Vivir o morir
Capitulo 3:
Los días siguientes Yunho visito a menudo a la niña sin nombre y a su abuela, se sentaba por horas a escucharla hablar sobre los gumihos, sobre su forma de vida, sobre sus leyes, sus costumbres, sus debilidades y fortalezas. Todo lo que ella decía le resultaba fascinante, todo era mágico, irreal, y el ansiaba mas que nada poder explorar ese mundo.
Como humano no le estaba yendo bien, esa vida la sentía irrelevante, no podía tolerarla mas.
―Padre...
Su padre detuvo sus labores mirándolo con fijeza.
―¿Que sucede?
―Nuestra raza.
―Somos humanos.
―Solo en partes.
―Yunho ya no pienses en eso, es mejor esta vida créeme, los humanos no suelen reaccionar de buen modo cuando algo es diferente, tu madre vio morir a sus padres en manos de humanos, ese día se juro jamas volver a llamar su atención, yo deje esa vida porque la amo y porque quiero que tu vivas bien.
―¡Esto es vivir bien según tu padre! ―se enfado Yunho ―padecer bajo el yugo de los poderosos, morir de hambre, vivir en la pobreza.
―Vivimos en paz hijo, eso es lo mas importante.
―¡Odio esta vida!
―Calmate ―le pidió su padre cuando Yunho se lo quedo mirando, con la respiración agitada ―debes controlarte o nos descubrirán.
Yunho cerro los puños con ira, miro su mano y luego a su padre, entonces salio corriendo alejándose del campo en donde su padre estaba trabajando.
―¡Yunho! ―grito su padre dejando el asa para correr tras su hijo.
―Señor Jung no puede dejar sus labores, si se va perderá el trabajo ―amenazo el capataz quien estaba pendiente de ellos, aunque no alcanzo a escuchar porque discutían.
―Pero capataz Hoon, necesito ir con el ―pidió ―no se encuentra bien.
―Si puede correr como lo hace significa que esta bien, se lo advierto, si se va ahora perderá el trabajo.
El padre de Yunho estaba entre la espada y la pared, si iba tras su hijo para evitar que lo descubrieran transformado en gumiho, perdería el único sustento que tenia su familia, pero si no iba, de nada importaba que conservara su trabajo pues perdería a su hijo, así que corrió en dirección a donde Yunho se fue.
*
*
Sae lo vio llegar casi transformado en gumiho y sintió temor cuando el al pasar pateo enfurecido una roca enviándola tan lejos en segundos que se perdió de la vista.
―Yunho... ¿estas bien?
―¡Mi padre! ―rugió Yunho respirando agitado ―¡No entiende!
―¿Que no entiende? ―retrocedió unos pasos cuando se acerco a ella.
―Tu... me... temes... ―dijo Yunho mirándose las manos, tembloroso ―soy un monstruo...
―No lo eres, estas enfadado y cuando te enfadas, no eres amable.
Yunho tembló visiblemente, luego retrocedió.
―Tu también piensas que soy un monstruo como mi madre, por eso ella no quiere que los demás sepan que somos gumihos.
―No Yunho, eso no es verdad, tu madre solo quiere protegerte.
―Soy diferente, ¿porque nadie lo comprende?
―Yo te entiendo.
―Necesito... yo necesito...
―Yunho...
Yunho no la escucho, corrió en dirección al bosque, necesitaba calmarse y alejarse de todos, estaba demasiado furioso, la voz en su mente lo estaba aturdiendo gritando tan fuerte que no escuchaba su propia voz interna.
Sus padres no lo comprendían, su amiga tampoco, nadie lo notaba, el no era como los demás.
Corrió tan deprisa y sin fijarse por donde iba que apenas noto al muchacho que estaba en medio de su camino sentado abrazándose las piernas. Chocaron de lleno, Yunho cayo al suelo rodando sobre si y el muchacho se habrá pensado que lo estaba atacando por ello, se lanzo encima suyo mordiéndolo en un brazo, el dolor que sintió fue tal que tomo al muchacho del cuello y lo alejo, pero este se mantenía fuertemente pegado a su brazo, tanto que Yunho comenzó a sentirse mareado.
―Ya... dejame... ―exigió empujándolo con mas fuerza logrando al fin sacarlo de encima.
El muchacho de cabello oscuro y ojos temerosos, se levanto de inmediato, mostrandole unos colmillos que el jamas había visto en nadie antes, listo para atacarlo de nuevo.
―¡Espera! ―le grito levantando la mano en señal de que no pretendía pelear ―no quiero hacerte daño, solo estaba corriendo, no te vi y caí sobre ti, lo siento.
―Me tomaste del cuello... ―le recordó el muchacho que tendría mas o menos su misma edad.
Yunho lo observo, estaba pálido, sucio, su cabello endurecido por la mugre era casi negro, sus dientes blancos como nada que viera antes y sus ojos tenían un furioso color rojo brillante.
