capitulo 3


CAPITULO TRES



La llama se extendía poco a poco por sus entrañas, el deseo vibraba por dentro tanto como la ansiedad por tocar su piel. Las sensaciones cada vez eran más fuertes a medida que las horas pasaban, a tal punto que el fuego era casi abrasador.

Una vez más, dirigió la mirada hacia la mujer que esperaba ansiosa que la tocara, que la hiciera suya, mirándolo con ojos de adoración, y lo que nunca espero sentir fue eso que lo hizo ponerse en pie y alejarse, para luego pasar la mano febril por su cabello. Asco.

―Amo...

Incluso su timbre de voz lo asqueaba, ¿Que pasaba con él?

Miro a la espléndida morena que desnuda se retorcía de frustración en su cama y pensó que desearía que fuera otra mujer quien estuviera en su lugar.

Desde que consumó la transformación de Saya, desde que ella escapó de él, vivía en un ardiente y febril estado de expectación, buscándola en las demás mujeres sin encontrar más que rechazo. Ya no era lo mismo, ya no sentía que todas eran cualquiera, porque ya no quería a cualquiera, la quería a ella y eso no lo podía tener... no por el momento.

― ¡Vístete!

―Pero amo...― ronroneo la morena acariciándose el cuerpo de manera sugestiva, en tanto Luke desviaba la mirada de ese cuerpo y giraba sobre sí mismo para centrar los ojos en el exterior.

―Vístete, tienes dos segundos para desaparecer si es que aun deseas vivir.

La mujer se tenso un segundo y luego sonrió negando. Estaba confiada, ella había sido su amante por décadas, él no haría eso con ella... solo estaba molesto, ya otras veces lo estaba y se le pasaba.

―Cariño...― volvió a decir pegándose a su espalda, pero esta vez él no reaccionó como siempre lo hacía, no se estremeció bajo sus sugerentes caricias, al contrario, tomo las manos que acariciaban su amplio torso desnudo y la estrello violentamente contra la pared contraria.
Aturdida, la mujer se puso en pie desafiante y mostró sus colmillos con furia, pero su Sire, la miró con intensidad y ella sintió que cientos de agujas se clavaban en su cerebro.

―Basta amo, me haces daño...― rogó la mujer tomándose el lado derecho de la sien― ¡Por favor!

― ¡Vete!― dijo Luke una vez más con tono roto y seco, deteniendo su ataque, ocasión que ella aprovechó para escapar cuanto antes.

Una vez solo, Luke tomó una bata y se cubrió con ella, fue hasta la nevera y busco sangre fresca, bebió un buen trago y luego estrelló la copa a medio llenar contra la pared más cercana.

― ¡Maldita! ¿Qué fue lo que me hiciste?― gruño fuera de sí abriéndose paso hacia la sala, rompiendo todo cuanto tenía a mano.

La ira y la frustración lo estaban enloqueciendo.

¿Cómo era posible que su juguete estuviera jugando con él?

La tenía a su merced, pudo oler su temor, su deseo, sintió el último latido de vida en su corazón, todo exactamente igual a las demás, pero algo fue diferente... Saya pudo resistir, ¿Como no lo vio?

Incluso antes de consumar su unión, ella ya se resistía a lo que sentía, a sus mandatos... ¡Maldita!
En lugar de sentir que la había dominado, que la poseía, era él quien estaba poseído, dominado, ansioso y ¡Maldita sea! incluso desesperado por volver a tenerla.

Pero era buena... se mantenía oculta, rompiendo una y mil veces esa unión telepática que debería ser el lazo entre ellos. No lograba entrar en su mente, no podía percibirla y aún a la distancia sentía claramente su resistencia hacia él.


¡Como si le cerrara la estúpida puerta de su interior en la cara!

Se sentó en el sofá observando el lugar a su alrededor... debía encontrarla cuanto antes y una vez que la tuviera, la asesinaría con sus propias manos, pues Saya solo representaba lo único que él jamás se permitiría sentir... debilidad.

