14. welcome to the beggining of the end

 ੈ ‧ chapter fourteen ; welcome to the beggining of the end

Volver a Hogwarts era un sentimiento completamente extraño para Magnus, aquel sería su último año y a decir verdad, no sabía qué esperarse con exactitud. Siempre había pensado que cuando estuviera en séptimo, ya estaría casado, al menos comprometido y nada de eso había pasado, al contario, salía con alguien a quien amaba y una guerra estaba por desatarse, tal vez tenía que empezar a no hacerse de muchas ideas.

Durante aquellos días las cosas se sentían 'diferentes' por decirlo de alguna manera, las personas se casaban pronto o conseguían empleos, pero Magnus realmente no sabía qué haría después de Hogwarts, ¿Qué se supone que las personas como él y Regulus hicieran? Sabía que quería estar con él durante el resto de su vida, tener hijos si es que eso era posible y vivir lejos de las miradas acusadoras que pudieran recibir, sin emabrgo, sabía que probablemente eso no era lo que pasaría, desde luego, ambos se casarían y tendrían hijos y casas bonitas, pero lo harían con otras personas que con algo de suerte, aceptarían su relación.

Otra cosa que lo tenía preocupado, era que Genevieve aún no sabía nada de sus nuevas 'ocupaciones', de alguna manera eso lo hacía sentir más seguro, tal vez así ella estaría a salvo, aunque Magnus bien sabía que su hermana tenía una especie de don para  saber cuando las cosas andaban mal y se temía que tarde o temprano se iba a enterar y para ser honesto, le preocupaba cómo lo podría tomar, ella había hecho muchos sacrificios por él para que el la primera oportunidad se hubiera unido a las personas que hacían daño a las personas diferentes o con ideas diferentes, específicamente, a personas como ella. 

Por otro lado estaba Regulus, quien había estado desaparecido durante las últimas semanas, muy parecido a lo que había pasado el año pasado, solo que ya no podía haber nada peor que convertirse en motífago, lo que lo calmaba de algún modo.

Magnus se encontraba por subir al tren, despidiéndose de su madre, quien para ese momento ya le había acomodado el uniforme al menos tres veces.

— Y recuerda...

— Esforzarme y no decepcionar a la familia — Dijo rodando los ojos — Ya lo sé, madre.

— Precisamente, Magnus — Katarina miró por encima de su novio y Magnus pudo saber que Regulus ya se encontraba ahí ya que su madre había torcido el gesto, dejando en su rostro una mueca de desprecio que aparecía cada que el chico Black estaba cerca — Ten cuidado con esa... relación — Susurró en su oído fingiendo que lo abrazaba — Tal vez a tu padre no le importe, pero a mí sí, así que recuérdalo, Magnus, un solo error y no serás tú el que lo pagará.

— ¿De qué hablas?

Katarina sonrío de manera torcida — Creo que sabes perfectamente de lo que hablo, cielo, Maurice y yo acepatamos tu... tu 'problema', sin embargo, perfectamente sabes que a Walburga y Orión no les gustan los fenómenos en su famlia y mucho menos si se trata de su heredero, así que, ¿Quién sabe? Tal vez quieras ser precavido, o nosotros seremos los invitados de honor al matrimonio de tu querido Regulus, tal vez eso te gustaría, ¿No?

La mirada de Magnus se oscureció, mirando a su madre con puro desprecio — Ni siquiera tú te atrevería a llegar a eso.

— Pruébame, Magnus, pruébame y verás de todo de lo que soy capaz.

Antes de que el jóven pudiera responder, la familia Black se acercó a ellos.

— Katarina, que gusto me da verte.

— Lo mismo digo, Walburga — Saludó Katarina con una gran sonrisa y Magnus tuvo que rodar los ojos por la forma en la que actuaba su madre — Precisamente le comentaba  mi hijo lo complacida que me siento por su amistad con Regulus.

— Tal como nosotras lo fuimos.

Katarina sonrío.

— ¿Y Maurice? — Preguntó Orión indiferente a su conversación — Esperaba verlo por aquí.

— Bueno, Maurice tuvo... algunos asuntos de los cuales encargarse.

— Oh, claro — Respondió el patriarca de los Black como si con esa vaga explicación hubiese entendido todo — Pues supongo que nosotros también nos despediremos ya que también tenemos akgunas cosas de las que debemos encargarnos.

