Capítulo 29: Aliados
Abril
Miré con atención al chico que tenía atado en la silla de tatuar. Su pelo era negro, sedoso y sus ojos eran... ¿uno de cada color? Uno tenía un color azulado mientras que el otro tenía un color verde. Es hermoso y guapo ¿Qué don podía poseer? Sentía curiosidad, además que necesitaba información para hacerle el Sign.
—Soy Abril — dije intentando empezar una conversación — perdona a Adón es un poco tosco. No todos somos como él.
—¿No sois asesinos? — preguntó con mucha rabia — porque ¡Ha matado a mi familia!
Me quedé petrificada ante esa confesión. Adón había traído a muchos Gifts nuevos, pero ninguno le acusaba de asesinar a su familiar para traerlos. Había hecho diferente trato con éste chico, eso sólo significaba una cosa: Él era importante para Adón. Tendría que ir con pies de plomo.
—Yo no lo soy — dije sonriéndole — sólo soy la chica que hace dibujos en la piel. Como éste.
Entonces me retiré el pelo y le enseñé el dibujo que tenía detrás de la oreja. Él lo miró sin mucho interés. Es normal, dado que le habían arrebatado todo lo que tenía y yo le estaba enseñando un tatuaje.
—¿Qué queréis de mí? — preguntó con los ojos llorosos — ya me habéis quitado mi familia. Ya no me queda nada.
Levanté mi mano y le acaricié el pelo con suavidad. Se le veía tan perdido, lleno de ira, de odio...
—Vuelvo a repetir, yo no participo en eso.
—Pero apoyas y dibujas aquellos que lo hacen, eso te convierte en aliada — dijo y acto seguido me escupió en la cara.
Me limpié con la manga y cogí mi ordenador portátil y me senté a su lado para coger sus datos.
—Tú mismo si quieres pensar así, pero que sepas que de todo el mundo que está aquí, yo soy la más cuerda — dije lentamente — no comparto lo que hace Adón pero sí sus ideales. Allí afuera somos monstruos y dignos de muerte cuando descubren lo que podemos hacer. Nos tienen miedo y por eso nos matan ¿Dónde has estado escondido? ¿No has visto el mundo? Mataron a mi familia porque eran "especiales" — levanté las manos para hacer unas comillas — Adón me rescató y me trajo aquí. Éste sitio es lo único que tengo.
El chico me miró. Ya había dejado un poco de lado el odio, pero aún no se fiaba de mí. Podía vivir con eso.
—A ti te habrá salvado pero a mí me ha destrozado — dijo con los dientes apretados — ¿Por qué no puede morir?
—Somos inmortales — dije dándole poca importancia — en la ODDSI algunos tenemos esos privilegios.
—¿Tú también lo eres? — preguntó curioso.
—Sí, pero Adón sólo se lo ofrece algunos pocos y sólo después de años de observación y lealtad. Por eso es muy extraño que recién llegado ya te quiera dar la inmortalidad.
Él se encogió de hombros y me miró confuso. Cogí una abuja y le pinché el dedo. Cogí su sangre y la analicé en el ordenador. Miré con admiración su ADN, sus poderes eran medio/alto pero tampoco era un ser poderoso. Pero algo había raro, éste chico se salía de lo normal.
—¿Quién eres? ¿Cuáles son tus poderes? — pregunté con la boca abierta viendo la pantalla.
—Sólo soy un campesino, me llamo Zeth — susurró y se quedó callado.
Le miré y le animé a seguir.
—Sigue ¿Cuáles son tus poderes?
—Puedo ver el pasado, el presente y el futuro — dijo con vergüenza y con miedo — en alguna ocasión he cambiado un suceso por equivocación.
—Interesante — dije anotando esto al ordenador — éste don no lo tenemos en la ODDSI pero no lo veo tan poderoso para que Adón te quiera de buscador.
—¿Buscador? — preguntó ahora alarmado — ¿Quiere que trabaje para él después de todo lo que me ha hecho?
—Buscadores son aquellas personas que se dedican a buscar a otras con dones — dije preparando la tinta para hacerle el tatuaje — a veces es fácil de encontrarlas sobre todo cuando la fastidian, pero otras veces se mantienen ocultos.
