Capitulo 10
Parte dos del libro Blood and death.
REVANCHA
―La orden de sangre acaba de escoger a un nuevo líder― replicó Ezael entrando al departamento de Saya sin ser invitado por ella, quien se lo quedó mirando como siempre hacia.
―No eres bienvenido, ya te lo dije muchas veces, no me interesa una mierda tu orden de sangre, ni tu estúpida familia, no me interesa siquiera si estas muriendo frente a mí, te dije que dejaras de venir...
―Y yo te dije que no dejaré de venir, no importa que tan mal me trates, siempre regresaré a ti.
Saya se lo quedó mirando interrogativa una vez más, pues aunque se cansaba de tratarlo de mala manera Ezael, se empeñaba en regresar una y otra y otra vez, sin importar nada.
Insistía en que estaban destinados, en que debían permanecer juntos, decía incoherencias tales como: "somos familia después de todo" y la verdad era que desde que Celes matara a Anthony, ella se sentía huérfana, se sentía solitaria, y sobre todo estaba llena de rencor, tenerlo cerca, aunque jamás lo admitiera la hacía sentir menos sola.
Ya no le importaba que Celes fuera su amiga y hermana de su mejor amiga, ya no le importaba nada más que su venganza y en eso era en lo único que pensaba día y noche.
Luke había arruinado su vida por completo y debía pagar, a como diera lugar... y Celes... ella también debía ser exterminada, ya no era humana ni tenia vestigios de haberlo sido alguna vez, si se ponía a analizar sus actos antes de convertirse en lo que ahora era.
― ¿Ni siquiera preguntaras quien es el nuevo líder?― pregunto Ezael, parándose junto a ella en el balcón del departamento.
― ¿Acaso no es obvio quien es el nuevo líder?― respondió Saya sin apartar la vista del horizonte― tu estas aquí, dijiste que a Markus lo mataron, por descarte es el imbécil de Luke.
Ezael entorno los parpados hacia ella cuando la escucho nombrar a su hermano sin revelar sus pensamientos con ningún gesto.
― ¿Sabes quién mato a Markus?... esa chica Cassiel... ¿tú la conoces verdad?
Saya permaneció en silencio mientras contemplaba la luna en lo alto del firmamento.
Siempre preguntaba la misma cosa y siempre recibía de ella la misma respuesta... un silencio abrumador y cerrado.
―He decidido recuperar lo que me pertenece y vengar a mi hermano, después de todo él no merecía un final como ese, ella lo engaño solo para asesinarlo y para...
Ahora Saya entorno la mirada hacia él notando el modo en que su semblante cambiaba al nombrar a Cassiel. No hacía falta ser una chica muy inteligente para notar que Ezael y Cassiel se conocían y bastante bien. Pero eso a ella le importaba realmente muy poco o mejor dicho le importaba nada, tenía la mente puesta en otra cosa, algo que iba más allá de Ezael, Cassiel y todo lo demás... su propia venganza.
― ¿Cómo pretendes hacerlo?― preguntó después de unos minutos― según supe, tu hermano ha puesto precio a tu cabeza, ahora todos los vampiros piensan que Markus murió en tus manos y en las manos de la cazadora... dime Ezael, ¿cómo lograrás demostrar tu inocencia?... ¿o es que los rumores son ciertos? ¿Le pediste a la cazadora que seduzca a Markus para luego matarlo y deshacerte de, él?
Ezael siseo con enfado y se retiró al interior del departamento, mientras Saya sonreía de costado y de un salto se paraba en el barandal del balcón, giró apenas la cabeza hacia él y luego salto al vacío, cayendo con mucha gracia sobre el césped, se acomodó el cabello y luego desapareció en las penumbras de la noche, siempre que quería sacarlo de su eje hacia la misma pregunta y siempre era lo mismo, Ezael la miraba de forma silenciosa y resentida, lo que confirmaba a Saya que habían tenido una historia de la que ella no sabia nada.
*
*
Celes sentía que la molestia en su nuca era cada vez más intensa, hasta el punto en que perdía muchas veces el sentido de la orientación e incluso en ciertas ocasiones la vista, hasta el punto de perderse y perder la fuerza, entonces recordaba que Yun Ho solía darle una medicina para esos síntomas aunque ahora se preguntaba si era realmente una medicina o una forma de controlarla.
Algo estaba realmente mal en ella y no lograba saber que era, pues desde que abandonara a Yun Ho, los síntomas eran más intensos, además de que las pesadillas habían regresado con mayor intensidad, esas mismas pesadillas que originaron el uso de la medicina que le diera su mentor.