  — Por supuesto — Katarina volvió a abrazar a su hijo — Recuerda de lo que hablamos, Magnus, no lo arruines.

Después de despedirse de los Black, Regulus y Magnus subieron al tren para ocultarse en un vagón, fue sencillo encontrar uno debido a que la mayoría de magos y brujas jóvenes perderían el año, ya que sus padres estaban temerosos con respecto a lo que estaba pasando. Magnus no podía evitar sentirse culpable, de alguna manera, eso también era su culpa. 

Cuando por fin se sentaron, Magnus finalmente pudo observar a Regulus con atención por priemra vez desde su reencuentro; había grandes ojeras debajo de sus ojos grises que parecían moretones, tenía la mirada cansada, su cabello parecía más largo de lo normal y su piel estaba tan pálida que parecía estar enfermo.

Regulus sonrió sin ganas en su dirección, sintiendo su corazón achicarse, realmente quería aparrentar que todo estaba bien aunque por dentro estuviera cargando demasiado.

— Bueno, ya puedes decirme qué pasa.

Regulus negó con la cabeza — No sé de qué hablas.

Magnus rodó los ojos — Regulus, te conozco lo suficiente como para saber que algo está mal, pareces... un vampiro y no precisamente de los que brillan bajo el sol.

— No creo que los vampiros... — Regulus se calló al notar la mala mirada de Magnus — No pasa nada realmente, he estado ocupado haciendo algunas investigaciones con Pandora, es todo.

— Con Pandora, ¿Eh?

— Vamos Magnus, es más probable que tú te cases con ella a que algo pase entre nosotros — Se burló Regulus — No estés celoso.

Magnus lo ignoró — ¿Qué tipo de investigaciones estás haciendo?

Al no recibir una respuesta, Magnus volteó a ver a Regulus, encontrándolo dormido y no pudo evitar sonreír — Descansa, Reg, yo cuidaré de ti.

¡!

Después de muchas horas horas de viaje y de que el tren se detuviera cada cierto tiempo, los pocos alumnos que abordaban el tren, finalmente habían llegado a Hogwarts, el castillo parecía un lugar completamente diferente, como si ya no tuviera vida, estaba más oscuro en todos los sentidos posibles y que el discurso anual del profesor Dumbledore terminara con un 'Tiempos oscuros se acercan' y 'Estaremos preparados' no había ayudado demasiado a levantar los ánimos.

Durante la cena, Regulus había estado distraído, aunque también había estado intentando tomar la mano de Magnus, quien se había apartado una y otra vez, recordando las palabras de su madre.

Cuando el banquete de bienvenida terminó, todos se dirigieron a sus salas comunes, realmente no había tanto ajetreo ya que no había más de treinta alumnos nuevos, los cuales sorpresivamente la mayoría, habían sido sorteados en la casa de Salazar que aunque jamás había tenido muy buena fama, en ese momento todo er peor, no había persona que no los mirara con desprecio y si Magnus era sincero, tal vez se lo merecían.  

— Bueno, eso fue...

— Eso fue horrible — Magnus terminó la oración de Regulus.

— Iba a decir incómodo, pero sí, supongo que 'horrible' también funciona.

— Estúpido castillo, estúpido Dumbledore y Katarina...

Regulus detuvo a Magnus de inmeadiato — Bien, ¿Qué pasa? Ya puedes decirme.

Magnus resopló molesto — Katarina me amenazó con decirles a tus padres si tú yo... no somos más cuidadosos, me dijo que te casarías con alguien más si ellos lo descubrían y sé que eventualmente nos va a pasar, pero... no esperaba que tan pronto.

Regulus sonrío comprensivo — Nadie nos va a separar, Magnus, eso te lo prometo. Solo la muerte va a lograr que me aleje de ti.

— No digas esas cosas — Sonrío Magnus de mejor humor.

Regulus lo abrazó con cariño, sin embargo, el contacto se tuvo que acabar pronto, ya que Pandora llegó junto a ellos dando un carraspeo.

— Lamento interrumpir, pero hay algo que deben saber...

Regulus la miró con preocupación al notar su expresión asustada — Entonces no hay tiempo que perder.

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