco comenzó a llegarme recuerdos.

—Tu madre vino a mí, preocupada por tu futuro. Desde que naciste, rápidamente supieron que eras especial. Kiau siempre ha sido un pueblo que viven con miedo a lo desconocido. Supongo que yo tengo la mayor culpa de ello.

Le miré desconcertada dado que no entendía ésta última parte. Nadie tiene la culpa de que los dones sean temidos ¿O sí? Kaliska hizo un gesto, intentando restarle importancia.

—Vi tu futuro y le profeticé que te enamorarías de un hombre correcto, pero éste te llevaría a la muerte.

Tragué saliva dado que ya recordé quién era. Por su causa mi madre se fue a vivir al bosque, para evitar que conociera a nadie. Lo que no sabía mi madre, que cuanto más barreras pongas al destino, más caminos éste busca para cumplir su propósito.

—Esa profecía sigue en pie. Pero ahora se ha añadido otra, más importante.

Me levanté de golpe negando con la cabeza. No quería escuchar más profecías. Mi vida era miserable por una, no quería buscar más la ruina. Lo único que tenía era el amor de Charles y pronto se acabaría. Quería vivir feliz lo que quedase de esa relación.

Me dispuse a salir pitando de ese claro, dejando a la Sabia con la palabra en la boca. Pero de pronto se apareció delante de mí, con la mano en alto para detenerme.

—Alda, esto no depende sólo de ti, ni de Charles, sino de TODO Naélium. Puede que incluso de tus decisiones perjudique otro mundo ajeno al nuestro.

Con mi don hice aparecer al tigre con el que jugaba siempre con Noda. Éste se acercó y cuando llegó a mi ubicación le di un fruto. En seguida se tumbó para que pudiera montarme sobre él.

—No soy nadie importante. Nadie me conoce, sólo soy una plebeya que vive en el bosque — dije ya por concluía la conversación — una chica tonta que se ha enamorado de alguien que no le pertenece.

—Eso no es del todo cierto — dijo acariciando al tigre. Éste parecía más a gusto con la Sabia que la acababa de conocer que conmigo — Estáis destinados a estar juntos. Sois almas gemelas.

Hice levantar al tigre y comencé a caminar. Kaliska mantenía el paso del animal sin gran esfuerzo.

—Supuestamente él me va a llevar a la muerte — dije con todo el dolor de mi corazón.

—Pero también él junto a ti, traerá salvación a Naélium.

La Sabía hizo aparecer un león blanco. Su pelaje era hermoso y brillante. El tigre que montaba le gruñó, en cambio el otro animal le ignoró. Kaliska montó al león y siguió con nuestro paso.

—Esmeralda no tenemos mucho tiempo — dijo poniéndose en medio. Automáticamente mi tigre se paró — Tienes que tomar tu destino, tú salvarás Naélium de la destrucción. Junto con él...

Entonces Kaliska señaló mi vientre y algo dentro de mí se movió.

Palabras del texto con *:

Se fuera al traste: Que se eche todo a perder, que todo el trabajo que había pensado Kaliska se perdiera por culpa de Noda.

Mirar a su ombligo: Mirar sólo tus intereses. Ser egoísta y no pensar en los demás.

¡Hola mis queridos Gifts!

Espero que os haya gustado éste capítulo y el nuevo rumbo que está tomando Catarsis. Aún falta un nuevo Banner y ya estarían todos. Las historias se entrelanzan y comienza a tener sentido.

¡Os espero el próximo Sábado con un nuevo capítulo!

¡Nos leemos pronto!

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Nombre: Los errores de mi primera novel/ Consejos para escritores

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