Aun así, estaba decidida a hacer que Yun Ho pagara por haberla entregado, por haberla usado pero sobre todo, por jamás haberla amado, eso era algo que no le perdonaba ni le perdonaría jamás, puesto que ella antes, siempre pensó que la amaba, que lo que compartían era especial y que él entre todos era el único que la amo, y la comprendió, que era el único en todo el mundo que sabia de su sufrimiento y de todo lo que tuvo que pasar por culpa de la agencia en la que fue criada.
Ahora sabía a ciencia cierta que Yun Ho solo la utilizó para lograr su venganza, y que en su corazón siempre estuvo esa mujer del pasado que ahora regresaba a su presente.
―Estas muy callada... dicen que cuando una mujer esta así de silenciosa, uno debe ser cuidadoso porque males y tormentas se avecinan... dime Celes, ¿Qué males tienes planeados para Yun Ho?
Celes giró hacia él y gruño apenas provocando una leve risa burlona por parte de su aliado.
Ella era consciente de que ser aliada de Luke era como jugar con fuego pero era la opción más favorecedora por el momento, ya que también él era guiado por su ambición y tras esa ambición, estaba su posibilidad de venganza. Así que se guardo su réplica mordaz por el momento y tan solo sonrió encogiéndose de hombros como si nada la afectara.
―Ya lo verás.
―No te demores mucho, no tengo la paciencia necesaria para tolerar lo que sea...
―Me tomaré el tiempo que crea conveniente― cortó Celes decidida― Yun Ho no es un vampiro cualquiera y lo sabes, no iré a lo tonto tras él para encontrar la muerte, esto debe ser planeado meticulosamente, cada paso que demos de ahora en más, debe ser cuidadoso... ¿acaso piensas que tiene los siglos que tiene por nada?
―Detecto cierto tono de admiración en tus palabras, mi querida Celes y eso me hace pensar... ¿serás capaz de asesinarlo llegado el momento?
Celes sonrió y se acerco a él moviendo las caderas de manera sensual.
―La misma pregunta podría hacerte yo a ti Luke Black, ¿podrás asesinar a esa mujer que tanto deseas te consiga? ¿Será que debería asesinarla yo misma en cuanto la encuentre para evitarte pasar por la duda?
Luke tomó el cuello de Celes a una velocidad increíble estrellando su cuerpo contra la pared más cercana, mientras clavaba los ojos de manera despiadada en ella, diciendo entre dientes con furia contenida.
―Tocas un solo cabello de su cabeza sin mi autorización y te aseguro que será lo último que hagas, porque yo mismo te daré caza y te torturare lentamente durante años hasta que supliques clemencia, ¿te quedo eso claro?
Celes solo se limito ha asentir, entonces Luke la soltó y retrocedió unos pasos, mientras ella caía de rodillas ante él llevando la mano a su cuello.
― ¡Tanto la amas!... ¿Tanto?
Luke la miro fijamente por un segundo y luego giró sobre sí mismo sin responder, nadie comprendería lo que Saya significaba para él.
¡Nadie!
Desde que la tuvo en sus brazos, Saya era su obsesión más grande, incluso la deseaba más de lo que deseaba tener el poder, sentir lo que sentía por ella, lo estaba enloqueciendo lentamente, y solo podía pensar en poseerla a como diera lugar, sin embargo, también sabía que esa obsesión, ese deseo tarde o temprano seria su perdición... entonces antes de matarla, necesitaba saciarse de ella y nadie lo privaría de ese placer.
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―Lo primero es encontrar a Saya, si descubren lo que lleva en su sangre pronto se convertirá en la presa de cuanto vampiro se cruce― le dijo Cassiel a Jared mientras terminaba de cargar su arma― ¿Alguna idea de donde puede estar?
―No, ella siempre fue muy reservada... pero quizás... bueno, hay un departamento que solía usar cuando estaba fuera de la agencia, queda bastante aislado de la ciudad, Saya solía decir que necesitaba alejarse del trajín de la oficina de vez en cuando, podríamos búsqueda por ahí.
Cassiel guardo el arma en su estuche y se dirigió a la puerta.
―Es por donde comenzaremos a buscarla entonces, vamos, tenemos el tiempo en contra, debemos encontrar a mi hermana cuanto antes.
Jared asintió transformándose en lobo, corriendo tras Cassiel...
