12. somewhere in the haze

 ੈ ‧ chapter twelve ; somewhere in the haze

Para Magnus, los últimos meses habían sido completamente nulos y sin nada digno de mencionar, parecía que Hogwarts estaba sumido en una calma tan extraña, que sólo podía significar que lo que se acercaba era realmente malo.

En cambio para Regulus cada día en ese castillo y realmente en cualquier lugar se convertía en un martirio cada vez más grande, al principio, el jóven Black se había sentido honrado por poder pertenecer a las filas de Lord Voldemort, sin embargo, durante las últimas semanas, ya no se había sentido tan seguro, conforme el tiempo avanzaba, el nivel de dificultad de sus misiones aumentaba. Por si fuera poco, Magnus aún no sabía absolutamente nada sobre sus nuevas 'aspiraciones' y si era completamente honesto consigo mismo, estaba aterrado. Aterrado porque lastimaran a Sirius, a Magnus quien aún no recibía la marca, incluso a Genevieve a quien le había agarrado mucho cariño.

Y con respecto a los Rousseau, la Navidad del 77' los Black cenarían con el matrimonio y su hijo y Regulus vaya que quería dar una buena impresión, incluso estaba estrenando una túnica a la medida que su madre había mandado a confeccionar para él.

Regulus no había visto a Magnus desde que salieron de vacaciones, debido a todo el asunto de los mortífagos, así que a decir verdad, estaba algo emocionado.

Tomó su abrigo y su bufanda, acomodó su cabello hacia atrás y finalmente salió de la habitación.

— ¿Amo Regulus? — Le habló Kreacher saliendo de la habitación — Que tenga buena noche con el jóven Rousseau, señor.

Regulus sonrío en dirección al elfo, dándole un asentimiento con la cabeza.

Bajó hasta la sala encontrándose con  sus padres quienes no paraban de parlotear sobre lo contentos que se encontraban con su amistad con Magnus, Regulus sonrío irónico.

— Madre, padre — Saludó.

— Oh Reg, que bueno que estás listo — Su madre de acercó para tomarlo del rostro, mirándolo con orgullo — Justo a tiempo.

— ¿Pues qué esperamos? Vámonos.

Los Black llegaron a la mansión Rousseau por medio de la red flu, Regulus la detestaba, odiaba ese desagradable tirón en el estómago cada que la usaba y Magnus lo sabía, así que para cuando Regulus llegó, él ya lo esperaba con una sonrisa de burla en el rostro.

— ¡Regulus! Que gusto verte por aquí, muchacho — Lo saludó Maurice, lo que hizo a Magnus mirarlo curioso — Me han contado muchas cosas de ti, muy jóven, deben estar orgullosos.

Orión sonrío con suficiencia — Y lo estamos, Maurice, ¿Por qué no lo celebramos con un buen coñac?

— Suena bien para mí.

Katarina rodó los ojos ante el comentario de su esposo, para después dirigirse a Walburga con una sonrisa bastante forzada a opinión de los más jóvenes en la sala.

— Pero por favor pasen, nos espera una deliciosa cena.

Los adultos avanzaron hasta el comedor, sin embargo, Regulus no se movió ni un centímetro, indicando a Magnus que quería un momento a solas con él.

— Estás más guapo que siempre — Lo aduló Magnus — Pero honestamente te prefiero con el cabello hecho un lío.

— Quería dar una buena impresión — Dijo Regulus simplemente encogiéndose de hombros.

— Pero ya veo que no la necesitas, 'Muchacho', 'Deben sentirse orgullosos de él', ¿Qué fue eso, Reggie? — Preguntó Magnus burlón, pero Regulus no río en lo absoluto, de hecho, su semblante se volvió serio y duro.

— ¿Por qué no pasamos al comedor?

— Nunca quieres cenar en el castillo y hoy estás ansioso por ir al comedor, ¿Está todo bien?

— Bueno, tu madre no me quiere mucho y dudo que lo haga si la hacemos esperar.

Ambos comenzaron a caminar lentamente.

— No es que no le agrades, pero... ella se da cuenta de algunas cosas y bueno, creo que jamás se esperó que fuera a llegar así de lejos con alguien.

— Con otro chico, ya entiendo... Vaya, tal parece que Katarina es demasiado observadora y Walburga no lo es en absoluto, ella está complacida con... ah, ¿Cómo lo llamó? — Rascó su cabeza fingiendo que trataba de encontrar la palabra — Oh, sí, nuestra amistad.

