O1 ━━ ALLEY ROSE
Era una linda mañana en Storybrooke, se escuchaba el cantar de los pájaros y el sonido de la brisa de la mañana, como si de un cuento de hadas se tratara.
En esta ocasión, nos enfocaremos en la mañana de ese año en la casa Locksley Mills, casa que por un poco más de un año, había presentado total tranquilidad, hasta esa mañana.
Un poco atrás había sucedido la obra más caótica de la ahora abandonada Storybrooke Academy, y ahora, con el día tan lindo, parecía que la vida cambiaría.
Se escucharon ruidos de alarmas, que varios chicos tenían para levantarse para la escuela. Danny Mills se levantaba de la cama, abrumada por los rayos del sol entrando a su ventana, y al tomar su celular, apagó la alarma, para después fijarse en la hora, posterior, el día, un hermoso 24 de octubre de 2021, excepto que no era 2021, Danny se tallo los ojos para confirmar lo que estaba viendo, su celular contenía la leyenda: "24 de octubre de 2022". Danny estaba asustada, se levantó de su cama, notando que estaba en su casa, ¿Qué había pasado después del 23 de octubre de 2021? ¿Cómo paso de tener a la vuelta de la esquina su cumpleaños 16 a tener a la vuelta de la esquina su cumpleaños 17?
Se arregló como cada mañana, después de estar lista, se sentó en la orilla de su cama, mirando su celular pensando en si debía mandarle mensaje a sus amigos, ¿Qué tal si ella la única que no recordaba? ¿Qué tal que ellos estaban molestos por algo de ese año que olvido? O si solo era una imaginación de ella.
Estuvo por varios minutos explorando miles de opciones, hasta que escucho varios pasos en el pasillo, Danny no tenía idea, que no había sido la única que había tenido una mañana extraña. Al abrir la puerta, pudo encontrar a su hermano Roland, el cual se habia dejado crecer el cabello, y al analizarlo a fondo, pudo ver un tatuaje de león como el de su padre, el gran Robin Hood
—Se que voy a sonar como una loca, ¿Cuál es último día que recuerdas? —Danny se aferró del marco de la puerta, ansiosa
—23 de octubre... —se escucho el como Danny contuvo su respiración de la impresión— de 2021
—¿Entonces tú tampoco sabes qué paso o está pasando? —vio como su hermano negaba— ¡Tenemos que preguntarle a Henry! —en aquel momento, se escuchó un grito proveniente del cuarto de Brooke.
Danny se acercó y dio unos pequeños toques en la puerta— ¿Roja?
Hubo un silencio, tuvieron que esperar unos minutos, a qué Brooke saliera, parecía que se detuvo a arreglarse el cabello, porque aún permanecía en pijama.
—¿24 de octubre del 2022? ¡Ayer era 23 de octubre de 2021! —Brooke miraba a sus dos hermanos confundida— Roland, ¿Cuando te dejaste crecer el cabello y cuándo te hiciste un tatuaje?
—Es lo que no sabemos... —Danny hablo en un tono bajo, analizando a su hermana, notando en ella, un collar con una joya verde— mierda... Brooke... Fue el hechizo oscuro... Creo que se cumplió...
—No, no lo dices en serio Danny... Eso no existía... —Brooke negó
—Esa joya la tiene la tía Zelena, si se la quita, pierde su magia, ese tatuaje lo tiene papá... ¿Y yo? —Danny acercó su mano a su labio, sintiendo una herida no muy reciente de un corte de una espada— Maldita sea...
Henry salió de su habitación, presenciando a sus tres hermanos en crisis
—Hen, ¿Qué sabes del hechizo?
—Lo mismo que ustedes, nada, las páginas del libro correspondientes al 24 de octubre de 2021 a ayer fueron arrancadas
—¡Tenemos que decirle a mamá y papá! —Roland miro hacia la habitación de sus padres, los cuales ya se dirigían a la puerta, ante tanto ruido. Al abrir, pudieron notar que sus papás seguían exactamente iguales, nada tan drástico.
—Mamá, papá, ¿Recuerdan que día fue ayer? —Danny pregunto
—Por supuesto, cariño, ayer fue 23 de octubre de 2022 —aquel comentario de Regina Mills, hizo palidecer a los chicos
—¿Y recuerdan que pasó el 23 de octubre de 2021?
