Capitulo 2

CAPITULO DOS.


Detestaba sobremanera que siempre lo trataran como si fuera un idiota, asignándole esas misiones insignificantes, alejándolo de lo que le importaba en verdad. Pero lo peor no era esa sensación de ser excluido sino la negativa de Cassiel a transformarlo estaba segura de que si ella accedía, seria de más ayuda para el equipo y también para poder enfrentarse a Celes cuando llegara el momento, sin embargo, tanto Cass como Jared, se empeñaban en alejarlo y tratarlo como si fuera un niño.

Extrañaba terriblemente a Saya, la única humana con la que tenía contacto dentro de la agencia, al menos de las que quedaban, pues un tiempo atrás también lo fueron Celes y Cass, pero de eso ya había pasado tanto tiempo que casi ni lo recordaba. Solos eran ellos dos, Saya y él, pero después de que Jared la enviara a su primera misión desapareció y ya no la volvió a ver, ahora sin ella se sentía tan solo que asustaba. Y lo peor era ese encierro al que lo tenían obligado, como si fuera una mascota que cuidar, sin permiso para ir a sus anchas por la casa.

Desde la desaparición de Saya, no podía evitar sentir que le faltaba algo importante y no porque tuviera sentimientos románticos con ella, al contrario, la sentía como a una hermana. La conocía desde siempre, no había recuerdos en su memoria en los que Saya no estuviera, era una parte fundamental de sí mismo y la extrañaba tanto que muchas veces llegaba a sentirse enfermo.

En especial desde su desaparición, la angustia, la desesperación e incluso el miedo que rayaba el terror solía dominar sus sentidos y no encontraba explicación alguna para ello, solo la imagen de su gran amiga, que aparecía recurrente y parecía suplicar su ayuda.

Anthony resoplo fastidiado por vigésima vez, se pasó la mano por la coleta del cabello nervioso, miro a su alrededor y luego se puso en pie, las labores de oficina lo tenían harto, más que harto, frustrado. Así que tomo su chaqueta y se fue dejando el trabajo para el día siguiente. Si no lo dejaban ir a las misiones de campo, entonces el mismo haría sus investigaciones y les demostraría a todos de lo que era capaz. Hacía días que estaba siguiendo la pista de unos sujetos que recientemente habían sido captados por unas cámaras de seguridad de un banco de sangre que abastecía a los vampiros en general, él se encargaba de la investigación para luego pasarle los informes a Cassiel, la cazadora, quien había sido entrenada prácticamente toda su vida para eso, dejándolo a él tras un aburrido escritorio y lejos de la verdadera acción.

Muchos de los vampiros preferían estar asociados a este banco de sangre como una medida para estar en paz con la organización de la hermandad de sangre. Lo que significaba que, el vampiro que recibiera sangre de este banco no cazaba en la zona y los de la agencia no se metían en su medio de vida. Era un trato justo que había reducido la caza al 70%, mientras que 50 años atrás era casi de 100%.

Un medio justo para convivir según decía Jared.

La cuestión en el tema que le interesaba a él era que estos vampiros que iban por su alimento una vez al mes estaban siendo atacados y asesinados. La organización estaba encargándose del tema. Era importante detener esos ataques o la paz que habían alcanzado en los últimos tiempos se perdería y por supuesto Cassiel era la que llevaba el caso, él había pedido estar también pero como siempre lo había recluido al trabajo de oficina. Lo que nadie sabía, incluso Cassiel, era que por medio de esta investigación había dado con una pista importante, pero consideraba que era "su pista", por lo tanto, el iría a investigar por sí mismo y demostraría de ese modo que podía ser de más ayuda de la que ellos pensaban a pesar de ser un simple humano. Se subió a su Impala de colección color negro, regalo de Jared y volvió a revisar que las balas de su arma estuvieran puestas.

Si era como estaba pensando tendría que usar el arma si o si y aún más, debería usar todo el entrenamiento al que fue sometido antes de ingresar como agente.

Después de un rato de conducir, estaciono a su bebe en la entrada de la granja abandonada y miro el cielo despejado en la cual brillaba una redonda y rojiza luna que no auspiciaba nada bueno y volvió a dudar.

¿Sería correcto investigar solo?

¿Debería llamar a Cassiel y pedir apoyo o esperar a que fuera de día?

Meneo el cabeza ofuscado, no era momento para dudar, deseaba ir en busca de la acción, quería encontrar a Saya, no podía perderla como perdió a Celes, no podría con eso. Además... La noche podía ser un mejor manto para ocultarse, pero también podía ser un problema difícil de sortear en caso de ser lo que pensaba. Toco el arma que se encontraba en su cintura, se dijo que no había ido hasta allí para acobardarse, así que con cautela siguió el sendero que dirigía hacia la vivienda, y mientras lo hacía un aullido agudo hizo que la sangre se paralizara en sus venas y lo hiciera reconsiderar sus opciones. Estaba casi por dar vuelta y regresar sobre sus pasos cuando escucho también voces femeninas y llantos apagados en la distancia.

El granero contaba con un taller, el cual se encontraba a unos metros de la casa y estaba iluminada, así que saco el arma de su cintura y se dirigió hacia allí. Se escondió detrás de una ventana en un lateral del taller y miro con cautela hacia adentro. Dos chicas de no más de 16 años estaban colgando de una viga, atadas de las manos mientras tres hombres descalzos, en pantalones de jeans rasgados y sucios caminaban a su alrededor riendo, sus cabellos enmarañados y su aspecto primitivo le indicaron a Anthony que no se había equivocado.

Esas chicas estaban en manos de lobos...

*

*

― ¡Donde se pierde la maldita pista!

―A trescientos metros al sur de la bahía― respondió Jared por el móvil a Cassiel que se encontraba sentada en su motocicleta esperando indicaciones.

―Sera imposible rastrearlos por ese lado, ¿estás seguro?

―Si.

―Entonces iré.

―Olvídalo es el territorio del aquelarre de...

―Ni me lo digas, se perfectamente territorio de quien es, pero si por ahí va el rastro... espera tengo un mensaje de voz de Anthony...― le dijo Cassiel poniéndolo en espera para escuchar el mensaje y luego maldecir con furia― Jared, el chico está en problemas, envía un escuadrón especial hacia las coordenadas que te enviare al GPS, el muy imbécil se metió en una guarida de lobos.

