18. so i can see my baby when i leave this world
ੈ ‧ chapter eighteen ; so i can see my baby when i leave this world
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'he is the half of my soul, as the poets say'
Madeline Miller
octubre 30, 81', Dublin
Poco más de un año había pasado desde que Regulus había partido, un año desde que todo el sentido en la vida de Magnus se había perdido por completo, a veces lo intentaba, de veras que lo hacía, pero nada parecía tener sentido en su vida desde que Regulus no estaba en ella.
Magnus ni siquiera podía irse a dormir tranquilo, ya que una ola de recuerdos comenzaban a atormentarlo, recuerdos en los que había sido feliz con Regulus. Su rutina se había vuelto, lo que se le podría llamar 'mecánica', todos los días se quedaba en su habitación para estar acostado todo el día y picaba algo de la comida que su hermana subía para él, pero nada más.
Genevieve estaba completamente preocupada por su hermano y Magnus sabía que no era justo para ella con tantas cosas pasando en su vida también, pero por más que intentaba abrirse con ella y finalmente poder desahogarse, todo parecía en vano. Magnus sabía que cuando Regulus se había ido, se había llevado todo con él.
Magnus no sabía bien qué hora era cuando decidió salir de su habitación por primera vez en meses, pero por la oscuridad de la noche, calculaba que eran más o menos las 8:30, había un diluvio afuera al que ni siquiera había prestado atención hasta que se levantó, si la lluvia seguía así, entonces dormiría bien esa noche.
Bajó hasta la cocina en donde seguramente se encontraría su hermana, ya que cuando no estaba encerrada en el estudio o la biblioteca, era ahí en donde se encontraba.
Magnus se sorprendió al escuchar murmullos provenientes de la cocina, así que abrió la puerta con cuidado.
— ¡Peter los está traicionando, Genevieve, tenemos que hacer algo! — La rubia mayor se talló los ojos con frustración — Sabes que lo haría yo, pero no me corresponde a mí, además, creo que era justo que lo supieras tú, no confío demasiado en Dumbludore.
— ¿De qué están hablando? — Preguntó Magnus entrando en la cocina y recargándose de la isla de mármol — Hola Lovegood.
Pandora se sonrojó al escuchar su apellido de casada y saludó al recién llegado con una sonrisa.
Genevieve negó con la cabeza, dedicándole una sonrisa tranquilizadora — ¿Cómo te sientes, cariño?, ¿Necesitas algo? — Preguntó para cambiar de tema.
— Estaba algo cansado de la cama.
— ¿Por qué no intentas dormir en la mía? Ese colchón ya debe tener un hueco de tanto tiempo que pasas ahí — Medio bromeó su hermana — Ve a descansar, Magnus, en un momento te subiré un té.
Magnus sabía que Pandora y su hermana le estaban ocultando algo, pero realmente no tenía ánimos para preguntar, así que simplemente asintió y salió de la cocina, sin embargo, en lugar de ir a su habitación, se dirigió hasta la playa.
— No es lo único por lo que vine, Genevieve — Dijo seria — Regulus y yo descubrimos... descubrimos cómo destruirlos, no había querido decir nada porque aún estaba intentado crear algún... hechizo que lo hiciera de una manera tan oscura, fue imposible, viendo las circunstancias, es imperativo que lo hagamos cuanto antes.
Cuando los pies de Magnus tocaron la arena, sintió que la realidad lo golpeaba con brutalidad, se suponía que estuviera ahí con Regulus, no solo, se suponía que todo saldría bien y tendrían vidas felices juntos, lejos de todos los prejuicios del Mundo Mágico y de su familia, pero no era así y todo por culpa de un mago estúpido y resentido que se creía superior.
Magnus lloró y gritó frustrado y cuando se cansó, se tiró en la orilla para escuchar el sonido del mar. No sabía cuánto tiempo pasó, pero cuando se sintió listo para volver, regresó hasta la casa para encontrarse a Pandora y a Genevieve, sentadas en la sala con expresiones preocupadas.