*

*

Jared se encontraba sentado en la oscuridad, mirando hacia afuera por el amplio ventanal de su oficina que daba al estacionamiento. Había perdido a tres de sus mejores agentes y aunque pareciera una estupidez, las tres eran mujeres. Saya había caído en manos de Luke y por la última vez que la vio, ya no había salvación para ella, ni para Anthony. Debió sospechar que algo estaba sucediendo cuando él no se presento a trabajar por una semana completa siendo que jamás faltaba. Aun no le cabía en la mente el hecho de que siendo Saya una vampiresa, Tony un lobo y estuvieran trabajando en conjunto.

Ciertamente Saya tenia mas aspectos interesantes de sí misma que él debió prever.

Cassiel, desobedeciendo toda orden se infiltro en el aquelarre de los Black, lo que la ponía totalmente fuera de todo contexto, no podía comunicarse con ella, ni siquiera tratar de sacarla de allí, no sin ponerla en riesgo y eso era algo que no haría jamás. Ya había cometido un error en el pasado que aún le pesaba, no lo volvería hacer... y luego estaba el tema de Celes.

Celes, quien según supo estaba de regreso en la ciudad y no estaba sola.

Estaba seguro que Yun Ho algún día regresaría por su venganza, lo que no imaginó fue que justamente fuera con Celes.

¿Como la había reclutado?

¿Cuándo fue que se conocieron?

¿Cómo logró romper su lazo con su Sire, el maldito de Black Markus?

Como sea, el hecho de estar con Yun Ho la ponía del otro lado del puente y aun no sabía si era amiga o enemiga.
Recostó la cabeza contra el respaldo del sofá y cerró los ojos con pesadez, estar en esa situación lo estaba fastidiando y se sentía inútil por cómo se iban desarrollando las cosas.

Ahora sin Black Jacob, los hermanos Black estaban libres para hacer cuanto les placiera y el trato que tenía quedaba nulo. Si no encontraba la manera de solucionar todo eso cuanto antes, perdería a sus agentes por completo. De pronto sintió los movimientos sigilosos a un lado del sofá, abrió los ojos y llevó la mano hacia su arma pero no fue lo suficientemente rápido, o sus atacantes superaban por mucho su velocidad.

―Yo no haría eso si fuera tu.

Jared reconoció la voz de Saya y vislumbro el brillo amarillento de los ojos del lobo junto a ella.

―Saya... Anthony... ― susurro y volvió a colocar la mano sobre el apoya brazos del sofá en señal de rendición― lamento lo que ocurrió la última vez, actué sin medir las...

― ¡Silencio!― ordenó Tony― ahórrate las palabras.

Jared no dijo más y desvió la mirada del lobo hacia la chica que mantenía el arma al nivel de su pecho mirándolo fijamente.

―Necesito la clave de acceso a los archivos de Celes― dijo Saya señalando con el arma el monitor que estaba sobre el escritorio― sin trucos, si intentas tan solo hacer un movimiento en falso lo pagaras muy caro.

Jared asintió y se puso en pie caminando con lentitud hasta su escritorio, luego de encender la PC, tipeo la clave y se los quedó mirando.


Saya le pasó el arma a Tony y se sentó a manipular la PC mientras Jared pensaba a toda velocidad.

―Escucha Saya, no sé qué es lo que piensas que paso con Celes, pero en verdad ella estaba trabajando infiltrada y...

― ¡La dama dijo silencio!― gruñó Tony y lo golpeo en el rostro con el arma, derribandolo del sillón por la fuerza que implemento en el golpe― ¡Guárdate tus mentiras para alguien que te las crea!

Saya los miro de reojo pero no intervino, tan solo continuo lo que hacía, una vez que encontró lo que buscaba, no había mucho realmente, pero lo poco que fuera se lo llevaría para investigarlo con mas calma y en un sitio seguro.

― ¡Lo tengo!

Anthony asintió y guardo el arma en su cintura.

―Saya escucha...― lo intento una vez mas Jared mientras la sangre brotaba en su sien.

