Capítulo 17: Una locura Subestimada

06/06/2024

Querido Diario:

He podido comprobar que la vida te puede joder a base de bien, que te deja a oscuras sin tener el detalle de darte una linterna para alumbrarte al menos unas horas. Que te pone obstáculos para que te vayas cayendo conforme vayas avanzando. Que te ataca a lo más sensible que tiene la humanidad: las emociones.

Cuando el grupo de supervivientes con quién vivía decidieron salir de nuestra guarida, supe al instante de que ya no los volvería a ver. Iban desarmados, apelotonados y muertos de miedo. Consiguieron salir al campo abierto, pero fue una trampa. Los zombis lo localizaron en menos de cinco minutos. Empezaron a rodearlos y a comerlos vivos. Tuve que apagar el sonido y la cámara, dado que no quería ver semejante asesinato. A pesar de eso, desde mi ubicación escuchaba sus gritos y sentía su desesperación.

Durante horas estuve en mi cama sentado mirando a la nada. Sólo tenía dos latas de comida, apenas media botella pequeña de agua y una mochila repleta de emociones. Pensé que ya no tenía nada que hacer. No tenía compañía, no tenía posibilidad de salir de aquí con vida, no tenía alimentos y lo peor aún, no tenía ganas de vivir. Entonces una luz roja se encendió y con ella, una chispa de esperanza.

Me levanté con urgencia y encendí de nuevo las cámaras. El campo de fútbol estaba repleto de Zombis y lleno, lleno de sangre. La imagen era pintoresca. Tragué saliva al observar mejor la pantalla. Los cuerpos de los que antes, eran mis compañeros de celda, ahora estaban desgarrados casi ya no quedaba nada de su existencia.

A pesar de todo éste horror, no había nada fuera de lo "normal". Varios de esos seres entraban desesperados en el campo para alimentarse y otros, hartos y saciados abandonaban el lugar.

Entonces vi entrar una pareja inusual. Caminaban sin caerse y su apariencia era muy humana. Iban sorteando a los carnívoros, pero éstos no lo veían. Me extrañé del porqué no los atacaban. Les seguí en su ruta por medio de las cámaras. Se pararon en un lugar que estaba bastante cerca del campo abierto. Supongo que buscaban algún superviviente. Cuando se dieron cuenta que no había ninguno, intentaron volver para atrás. Pero algo pasó, porque algunos se percataron de su presencia.

Rápidamente cogí la Katana y después de cencionarme que no había peligro a fuera de mi escondíte, salí dando katanazos matando a cualquier Zombi que se pusieran adelante.

Pero querido diario puede parecer que me había sonreído la suerte, pero no era del todo cierto. Esa pareja eran Zeth y Abril y se creen los nuevos Vengadores del mundo. Quieren ir al centro comercial que se encuentra al lado, enfrentarse no contra seres carnívoros, si no, con humanos con poderes sobrenaturales para encontrar un miserable libro. Pero: ¿esto qué es? ¿Una película de Marvel?

Es un suicidio, pero también es verdad que no vivimos en tiempos normales. Lo que puede parecer un suicidio, puede ser una oportunidad de oro de cambiar, una vez más, el mundo.

Abril

Miraba con demasiada atención a Egan. Su pelo, sus ojos, su manera de hablar, de expresar sus ideas, me era familiar. Tragué saliva al venir en mi mente a esa persona que me recordaba. Un dolor intenso y agudo me invadió por dentro. Toqué el tatuaje que tenía detrás de mi oreja.. Me tatué una garza, hermosa. Coincidiendo con su animal preferido, su alto ego ¡Cuánto le echaba de menos! Y ¡Cómo dolía recordarle! Cerré los ojos para hacer desaparecer esas ideas y me dirigí a los chicos que se situaban en una mesa con un mapa enorme en ésta.

—Entonces ¿hay la posibilidad de entrar en el Splau por las alcantarillas? — preguntó Zeth con curiosidad.

—Posibilidad hay, pero reza para que no esté obstaculizado por algo. No sabemos si los Zombis han llegado a invadir esas zonas — contestó Egan.

—Nunca lo sabremos si no lo comprobamos ¿no? — dije impaciente por moverme.

El chico me miró con interés. Se le salió una sonrisa sarcástica y me guiñó un ojo. Espera ¿Me ha guiñado un ojo? ¿A mi? Zeth testigo de ese gesto bufó en alto e intentó ocultar la risa.