—¡Claro! Si fue el día de su obra... —Robin Locksley, miro a su esposa, ambos empezaban a entender a qué se referían sus hijos
Todos bajaron al comedor, a hablar de todo. Al parecer, solo los chicos no recordaban el año, sin embargo, sus padres, recordaban diferente esa noche del hechizo, como un efecto especial, para después, ni siquiera recordar a sus hijos, por un año entero.
Con aquello, empezaron a existir comentarios personales para cada uno, Danny tenía que tener cuidado con la magia que había desarrollado, Roland y Henry no tenían que preocuparse tanto, pero a Brooke, fue a la que le dieron la indicación más estricta, tenía sumamente prohibido quitarse esa joya, si lo hacía, perdería toda su magia, absolutamente toda.
Aquella plática fue tan abrumadora, que después de ese desayuno, todos corrieron a comunicarse con los que amaban, como lo hacían casi todos en los reinos Unidos de Storybrooke, la mayoría tenía suerte, eran pocos los casos de gente que no contestaba, como si hubieran desaparecido, uno de los más notorios, era el caso de Aiden Agrabah, nadie sabía de él.
Pero había otros casos especiales, como el de Brooke, que tenían 0 posibilidades de esperanza, algo que no existía para Brooke.
—Teléfono diferente, número diferente, destino diferente —Brooke marcaba un número que parecía saberse mejor que el suyo, esperando una respuesta, la cual, nunca le fue obtenida, pasaron horas y horas en las cuales Brooke se pasó pegada al teléfono de su casa, intentando localizar a dos chicos de una casa en Sherwood. Sabía desde un inicio lo complicado que sería con el papá de esos dos chicos, Doire y Mitchell.
Brooke permaneció en su habitación durante todo ese día, mientras todo Storybrooke corría de un reino a otro. Ella no, ella necesitaba saber de la gente de Sherwood, no quería ir a ese lugar, y causarles un problema. Después de analizarlo, tuvo su alternativa, lo haría justo como Doire le había enseñado, por letras escritas en un papel, así, Brooke empezaría a escribir la primera carta con destino a Sherwood. No le preocupaban aquellos chicos solo por el valor que les tiene a ambos en su corazón, si no, porque sabia la situación de su casa.
"Y cuando no pueda recordarte, aún seguiré amando tu cara, tu y Mitch pueden quedarse aquí, mis papás no se molestaran en recibirlos"
Después de escribir la carta, la sello y la dejo en su tocador, la mañana siguiente tenía pensando ir a dejarla a la estación de correos, por ahora, tenía que saber incluso que desastre era ella misma. Pudo notar que sus cosas que tenía en su habitación en la academia, estaban aquí, como su tocadiscos con sus vinilos, su icónico baúl de aviones de papel y su colección de películas de la tierra sin magia, ¿Cómo era posible aquello?
—Iré a Arendelle, necesito ver a Ingrid —Danny se colocaba su abrigo mientras abría la puerta de la mansión— No la vi desde que salió de los camerinos la noche del teatro... necesito respuestas.
—¿Necesitas que te acompañe? —Roland rápidamente le ofreció protección a su hermanita menor
—No, estoy bien, no te preocupes, necesito recordar lo que era cabalgar —la castaña sonrió y salió de su casa, viendo a los pies de las escaleras, a aquel chico de cabello claro, que le seguía robando el aliento— Neal...
—Dan... vine a buscarte, pensé que serías la única persona con respuestas de algo que acaba de pasar...
—¿Qué paso? —Cerro la puerta y camino para descender por las escaleras, mientras esperaba la respuesta de Neal.
El se limitó a sacar el celular de su bolsa, y enseñarle una foto que Ingrid había subido a Storybrooke Teller. Una foto de Andrew y ella con un corazón como descripción
—¿Volvieron? —Horrorizada, Danny tomó el celular de Neal— No... vamos, lo último que hable con ella era de que no dejará ir a Aid...
—Tampoco se nada de él...
Ambos se miraron a los ojos, intentando buscar la tranquilidad y la seguridad de estar en la realidad, cuando la mirada llena de palabras que no podían decir, expresó lo suficiente para hacerles ver que ningún sueño podría darles ese brillo; ambos temían los cambios de su ciudad
—Algo no esta bien en todo esto... No recordamos nada, hay cosas que aseguran que algo paso y ahora Aiden no aparece mientras Ingrid se esta besando con Andrew... —Danny se llevo las manos a la cara preocupada, Neal quitó sus manos mientras las acariciaba
—Hey, hey, vamos a resolver esto, ya lo hicimos una vez, lo haremos de nuevo, Ellie —Neal se resistía con su corazón a hacer alguna otra muestra de amor, pero en el fondo, sabía que ambos la necesitaban— Vamos a hacer un equipo, vamos a investigar todo, pero primero tienes que calmarte, hay que ubicarnos en donde estamos, hay que dejar que los demás lo hagan, y empezaremos, ¿si?