Magnus sonrío rodando los ojos divertido y simplemente se acercó hasta Regulus, sin embargo, este lo detuvo rápidamente, ahora haciendo que realmente volteara los ojos — ¿Qué pasa?

— Alguien puede entrar.

Y casi como si Regulus lo había previsto, una elfina se les acercó haciendo una reverencia exagerada.

— La ama Katarina los espera en el comedor, jóven Magnus.

Magnus le sonrío cortamente — Gracias Twinkle, estaremos ahí en un momento — Esperó a que la elfina saliera y volvió a donde estaba en un principio — Así nos podemos ausentar temprano, ¿No te parece?   

El Rousseau tomó a Regulus del cuello para acomodar su moño y de paso darle un beso rápido — ¡Buenas noches! — Saludó con el carisma que lo caracterizaba.

— Los esperábamos hace ya varios minutos, Magnus, ¿No crees que es de mala educación hacer esperar a nuestros invitados?

Maurice quien para ese momento ya llevaba dos copas de vino, rodó los ojos, dando un suspiro que no fue difícil de ignorar — Katarina... déjalos, por favor, son jóvenes y seguramente tenían que ponerse al día después de no verse, recuerdo que después de las vacaciones, yo también conversaba por horas sobre las novedades, ¿Lo recuerdas, Orión?


— Por supuesto, por supuesto, yo estoy de acuerdo con Maurice.

Magnus mostró una gran sonrisa a Marcus y Orión — Precisamente padre, señor Black, pero que hombres tan listos son — Dijo haciendo que los dos sonrieran complacidos.

La cena transcurría con tranquilidad, al menos tanto como se podía. Había habido algunas preguntas ocasionales, en su mayoría dirigidas a Magnus y otras hacía Regulus, quien de vez en cuando, tenía que darle pequeños golpes por debajo de la mesa al chico Rousseau, para que controlará un poco su característica irreverencia que aunque tenía fascinados a Walburga y Orión, a Katarina parecía que la tenía demasiado afectada como para siquiera hablar, ya que simplemente se dedicaba a tomar de su copa de vino que para ese momento ya había sido rellenada al menos tres veces.

Magnus conversaba en voz baja con Regulus, cuando la conversación de los mayores lo atrajo.

─ Y estamos tan complacidos porque Regulus esté en las filas del señor...

─ Mamá ─ Regulus trató de detenerla de inmediato, sin embargo, Magnus no iba a dejarlo pasar.

─ ¿Del señor? ─ Preguntó el Rousseau, con el ceño fruncido.

─ Madre, por favor no.

─ No seas tan modesto, Regulus ─ Dijo Katarina casi con burla — Todos estamos muy orgullosos de lo que has logrado, créeme.

─ Del Señor Tenebroso, querido — Soltó Walburga sin más.

Magnus sintió como todo su cuerpo se adormecía con la información recibida, no era cierto, no podía ser cierto, por más que trataba de entenderlo, no sabía qué pensar, de hecho, ni siquiera lo podía procesar. Pasaron varios minutos hasta que sus oídos parecieron funcionar de nuevo y el pitido incesante se detuvo, permitiéndolo volver a la conversación.

— Nosotros esperamos que para el próximo año, nuestro Magnus se pueda unir — Comentó Marcus con orgullo.

Aquella nueva información le cayó como bomba a Magnus, pero realmente, ni siquiera la podía digerir, simplemente se limitaba a mirar con molestia a Regulus.

— ¿Todo bien, hijo? — Preguntó Katarina pareciendo que disfrutaba de la escena — Creímos que lo sabías, después de todo, parece que Regulus y tú son tan buenos amigos...

— Pues parece que a Reggie se le pasa comunicar algunas cosas — Dijo molesto provocando un silencio incómodo — Pero supongo que es normal, después de todo, hemos estado algo ocupados con algunas cosas, de las que de hecho, es indispensable que me ocupe en este momento, si me disculpan.

Magnus se levantó torpemente de la mesa, recibiendo miradas curiosas por parte de los señores Black.

— ¿Qué cosas, Magnus?

— Cosas de carácter urgente, madre, no te aburriré con los detalles, sé cuánto odias los parloteos sin sentido.

Katarina lo miró con una ceja alzada — ¿Y es necesario que hagas esto precisamente en la víspera de Navidad?

