⠀⠀chapter five:






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capítulo cinco, primer acto ▎❛ puedo ver a través
de tus mentiras. ❜





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⠀⠀⠀La cafetería estaba casi vacía, los únicos ahí eran un par de ancianos, una mujer jóven, los camareros y, compartiendo una mesa, un padre y su hija hablando en voz baja.

── ¿Te caíste? ── repitió Hank── así te hiciste ese golpe. ── Kennedy asintió y tomo la taza de té caliente sobre la mesa, no era tan bueno como el de la cafetería cerca de su casa, pero era lo mejor que conseguiría en esa cafetería a una hora de la ciudad.

── Eso fue exactamente lo que pasó. ── afirmó la chica. Hank alzó una ceja.

── Kennedy, ¿sabes que mis detectives me lo cuentan todo? ── Kennedy apretó los labios y maldijo en voz baja──, debes dejar de mentirme, hija.

── Papá, ya no tengo cinco años. ── le recordó. Hank asintió.

── Es cierto, no tienes cinco años pero te comportas como cuando eras una niña. ── Kennedy puso los ojos en blanco mientras que Hank la miraba con atención.

── Papá. ── advirtió.

── Estuviste escondida cinco años, no me hablaste, no me buscaste, nada── le dijo con un toque de resentimiento──, saliste de la academia y nunca te comunicaste con tú padre.

── Lo siento, ¿Okay? ── dijo de golpe── no quería poner en riesgo está misión, mi primera misión como oficial, papá, ¿Sabes a cuántas personas le dan la oportunidad de ser encubierta y lograr llegar a ser detective de Chicago? ── Kennedy mordió su labio inferior en un intento de no soltar la lágrimas que de acumulaban en sus ojos.

── Hey, mírame── pidió el sargento con un tono más suave── lo has hecho bien, muy bien. ── tomo la mano de su hija y le dio un pequeño apretón, había pasado tiempo desde la última vez que se habían sentado juntos a beber una taza de té, o en el caso del sargento, una de café, y es que desde la muerte de la madre de Kennedy se habían acercado significativamente pero con la misión de la chica la distancia fue algo inevitable.

── ¿No me dejarás seguir en narcóticos, verdad? ── preguntó Kennedy elevando una ceja.

── De ninguna manera, los de Inteligencia te robaremos de sus manos. ── Hank tomó su taza y le dio un trago al líquido oscuro que está contenía. Kennedy rió y negó con la cabeza imitando la acción de su padre.





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La sala de interrogatorios era oscura y fría, Emily López pasaba su mirada de la detective Erin Lindsay al detective Hank Voight mientras su corazón latía rápidamente. Erin abrió el expediente dejando ver el cadáver de Meredith Johnson horas después de su muerte.

── ¿Qué estoy haciendo aquí? ── preguntó Emily, temblorosa, pero tratando de mantenerse seria.

── Estás aquí porque tenemos un testigo que dice haberte visto en la escena del crimen hace cuatro días. ── explicó Erin.

── Mienten. ── se apresuró a decir la chica.

── Escucha Emily, se acabó── habló Hank ── sabemos que le disparaste a Meredith porque su padre te debía el dinero de las drogas que te compró, tenemos los números de los pagos, todo ── Emily palideció ── tienes que hablar, es cuestión de tiempo para que encontremos el arma homicida, y no podremos ayudarte.

── Y-yo no maté a nadie. ── balbuceo la latina.

── ¿Y que hacías en el parque esa noche? ── indagó Erin── ¿Dabas un paseo nocturno?

── Se equivocan ── dijo Emily── yo no estuve en el parque, yo estaba en... en casa de mi madre.

── ¿Y porque los testigos dicen haber visto a alguien con tus características? ── pregunto Hank.

── No sé porque dicen eso, yo no estuve ahí── repitió, sus ojos se pasearon por la mesa ── pero se quién pudo haberlo hecho. ── habló con rapidez.

── ¿Quién? ── pregunto Erin. Emily dudó y comenzó a jugar con el anillo en su dedo──, tienes que decirnos, Emily.

── Fue Marianne Wesley. ── aseguró con seriedad.





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Sujetándola firmemente de las esposas que le había puesto, el detective Halstead guío a la joven hija de Voight por el pasillo antes de meterla en una sala de interrogatorios donde estaban Hank y Erin.

── Es todo Jay, gracias. ── dijo el sargento en cuanto el detective le quitó las esposas a Kennedy.

── Sargento ── comenzó a decir el detective pero fue interrumpido por su jefe casi de inmediato.