Saya no lo miro y apretó los puños con fuerza, el aroma de su sangre manando llena de adrenalina la estaba intoxicando. Apresurada camino hacia la ventana abierta por donde se colaron y espero a Tony parada sobre el marco casi hacia el vacío.

―Vamos.

―Si.

Tony, dio unos pasos y fue cuando Jared se lanzo sobre él.

Ambos hombres cayeron al suelo, luchando cuerpo a cuerpo. Si bien Anthony ahora tenia la fuerza y la agilidad de los lobos no tenía la experiencia de Jared en campo de combate por lo cual la lucha estaba poniéndose peligrosamente a favor del último.

Saya salto nuevamente hacia el interior para ayudar a Tony cuando escucho el grito adolorido de Jared y el gruñido satisfecho de su amigo que ya estaba convertido en lobo.

Saya achico los ojos y observo la escena.

Tony se aparto de Jared y se coloco a su lado, luego dejo escapar un gimoteo, mientras movía la cabeza contra la pierna de la chica, ella de manera inconsciente llevo la mano entre sus ojeras y lo acaricio.

―Tranquilo, él se lo busco― lo consoló Saya― vámonos, pronto llegaran los de seguridad.

El lobo movió la cabeza y saltó por la ventana hacia el exterior mientras Saya, daba unos pasos hacia Jared que se tomaba el brazo con el dolor reflejado en el rostro.

―Mira como son las cosas, hasta hace poco tu cazabas a Anthony, dime Jared ¿Te entregaras para que te aniquilen como tú haces con tus compañeros, quienes te consideraron familia?

―Saya, estas equivocada nunca los he traicionado, déjame explicarte...

―Te aconsejo que me mantengas en un sitio seguro hasta que acabe tu transformación, no creo que a los jefes le guste que su agente mas... ¿Cómo decirlo?― sonrió y saco el celular para sacarle una foto, más específicamente al brazo mordido― ¡Ah sí!― rio enviando la foto a quienes alguna vez fueron sus superiores― Su mercenario más ambicioso ¿seria el modo correcto verdad? Desde ahora sabrás lo que es la desesperación y el tener que ocultarte como animal, bienvenido a nuestro mundo Jared...

El ex jefe de Saya apretó los dientes con fuerza, su teléfono brillo en la oscuridad debido al mensaje que acaba de llegar, se puso en pie y observo lo que allí decía, resoplo con fuerza y luego se dejo caer un momento sobre otro sillón de su escritorio, su fachada estaba en peligro, era momento de marcharse, aunque no quisiera hacerlo, hasta la próxima generación debía desaparecer.

Jared se levanto y corrió hacia el baño para comprobar que tanto estaba jodido.

La sangre manaba de la herida en su brazo con fuerza y en cantidad, ya comenzaba a sentirse mareado, así que se saco el cinturón con rapidez y se hizo un torniquete para evitar que la sangre continuara escapando de su cuerpo, luego salió a la oficina pero se puso el saco, justo a tiempo cuando entraban los de seguridad.

― ¿Señor, se encuentra bien?― pregunto el jefe de seguridad mirándolo con fijeza― escuchamos ruidos extraños y un grito.

―Estoy bien, me di la cabeza contra el lavabo― sonrió Jared― no es nada, no he descansado casi nada desde que trabajo en el caso de Saya, creo que es mejor que me vaya a casa.

―No se ve nada bien, quiere que llame al médico para que lo examine, esa herida se ve muy mal.

Jared se toco apenas la herida en su cabeza y negó.

―No hace falta, estaré bien, yo mismo iré al médico ahora, después descansaré, no hace falta que se molesten.

―Esta seguro señor?

―Totalmente, lamento haberlos asustados― replico dando unos pasos hacia la puerta.

―Señor...

Jared se detuvo en seco casi cuando estaba por salir y giro mirando al jefe de seguridad expectante.

―Dime.

―Olvida su celular señor.

―Oh cierto― tomo el celular, lo guardo en su bolsillo ― ya ves, el golpe fue bastante duro

―Así parece señor, por favor atienda esa herida e intente descansar.

―Lo haré, gracias.

Intento parecer lo mas normal posible, sonrió con amabilidad y se apresuro a salir de la oficina.