Estaban perdidos, pero cabía la posibilidad de que seguir ese camino, pudiera ser el infierno que los llevará al paraíso, o su destino final.
octubre 2021
Había una vez los personajes de cuentos que conocemos, o que creemos que conocemos, un día quedaron en atrapados en un lugar que les arrebato los finales felices, su propio mundo, así fue como sucedió.
Un joven apuesto cabalgaba en su corcel a través del bosque, como si tuviera alguna emergencia, portaba un saco de color rojo, con una imponente espada y capa, la mañana fría y nevada del bosque parecía querer detenerlo, pero no había obstáculo para el. Al ver un montón de gente rodeando lo que parecía ser un ataúd de cristal
—Llegaste tarde — la gente que rodeaba aquel ataúd, lo miro con tristeza. El bajo de su caballo, intentando procesar la noticia, camino hasta quedar enfrente del ataúd.
—¡No! ¡No! —Miró al ataúd por unos segundos, acercando su mano al cristal— Ábranlo
—Esta muerta, lo siento... —Uno de los chicos contestó. El chico bajo la mirada con frustración, negando. Alzó su mirada, llena de lágrimas
—Necesito despedirme... —Todos se miraron entre sí, con un suspiro, levantaron la tapa de cristal, dejando expuesto a la chica que estaba dentro de el. Piel blanca como la nieve, y un cabello de oro adornado con flores. El chico admiró a aquella chica, después de tomar valor, se acercó hasta quedar a escasos centímetros del cuerpo, y le plantó un suave beso. De inmediato, una "ola de esperanza" golpeó todo el reino, aquel galante joven, había roto un hechizo del cuál la rubia era prisionera.
Ella abrió los ojos de golpe, recuperando el aire, las miradas de ambos conectaron al instante, con una sonrisa
—Tu... llegaste a mi... —la chica colocó su mano en la mejilla de aquel príncipe aún recostada sobre el ataúd
—¿No creíste que lo haría? —aún con lágrimas, el acariciaba su cabello, luego, ayudo a la chica a sentarse
—¿Quieres la verdad? El ataúd de cristal me hizo dudar —no evitó soltar una ligera sonrisa mientras tomaba del cuello al chico
—No tienes de que preocuparte, yo siempre te encontraré... —El sonría, aún sin creer lo que pasaba
—¿Lo prometes?
La respuesta, era bastante obvia, un si de por medio, que los llevaría a comprometerse, y llegar al lugar donde las parejas felices se juran amor eterno, la iglesia, dispuestos a unir su amor en un solo ser. En el que debía ser el día más feliz de su vida, ¿no es así?
—Si quiero —aquel príncipe estaba lleno de orgullo en aquel momento
—Y tu, ¿Ingrid, quieres tomar a este hombre como tu esposo y amarlo para toda la eternidad? —El cura recitaba aquellas palabras, frente a la pareja de blanco.
La sala estaba llena de grandes invitados, con refinados vestidos y trajes, también había otros seres ahí presentes, hasta hadas, me atrevería a decir. Era el evento del año, la unión de dos héroes que habían luchado por su amor, ¿o no?
Nada podía ser más perfecto, toda esa semana, los dos organizadores, la dama de compañía de Ingrid, Phoebe Heller, y uno de los caballeros de la corte, Andrew Camelot; se la habían pasado midiendo cada detalle, como si supieran cada cosa que pasaría, con una exactitud curiosa.
—Todo esta saliendo de maravilla, pero, lindo... ¿Cuándo llega ese momento? —Phoebe hablaba con Andrew recargados en una pared del salón
—Muy pronto, según el libro de cuentos...