― ¡Maldita sea! ― gruño Jared y colgó, mientras la cazadora se subía a su moto.

*

*

Después de dejar el mensaje para Cassiel, Anthony se dispuso a preparar la estrategia para liberar a las dos chicas capturadas. Coloco el silenciador en su arma y rodeo el taller hasta encontrar una ventana por la cual colarse, con cuidado se metió y se ocultó tras unos bultos en un costado que daba a la entrada desde donde podía ver bien la situación y esperar a que llegara Cass, pero no contó con que los lobos tenían algo infalible que les avisaba cuando había un intruso en su territorio y era su magnífico olfato.

El olor a vampiro estaba muy impregnado en él, lo suficiente como para llamar la atención de los lobos.

―Así que... tenemos compañía... Anthony vio como uno de los robustos hombres daba un gran salto hacia el sitio en el cual se encontraba, así que apunto con el arma al individuo antes de que alcanzara el suelo y le disparo, después corrió hacia el extremo opuesto y volvió a apuntar hacia otro de los hombres que ya estaban dirigiéndose hacia él, disparando. El pulso lo tenía a mil por segundo, la adrenalina fluía con intensidad y cada movimiento lo hacía sabiendo que si se equivocaba era posible que su vida acabara en ese mismo sitio.

Las dos chicas comenzaron a gritar con histeria y los gruñidos del lobo restante se escucharon en todo el lugar. Anthony levanto el arma hacia el lobo y este se detuvo en seco mirándolo. Su cuerpo estaba en tensión y Tony reconocía los signos de conversión.

Hasta entonces había tenido la ventaja porque los encontró en su estado humano, pero si se convertían en lobo estaba perdido... así que retrocedió unos pasos y apunto hacia la cabeza del lobo.

― ¡Quieto!

― ¿Qué piensas hacer? tienes el olor de los malditos chupasangre, pero no eres uno de ellos, ¿acaso eres su mascota?

―Soy un agente de la agencia de control de sangre― advirtió cuando el lobo camino de costado mirándolo fijamente.

―Y viniste solo...― rio el lobo― ¿piensas que lograras salir ileso de aquí antes de que tus amigos te encuentren?

Tony no respondió, trago en seco y miro de reojo a las dos chicas que no paraban de suplicar que las ayudara. El lobo se preparó para dar un salto sobre Tony, pero este disparo antes de que lo hiciera, la bala roso un brazo del lobo, quien cayó al suelo gruñendo y lo miro con furia, después salió corriendo. Tony se apresuró a ir a ver cómo estaban las chicas, las libero y les indico que se ocultaran hasta que llegaran los refuerzos después salió tras el lobo que se había escapado.

―Hay otra chica más, allá atrás ―gimoteo una de ellas.

―La ayudare ―les aseguro y fue hacia donde le indicaron, pero donde dijeron que estaba, no había nada, al parecer la chica había logrado escapar, pues la jaula donde la tenían estaba literalmente destrozada.

Olvido por un instante a la chica en cuestión y corrió hacia donde el lobo había huido, con un poco de suerte aun podía darle caza.

Corrió a toda velocidad hacia el sendero que daba a la parte trasera de la casa, pero en cuanto dio la vuelta por un costado de esta algo salto sobre él. Ambos cayeron al suelo y al caer se le escapo el arma de la mano. Agitado y tenso por lo que significaba estar desarmado en la lucha contra un lobo, giro sobre sí mismo para invertir los lugares y así liberarse de su atacante, pero antes de que pudieras hacerlo, sintió la mordida a la altura del omóplato, grito adolorido al mismo tiempo en que el peso de quien estaba sobre el cedía.

Tony se dio la vuelta y apenas logro ver el color café del cabello largo de una mujer, luego escucho el sonido de las pisadas corriendo de alguien más, desesperado busco frenético su arma y cuando la encontró giro apuntando a quien sea estaba tras él, pero una mano detuvo su muñeca dirigiéndolo hacia un costado, por donde se dirigió la bala que salió del arma. Miro a quien estaba inclinado sobre él y respiro aliviado al ver que se trataba de Cassiel.

―Cass...

―Cuidado con eso peque, vas a hacerle daño a alguien― comento la cazadora y se puso en pie frunciendo la nariz― ¿estas bien?

―Si, estoy bien― respondió sin decir nada sobre la mordida en la espalda

― ¿Seguro?

― ¿Si por qué?

―Apestas a perro― rio Cassiel tendiéndole la mano para ayudarlo a ponerse en pie― por cierto, estas en problemas, Jared esta que hecha espuma por la boca.

La cazadora le guiño el ojo y luego giro para emprender el camino hacia el frente de la casa.

―Ven, veamos que tenemos. Anthony asintió y se llevó la mano al hombro conteniendo una réplica, la herida estaba ardiendo demasiado.

― ¿Como están las chicas?

―Fueron mordidas por los lobos, estarán en observación― informo Cass ― las compadezco.

― ¿Porque lo dices? ― pregunto Tony disimulando el dolor en su espalda.

―Porque si están infectadas, deberemos asesinarlas... solo para que lo sepas, Jared está en contra de permitir los cambios de especies... no es algo en lo que esté de acuerdo, pero ya sabes, reglas son reglas. Las palabras de Cass lo helaron, ella de algún modo le estaba advirtiendo, miro hacia las dos chicas que estaban siendo metidas en el auto para trasladarlas y pensó que, si ese era el caso, su jefe Jared, era el menor de sus problemas...

―Contigo no tuvo reparos Cass, no te elimino ― comento Tony caminando lo más erguido que podía. ―Sabes bien porque, el cree que yo tengo la cura en mi sangre.

―Lo sé, lo siento, fue una larga noche.

―Ya lo creo... por cierto que te hizo hacer semejante tontería, no debiste exponerte de este modo, te imaginas lo que sucedería si llegan a morderte.

―Me matarán como lo harán con ellas ― movió la cabeza hacia el auto que se alejaba con las chicas ― y tú te reirías como recién por eso ― gruño en respuesta Tony alejándose hacia su auto y subiendo en el para alejarse a toda velocidad dejando a Cass con la boca abierta y una extraña expresión en el semblante.