— ¿Todo bien? — Preguntó más tranquilo de lo que había sonado en los últimos meses, desde que Regulus se había ido, siempre lo acompañaba un tono de nostalgia y amargura.
— ¡Magnus! — Su hermana se abalanzó para abrazarlo — ¿Qué hacías afuera, es peligroso y... por qué tienes arena en los pies, estabas en la playa?
Magnus sonrío sarcástico — Tampoco intenté nada de lo que te imaginas — Dijo y puso una expresión más seria — Lo prometo.
Genevieve negó con la cabeza y simplemente abrazó con más fuera a su hermano.
— Magnus, tenemos que hablar.
— ¿Qué pasa? — Preguntó poniéndoles atención, por sus expresiones, podía deducir que algo realmente malo pasaba — Me están preocupando.
— Magnus, como sabes, Genevieve y yo hemos tratado de hacer hasta lo imposible para destruir los horrocruxes, no hemos tenido éxito — Magnus no lo sabía y se sintió horrible por eso, no era responsabilidad de ninguna y sin embargo, ahí estaban, incluso Pandora que había tenido una bebé apenas algunos meses antes — Regulus y yo lo descubrimos algunos meses antes de que él... de que él se fuera, Magnus, creímos que era magia demasiado oscura para hacerlo, pero, pasa que los Potter y Lily corren peligro, la destrucción de los horrocruxes y la protección de Harry podrían significar el fin de la guerra, finalmente todo esto acabaría, Magnus, la misión de Regulus...
Magnus la interrumpió en ese momento — ¿Quién es Harry? Perdón.
Genevieve bajó la mirada y Pandora la acarició en el hombro — Harry es el hijo de James y...
Magnus miró a su hermana con pena — Lo siento mucho, lo olvidé, siento que hayas pasado eso sola.
Genevieve sonrió a medias — Está bien, entiendo que tampoco está siendo fácil para ti.
Magnus suspiró mirando hacia el techo — Entiendo que tengan que hacer esto, teblo prometo que sí, Genny, pero... yo ya no puedo, volveré a Londres, sí, pero solo lo haré para que Maurice y Katarina me consigan algún matrimonio ventajoso o lo que sea que me mantenga alejado de este dolor, sé que encontrarán la forma.
— Magnus... — Genevieve miró a su hermano preocupada, por supuesto que sus padres encontrarían la forma, aunque es significara eliminar los recuerdos de su hijo — No puedes...
— Hasta mañana, Genny, Pandora — El castaño dejó un beso en la cabeza de su hermana y comenzó a subir las escaleras — Supongo que partimos en la tarde, después de... después de eliminar los horrocruxes.
¡!
Magnus se metió debajo de las cobijas, tapándose hasta la cabeza, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero estaba seguro que de habían sido varias horas cuando quedó quedarse dormido, no había podido dejar de pensar en Regulus ni un solo segundo.
Cuando Magnus despertó, sintió que no había dormido nada, bajó hasta la cocina refregándose los ojos y agarró una taza de la alacena para servirse algo del café que había dejado su hermana de la noche anterior.
— La última vez que estuve aquí, te escuché decir que el café era asqueroso y que solo lo tomabas por Genny, ¿Qué cambió? — Preguntó una voz detrás de él.
Magnus se dio la vuelta para llevarse la sorpresa más grande de su vida, ahí, detrás de él estaba Regulus, sentado en la isla de la cocina, dejando descansar su cabeza en sus codos. Tenía el cabello mucho más corto que la última vez, lo llevaba tal como lo hacía en Hogwarts y tenía una expresión de tranquilidad adornando su rostro.
Magnus se sorprendió cuando se dio cuenta que ambos vestían de pantalones beige y camisas blancas y que en la cocina, los rodeaba un aura de paz de la que no se había percatado antes.
— ¿Estoy muerto? — Preguntó Magnus
— ¿Por qué deberías de estarlo?
— Tú estás aquí, si esto no es lo bueno del 'más allá' no sé qué es.
Regulus sonrío — No estás muerto, Magnus.