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Los planes de Celes para Yun Ho incluían hacerlo suplicar por la vida de su adorada esposa, el problema residía en que no era tan sencillo como esperaba, porque la muy maldita se encontraba protegida dentro del centro de sangre y al parecer tenía un nuevo aliado. Pero ella tenia la paciencia suficiente para llegar a su objetivo así este le tomara toda la vida, después de todo, si algo le sobraba era el tiempo y el deseo de venganza.
Estaba segura de que Yun Ho pensaba eliminarla, lo había escuchado claramente pero ella estaba dispuesta a ganarle de mano, lo llevaría hasta el punto de suplicar y disfrutaría viéndolo hacer eso.
Mientras estos pensamientos pasaban por su mente, observaba atentamente el edificio en el cual se encontraba Amanda, analizando y esperando el momento adecuado para entrar en acción.
Sabía que su carta ganadora era tener en su poder a esa maldita mujer que, nunca debió salir de entre los muertos.
―Celes... no deberías estar aquí preciosa... ¿dime que planeas hacer?
La chica no giro a ver al hombre que estaba parado detrás de ella puesto que su aroma llego a ella incluso antes de su presencia.
― ¿Qué quieres aquí Luke? Creo haber sido clara cuando dije que me encargaría en persona de esto.
―Solo pase a recordarte que si por esas casualidades de la vida deseas poner un solo dedo sobre la cabeza de mi mujer, lo pagaras y con tu vida.
Celes tan solo gruño por lo bajo y continuo con la mirada fija en el alto edificio.
― ¿Qué buscas aquí?― pregunto Luke después de unos minutos.
―A ella― fue la respuesta de Celes cuando vio salir a Amanda del edificio acompañada de cerca por el alto hombre de cabello castaño casi rubio― ¡Maldición!
― ¿Que sucedió?― pregunto ahora un poco más interesado fijando también la mirada en los dos que salían del edificio y se metían a un auto muy elegante.
― Ella es la esposa de Yun Ho, la quiero en mi poder...
―Así que ella es la hermosa Amanda... no llegue a conocerla antes... la inmortalidad le sienta bien.
Celes giró sobre sí misma y enfrento a Luke con fiereza.
―¿La conocías de antes?
―¿No escuchaste que dije que no alcance a conocerla? Pero si sabia de su existencia, de su increíble belleza y que Yun Ho estaba loco por esa mujer ― la miro en la distancia y sonrió― ahora entiendo porque, ella es encantadoramente preciosa.
―Ella es mi presa y tú vas a ayudarme a conseguirla si quieres que te entregue a tu adorada Saya ― gruño en respuesta con claro resentimiento Celes.
―Puedo conseguirla de otro modo, cuando yo quiera.
Celes rió y lo miró a los ojos moviendo la cabeza negativamente.
―Sabes que eso no es verdad, ella no te permite entrar en su mente, solo una vez sucedió, tú mismo me lo contaste, ella sabe ocultarse de ti porque en verdad te desprecia pero... a mi...― se encogió de hombros volviendo la mirada hacia el auto que se perdía en esos momentos en el horizonte calle abajo― por alguna razón, está muy interesada en mi... dime mi querido Luke, quien tendría más oportunidad de contactarla ¿tú o yo?
Ahora fue Luke quien dejo escapar un gruñido de advertencia.
―Muy bien, dime que planes tienes, tú me ayudas y yo te ayudo, ese era el trato después de todo ¿No?
Celes sonrió...
*
*
―Déjame entender esto... antes me gritaste a la cara que no querías saber nada de mí, que no te fastidie mas ¿Y ahora dices que no debo separarme de ti por nada del mundo?
―Pusieron precio a tu cabeza y a la mía, por lo que escuche incluso han puesto precio por la cabeza de Cassiel... esto está mal― decía Saya mientras iba de un lado a otro en el departamento― también supe que ahora Luke esta aliada con Celes, lo cual nos lleva a Yun Ho...
―Debemos hablar con el... buscar una alianza también.
―No, eso sería peligroso... ahora sin Tony, solo somos tu y yo contra el mundo, nos guste a no. ya una vez lo intente y no supe descifrar a Yun Ho, sus poderes son tan intensos que su sola presencia hace que se sienta, no me siento segura con el, sin embargo...
Sin embargo jamas sintió hostilidad de el hacia ella, por el contrario, parecía bastante interesado en tenerla cerca y justamente era eso lo que le daba cierta desconfianza. Era obvio que tenia planes en los que la necesitaba y no estaba dispuesta a volver a ser un objeto que cualquiera pudiera utilizar a su antojo, era tiempo de que ella tome las riendas de su vida y buscar su camino.
― ¿Y quien dijo que no me agrada la idea de ser tu y yo contra el mundo?