—Yo no quiero ser buscador, yo no quiero esto. Yo quiero...
—Vengarte — dije tajante — es comprensible Zeth. Pensamiento razonable, decisión cuestionable. Ya has visto que él no puede morir.
Zeth apretó los dientes y se puso rojo. Sabía que tenía razón y que no podía hacer nada para remediarlo. Notaba que era una buena persona y no aprobaba lo de Adón. Si es verdad, que el jefe era un asesino, me sentía traicionada. Él me había salvado la vida, pero yo no estaba de acuerdo de traer a los Gifts obligados. Yo los dejaría elegir. Pero yo sóla no podía cambiar las leyes de la organización. Necesitaba a personas que me apoyaran. Sin duda Akin me apoyaría si se lo pidiese, pero sólo éramos dos, contra que ¿Un ejército de personas con poderes? Pero éste chico para Adón era especial y si él está de nuestro lado... tendríamos ventaja.
—¿Qué propones? — me preguntó — Por tu manera de hablar no apruebas los métodos de él, así que... Algo tienes en mente.
—Bueno, sólo somos dos Zeth, habrá que buscar más personas que nos apoyen en nuestra causa. Yo si fuera tú, trabajaría para él y cuando seamos bastantes en su contra, pues nos rebelamos.
—¿Por qué confías en mí? — me preguntó acertando a la pregunta — no me conoces te puedo traicionar.
Le miré y cogí la maquina en la mano lista para dibujar.
—Porque para ti lo más importante es la familia — dije en susurros — y para mí lo más importante es la libertad. Los dos buscamos cosas diferentes pero que pueden coexistir. No nos hacemos daño y podemos colaborar. ¿Qué te parece si somos socios?
Acto seguido cogí un cúter y le rompí sus ataduras. Él quedó libre y le miré esperando su reacción. Si me atacaba podía usar mi escudo y el cúter, si no, había escogido bien.
—Acepto si después me dejas completar mi venganza.
—Adón será todo tuyo, no me interpondré.
Zeth giró la cabeza hacia la puerta y allí apareció Marc. Le miré con desgana y él sin decirme palabra me ofreció un frasco con lo que parecía ser sangre. Adón había hecho su parte. Esto controlaría a Zeth en cada movimiento. Eso para nuestro plan iría mal. Esperé que el lacayo de Adón se fuera y entonces le conté mi plan a Zeth. Su venganza se tendría que posponer un tiempo, pero teníamos que hacerlo bien.
Akin
—¿Crees que es de fiar? — pregunté mientras aguantaba el saco de boxeo a Abril.
—Sí, él está aquí en contra de su voluntad y Adón mató a su familia — dijo dándole unos cuantos puñetazos al saco — no sabe nada de la organización ni cómo funciona. Nos necesita.
Observé como daba puñetazos. Abril era una pelirroja fuerte, segura de sí misma y confiada. No le tenía miedo a nada, bueno puede ser que un poco a Adón. Toma sus propias decisiones y nunca ha necesitado mi ayuda, yo siempre he sido su compañero de ideas.
—Adón ya lo ha puesto como buscador — me soltó de golpe — y acaba de llegar. Eso es sospechoso.
—Ya lo creo, ha tardado un segundo — dije un poco molesto — ¿Qué está planeando el jefe?
—No lo sé, pero ahora que tú también lo serás, puedes observarle— dijo cogiendo el saco y mirándome fijamente.
—Creo que ya el entreno se ha acabado por hoy — dije intentando aguantar las ganas de besarla.
—Perfecto — dijo sacándose los guantes y seguidamente me los tiró a la cara.
Arrugué la nariz al ver cómo se iba. Estos momentos pequeños que compartía con ella era lo mejor de éste sitio. La ODDSI el hogar de los Gifts incomprendido o mejor llamarle la cárcel para las personas con grandes poderes que son obligados a trabajar para una persona. Yo desde que entré lo vi así, pero Adón siempre se encarga de cogerte por los huevos para que le debas algo. Un favor, una promesa cualquier cosa es válida. Si no hay nada de eso pues, mata a toda aquella persona que sea importante para ti.