*

*

La chica tenía el aspecto de una frágil muchacha a quien cualquiera podría hacer daño si se lo proponía, pero en realidad ella, era la más poderosa vampiro que podía haber en toda la ciudad de los Ángeles. Con su cabello rizado, negro y suelto, caminaba por las calles de la bulliciosa ciudad como si la noche profunda y oscura no le causara temor alguno y en realidad era así, pues de quien debían temer era de ella, no al revés. Celes sonrió cuando unos muchachos le silbaron y le gritaron cosas al pasar, el taconeo de sus zapatos no muy altos con cintas de seda que subían hasta casi el muslo, resonaban sobre la acera, su falda de deslizaba por su piel como si la acariciara, mientras el tintineo de sus pulseras atraía la atención de todos a quienes se cruzaba.

Estaba de caza esa noche, pues tenía deseos de divertirse un poco, sería la última noche que pasaría en esa ciudad antes de regresar a casa por su venganza. Pero antes de que eso pasara, se iba a divertir un poco, así que giro la cabeza hacia los muchachos que le habían silbado y les sonrió de manera encantadora, invitándolos de ese modo a seguirlas, mientras se metía a uno de los tantos callejones que había en ese sitio.

En Londres la esperaba su Sire y a él, era a quien iría a asesinar...

*

*

La piel le temblaba y le ardía desde los pies a la cabeza, sabía que tenía una infección en la zona en la cual lo mordieron, pero no pensaba arriesgarse a ir al médico ni, aunque muriera pues entonces todos sabrían que algo había sucedido en ese enfrentamiento en la granja. A duras penas había logrado evitar que el médico de la agencia lo revisara y después de las palabras de Cassiel aún menos pensaba exponerse a ser descubierto. Tenía la esperanza de que tan solo fuera eso, una infección que tarde temprano, curaría. No podía dejar que descubrieran su secreto, ni ahora ni nunca, pues conocía de sobra a Cassiel y si ella le dijo que tendrían que asesinarlo, lo harían sin más, además ya no confiaba en nadie, la única en la que confiaba ya no estaba en la agencia, eso significaba que estaba solo.

*

*

Cassiel continuaba observando a Markus ir de un lado a otro de su sala de estar como alma que lleva el diablo, murmurando y maldiciendo.

― ¿Ya vas a decirme que carajos te sucede o debo adivinar? ― pregunto Cassiel ya impaciente del todo por las vueltas que estaba dando Markus sin decir nada en realidad.

― ¡Esto es una mierda! ― gruño Markus en respuesta mostrándole los colmillos.

Gesto ante el cual Cassiel tan solo elevo una ceja y sonrió de lado sentándose en el borde del balcón de su departamento.

― ¿Me dirás que sucede cariño? ― pregunto cambiando de táctica, dulcificando la voz― sabes que puedes contar conmigo amor.

―Si, lo sé...― respondió Markus pasándose las manos por el cabello para luego ir hacia ella para tomarla de la cintura y estrecharla contra su cuerpo― desapareció el viejo y dejo una carta en su lugar.

Cassiel controlo su emoción ante la noticia.

Sin el viejo dando vueltas por ahí sería más sencillo poder ingresar en el aquelarre de Markus.

― ¿Desapareció? ― pregunto manteniendo la voz en un tono neutro― ¿amor, no juegues cómo es posible eso?

―Pues no lo sabemos, es decir... el viejo se fue, así de sencillo, ¡Se fue y dejo esa estúpida carta que me complico la vida! ― volvió a gruñir con fuerza.

―Cálmate y dime a que te refieres

―Dejo dicho que el más fuerte será el nuevo líder del aquelarre, pero no dejo especificado como seria eso, solo dejo esa tontería... ahora mis hermanos estarán al pendiente y listos para hacer su jugada.

―Bueno amor, no veo porque te complicaría eso, en todo caso es beneficio para ti ¿O no?

― ¡Claro que no! ― la soltó y regreso al interior del departamento― Ezael es un tipo amable con los demás lo cual ha hecho que muchos sean más que fieles a él, jamás usa la violencia a menos que sea necesario― decía Markus, pero Cass estaba perdida en los recuerdos de un pasado que no deseaba regresara a enloquecerla― y a Luke todos le temen...

― ¿Y tú? ― pregunto sacudiendo la cabeza como si así pudiera alejar los malditos recuerdos.

Markus se encogió de hombros y sonrió levemente.

―Nunca me intereso demasiado nada de lo que tuviera que ver con los negocios de la familia.

―Mal hecho, ahora tus hermanos tienen una ventaja sobre ti amor.

―Lo sé.

―Me necesitas y lo sabes... ¿Ya has tomado una decisión?

―Si, hoy mismo te presentare en sociedad― rio ante sus propias palabras― desde esta misma noche serás, ante todos, mi mujer, le pese a quien le pese. Cassiel asintió y se dijo que al fin el muy maldito había caído en su red, ahora lo único que restaba era evitar que Jared interviniera. Esa noche sería la más interesante de todas, esperaba ansiosa para ver el rostro de Ezael al ser presentada ante todos como la mujer de Markus, su hermano.

*

*

Saya no tenía a donde ir.

No podía regresar a la agencia, no después de lo que había sucedido y aunque sabía que Jared la recibiría, no deseaba regresar. Le costaba mantener el deseo de volver junto a su Sire y temía que, de no poder resistirlo, ella misma terminara siendo un peligro para sus amigos, así que lo mejor que podía hacer, era mantenerse alejada de todos. Además, debía volverse más fuerte para poder vengarse de Luke y lo haría, aunque en ello se le fuera la vida...

*

*

El avión aterrizo cerca de las dos de la madrugada, el clima era cálido y el cielo estaba despejado, la luna llena brillaba en el negro cielo estrellado y el aire auspiciaba misterios y el dulce sabor de la venganza. De su vida pasada lo único que recordaba a la perfección era a su Sire y el tiempo que paso a su lado, el dolor que él le había infringido y su risa disfrutando de ese dolor. Luego logro escapar y esa maldita cazadora estuvo tras ella por unos cuantos meses hasta que al fin conoció a Jung Yun Ho, su maestro y protector y fue él quien le enseño a dominar el poder que su estúpido Sire le había regalado sin ser consciente.

Ahora mientras caminaba a su lado por el aeropuerto tomada de su brazo, este permanecía en silencio como casi siempre y cada tanto sonreía de lo que sea estuviera pasando por su mente.

―Dime amo, ¿Eres feliz también por regresar a Londres?