Saya elevó una ceja y luego desvió la mirada.
― ¿Tienes algún refugio? ¿Algún lugar diferente a este?
―Estuve pensando que aquí no es seguro― aceptó Ezael pensativo― y solo se me ocurre un lugar en el cuál jamás nos encontrarán.
Saya se lo quedó mirando, esperando que le dijera donde pero él solo permaneció en silencio un momento más y luego la miró directamente a los ojos.
― ¿Ya logras dominarlo?
― ¿A que te refieres?― pregunto con precaución.
―Luke y tú... su lazo contigo como Sire, el otro día cuando me pediste que no te diga nada, que no querías saber nada... estabas teniendo problemas con él ¿Verdad?
Saya tenso la mandíbula y asintió, apretando los puños.
―No entiendo que fue lo que paso pero, por un momento pensé que perdía el control.
― ¿Cómo estás segura de que ya no es un inconveniente?
―Porque ya descubrí que es lo que me hace cerrar mis puertas a él.
Ezael no dijo nada, solo espero a que ella continuara hablando pero prácticamente no hizo falta que lo dijera con palabras pues sus ojos reflejaban lo que sus labios no decían.
―Lo odias tanto que el odio lo mantiene lejos de ti ¿Es eso?
Saya solo sonrió y luego saltó a la barandilla del balcón.
―Vámonos de aquí, es peligroso permanecer en este sitio― le dijo antes de saltar hacia el vacío.
Ezael sonrió y suspiró caminando hacia el balcón.
― ¿Alguna vez usaras la puerta?
La risa de Saya llego hasta él antes de saltar e ir tras ella...
*
*
Cassiel entornó los ojos cuando traspaso la puerta y el aroma de sus amigos llego hasta ella, pero jamás imagino que también el aroma de Ezael le llego impactándola.
―Ezael...― murmuró entrando al lugar para observar todo atentamente.
―Puedo sentir también su aroma, pero... ¿Que haría él aquí?
―No lo sé, su aroma está impregnado en cada rincón del departamento pero no lo siento hostil y se mezcla con el de Saya...
―No comprendo que sucede.
―Espera... ¿Lo sientes?―pregunto de pronto Cassiel― ¿Celes?
Jared se concentro y luego asintió.
―Esto se pone cada vez más interesante...
Cassiel entrecerró nuevamente los ojos y luego giró hacia la puerta concentrando la mirada en la puerta.
― ¡Celes y Luke!― grito poniéndose en posición de combate cuando los dos a los que nombro aparecieron en la puerta.
― ¿Cómo nos encontraste?― pregunto Cassiel sin perder de vista a sus enemigos.
―No los buscábamos a ustedes pero es bueno poder encontrar a la asesina de mi hermano.
Cassiel siseo y sonrió con satisfacción.
―Disfrute asesinando al bastardo ese― respondió Cassiel provocándolo― pero lastimosamente no es este el día en que nos enfrentaremos.
Luke elevó una ceja sonriendo con sarcasmo pero su sonrisa murió en dos segundos después porque el aroma que los estaba rodeando era de peligro.
― ¡Lobos!― grito Celes al tiempo en que tomaba a Luke de la camisa y jalaba de él alejándolo de la puerta cuando una loba de pelaje largo y marrón saltaba colocándose entre Cassiel y Jared mostrándole los colmillos con furia contenida.
Al instante la loba volvió a saltar pero esta vez sobre Celes.
Cassiel sintió que la sangre se le congelaba cuando vio esto, no podía permitir que algo malo le sucediera a Celes, no sin antes obtener respuestas y decirle que eran hermanas.
― ¡Celes!― replico al tiempo que tomaba a la loba del cuello para alejarla de Celes, pero un segundo lobo intervino en la lucha defendiendo a la loba de pelaje marrón.
―Pero que mierda...― articulo Jared dando dos pasos hacia los lobos para enfrentarlos pero la loba lo miro y automáticamente el muchacho comenzó a gemir de manera lastimera retrocediendo.
Cassiel observó esto notando como su amigo retrocedía, sin embargo antes de que fuera capaz de entender lo que estaba pasando, Luke, ya repuesto de la sorpresa inicial, tomó a Celes prácticamente cargándola sobre su hombro, corrió a toda velocidad pasando en medio de los lobos y la vampiro y saltó por la ventana rompiendo los cristales en cientos de fragmentos.
El lobo que intervino miro a la loba, ella aulló fuertemente y este salió despedido tras los dos que acababan de desaparecer.