Regulus se acercó hasta él tomando su mano — Hay cosas que has dejado... tiradas, ¿Por qué?, ¿Por qué dejaste nuestra misión?
La expresión de seriedad de Regulus, hizo que Magnus bajara la mirada apenado — ¿Y cómo lo iba a hacer Regulus?, ¿Cómo iba a hacer algo sin ti? No puedo hacerlo...
— Magnus... — Regulus tomó su rostro entre sus manos, acariciándolo, Magnus ya no recordaba cómo se sentía su toque — Tienes que terminar con lo que empezamos, si no lo haces, Genevieve y Pandora están en peligro, si él no cae antes de que tu hermana avise a Potter, él hará hasta lo imposible por eliminarla, se convertiría en una amenaza y lo sabes.
— Regulus...
— Tienes que terminar con esto, Magnus, destrúyelos, Pandora y Genny te explicarán — Dijo ante sde dejar un beso en su frente — Tengo que irme...
— Regulus... espera — El pelinegro se quedó en su lugar — ¿Por qué?
— ¿Por qué? — Preguntó con confusión.
— Ya sabes a qué me refiero — Dijo sintiendo que algunas lágrimas rodaban por sus mejillas — ¿Por qué me dejaste? Nuestra historia... fue muy corta.
— Eso no la hace menos extraordinaria, ¿Verdad?
Ambos sonrieron con lágrimas en los ojos.
— Supongo que es momento de que te vayas — Dijo Magnus con lágrimas en los ojos.
— Supones bien.
Magnus abrazó a Regulus con fuerza — Reggie...
— Ya lo sé — Dijo como si pudiera leer su mente — Yo más.
¡!
Magnus se levantó tarde al día siguiente, pasaba de la una cuando finalmente pudo dejar su habitación, solo que ahora tenía un propósito, se preparó tanto como pudo, se puso ropa cómoda y en una morral que había tejido Genevieve, guardó todo lo que creyó que podían necesitar.
Cuando Magnus estuvo listo, le tomó un tiempo dejar la habitación y no era para menos, no sería sencillo despedirse del lugar que fue su hogar y en el que vivió tantos recuerdos con Regulus así de fácil.
En el momento en el que Magnus finalmente bajó, se dio cuenta de que la casa estaba completamente vacía, Pandora y Genevieve terminaban de empacar las últimas cosas, mientras que Kreacher aparecía y desaparecía con ellas.
— ¿Qué hacen?
Ambas rubias se quedaron atónitas por verlo ahí, bañado y cambiado por primera vez en meses, incluso de había afeitado, devolviéndole el aspecto jovial que solía tener estando en Hogwarts.
— ¿Qué haces tú?, ¿Todo bien... ?
— Mejor que nunca, Genny, tenemos que destruir los horrocruxes y acabar con esto de una vez — Sentenció — Esta noche.
Genevieve y Pandora dedicaron el resto de la tarde a despejar la casa, a Magnus le dolía lo que tendrían que hacer, había demasiados recuerdos ahí, pero sabía que era lo mejor, era lo que el sacrificio de Regulus merecía.
Cuando la noche comenzó a caer, solo quedaban los tres en la casa, con los cinco horrocruxes esparcidos en el suelo, era hora.
— Entonces... ¿Quién lo hará? — Preguntó Pandora.
— Yo lo haré — Dijo Magnus — Conjuraré el fuego maldito desde la entrada, después de eso, tendremos que hacer una aparición en Belfast, después una en Escocia, ese será el plan hasta que lleguemos a Londres, ¿Está bien? De ahí, nos dividiremos.
— ¿No sería más sencillo simplemente aparecernos en Gales y de ahí llegar a Londres? — Preguntó Pandora — De hecho, para Genny sería muy convenuente llegar a Gales.
— No es seguro que crucemos una distancia tan lejana dividida por el mar — Dijo Magnus — Nos tardaremos al menos unas dos horas hasta llegar a Londres, será más seguro y la distancia será relativamenete corta para que Genny no tenga que hacer más de una aparición y llegar segura a Devon, confíen en mí, además, encontré esto.