Le seguí a los vestuarios. Me separé de ella para ir al de los hombres, pero ella me siguió. Me quedé sorprendido por su decisión. Entré y me quedé enfrente de mi taquilla mirándole con una sonrisa.
—Creo que me tengo que duchar — dije con un aire divertido — porque hoy es mi gran día. Alguien me va hacer mi Sign y necesito estar limpio.
Ella se acercó lentamente. Estaba sudada, con un sujetador de deporte y unos pantalones cortos. Se le marcaban las manchas de diferentes tonalidades por todo el cuerpo. Sus hombros, su espalda, sus piernas... parecían manchas como las de un dálmata. No podía negar que eso me gustaba. Cada mancha era como un mapa, un lugar donde descubrir un gran tesoro. Porque ella se había convertido en mi gran aventura, aquella que deseaba descubrir. Ella, ajena a mis pensamientos, arrugó la nariz y olió.
—Cierto, necesitas una ducha.
Entonces me agarró y me empujó contra las duchas. Me quedé quieto con el agua bajando por mi cabeza, rostro y cuerpo. Le miré confundido. No sabía cómo actuar, que decir, ni qué hacer... Abril en cambio cogió mi camiseta y la levantó para quitármela. Dejé que lo hiciera. Seguidamente ella hizo lo mismo con su sujetador dejando sus pechos al descubierto. Tragué saliva al verla medio desnuda. Tenía un pecho de color blanco y el otro de otro color más oscuro.
Abril miró la dirección de mis ojos y sonrió. En vez de sentirse retraída se sentía confiada y segura. Levanté la mano y le toqué el pelo con ternura. Ella se acercó y me besó con pasión. Le acerqué todo lo posible a mí, se mojó su pelo que lo tenía cogido en una coleta. Le quité la goma y dejé que su pelo rojo bajase por sus hombros. Era preciosa, verdaderamente preciosa. Ella de golpe me bajó los pantalones y con ello los calzoncillos. Me miró sonriendo, observando mi reacción y le bajé sus pantalones y sus bragas. Abril, alargó su brazo y cogió shampoo y comenzó a limpiarse el pelo. La imité e hice lo mismo.
—Es algo subrealista — se me escapó.
—¿El qué? — preguntó con una voz cantarina — ¿que esté en el vestuario de chicos?
—No, que nos estemos duchando juntos sin hacer lo que es obvio — dije intentando no mirar su desnudez.
—¿Qué es lo obvio? — preguntó ahora acercándose a mí y tocándome el abdomen.
Puse mi media sonrisa e intenté serenarme. Mi mente me pedía calma, mi cuerpo... mejor no menciono lo que quería mi cuerpo. Cogí aire para mantener mis manos quietas y mi mente en blanco.
—Dime ¿Qué es lo que quieres? — me preguntó con un tono seductor.
Tragué saliva y comencé a temblar. Sentía calor y me estaba asfixiando. Necesitaba escapar. Ella sonrió al bajar la cabeza y ver mi desnudez. Luego se dio cuenta que mi cuerpo temblaba.
—Quiero... — comencé a decir.
—¿Si? — dijo ahora besándome el cuello y la oreja .
—Quiero ... — volví a intentarlo.
Ella seguía acariciándome. Los brazos, el cuerpo, besándome los labios, el cuello... me cogió mis manos y me lo puso en su trasero. Esto iba de mal en peor.
—Pídemelo — dijo apretando su cuerpo al mío — porque ambos lo queremos.
Mis manos volaron de su trasero a su espalda y otra a uno de sus pechos. La deseaba no cabía duda, pero yo quería más. Ella no era sólo un cuerpo, para mí significaba algo más que no podía explicar. Con éstos pensamientos, que ahora volvían a gobernar poco a poco mi mente, la separé lentamente.
—Quiero ser algo más que tu amante — dije cogiéndola de los hombros y mirándola fijamente — quiero ser tu compañero de vida. De nuestra larga vida. Esto tiene que pasar dije mirándola de arriba abajo, pero en otro contexto, en otro tiempo, en otro lugar. Yo... Te amo.