―Digamos que es algo que he estado esperando hace mucho tiempo― respondió acariciando su mano― pero recuerda que no debes llamarme amo, no es normal...

―Lo sé, aunque en la intimidad continuare haciéndolo, me gusta ver como brillan tus ojos cuando te llamo así. Yun Ho que llevaba anteojos negros en esos momentos, bajo levemente la mirada hacia ella, y se bajó apenas los mismos para mirarla con intensidad.

―Sabes cómo provocarme pequeña, pronto estaremos instalados en casa y jugaremos, mientras tanto se buena chica y recuerda todo lo que te dije.

―Lo sé amo...es decir, Yun Ho― sonrió Celes― obedeceré cada una de tus indicaciones.

― Así debe ser― le sonrió inclinándose a besarla en los labios deteniéndose a morder el inferior con deleite― juntos destruiremos a Markus y sus hermanos y luego el poder será nuestro.

Celes asintió y continúo caminando junto a Yun Ho...

*

*

El departamento de Anthony estaba completamente a oscuras, los sonidos que salían de allí dentro dejaban bien en claro que no era saludable ingresar, pero ella no le temía a lo que fuera estuviera sucediendo dentro, aunque los guturales sonidos que más parecían una mezcla entre gruñidos y dolorosos lamentos podrían haber atemorizado a cualquiera. Su olfato ahora más desarrollado, le indico incluso antes de entrar con que se encontraría, pero la verdad era que el único en quien confiaba era en Tony, así que cuadro los hombros y se preparó mentalmente para lo que sabía se encontraría.

― ¿Anthony? ― llamo desde la puerta ingresando al destrozado departamento.

Un gruñido aún más fuerte que los anteriores se escuchó y de pronto Saya vio que el gran lobo negro saltaba sobre ella... Para cuando reacciono ya tenía el cuerpo apretado contra el suelo y sobre ella se encontraba el gran lobo negro, gruñendo de manera feroz. Saya sabía que no tenía tiempo que perder pues ahora no era Tony, su amigo, con quien se enfrentaba sino su enemigo natural, un lobo y aunque no comprendía por qué razón él estaba infectado con el mal, podía comprender quizás lo que veía reflejado en su mirada... desesperación.

―Tony... escúchame, sé que puedes oírme, soy Saya, tu amiga.

El lobo tan solo volvió a gruñir y antes de que pudiera intentar razonar con él, si es que se podía, la puerta se abrió de golpe y Jared entro con el arma en la mano y se quedó mirándolos con sorpresa y fastidio, como si eso que estaba ante sus ojos fuera un contratiempo inesperado. Apunto el arma hacia el lobo y de no ser porque Saya giro sobre sí misma para interponerse entre el lobo y el arma, hubiese disparado.

― ¡No! ¡No lo hagas! ― grito Saya poniéndose en pie.

El lobo aulló con fuerza, se replegó y se ocultó tras de Saya, en tanto Jared no podía apartar la mirada de la chica que estaba delante de él.

― ¿Sayania?

―Es Tony...no le dispares, Jared es nuestro Anthony.

Jared miro apenas al lobo negro que se ocultaba tras Saya y que le mostraba los dientes de manera feroz.

― Imposible no puede ser el... ―murmuro Jared aun confuso, con la vista nublada por lo que su mente estaba procesando de manera vertiginosa ―no es posible...

Por toda respuesta Saya le mostró los colmillos del mismo modo feroz y amenazante a Jared, quien retrocedió unos pasos y maldijo por lo bajo.

― ¿Tú crees que es imposible? ―pregunto con tono gutural la chica, poniéndose en pose defensivo, lista para lo que fuera a ocurrir de ahora en más.

―Oh Saya... mi amor... ¿Qué, te hizo el maldito bastardo? Saya desvió la mirada un segundo de Jared y luego volvió a centrarla en él, después oculto sus colmillos y se encogió de hombros.

Las palabras de Jared acababan de herirla en lo más profundo, pues siempre sintió una especie de enamoramiento por su jefe, ya que él se preocupaba demasiado por ella desde siempre, solo que nunca lo exteriorizo y que el hablara de esa manera, significaba que no era tan indiferente como lo imagino...

¿O es que lo dijo por compasión?

¿Lo imagino todo?

¿Solo vio lo que quería ver?

El cuidado y protección que Jared le brindo...

¿Fue real o algo que se empeñó a ver? Pero eso era todo parte del pasado.

Ahora era simplemente un hombre que estaba apuntándole con un arma, mirándola entre sorprendido y dolido.

―Déjanos ir Jared ―pidió Saya

― ¡No! No pueden, si es verdad que es Tony nosotros debemos... es que el...

―No voy a permitirlo y si intentas algo, tendrás que enfrentarte a mí antes...

―Saya... por favor.

―Lo siento Jared, es mejor así. Sin darle más tiempo a reaccionar, Saya dio un gran salto hacia el balcón del departamento parándose sobre la barandilla, y desde allí lo miro.

― ¡Anthony, ven conmigo! ―dijo en voz tan baja que Jared pensó que lo imagino, pero, el lobo también brinco hacia donde ella estaba y juntos saltaron del 5 piso en el cual estaban hasta la vereda de enfrente. Jared corrió al balcón y se quedó mirando el sitio por el cual ambos se perdieron sumergiéndose en la noche densa.

*

*

Markus la llevaba tomada del brazo, mientras Cassiel sonreía con satisfacción genuina, nada podría arrebatarle el sabor a victoria de los labios, esa era su noche, ese era el comienzo de su venganza. Recordaba perfectamente lo que había sucedido tiempo atrás, cuando pensaba que no existía un vampiro como Ezael, cuando estaba enloquecida de amor por él.

FLASH BACK...

Como siempre despertar en brazos de Ezael era como despertar en el paraíso y siempre que eso sucedía, pensaba que haber sido convertida en vampiro por su hermana, tenía una cierta medida de satisfacción pues la pasión que compartía con Ezael no tenía igual y si fuera humana no podría soportarla. Sin embargo, como vampiresa, el deseo, la pasión y el instinto salvaje se desataba y podría jurar incluso que el sexo jamás había sido mejor...