No podía esperar el ascensor así que bajo dando tumbos por la escalera hasta llegar a la planta baja, al llegar al hall saludo al guardia junto a la puerta como cada noche y se apresuro a llegar al estacionamiento subterráneo, se seco el sudor que perlaba su frente y subió a su auto, lo puso en marcha y condujo despacio hacia la puerta de salida, rogó mentalmente que el pase de acceso aun continuara funcionando al pasar por la ultima puerta de seguridad, espero paciente, soportando el ardiente dolor en su brazo, mientras pasaba el control y cuando por fin estuvo fuera de la agencia, pudo respirar con cierto alivio, pero ahora lo que lo atormentaba ademas del terrible dolor era, donde diablos se ocultaría, ya que su departamento no era una opción ni lo seria nunca mas, nuevamente estaba a la deriva, como le paso siglos atrás.

*

*

Celes paso junto al informante de Yun Ho y siguió su camino hacia la puerta de entrada, mantuvo el semblante imperturbable hasta que estuvo a solas. Entonces, se llevo la mano a la nuca con un gesto de dolor. Desde hacía ya varios meses se sentía extraña, los dolores en la cabeza eran tan intensos que en ocasiones la dejaban confusa, hasta casi hacerle perder la conciencia. Se recostó contra la puerta y permaneció unos minutos con los ojos fuertemente cerrados hasta que se sintió mejor.

Después se dirigió a su alcoba y una vez más tomo de su tocador la pulsera que tenia escondida entre sus cosas, observándola como siempre con determinación sin encontrar las respuestas que presentía escondía y no lograba alcanzar. Era algo de su pasado, un pasado que no lograba recordar y que presentía tenia las respuestas a esos extraños sueños que siempre tenia y que mantenía ocultos de Yun Ho. No sabía porque le escondía sus sueños y lo inquieta que la dejaban, solo lo hacía y aunque confiaba ciegamente en el, algo le impedía revelarle todos sus secretos, como el hecho de que desde que llegaron a la ciudad había estado siguiendo los pasos de Markus y varias veces lo había visto con la maldita cazadora.

Movió la cabeza de un lado a otro como queriendo aliviar el dolor y luego recordó el momento en que vio a la cazadora, un temblor la recorrió y algo dentro de ella se agito, a tal punto que las piernas le temblaron. Desconcertada por eso se alejo de ellos y desde entonces los dolores de cabeza eran mas frecuentes, y también los sueños.

Dejo la pulsera en su sitio y camino después hasta la ventana, pronto amanecería, un día menos...faltaba muy poco para poder cumplir su venganza.

*

*

Cassiel se encontraba husmeando el estudio de la mansión, cuando la puerta al cerrarse con fuerza la sobresalto. Giro sobre si misma solo para encontrarse con la mirada llena de furia de Ezael.

― ¿Que buscas Cass?

―Nada.

― ¿Nada?― pregunto Ezael elevando una ceja con incredulidad― ¿de verdad esperas encontrar algo sobre nosotros aquí?

Cassiel sonrió y se encogió de hombros sin responder, simplemente camino hacia la puerta pretendiendo pasar pero Ezael la retuvo. Sus ojos se encontraron por un segundo y luego ambos acabaron uno en brazos del otro, besándose con desesperación, sin detenerse a pensar en nada más que en lo que los impulsaba, el deseo, la pasión... ¿el amor?

Casi sin respiración acabaron pegados a la puerta mientras las manos ansiosas de Ezael recorrían el cuerpo de Cassiel. Como en tiempo anteriores, su ansia el uno por el otro despertó con la fuerza de una tormenta que no los dejaba detenerse a pensar. Ezael gruñía de satisfacción mientras arrancaba las ropas de Cassiel, en tanto los jadeos entrecortados de ella se acoplaban a cada caricia que él le hacía.

Con rapidez el vampiro los despojo a ambos de cualquier cosa que se interpusiera entre sus pieles hasta que la desnudes los envolvió y el deseo creció a niveles más allá de toda razón.

