11. too good to be true

 ੈ ‧ chapter eleven ; too good to be true

Volver al castillo después de las vacaciones, nunca había sido completamente emocionante pata Regulus, sin embargo, el sexto año parecía darle algo de optimismo. Durante su tiempo en el Grimmauld Place, Regulus había recibido nada más y nada menos que la marca tenebrosa, Walburga y Orión habían movido sus influencias para que su hijo la pudiera obtener y así como su prima Bellatrix y sus primos políticos Lucius y Rodolphus, fuera un fiel servidor al señor oscuro.

Desde ese día, Regulus había sentido revuelto el estómago, creía que era algo bueno, su madre le había dicho que pertenecer a los seguidores de Lord Voldemort era un gran honor, pero por otro lado, también estaba algo asustado, Magnus aún no sabía nada de aquel suceso y Regulus no tenía ni idea de cómo decírselo, los señores Rousseau eran supremacistas, por supuesto, pero nadie nunca los había mencionado o los había visto por ahí, lo que le daba a entender que no estaban interesados en elegir un bando y eso lo preocupaba más, ya que si en algún momento los consideraban traidores, todos correrían peligro.

Durante los últimos días, Regulus había estado recibiendo bastantes miradas y saludos por parte de sus compañeros de casa, la mayoría mayores que él, por supuesto, eran algunos chicos que había visto en varias de las reuniones a las que había ido a la mansión Malfoy.

— Estás bastante popular este año, Reggie — Comentó Magnus con burla — ¿Me debería poner celoso?


─ No es nada ─ Regulus se acercó a Magnus para sujetarlo del brazo ─, me extrañaste ─ Afirmó.

─ Por supuesto que te extrañé Regulus, dos semanas sin ti fueron un martirio, como espero, te puedas imaginar.

Regulus rodó los ojos divertido — Sí, Magnus, yo también te extrañé.

─ Es bueno oír eso — Dijo pensativo — Cuando no estuviste... Maurice y Katarina mencionaron algunas cosas, ¿Sabes? Planes para mí y un buen augurio para el futuro, en fin, cosas de ellos, supongo.

Regulus se tensó en ese momento, sabía que no había posibilidad alguna de que Magnus supiera sobre las recientes noticias, pero su madre y Katarina eran buenas amigas y en algunas ocasiones, Maurice y Orión también se reunían para conversar y no es que precisamente se visitaran en sus respectivas casas, así que no podía estar muy seguro.

— Tranquilo, no creo que sea nada malo, espero...

— ¿Mencionaron algo más? — Preguntó Regulus más inquieto de lo que planeaba sonar

— Cosas muy raras, ¿Sabes? — Dijo con el ceño fruncido —Dijeron que este año habrá muchas oportunidades para mí y algo sobre planes para el futuro, pero me parece que tengo que esperar hasta que sea mayor de edad... Regulus creo que puede ser un compromiso.

─ No es un compromiso — Murmuró Regulus temeroso.

Magnus lo miró curioso ─ ¿Cómo estás tan seguro?, ¿Sabes algo que yo no?

─ No creo que tus padres no sepan sobre... sobre nosotros, Magnus.

─ Y es perfecto que no lo hayan tomado mal, pero eso no quiere decir que las cosas vayan a cambiar solo por eso, eventualmente ambos tendremos que desposar a alguien más.

─ Bueno, ¿Eso era lo que me querías decir, Magnus? ─ Preguntó Regulus de mal humor y clavando sus ojos grises en los castaños de Magnus ─ ¿Acaso ya la conoces? Créeme que así no era como me quería enterar de que la persona que más amo... la persona que más amo pasará lo que resta de sus días con alguien que no soy yo.

─ ¿Me amas? — Preguntó Magnus con evidente sorpresa en su rostro.

— Por supuesto que te amo, Magnus, ¿Cómo no hacerlo?

— Eso es bueno, porque yo también te amo.

— ¿Sí?

— Sí.

Magnus jaló a Regulus hasta un pasillo lo suficientemente oscuro como para que nadie los viera y entonces lo besó en los labios tiernamente.

Estaba de más decir que esa noche no se presentaron en la cena — Aunque eso ya se les estaba haciendo costumbre — Y sin importar que los prefectos de Slytherin les pudieran decir algo, se encerraron en su habitación de donde no planeaban salir.

─ Ven ─ Magnus jaló a Regulus por el cuello, uniendo sus labios en un beso desesperado, el Black lo empujó hasta la cama, subiéndose sobre él ─, ¿Dónde está el inocente Reggie? ─ Prguntó al separarse.

─ Aún te puedo enviar a tu cama, ¿Sabes?