Estaba dispuesta a decirle quien era y en que trabajaba, estaba dispuesta a dejar la agencia por él, dejar de ser una cazadora, sin prestar atención a las recomendaciones que Jared le daba con respecto a eso, ella simplemente estaba enamorada y nada en el mundo podría hacer que cambiara de opinión sobre Ezael. Él era el hombre destinado para ella, pero eso cambio de la noche a la mañana, el mismo día en que Ezael la presentaría a su aquelarre, el mismo día en que ella le confesaría que era una cazadora y que por el dejaría de serlo, el mismo día en que su vida cambio por completo de manera definitiva...

―Jared debo hablar contigo sobre...

― Pasa Cassiel, es importante que hablemos ―corto de pronto su jefe.

―Escucha no quiero ser agresiva, pero si es por Ezael...

―Antes de que digas nada por favor siéntate y lee esto ―recomendó Jared colocando delante de ella un expediente.

― ¿Que...que es esto?

―Es el informe sobre Celes que llego esta mañana, antes de que digas algo, solo míralo, saldré un rato... mantén la calma.

Jared se fue y cerró la puerta tras de sí, mientras Cassiel observaba el expediente sin atreverse a tocarlo. Si allí decía que su hermana estaba muerta, ella misma le daría caza al maldito bastardo que la convirtió en vampiro y lo haría sufrir lentamente. Si estuviera viva, si su corazón latiera, estaba segura de que en ese momento estaría desaforado y enloquecido dentro de su pecho, pero no era así, y en cambio el más intenso frio recorría su espina dorsal y la tensión estaba palpable en cada terminación de su sistema. La última vez que se sintió de esa manera fue cuando Celes la había mordido, esa sensación de pesar, el saber que su vida había acabado por causa de un ser amado, fue un trago difícil de digerir, así mismo como el hecho de reconocer que de algún modo estaban conectadas a un nivel familiar, porque la transformación había sido espontánea y sin la necesidad de un lazo radical como lo era la unión carnal entre vampiros... alejo esos pensamientos y volvió a fijar la mirada en lo que estaba delante de ella en el escritorio de Jared.

Tomo el expediente, la primera página trataba sobre la desaparición de Celes, los hechos y las pruebas, incluso había una foto en la que estaba su hermana sonriendo con toda tranquilidad, con su mirada confiada y ajena a todo lo que le sucedería luego. La siguiente página hablaba sobre tecnicismos que la aburrían, así que paso a la siguiente y fue ahí donde su mirada se congelo y toda ella sintió, que volvía a morir...

¡Ezael!

Su fotografía estaba en esa página, se encontraba junto a Celes, la tenía tomada de la cintura, en la otra foto, la estaba subiendo a un auto...

¡Maldito!

¡Él era el Sire de su hermana!

― ¡No! ― gruño apretando el papel con fuerza ―¡No!

Leyó los datos, el pertenecía al aquelarre más poderoso de la ciudad...eso jamás se lo dijo...por lo visto ella no era la única que guardaba secretos... La furia creció dentro de su ser, cada palabra de Ezael, cada gesto cada pequeño detalle solo fue una mentira.

¡Él había asesinado a su hermana, él le había arrebatado su humanidad!

Y ella... ella había jurado vengarse del maldito que le hizo eso a Celes, lo había jurado y lo cumpliría...

Ese día todo para Cass murió de manera definitiva, incluso los pocos sentimientos que aún conservaba terminaron de desaparecer, se volvió fría, despiadada y con un solo objetivo, asesinar al hombre que amaba porque así lo había jurado... él había marcado más que la vida de su hermana, el era también por quien ahora ella era un vampiro... Ezael debía morir y ella lo mataría.

A pedido de Jared no volvió a ver a Ezael, estaba demasiado sentida, dolida y furiosa para pensar con objetividad por lo tanto obedeció... pero ahora había llegado su momento, ya no lo dejaría ir, ahora era el turno de Ezael de sufrir como ella sufrió tiempo atrás...

FIN FLASH BACK

Mientras caminaba de la mano de Markus, saboreo el dulce néctar de la venganza, en cuestión de segundos estaría nuevamente frente a frente al vampiro que deseaba destruir más que nada en el mundo. Markus caminaba junto a ella sonriendo, mientras daban los últimos pasos hacia la mansión imponente que estaba resguardada en la puerta por dos fornidos vampiros vestidos de negro, quienes saludaron a su acompañante con una leve inclinación de cabeza y luego la admiraron en silencio. Cassiel sonrió y continúo caminando hacia el interior de la mansión sintiendo que la suavidad de la seda que cubría su cuerpo la acariciaba.

Había escogido un vestido color rojo sangre, con un profundo escote en la espalda y con unas finas tiras en los hombros, el cabello lo llevaba recogido y sus zapatos de tacón del mismo color sonaban el recinto anunciando su llegada. Más de uno de los reunidos se dio vuelta a verlos cuando entraron al gran salón, donde se llevaba a cabo la reunión semanal para atender las cuestiones de territorio. Luke elevo la mirada hacia los recién llegado y se quedó mirando a Cassiel con intensidad, tanta que la chica por un momento pensó que el muy bastardo podría ver incluso su interior, pero eso no era posible así que descarto la idea. Y allí de espalda a ellos se encontraba Ezael, quien al girar se la quedo mirando como si se tratara de un fantasma y su palidez se acentuó aún más.

Cassiel elevo apenas el mentón y le sonrió con malicia mientras Markus le pasaba la mano por la cintura y decía casi con tono posesivo:

―Hermanos les presento a mi mujer, ella es Cassiel... mi diosa, ellos son mis hermanos Luke y Ezael.

La cazadora de vampiros se adelantó y estrecho la mano de Luke primero y luego la de Ezael, mientras miraba a este último a los ojos y decía:

―Hola, es un placer conocer al fin a los hermanos mayores de mi futuro esposo...

―Ella es Cassiel... mi mujer. Si su corazón aun latiera, estaba seguro que sin dudas habría vuelto a morir, pues la mujer que tenía frente a él, era un fantasma... pestañeo aun sin querer creer lo que veía repetidas veces, para estar seguro de que ella en verdad estaba allí, parada delante de él y que acababa de oír de labios de su propio hermano llamarla "su mujer".

Tenso la mandíbula, entrecerró los ojos y los fijo en Cassiel, sin decir una sola palabra, pues sus sentidos estaban fuera de control en esos momentos, mientras Luke se ponía de pie y analizaba a la chica detenidamente con cierta desconfianza.