Cassiel se dejo arrastrar por Ezael mientras este la tomaba de la cintura para hacer que lo rodeara con las piernas, al tiempo que se hundía en su cuerpo con desesperación, ansiedad y la brutalidad característica de su especie, la misma fuerza salvaje que solía llevarlos a la cima de la locura mientras estaban uno en brazos del otro.

Cassiel se aferro a la espalda de Ezael mientras el golpeaba su espalda contra la puerta en cada estocada violenta, arañándolo, marcando la piel blanca del vampiro, sintiendo como el dejaba sus propias marcas en ella, las mismas que se borraban de manera casi instantánea. La mordida llego poco antes de que ambos sintieran que la pasión les nublaba los sentidos, nada se comparaba a esa clase de entrega y ellos lo sabían. Ezael mordió el nacimiento de los senos de Cassiel, en tanto ella mordía su hombro llegando juntos al más exquisito clímax.

Sus respiraciones agitadas, se perdían en el silencio del lugar, las manos de Ezael se volvieron gentiles acariciando la curva de sus caderas y subiendo despacio por la espalda sabiendo que eso era lo que a ella más le gustaba, mientras Cassiel bajaba de su nube y regresaba a la realidad de manera brusca.

―Bájame Ezael― susurro intentando alejarse pero él la aferro a su cuerpo en un abrazo poderoso.

―No quiero, dime porque dices que me odias si tu cuerpo me dice cuanto me amas aun.

Cassiel apretó la mandíbula y lo empujó ahora con fuerza.

Desnudos ambos se quedaron mirando como dos fieras, parados frente a frente como dos fieras al asecho

―Tu sabes bien lo que hiciste y vas a pagarlo― replico Cass aunque sus palabras parecían sin sentido después de lo que había sucedido entre ellos tan solo unos pocos momentos antes.

―Como dije tu cuerpo no miente, tú me amas Cassiel.

La chica no respondió tan solo giro sobre sí misma y se maldijo por ser tan débil ante él, como siempre el deseo que despertaba en ella pudo más que cualquiera cosa y ahora estaba metida en serios problemas...

*

*

Se detuvo unos segundos ante la puerta y escucho con atención los sonidos sordos que escapaban del estudio, reconociendo de inmediato de quien se trataba. Miro fijamente la puerta cerrada mientras esta se sacudía y los gemidos crecían. Cerró los puños con fuerza y dejo crecer los colmillos con furia pero después se controlo, miro por última vez la puerta cerrada y girando sobre si mismo para marcharse, se juro que era la ultima vez que lo tomaban por idiota.

Entro a su cuarto y se sentó a planear.

Se dejo encandilar por su pasión y belleza pero nadie jugaba con el de esa manera, ahora era el momento de cambiar la jugada y si Ezael estaba en medio mejor aun, podría matar dos pájaros de un solo tiro, de hecho sería mucho más sencillo de ahora en más.

Markus sonrió recostándose en la cama sin dejar de mirar el techo en tanto comenzaba a trazar nuevas jugadas en su tablero de ajedrez mental, jugadas que lo dejaran a él como el líder del aquelarre...

El primer paso ya estaba dado, su padre se lo había dicho infinidad de veces, solo es mas fuerte, el mas astuto y el mas despiadado seria el líder de la ciudad, de la orden de sangre y la familia Black. Dejaría que su hermano mayor jugara a ser el amante de la mujer que era suya, mas adelante se encargaría de ella, por el momento, tenia mejores cosas en las cuales pensar, como por ejemplo esa mujer que se acerco días antes para hablarle, y las cosas que le dijo... eran muy interesantes.

Cassiel por el momento le convenía mas viva pero cuando tuviera de ella lo que deseaba, se encargaría de hacerle pagar por traicionarlo.

Nadie se burlaba de el y menos un proyecto de laboratorio.