En el departamento, tan solo quedaron Jared, Cassiel y la loba que regreso a su forma humana sin importarle demasiado el quedar desnuda ante ellos.
―Inclínate ante mí, porque yo soy tu alfa― le dijo la mujer a Jared y ante la sorpresa de Cassiel, este obedeció...
Cassiel miro a Jared consternada tomándolo del hombro para obligarlo a poner en pie pero este permaneció de cuclillas mientras miraba el suelo y apretaba los puños con fuerza.
―Así que fue a ti a quien Tony mordió― dijo la mujer sonriendo mientras el lobo que salió antes tras Luke y Celes regresaba.
―Lo siento señora, los perdí, había muchos humanos, no podía atacarlos.
―Descuida, nunca pensé que los atraparías.
El hombre miró a Jared con curiosidad y se coloco detrás de la chica.
― ¿Es el nuevo?
―Si Logan, es el nuevo... ponte en pie y tú vampiro mantente fuera de nuestros negocios, sabes a que me refiero.
― ¡Escúchame!
―No Cassiel, ella tiene razón, no debes interferir.
―Pero... Jared...
―Soy su Alfa, Jared no puede oponerse a mis deseos ¿Verdad?
― ¿Se conocen?
― Responde Jared, ¿Me conoces?
―Si... Suzanne...
― ¡Basta con tanta tontería! ¡Vámonos Jared!― replicó Cass tensándose cuando sintió fuera del departamento la presencia de más lobos.
― Él no se irá, mi buena fortuna es grande― rio la chica llamada Suzanne y sus ojos brillaron llenos de malicia, mientras Jared se ponía en pie y se colocaba a su lado, siempre con la mirada fija en el suelo y los puños fuertemente apretados.
―Dile Jared... dile como serán las cosas de ahora en más ―dijo Suzanne.
―De ahora en más estarás sola Cassiel, yo debo seguir a mi... a mi manada y obedecer a mi Alfa, lo siento... ayuda a Saya, protégela, te lo suplico, dile que la amé y siempre lo haré.
Suzanne sonrió apenas desviando la mirada solo un instante para luego dar la orden de retirada.
Ante la mirada llena de sorpresa de Cassiel, todos los lobos desaparecieron y por último también lo hizo Jared...
*
*
Jackson se balanceaba en el cómodo sillón que una vez fuera de Jared, mientras dejaba vagar los pensamientos en dirección a Cassiel, quien no regresó a la agencia, estaba seguro de que había dado con el anterior director de la agencia y este le había contado toda la verdad sobre él y Amanda... era una pena porque su actitud salvaje comenzaba a gustarle.
Sonrió y se puso en pie cuando Amanda entró a la oficina.
―Jack, ¿Se sabe algo de la cazadora?
― Aún nada.
― ¿Y eso no te preocupa?
― ¿Por qué debería?
― ¡Porque es la maldita cazadora!― gritó impaciente Amanda.
Jack se encogió de hombros y rio sin verdadera risa.
―No seas tan dramática mi querida Amanda, sabes bien que me encargaré de ella llegado el momento.
―No deberías confiarte tanto Jack, conoces sus habilidades, sabes muy bien todo sobre su origen y sobre sus genes, ¿Piensas en verdad que será tan sencillo?
― ¿Y tú olvidas que yo tengo las mismas habilidades que la cazadora?
Amanda no respondió.
Según ella entendía, Cassiel había sido genéricamente creada, con cada detalle sobre sus habilidades cuidadosamente programadas, mientras que Jack tan solo había intentado incorporar un extraño cóctel genético a su existencia ya impuesta.
Dudaba que realmente pudiera vencer a Cassiel si se enfrentaban en una lucha cuerpo a cuerpo puesto que había notado que llegado cierto punto Jack parecía perder fuerza y habilidad. Aún así permaneció en silencio, le tocaría pensar en un plan "B" por si eso llegaba a suceder.
― ¿Cuándo intentaras hacer contacto con Yun Ho?― preguntó Jack.
Amanda cambio de expresión.
Cada vez que Jack nombraba a ese tal Yun Ho ella sentía que algo se estremecía dentro de ella y no encontraba explicación alguna a eso que le sucedía. Así que, como siempre disimulo y solo camino hacia el ventanal dándole la espalda a Jack.
―En el momento que sea necesario, según tú cuando eso suceda muchas cosas serán reveladas y no entiendo a que te refieres pero, hasta que no encuentres y aniquiles a Cassiel, no me sentiré segura.
Jack asintió y se puso en pie, rodeando con un abrazo posesivo la cintura de Amanda.