―Así que ya tienes mujer― se mofó del menor, Luke riendo entre dientes― es bella...

― ¡Aléjate! ― gruño Markus mostrándole los colmillos.

Luke tan solo se limitó a reír con ganas y regreso a su sillón, tomo la copa de rojo líquido y miro a Ezael, con curiosidad, pues no le sacaba la mirada de encima a la chica de Markus.

―No creo que debas preocuparte por mí, sino por él, mira cómo se la quedo mirando― se burló Luke― dinos Ezael, ¿Te gusta la mujer de Markus?

Ezael, sacudió la cabeza negando y desvió la mirada conteniendo la réplica que buscaba escapar de su garganta. El control era un atributo del que se vanagloriaba y no pensaba darle el gusto a Cassiel, pues en su mirada se notaba lo mucho que estaba disfrutando la situación.

―Claro que no, solo... ¿De qué aquelarre eres? ― le pregunto a Cassiel directamente oficiando como el hijo mayor.

―De uno que ya está disperso... estoy sola...

―No, ya no, ahora perteneces a esta familia― intervino Markus apretando su cintura y sonriendo.

―Cierto amor...― respondió Cassiel besándolo en los labios. Ezael, se tensó más y carraspeo incomodo, mientras Luke sonreía y disfrutaba de lo mal que se sentía su hermano.

Era más que obvio que la nueva adquisición de Markus no le había gustado para nada y estaba en desacuerdo.

―Markus sabes que es nuestro padre quien debe autorizar...― comenzó a decir Ezael, pero Luke se puso en pie y camino hacia la pareja mirándolo una vez más con fijeza.

―Déjalos, no seas pesado, el viejo no está, así que, ¿Por qué no dejar que nuestro pequeño hermano se divierta un poco? ― palmeo la espalda de Markus y rio pues sabía que molestaba a Ezael con cada palabra que decía― por mí, tienes mi apoyo, bienvenida a la familia... quien sabe por ahí tome tu ejemplo.

― ¿Tu? ― pregunto Markus riendo con ganas mientras llevaba a Cassiel hasta un sofá, la ayudaba a sentarse y luego se sentaba a su lado, haciendo una seña a uno de los sirvientes para que les dieran unas copas con sangre.

― ¿Por qué no? ― se encogió de hombros― puede ser que una bella vampiresa robara mi gélido corazón...

―Eso nunca pasara, pues ni gélido corazón tienes― replico Ezael con brusquedad― se suspende la reunión― dijo de pronto caminando hacia la puerta con demasiada lentitud― Markus puedes tener a esta mujer como consorte, pero no la tendrás en la mansión, no hasta que la apruebe nuestro padre.

Markus se puso en pie de golpe para responderle, pero Cassiel lo tomo de la mano y movió la cabeza negativamente.

―Me gustaría hablar contigo en privado― le dijo poniéndose en pie también.

― ¡No! ― se opuso Markus y Luke se acomodó en el sofá a disfrutar la escena ante él, cada vez más interesado.

―Amor, confía en mí, lograre hacerlo entrar en razón― le decía Cassiel mientras acariciaba su mano― permíteme hablar con él en privado.

Markus dudo, Luke los miro con una amplia sonrisa y Ezael asintió.

―Está bien... sígueme.

La mandíbula de Markus estaba tan tensa que de no ser vampiro seguro se hubiese hecho daño, aun así, se quedó en su sitio y permitió que Cassiel se encargara de las cosas pues así se lo había prometido.

Ella se encargaría de todo.

Cassiel siguió a Ezael por un largo corredor, que tenía las paredes cubiertas de cuadros de los integrantes de su aquelarre en las diferentes épocas en las que vivieron, las paredes estaban pintadas de un sutil blanco y las cortinas eran de un suave tono entre azulado y verdoso. Al final del corredor había una puerta de roble labrada con intricados detalles y fue esa puerta la que abrió Ezael.

―Pasa― le dijo dejando que ella entrara primero.

Cassiel entro y nada más hacerlo el vampiro la tomo del brazo, la lanzo contra la puerta ya cerrada y la tomo del cuello apretando con fuerza, pero sin hacerle daño... al menos no aún.

― ¡Dime que significa esto! ― gruño de manera violenta― Cassiel... dime que esto es mentira, ¡que no eres la mujer de mi hermano!

―No solo es verdad, sino que he venido a asesinarte― le aseguro Cassiel sonriendo sin inmutarse por el arrebato de locura de Ezael.

― ¡Explícame que está pasando y hazlo antes de que pierda la paciencia!

―No tengo nada que explicarte, Markus y yo estamos juntos y eso es todo.

― ¡No! ― grito Ezael golpeando la puerta con el puño― ¡No, maldita seas no!

―Oh si Eza, créelo y si no quieres perder a tu hermano vas a permitirme quedar aquí...

― ¡Nunca! No lo permitiré... ¿Dime que impedirá que le diga quién eres, quien fuiste para mí? ― soltó enfurecido― ¡Que impedirá que salga ahora y le diga la verdad sobre nosotros!

Cassiel sonrió encogiéndose de hombros como si le importara poco lo que decía y sus amenazas.

―Ve... hazlo... dile todo, dile que fuimos amantes, dile que tú y yo nos acostamos, pero antes... piensa en esto... yo soy a quien ama, llorare y le diré que escape de ti, que me tenías sometida... le diré que tú eres mi Sire... ¿Me pregunto cómo lo tomara? Ezael apretó un poco más el cuello de Cassiel en tanto ella contenía la respiración y luego levantaba la mano hacia su pecho acariciándolo despacio.

―Se que aún me amas... ¿Dime me deseas? Si, aun me deseas... puedo sentirlo en mis venas...― le susurro Cass provocadora― ahora ve y dile a Markus que fuimos amantes, y te juro que lo convenceré para que se enfrente a ti, si no te mata el... ¡lo haré yo!

Ezael soltó el cuello de Cassiel y se alejó de ella, pasándose la mano por el cabello.

―Por qué quieres asesinarme, que he hecho para que lo ansíes de esa manera, puedo oler tu odio Cass... dime porque me odias.

La chica no respondió, solo se acomodó la ropa y luego lo miro detenidamente.

―Toma una decisión rápido Ezael, ¿Me quedo o te enfrentas a tu hermano? Ezael, rechino los dientes y al final asintió.