─ ¿Después de que me abandonaras las últimas semanas de vacaciones? Definitivamente no ─ Magnus lo volvió a besar con la misma intensidad, al mismo tiempo que sus palmas vagaban por el cuerpo de su contrario ─ No comiences algo que después no podrás controlar, Regulus.

─ Creo que tomaré el riesgo.

¡!

Eran más o menos las tres de la mañana, ni Magnus ni Regulus habían logrado pegar un ojo, simplemente se encontraban recostados disfrutando de la buena compañía del otro.

— Creo que debemos hablar de algo, Reg.

— Dime.

Magnus ordenó sus ideas antes de volver a hablar — Pasó algo durante Navidad y no te lo dije...

— Entonces hazlo ahora o calla para siempre.

Magnus río nervioso — Creo que mis padres ya encontraron una esposa para mí y... ella me propuso algo que nos podría convenir a los dos.

— Oye, yo sé que eres mucho más progresista que yo, pero no creo que sea buena idea ser de esos que embarazan a alguien para criar un bebé — Bromeó Regulus, sin embargo, Magnus no río — Oye, ¿Qué pasa?

— La chica en cuestión es Pandora Lestrange y no me ofreció eso, pero sí me dijo que de esa manera tú y yo podríamos estar juntos y ella estar con alguien más, por supuesto.

— Xenophilius — Murmuró Regulus juntando las piezas — ¿Por qué no me lo dijo?

— Eso creo... no lo sé, tal vez temía que fueras a reaccionar mal.

— Creo que es una idea bastante válida y que funcionaría para ambos, ¡Me molesta más que no me lo haya dicho!

— Tranquilo, creo que podríamos hablar con ella y resolverlo juntos.

Regulus asintió de mal humor, dándose la vuelta — Creo que llegó la hora de dormir, hasta mañana, Magnus.

¡!

Lo primero que escuchó Magnus al despertar, fue la voz ronca de Magnus en su oído e instintivamente sonrío.

─ Buenos días, Reggie ─ Lo saludó Magnus, acariciando su espalda desnuda.

─ Estás de buen humor, ¿Eh? ─ Murmuró Regulus tallando sus ojos.

─ Lo estoy.

─ Eso me alegra — Dijo Regulus en un gran bostezo, mientras se incorporaba en la cama.

— ¿Tú estás de buen humor?

Regulus rodó los ojos, recordando la conversación que habían tenido la noche anterior ─ Con que uno de los dos lo esté, me parece que es suficiente para este castillo.

¡!

Después de tomar un baño y vestirse para sus clases, Magnus y Regulus se dirigieron hasta el comedor para tomar el desayuno.

Al salir de la sala común, Magnus había entrelazado su mano con la de Regulus y este no pudo evitar sentirse algo incómodo, nunca habían sido tan expresivos en público, ya que ambos sabían las consecuencias que podía haber, así que cuando llegaron al Gran Comedor, Regulus sintió cómo una capa de sudor frío, le cubrió la frente.

─ ¿Todo bien?

─ Sí, no... — Admitió Regulus observando sus dedos entrelazados.

─ ¿Acaso importa lo que piensen los demás?

─ Si nos pone en peligro, pues sí.

─ Regulus, no me importa lo que pueda pensar absolutamente nadie en este mundo ─ Dijo con firmeza ─ Ya no hay fuerza en la tierra que pueda alejarme de ti.

Regulus sonrío sin mostrar los dientes — Sigue siendo incorrecto.

─ Ay Regulus, si amarte es pecado, quiero ser pecador.

Regulus sonrío quedándose callado, siendo el mismo quien rompiera el silencio algunos minutos después — Sal conmigo.

— Ya salgo contigo, tonto.

— Digo oficialmente.

— ¿Quieres que sea tu... novio? — Magnus sonrío sin poder evitarlo por más tiempo.

Regulus se encogió de hombros acariciando la mejilla de Magnus ─ Si así lo quieres llamar. Magnus, en mi vida entera, jamás había querido a alguien como te quiero a ti, eres demasiado bueno para ser verdad, te prometo que nunca dejaré que nada te pase.

─ ¿Por qué algo me pasaría, Reg? — Magnus río.

— Solo es un decir, ¿Quieres desayunar? — Preguntó cambiando de tema.

— Vamos.

Durante todo ese día, Regulus reflexionó sobre como las cosas habían cambiado tanto en tan solo un año, había conocido a Magnus y se habían hecho amigos, eventualmente surgió algo más y bueno, ya se encontraban mucho más allá.

Magnus no podía saber qué le deparaba el futuro, pero estaba seguro de una cosa y era que mientras tuviera vida, no permitiría que nada lastimara a Magnus.

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