―Dímelo de nuevo madre...― susurro junto a su oído apoyando el mentón en el hombro de la mujer.
Ella sonrió y acaricio las manos que la sostenían fuertemente.
―Nunca te abandonaré, siempre serás mi niño, tú y solo tú eres y serás mi familia.
Jack sonrió y perdió la mirada fuera de los cristales, mientras la noche poco a poco desaparecía...
*
*
― ¿Qué es este sitio?― preguntó Saya a Ezael, mientras observaba las paredes pintadas de rojo y negro, escuchando el sonido de sus tacones en el suelo de madera tan vieja que rechinaba bajo sus pies.
―Hace algunos siglos, mi padre ordenó que construyeran un refugio por las dudas...
― ¿Por las dudas?― se mofo Saya, lanzando su chaqueta sobre el sofá más cercano, el cual levanto polvo apenas la pesada prenda cayo en ella― tu padre era un maldito paranoico.
―Eso no te lo voy a discutir pero en este momento su paranoia nos viene bien, pues ninguno de mis hermanos conoce este sitio.
― ¿Ninguno?
―Como dijiste era un maldito paranoico y jamás revelo a nadie la creación de este lugar, incluso asesino personalmente a los ingenieros.
Saya elevo una ceja y continuo mirando a su alrededor con curiosidad.
El sitio carecía totalmente de buen gusto, era un lugar tétrico en verdad, con las paredes pintadas con líneas rojas y negras, los muebles eran del siglo anterior como mínimo, aunque ella pensaba que eran más antiguos aún, la iluminación se limitaba a unos candelabros en las paredes que proyectaban sombras fantasmagóricas en las demás paredes y el suelo.
Una única cama se encontraba situada en un extremo de la habitación y justo sobre ella se encontraba una ventana que tenia los vidrios en color negro.
Saya conocía el material perfectamente, no permitía entrar la luz del sol pero si ver el exterior aunque fuera de día, algo que en los últimos tiempos usaban mucho los vampiros para poder contemplar la luz del día.
Al parecer el padre de los Black sentía añoranza por la luz del sol... Saya se preguntaba que más extrañaría ese horrendo ser sin alma.
Algunos sillones esparcidos aquí y allá, un mini bar con vinos que estaba segura eran casi tan antiguos como el mismo vampiro al que le pertenecía el lugar, y lo peor de todo era que olía a ¡Diablos!
No había más... eso era todo... se trataba simplemente de una habitación mal pintada, mal amueblada y totalmente cerrada, acepto por la ventana y la puerta eso era una especie de cueva.
―Entonces tú como conoces este lugar― pregunto intentando ignorar el olor nauseabundo que le daba comezón en la punta de la nariz.
―Intento mantenerme informado sobre todo lo que en algún momento me pueda ser de ayuda.
Saya elevó una ceja y lo miro con incredulidad.
―Muy conveniente.
―Nos mantendrá fuera de rango por un tiempo.
―De todos modos no pienso permanecer mucho tiempo aquí, tengo asuntos que atender...
― ¿Cómo tu venganza?
―Como mi venganza― respondió afirmando mientras arrugaba la nariz― ¡Maldición! ¿Que es esa peste?
―El encierro, este lugar no se ha abierto en un siglo o más.
Saya maldijo internamente una vez más, su estadía allí seria eterna...
*
*
―Creo que debo agradecerte por lo de hoy― dijo Luke algo incomodo por tener que agradecer a Celes el que le salvara la vida.
No comprendía porque su instinto vampírico no le había advertido sobre el peligro inminente.
―Deberías mejor ser más cuidadoso para la próxima, no siempre estaré allí para salvar tu trasero, o no sé si tendré deseos de salvarlo― le respondió Celes, retirándose del gran salón, mientras Luke se quedaba parado mirando el vacío sin explicarse cómo es que no había sentido peligro alguno.
Pestañeo repetidas veces, se paso los dedos entre el cabello y luego resoplo con fastidio.
Desde que se había involucrado con Saya algo no estaba del todo bien con él.
Esa absurda obsesión que sentía hacia ella, ese sentimiento que no lograba controlar cuando la pensaba.
Odiaba sentir, eso lo debilitaba, pero sobre todo lo hacía ver débil ante todos. Todo eso que ahora se apoderaba de él y antes no era parte de su existencia se debía pura y exclusivamente a Sayania.
Cerró los puños con furia y dio un golpe seco a la pared más cercana, rompiendo la estructura, creando una grieta que se extendía hacia arriba.
Escondida más allá, detrás de una columna se encontraba Celes observándolo con una amplia sonrisa en los labios.