Simplemente se alejo, controlando su temperamento lo suficiente como para no entrar a esa habitación para matar a su hermano y a la traidora de la mujer que creyó lo amaba y mientras Markus se alejaba de allí con los dientes rechinando y los puños fuertemente apretados, oculto entre las sombras, Luke observaba y escuchaba la escena, asombrado del control sobre si mismo que su hermano poseía y comprendiendo que aunque pareciera un idiota despreocupado, en realidad, su hermano menor era alguien de temer, pues de estar en su lugar, jamas hubiera permitido que otro hombre toque lo que le pertenecía.

Su mente voló de manera inevitable a Saya...

maldita mujer que no se quería alejar de su cabeza.

*

*

Yun Ho se encontraba sentado en la vieja sala de estar de la mansión que había comprado para su estancia en el viejo mundo.

Era alto, bastante mas que el promedio de los asiáticos, casi 1,90. Sus ojos aun así eran grandes y bien delineados, como si estuvieran demarcados por el delineador, pero no. Sus ojos eran así, como algo que lo sacaba del común de los Coreanos. Atlético, de tez blanca, con aspecto de hombre rígido y estructurado, como si fuera una especie de robot, sin embargo estaba lejos de serlo, pues el mundo interior de Yun Ho, era mas profundo de lo que aparentaba.

Era un hombre hermoso, con ese toque misterioso debido a sus silencios y su mirada penetrante.

Ante los ojos de Celes, quien no tenia ninguna clase de sentimiento por nada ni nadie, Yun Ho era el único ser vivo o mejor dicho no vivo, que lograba alterar su sistema. Y justamente en esos momentos, mientras lo observaba en silencio beber su taza de te, porque si, aunque Yun Ho era un vampiro, también podía consumir alimentos humanos, y eso era algo que jamas supo podía hacer otro vampiro, pero ella lo atribuía a que de todos los vampiros que conocía, el era el mas viejo o antiguo, aunque su amo solía decir que había otros mas antiguos que el.

Se preguntaba en que pensaba cuando se sentaba de ese modo, en el jardín, con una pierna cruzada sobre la otra, en tanto su mirada se perdía en la nada....

Corría el siglo 18, en pleno apogeo civil, cultural y revolucionario en Londres, una guerra sucedió a la otra, las dinastías se dividían y se unían, el país pasaba por procesos de cambios que significarían un futuro aunque aún no estaban seguros de que clase de futuro era el que venía.

Yun Ho era un vampiro con extensas tierras cerca de la capital, de la antigua de Londres, no estaba interesado en nada de la política ni de las revoluciones que estaban sucediendo, ya había pasado por muchas luchas y ahora su único objetivo era poder pasar desapercibido y junto a su esposa, quien era humana, vivir el tiempo prudencial en ese sitio antes de migrar, pues cada cierta cantidad de tiempo era necesario mudarse para que los humanos no notaran el hecho de que jamás envejecía o moría. Ademas su amada Amanda iría envejeciendo y se notaria la diferencia en edades.

Tenía una posición social acomodada y al mismo tiempo mantenía un perfil bajo que le permitía vivir con tranquilidad, o al menos así fue hasta la llegada de los Black a su territorio...

Este grupo de vampiros no eran nada sutiles en el modo de caza y convivencia, Yun Ho sabía que el mejor modo para mantener la atención de los humanos alejada de su raza era parecer uno de ellos y no al contrario, pero los Black no quisieron entender razones cuando él se acerco a hablarles y aconsejarles. Los Black simplemente no cumplían las normas básicas de cortesía, cazaban en su territorio dejándolos cada vez más en evidencia, hasta el punto en que Yun Ho tuvo que intervenir.

El por lo general evitaba todo tipo de violencia, solo se alimentaba de asesinos y demás lacras de la sociedad, humanos que mejor estaban muertos que vivos, a quienes nadie extrañaría y a quien tampoco reclamarían. Y esa era la norma que le imponía a todos los vampiros de su ciudad, él como líder impartía las reglas y gracias a esas reglas era que tanto los humanos como los vampiros vivían en perfecta armonía de alguna manera, ya que al no haber delincuentes los humanos estaban tranquilos y ellos a su vez se podían alimentar y permanecían en paz también.