―Puedes quedarte, pero mantente alejada de mí, ahora que sé a qué has venido a nuestra familia, te prometo que buscare el modo de que Markus descubra la verdad sobre ti, cuídate las espaldas Cassiel, esta mansión puede ser... un tanto peligrosa en ocasiones.

La amenaza quedo flotando en el aire entre ellos como miles de espadas sobre sus cabezas.

―Descuida, lo tendré en cuenta... por cierto― giro hacia la puerta dándole la espalda― tú también deberías tener cuidado verdad, esta misión se pondrá algo... peligrosa, no solo para ti, sino para todo el que se ponga en mi camino.

― ¿Que pretendes Cassiel?

―Ya te lo dije, he venido a asesinarte, pero antes me divertiré contigo, así como tú te divertiste conmigo en el pasado.

―En ese caso, ambos nos vamos a divertir Saya y hay algo en lo que estas equivocada, no estoy ni estuve enamorado de ti, simplemente fuiste un buen momento en la cama... y en otros sitios ― se rio con sarcasmo ― pero bueno, entendiste el punto ¿No?

Sus palabras hicieron que Cass detuviera sus pasos por un momento, la vio cerrar los puños y luego continuar sus pasos, susurrando al hacerlo.

―Vas a pagar un precio muy alto Ezael Black por lo que me has robado, no me importa si me lleva tiempo o pierdo la vida, vas a pagar por lo que me arrebataste, te lo juro.

Ezael arrugo las cejas sin comprender sus palabras y la viéndola marcharse mientras el quedaba hundido en un profundo mar de sentimientos encontrados. Cassiel al fin había regresado a su vida, pero lo odiaba y había puesto una estaca invisible sobre su corazón, ella misma se lo había dicho, iba a asesinarlo. Y eso la verdad lo tenia sin cuidado pues, ¿quién no quería hacerlo?

Lo que lo tenia confuso era, lo que ella dijo sobre algo que el le robo... se preguntaba a que se refería.

*

*

Saya se encontraba sentada en el extremo opuesto del cuarto de hotel en el que se encontraba observando como poco a poco Anthony regresaba a su forma normal, sacudiéndose y gimiendo de dolor. Después de unos largos minutos, sobre la cama tan solo quedaba el cuerpo del muchacho de cabello negro, su cuerpo desnudo y frágil, acorrucado en posición fetal, invadido por sacudidas involuntarias y gemidos lastimeros. Volvía a ser él una vez más. Saya, contuvo las ganas de ir a acurrucarse a su lado para abrazarlo y consolarlo. Sabía por lo que él estaba pasando, conocía el sentimiento de pérdida, de vacío y de ira que lo estaba recorriendo, ella mejor que nadie sabía, que Tony estaba sufriendo y que el dolor era tan penetrante y profundo que no se podía ni respirar.

Si lo sabía... pero no podía hacer nada por él, ya no.

Lo que la tenía preocupada era que Tony se había convertido en su enemigo natural número uno y que por lo tanto era peligros para ella, por muy amigos que fueran antes de todo eso.

― ¿Saya? ― gimoteo Tony abrazándose a sí mismo con fuerza― ¿Te hice daño?

La chica se puso en pie, tomo una manta y lo cubrió con el sentándose en el suelo a unos metros de la cama, para que la viera mejor y no tuviera que moverse, pues estaba segura de que le estaría doliendo todo el cuerpo.

―Estoy bien― respondió sonriendo― ¿Tú como estas?

― ¿Además de humillado? ― replico aferrándose a la manta sobre su desnudo cuerpo― ¿Avergonzado, adolorido y lleno de furia?

―Además de todo eso― insistió Saya― como te sientes con esta situación.

― ¿Cómo podría sentirme? ― gimió al intentar sentarse― soy un maldito hombre lobo, mis propios amigos quieren darme caza, estoy desnudo frente a quien fue casi como una hermana para mí y quien... ¿Eres vampiro verdad?

Saya asintió seriamente.

Tony suspiro y movió la cabeza de un lado a otro.

―Y mi casi hermana es un vampiro.

―No tengo a nadie más que a ti― soltó de pronto Saya― ¿Sabes porque hui verdad?

― ¿Huiste? ― pregunto con incredulidad― pensé que... ¡Ellos dijeron que te raptaron!

Saya negó con la cabeza y se acercó más a él, ahora más segura de que Tony no le haría daño, pues se comportaba como siempre lo hacía con ella.

―Hui de la agencia porque descubrí quien entrego a Celes.

―No... ella fue raptada― murmuró Tony― nadie la entrego.

Saya lo miró fijamente y Tony volvió a negar.

―Lo siento Tony hemos estado con el enemigo durante todo este tiempo, Celes no fue raptada como todos piensan, ella fue entregada.

― ¿Pero, por qué?

―Porque pensaron que ella podría hacer algo que en realidad solo yo puedo hacer... querían evitar que la cura para el vampirismo se descubriera, ellos... ellos se equivocaron pues a quien querían era a mí...

*

*

Yun Ho estaba parado en el umbral de la puerta, observando la escena con una sonrisa en los labios. Celes se encontraba mas allá, con dos largas espadas en las manos, el cabello trenzado estaba sobre un costado de su hombro y la sangre salpicaba su rostro, su respiración era pausada y su semblante estaba sereno, a su alrededor había varios pedazos de cuerpos destazados, en tanto ella miraba fijamente al último de los 5 vampiros que aun permanecía con vida y la miraba entre asustado y desafiante.

Estaba disfrutando mucho de todo eso, lastima que su amo tuviera otra idea.

― ¿Quien eres tú?― pregunto el vampiro mostrando amenazador los colmillos, entonces Celes dio un paso hacia él con las espadas en alto cuando Yun Ho la detuvo.

―Detente Celes... no lo mates.

La chica bajo las espada haciendo una especie de puchero y dio unos pasos hacia atrás en tanto Yun Ho se adelantaba y miraba al vampiro agazapado contra una pared.

― ¿Quienes son ustedes?― volvió a preguntar y Yun Ho sonrió de costado.

―Ve y diles a los Black que Jung Yun Ho está de regreso en la ciudad y que he venido por lo que me pertenece.

Al vampiro lo miro extrañado y luego abrió los ojos de par en par asombrado.

― ¿Jung Yun Ho?