Esa mujer Saya, ejercía una fuerte influencia en el estado anímico de Luke Black y eso por el momento le favorecía a ella misma.
Algún día, no demasiado pronto por supuesto ,pues debía ser cuidadosa y también planearlo todo con sumo detalle, ella sería la única dueña de la ciudad y todos se inclinarían a su paso... definitivamente nunca más, nadie la volvería a humillar.
Dejo a Luke en medio de su berrinche y fue recorriendo la mansión hasta entrar a la habitación que antes le perteneciera a la cazadora y el hermano muerto de Luke, el aroma a sexo y muerte aún estaba impregnado en cada rincón del sitio estremeciéndola.
Cerró los ojos con placer e imagino el momento en que la cazadora asestó el golpe certero en el corazón del pobre infeliz que cayó en sus garras, sonrió y volvió a abrirlos, fue entonces cuando le llego la idea perfecta para poder acceder a la mujer de Yun Ho.
*
*
― ¿Cómo es posible que aún no la encuentren?― el tono bajo y seco, distaba mucho de ser calmo y efectivamente su mirada llena de furia dejaba en claro que estaba perdiendo la paciencia.
―Lo siento mucho mi señor pero ambas mujeres son en verdad muy difíciles de localizar.
― ¿Y Jared? ¿Dieron con él al menos?
El hombre trago en seco y negó con la cabeza al tiempo que cerraba los ojos de manera inconsciente al ver que la mirada turbia de Yun Ho se posaba en él directamente.
La velocidad de los movimientos de Yun Ho era impresionante, antes de que cualquiera reaccionara, estaba sobre su vasallo tomándolo del cuello. La cabeza se desprendió del torso con tanta escalofriante rapidez que el aliento se congelo en los pulmones de los presentes, conteniéndolo con asombro, terror y admiración, todo junto.
El cuerpo cayó al suelo haciendo un sonido como de escombros apilados unos sobre el otro, como si algo frágil se hubiese quebrado pero todos los allí presentes sabían muy bien, que nada tenía que ver con la fragilidad, ya que un vampiro definitivamente no era frágil ni mucho menos, pero si con la fuerza descomunal del enfurecido amo que tenían... Yun Ho estaba perdiendo los estribos y eso lo tornaba aún más poderoso, atemorizante y peligroso que antes.
Si había una cosa que sacaba de sus casillas al ancestral vampiro era no poder controlar las cosas y esa situación se estaba saliendo de control para él.
*
*
―Saya no seas infantil, acércate un poco.
―Olvídalo Ezael, ya te lo dije antes, y te lo diré por última vez ahora... ¡Mantén la distancia!
Ezael negó sonriendo en tanto se ponía en pie y caminaba directamente hacia el sofá en el cuál ella se había acomodado para pasar el día.
En los días que llevaban allí, Saya parecía dispuesta a mantener la distancia no solo física sino emocional de él y de quien sea. Se había vuelto taciturna, distante, silenciosa, y su mirada era lo único que evidenciaba los pensamientos que recorrían su mente. Y no eran nada buenos, porque sus ojos brillaban bajo la más oscura luz, dilatándose de tanto en tanto, cuando algún pensamiento furioso pasaba por allí.
―No seas terca llevas dos días en ese incomodo sillón, ven a la cama, si piensas que pretenderé tocarte déjame decirte que...
― ¡Te dije que no te acerques!
De un salto se puso en pie, salvando la poca distancia que quedaba entre ellos y tomándolo del cuello con tanta fuerza que Ezael, abrió los ojos de par en par observando los colmillos afilados que estaba a tan solo un palmo de distancia.
―Saya... estamos... del mismo... lado...― logró decir.
Saya gruño con furia y lo lanzo lejos de ella.
Ezael también era muy ágil, así que giró sobre sí mismo cuando ella lo lanzo al otro extremo de la habitación, cayendo sobre sus pies casi en cuclillas. Se puso en pie y se acaricio el cuello clavando la mirada en la mujer llena de rencor que lo contemplaba desde el sillón donde se había vuelto a acomodar.
―Saya... no soy el enemigo― le dijo al tiempo que se sentaba en la punta de la cama.
―Eres un Black, eres y siempre serás el maldito enemigo― respondió la chica.
― ¿Eso significa que debo tener cuidado de ti aunque en estos momentos dependamos uno del otro?
―No dependo de ti Ezael Black― replicó Saya con una media sonrisa burlona en los labios― tu dependes de mi para continuar con vida, yo solo estoy jugando a las escondidas por ahora.