── Gracias, Jay. ── repitió. Jay asintió al entender que no lo querían ahí, le dio una última mirada a Erin y salió de la sala de interrogatorios cerrando la puerta detrás de él. Kennedy suspiro y se cruzó de brazos mientras miraba a su padre.

── ¿Qué está pasando? ── pregunto──, él no me dijo nada, solo llegó a mi casa y me dijo que tenía que venir con él, luego me colocó unas esposas y me paseo por la estación ── dijo alzando una ceja──, no me molestaría si fuese en otras circunstancias, pero me saco a rastras y estuve a punto de golpearlo.

── Interrogamos a Emily López. ── dijo Hank. Erin tenía una expresión nerviosa en su rostro mientras que oía a su jefe hablar.

── ¿Qué les dijo? ── pregunto Kennedy enderezando su espalda.

── Dijo que nunca estuvo en el parque esa noche ── habló Erin──, y dijo qué tú si estabas ahí. ── explicó al ver la expresión de confusión en el rostro de Kennedy.

── ¿Y le creen? ── gruñó── ¡Soy policía!, no mataría a una adolescente, por dios. ── estalló antes de golpear la mesa metálica con fuerza.

── Cálmate. ── pidió Erin.

── ¿Como quieres que me calme si me están acusando de asesinato? ¡Papá, por dios! ── exclamó hacia Hank──, no soy corrupta, Emily está mintiendo, no sé porque, pero lo está haciendo, tal vez esté siendo amenazada, o algo. ── Kennedy estaba pensando muchísimas cosas, desde la traición por parte Emily, hasta la manera que fue metida a una sala de interrogatorios como si de un delincuente se tratara.

── ¿Porque crees que este diciendo que fuiste tú, Kennedy? ── pregunto Erin, en la mirada se notaba que estaba igual, o más, preocupada que Kennedy, tenía miedo de que se atrevieran a inculpar a la hija de Voight.

── No sé, Erin, no lo sé. ── repitió con frustración, suspiro y se apoyó sobre sus manos escondiendo su rostro entre ellas.

── ¿Crees que dice la verdad? ── pregunto Antonio a Jay, ambos estaban detrás del cristal observando el interrogatorio.

── No lo sé── susurró Halstead──, es decir, no la mató, arriesgaría su trabajo. ── murmuró observando a Kennedy.

── Pero es hija de Voight.── dijo Antonio mirando también a Kennedy.

── ¿Y qué? No significa que sean iguales. ── Jay desvío su mirada a Antonio mientras de cruzaba de brazos.

── Pero tampoco podemos decir que son diferentes. ── Antonio se encogió de hombros. Jay asintió y salió de la sala dejando solo al detective Dawson, caminó por el pasillo hasta llegar a su escritorio donde se apoyó, fatigado.

── ¿Todo bien? ── Adam Ruzek se acercó a su compañero de trabajo y lo observó con detalle──, ¿Es por el caso de la hija de Voight? ── Jay asintió con la cabeza ──, amigo, esa chica es guapísima.

── Hey, cuidado. ── advirtió Olinsky señalando al detective. Adam alzó sus manos con inocencia.

── ¡Tú!── la voz de una Kennedy furiosa llamó la atención de los detectives de la Unidad── ¿Qué demonios fue esto? ── gruñó hacia Jay.

── Yo mejor voy a...── balbuceo Adam── otro lado. ── se alejó sintiéndose incómodo, el siguieron Alvin y Antonio dejando solo a Kennedy y a Jay.

── ¿Me vas a explicar por qué me esposaste y me trajiste a un interrogatorio? ── pregunto con el ceño fruncido.

── Tú padre me pidió que te trajera. ── dijo Jay tras un suspiro.

── Pero podías decirme para que me querían aquí, ¡y no tenías que esposarme! Pudimos haberlo fingido simplemente. ── Kennedy estaba increíblemente molesta con Jay, ya había pensado que posiblemente serían amigos, o aliados. Se había equivocado, o eso creía.

── Lo siento, solo hice lo que me pidieron. ── se excusó Jay. Una risita irónica abandono los labios de Kennedy, la chica asintió con la cabeza y se dio media vuelta dispuesta a salir de la estación── ¿A donde vas? ── pregunto el detective, deteniéndola.

── No es tú asunto, detective. ── se soltó bruscamente del agarre del ojiverde mientras seguía su camino. Jay pasó sus manos por su rostro con frustración, sabía que había metido la pata, y que profundo lo había hecho.

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