Pero desde la llegada de este aquelarre a su territorio las cosas se habían puesto un poco diferentes y bastante tensas, cuerpos de humanos aparecían secos en los lugares mas inesperados, la policía local comenzaba a alterarse y las investigaciones eran cada vez mas intensas, al punto en que comenzaron a sospechar que había algo extraño, así que Yun Ho no tuvo más opción que arreglar una cita con el líder del aquelarre y de ese modo poner las cartas sobre la mesa, pues aunque el evitaba lo más posible los enfrentamientos, era un líder que no se dejaba pasar por encima por nadie y que si debía imponer el orden lo hacía con mano dura.

La primera impresión que tuvo de Jacob Black, el patriarca del aquelarre fue que era soberbio, en apariencia amable pero, frio y calculador, de modo que mantuvo la guardia arriba en todo momento, en especial cuando sus tres hijos se unieron a la reunión que en principio sería tan solo entre ellos.

― ¡Bienvenido!― lo saludo Jacob— por favor toma asiento.

―Gracias― respondió Yun Ho tomando asiento mientras los hombres que lo acompañaban se situaron detrás de él en la sala listos para defender a su líder de ser necesario.

―Veo que has traído a tu escolta― comento Jacob sonriendo.

―Así como tú tienes la tuya junto a ti― respondió Yun Ho.

― ¿Lo dices por ellos?― señalo a los tres muchachos junto a él, quienes permanecían en silencio― ellos son familia, mis hijos.

― ¿No lo son todos de algún modo?― sonrió Yun Ho saludándolos con un movimiento de cabeza.

Los tres respondieron con el mismo gesto aún en silencio.

Yun Ho estaba comenzando a preocuparse por el modo en que estaban pasando las cosas y la tensión que se sentía en el ambiente aunque la cortesía parecía ser la que imperaba.

Ademas por alguna extraña razón sentía que ya había visto antes a ese hombre, su rostro se le hacia tan conocido que en su interior no dejaba de preguntarse de donde lo conocía y porque no lograba recordarlo.

― ¿A que debo tu cortes visita?― pregunto Jacob, sacando a Yun Ho de sus cavilaciones.

― En realidad yo venía a preguntar exactamente lo mismo, a que se debe la visita de ustedes, como sabrán este es mi territorio y aquí conservamos ciertas normas que por lo que supe no se están respetando― dijo Yun Ho yendo directamente al grano.

Los hijos de Jacob gruñeron por lo bajo e incluso el menor mostró los colmillos, Yun Ho levanto la mano y detuvo a sus hombres cuando estos quisieron responder a la provocación.

―Seré claro Jacob, en mi comunidad no asesinamos a los ciudadanos, convivimos con ellos, nuestras víctimas son los delincuentes y agresores que intentan interferir en nuestra pacifica vida, por eso les sugiero que si no pueden mantener esa simple regla, por favor continúen su camino hacia otras tierras.

― ¿Nos hechas de la ciudad?―― pregunto Jacob.

―Solo les pido con cortesía que si no van a seguir las reglas de mi territorio se retiren a otro en el que puedan hacer lo que les dé la gana.

― ¡Eso ya es mucho!― trono de golpe Jacob poniéndose en pie pero Yun Ho fue más rápido que él y lo tomo del cuello antes de que se pudiera defender o incluso alguno de sus hijos pues los hombres de seguridad de Yun Ho estaban listos para todo.

―No te equivoques, puedo dar la impresión de ser un pusilánime pero te aseguro que no lo soy, por lo tanto te sugiero que tomes mi consejo y te retires de mi ciudad junto con tus hijos si no quieres que esta sea su última morada― le dijo Yun Ho mostrándole los colmillos y gruñendo antes de lanzarlo contra el muro detrás de ellos.

Jacob se levanto con una gran sonrisa en los labios, con una mirada detuvo cualquier accionar de sus hijos y se limpio la ropa que tenia algo de polvo debido a la acción reciente de Yun Ho.

―Al parecer no podremos llegar a un acuerdo pacifico, porque no pienso marcharme ― le dijo Jacob― me gusta esta ciudad, la encuentro... ¿interesante?