Ezael sonrió recostándose en la cama, mientras colocaba la mano detrás de la nunca y dejaba vagar la mirada en el cielo azul profundo que se veía desde la ventana sobre la cama.
―Te pierdes de una vista maravillosa Sayania... el cielo este día está despejado y no hay una sola nube.
Saya no respondió puesto que en su mente el cielo auguraba tormenta, y dentro de muy poco tiempo se desataría sobre la casa de los Black... ella se encargaría de eso.
*
*
―Jared... Jared... Jared...
El canturreo de la mujer lobo mientras caminaba alrededor del hombre de rodillas en el centro de la habitación, crispaba los nervios del nombrado.
―Escucha Suzanne déjame explicarte como fueron las cosas... no tuve nada que ver con lo que les sucedió a tu familia...
― ¡Silencio!― vocifero la loba gruñendo desde lo más profundo de su ser― ¡Tú eras el director de la agencia en ese entonces, tú tienes que ver con la caza y asesinato de mis padres!
― ¡No fue una orden mía, lo juro!
―Tony me hizo un hermoso obsequio antes de morir...―susurro casi con placer y dolor― no tenía idea de que fueras tú a quien mordió... que ironía, tú fuiste su única creación, su único hijo...
―Aguarda un minuto... ―Jared sonrió poniéndose en pie despacio, mientras ella lo miraba con furia por desafiarla rompiendo una orden directa del alfa― había olvidado ese detalle, ¿sabes? también a mi Tony me dejo un obsequio entonces.
― ¿Qué haces? ¡De rodillas!
― ¿No dijiste que Tony era mi padre?
Suzanne asintió comenzando a temblar llena de furia pues su mente de pronto trabajaba sobre esas palabras y el alcance de su significado la dejaba sin su ventaja inicial, y peor aún lo que delataban no le apetecía en lo absoluto.
Estaba furiosa, ya que su poder sobre Jared en verdad había durado tan poco.
―Si no me equivoco Tony era tu Alfa, tu lo escogiste como tu consorte ¿verdad?
Suzanne no respondió, tan solo rechino los dientes con furia contenida.
―Conozco perfectamente los estatutos de cada raza sobrenatural, es parte de mi trabajo conocer esos detalles― continuó diciendo Jared ya del todo en pie― los vampiros son una especie sanguinaria, los derechos de sucesión se determinan mediante el poder y la sangre pero los Lican y los lobos son diferentes, son una raza estructurada que llevan y acatan un estricto código de familia y honor.
― ¡Tú no eres parte de nuestra familia!
―Oh si, si lo soy, tú misma lo acabas de decir, soy el único hijo de un Alfa... según yo sé, al morir mi padre... ¿No debería yo heredar su puesto dentro de nuestra manada? La supervivencia de la especie es lo más importante, tú te has quedado sin un Alfa y es tu deber tomar otro en reemplazo al anterior, por eso te mantenías fuera de todo contacto con los Lican y los lobos, porque hay reglas que no puedes quebrantar si eres parte de una manada.
― ¡Tú no serás mi esposo!
―Descuida Suzanne, al contrario de lo que tu supones no deseo tu mal, y digo la verdad cuando aseguro que nada tuve que ver con la muerte de tus padres, pero me obligas a tomar cartas en el asunto, pues estoy en una misión difícil intentando salvar a mi verdadera familia.
―Tu deseas salvar a la mujer vampiro...
―Así es y aunque no lo creas no me interesa liderar ni ser el Alfa, pero me llevas a los extremos y por ello, debo reclamar mis derechos como único heredero de tu esposo muerto.
Suzanne gruño colérica, le mostró los dientes y dio varios pasos hacia él, pero Jared se mantuvo firme, esperando expectante a que ella tomara una decisión, pues sabía que si no aceptaba sus términos por las buenas, la única opción sería enfrentarse y no era algo que quisiera hacer, mucho menos sabiendo la procedencia original de la chica ante el.
Lo único que deseaba era recuperar su libertad y si debía tomar cartas en el asunto reclamando un derecho que no le interesaba, tomaría esa carta y la usaría a su favor.
―Ni lo intentes ― advirtió la chica.
―Si no me dejas opciones tendré que hacerlo.
―No tienes oportunidad contra mi y lo sabes.
―Pero no pierdo nada con intentar.
Hubo un silencio estremecedor entre ellos por unos minutos.
― Podemos hablar pacíficamente y llegar a un trato si te calmas ― ofreció Jared y esto logro al menos que ella lo meditara un poco.
― Bien, hablemos. ― dijo al final Suzanne.
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