—Perdona colega — dijo el chico — ¿Estáis juntos?

—No — dijo Zeth en seguida — pero te recomiendo que si vas a entrar en ese juego ...

Me quedé mirando a mi amigo, a uno de mis mejores amigos. Desde que entré en la ODDSI, es el único amigo que he tenido. El me ayudó con la perdida de ... Zeth fue mi sustento y un buen amigo. Esta bueno, sí, pero nunca lo he podido ver más allá como eso, como un hermano.

—Sepas jugar bien al ajedrez — dijo al final riéndose y mirándome fijamente — Abril siempre te deja en jate mate.

Reí con ganas y le dí un golpe amistoso en el brazo. Siempre he tenido un carácter fuerte respeto a los chicos. Zeth había visto a muchos patéticos intentando acercarse y seguidamente salir corriendo como perritos con la cola entre las piernas. Tenía que reconocer que no sabía tratar muy bien al género opuesto, sobre todo, si querían entrar en un terreno amoroso.

Egan tragó saliva ante esa confesión. Se acercó hasta ponerse a escasos centímetros de mí. Mi frente llegaba a su nariz, así que tuve que levantar mi cabeza para mirarle a los ojos.

—Quien no riesga no gana — dijo con tono seductor.

—O se pega una hostia de las buenas — susurró Zeth por detrás de mí.

Me quedé quieta esperando que hiciera algún movimiento. No sería yo que bajara la mirada. Estábamos haciendo un reto de miradas y no iba a ser la que perdiera. Entonces se escuchó un ruido y Egan desvió su mirada hacia los monitores.

¡Bingo! Había ganado Abril 1 — Egan 0.

—¿Qué pasa? — preguntó Zeth preocupado.

—Son las 15:00 — dijo tajante.

—¿Y? — pregunté con impaciencia.

—Los que estén al mando aquí al lado hacen ronda. Cada cierta hora salen camiones. Abren la puerta para dejar que salgan y a otras horas salen. No sé qué llevan ahí dentro, pero parece ya un ritual.

Zeth sonrió con su mirada perdida. Ese gesto lo conocía. Significaba que le había venido una idea, pero una idea bastante descabellada. Algo que pudiera hacer peligrar nuestras vidas. El chico miró a mi amigo y le pasó la mano por delante. Zeth no respondía.

—¿A éste que le pasa? — dijo con un tono serio.

—Una idea — dije mirando el mapa e intentando descifrar lo que estaba pensando.

—¿Cuáles son las horas de la ruta? — preguntó el Gift aún con la mirada perdida.

—A las 9:00 de la mañana el primero, después a las 12:00 y por la tarde a las 15:00 y a las 19:00 vuelven todos los que han salido.

—¡Perfecto! — contestó Zeth señalando a Egan con el dedo y volviendo en sí — ahí es cuando entraremos.

Mi amigo comenzó a explicar su idea, lo que necesitábamos y todo lo necesario para llevar a cabo para coger el libro. Abel nos dio la idea de qué lugar, en todo el centro comercial, podría estar. Ya lo teníamos todo hablado y nos estábamos vistiendo para hacerlo realidad.

—Estáis completamente locos — contestó Egan, después de contarle todo el plan.

—La locura está subestimada — dije mirándole cínicamente — me encanta la locura y si quieres acompañarnos, tendrás que convivir con ella.

Zeth, unas horas después

Eran las 19:00 de la tarde, justo cuando los tres coches iban a regresar al Splau para finalizar la jornada. El plan era arriesgado, pero tendríamos que hacerlo. Era nuestra única oportunidad de entrar en el Splau, dado que era como una fortaleza.

—No puedo creer que hemos salido de allí sin heridas y sin perder ningún miembro de nuestro cuerpo — dijo Egan.

Estábamos agazapados en unos matorrales. Habíamos salido del campo de fútbol gracias al escudo de Abril. Estábamos situados a un parque cerca, dónde los Alfas paraban para fumarse un cigarro, antes de entrar en el Splau. Egan lo sabía porque lo había visto con las cámaras.

—¿Por qué tenéis esos poderes? — preguntó una vez más mi acompañante.

—Buena pregunta — dije poniendo tono de presentador de televisión — hemos estado muchos, muchos años a base de agua y pan.

El chico me miró serio. Pensó que lo había dicho era verdad. No me acostumbrada a hacer bromas y que no las captasen. Isaac siempre me seguía las bromas. Somos iguales. Lo echaba de menos ¿Dónde estaba mi mejor amigo y su novia?