―El mismo― sonrió Yun Ho mirándolo fijamente― diles a esa familia que no descansare hasta que me devuelvan todo lo que me han robado y que no estoy solo.

Celes sonrió al oírlo y guardo las dos espadas en las fundas que llevaba en la espalda.

―Dime que sabes de la cazadora― pregunto Celes

― ¿Que quieres saber?― pregunto el vampiro aun agazapado y listo para lo que sea.

― ¿Sigue trabajando en esta ciudad?

―Si, esta tras el aquelarre de mi amo.

―Ya deberían haberla matado, son unos inútiles― replico Celes acomodando su cabello― tienen suerte, también de ella nos ocuparemos.

―Imposible, nadie sabe quién es o como es...

―Pues se equivocan, yo sé bien como es ella, porque fui yo quien la mordió.

El vampiro la miro asombrado.

―Vete y no te olvides de hacer llegar mi mensaje al viejo maldito y sus hijos― intervino Yun Ho permitiéndole que se fuera, mientras giraba hacia Celes con un pañuelo y se acercaba para limpiarle el rostro, luego se inclinaba y la besaba apretando su cuerpo con fuerza― vamos a casa, es suficiente por este día, verte en acción hace que la sangre me hierba.

Celes asintió complacida y siguió a su amo hasta el automóvil negro que ya los estaba esperando.

*

*

― ¿Que fue lo que le dijiste para que aceptara?― pregunto Markus mientras veía a Cassiel desnudarse frente a él varios días después de la reunión entre Ezael y su mujer― ¿No vas a decirme?

― ¿De verdad tienes deseos de hablar sobre eso?― le pregunto caminando de manera sensual hacia él.

Markus recorrió su silueta con mirada ardiente.

Cassiel estaba tan solo en ropa interior, un fino conjunto en color rojo, con el cabello revuelto y se acariciaba el rostro y los senos mientras iba hacia Markus.

― ¿No prefieres jugar un rato mi amor?― pregunto Cassiel sentándose sobre él a horcajadas, deslizando las manos hacia sus hombros.

Markus la tomo de la cintura y la hizo girar en la cama, la ropa desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

―Juguemos...― murmuro Markus hundiéndose en Cassiel al mismo tiempo que clavaba sus colmillos en su hombro.

La cazadora cerró los ojos extasiada y se aferro a su cabello, rodeándolo con las piernas, dejando escapar un jadeo de excitación

*

*

Ezael caminaba de un lado a otro furioso, no podía ni pensar, todo había sucedido tan repentinamente que se sentía abrumado y la necesidad de correr a la habitación de su hermano para gritarle a Markus que "esa" alguna vez fue su mujer era tan poderosa que tuvo que salir de la mansión para no cometer una locura irreparable.

Pero no podía permitirse perder el control, no ahora que estaba a un paso de lograr su objetivo principal, no ahora que por fin estaba por conseguir el trono que se merecía.

De un salto salió al patio delantero de la mansión, giro y miro el balcón de su habitación y luego el balcón de la habitación de Markus en donde las luces permanecían apagadas, gruño de manera gutural y luego salió disparado de allí. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, se detuvo y miro el cielo carente de estrellas, mientras a su mente regresaba la escena ocurrida días atrás.

Tenso se dijo que debía mantener el control, cuando de pronto un gran lobo negro salto de la nada delante suyo. Ezael retrocedió unos pasos y se agazapo listo para defenderse, pero cuando el lobo estaba por saltar sobre él, alguien intervino.


Ezael vio como el lobo y la persona que luchaba con él se trenzaba en una lucha feroz, hasta que logro distinguir que se trataba de una chica. De pronto el lobo tomo a la mujer con sus fauces y la sacudió, lo miro y luego corrió en dirección opuesta a ellos, entonces Ezael se acerco a la mujer que estaba tendida en el suelo y la levanto, caminando con ella en brazos hasta un banco de un parque cercano allí.


La mujer de cabello negro se movió inquieta un momento y luego se enderezo de golpe, alejándose de el con expresión alerta.

―Tranquila, no te haré daño― le dijo Ezael sonriendo y mostrándole las manos― todo está bien ya se fue.

― ¿Quién eres?

―Mi nombre es Black Ezael... ¿Sabes quién soy?

La chica de negro cabello asintió y se puso en pie.

―Debo irme, aun debo cazar a ese maldito lobo.

― ¿Eres una cazadora?― pregunto con curiosidad Ezael― pero...eres vampiro...― volvió a decir olfateando su aroma― hueles a lobo.

―Soy vampiro, y cazo lobos, acabo de luchar con uno por si lo olvidaste y es obvio que huelo a ellos.

―Cómo te llamas, no sabía que había vampiros dedicados a cazar lobos.

―Digamos que somos un grupo algo secreto― sonrió la chica ya repuesta del todo― mi nombre es Sayania, pero me dicen Saya.

―Entonces... ¿Cómo es que, como hijo del aquelarre más poderoso de la ciudad nunca supe de ustedes?― insistió Ezael.

―Porque no debían saber, se quién eres Black Ezael, se quiénes son tus hermanos y tu padre, ahora debo marcharme.

― ¡Espera!― la detuvo cuando ella se disponía a irse.

― ¿Como sabes todo eso?

―Porque tu padre me contrato como cazadora de lobos y tu hermano Luke fue mi Sire... por cierto cuídate de Luke, tu padre me hablo de él y sus ambiciones, no me extrañaría que por su causa hubiese desaparecido.

― ¿Como sabes que mi padre desapareció? ¿Que dijo sobre Luke?

―Solo recuerda lo que te dije, tu hermano no es lo que aparenta― después de decir eso se soltó de su agarre y desapareció en la noche.

Pocos kilómetros más adelante Anthony la esperaba ya vestido y en su forma humana.

― ¿Funciono?

―Si.

― ¿Como lo sabes?

Saya sonrió y se encogió de hombros.

―Lo vi en su mirada, el ya desconfía de Luke.

― ¿Y ahora que haremos?

―Ahora es tiempo de que visitemos a Jared, ¿que te parece?

―Me gusta la idea― sonrió Anthony.

Ya era tiempo de investigar que tanto tenia que ver Jared en el secuestro de Celes y en el suyo, pues si bien había huido de la agencia, a pocas cuadras la habían secuestrado y al despertar estaba en el departamento de Luke Black.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top