Yun Ho simplemente se encogió de hombros y sonrió confiado al igual que su oponente.

―Muy bien, comprendo.

Jacob camino hacia sus hijos y observo a Yun Ho fijamente y una vez mas este tuvo la extraña sensación de conocerlo de algún sitio sin recordar de donde.

―No retiramos entonces.

Jacob solo asintió sin moverse de su sitio pero aun mirando de ese modo intenso.

En menos de una fracción de segundo desapareció junto a sus hombres y Jacob se quedo mirando el vacío con ira.

― ¡Maldito enclenque, no sabe con quién se metió!

―Padre... quizás deberíamos...― comenzó a decir Ezael pero Luke lo interrumpió sonriendo.

―Quizás deberías tomar la ciudad y hacer lo que nos da la gana entonces― sugirió y su padre asintió.

―Es lo mismo que estaba pensando hijo.

―Podría ser muy divertido― acoto Markus.

―Me dijeron que tiene una compañera― murmuro Jacob sentándose en el sillón nuevamente― veremos que tanto tiene para dar cuando le enseñe a respetarme, ademas... al parecer aun no recuerda...

Sus hijos se lo quedaron viendo extrañados, pero ninguno acoto nada al respecto.

Poco después, una guerra se desato sobre la ciudad, una que era de índole personal, aunque Yun Ho non lo sabia, aun...

Todo lo que sucedió después fue de manera vertiginosa, los acontecimientos se dispararon como una bala y nada fue igual después de ese encuentro entre Yun Ho y Jacob.

A pesar de que Yun Ho estaba preparado para un posible ataque jamás pensó que se centrarían en su esposa Amanda.

¡Lo engañaron!

Fingieron un ataque en un sector alejado de la ciudad y mientras él iba a encargarse de los incendios repentinos y ataques de vampiros a la comunidad, fueron tras ella. Para cuando regreso a su finca, nada quedaba en pie, esta ardía en llamas y su adorada Amanda dentro de la misma.

La furia se apodero de él por completo, perdió toda capacidad de razonamiento al punto que fue a enfrentarse con Jacob sin siquiera su escolta, sin embargo no lo encontró pero si a sus hijos...

Su furia era tan grande que ni aún los tres hijos que acompañaron a Jacob en su primer y única reunión pudieron con él. Fue fácil sacarse de encima a los tres Black, su objetivo era el padre de ellos por lo tanto después de dejarlos fueras de combate, se dirigió directamente a buscar a Jacob pero cuando entro a la casona por fin, este ya había huido.

Mientras iba por su venganza buscando a Jacob por todos lados, los hijos que en principio se enfrentaron a el y los sirvientes que habían hecho en su corta estancia en la ciudad, aniquilaron a casi todos los de su aquelarre, y los pocos que lograron salvarse huyeron.

De repente Yun Ho estaba solo, vacío, sin nada, lleno de cólera y dispuesto a lo que sea por venganza. Y hubiese perdido la vida en el intento por asesinar a Jacob de no ser por uno de los hijos de su enemigo, le propuso algo que le pareció mucho mejor que simplemente asesinarlo. le prometió ayudarlo a vengarse si lo ayudaba a él a su vez, el trato seria que Yun Ho se vengaría de Jacob con la ayuda de su hijo, pero solo si Yun Ho le entregaba el liderazgo del aquelarre y lo dejaba ir con su gente.

Para ello lo primero era que Yun Ho se repusiera de las pérdidas tanto financieras como de súbditos y cuando regresara, este hijo desde el corazón mismo del aquelarre de Jacob daría el golpe perfecto...

Podría haberse negado, podría haber continuado las búsqueda de Jacob hasta el fin de los tiempos, pero el que fuera su propio hijo quien lo quisiera entregar en bandeja de plata, le daba mas gozo a la sed de sangre de Yun Ho, ademas de que había perdido todo en un abrir y cerrar de ojos y debía reponerse de esto para que llegado el momento su venganza fuera completa.

Así que pacto el trato con sangre, aceptando el plan del joven vampiro y se marcho sin mirar atrás.


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