Escuché un ruido de un motor y me asomé por encima de los matorrales. Le di un codazo al chico para que mirase. Tres coches iban en fila, a una velocidad moderada. Uno de ellos se aproximó a nuestro lugar, se paró y salieron dos chicos con el uniforme de la ODDSI. Me agaché y le dije por medio de un micrófono a Abril:

—Ya han llegado — le avisé.

"Perfecto, casi hemos llegado" — contestó la chica por medio de un auricular que tenía en la oreja — "Recordarme cuando salgamos de ésta, de daros una paliza, siempre me toca a mí hacer el trabajo más guarro".

—Eres mi ángel de la guarda — dijo el chico en tono seductor.

—Que empiece el Show — le susurré a Egan.

Entonces éste se puso de pie y caminó hacia los guardias. Todo el plan estaba pensando al milímetro. No se podía dar ningún error porque si no tendríamos que improvisar. Soy sincero, se me da muy mal improvisar.

Él chico salió y cuando los guardias lo vieron lo amenazaron con pistolas. Se me hizo raro que lo hicieran por medio de armas y no con sus dones. Deseché esas ideas y me dispuse a caminar hasta el primer coche.

—¡Eh, tú! — chilló un guardia — ¡Párate!

Egan caminó hasta el último coche haciendo que todos los guardias se centraran en él mientras yo me colaba debajo del primero. Tenía puesto un arnés y enganché unas cuerdas debajo de éste. El primer coche era un todoterreno bastante alto, eso evitaba que me diera golpes contra el asfalto.

—Perdona — escuché que decía Egan — pero ¿Tenéis algo para comer? Llevo días sin probar bocado.

—¡Vete de aquí o no podrás comer nada más en tu vida! — chilló otro guardia.

—Aunque sea un poco de agua — insistió mi nuevo amigo — además vais en coche, ¿Hay algún sitio donde pueda refugiarme? Por favor estoy solo y hace días que apenas duermo tres horas seguidas.

—No te aviso más — volvió a decir el guardia — si no te vas en menos de cinco minutos te reviento la cabeza de un balazo.

—Ya estoy en posición — le dije a Egan por el micrófono — sal de ahí, que éstos cumplen sus promesas.

—Está bien — dijo el chico a los guardias y a la misma vez a mí.

Escuché como los pasos de mi amigo se alejaban, porque los guardias habían vuelto al primer coche y estaban a punto de subir. Pero entonces Egan decidió que no había acabado la charla.

— ¿Supuestamente no sois la seguridad del gobierno? — chilló fuerte.

Eso no estaba en el plan, el chico estaba improvisando. Que quería conseguir provocando a los guardias. A demás estaba chillando muy fuerte, los Zombis de alrededor seguro que le habían escuchado.

—Por vuestra culpa y de no hacer vuestro trabajo hemos acabado así — dijo con un tono de amenaza.

¡Vete, pedazo de imbécil! —susurraba Abril desde los auriculares — te van a matar.

—No habeís tenido los santos cojones de salvar a la ciudad y ahora os creéis con derecho de mandarme ahí afuera sin comida y sin nada a morir — dijo ahora viniéndose arriba.

—Pero ¿Eres gilipollas? — dijo el guardia que estaba a escasos centímetros de mí.

Estaba enganchado debajo del coche en un arnés, pero no sabía si salir o quedarme. Egan estaba poniendo en riesgo el plan y además sin contar, que cuando viniesen los Zombis, los guardias tienen el refugio del Splau, pero el chico no puede volver al campo de fútbol porque está lleno de ellos. ¿Qué está pensando éste chaval?

—¡El que tenéis serrín en vez de cerebro sois vosotros! —volvió a chillar Egan.

Y entoncesescuche como disparaban a matar. 

¿Quién es Egan?

¿Conseguirán entrar al Splau sanos y salvos?

¿Conseguirán ese libro?

¡Todas las preguntas en los siguientes capítulos!

¡Hola mis queridos Gifts!

Un sábado más y con ello un capítulo nuevo de Catarsis.

¿Qué os parece Egan?

Es un personaje misterioso, pero da un toque de "normalidad" en la historia.

Sigo diciendo que Abril es mi personaje favorito.

¿Cuál es el vuestro?

¡Nos leemos y nos escuchamos pronto!

PD:

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Nombre del vídeo:Reseña Libro vs Película: Harry Potter y la piedra filosofal parte 1

Canal: ShammerFighter

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