Alfa y Omega (Cap: 3)

Cassiel miro a Jared consternada tomándolo del hombro para obligarlo a poner en pie pero este permaneció de cuclillas mientras miraba el suelo y apretaba los puños con fuerza.

―Asi que fue a ti a quien Tony mordió― dijo la mujer sonriendo mientras el lobo que salió antes tras Luke y Celes regresaba.

―Lo siento señora, los perdí, había muchos humanos, no podía atacarlos.

―Descuida, nunca pensé que los atraparas.

El hombre miró a Jared con curiosidad y se coloco detrás de la chica.

― ¿Es el nuevo?

―Si Logan, es el nuevo... ponte en pie y tú vampiro mantente fuera de nuestros negocios, sabes a que me refiero.

― ¡Escúchame!

―No Cassiel, ella tiene razón, no debes interferir.

―Pero... Jared...

―Soy su Alfa, Jared no puede oponerse a mis deseos ¿verdad?

― ¿Se conocen?

― Responde Jared, ¿me conoces?

―Si... Suzanne...

― ¡Basta con tanta tontería! ¡Vámonos Jared!― replicó Cass tensándose cuando sintió fuera del departamento la presencia de más lobos.

― Él no se irá, mi buena fortuna es grande― rio la chica llamada Suzanne y sus ojos brillaron llenos de malicia, mientras Jared se ponía en pie y se colocaba a su lado, siempre con la mirada fija en el suelo y los puños fuertemente apretados.

―Dile Jared... dile como serán las cosas de ahora en más ―dijo Suzanne.

―De ahora en más estarás sola Cassiel, yo debo seguir a mi... a mi manada y obedecer a mi Alfa, lo siento... ayuda a Saya, protégela, te lo suplico, dile que la amé y siempre lo haré.

Suzanne sonrió apenas desviando la mirada solo un instante para luego dar la orden de retirada.

Ante la mirada llena de sorpresa de Cassiel, todos los lobos desaparecieron y por último también lo hizo Jared...

*
*

Jackson se balanceaba en el cómodo sillón que una vez fuera de Jared, mientras dejaba vagar los pensamientos en dirección a Cassiel, quien no regresó a la agencia, estaba seguro de que había dado con el anterior director de la agencia y este le había contado toda la verdad sobre él y Amanda... era una pena porque su actitud salvaje comenzaba a gustarle.

Sonrió y se puso en pie cuando Amanda entró a la oficina.

―Jack, ¿se sabe algo de la cazadora?

― Aún nada.

― ¿Y eso no te preocupa?

― ¿Por qué debería?

― ¡Porque es la maldita cazadora!― gritó impaciente Amanda.

Jack se encogió de hombros y rio sin verdadera risa.

―No seas tan dramática mi querida Amanda, sabes bien que me encargaré de ella llegado el momento.

―No deberías confiarte tanto Jack, conoces sus habilidades, sabes muy bien todo sobre su origen y sobre sus genes, ¿piensas en verdad que será tan sencillo?

― ¿Y tú olvidas que yo tengo las mismas habilidades que la cazadora?

Amanda no respondió.

Según ella entendía, Cassiel había sido genéticamente creada, con cada detalle sobre sus habilidades cuidadosamente programadas, mientras que Jack tan solo había intentado incorporar un extraño coctel genético a su existencia ya impuesta.

Dudaba que realmente pudiera vencer a Cassiel si se enfrentaban en una lucha cuerpo a cuerpo puesto que había notado que llegado cierto punto Jack parecía perder fuerza y habilidad. Aún asi permaneció en silencio, le tocaría pensar en un plan "B" por si eso llegaba a suceder.

― ¿Cuándo intentaras hacer contacto con Yunho?― preguntó Jack.

Amanda cambio de expresión.

Cada vez que Jack nombraba a ese tal Yunho ella sentía que algo se estremecía dentro de ella y no encontraba explicación alguna a eso que le sucedía. Asi que como siempre disimulo y solo camino hacia el ventanal dándole la espalda a Jack.

―En el momento que sea necesario, según tú cuando eso suceda muchas cosas serán reveladas y no entiendo a que te refieres pero, hasta que no encuentres y aniquiles a Cassiel, no me sentiré segura.

Jack asintió y se puso en pie, rodeando con un abrazo posesivo la cintura de Amanda.

―Dímelo de nuevo madre...― susurro junto a su oído apoyando el mentón en el hombro de la mujer.

Ella sonrió y acaricio las manos que la sostenían fuertemente.

―Nunca te abandonaré, siempre serás mi niño, tú y solo tú eres y serás mi familia.

Jack sonrió y perdió la mirada fuera de los cristales, mientras la noche poco a poco desaparecía...

*
*

― ¿Qué es este sitio?― preguntó Saya a Ezael, mientras observaba las paredes pintadas de rojo y negro, escuchando el sonido de sus tacones en el suelo de madera tan vieja que rechinaba bajo sus pies.

―Hace algunos siglos, mi padre ordenó que construyeran un refugio por las dudas...

― ¿Por las dudas?― se mofo Saya, lanzando su chaqueta sobre el sofá más cercano― tu padre era un maldito paranoico.

―Eso no te lo voy a discutir pero en este momento su paranoia nos viene bien, pués ninguno de mis hermanos conoce este sitio.

― ¿Ninguno?

―Como dijiste era un maldito paranoico y jamás revelo a nadie la creación de este lugar, incluso asesino personalmente a los ingenieros.

Saya elevo una ceja y continuo mirando a su alrededor con curiosidad.

El sitio carecía totalmente de buen gusto, era un lugar tétrico en verdad, con las paredes pintadas con líneas rojas y negras, los muebles eran del siglo anterior como mínimo, aunque ella pensaba que eran más antiguos aún, la iluminación se limitaba a unos candelabros en las paredes que proyectaban sombras fantasmagóricas en las demás paredes y el suelo.

Una única cama se encontraba situada en un extremo de la habitación y justo sobre ella se encontraba una ventana que tenia los vidrios en color negro.

Saya conocía el material perfectamente, no permitía entrar la luz del sol pero si ver el exterior aunque fuera de día, algo que en los últimos tiempos usaban mucho los vampiros para poder contemplar la luz del día.

Al parecer el padre de los Black sentía añoranza por la luz del sol... Saya se preguntaba que más extrañaría ese horrendo ser sin alma.

Algunos sillones esparcidos aquí y allá, un mini bar con vinos que estaba segura eran casi tan antiguos como el mismo vampiro al que le pertenecía el lugar, y lo peor de todo era que olía a ¡diablos!

No había más... eso era todo... se trataba simplemente de una habitación mal pintada, mal amueblada y totalmente cerrada, acepto por la ventana y la puerta eso era una especie de cueva.

―Entonces tú como conoces este lugar― pregunto intentando ignorar el olor nauseabundo que le daba comezón en la punta de la nariz.

―Intento mantenerme informado sobre todo lo que en algún momento me pueda ser de ayuda.

Saya elevó una ceja y lo miro con incredulidad.

―Muy conveniente.

―Nos mantendrá fuera de rango por un tiempo.

―De todos modos no pienso permanecer mucho tiempo aquí, tengo asuntos que atender...

― ¿Cómo tu venganza?

―Como mi venganza― respondió afirmando mientras arrugaba la nariz― ¡maldición! ¿Que es esa peste?

―El encierro, este lugar no se ha abierto en un siglo o más.

Saya maldijo internamente una vez más, su estadía allí seria eterna...

Continuara.

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