—Si quiero —Ingrid miraba enamorada al rubio que ahora podía llamar su esposo, Neal Nolan
—Ahora los declaro marido y mujer —todos empezaban a aplaudir celebrando el momento
—Ahora... —Andrew apenas alcanzó a susurrar con una sonrisa, cuando alguien entraría interrumpiendo el momento, antes del beso de los novios
—¿Llegó tarde? perdonen —En la entrada, se encontraba una temible mujer, llena de ropas de color oscuro, y una mirada tan aterradora pero tan sensual a la vez, sonreía malvadamente mientras empezaba a caminar hasta el altar, incluso aventando a un par de caballeros que intentaron detenerla, en su camino
—¡Es la reina, corran! —Ángel, una leal y pelirroja hada, miraba a la pareja con preocupación
Pero nadie se iba a meter con el día especial de Ingrid Arendelle. Rápidamente tomó la espada que su esposo tenía guardada en un costado del cinturón de su traje, y la apuntó hacia aquella mujer, a la que la llamaban "La reina malvada", sin saber que algún día, la llamaron "mejor amiga"
—Ella ya no es la reina... —aquella chica reía ante las palabras de la rubia— solo es una bruja malvada
—No, no... —el chico la tomaba de las manos— No te rebajes a su nivel —la reina solo miraba a la pareja, con una sonrisa que podría tonarse a risa, en cuestión de minutos, como burla. Ingrid bajó la espada — No malgastes tu tiempo, ya perdiste —Neal advirtió a la persona que alguna vez llamó "el amor de su vida", Danielle Mills, aquella reina malvada que siempre la obligaron a ser, estaba dando frutos— No voy a dejar que arruines esta boda
Danielle alzó las manos intentando parecer inocente
—Yo no vine aquí a arruinar nada, todo lo contrario... —Danny sonrió— he venido a darles un obsequio
—No queremos nada que venga de ti —Ingrid advirtió
—Lo tendrán de todos modos —Danielle respondió con el mismo tono amenazante, mientras empezaba a caminar rodeando el altar. Los invitados evitaban verla a la cara, llenos de miedo— Mi obsequio es que seas feliz —Hizo una mueca rodando los ojos— Que seas feliz hoy, pues mañana comienza mi trabajo —aquella villana se giró a ver a los invitados— Han dicho sus votos, ahora oigan mis votos —nuevamente, miró a la pareja— pronto todo lo que aman, lo que todos ustedes aman... les será arrebatado para siempre, y de ese sufrimiento, surgirá mi victoria —Ingrid miraba a Neal, procesando la situación— Yo destruiré toda esa felicidad... no voy a descansar hasta lograrlo —la mirada de la reina estaba llena de odio, sellando aquella amenaza, aquel juramento a la venganza. Se dio la vuelta por última vez, dispuesta a marcharse de aquel lugar
Neal miró a su esposa, tomó su espada, y se preparó llenó de furia. Nadie podría decir que alguna pizca de amor alguna vez existió entre la amenazante villana y aquel galante héroe, sería una locura, ¿correcto?
—¡Alto! —Aquello llamo la atención de la reina girándose a verlo, justo cuando lo hizo, el príncipe lanzo su espada con furia, intentando terminar con la vida de aquella chica; ella, en vez de estar asustada, sonrió con un toque burlón y desapareció en una nube de humo de la vista de los invitados, escapando de la escena. Todos estaban asustados, Neal inmediatamente abrazó a Grid, consolándola .
Tal vez ustedes alguna vez escucharon una historia muy familiar, pero sin duda, esto no era igual a lo que hayan leído, no podría serlo, siempre que existiera un pequeño margen de error en una ecuación perfecta para borrar una vida que si existió, de la mente de muchas personas.
—No hay vuelta atrás, esto apenas va empezando... —Una voz femenina se hacía notar del otro lado de lo que parecía ser un espejo, admirando toda la escena— ¿Qué saben del libro de cuentos?
—Aún nada, no hemos podido encontrarlo, esta perdido
—Carajo, esto será complicado... —se quedó unos minutos en silencio— Llamen a mi carruaje, iremos a Sherwood, y busquen una ruta por donde no puedan notar el viaje de nuestro transporte. —los empleados de aquella mujer, asentían, siguiendo sus ordenes.
24 de octubre de 2022
—¿Porqué crees que este haciendo esto? —Neal preguntaba en el carruaje mientras hablaba con Danny, al final aquella chica no pudo irse por su propia cuenta.
—No tengo idea, podrían existir miles de razones —Ambos se miraron, dejando que su contacto visual, dijera lo que no se atrevían a confesar.
—¿es loco, no? Ayer estábamos preparando una obra de teatro, y ahora, resulta que ya paso un año, no recordamos nada, y puede que estemos más perdidos que antes... ¿Has pensando en Nick?