Magnus sacó un cubo pequeño, similar a un pequeño pastel que hizo que las chicas se miraran intrigadas.
— ¿Qué es eso? — Preguntó su hermana.
— Estaba en las cosas de Reggie, investigué un poco, al parecer se llama Ambrosía, creo que puede curar heridas y todo eso... no recomendable en muggles, tomen un poco cada una — Dijo extendiendo el pastel.
— ¿Qué pasará con la casa? — Preguntó Genevieve.
— Descuida, el fuego llegará hasta donde termina el encantamiento Fidelio — Aclaró Magnus — Ahí se romperá y el fuego cesará, pero tenemos que salir de aquí antes de que la casa se consuma, ¿Entendido?
Los tres jóvenes salieron de la casa y dejaron a Magnus conjurar el hechizo, viendo antes sus ojos, como esa casa que conocían demasiado bien y que de alguna forma había sido su hogar, comenzaba a arder.
— Hora de irnos — Dijo Magnus con un nudo en la garganta.
¡!
Las apariciones fueron relativamente sencillas, al menos ninguno había sufrido la tan famosa 'despartición' cuando llegaron a Londres.
Los tres chicos se encontraban en un callejón oscuro, por lo que habían notado, la ciudad estaba hecha un desastre, no había duda de que había mortífagos asechando, ya que una ola de energía negativa cargaba el lugar.
— ¿Y ahora? — Preguntó Pandora rompiendo el silencio.
— Tú vete a casa con tu esposo y tu hija, refúgiate
— Pero...
Magnus la abrazó con fuerza, era la primera vez que la abrazaba y se sentía en una situación completamente incorrecta, no se suponía que fuera así — Pandora, vete, tienes mucho porque vivir, nosotros nos encargaremos de esto, ¿Bien?
La rubia asintió no sin antes despedirse de sus dos amigos, diciéndoles que se verían más pronto de lo que imaginaban y simplemente desapareció.
Los dos hermanos se quedaron solos.
— ¿Magnus...?
— Ahora me vas a escuchar tú a mí, Genny — Dijo tomándola de los brazos — Tienes que ir, tienes que salvarle el culo al estúpido de Potter y mantenerte a salvo, ¿Okay?
La rubia asintió.
— Una cosa más, lucha por ese amor, vale la pena.
— ¿Tú qué harás? — Preguntó la rubia.
— Tengo que acabar con lo que empezamos Regulus y yo... — Dijo dedicándole una sonrisa triste.
Genevieve lo miró con temor — Magnus, no...
— Sabes que es necesario, una vez te pedí que me dejaras ir, que era hora de que hiciera las cosas por mi cuenta, no me dejaste hacerlo — Dijo acariciándole la mejilla — Sigue a tu corazón esta vez, ¿Sí? Yo estoy siguiendo al mío.
— Magnus...
— Promételo.
Genevieve sintió que las mejillas comenzaban a rodar por sus mejillas — Te lo prometo — Dijo antes de abrazarlo — Te amo Magnus, siempre vas a ser mi hermanito, donde sea que vayas, donde sea que estés, lamento siempre haber sido egoísta cuando se trataba de ti.
— Yo agradezco que lo hayas sido, no sé qué habría sido de mí sin ti — La abrazó con fuerza — Te amo, Genny, pero ahora ve, necesitas asegurarte de llegar a tiempo.
Genevieve desapareció tal como lo hizo Pandora, dejando a Magnus completamente solo.
Magnus comenzó a recorrer las calles de Londres y pasada una hora ya había logrado deshacerse de la mayoría de mortífagos en el perímetro.
El jóven Rousseau no sabía qué hora era, sin emabrgo, calculaba que pasaban de las 12:00 a.m. Cuando escuchó gritos provenientes de un callejón.
— ¿¡DÓNDE ESTÁ ÉL!? ¡DÍGANLO! — Magnus reconocía muy bien esa voz, lamentablemente la había tenido que escuchar más veces de las que le hubieran gustado.