Ella cerró los ojos y sonrió. Puso su cabeza entre mi cuello y mi hombro y dejó escapar un suspiro. Me abrazó lentamente y sentí cómo su corazón iba más rápido de lo normal. Correspondí su cuerpo. Yo le amaba en todos los sentidos, no sólo deseaba tener sexo. Yo quería una unión mucho más allá que lo físico.
—Yo también te amo — dijo con su boca en mi clavícula.
Sonreí al escucharla. Era lo mejor que me había pasado. Saber que ella me amaba de la misma manera que yo, eso era un milagro. Amar y ser correspondido es algo más allá de lo imaginable. Allí estábamos, ambos desnudos, bajo una ducha, pero unidos en corazón, suspirando al mismo compás, amando al mismo ritmo.
En ese momento tan íntimo, pero a la vez, tan bonito apareció por la puerta un chico nuevo. Por su Sign rojo en el cuello, que estaba casi recién hecho, supe que era Zeth. Me lo quedé mirando, no sabía cómo iba a reaccionar. En la ODDSI no estaba prohibido tener relaciones entre los integrantes, pero tampoco quería que toda la organización se enterase. Abril al ver mi reacción se giró y lo vio. Se separó de mí y se acercó al chico. Parecía que le diese igual estar desnuda. En cambio, Zeth estaba nervioso y no sabía dónde mirar.
—Zeth, ¿cómo estás? — dijo cogiendo una toalla que estaba al lado de él y secándose el pelo — ¿te estás adaptando al Sign? Al principio es extraño.
—eee... me pica un poco y a veces cuando me pongo nervioso me duele — dijo llevándose la mano al cuello. Le dolía ahora — pero no he notado otra cosa.
Salí de la ducha y me puso una toalla en la cintura. Me acerqué al chico y le sonreí. Le estreché la mano.
—Soy Akin — dije con amabilidad — seremos compañeros buscadores. Podemos solicitar a Adón que nos ponga juntos.
Abril, ya se había puesto una toalla alrededor de su cuerpo y ahora Zeth parecía más tranquilo. Comencé a vestirme lentamente mientras esperaba que el chico dijera algo claro.
—Perdonad por si he interrumpido algo — dijo reaccionado por fin — pero Adón — dijo el nombre con rabia — solicita que vayas, Akin.
—Ahora mismo voy — dije acabando de vestirme y miré a Abril que iba en toalla.
—Voy a cambiarme en el vestuario de chicas — dijo y me dio un beso rápido.
Zeth miró a Abril y seguidamente me miró a mí. En ese momento me estaba poniendo las bambas.
—Suéltalo — dije cansado.
—¿Podéis estar juntos? — preguntó sentándose a mi lado.
—No hay ninguna norma que lo impida — dije mirándole — ¿Por qué?
Él se encogió de hombros.
—Adón no parece el típico jefe que deje que sus esclavos se enamoren. No tiene empatía ni amor hacia el ser humano... — dijo mirando a la nada y con mucha rabia — de todos los que he conocido parecéis lo más cuerdos. No quiero que os pase lo mismo que a mi familia.
Acabé de vestirme y me levanté con seguridad. A penas conocía al tipo, pero presentía que era un tío legal. Así que quise ser sincero.
—Adón se porta bien con los que no le causan problemas. Nos conviene que piense que estamos a su disposición, para así hacer nuestro plan ¿Estás con nosotros? — pregunté levantando la mano.
—Sí — y entonces nos cogimos las manos.
Tenía la sensación de que íbamos a ser buenos amigos. Un fiel confidente.
¡Hola mis queridos Gifts!
Un sábado más os traigo un capítulo interesante. En éste apartado se acalarará como entró Zeth a la ODDSI, qué pasó con Akin y Abril y no se si os habeís dado cuenta, pero antes lar normas de la organización eran distintas ¿Por qué?
Todo esto lo sabreís en los próximos capítulos
¡Nos leemos y nos escuchamos pronto!
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