―¿Que eres? ―pregunto fascinado por lo que veía ―ese chico definitivamente no era como ninguno otro, incluso la chica sin nombre era nada a comparación.
―No lo se, ¿que eres tu? ―pregunto el muchacho señalando sus manos en forma de garras de animal.
―Soy humano pero también un gumiho ¿sabes lo que es eso?
El muchacho negó con la cabeza, bajando un poco la guardia.
Yunho se llevo la mano a la mordedura y se quejo apretando los dientes con fuerza.
―Duele.
―Lo siento, pensé que querías hacerme daño ―le contesto el muchacho ―lo siento.
―Esta bien, mi madre sabrá como curarme, ella sabe sobre estas cosas.
―¡No! Alejate de las personas que amas, les harás daño, es peligroso, de verdad cuanto lo siento, no quería hacerte esto, no se como podre ayudarte, ni siquiera se que soy, solo que...
―¡Diablos duele! ―grito Yunho apretando mas fuerte la herida, cayo de rodillas al suelo y la vista se le nublo ―¿que me hiciste?
―Lo vi antes, se lo hice a una chica, fue sin querer, no lo pude evitar... ―comenzó a preocuparse acercándose despacio a Yunho.
―¿Que le paso a esa chica?
―Ella murió, cuando muerdo a las personas ellas... ellas mueren... yo no quiero pero la sed... no la puedo controlar...
―Ayudame... ayudame....
―No se como, lo siento, lo siento ―repetía el muchacho con desesperación ―no se como ayudarte.
―La anciana, la madre de la chica sin nombre... ayudame a llegar con ellas...
―Pero... ¿como?
―Llevame por aquel sendero ―señalo cayendo de frente ya sin fuerzas ―viven por... ese sendero...
Yunho cayo en la oscuridad, de la cual salia a intervalos cuando el dolor era tan intenso que no podía soportarlo, veía los arboles, veía, los pies descalzos del muchacho, podía sentir su respiración cerca de su oído y sus frías manos alrededor de su cintura mientras lo sostenía. Le pareció que escuchaba un grito asustado en la distancia, unas palabras y luego sintió de lleno el suelo frio, después simplemente la oscuridad lo rodeo.
Despertó poco tiempo después, la garganta le ardía, todo el cuerpo lo sentía extraño y se sentía aturdido por cuanto lo rodeaba, como si los ruidos, los olores, las sensaciones y todo se hubiera intensificado. Se quejo un poco por el dolor que aun sentía, intento levantarse pero alguien se lo impidió, entonces busco enfocar la vista en ese alguien descubriendo que se trataba de la niña sin nombre.
―Donde... donde estoy...
¿Su voz sonaba realmente así?
Parecía mas cargada de agudeza, algo ronca al final, tensa ¿y que era ese olor tan fuerte?
―Quedate quieto Yunho, te pondrás mejor lo prometo.
―El muchacho... el me mordió... dolía mucho... aun duele...
―Yunho calmate, todo saldrá bien, ya fui por tus padres, pero no estaban en tu casa, iré de nuevo mas tarde para que vengan a verte.
―¿Moriré? ―pregunto entonces Yunho ―el dijo que... esa chica que mordió...
―Tranquilo, tu no morirás, o al menos eso espero ―respondió entonces la anciana tosiendo hasta casi ahogarse.
―No... me siento... no me siento bien... ―balbuceo Yunho acercándose a la chica sin nombre atraído por el aroma de su sangre, la cual podía oler a la perfección.
―Sae Jin aleja el cuello de ese muchacho, hasta que sus padres vengan tendremos que mantenerlo calmado, ellos son los que deben tomar la decisión.
―¿Que decisión? ―pregunto Yunho dejándose caer en la cama.
―Si debemos dejar que te conviertas o dejarte morir.
―¿Convertirme? ¿En que?
―En un demonio bebedor de sangre como tu amigo, ese que esta ahí a fuera sentado junto a la puerta sin querer moverse.
Yunho ladeo la cabeza mirando hacia la puerta en donde el muchacho permanecía sentado mirando todo en silencio.
―¿Como te llamas? ―le pregunto.
―Jacob... Jacob Black.
―Jacob Black, ¿es verdad?
―¿Que cosa?
―Que eres un demonio.
El muchacho se encogió de hombros hundiendo el rostro entre sus rodillas dejando correr las lagrimas.
―Creo que si, porque todo lo que esta a mi alrededor muere.
Yunho sintió una profunda tristeza por ese muchacho que se veía tan solitario, no era su culpa ser lo que era, así como tampoco era su culpa lo que estaba sucediendo.
―Ve por sus padres de nuevo Sae ―no tenemos mucho tiempo.
―Si madre.
Sae se levanto y salio corriendo mientras Yunho sentía que el aire se le iba escapando de los pulmones, cada segundo le costaba mas respirar y el dolor se extendía con mayor rapidez por todo su cuerpo... estaba muriendo.
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