— No lo sé — Chilló una mujer — No lo sé, por favor déjenos en paz... Barty...
— ¡CÁLLATE! Maldita traidora, ¡Crucio! — La ujer volvió a gritar y Bellatrix se río como si estuviera completamente loca y lo estaba.
Magnus se acercó a la escena, con posición en guardia.
— Diría que es un placer, pero realmente no es así — Dijo el jóven — Lestrange, Crouch, Black... tú eras la menos deseada de ver.
— Ahora es Lestrange, de hecho, pero miren qué ha quien ha traído el viento — Dijo la mujer — ¿A dónde dejaste a mi querido primito, eh? — Río burlona — No sé qué es lo que haya pasado, pero... mi tía Walburga quedó destrozada cuando su rama se marchitó, si sabes de lo que hablo.
Magnus se acercó hasta la mujer clavando su varita en su cuello, haciendo que los otros tres, se pusieran en guardia — ¡NO TE ATREVAS A REPETIR SU NOMBRE!
En un movimiento ágil, el Rousseau aturdió a los Longbottom, haciendo que se quedaran inconscientes, por lo que había visto, estarían bien cuando despertaran y cuando eso pasara, él y todos los mortífagos, ya estarían en Azkaban.
— Así que te querías divertir tú solo, ¿Eh? — Preguntó Bellatrix apenas logrando hablar, ya que el agarre de Magnus era fuerte.
— De hecho no.
Rodolphus no perdió más tiempo y lo atacó, haciendo que comenzara un duelo cuatro contra uno, Magnus podía estar orgulloso porque a pesar de estar muy oxidado, les llevaba una gran ventaja.
No sabía cuánto tiempo había pasado desde que habían estado peleando, pero podía sentir sangre salir de su cuerpo y su cabeza punzar, ya era hora, lanzó un par de luces rojas hacia el cielo con un mensaje claro, sabía que todo estaba listo, aún así, quería asegurarse de que su hermana estaría bien.
— ¿Por qué estaban aquí en un principio? Por cierto — Preguntó — ¿A quién buscaban con tanta urgencia?
Bellatrix gruñó, lanzándole un hechizo, el cual esquivó.
— Ya lo sé, su señor no ha aparecido, ¿Eh?, Alguna idea, Bella? — Tentó.
Magnus sentía que ya no podía consigo mismo, le dolía el cuerpo, le dolía la cabeza y sabía que no resistiría ese tipo de combate por mucho tiempo más, pero necesitaba hacer un poco más de tiempo.
No supo cómo ni cuándo, pero en un momento de distracción, Magnus fue atacado por los cuatro mortífagos quienes comenzaron a atacarlo con Crucios, al principio no pudo evitar gritar como desquiciado por el dolor que estaba sintiendo, sin embargo, este fue cesando conforme iba perdiendo la consciencia, realmente estaba muy cansado para siquiera quejarse.
Pasados algunos minutos, varios aurores aparecieron en la escena, rodenado a los mortífagos — Sorpresa — Dijo con una sonrisa cansada, sintiendo como comenzaba a toser sangre.
— ¡MALDITO TRAIDOR! — Gritó Bellatrix y antes de que los aurores la pudieran atrapar, logró lanzar una última maldición, mientras reía como loca — Te reuniré con mi primo, ¡Avada Kedavra!
Y Magnus solo pudo pensar en una cosa antes de que el rayo verde lo golpeara, Regulus.
¡!
author's note: aah! al fin llegamos
al final, ¿Les gustóoo? espero que
sí porque ha sido uno de los mejores
caps que he escrito y lo hice con
todo mi amor.
gracias a todas las personas que leyeron
esta historia, de verdad no me cabe la
felicidad en el cuerpo, muchísimas gracias
en serio, me sigue costando creer que
después de dos años de su primera
publicación, logré corregir esta historia
de esta manera, estoy satisfecha y lo
que le sigue.
de nuevo gracias, espero poder leernos
en alguna otra historia, más adelante
que ya tengo un fic de Cedric en mente
y otro de Theodore Nott que va agarrando
forma, gracias. :)
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