—Claro que si... El hecho de que Amber y Andrew en Storybrooke Academy nos pintará como los malos, afecto de más lo que pasaría
—Jamás hablamos de ello, ¿sabes?
—Nos evitamos, luego nos peleamos, y nos volvimos a hablar, el hechizo llegó y... No había momento de que lo hiciéramos, Neal, no te culpo... Al final del día, pasaríamos un año sin recordar nuestra vida, ¿no? No es un dolor que permaneciera durante ese tiempo
—Pero si eras la reina malvada, aún así tuviste que pasar por algún sufrimiento Danny...
—Pero tampoco lo recuerdo, Neal, y ahora que hemos recuperado nuestra libertad, no quiero vivir en el pasado, el hechizo vino a darme una lección de que debía dejar de preocuparme por cosas que no fueran el presente, si... ahora tengo que investigar sobre lo que paso, pero ya no detendré mi vida por ello, dejaré que el tiempo decida que debe de pasar
—Puede sonar imprudente mi pregunta, ¿pero en ese plan, podría entrar que lo volviéramos a intentar?
Danny permaneció en silencio por unos momentos
—Puede que sí —Ella le sonrió levemente— Pero dejemos que el tiempo lo determine, tal vez, nosotros solo fuimos una etapa del otro, y ahora que podemos ser libres prácticamente, podemos encontrar otras pequeñas cosas que cambien todo... Se que el que volvieras a Storybrooke es como atrapar a esa alma aventurera que tanto tiempo estuvo suelta, tu eres el tipo de persona que quiere explorar más allá, porque no sintiera que lo hizo como debía... y yo, soy la persona que vio lo suficiente de mundos desconocidos, para saber que no dejaría nunca más Storybrooke —Neal permaneció callado, porque sabía que era cierto— Eso nunca cambiará el hecho de que te amo, y es precisamente por ello que te lo digo, quiero lo mejor para ambos, tenemos mucho que resolver aún... Porque nunca pudimos tener un verdadero nosotros
—Yo también te amo Dan, y esperaré todo lo que tenga que esperar, hasta saber el verdadero desenlace de nuestra historia —Sonríe— ¿pero qué planeas hacer?
—Quiero ayudarle a Brooke a saber sobre los Nottingham, quiero hacer un equipo, donde reclutemos a varios chicos del pueblo, y busquemos a todos esos chicos perdidos, busquemos respuestas sobre lo que paso durante este año, y tal vez podamos encontrarnos a nosotros mismos, en un mundo donde la profecía se cumplió, pero ya no nos molestará ni interferirá con toda la vida que nos queda, puede que si nos tardemos bastante, pero bueno, quiero que en dos años, en mi graduación, todo quede resuelto, lucharé mucho por ello, en dos años, quiero salir de la preparatoria y saber perfectamente quién soy
—Por eso te amo, eres grandiosa, sabía que era cuestión de tiempo, para ver a esa alma que jamás se rinde, y que siempre ha sido una gran líder. Jamás podría odiarte, jamás lo pude hacer por completo
—¿Y cuarto grado no existe? —Danny rio recordando la rivalidad que tenían—
—No te odiaba, me caías mal, nada más —Ambos siguieron riendo. En mucho tiempo, ninguno había visto esa sonrisa reluciente del otro en su máximo esplendor, aunque no lo dijeran, podrían pasar miles de cosas, y sabían que al final del camino, solo estarían ellos, y eso era lo que esperarían. — ¿puedo saber una última cosa? —Danny asintió— Si yo no hubiéramos estado saliendo con Ingrid y con Nicholas cuando te propuse matrimonio, ¿hubieras aceptado?
—Si —Danny contestó sin dudar— Si hubiera seguido así de enamorada, hubiera dicho que si, inmediatamente
—¿Así de enamorada? ¿O sea que ya no lo estas?
—Claro que si... Solo que, supe poner mi deber antes de mi corazón, aprendí a poner primero lo que debo hacer, y no lo quiero hacer... Es un debate entre mente y corazón que evito afrontar —Aquello sonó como un golpe directo a Neal, ninguno de los podría sacar alguna vez de su cabeza la frase "Es un debate entre mente y corazón que no entenderías, hay que elegir entre lo que debes hacer, y lo que quieres hacer"
Danny muy en el fondo, quería que el fuera el Robin Locksley de su Regina Mills, y Neal quería que ella fuera la Blancanieves de su David Nolan. La reina y el príncipe, esa si que era una historia que debía ser contada, pero ahora era complicado, nada era como la noche en la que se conocieron
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