— Lo es, madre.

— Ya puedes dejarlo en paz, mujer — Bufó Maurice ante la insistencia de su esposa — Te puedes retirar, Magnus.

El jóven dio un asentimiento a sus invitados y simplemente salió del salón tratando de poder respirar de nuevo.

Regulus no tardó en seguirlo, lo tomó de la mano con fuerza y los guió hasta un salón vacío, en donde no tardó en besar a Magnus con fuerza y aunque al principio, este le correspondió igual de animado, terminó separándose bruscamente.

— ¿Qué te pasa, Regulus?

— Magnus, yo no...

— ¡No! — Gritó furioso — ¿Cuándo querías que me enterara?, ¿Acaso planeabas que un día simplemente llegara a esas reuniones y te encontrara ahí? O tú dime, parece que a pesar de todo, no me tienes suficiente confianza.

— No es eso... solo no encontré el momento preciso.

— ¿En serio? — Preguntó irónico — ¿En cuatro meses no encontraste el 'momento preciso?

— ¡Tenía miedo! Tengo miedo, ¿Qué hubieras hecho tú si hubiera sido al revés, eh?

— Definitivamente no ocultarlo.

— Eso dices ahora.

Ambos se quedaron callados por varios instantes, hasta que Regulus volvió a romper el silencio — No me dejes.

Magnus rodó los ojos dando un suspiro largo — ¿Cómo podría? Pero entiendes que en este momento necesito pensar, ¿Verdad?

Regulus asintió y se acercó para darle un beso en la mejilla, después de eso, simplemente se retiró deseando que todo estuviera bien entre ambos.

¡!

Los días avanzaban con rapidez después de Navidad y el regreso a Hogwarts parecía cada vez más próximo, desde aquella cena, Magnus y Regulus no habían hablado en lo absoluto, a veces el Black le enviaba cartas, pero Magnus jamás las contestaba y no precisamente porque estuviera molesto, sino porque había estado reflexionando demasiado aquellos días y no se sentía listo para hablar con él.

Durante aquella frío mañana de invierno, Magnus buscó verse lo más presentable y cuando se sintió listo, se dirigió hasta la chimenea para desparecer por medio de la red flu, sintiendo ese típico agujero en el estómago.

Al llegar a su destino, un elfo lo recibió — Eh... hola, estoy buscando al señor Malfoy.

— Dobby se encargará en seguida de buscar al amo Malfoy.

Antes de que Magnus pudiera contestar, el elfo se retiró a toda prisa — Gracias Dobby... supongo — Dijo sintiendo como su voz se iba apagando y simplemente se dedicó a observar la decoración del lugar, que la verdad era que no era muy llamativa, aunque sí, notablemente costosa.

Después de varios minutos, un hombre mayor de cabello rubio platinado se acercó a él — Magnus Rousseau,  ¿Me equivoco?

— No, señor.

— Qué sorpresa tenerlo por aquí, ¿Lo podemos ayudar en algo?, ¿O a qué se debe esta visita?

— Vengo dispuesto a... — Realmente no había forma sencilla de decirlo, así que Magnus se tuvo que obligar a tragarse el nudo que comenzaba a sentir en su garganta para poder continuar — estoy dispuesto a ofrecer mis servicios y entera disposición.

— Ya veo... creí que tus padres habían decidido esperar hasta que fueras lo suficientemente mayor como para unirte a nuestras filas.

— Y lo hicieron, pero creo que estoy listo y cuanto antes, mejor. Es importante elegir un bando en estos momentos tan decisivos y yo no pienso seguir perdiendo el tiempo — Mencionó con tanta seguridad que casi se lo creyó.

— Estoy de acuerdo, muchacho — Abraxas Malfoy lo miró satisfecho con su respuesta — Ojalá mi hijo hubiera sido más como tú.

Magnus sonrío asintiendo y Abraxas extendió su brazo para dejarlo adelantarse a la oscuridad de su estudio, sin saber que saliendo de ahí, ya nada volvería a ser igual jamás.

— ¿A quién tenemos aquí? — Preguntó la voz fría de lo que se suponía que quedaba de un hombre.


¡!

author's note: la verdad es que
me tardé bastante escribiendo este
capítulo, pero puedo decir que
estoy más que satisfecha con el
resultado, espero que lo hayan
disfrutado mucho.
   

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top